Los Caballeros de Magnus

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Dark RS, 20 Marzo 2012.

  1.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    20 Marzo 2012
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    Título:
    Los Caballeros de Magnus
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    73
     
    Palabras:
    3381
    Capítulo 39. El Bosque De Los Bandidos.

    Beta y Susurro avanzan en su búsqueda por el bosque, el enorme lobo se pierde entre las sombras. Unos momentos después un troll hechicero se aparece frente a la chica, usa una túnica blanca sucia, un collar de cráneos encogidos, su piel está arrugada y es de color gris ceniza.
    —Gi, gi, gi. Que tenemos aquí. —Dice como cantando.
    La chica se queda inmóvil, intentando descifrar el tipo de forma pelea que utiliza la criatura.
    El troll se mueve hacia la derecha un par de metros, luego hacia la izquierda otro par, regresa a donde estaba al principio, da unos pasos hacia atrás y murmura algo.
    —Ven niña. —Dice con una sonrisa confiada.
    Susurro se lanza contra el troll, tira una patada, pero golpea contra una barrera que había creado el hechicero. Cae al suelo adolorida, se quebró la pierna cunado impactó contra la barrera invisible. El dolor que siente es tan insoportable que tiene ganas de vomitar.
    —Pobre niña, te romperé la rodilla. —Un círculo de magia sale de la mano del troll y golpea contra la chica.
    En el momento que el círculo la toca, se le quiebra el hueso de la rodilla contraria. Comienza a retorcerse de dolor, si ella pudiera gritar lo estaría haciendo a todo pulmón.
    —Fue una gran reacción, pero es hora de tu ejecu… —Se ve interrumpido por algo.
    Repentinamente Beta atrapa al hechicero por la espalda envolviéndolo con su cola, lo comienza a golpear contra los árboles hasta que cae inconsciente, lo lanza contra el suelo. Aulla victorioso, levanta con cuidado a Susurro con su cola y al hechicero lo prensa entre sus afilados colmillos de acero, asegurándose de que no se vaya a escapar si recupera la conciencia.

    TXC y Arquímedes llevan un buen rato andando en el bosque sin detectar nada extraño. Ambos seres inorgánicos avanzan cerca de una pequeña rivera con un nivel de agua bastante bajo, repentinamente el río se congela. El muñeco no se mueve, esperando que aparezca el causante del congelamiento del agua; los ojos del robot miden las temperaturas, captan una fuente de calor acercarse rápidamente, el robot se aparta esquivando, pero el muñeco se queda en el camino de la fuente de calor.
    Arquímedes es impactado por un garrote de hielo, vuela varios metros en el aire, cae lentamente hasta reacomodar sus piezas para quedar de pie frente al enemigo. Su oponente es un enorme ogro color celeste de casi tres metros de altura, con grandes colmillos inferiores que parecen hechos de hielo, usa una falda de gladiador negra y un enorme garrote hecho de hielo.
    —Ju, ju, ju. Vengo en esta dirección y encuentro un montón de madera y una pila de chatarra, ju, ju. —Ríe el ogro.
    El ogro ríe entretenido al ver a los seres inanimados que debe enfrentar antes de poder atacar la villa de tortugas-león.

    Arquímedes se lanza contra el ogro y le clava las garras en el pecho, el ogro sonríe sádicamente como si disfrutara el dolor, las garras del muñeco comienzan a congelarse, separa su brazo de su cuerpo y se aleja.
    —Muñecos descerebrados, jamás me vencerán. Ju, ju. —Les dice el ogro riendo confiado.
    Arquímedes se lanza a pelear contra el ogro de hielo, intenta atraparlo con su látigo, pero el gigante es muy poderoso y rápido para su enorme tamaño.
    El robot tiene una mirada analítica, graba en su memoria los movimientos del ogro mientras lucha contra Arquímedes.
    TXC se lanza a atacar al ogro, su enemigo lanza un golpe con su garrote de hielo, el cual esquiva, luego intenta golpearlo con su mano. El robot salta, mientras el ogro se distrae mirando al robot saltar, Arquímedes le atrapa los pies con su látigo, el ogro recibe una patada del androide en su barbilla haciéndolo perder el equilibrio y caer. Cuando el enorme ser intenta levantarse TXC le lanza una pequeña dosis de veneno que sale del respirador de su boca y lo deja inconsciente. El muñeco amarra al ogro con su látigo y lo arrastra ayudado por el robot de regreso con los que quedaron cuidando la aldea.

    Alpha y Caelum caminan cerca del borde de un precipicio, cuando una explosión los hace caer diez metros hasta el fondo del mismo. Ambos quedan con heridas leves gracias a la resistencia de la piel de un dragón y a la agilidad de Alpha para saltar y evitar chocar contra los objetos en su camino. Al reponerse escuchan una voz, se oye como si hablara por un megáfono.
    —Cayeron en mi trampa estúpidas bestias. —Dice burlándose la voz desde la cumbre.
    —Muéstrate cobarde. —Grita Caelum poniéndose de pie.
    —No necesito hacerlo, morirán sin saber quién fue su verdugo. Ja, ja, ja. —Ríe confiado.
    Varias explosiones en las paredes hacen que varias rocas caigan al fondo, dejándolos enterrados.

    En la cumbre un humano de piel morena, algo gordo, cabello negro y ropa de obrero observa las rocas que acaban de enterrar al dragón y a la loba. Se retira satisfecho de que su labor está completa y se dirige a buscar a más enemigos.
    De pronto un fuerte sonido que proviene del fondo del precipicio le llama la atención, se voltea y ve a un enorme dragón color rojo con alas y que escupe fuego de su boca que lo mira fijamente, al momento Alpha salta desde el fondo y aterriza justo al lado del humano.
    — ¿Qué diablos es esto? —Se dice aterrado al estar rodeado de criaturas. —Ustedes deberían estar muertos.
    Caelum en su forma de dragón de fuego observa al humano. —Soy un dragón y estoy orgulloso de mi herencia, soy el ser más resistente de todo el continente. —Se dice recordando lo que le había dicho Magnus el día que lo llevó a la mansión por primera vez.
    El humano saca un par de granadas de su bolsillo y se las lanza al monstruo que vuela frente a él. Las granadas explotan frente al rostro del dragón, la explosión levanta una nube de polvo gigantesca que el cobarde humano aprovecha para escapar. Al disiparse el humo Caelum ve que el humano ya no se encuentra en el lugar, baja a tierra y regresa a su forma original, mira en todas direcciones intentando adivinar en que dirección pudo haber escapado el humano. Unos momentos después Alpha regresa cargando en sus colmillos al humano inconsciente.
    —Supongo que nunca tuvo oportunidad, ¿cierto? —Comenta orgulloso el dragón.
    Alpha asiente mientras zarandea al humano.
    Repentinamente la loba suelta al humano y salta varios metros hacia la izquierda, Caelum observa esto confundido, hasta que nota una flecha electrificada en el suelo donde acaba de estar Alpha.
    — ¡¿Qué fue eso?! —Grita el niño dragón sorprendido.
    Un elfo se asoma desde las ramas de un árbol, su piel es morena, de cabello negro brillante, ojos azules profundos, usa una vieja armadura plateada que solo le cubre el pecho, su vestimenta es la tradicional de los elfos del continente de la naturaleza; pantalones color blanco hueso, camisa verde, botas y guantes de cuero color café oscuro. Carga un arco que tiene incrustadas varias gemas elementales.
    —Que mala suerte, estuve cerca. —Dice frunciendo el ceño el elfo.
    — ¿Quién eres? —Le pregunta Caelum desconfiando del nuevo oponente.
    —No esperaba encontrar basura en este bosque. —Dice ofendiendo al dragón.
    Tensa su arco y le lanza una flecha al niño, la cual rebota, a pesar de lo cual le congela el brazo derecho, la velocidad con la que lanzó la flecha fue tal que el dragón nunca la vio venir.
    —Duele. —Cae al suelo tomándose el brazo para intentar sentirlo. —No puedo moverlo. —Comienza llorar por el dolor.

    Tensa su arco nuevamente, pero esta vez se voltea rápidamente y dispara una flecha en llamas, la cual impacta en Alpha que intentó atacar al elfo mientras estaba distraído.
    —Buen intento lobo, casi no pude sentirte a tiempo.
    Alpha se lanza aliento de hielo sobre la flecha que le está quemando la piel.
    Varias flechas se dirigen hacia el elfo, quien lanza algunas de las suyas para bloquear los ataques.
    — ¿Me impresiona señorita? —Dice mirando las sombras del bosque. —Pero eres muy lenta.
    Elfina sale de entre las sombras con el arco en sus manos, apunta directamente hacia el elfo, le cuesta un poco pero logra reconocer el arco que porta orgulloso el elfo.
    — ¿Eres Alfheim? —Pregunta Elfina al reconocer a su enemigo.
    —Correcto bella dama, pero me siento en desventaja, tú sabes mi nombre, pero yo no se el tuyo. —Dice cortésmente.
    —Soy Elfina, teniente de los cazadores. —Dice orgullosa.
    — ¿Elfina?, Elfina, Elfina… —Se queda pensando donde ha escuchado ese nombre. — ¡Los Caballeros de Magnus!
    Dicho esto Magnus se lanza contra el elfo con su katana en mano. El elfo bloquea el ataque con su arco, sus fuerzas son casi idénticas. El arco del elfo no se parte a pesar de estar en contacto con El Alma, lo cual hace a Magnus suponer que está hecho de huesos de atlas o de dientes de kraken.
    —No esperaba encontrarme a Los Caballeros de Magnus en este país. —Se dice confundido.
    —Lamento decepcionarte. —Dice Magnus serio.
    Siguen forcejeando con sus armas, Magnus coloca su mano sobre el pecho del elfo y lanza un débil ataque de elemento rayo.
    El elfo sale volando algunos metros, cae de pie y huye hacia el bosque.
    — ¡Se escapa! —Grita Elfina.
    —Déjalo, tenemos que atender a Alpha y a Caelum.
    Curan a la loba y al niño dragón con la medicina que siempre trae Elfina en su pequeña bolsa de piel, aunque a Magnus le tomó mucho tiempo convencerla de usar la medicina en ellos.

    Ram se encuentra en el suelo acostada, su cabello está despeinado, sus mejillas tienen un tono rojizo y sus ojos tranquilos miran la luna.
    —Eso fue… —Cierra los ojos y sonríe eufórica.
    Se levanta de golpe, se sacude el polvo e intenta peinarse con la mano. Cuando siente a alguien acercarse se agacha lentamente para recoger su bate que está tirado a un par de metros. Lo toma y rápidamente da un swing hacia atrás golpeando a un ser que se había lanzado a morderla.
    La joven vampira se da cuenta que lo que la atacó es una de las quimeras que ya había derrotado, en un segundo se ve rodeada por todas las quimeras que ya había matado. Todas las bestias tienen sus ojos en blanco, como si ya estuvieran muertas. Decide que es más seguro regresar a la villa, aprovechando una brecha en la formación de las bestias corre hasta que sus piernas no dan a más.

    El líder de los bandidos se acerca a la villa, mira escondido entre las sombras. Envía a algunas quimeras y grifos a atacar la villa.
    Alice intenta alejarlos lanzándoles ráfagas de viento y arena, pero las bestias no retroceden por más daño que reciben. Los cachorros se lanzan al ataque y logran retener a los grifos fuera de la villa, Merlín interviene e invoca tres piezas de su nueva marioneta; una cabeza que expulsa veneno hecha para ser idéntica a la cabeza del robot de Caelum pero de color negra, el brazo izquierdo que tiene la forma de una pinza de cangrejo que al abrirse saca una espada y el brazo derecho también con la forma de una pinza seguida de varias esferas que se pueden reacomodar, puede lanzar fuego, aire comprimido o nitrógeno liquido, ente otros. Las piezas de la marioneta logran mantener alejadas a las quimeras.
    A pesar de luchar arduamente la cantidad de bestias no disminuye ni aumenta, Merlín pone atención a una quimera que mata con la cabeza de la marioneta, unos momentos después la quimera se levanta nuevamente y sigue atacando.
    — ¿Podrá ser posible? —Se dice el alquimista pensando en el peor escenario posible. — ¿El Papiro Negro?

    Mana camina tranquila entre las quimeras, aunque estas intentan atacarla, sus ataques rebotan gracias a la barrera que crea con su libro. Busca algo a las afueras, siente curiosidad de quién es el responsable de controlar a las quimeras zombi.
    Finalmente se detiene al encontrar a una hermosa banshee de piel blanca resplandeciente, pequeños ojos negros sin iris, cabello largo negro, usa un revelador vestido roto color negro.
    —Oh, que linda humana, lucirías preciosa en mi pared junto con el resto de mis trofeos. —Le dice a la niña humana intentando atemorizarla.
    Al ver que no se inmuta se decepciona, levanta su mano, deja ver que tiene las uñas pintadas de negro, comienza a materializar una lanza de hielo, le da un par de giros y se la lanza a Mana para matarla. Pero al ver que la lanza se desvía como si hubiera una barrera se sorprende.
    —Oh, la pequeña lindura sabe hacer barreras, que tierna. —Dice emocionada.
    Mana la mira a los ojos, frunce ligeramente el ceño y se acerca a la banshee.
    —Pero que valiente niña, que lástima que deba eliminarte aquí. —Comienza materializar más lanzas y se las tira rápidamente a la pequeña niña.
    A pesar de haberle lanzado lo que cree que fueron más de cien lanzas, la niña sigue intacta, no había ni parpadeado. La banshee se da cuenta de la verdadera naturaleza de las barreras de la humana.
    —Oh, ya veo. —Dice sorprendida. —Permíteme presentarme, me llaman Niflheim, soy parte de Yggdrassil, del continente de la naturaleza. —Hace una pausa esperando ver si la niña se sorprende. —Soy la guardiana del Papiro Negro, ¿Cuál es tu nombre guardián del Tomo Blanco?
    Mana no parece tener idea de a que se refiere. La mujer de piel blanca se impacienta.
    —Veo que eres del tipo silenciosa, muéstrame que te hizo así. —Se acerca amenazante hacia la niña, la mira a los ojos. Intenta leer los pensamientos de la pequeña humana, una ola de desesperación mantiene a Niflheim alejada de lo que percibe como una mente muy perturbada.
    — ¿Cómo puede alguien guardar tanta tristeza sin enloquecer? —Se pregunta apunto de vomitar. —Déjame librarte de tu sufrimiento. —Junta ambas manos y crea energía oscura que consume materia.
    La energía toma la forma de una esfera negra, se la lanza a Mana con todas sus fuerzas.
    Justo antes de golpearla, la esfera es desviada de un golpe hacia el océano, crea un vórtice que consume agua durante unos segundos antes de desvanecerse.
    Quién desvió el ataque de la banshee fue Ram, que llegó justo a tiempo.
    — ¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño? —Le dice desafiante la vampira que tiene una mirada de furia.
    —Oh, otra hermosa niña, ya tengo dos cabezas que agregar a mi colección de trofeos. —Dice con lujuria la mujer de ojos negros.
    — ¿A quién llamas niña, maldita paliducha? —La vampira se pone furiosa porque la confundieron con una niña.
    —Que modales más lamentables niña, voy a enseñarte una lección.

    Repentinamente Ram reconoce a la banshee, la había visto en los informes de su hermano; es una de los miembros del Ygdrassil, Niflheim la reina de los muertos y posible guardián de una pieza del Papiro Negro, que es una de las tres piezas del Libro de la Naturaleza, reliquia dejada por los dioses en el continente de la naturaleza hace más de mil quinientos años.
    Sabe que si tiene razón se encuentra en serios problemas, se preocupa e intenta pensar en como vencer a uno de los mayores criminales del continente de la magia.
    Una figura oscura se aparece detrás de Ram, este mira a la banshee con mucha seriedad, ella lo mira y se pone nerviosa, la sombra es un ser conocido por todos los grupos importantes en el planeta.
    —El… Destructor —El cuerpo de la pálida mujer tiembla por una combinación de miedo y excitación, siempre había soñado con conocer al Destructor y ahora está de pie frente a ella. — ¿A que… debo el honor…? —Pregunta nerviosa.

    El chico de traje negro y lentes oscuros camina colocándose junto a la vampira. —Niflheim y Alfheim que has estado en las sombras todo este tiempo, escuchen mis palabras.
    El elfo que se había enfrentado a Magnus hace solo unos minutos sale de entre las sombras del bosque al verse descubierto.
    —Ella está fuera del juego. —Señala a Ram. —Si se atreven a tocarle un solo cabello plateado de su cabeza, desearán estar muertos. —Coloca su mano sobre la cabeza de la vampira, ésta se sonroja y pone una expresión pensativa.
    —Siempre he querido probar la fuerza del Destructor. —Se dice la banshee emocionada. —Ven querido, dame tu mejor golpe.

    El chico de lentes no se mueve, la expresión seria de su cara no ha cambiado desde que llegó.
    —No seas tonta Niflheim, huyamos mientras podemos. —El elfo lanza una flecha de hielo al suelo e inmediatamente una de fuego, creando una pantalla de neblina que les permite huir sin ser detectados.
    —Gracias. —Dice sonrojada Ram, pero al voltearse el chico de lentes oscuros se había ido. —Te fuiste. —Se dice mirando decepcionada hacia el suelo. —Vamos Mana, todos deben estar preocupados por ti. —Ambas chicas regresan a la aldea para ayudar a todos.
     
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    Kirah Isoro Nyan

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    O_O Continuala!! fue el de los lentes de traje pinguino... (imagen mental de un pinguino con cara de chico y lentes oscuros e.e" ) ... el que hizo sonrojar a Ram? ummm Ram parece ser algo mas que una simple vampira. confundida!! esa el la palabra, quede contundida... jajaja continuala Mr. Dark.. como habia dicho antes *calmandode* me fascina su narrativa, es espectacular
     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Los Caballeros de Magnus
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    Capítulo 40. El Falso Dios.

    Las quimeras y los grifos se detuvieron cuando la banshee huyó, las bestias están confundidas y huyen hacia el bosque asustadas.
    —No eran malos. —Dice Alice triste por las criaturas que murieron.
    —Eso parece. —Contesta Merlín. —Alguien los estaba controlando.
    —Muy listos. —Se oye una voz grave que proviene desde el bosque.

    De las sombras del bosque alguien lanza a los cachorros mal heridos hacia la aldea, chocan con fuerza contra una choza la cual se derrumba sobre ellos.
    Alice corre hacia ellos, comienza a quitarles los escombros, llora histérica. Los arrastra con dificultad y revisa que sigan con vida, al ver que los tres aún respiran suspira aliviada.
    Los tres cachorros están muy lastimados, en especial Gamma que parece tener una pata quebrada.
    — ¿Quién hizo esto? —Grita Alice enojada, tiene una mirada de ira que jamás en su vida había mostrado.
    —Que bella chica, me divertiré mucho contigo. —Dice la voz desde el bosque.

    Ese comentario hizo que a Alice se le erizara la piel. El bosque se vuelve silencioso.
    Del bosque sale un lich, un ser parecido a un humano, con la piel de color gris verduzco, vestido con una armadura dorada y una elegante lanza decorada con gemas elementales.
    —Tendrás el honor de conocerme mejor humana. —Dice el ser en tono pervertido.
    —Nunca. —Grita asqueada al verle al lich de cerca.
    — ¿Un lich? —Interrumpe Merlín. — ¿Pensaba que los lich estaban extintos?
    —Un error común, los lich somos magos no muertos semi-inmortales, no morimos tan fácilmente. —Dice Orgulloso el ser de piel verduzca.
    — ¿Tu les hiciste esto a Gamma y los demás? —Pregunta furiosa Alice.
    —Si te refieres a los mugrosos lobos esos, claro que si. —Se acerca a la aldea.

    Merlín observa al ser, estudia al primer lich que ha visto en muchos años, y lo que ve no le gusta para nada; su armadura refleja elementos, tiene tatuajes que le dan inmunidad contra casi cualquier hechizo, como lich tiene fuerza sobre humana y probablemente sepa usar magia.
    —Y tú humana, esa deliciosa piel blanca, ese largo cabello negro, esos tristes ojos que tienes y lo más importante, toda la tristeza que sale de tu corazón me hace querer hacerte mía. —Dice emocionado acercándose a Alice.
    Merlín se prepara para enviar a las piezas de su marioneta a atacarlo, pero se da cuenta que las piezas están en el suelo inactivas.
    —Alquimista tonto, ¿no creerías que me mostraría sin tomar todas las precauciones?, je, je, je. —El ser sigue acercándose hacia la aterrada Alice.
    — ¡No te acerques! —Ella camina hacia atrás alejándose, pero se tropieza con un grifo muerto que no había notado.

    Épsilon recupera la conciencia, pero se siente tan adolorido que no logra levantarse, le aúlla a la luna pidiendo ayuda.
    Alpha sale de las sombras y ataca al lich, este se tira al suelo justo antes de que la enorme loba lo golpee, la ve pasar sobre él, patea con fuerza elevándola unos metros en el aire, se levanta salta y patea nuevamente a la loba lanzándola al océano.
    Arquímedes lo atrapa con su látigo dejándolo inmóvil, el androide aprovecha y se acerca para golpear al poderoso ser.
    — ¿Una marioneta que funciona aún con el hechizo que lancé?, me impresionas alquimista, le pusiste el alma de un animal a esta cosa, pero… —Jala con su cuerpo a la marioneta atrayéndola hacia él, esquiva los ataques de robot, logra soltarse del látigo y lo usa para amarrar al robot, lo golpea con fuerza en la cabeza arrancándosela de un solo golpe, TXC sufre un corto circuito y cae inactivo, inmediatamente golpea la marioneta lanzándola al bosque. —… sigue siendo inútil contra mi. Je, je.
    Beta ataca al lich tomándolo por sorpresa, este da algunas vueltas en el suelo por el golpe que le propina el lobo, se le desmonta un brazo.
    El ser se levanta, se monta el brazo de un jalón, y sonríe horriblemente.
    —Lobo malo. —Levanta sus manos, lanza agua de su mano derecha y una fuerte descarga eléctrica de su otra mano.
    Ambos ataques golpean al lobo dejándolo mal herido. El ser golpea el suelo con fuerza, a lo lejos venía Caelum corriendo y queda atrapado en una tumba de hielo, sosteniéndose de un árbol cercano la herida Susurro tiene la misma suerte que el pequeño dragón.
    —Estúpidos mortales, jamás podrán derrotar a un dios. —Ríe psicóticamente. —Soy el omnipotente Asgar, y ustedes solo son insectos.
    — ¿En serio? —Suena una voz desde la aldea.
    El dueño de la voz se acerca y se muestra a todos, es Ram que acaba de llegar al lugar, Mana se acerca a Alice tomándola de la mano para tranquilizarla.
    —Una mugrosa vampira se atreve a hablarme así. —Se acerca a Ram de forma amenazante.
    —Tú no eres Asgar, tú eres un lich con problemas mentales, solo eres basura. —Toma su bate y se lanza a atacar al ser.
    Este bloquea fácilmente el ataque, antes de poder golpearla, se ve obligado a parar el ataque de Elfina que justo en ese mismo instante ataca con su daga. Para ambos ataques sin dificultad, lucha con las fuerzas combinadas de ambas chicas.
    —Patético. —Sonríe mostrándoles sus podridos dientes. —Dos niñas jamás podrán detenerme.

    Una espada atraviesa al ser, intenta sacársela, pero tiene las manos ocupadas con el bate de Ram y la daga de Elfina.
    —Esto es por los lobos… —Dice Magnus que había atravesado al lich con su katana, El Alma. —Esto es por volarle la cabeza a TXC… —Mueve la katana con fuerza hacia arriba. —Esto es por Susurro, Caelum y Arquímedes. —Lanza una leve descarga eléctrica hacia la herida del ser.
    Ambas chicas se alejan del ser de piel verduzca, quien tose por el dolor.
    —Maldito humano, ¿no sabes que no puedes vencer a un dios? —Tose escupiendo sangre de color negro que desprende un desagradable olor a podrido.
    —Y esto es por insinuártele de manera tan desagradable a Alice. —Lanza un poderoso rayo directamente hacia la herida del monstruo, el cual cae inconsciente.
    Magnus mira en todas las direcciones, ve a sus amigos mal heridos por todas partes, le entran unas incontrolables ganas de matar al lich que yace inconsciente frente a él; pero sabe que si se atreve a hacerlo, no sería diferente al monstruo que le hizo eso a sus amigos.

    Los tortuga-león salen de las chozas y comienzan a atender a los heridos. Descongelan a Caelum y Susurro cerca de una gran fogata que encendieron con ese fin. Alpha regresa nadando y lame a sus cachorros esperando a que recuperen la conciencia, Merlín busca a Arquímedes y reúne las piezas de su otra marioneta y del destruido robot de Caelum. Usan toda la medicina que traía Elfina en los cachorros, en las heridas de Beta y en la pierna de susurro. Al encontrarse todos en silencio alrededor de la fogata Magnus se levanta y les habla.
    —Perdónenme. —Baja su cabeza arrepentido.
    — ¿Qué tenemos que perdonarte? —Pregunta Alice que aún estaba algo nerviosa.
    —Es mi culpa, yo los metí en esto, honestamente no esperaba encontrar un enemigo tan poderoso. —Sigue con su cabeza baja.
    —Ninguno de nosotros te culpa de nada. —Contesta Caelum temblando de frío.
    Magnus levanta su cabeza y mira el rostro de todos, cada uno de ellos le devuelve una sonrisa.
    —Gracias. —Les dice él agradeciéndoles su amistad.
    Se sienta en el suelo quedando en medio de Elfina y Alice que está abrazando a Mana.
    Todos los criminales que habían atrapado se encuentran atados siendo vigilados por los tortuga-león, por excepción del lich al cual sellaron con un hechizo para evitar que se levantara y atacara nuevamente.
    — ¿Alguien sabe que es esto? —Pregunta Magnus señalando al ser sellado junto a ellos.
    —Yo puedo satisfacer su curiosidad. —Responde Merlín. —Es un lich, los lich son algo así como magos zombis, seres considerados como el ser no muerto más poderoso, se creía que los elfos habían eliminado a cada uno de esos seres.
    — ¿Qué hacemos con ellos? —Pregunta nerviosa Alice.
    —Ya llamé a los cazadores del área para que se los lleven a prisión. —Responde Elfina.
    —El lich es lo que menos me preocupa. —Dice repentinamente Ram. —Me encontré con un par de los miembros del Yggdrasil.
    —Lo sabía. —Dice Elfina culpándose de no haber reconocido antes al elfo que los atacó en el bosque.
    — ¿Los que? —Pregunta Caelum, luego estornuda.
    —Los Yggdrasil, son un grupo terrorista cuyo fin es ser los más poderosos del planeta. —Responde Elfina. —Al menos eso pensamos, pero debe haber algo más que los motive.
    —De hecho. —Interrumpe Ram. —En los informes de Mor decía que la motivación de los Yggdrasil es regresarle sus poderes a su líder.
    — ¿Los poderes de Asgar?, el verdadero no esa copia barata claro, ¿Qué quiere decir eso? —Pregunta muy interesada Elfina.
    —Ni idea. —Añade sin tener nada más que decir la vampira.
    — ¿Qué hace tan fuerte a ese grupo? —Pregunta Alice curiosa.
    —Un único objeto los hace de cuidado, poseen El Papiro Negro, uno de los tres libros dados a los habitantes del continente de la naturaleza. —Al ver el rostro de Alice, Elfina se da cuenta que no entendió. —Para ponerlo tan claro que hasta la enana lo entienda, el Papiro Negro tiene varios poderes, entre ellos revivir muertos, eran ellos los que hacían que las quimeras se levantaran de nuevo y de nuevo.
    Pasaron lo que quedaba de la noche en la villa, Gamma se pasó la noche aullando por el dolor en su pata.

    A miles de kilómetros de ahí se encuentran Niflheim, Alfheim y un tercer individuo, un enano de barbas negras y mirada intimidante, usa una pesada armadura de acero con una lanza en su mano derecha y un escudo con un pedazo del Papiro Negro pegado en la parte posterior del mismo.
    Los tres sobre una veloz criatura marina que los lleva rápidamente hacia el continente de la naturaleza.
    —Fallaron horriblemente. —Les reclama el enano.
    —Oh, eres muy cruel Nidavelir, hubiéramos logrado conseguir los caparazones de esas sucias criaturas si esos metiches no hubieran interrumpido. —Contesta la banshee preocupada.
    —A mi me preocupa más el destructor. —Comenta el elfo. —No esperaba encontrarlo aquí.
    Repentinamente la criatura se detiene de golpe haciéndolos caer al agua.
    — ¿Qué diablos sucede? —Pregunta furioso el enano.
    Dos seres alados aparecen frente a ellos, una hermosa ángel de tez clara y largo cabello dorado, y un aterrador ser alado de alas negras y piel gris.
    —El destructor les envía saludos. —Dice el ser de alas negras con una sonrisa maliciosa.
    Los tres miembros de Yggdrasil quedan petrificados al ver a los escoltas del Consejero Oscuro.
    —Les tenemos dos mensajes: Primero; no se acerquen a la vampira. —Les dice la hermosa mujer alada.
    —Segundo. —Dice el otro ser alado. —Díganle a Asgar, que no se atreva a intervenir en el juego estando tan cerca del clímax.
    Ambos seres alados desaparecen tan repentinamente como aparecieron, los tres miembros de Yggdrasil se suben nuevamente en el ser marino y se dirigen a informar a su líder.
     
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    ¡Vamos chicas vamos! * haciendo una porra con pompones de animadora* Me encanta el power girl y ¡mugroso tu, linch del averno! *ya me enoje, nadie les dice mugrosos a mis lobitos lindos favoritos* Oh, estonces ese no es Asgar, y que lindo que el Destructor prohiba atacar a su amorcito, ja,ja, que lindo
    Sólo note que de vez en cuando los nombres propios no los pones con mayúscula, pero bueno, son cosas menores.
    Siguiendo una fiel lectora se despide por el momento Sheccid, esperando que los lindos cachorros y todos en general se recuperen
     
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  5.  
    Kirah Isoro Nyan

    Kirah Isoro Nyan Entusiasta

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    ohhhhh me encantoo!! continuala!! esos dos agel y demonio me dan mala espina..
     
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  6.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Los Caballeros de Magnus
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    73
     
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    2381
    Capítulo 41. La Tormenta.

    Alice pasó algunos días sin regresar a la mansión, la época de exámenes se acerca y ella se queda en casa a estudiar, sin importar cuantas veces le dice Magnus que puede ir a estudiar al otro mundo durante horas, ella no parece entenderlo del todo.
    Al final de la segunda semana sin ir a ese otro mundo, que también marcó el final de los exámenes, se da la alerta de tormenta, un huracán pasará muy cerca de la ciudad.
    El instituto estuvo muy vacío durante la semana, la mayoría de los estudiantes salieron de la ciudad o del país con sus padres para evitar ser alcanzados por la tormenta.
    Alice y Magnus fueron de los pocos que asistieron a clases el último día de la semana. Durante el principio de la tarde sonó la alarma, al parecer el huracán se había desviado un poco y la tormenta azotaría con fuerza la cuidad más pronto de lo esperado.
    Alice y Magnus salen juntos, el viento comienza a soplar violentamente.
    — ¿Qué hacemos? —Pregunta asustada Alice.
    —Dame un segundo. —Magnus saca su celular, un moderno celular algo grande, táctil, color negro, con cientos de aplicaciones complicadas, tiene el logo de la compañía que dirige Magnus; lo abre a la mitad. —Llamar limosina. —Dice en voz alta hacia el celular, el aparato comienza a llamar al chofer. — ¿Puedes venir pronto? —Se queda en silencio escuchando al chofer. —Entiendo, claro que puedes usarla. —Escucha en silencio la respuesta. —No te preocupes, apresúrate.
    — ¿Qué pasa? —Pregunta Alice que está curiosa por la conversación que acaba de escuchar.
    —El chofer me pidió la limosina para llevar a su familia y vecinos a un refugio, así que estamos por nuestra cuenta por el momento. —Le responde pensando en que debe hacer.
    —Si corremos podemos llegar a mi casa en treinta minutos. —Le propone ella.
    El cielo se oscurece y repentinamente comienza a llover fuertemente.
    —Creo que debemos refugiarnos en mi casa. —Propone él no muy convencido que sea buena idea.
    —En tu… casa… los dos solos… —Responde avergonzada.
    —Si, ven corramos. —Toma a Alice de la mano y comienzan a correr en la dirección opuesta a la casa de la chica.
    —Pero tú mansión queda aún más lejos que mi casa. —Le dice confundida no solo porque la mansión a la que fue a la fiesta está muy lejos de la ciudad, sino también por el hecho que no van en la dirección correcta.
    —Esa no es mi casa, yo no vivo en esa mansión, solo se usa para fiestas o recibir a los inversionistas. —Se quedan en silencio mientras aceleran el paso, la lluvia cae con más fuerza con cada minuto que pasa.
    Llegan hasta una elegante casa de dos pisos, pintada de color blanco, el humano abre rápidamente una puerta con un extravagante diseño estilo oriental.

    Alice no pudo apreciar muy bien el exterior de la casa por la prisa, al entrar el lugar luce muy acogedor, el piso de madera barnizada, las paredes decoradas con objetos variados, en su mayoría los temas de la decoración tienen que ver con animes o diseños orientales de algún tipo.
    —Bienvenida a mi casa. —Le dice él casi sin aliento por el cansancio.
    Ella no puede hablar, había corrido demasiado rápido, se siente algo mareada.
    Ambos están empapados, lo primero que hizo Alice cuando descansó un poco fue llamar a su madre.
    —Hola… estoy bien, no te preocupes, ¿cómo están? —Ella escucha muy detenidamente. — ¿Yo?, estoy en casa de un amigo. —Escucha lo que su madre le dice. —Si en su casa. —Cubre con su mano el teléfono para evitar que Magnus escuche lo que su madre le dice. — ¡No digas cosas tan vergonzosas! —Grita sonrojada. —Bueno te lo prometo si algo llegara a pasar usaremos... no puedo decirlo en voz alta, pero te lo prometo. —Hablan por unos momentos más antes de colgar.
    Magnus regresa, ya que había subido al segundo piso a buscar algo.
    — ¿Todo bien en casa?
    —Sip, perfecto. —Mira lo que trae él en las manos.
    —Los siento, no encontré nada que te quedara, pero puedes usar esta camiseta hasta que se seque tu ropa. —Le extiende una camiseta blanca y le presta un paño.
    Ella decide bañarse, al salir se pone la camiseta que le dio Magnus, le queda demasiado grande, le pasa de las rodillas y el cuello le queda muy amplio, dejando ver sus hombros. Se siente avergonzada, aunque no tanto como el hecho que no lleva nada debajo.
    Sale del baño incomoda, busca a Magnus para ver si no tendrá algo más que pueda ponerse, recorre el pasillo, al caminar se pregunta quién será el encargado de limpiar la casa, todo parece estar muy limpio; al no encontrarlo en el piso de abajo se asoma por las escaleras que dan al segundo piso, las cuales están hechas de roble, cubiertas por una alfombra color azul que cubre casi por completo los escalones, solo dejando un pequeño espacio a los lados.
    Sube despacio las escaleras, nota que el segundo piso se parece un poco a la mansión de Elfina, un largo pasillo con habitaciones a los lados, aunque en esta casa solo hay cuatro puertas y no diez como en la mansión.
    Toca cada una de las puertas, pero no escucha respuesta proveniente de ninguna, abre solo un poco la última puerta del lado derecho, se asoma y llama a Magnus por su nombre.
    Mete la mano, busca el interruptor y enciende la luz, lo que ve la deja deslumbrada; un enorme cuarto con tres mostradores de vidrio pegados a la pared que llegan hasta el techo, cada uno cerrado con llave, dentro de cada uno hay decenas de figurines, como los que tiene Magnus en su habitación de la mansión. Primero mira el contenido del que queda a su izquierda, reconoce algunos de los figurines; Glrsk, Raknert, Julin, lobos de fuego, la marioneta gigante parecida a un gusano… y así siguió mirando ese mostrador, a la mayoría no los reconocía, pero a los que si, nota que están muy bien detallados, en la parte inferior del mismo hay una colección de armas a escala; espadas, escudos, lanzas, libros, algunos los reconoce. Pasa al mostrador a su derecha, lo primero que nota es una versión a escala de la mansión de Elfina, del coliseo, de la torre con círculos mágicos, del templo destruido en Ruh, entre muchas otras edificaciones que abarcan las dos filas de hasta arriba; bajo estos ve varios figurines de sus amigos, en su mayoría hay más de cinco de cada uno, más varios de las transformaciones de Dragón, de la marioneta de Merlín hay solo un par y las piezas de la nueva marioneta sin terminar ya están exhibiéndose junto a los figurines del anciano, los que más gracia le dan son los que se parecen a su prima, entre esos hay uno en el que está sonriendo, sabe que Magnus no la ha visto sonreír tanto como se ve en esa figura, pero supone que así se la imagina.
    Al verlos esboza una hermosa sonrisa, piensa que es una lástima no poder tomarles fotos y mostrárselas a todo en la mansión.
    Finalmente pasa al último aparador, que es el que queda frente a la puerta, cuando ve las figuras que se exhiben en este se sonroja; decenas de figurines de ella y Elfina; con diferente ropa; el vestido de la fiesta, con su uniforme, en su traje de baño o usando la magia de su collar, Elfina cabalgando sobre el lomo de Alpha; sabe que eso nunca ocurrió, porque a la loba no le agrada Elfina lo suficiente como para dejarla subir a su lomo; uno de ella misma sobre el lomo de Dragón en su forma de dragón de fuego. Todos estos son notoriamente más grandes que los de los otros dos mostradores.

    Magnus había estado en la puerta desde ya hace un buen rato, pero no quiso sorprender a Alice, cuando ella finalmente se da cuenta que él está ahí se sonroja.
    —Hola, yo… umm… —No sabe que decirle, la había descubierto espiando en una de las habitaciones.
    — ¿Te gustan? —Él se acerca al mostrador del centro.
    —Si, mucho. —Contesta preguntándose si a él no le molesta que haya entrado sin permiso.
    Magnus se siente algo incómodo al ver que ella descubrió los figurines. Repentinamente ella recuerda a que había subido.
    —Por casualidad no tienes… —Se siente apenada por preguntar. —…ya sabes, algo más que ponerme.
    Él le presta una pantaloneta verde de las que se pueden tallar con un cordón, que también le queda grande pero la amarra bien para que no se caiga.
    Pasaron el resto de la tarde hablando, al caer la noche el clima empeora, los fuertes vientos arrancan pedazos de los techos, derriban árboles, comienzan a caer ruidosos relámpagos que iluminan la oscuridad que trajo la tormenta.
    Con cada relámpago Alice se asusta más, Magnus lleva a Alice a su propia habitación, ella lo observa y nota que es un cuarto bastante normal, algunos posters pegados en la pared, una pequeña biblioteca, un escritorio con una pequeña lámpara, una mesita de noche a cada lado de la cama, la cual es bastante amplia, tamaño King size, con una colcha negra con el diseño de Nerv en ella.
    —Aquí dormirás tú. —Le dice él amablemente, se da la vuelta, cae un relámpago y Alice lo detiene.
    — ¿Me vas a dejar sola? —Le pregunta asustada.
    — ¿Qué quieres decir?, estarás bien, estaré en la sala. —Le dice tranquilizándola.
    — ¿Qué te parece si duermes en tu cama y yo en el suelo? —Le propone intentando no parecer que tiene miedo de dormir sola.
    —Yo duermo en el suelo y tú en la cama. —Le dice él al darse cuenta que ella le tiene miedo a los relámpagos.
    — ¡No!, es tu cama debes dormir en ella. —Le reclama con una dulce mirada de enojo.
    Pasaron un rato discutiendo hasta que Magnus se cansa y se acuesta de un lado de la cama y se cobija. Ella lo duda, se queda mirando el otro lado, repentinamente suena un fuerte trueno y se lanza a la cama y se oculta bajo la cobija.
    Ella se duerme casi inmediatamente, al estar junto a él se siente segura. Él la mira dormir, le aparta un mechón de cabello que cubre el pálido rostro de la chica, él sonríe. Para él la situación se siente natural, como si así debiera ser.
    Mira al techo intentando dormir cuando el espectro aparece flotando frente a él, lo mira a sus blancos ojos y sabe inmediatamente que está pensando.
    —Ya se que soy basura. —Le comenta a Ghoul.
    —No dijimos eso amo. —Le contesta el espectro que flota alejándose un poco.
    —No voy a intentar nada con ella, no te preocupes por eso, pero… —Se queda en silencio pensativo. — ¿qué crees que debería hacer?
    —No podemos responder a eso. —Desaparece y reaparece en el mismo lugar pero ligeramente más grande. —En lo personal preferimos que elija a la humana.
    — ¿Por qué? —Pregunta en voz baja para intentar no despertar a Alice.
    —Como dijimos es personal, aunque todos en la mansión piensan lo mismo. —Magnus mira al espectro a los ojos esperando que continúe. —A casi nadie le agrada la elfa, y nos incluimos en esa opinión.
    —No entiendo porque a nadie le agrada Elfina. —Le dice con el ceño fruncido.
    —Simple, siempre oculta sus intenciones, nos apuñalaría por la espalda a la primera oportunidad, es parte de los cazadores corruptos, es fría, cruel y lo principal, no le agrada nadie aparte de usted, amo. —El espectro desaparece y reaparece flotando dos metros sobre Alice. —En contraste la humana es dulce, amable, no discrimina, y tiene una personalidad que hace a que a todos nos agrade. —Desaparece y reaparece junto a la cama. — ¿Con cuál se imagina pasando el resto de su vida mortal?
    —Ya me lo he preguntado, pero la respuesta que quiero responder es; ¿a cuál soportaría hacer infeliz?
    —Pensamos que solo se excusa, pero no somos quien para corregirlo, duerma bien, amo. —Desaparece.
    Magnus se voltea para mirar a Alice dormir, su hermoso rostro inocente lo hace sentir feliz y culpable a la vez, se da la vuelta dándole la espalda a la chica y se duerme.
     
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  7.  
    Kirah Isoro Nyan

    Kirah Isoro Nyan Entusiasta

    Leo
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    waaaa >3< te felicito Mr. Dark ^^ siempre me ilusiono con sus capitulos, y me emociono por el siguiente, es un escritor esplendido que logra que el lector entre en la historia como si fuese una pelicula en la television jejeje. Espero el mensaje de su siguiente capitulo con ancias c:
     
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  8.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Los Caballeros de Magnus
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    1865
    Capítulo 42. Romance En La Tormenta.

    Cuando llegó la mañana, el cielo está tan oscuro como el día anterior. Cuando Alice se despierta nota un brazo sobre su cuerpo, se voltea sonrojada, y nota a Magnus que la había abrazado mientras dormía.
    Se pone totalmente colorada. Se levanta con cuidado, intentando no despertarlo, mira el reloj que está sobre la mesita de noche, son más de las siete de la mañana, se arma de valor y baja las escaleras.
    Casi media hora después Magnus se despierta, baja buscando a la chica, encuentra a Alice luchando con la estufa; se le hace cómica la forma en la que ella intenta cocinar.
    Magnus sube a tomar un baño, pero es interrumpido por la alarma de incendios, se pone solo una pantaloneta y baja corriendo, llega justo a tiempo para apagar un pequeño incendio en la cocina; desayunan arroz quemado con huevo y una gran taza de café.
    Pasan la mañana hablando de cosas triviales, la tormenta no parece tener fin, Alice intenta llamar a su madre pero el viento derribó los tendidos eléctricos, y está bloqueando la señal del celular de Magnus.
    Al llegar la tarde Magnus se encarga de preparar el almuerzo para así evitar que Alice provoque otro incendio. Por la tarde él le explica que tienen electricidad gracias a varios generadores que se encuentran en el sótano, juegan algunos juegos de video y ven algunos animes.
    Al caer nuevamente la noche la tormenta sigue tan poderosa como cuando inició. Se pusieron a hacer la tarea al ver que sus útiles ya se habían secado completamente.
    Él le explica algunas cosas que ella no entendía, al terminar pasan a la sala para hablar.
    —Estoy muy preocupada por mamá y Mana. —Se dice ella mirando por la ventana.
    —No te preocupes, apenas amaine la tormenta te llevaré a casa. —Le dice tranquilizándola.
    Ella no sabe que significa “amaine”, pero no le pregunta para no parecer ignorante. Un relámpago cae iluminando la calle y haciendo mucho ruido, Alice se lanza a los brazos de Magnus para protegerse.
    —Perdona. —Le dice apartándose sonrojada.
    —No te preocupes. —Le responde algo sonrojado.
    El corazón de la chica late rápidamente, no sabe que decir o que hacer, se dedica a mirar el suelo.
    Magnus también se siente incómodo, conecta el televisor y el reproductor de discos a una de las baterías auxiliares de la casa.
    — ¿Qué quieres ver? —Él le muestra un grupo de discos de anime.
    Ella los revisa, ya había visto algunos de esos en la televisión, vio uno que le llamó la atención y pidió que lo pusiera; durante las próximas cuatro horas se dedican a mirar Clannad, que Alice eligió de entre todos los discos.
    Al final Magnus tuvo que obligarla a irse a dormir al ver que ya eran casi las dos de la mañana; ella cae dormida casi de inmediato, él se dedica a terminar un nuevo figurín que tenía pendiente.
    Al llegar la mañana Alice nota que Magnus está acostado al contrario que ella, con su cabeza junto a sus pies.
    —Umm… hola. —Le dice al verlo despierto.
    — ¿Cómo dormiste? —Le pregunta mirándola a los ojos desde donde está.
    —Bien. —Se siente nerviosa de tenerlo tan cerca de sus pies. —Umm, ¿Qué haces?
    —Miraba tus pies. —Le contesta como si nada.
    Ella se sonroja. — ¿Por qué?
    —Son lindos. —Él comienza a hacerle cosquillas en la planta de los pies, ella comienza a reír.
    La risa de Alice es dulce y silenciosa, para él suena hermosa, como una adorable canción. Se acuesta junto a ella y la mira directamente a su sonrojado rostro, tiene lágrimas producto de la risa lo cual la hace lucir adorable.
    Se miran a los ojos, ambos se pierden en los ojos del otro, él la besa por un instante, se separan y vuelven a besarse, a pesar del frío, comenzaron a sentir calor, repentinamente Alice aparta a Magnus.
    —Yo… le prometí a… —Le avergüenza decirlo.

    Por la ventana se puede apreciar el cielo que comienza a aclararse, la tormenta se había detenido apenas se besaron, ambos se miran por un instante.
    —Ve y alístate, vamos a ver como están tu madre y Mana. —Le propone él levantándose.
    Ella asiente, se levanta, se pone su uniforme, que no se había secado muy bien.
    Se dirigen en dirección de la casa de la chica; la tormenta había durado más de día y medio, la destrucción en la ciudad es notoria, muchas casas habían quedado en ruinas, árboles arrancados de raíz, postes telefónicos caídos, automóviles volteados. Al parecer la casa de Magnus no solo era una de las pocas habitadas durante la tormenta sino la única que no recibió daños estructurales serios.
    Entre más se acercan a casa de Alice, más preocupada está ella. Corre con todas sus fuerzas. Magnus que se había quedado atrás la escucha gritar desesperada, él comienza a correr y llega a la ahora en ruinas casa de Alice.
    Ambos quitan los escombros intentando encontrar a alguien.

    Unas horas antes, en casa de Alice.
    La tormenta está más fuerte que antes, el techo de la casa es arrancado de su sitio como si fuera de papel, las paredes comienzan a tambalearse, la madre de Alice abraza a Mana, ambas se esconden bajo la cama que comparten Alice y Mana; en lo único que la mujer puede pensar, es que no volverá a ver a su hija.
    La niña no luce asustada, su rostro parece darle la bienvenida a la tan esperada muerte.
    Frente a ellas aparece un chico de traje y anteojos negros, quién a pesar de la tormenta no está mojado, el viento no puede mover su ropa; da una sonrisa burlona.
    —Agradable clima. —Le dice a la niña, que es la única que puede verlo, su voz se escucha perfectamente a pesar del ruido de la tormenta.
    La expresión de Mana cambia, finalmente muestra algo de temor en su rostro.
    —No te preocupes Mana, aún no puedo permitir que mueras. —Repentinamente se encuentra acostado sobre la cama, con expresión de tranquilidad.

    Los fuertes vientos derriban las paredes de la casa, dejando la cama enterrada bajo los escombros.
    Pasaron horas enterradas, ya ambas habían perdido la conciencia cuando Magnus y Alice lograron sacarlas. Alice grita aterrada, saca a su madre de debajo de los restos de su habitación, no logra hacer que reaccione; Magnus se encarga de Mana, esta tiene una enorme herida en su cabeza, abre los ojos, se le queda mirando seriamente, abre un poco la boca como si intentara decir algo y pierde la conciencia.
    A pesar del caos que aqueja a la ciudad Magnus logra conseguir una ambulancia privada; las llevan al hospital más cercano; de los cinco hospitales en la enorme ciudad, las empresas de Magnus patrocinan cuatro de ellos, esto logró que atendieran a la familia de Alice al momento de llegar, ella se queda afuera de la sala de cirugías a la que llevaron a su madre que al parecer tiene varias lesiones y sangrado interno.
    Ghoul aparece frente a Magnus que espera en la calle, ya que en el caos del hospital lo último que quiere es estorbar.
    —Amo, ¿lo notó? —Le dice con voz criptica.
    —Si. —Mira hacia el sol. —Esa cama no debió soportar esos escombros.
    — ¿Qué hará ahora? —Pregunta moviéndose hacia la sombra al notar que el sol en la tierra es demasiado caliente.
    —Esperaremos.
    Saca su celular, y comienza a hacer arreglos para encargarse de las reparaciones de la ciudad, al terminar el espectro que no entendió muy bien la situación le habla.
    — ¿Va a reconstruir toda la ciudad? —Pregunta sin entenderlo.
    —Yo no, solo me encargaré de los gastos. —Dice envinado un mensaje de texto.
    — ¿Va a gastar su; como lo llaman aquí; dinero?
    —Correcto. —Contesta sin pensarlo.
    — ¿La ciudad es suya?
    —No, solo la mitad de las empresas y negocios. —Al decir eso se da cuenta de lo presuntuoso que suena.
    —Pero va a reparar las casas y edificios con los que no tiene relación, ¿cierto? —Pregunta aún más confundido el espectro..
    —Claro. —Al ver la expresión de confusión en el rostro de Ghoul comprende que el espectro no sabe la motivación de sus acciones. —Yo no hago cosas buenas por que sea buena persona, créeme que lo se; lo hago por que nadie más lo hace.
    — ¿Y por que usted, amo? —Pregunta confundido el espectro.
    — ¿Por qué yo no? —Contesta con una triste sonrisa.
    —No nos queda claro, pero creemos que lo entendemos. —Desaparece.

    Pasó casi un mes desde la tormenta, la madre de Alice se había recuperado y había conseguido un nuevo empleo, ya que el edificio donde trabajaba quedó hecho pedazos. Mana tiene una enorme cicatriz en su cabeza, pero no se nota ya que queda bajo su cabello; Alice se dedicó a cuidarlas durante todo el tiempo que hizo falta.
    Las tres consiguieron un nuevo hogar en una nueva casa que se alquila por un precio razonable, y que queda convenientemente cerca del instituto y el nuevo empleo de su madre. Alice jamás se enteró que Magnus había arreglado todo para que consiguieran esa casa.
     
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  9.  
    Sheccid

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    ¡Dark! Si al final termino enamorada de tu personaje no me eches la culpa XD
    ¿Luego que le pasa a a mamá de Alice? Ya le quería dar la "charla" por teléfono, que verguenza.
    Y luego eso de la tormenta me recordo una vez que fuimos a casa de Caro, una amiga mía y empezó a llover a riendas, y nos tuvimos que cambiar y el pobre de Julio no se pudo cambiar,ja,ja, y luego abrimos accidentalmente la puerta y vimos como otra amiga se arreglaba, fue raro.
    Pero nos quedamos con nuestra ropa interior ¿por que Alice no? Ago me dice que le gusta la icomodidad, sólo se hubiera secado bien. Ya quitando de un lado mi aventura más loca de lluvia (pasaron cosas muy chuscas)
    Y que super romantico, pero sigo preguntandome por que necesitan a Mana, espero que por algo bueno mmm... ¡No se quien quiero que se quede con Magnus!
    Tu me confundes mucho y yo me desespero...pero me encanta.
    Nos vemos a lla próxima y mejor no me hagas caso con lo de la lluvia, estoy reloca hoy
     
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  10.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    XD, ya ves porque meencanta que comentes los capitulos.
    Y tampoco he decidido con quien se queda, pero ya se me ocurrirá o mataré a alguna de las dos para hacerlo mas facil (que cruel).
     
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  11.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Los Caballeros de Magnus
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    2069
    Capítulo 43. El Viaje De Elfina Y Magnus.

    Al pasar la conmoción de la tormenta, Magnus, Alice y Mana regresan a la mansión de Elfina. Al estar todos en la sala Elfina se acerca a Alice y le susurra.
    —Oye enana, ¿puedo hablar contigo a solas? —Sin esperar que le conteste la toma del cuello de la blusa y la arrastra al segundo piso.
    Al llegar frente a la habitación de la elfa, la suelta, Alice comienza a toser al poder respirar nuevamente.
    — ¡Oye!, casi me matas. —Le grita ahogada.
    —No exageres enana. —Le contesta como si nada. —Quiero pedirte un favor.
    — ¿Qué? —Pregunta extrañada por el hecho que Elfina necesite un favor de ella.
    —Pasado mañana es mi cumpleaños y se que Magnus está planeando algo grande, pero también se que va a querer llevarlos a todos ustedes. —Le dice lamentándose del exceso de personas en la mansión.
    —Felicidades. —Le dice sinceramente. — ¿Qué te debo comprar?
    —No me estás escuchando, cállate y pon atención. —Le dice intentando no desesperarse.
    Alice la escucha muy atenta.
    —Necesito que convenzas a todos de que no vayan con nosotros, tu incluida. —Dice la elfa sin mucha fe en la humana.
    — ¿Quieres estar sola con él? —Pregunta la chica de cabello negro en voz baja.
    —Para mi cumpleaños dieciséis él me llevó a comer a uno de los lagos del país de Klanje, me compró el arco que uso en los combates del coliseo, luego esa misma noche en el lago… —Se sonroja y no sigue contando. —Bueno en fin, ¿crees que puedes dejarnos solos por mi cumpleaños?

    Alice queda impactada, la petición de Elfina es bastante extraña, sin mencionar que no quiere que Magnus esté solo con ella. Se da cuenta que está pensando de forma egoísta, si él quiere ir solo con ella por algo será, respira profundo y acepta.

    Baja a la sala en la que están todos por excepción de Magnus que había salido misteriosamente hace un par de horas.
    — ¿Me pueden escuchar un momento? —Les explica la situación.
    —De todas formas no hubiera salido a celebrar el cumpleaños de la joven Elfina. —Responde Merlín.
    Alpha, Susurro, Mana y el recién reconstruido TXC asienten a no tener la intención de celebrar junto a la elfa.
    —Creo que no iré, pero me hubiera gustado ir con todos. —Le responde Dragón.
    —Yo tengo planes para el resto de la semana. —Le responde Ram que ha estado saliendo todas las noches.
    Alice observa un extraño sentimiento por parte de todos hacia Elfina.
    — ¿Puedo preguntarles algo? —Les pregunta intentando averiguar si lo que piensa es correcto. — ¿Les agrada Elfina?
    Susurro y Beta niegan sin pensarlo. Alpha y Mana se quedan en silencio. Los cachorros no parecen haber entendido la pregunta. El robot se apaga para ahorrar energía.
    —Para ser completamente honesto con usted joven Alice, realmente no me agrada la joven Elfina; mató a uno de mis mejores amigos, sin mencionar que es parte de los cazadores corruptos. —Le responde Merlín intentando no sonar insensible.
    —A mí si me agrada. —Contesta el niño dragón con una sonrisa.
    —Gracias por su honestidad. —Les dice a todos antes de irse a la cocina.

    Ya en la cocina se da cuenta que probablemente Elfina se siente sola, derrama algunas lágrimas al entender como debe sentirse la elfa de convivir con gente a la que no le cae bien.
    Sube al segundo piso donde la está esperando Elfina.
    —Nadie más irá. —Le dice en voz baja.
    —Gracias enana. —Se dirige a su habitación.
    Alice se queda en silencio en el mismo lugar, sabe que al estar ambos solos probablemente pase algo que no quiera saber. Sonríe tristemente, sabe que lo que pase entre ellos, ella permitió que sucediera.

    Magnus regresa, y al ver a todos en la sala les propone un pequeño viaje para celebrar el cumpleaños de Elfina, a lo cual todos declinan, esto le pareció sumamente extraño, pero no los va a obligar a ir.
    Se encuentra a Alice en el segundo piso, de pie en medio del pasillo, como si tuviera mucho en que pensar.
    — ¿Estás bien? —Pregunta preocupado.
    —Si, gracias. —Baja las escaleras y se dirige a la cocina para prepararles algo de comer para su pequeño viaje.

    Magnus baja con una extraña maleta color negro con delgadas líneas verde brillante en las orillas, dándole una apariencia muy parecida a la de una tarjeta de circuitos gigante; unos momentos después baja Elfina con dos bolsos llenos y una hermosa sonrisa adornando su rostro.
    — ¿Seguros que no quieren venir? —Magnus intentándolo por última vez, todos niegan con la cabeza. —Bueno, Merlín y Alpha quedan a cargo, cuiden de Alice.
    Dicho esto, llega Alice de la cocina con un par de almuerzos envueltos para el camino.
    —Diviértanse. —Les dice fingiendo una sonrisa.
    —Estaremos de vuelta en tres días, te traeré algo. —Le dice Magnus, siente un extraño sentimiento en su corazón al dejarla sola.
    —Cuídense. —Hace silencio un momento. — ¿Puedo hablar con Elfina un momento?
    — ¿Qué quieres enana? —Le pregunta llevándola a un rincón.
    —Yo se que van a… bueno tu entiendes, no me opongo, se que él es hombre y todo… —Comienza a murmurar sonrojada.
    —No te preocupes enana, si pasa algo, nunca te enterarás. —Le contesta la elfa intentando tranquilizarla, pero eso la hizo sentir aún peor.
    Elfina se voltea y comienza dirigirse hacia Magnus.
    —Umm… Feliz cumpleaños. —Le dice la chica de cabello negro con una sonrisa.
    —Gracias. —Le contesta la elfa sintiéndose culpable.

    Afuera de la mansión Magnus le pide a Alpha que los lleve al portal, le cubre los ojos a Elfina con una venda blanca para que no sepa a donde la lleva. Llegan una enorme y elegante torre custodiada por cinco golems, cada uno hecho de un elemento distinto; hielo, magma, roca, acero y madera.
    Magnus baja a la elfa, inmediatamente se retira la loba sin mirar atrás.
    El interior de la torre es el más elegante de todas las que hay en la ciudad, paredes hechas de mármol, gemas elementales adornan el techo formando un dibujo, hay unas elegantes escaleras blancas que suben hasta el único portal de la torre.
    Al ir subiendo Elfina se da cuenta de adonde se dirigen, aún sin poder ver, la única torre con escaleras tan altas es la que comunica con el país de Kreig der Herrlichkeit; su país natal. La chica aún tiene familia viviendo en la ciudad principal, y no sabe si la sorpresa de Magnus incluye una reunión con ellos.

    Al pasar el portal él le quita la venda de los ojos, Elfina queda maravillada, llevaba más de cuatro años sin poner un pie en la ciudad principal, todo es más hermoso de lo que ella recuerda.
    La ciudad principal de ese país está construida alrededor del legendario castillo élfico en el que se llevó a cabo la batalla final entre el rey de los dragones y la líder de la resistencia; la elfa Galiana, quien es antepasado de Elfina. Las calles están hechas de rocas blancas, que se mantienen limpias a pesar del paso del tiempo, varias fuentes, edificios que imitan la arquitectura del castillo, elegantes postes que se encienden de noche.
    Todos los portales que dan hacia esta ciudad están fuertemente custodiados para evitar que algún ser con malas intenciones logre ingresar a la ciudad más antigua y famosa de todo el continente; e igualmente todos los portales llegan a la misma torre, de la cual al salir se aprecia el castillo y el jardín de los héroes.

    Magnus le extiende el brazo a Elfina, ella le sonríe y lo toma como acostumbra hacerlo, se dirigen directamente al jardín de los héroes.
    El jardín de los héroes un enorme jardín que rodea una plaza en la que hay siete estatuas acomodadas tres a la derecha, tres al lado contrario y una mucho más grande en medio. Cada estatua está hecha de gemas elementales de distinta intensidad, lo cual logra que los colores sean realistas y muy parecidos al color original del ser que representan.
    Se acercan a la primera estatua de la derecha, Magnus lee la inscripción.

    Merlín “El Maestro” Asmodeo
    Héroe De La Guerra Contra Los Dragones
    Guardián De “La Mente”

    Elfina lo había visto muchas veces antes, pero al llegar a conocer al verdadero la pieza toma otro significado. El monumento muestra a Merlín cuando era joven, usando una armadura púrpura, en su mano tiene un florete que apunta hacia la derecha y en su hombro está la figura de un pequeño búho albino.
    —El viejo Asmodeo era guapo de joven. —Le comenta Elfina a Magnus.
    Pasan a la siguiente.

    Leo “El Sabio”
    Héroe De La Guerra Contra Los Dragones
    Guardián De “El Alma”

    El monumento muestra la imagen del sabio Leo, la chica jamás lo había visto en persona, pero Magnus si lo conoce.
    Es un tortuga-león, con cabellera azul, caparazón verde oscuro, tiene una katana incrustada en la parte superior del caparazón. A pesar de haber pasado más de mil años desde la guerra, Leo está exactamente igual, no había envejecido nada, lo cual no le pasó a sus amigos.
    Siguen con la última de esas tres.

    Nicolás “El Fuerte” Claus
    Héroe De La Guerra Contra Los Dragones
    Guardián De “El Ojo”

    El monumento muestra a un pequeño duende, sosteniendo un sable el cual apunta hacia la izquierda.
    Magnus quería preguntarle a Elfina si en verdad ella había ayudado a asesinar a Nicolás El Fuerte para obtener su espada.
    La chica se acerca a la estatua y murmura. —Lo siento.
     
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    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
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    Oh, así que Elfina es descendiente de Galiana, lo que me hace pensar que ella si va a ser madre en tu otra historia.
    Excelente como siempre la redacción, in faltas de ortografía y dejandome preguntandome que pasó en el cumpleaños número 18 de Elfina, siempre lo he querido saber y nada de explicación, pero bueno, así hay un poco de suspenso.
    Y creo que ahora veo más conectadas las dos historias, increíble.
    Esperando siguiente capítulo, sayonra
     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Cumpleaños 16, y no creo narrar lo ocurrido en el lago, que malo soy.
     
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    Kirah Isoro Nyan

    Kirah Isoro Nyan Entusiasta

    Leo
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    te felicito Mr. Dark Espero con anhelo el siguiente capitulo.
     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Título:
    Los Caballeros de Magnus
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    73
     
    Palabras:
    2583
    Capítulo 44. La Familia Von Feuer.

    Aún en el jardín de los héroes, en lugar de pasar a la estatua del centro, Magnus toma a Elfina de la mano y la guía a las estatuas de la izquierda.
    — ¿Por qué nos brincamos el monumento del medio? —Pregunta confundida la chica.
    —Quiero dejarla para el final. —Contesta él con tono de intriga.
    Elfina no ve el sentido, pero no tiene nada en contra de la idea, por lo que no dice nada más.
    La primera estatua de la izquierda es la más grande de las seis estatuas que custodian al monumento central.
    Gobo
    Héroe De La Guerra Contra Los Dragones
    Comandante Supremo De Trolls

    La estatua muestra un inusualmente alto troll de más de dos metros de altura, gordo, de piel gris, con un cinturón de cráneos que porta orgulloso, lleva un garrote en su mano derecha.
    —No sabía que los trolls pudieran crecer tanto. —Comenta Magnus al ver la figura.
    —No es normal, pero sucede, Gobo era un troll rey, son más grandes que los troll normales. —Le dice Elfina, que no está para nada impresionada con el monstruo.
    Pasan al siguiente.

    Arturo Riothamus
    Héroe De La Guerra Contra Los Dragones
    Maestro Único En Su Estilo

    En este caso, se muestra un alquimista, de piel morena que presente los rasgos físicos de la mayoría de los alquimistas, usa la armadura tradicional del ejército élfico de la época de la guerra contra los dragones, en su cintura porta dos espadas, una a cada lado y un aparato en su espalda que porta otras seis.
    —Dicen que Arturo era el mejor amigo de Merlín. —Magnus.
    —Si, sus espadas se supone que eran especiales, la de la izquierda se llama Excalibur, y la otra nunca se supo. —Elfina.
    Siguen avanzando.

    General Cromwell
    Héroe De La Guerra Contra Los Dragones
    El Último Y Más Fuerte De Los Centauros

    Se muestra a un centauro de piel morena, pelaje café, con una enorme cicatriz en su pecho, un escudo en su espalda y una espada en su mano izquierda.
    —Los centauros eran impresionantes. —Dice Magnus lamentándose de no haber podido conocer a un centauro en persona.
    —Eran los enemigos de los elfos. —Dice la elfa mirando al centauro. —Dignos oponentes, según cuentan las historias, fueron erradicados por los dragones.
    Magnus no dijo nada a pesar de que Leo le había dicho que ese dato era falso, habían sido los elfos los que destruyeron a los centauros.
    Finalmente pasan al monumento central, el único que no está en escala real, sino al menos dos veces mayor que el tamaño original.
    Magnus lee.

    Kaiserina Galiana Von Feuer
    Comandante De La Resistencia Contra Los Dragones
    Muerta A Manos Del Cobarde Rey De Los Dragones
    Su Sacrificio Trajo Paz A Nuestro Continente
    Su Espíritu Sigue Entre Nosotros

    Al ver el monumento Elfina queda impactada, la mira de arriba abajo, no puede dar crédito a sus ojos, hace más de tres años que no visita el jardín de los héroes, y al ver a Galiana nota algo que nunca había pensado antes.
    —Es idéntica a ti. — Dice el humano. —Makoto.
    Elfina está maravillada, Galiana y ella fácilmente podrían ser gemelas. La estatua de la elfa, es físicamente igual a Elfina, con una armadura negra, y capa blanca, en su cintura lleva una espada blanca. Espada que Magnus reconoce como la que iba a usar el consejero elfo para eliminarlo.

    Repentinamente Elfina se da cuenta que Magnus dijo su nombre.
    —Me llamaste Makoto. —Le dice sonrojada.
    —Si, mientras estemos aquí te llamaré por tu nombre. —Le contesta sonriendo.
    A ella que nunca le ha gustado su nombre, aunque le parece que suena muy bien cuando él lo menciona. —Está bien, ¿no quieres que te llame por tu nombre también?
    —No gracias, me gusta más Magnus. —Le contesta rápidamente.
    Ella ríe.

    Caminan alejándose del jardín. Ella va tomada del brazo de Magnus con una enorme sonrisa.
    — ¿Dónde nos vamos a hospedar? —Pregunta la chica que se siente muy feliz.
    —En el Reich. —Contesta sabiendo que la impresionaría.
    — ¿El Reich?, ¿en serio?, es el hotel más elegante y costoso de todo el país, ¿cómo conseguiste una habitación? —Le pregunta sorprendida.
    —Tengo mis secretos. —Le contesta con cierto misterio en su tono.

    Una pareja de elfos se acerca a ellos, un elfo joven de un poco menos de treinta años, de ojos verdes, cabello plateado y una mirada desafiante, usa un traje blanco con corbata roja; y una chica un poco mayor que Elfina, de ojos azules adormilados, cabello dorado; usa un largo y elegante vestido verde claro.
    —Vean lo que trajo la quimera, pero si es Mako. —Dice el elfo con tono sarcástico.
    —Hola. —Les contesta Elfina no muy feliz de verlos.
    —Hola Makoto. —Saluda sonriendo cansadamente la elfa.
    —No vas a presentarnos al chico que tiene la desgracia de estar junto a ti. —Dice el elfo intentado ofenderla.
    —Ellos son Garín y Alicia, mis primos. —Mirando a Magnus. —Él es Magnus, mi… —No sabe como presentarlo.
    —Soy su novio. —Interrumpe Magnus.
    —Oh, la pequeña Mako se consiguió un novio, me sorprende. —Dice Garín burlándose de ella.
    —No seas malo con ella Garín. —Le reprocha Alicia.
    —Tsk, ¿no planeabas visitar la ciudad sin pasar a saludar, cierto? —Pregunta el elfo sabiendo que así era.
    —Tal vez. —Responde enojada Elfina.
    —Pasa más tarde a casa de Oma, la familia se reúne para celebrar el festival en honor a Galiana. —Dice Alicia con una sonrisa un poco forzada por el sueño. —Espero verte más tarde.

    Ambos elfos siguen su camino hacia el castillo, por el rostro del elfo se nota que no le agrada Elfina.
    —No sabía que tenías más familia, ¿Por qué nunca lo mencionaste? —Pregunta Magnus con curiosidad.
    —Bueno, es una historia algo complicada. —Contesta pensativa. —No quisiera hablar de eso ahora.
    —Cuando estés lista te escucharé. —Le sonríe.
    — ¿Lo que dijiste antes…? —Sonrojada.

    Magnus se queda en silencio.
    —Ya se que lo dijiste fue para que dejaran de molestarme, no me hago ilusiones. —Dice la elfa con una sonrisa algo forzada. —Pero me hizo feliz escucharte decirlo.
    —Yo no se… —Magnus algo confundido.
    —Lo sé, no arruines el momento. —Se queda unos momentos en silencio. —Vamos y te presenta a mi abuela, se que le vas a caer muy bien.

    Caminan un poco más de media hora, hasta que llegaron a una enorme mansión de seis pisos, hecha con el mismo tipo de material que el resto del pueblo, ventanas con vitrales y un elegante portón negro rodea la mansión.
    Elfina abre el portón y la puerta sin dificultad, dejando pasar a Magnus, al parecer en esta mansión también hay un hechizo como en la mansión de Elfina en Montem Flavos.
    Esperan en la sala; una lujosa habitación con retratos y jarrones de apariencia costosa, tres sillones blancos alienados en forma triangular para quedar frente uno del otro.
    Al cabo de unos momentos una elfa entra en la sala, una hermosa mujer que parece estar en sus cuarentas, usa un largo vestido color naranja, varias joyas adornan su cuello y orejas, tiene el cabello largo color dorado, pero no tan brillante como el de Elfina, con encantadores ojos verdes tranquilos.
    —Mi niña Makoto. —Dice con un tono dulce, feliz de ver a su nieta.
    — ¡Oma! —Grita feliz Elfina que se lanza a abrazar a la mujer.
    —Hacia más de tres años que no te veía mi niña, has crecido bastante. —Le dice la elfa mayor abrazándola.
    —Te extrañé Oma, quisiera haber venido a verte antes pero… —Hace una pausa. —…tu sabes.
    —Lo sé. —Le sonríe. — ¿Y quién es éste apuesto jovencito?
    —Mucho gusto señora, soy Magnus. —Le dice haciendo una reverencia, como si se presentara con un miembro de la realeza.
    —Pero que joven más educado, no me digas que es tu elegido. —Le dice la elfa a Elfina.
    —Si, él es mi novio. —Dice esperando que Magnus le siga el juego un poco más.
    —Pero donde están mis modales, aún no me he presentado, soy Zelinda Von Feuer, la abuela de Makoto.

    La elegante elfa llama a una doncella y le ordena traer algo de beber para los invitados. Se sientan en los sillones, Elfina y su abuela en uno y Magnus en otro, dándoles espacio para que hablen.
    Después de una hora de estar conversando, llegaron a un tema que Magnus cree que es muy doloroso para Elfina.
    —Y dime mi niña, ¿cuándo me darás la bendición de tener nuevos nietos? —Le dice sin saber lo ocurrido.
    A Elfina la pregunta se le hace muy repentina. —No por un tiempo Oma, creo que esperaré un poco. —Le contesta intentando no llorar.

    Ambos salen de la casa la abuela de Elfina, salen a dar un paseo, deciden ir al famoso castillo que se erige en medio de la ciudad, el orgullo de los elfos.
    —Tengo una duda. —Magnus intrigado.
    —Dime. —Contesta ella.
    —Se que no es de mi incumbencia, pero tu abuela se ve muy joven como para tener la edad que calculo que tiene.
    —Bueno, los elfos envejecemos más lentamente que los humanos, Oma tiene casi setenta años. —Dice la elfa. —Yo me veré como ahora por dos años más.
    —Que envidia. —Le dice Magnus.
    —Así puedes aprovecharme joven más tiempo. —Le dice insinuándosele.

    Llegan frente a un mural muy deteriorado, que está protegido por un fino cristal, muestra el dibujo de una elfa con ojos amables, luciendo un traje de reina de hace más de mil años.
    —Esa es Cherry Von Feuer, mi antepasado. —Dice orgullosa. —Dicen que Oma cuando era joven, era idéntica a Cherry.

    A lo lejos un par de jóvenes alquimistas discuten con un elfo.
    —Deja a mi hermana pervertido. —Grita el alquimista.
    —No me hagas reír niño, además fue ella quien se me ofreció. —Dice el elfo.
    —Ya te dije, ¡no te atrevas a tocarla! —Grita el joven desesperado.
    — ¿O si no qué? —Le dije burlándose el elfo, que aparenta tener más de treinta años.
    —Te la verás conmigo. —Dice Magnus que llega al lugar.
    — ¿Quién te crees para hablarme así, mugroso humano? —Elfo.
    —Eso no te interesa. —Llega Elfina por detrás hablando con tono amenazante. —Antes de que preguntes como el bruto animal que eres, soy teniente de los cazadores. —Saca de su bolsillo una placa metálica, la cual la identifica como teniente de los cazadores. —Ahora lárgate o te meteré preso.

    El elfo los mira furioso, pero decide irse sin luchar. El alquimista se acerca a su hermana, quien había estado cabizbaja todo el tiempo.
    — ¿Por qué Pandora, dime porqué ibas a hacer algo cómo eso? —Le pregunta casi llorando a su hermana.
    La joven no le contesta.
    —Sólo dímelo, porque no entiendo.
    —Es porque… quería ayudarte. —Le contesta sintiéndose humillada.
    — ¿Cómo creías que me iba a ayudar esto?
    —Tú eres muy bueno conmigo, trabajas para que ambos podamos sobrevivir, pero… ¿Dónde queda tu sueño?, sacrificaste tu sueño por un trabajo que apenas nos permite sobrevivir; pensé que si reunía el dinero que necesitamos para ir al continente de la tecnología, podrías… —Dice llorando la joven chica.
    —No seas tonta, no sacrifiqué mi sueño, solo lo pospuse un poco. —Le dice abrazándola. —Prométeme que jamás volverás a hacer eso.
    Ambos alquimistas miran al humano y a la elfa que llegaron en su ayuda.
     
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    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
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    Los alquimistas me caen bien, je,je, fue una descision equivocada para esta chica, pero fue por intentar ayudar a su hermano...
    Faltas de ortografía no ví, pero bueno eres un az en eso, milord.
    Me agrada esto de que compliques las cosas amorosas, no sé con quién se quedará Magnus ¿Entonces ese no es su nombre ? He vivido engañada 44 capítulos... Falta que se llame Luis, je,je (es broma)
    Nos vemos en el próximo capítulo
     
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  17.  
    Kirah Isoro Nyan

    Kirah Isoro Nyan Entusiasta

    Leo
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    me encantó!! aun tengo la duda en porque makoto de parece a la chica de la estatua???...
    cada vez me dejas con mas dudas, aunq te rese sincera, ese magns me tiene azul!!! que se decida de una buena vez!! jejeje continuala y avisame Mr Dark, sigo siendo tu fan numero 1!! xD
     
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  18.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Los Caballeros de Magnus
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    73
     
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    2623
    Capítulo 45. Garín Contra Magnus.

    En la mansión, Alice prepara la cena, se siente algo deprimida. Mana entra a la cocina, ve a su prima suspirar.
    —Hola Mana, la cena estará pronto. —Le dice Alice con una sonrisa forzada.
    La niña sigue sin decir nada, solo la mira con sus grandes ojos vacíos.
    — ¿Estás preocupada por Magnus? —Dice sin saber que quiere en realidad la niña. —No te preocupes regresará pasado mañana.
    El rostro de la pequeña refleja ira, a la niña se le hace ilógico ese sentimiento de Alice por Magnus, en especial porque en este momento está con otra, pero eso a Alice no parece importarle.
    — ¿Qué sucede Mana? —Pregunta extrañada por la expresión de la pequeña de cabello negro.
    Mana se da la vuelta y sale de la cocina.

    Ram está en el baño de chicas tomando un relajante baño de agua caliente en la enorme tina de porcelana blanca en la que perfectamente caben diez personas, hay una ligera neblina producida por el vapor, la vampira se pone a pensar sobre la relación de las dos chicas y Magnus.
    — ¿Qué piensa, mi pequeña flor? —Se escucha preguntar una voz que no proviene de ninguna parte.
    La chica de cabello blanco salta del susto. — ¡No hagas eso! —Grita sonrojada.
    —Perdona. —Dice el chico de lentes oscuros apareciendo dentro de la tina, vistiendo su tradicional traje elegante. A pesar de estar dentro del agua su ropa no se ve mojada. —Es solo que te sentí pensativa.
    — ¡¿Por qué estás en el baño de mujeres?! —Grita lanzándole agua a la cara.
    —Te quería espiar. —Responder burlón.
    —Pervertido. —Le lanza más agua. Se calma y decide preguntarle algo que la molesta. —Esa novela barata que se tienen los humanos y la elfa, tú sabes algo, ¿no? —Pregunta pensando en lo triste que se debe sentir Alice.
    Repentinamente el chico se encuentra al lado de Ram. — ¿En verdad quieres saber la verdad detrás de ese triangulo amoroso? —Pregunta con tono burlón.

    Ella asiente interesada.
    —El dios del destino es el culpable. —Comenta serio. —No se suponía que el humano se enamorara de la humana Alice, pero Destino hizo de las suyas y se encargó de complicar el juego. —El chico sonríe entretenido. —Es divertido en cierta forma.
    —No es justo, a decir verdad me agrada más Alice que Makoto. —Susurra triste. — ¿Qué pueden hacer para arreglar esto?
    —Nada, los sentimientos por ambas son exactamente iguales, Destino se encargó de que así fuera. —Responde el chico serio.
    —Eso quiere decir que no hay un final feliz para los tres, ¿cierto? —Pregunta la vampira sumergiéndose un poco en el agua.
    —Finales es lo que más hay. —Responde el chico con tono burlón. —Ya que casi ninguno incluya a los tres felices o hasta vivos es otro asunto.
    — ¿Esto te parece divertido? —Pregunta enojada Ram.
    —Si. —Responde serio. —Haré que se te olvide todo este asunto. —Dice el chico antes de besarla.

    En el país de Kreig der Herrlichkeit, los dos alquimistas miran al humano y a la elfa con un poco de curiosidad sobre sus verdaderas intenciones al ayudarlos.
    El hermano mayor parece tener unos diecisiete años, piel morena, ojos cafés y usa un uniforme de mecánico azul oscuro lleno de aceite y tierra. La hermana tiene unos quince años, piel morena, cabello castaño y unos inusuales ojos azules, lo cual es una extraña característica el los alquimistas, usa un vestido beige algo sucio y roto.

    Elfina agarra el brazo de Magnus como suele hacerlo, está algo aburrida de verles la cara a los hermanos que están frente a ellos.
    —Se que no me incumbe, pero ¿Cuál es tu sueño? —Pregunta Magnus.
    —Es algo tonto. —Contesta el alquimista apenado.
    —No es cierto, tu sueño es genial, yo confío en que lo harás realidad. —Dice emocionada la joven. —Quiere ser diseñador de robots de combate.
    El alquimista se sonroja avergonzado. — ¡Pandora!
    —Pero eres muy bueno, no tienes de que avergonzarte. —Le contesta su hermana sonriendo.
    — ¿Qué les parece si hacemos un trato? —Propone Magnus.
    — ¿Qué quieres? —Contesta el alquimista desconfiado sobre las intenciones del humano.
    —Trae un robot para mañana a esta hora para poder probar su calidad, si me convences los ayudaré a llegar al continente de la tecnología. —Le contesta el humano con una sonrisa confiada.
    —No entiendo, ¿Qué ganarías tú? —Pregunta aún más desconfiado el alquimista.
    —Que les parece si me das el mejor robot que construyas. —Propone Magnus.
    —No se, no me convence… —Dice sin creer en el humano.
    — ¡Prometeo!, no tienes nada que perder. —Le grita su hermana. —Aceptamos tu oferta, mañana traeremos la mejor invención de Prometeo y quedarán impresionados de lo genial que es. —Les dice emocionada. —Apropósito, yo soy Pandora y él es Prometeo.
    La joven toma a su hermano de la mano y se lo lleva corriendo.

    — ¿En verdad vas a ayudar a esos anormales? —Pregunta Elfina nada complacida.
    —Claro, siempre que me convenzan sus habilidades —Responde Magnus.
    — ¿Y como lo harás?, no es fácil ir a los otros continentes.
    — ¿Recuerdas el mes que pasamos en el continente de la tecnología? —Pregunta él.
    —Claro, quieres recrear la onceava noche. —Le propone la elfa con malicia pasando su dedo índice sobre el pecho del humano.
    Magnus se sonroja un poco. —No me refería a eso, desde ese trabajo que hicimos, el juez minotauro me debe un par de favores.
    —No importa, has lo que quieras, pero aún me debes un paseo por la ciudad. —Le dice agarrándolo del brazo.
    —Claro.

    Pasean unas horas por la ciudad, luego regresan a casa de la abuela de Elfina, donde también se están hospedando los primos de ella. Al llegar se encuentran con el hijo de Garín, que corre a abrazar a Elfina.
    — ¡Tía Makoto! —Grita el niño feliz de ver a la elfa después de casi tres años.
    —Hola Frederick. —Contesta ella abrazando al niño. — ¿Cómo has estado, pequeño?
    — ¡Bien! —Contesta gritando feliz.

    El pequeño voltea a mirar al humano que está junto a su tía, lo reconoce inmediatamente, se frota los ojos con ambas manos para cerciorarse que no está viendo un espejismo.
    — ¡Si eres tu! —Grita emocionado. — ¡Eres Magnus! —Comienza a dar pequeños saltitos por la emoción.
    — ¿Conoces a Magnus? —Pregunta Elfina sorprendida.
    —Claro, es uno de mis luchadores favoritos, he visto cada una de sus peleas individuales, y algunas de sus peleas en grupo. —Cuenta con emoción el pequeño que sigue sin dar crédito a sus ojos.
    A Magnus nunca le ha gustado la atención y en este momento el niño lo hace sentir incómodo.
    —Yo también lucho, ¿has visto lo asombrosa que es tu tía en batalla? —Pregunta Elfina presumiendo.
    —No. —Contesta cortante. —Solo veo las peleas de Los Seis Asesinos, Los Delta Sigma y Los Caballeros De Magnus, pero solo en las peleas de él, tú nunca luchas junto a él. —Le aclara.

    Garín llega al salón donde está su hijo conversando con su prima y el humano.
    —Mira papá es Magnus, ¿no es asombroso? —Dice el niño emocionado.
    —No lo es. —Contesta mirando con enfado al humano, siente celos de la atención que le da su hijo al humano que está con su prima; su pequeño nunca le ha prestado la atención que le presta a las luchas en los coliseos. —No eres tan asombroso en persona humano, luces tan enclenque.
    — ¿Bromeas? —Interrumpe Elfina. —Magnus tiene mejores músculos y es mucho más inteligente de lo que tú serás.
    —No me hagas reír, un humano jamás lograría derrotarme. —Contesta Garín presumiendo.
    —Pruébalo. —Reta Elfina a su primo.

    Salen al jardín trasero de la ostentosa mansión, unos tres mil metros cuadrados de verde césped lleno de vida, flores del lado derecho e izquierdo del jardín y un par de árboles frutales en el fondo, uno de los cuales tiene un columpio que luce bastante gastado por uso.
    Unos segundos después también sale Alicia que escuchó la conmoción y fue a ver que acontece.
    — ¿Qué pasa aquí? —Pregunta Alicia con cara de sueño.
    —Garín va a luchar con Magnus. —Contesta Elfina.
    —Que problemáticos que son los hombres. —Comenta su prima.
    —No digas tonterías, luchar te mantiene en forma y alerta. —Le contesta Elfina.
    —Un humano no tiene oportunidad contra un elfo y mucho menos contra Garín. —Bosteza abriendo la boca completamente. — ¿No quieres apostar?
    — ¿Qué propones, Al? —Contesta interesada Elfina.
    —Si tu novio gana podrás ser Galiana este año. —Propone Alicia sabiendo que eso le interesaría.
    — ¿En serio? —Pregunta con emoción, desde que era niña Elfina ha querido interpretar a Galiana en la obra que se realiza anualmente en el aniversario de la muerte de la Kaiserina Galiana.
    —Claro, este año me toca a mí nuevamente, pero si el humano le gana a Garín haré que te elijan para remplazarme, pero si gano quiero ese bonito arco que te he visto usar en los combates. —Pide Alicia despertándose por completo, realmente no tiene ganas de representar a la Kaiserina este año, así que gane o pierda Garín, ella gana.
    A Elfina no le gusta la idea de perder el arco que Magnus le regaló en su cumpleaños anterior, aunque está segura que él no perderá contra su primo. —Acepto.

    En medio del jardín el humano y el elfo se miran fijamente. Magnus nunca hace el primer movimiento, por lo que espera paciente a que su enemigo lo ataque.

    —Magnus tiene una enorme ventaja contra Garín. —Susurra Elfina a Alicia.
    — ¿Cuál? —Pregunta curiosa Alicia.
    —Garín tiene mal genio. —Contesta sonriendo.

    — ¿Qué sucede humano?, ¿estás tan asustado que no te mueves? —El elfo comienza a impacientarse.
    Magnus solo lo mira.

    Garín saca un par de dagas cortas que tiene en su cinturón, ataca al humano con una asombrosa velocidad, al último instante Magnus esquiva y lo golpea en la nuca, el elfo cae al suelo, el humano se aleja de él justo cuando este intenta cortarlo. El elfo se levanta, mira al humano con ira, toma fuertemente las cuchillas y vuelve a atacar a Magnus, este se inclina un poco para esquivar el ataque, golpea el brazo del elfo, lo toma y lo derriba con un veloz movimiento.
    Le quita ambas dagas y las lanza lejos. Le da un fuerte golpe al elfo en el pecho, lo cual casi lo hace vomitar, Magnus lo inmoviliza con su cuerpo, saca su propia cuchilla, la cual es la gemela de la daga que siempre usa Elfina, la coloca en el cuello del elfo.
    —Dilo. —Le susurra al elfo.
    Garín no da crédito a lo que acaba de suceder, fue dominado y humillado por un simple humano, el cual lo tiene inmovilizado. —Tú ganas. —Dice humillado.

    El hijo del elfo llega junto a él justo cuando Magnus se levanta y guarda su arma. —Eso fue genial papá, no puedo creer que lucharas contra Magnus, eres asombroso.
    El elfo se sienta. —Pero perdí. —Contesta sintiendo que en realidad el niño se avergüenza de él.
    —No importa, fue asombroso, tú no eres un peleador, pero parecías uno, luchaste tu solo contra un peleador de clase Royal, eres mi héroe. —Le contesta abrazándolo.
    Garín abraza a su hijo, se levanta y lo alza. —Gracias. —Le dice al humano.
    —Al contrario, eres muy bueno, te daré la revancha cuando quieras. —Contesta Magnus extendiéndole la mano.
    El elfo estrecha su mano. —Odio admitirlo, pero eres muy bueno, cuida a Mako.
    —Lo haré. —Contesta mirando a Elfina.

    Elfina sonríe exageradamente. —Ganó, ahora yo seré Galiana este año. —Dice con sus ojos llenos de ilusión.
    —Ya veo, el humano usa la fuerza de su enemigo en su contra, Garín jamás tuvo oportunidad. —Se dice Alicia. —Lo prometido es deuda, tú representarás a la gran Galiana este año. —Bosteza cansada.

    Esa noche Magnus junto con toda la familia de Elfina cenan un enorme banquete, hablan durante horas. Les preparan una habitación con una enorme cama para ambos, la habitación está adornada muy al estilo medieval; con un escudo y varias espadas y hachas colgando de las paredes, las cuales están tapizadas con un diseño floral, una enorme alfombra cubre todo el piso, el techo tiene un candelabro que enciende gracias a gemas de rayo que tiene en los extremos, en medio de la habitación hay una enorme cama con cuatro postes.
    Elfina se lanza sobre Magnus, haciendo que ambos caigan sobre la cama, comienzan a besarse.
     
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  19.  
    Kirah Isoro Nyan

    Kirah Isoro Nyan Entusiasta

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    wow cada ves me dajas con muchas dudas, ese señor oscuro (pinguino malevolo) me deja con dudas, aunque debo admitir T_T que ando en la misma situacion que magnus, debo elegir D:

    te felicito Mr. Dark, continua asi ^^
     
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  20.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

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    ¡Y ya!?¿Le dejas así , en esa parte y esperas que este tranquila? Eres malo...
    Que Alicia tan inteligente me recuerda al cuento popular del campesino y los pasteles.
    Pues si, usa la débilidad de tu oponente siempre, esa ha de ser la frase de Magnus, por eso gana.
    Prometeo y Pandora, elegiste perfectamente los nombres, aparte Magnus los va a ayudar...Es tan lindo siempre.
    No, si Alice sabe lo que pasó en esa habitación se muere, pobrecita.
    Yo igual que Kirah no sé por cuál me voy...
    Bueno, me esperaré hasta el siguiente capítulo, Milord L
     
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