Ruta 312

Si,si escusas--le dije sonriendo

 

--No hice eso--Lwe dije sonriendo

 

Claro,claro--le dije sonriendo

 

--mala--le dije sonriendo--

 

Mala persona--le dije sonriendo

 

veo la entrada al pueblo lapi

--Vamos mizuki ahi esta la entrada--Le dije sonriendo mientras caminaba hacia la entrada--

 

Genial ¡vamos!--Dije empezando a correr

 

dicho esto entramos al pueblo lapiz...

 

Llegamos a la ruta marítima y con mas rapidez avanzábamos y poco a poco sentía estar en tierra de nuevo.

 

—Bien probemos suerte por aquí... Plusle mantente atento si vez algún pokemon...—

 

Y en ese momento un Crawdaunt apareció, le ordene a Plusle le diera un chispazo y le lance la pokebola, este se capturo al instante y seguimos nuestro camino.

 

Tenia las ganas inmensas de ver un amanecer en la arboleda lápiz, pero debía de apresurarme si eso quería.

 

En mi mente estaba el seguir lo mas rápido que podía para llegar a mi destino, por lo que saque a mi reciente captura, sujete a Swampert y a Crawdaunt juntos y estos nadaron a una velocidad increíble.

 

Rápidamente llegue a una playa y vislumbre cerca un pueblo.

 

Corrí lo mas rápido que pude y en efecto, era el pueblo lápiz, me adentre a el y me dispuse a seguir mi camino.

 

— ¡Por fin! ¡Tierra! —exclamé saltando de Lapras a la playa. Al fin un poco de paisaje diferente para variar.

 

Fósforo se bajó de Altaria y se acerco a mi, les agradecí tanto a Lapras como al tipo volador por habernos traído y los metí en sus respectivos esféricos.

—Bueno, sigamos—le dije a Fósforo.

 

De pronto vimos a un pokémon que no conocía, saque mi dex y ésta indicó que era un Crawdaunt. Parecía fuerte así que le ordené a Fósforo que lo atacara.

Gracias a su debilidad al tipo pelea, el crawdaunt no fue rival para mi inicial, quien lo atontó en pocos ataques, fue entonces cuando lo atrapé.

 

— Bien hecho—le felicité al Blaziken, el cual se mostró orgulloso de su fuerza dando a entender que no fue nada—. Ha, presumido...

Seguimos caminando tranquilamente por la playa, me saqué los zapatos para sentir la arena. Estaba tibia, era agradable y el viento soplaba suavemente.

— Es un lugar muy hermoso, ¿no crees? —le dije a mi compañero, éste asintió y se dedicó a observar a los pokémon salvaje de la zona.

 

Otro crawnaud se acercó a nosotros amenazante, pero Fósforo lo intimidó de vuelta poniéndose erguido alzando una de sus piernas. Finalmente el otro pokémon se dio cuenta del gran tamaño del tipo fuego y termino yéndose por donde vino.