One-shot de Pokémon - Pokémon mundo misterioso: El rescate de la Navidad

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Fénix Kazeblade, 7 Diciembre 2020.

  1.  
    Fénix Kazeblade

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    Título:
    Pokémon mundo misterioso: El rescate de la Navidad
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2748
    Este escrito participa, en la actividad "Navidad y pokémon".

    Acontece en pokémon mundo misterioso: rescate rojo, al menos en la versión de mi juego.


    El viento silbaba como aves espectrales y la nieve de la tormenta era tan densa que parecían formarse al menos por segundos paredes formadas del manto níveo. Terry, un Charmander que ya poco recordaba de una antigua vida como humano observaba por la ventana de su hogar a lo lejos, hacia el este, donde estaba la ciudadela preguntándose si todos estarían a salvo.


    No se suponía que fuese así, aquella noche era especial, más que lo suelen ser las otras el resto del año, envuelta en magia y asombro que trae consigo Delibird cuando visita en una sola noche, la casa de cada uno de los pokémon obsequiandoles regalos, dejando tras él una lluvia diamantina de copos que juguetean en el viento como Beautifly que acaban de adquirir sus alas. En esta ocasión sin embargo no era así, el cielo parecía furioso, rugía como un animal enjaulado, vibraba como el suelo ante una embestida y en lugar de encontrar asombro y magia en los corazones de cada una de las criaturas, imperaba la incertidumbre.


    — ¿No puedes dormir?— preguntó tras de él la voz de Ellie, la Chikorita con la que había estado desde el primer día.


    En su rostro verde se reflejaba fatiga y cansancio, sus ojos color carmín se encontraban entre cerrados y ella bostezaba.


    — No—contestó Charmander sin miramientos, la miró por un momento y ladeó su cabeza— tú tampoco ¿verdad?, ¿te encuentras cómoda?— miró su cama hecha de paja torciendo su labio.


    Chikorita miró hacia atrás de ella y negó nerviosamente.


    — No es nada de eso, realmente aprecio mucho que me hayas permitido quedarme— indicó la elemental de planta meciendo la hoja de su cabeza.


    Terry se liberó entonces de aquella ligera sensación de opresión.


    — La tormenta no ha hecho más que aumentar de intensidad— afirmó el Charmander.


    —Creo que es lo mismo que siento en mis sueños, como si algo no estuviera bien— confesó Chikorita bostezando de nuevo.


    Se escuchó un golpe repentino en la parte de afuera, algo de un peso considerable se había impactado en la puerta y se movía en la oscuridad.


    — Tal vez no fue nada o tal vez es la primera escena de una película terrorífica, en cualquiera de los casos votaría por dejar la puerta de esa manera— sugirió Ellie con apenas un hilo de voz a causa del miedo.


    Terry tendría que admitir que esta ocasión coincidía con ella.


    Nuevos golpes acontecieron estos más cortos y continuos como un toquido, seguidos por un sollozo que obligaron a ambos pokémon vencer sus miedos y responder al llamado de auxilio que reconocían, como el equipo de rescate que eran.


    Terry miró a su compañera en su propio lenguaje se indicaron estar alerta y éste giró con su garra el picaporte permitiendo que el viento empujara la puerta. La luz agonizante y amarillenta de la fogata de adentro permitió ver a un mensajero Pelipper derrumbado en el piso con una capa de nieve intentando engullirlo rápidamente como si la tormenta fuera un organismo viviente, sus ojos estaban entrecerrados y su ala se torcía de manera anormal.


    — Ellie ayudame— ordenó Terry ya tomando con sus garras al mensajero para empujarlo.


    Chikorita hizo lo mismo y empujó junto con él hasta que los tres ya estaban dentro. Unos momentos afuera ocasionaron que las extremidades de ambos pokémon se enfriaran al punto de llevarles un tiempo el poder moverlos de nuevo, ambos realizaron una larga bocanada de aire caliente para también ingresar el calor a sus pulmones. Pelipper se encontraba cerca de la fogata y una vez que se encontró mejor, se forzó a reincorporarse y del interior de su pico sacó una carta, esta no podía ser otra cosa que una llamada de auxilio, seguida de un pequeño paquete.


    Charmander tomó una manta y la puso sobre el pokémon mirándole de tal manera que le inspiraba confianza, su trabajo estaba hecho, ahora era su turno, podía permitirse descansar. Y así lo hizo.


    Ellie la desenvolvió con el mismo entusiasmo plasmado en su rostro que la primera ocasión que lo hizo, la miró, leyó su contenido y le dio vuelta al papel luego como si estuviera segura que el mensaje en esta se encontraba incompleto. Charmander se acercó también y leyó lo escrito sobre el papel.


    Entreguen este regalo, lo cambiará todo


    Versaban los símbolos sobre el papel.


    La última semana esta había sido su principal consigna, entregas: para intercambios, regalos sorpresa, compras de último minuto, por todo el territorio que habitaban. Pero este regalo de última hora en estas condiciones parecía más complicado de realizar que todas las misiones mencionadas juntas.


    — ¿Será verdad?— cuestionaba Ellie con su mirada fija la última frase del papel. — el regalo cambiará todo, cambiaría este clima y Delibird podría entregarle regalos a todos los pokémon.


    Terry sonrió mostrando sus colmillos, esperando que ella lo mirara solo para indicarle que estaba de acuerdo. Esa Chikorita podía ser muchas cosas; bromista, nerviosa, temerosa, pero por sobre todas estas era determinada, una vez que se lo proponía, esa misión terminaba siendo completada.


    Les llevó sólo unos minutos el prepararse, no había tiempo que perder, tomaron ambos sus sacos con lo más esencial y portaron con orgullo sus paliacates en el cuello con su respectiva insignia de rescatadores, Charmander dio una leve bocanada para expedir una flama que reenciedió la intensidad de la fogata, Pelipper ser mantendría caliente en lo que volvían.


    En las cartas venían rastros, olores característicos, muestras de la vegetación del lugar o en otras ocasiones otros menos crípticos como una dirección o el nombre propio del lugar. En este caso se trataba de las primeras, sin embargo, está la conocían, era la Llanura, una de las zonas de recreo para otros rescatadores, ¿sería el receptor uno de ellos?.


    Apenas salieron a la puerta, cada brisa que los alcanzaba era como el viento cortante de un Absol furioso, sin embargo se necesitaba mucho más para detenerlos, avanzaron con firmeza plantando sus patas en el piso desafiando a la tormenta, con cada paso que daban aumentaban su velocidad yendo cada vez más rápido.


    Los árboles que se alzaban alrededor del sendero que recorrían crujían abatidos tambaleantes como simples astillas en lugar de gruesos robles, uno de ellos descendió a toda velocidad, partiéndose en dos mientras se precipitaba, la mitad superior descendía hacia ellos impactándose con las ramas de los otros, Chikorita giró la hoja de su cabeza en un saltó y varias hojas filosas transformaron en varios pares de leños que cayeron ya reducidos en fuerza de impacto, Terry abrió sus fauces, fulminando con su certero lanzallamas la mitad inferior.


    Más las desventuras apenas comenzaban, una manada de encolerizados Bredrill surgía en los árboles de enfrente alcanzados por el impacto, si el propio clima ya los sacaba de quicio, el golpe del árbol había terminado por desquiciarlos y arremetían contra cualquiera que estuviera frente a ellos, con la misma furia como si este fuera el villano que deberieran enfrentar.


    — Ellie, estrategia esgrima— puntualizó el Charmander mientras se lanzaba al cielo.


    Chikorita se les plantó enfrente a los pokémon bicho. Esporas de un tono amarillento les envolvieron, sus puntas de arpón en cada brazo ya no tenían efecto y sin capacidad de moverse observaban a Terry alcanzarlos con un tajo fulminante de su garra de acero.


    — Hay que seguir, creo que se está poniendo cada vez peor— señaló Ellie y su compañero afirmó.


    Apenas habían avanzado unos cuantos metros más, fuera de la tormenta que apenas y les permitía ver un par de metros delante de ellos todo parecía ir bien, todo hasta que le bastó solo esta distancia para presenciar impotente como Terry era embestido por algo, tan rápidamente como si las propias ventiscas lo hubieran hecho.


    — ¡Terry!— gritó Chikorita asustada con todas sus fuerzas pero el grito fue devorado por la tormenta en segundos.


    El Charmander se precipitaba colina abajo intentando en vano aferrarse a las rocas, algo lo había golpeado, algo duro como el hierro, como un yunque con conciencia propia y fuerza imparable, escuchó un bufido y la figura iracunda de un Lairon se proyectó frente a sus ojos unos segundos antes de esquivarlo por los pelos y contraatacarlo una esfera luminosa que luego de impactarla, estalló contra él, Terry sonrió victorioso, pero su satisfacción duró poco pues una segunda embestida de otro Lairon estaba por golpearlo.


    Chikorita interviene en ese momento, le impacta con una energibola a quemarropa deteniéndolo en seco, le ayuda a Terry a reincorporarse del todo seguían avanzando debajo de la colina donde Terry había sido obligado a descender, estaba algo herido pero se podía mantener en pie. El piso temblaba al igual que las rocas, anunciando la llegada de más Lairon, más rivales de los que ambos rescatistas pueden soportar; el suelo se perdía debajo de ellos de pronto inesperadamente caían dentro de un agujero desapareciendo del todo de la vista de los Lairons.


    — Mis amigos ¿se encuentran bien?— les preguntó una voz conocida y amigable, pero nadie se encontraba allí.


    Sin embargo ambos entendieron de quien se trataba y cómo habían llegado allí al instante, les parecía un dejavu, igual que en sus primeros días, sus primeras misiones. Aunque en ese momento no había sido él si no sus padres.


    Tres cabezas curvas se asomaron moviendo la tierra, los tres lo miraron reflejando una sola mirada, una sola conciencia, hablaron al unísono.


    — Logré sacarlos a tiempo, un segundo más tarde hubiera sido desastroso—afirmó Dugtrio.


    Ellie no pudo evitar ver esos mismos ojos al pequeño pokémon de tierra que rescataron de las garras de ese Skarmory hace tiempo. Había crecido, evolucionado.


    — Muchas gracias— le respondieron ambos.


    Terry alarmado revisó el paquete que llevaba en su mochila, recordando que al igual que su cuerpo pudo haberlo afectado la caída, por fortuna fuera de algunos raspones en el envoltorio, seguía intacto. Se recordó que debían seguir.


    — Hay que seguir, el tiempo apremia— declaró Terry.


    Su compañera afirmó con la cabeza y luego miró hacia arriba pensando cuál sería la mejor manera de enfrentarse a la manada de Lairons que la tormenta había enloquecido.


    — Podríamos actuar contra ellos por segmentos, hasta que no quede ninguno en pie— propuso la pokémon planta en posición de pelea.


    — No sé si tengamos el tiempo suficiente Ellie— indicó Terry sin mirarla, su atención se dirigía hacia la oscuridad del túnel frente a él. — ¿Puedes llevarnos desde aquí hasta la llanura Dugtrio?


    Las tres cabezas afirmaron sonrientes, se sumergieron en la tierra como quien se arroja de chapuzón al agua y comenzaron a talar con la misma eficiencia de un bulldozer de construcción.


    Terry y Ellie corrían detrás de él, por el túnel iluminado al instante con la flama de la cola del pequeño dragón, lejos de pokémon descontrolados por el miedo, lejos de vientos huracanados. La misión parecía que iría bien desde ahora, una simple entrega y todo para todos estaría mejor, tal como debería de ser.


    El viento olía a humedad como a presagio de lluvia, pero le acompañaba la incertidumbre que precede a un sueño intranquilo, Dugtrio salía expulsado hacia ellos casi con violencia, la tierra por encima de ellos comenzaba a desaparecer, consumida por la energía que se emitía de la misma manera que lo harían las cenizas de un papel que es devorado por lenguas de fuego y los pequeños trozos negros ascienden en el viento hasta perderse en la nada.


    — Terry ¿Qué está pasando?— preguntó la Chikorita aterrada.


    — Tenemos que seguir, tenemos que entregarlo, si queremos ayudar a Dugtrio, si queremos ayudar a todos.— indicó el rescatista— esto es lo que hacemos, es lo que más me ha gustado hacer en toda mi vida— agregó con una sonrisa amplia.


    — Solo podríamos con un milagro— dijo ella.


    — Ya deben ser las doce, es Navidad, qué mejor momento para los milagros.— indicó mientras dirigía su vista al frente y avanzaba hacia la energía misteriosa, aferrando sus garras al piso.


    Ellie afirmó con la cabeza y entonces por cada una de sus venas fluyó también valentía. Eran un equipo de rescate y no había misión que hubieran cumplido.


    La energía era una fuerza aplastante que parecía expulsarte de regreso, cada paso dentro, costaba el esfuerzo de diez, Terry sostenía contra su cuerpo el paquete con todas sus fuerzas, de otra manera este sería arrancado de sus garras.


    Luego de avanzar un agonizante tramo por la pradera, luego de que cada vez que el otro vacilaba apenas el otro se acercaba para hacerlo seguir, lo observaron frente a ellos, la causa de todo, todo este caos en el clima y hasta en varios pokémon, en una noche que debía ser pacífica, pues por más absurda que pudiera parecer la explicación, parecía de la misma forma reafirmarse. Un poder tan grande en una mente tan dispersa, era casi aterrador.


    Miradas llenas de dolor en unos ojos infantiles y distraídos, invadidos en este momento por un brillo mistico solo alcanzado en esta extraña y enigmática condición, el grupo debía componerse de al menos unos cincuenta individuos, todos ellos eran Psyduck, todos sufrían de jaquecas incontrolables.


    — Hubiera preferido encontrarme con Mewtwo o Darkrai— confesó Ellie.


    Una vez que cruzaron el umbral de la energía dentro, donde estaba toda la parvada, era una sepulcral quietud, como la que se vive en un ojo de un huracán, pues justamente eso era, uno provocadas por las mentes en conflicto de todos ellos.


    El Charmander extendió su garra con el paquete, uno de los Psyduck que se tocaba la cabeza y portaba una insignia como ellos de rescatador, se separó del grupo disipando su trance llamado por aquel paquete que portaba que su colega portaba en sus manos. Lo tomó con emoción, viva e infantil misma que tendría un pequeño al bajar y observar los regalos que han llegado mágicamente hacia el árbol, con sus patas lo comenzó a abrir y dentro de este sacó un Ludicolo de juguete, era idéntico a los de la especie salvo la indumentaria navideña que remplazaba el gorro- palmera de su cabeza por uno rojo y blanco, además de un saco del mismo color, en lugar de las maracas que algunos de ellos le gustaba tocar llevaba un par de cascabeles, Charmander fue quien encendió su pequeño interruptor.


    La figura comenzó a balancearse moviendo las caderas, llevando sus manos arriba y abajo al ritmo “Jingle bell rock”; ante una mirada confusa, incrédula y atónita de los dos rescatista, los Psyduck comenzaron a salir de su trance e imitarlo, entonando a su propio ritmo la misma melodía.


    La tormenta se dispersó, fue como si el paisaje entero fuera un lienzo y el artista cambiara de idea y optará de pronto por cambiar una terrible tormenta de nieve por un cielo lleno de cientos de estrellas.


    Los Psyduck comenzaron a alejarse dueños de su propio mundo, sin siquiera percatarse como su berrinche apocalíptico casi acaba con todo. Charmander y Chikorita se tiraron al piso exahustos, Dugtrio emergió de la tierra un tanto apaleado pero relativamente bien, ambos se observaron por unos segundos y terminaron riendo a carcajadas ante la disparatada ironía de este asunto.


    Cuando por fin pudieron levantarse, fueron a casa de Terry, era la más cercana para los tres, bueno cuatro si contaban al mensajero herido, el cual gentilmente los esperaba con una bebida caliente, los ingredientes los había tomado de la alacena del Charmander, pero las buenas intenciones estaban allí. Una vez que la terminaron y pudieron ver el cielo en calma una última vez, fueron a dormir, por la mañana, bueno pensarían que hacer.


    Terry fue el último en quedarse allí de pie, le dio una palmada y abrazó a su compañera y se despidió de sus otros dos huéspedes. Mirando la ventana allá a lo lejos, por el cielo, observó a Delibrid entrando y saliendo de los hogares repartiendo con su saco sus regalos, imaginó al pokémon ártico realizando una pequeña reverencia de agradecimiento.


    — Así que era tu encargo— afirmó Charmander meneando la cabeza.


    Imaginó que cada año la parvada de Psyduck eran su prioridad, precisamente para evitarse este tipo de percances, algo había ocurrido este año o tal vez nunca se lo había tomado tan enserio. Terry había acordado de cualquier manera con sus amigos y hasta el mensajero el correr la voz y asegurarse que el próximo año, cada Psyduck tuviera un regalo, que fuera de su agrado.
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Monpoke

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    Una manera interesante de pasar el supuesto "día libre" que sería la noche previa a la navidad. Jeje. Vacaciones y una terrible tormenta, los Pelipper se llevan el premio de trabajadores del año.

    Una cosa que quisiera decir, es que no entiendo quien es el "humano". Deja cito unos mensajes:

    Iniciando ya se nos dice claramente que Terry sería el ex-humano.

    El primero es medio raro, y corrigeme si estoy mal, pero se supone que el "compañero" invita al humano a su casa. Ahí dices que Ellie se queda en la casa de Terry, el ex humano.
    Es tú historia, así la cosa puede ser totalmente diferente. Por tal solo lo menciono un poco.

    Aquí Ellie se saca unas referencias de películas de terror en un mundo donde ni hay electricidad (o si hay? Chale).

    Por estos textos citados se origina mi confusión, una pequeña que no es técnicamente necesaria para seguir la trama del one-shot.

    Si debo resaltar algo. Los Psyduck iniciando la tormenta, no se si necesariamente pueden hacer eso, pero lo dejaré a la consecuencia de una jaqueca colectiva. Igual, no pensaba que ese poke sería el causante ni de aquí a 20 años.
     
  3.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Creo que el confundido ya he sido yo ¿has comprendido quien es el humano o no?
    Claro, en el principio del juego, es así, el compañero invita al "humano" a una casa que creo que tiene por que el no habita allí, pero en esta historia sigue mucho después de que esto haya pasado, en el universo de los fanfics permite explorar diversas posibilidades y aspectos, como explico en esta historia en esta ocasión en especifico la invitó a quedarse exclusivamente por la tormenta.

    Respecto estas dos cosas, citaría de nuevo mi enunciado de arriba respecto a que el universo de fanfic te permite explorar aspectos que no son comunes, vistos o determinados en el canon, imaginemos que alguien quiere escribir algo crossover uniendo a otro anime, bajo esta lógica sería imposible pues estos personajes canonicamente no tienen encuentros.

    Suelo jugar con estas posiblidades siempre y cuando puedan tener una explicación al menos probable de acuerdo a los recursos que el propio mundo donde se desarrolla provee:

    - No se ha establecido que esto sea imposible tal cual, en todo el juego nadie comenta que esto no exista, al menos en el rojo fuego por ejemplo esto se habla de una zona de recreo llamada "central eléctrica" lo cual da pies a que si exista tal cual.
    -Si bien la electricidad tal cual como la manejan los humanos no existe en el mundo de los pokémon tenemos alguien que fue un ser humano entre ellos, el cual puede mostrarle o mostrarle una película de terror y por lo tanto sea de su conocimiento.
    - La tercera posibilidad en donde el humano no le hablo de las películas y no le proyecto una, no hacen uso de la electricidad según los humanos, igual y los pokémon entre sus recreaciones usan a pokémon eléctricos para crear algo cercano a una proyección o tal vez un psíquico o un fantasma que en este caso y para atrevidos transmita sus propios horrores bajo el ataque "pesadilla" y los pokémon le llamen a esto "película de terror".

    Contextos que no creí necesario mencionar puesto que solo era un comentario.

    Respecto a los Psyduck, bueno, la pokedex dice:

    Psyduck tiene un extraño poder, que consiste en generar ondas cerebrales iguales a las que se generan cuando se está dormido. Este descubrimiento levantó una gran polémica entre eruditos. Este no se acuerda nunca de haber usado su misterioso poder.


    Hablando de poderes psiquicos podemos ver que puede hacer Mewtwo con ellos, imaginemos a Psyduck más erratico y a muchos de ellos, sería posible.


    Espero haber aclarado tus dudas.
     
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