Friend Zone. [HiNa]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Nahi Shite, 16 Septiembre 2012.

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  1.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

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    Oh, por Dios.
    Que alguien me golpee por no haber leído esto antes. Que me golpee muy, muy fuerte.
    Wow.
    Fue el capítulo más perfecto que leí en mi vida. Simplemente estupendo. Todo. Absolutamente todo me encantó. Desde Sasuke diciendo que comió tomates, Ino ahorcando a Naruto sin compasión, esa interminable pelea de cosquillas, el beso.

    Esas dos frases son tan geniales y la segunda tan cierta. Jodió todo el capítulo pero al fin tiene su endemoniada respuesta. Y de qué manera la consiguió. No puedo ni imaginarme que va a pasar después de esto. ¿No podemos dejarlo acá? ¿Con ellos dos siendo completamente felices?
    Porque ahora...Sakura, Sakura, Sakura. Esto se va a poner interesante y dramático. Y Hinata se va a sentir tan terriblemente culpable conociéndola pero por el momento, dejemosla que disfrute de su rubio. Son tan perfectos juntos, ¿por qué Naruto fue tan ciego durante tanto tiempo? Va, en realidad creo que ella siempre le gustó pero que no quería/podía verlo. Ella es su Hinata. Y ese cariño de amigo que sentía por ella, se fue transformando en algo más sin que él se diera cuenta.


    Oh, esa parte fue como una punzada de ternura y dolor por el Uchiha, todo al mismo tiempo. Es un amigo tan leal que fue capaz de dejar sus sentimientos de lado para la felicidad del rubio. Aw, lo amo <3 Creo que ya dije esto antes pero viendo la situación, no estaba de más repetirlo.

    Pero todo es simplemente perfecto por una razón: tu increíble habilidad para narrar las situaciones, las reacciones de los personajes, los sentimientos, las ideas que se les ocurren, todo, todo, todo. Envidiable, la verdad. Seré eternamente tu fan Número 1.
    Las ideas que se te ocurren y la forma que tenes de llevarlas acabo y de plasmarlas con las palabras es sencillamente genial. La ortografía es perfecta y si te he dicho que te equivocaste, habrá sido una maldita vez. Perfecto.
    No puedo esperar a saber con qué nos vas a salir en el próximo capítulo pero tu Fic va estupendamente bien. Cada capítulo es más genial que el anterior (pero siempre voy a tener mi amor especial por el de la llamada por teléfono, morí a carcajadas con ese) y con cada capítulo me deslumbras más con tu forma de escribir.

    Ya no sé que más decirte.
    Creo que morí.
    Nos leemos ~
     
  2.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    Friend Zone. [HiNa]
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    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
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    @Anto Lightwood , @Sweet blody rose , @RoOh Miro , @Aiki Nara <3 Agradezco cada uno de sus comentarios. No tengo mucho que decir porque quiero que disfruten de este chapter que tanto trabajo me ha costado sacar adelante. Espero sea de su agrado, niñas :3






    Friend Zone.


    XXI: Beso de la Confusión.

    Palabras: 4.196.



    El mundo era un caos. Un precioso caos. Un caos que se sentía tan bien, tan propio y tan cercano, que la hacía desear que jamás fuese ordenado.

    Ella no tenía idea de nada.

    Un segundo habían estado jugando a las cosquillas, creía tener la partida bajo control, y de un momento a otro él la acorraló de tal manera que no pudo eludir su pregunta. Ahora, después de tomar valentía de quien sabe dónde y haber respondido, él la besaba.

    Se había esperado todo menos eso.

    El mareo se hizo presente cuando él aprisionó su labio inferior con la boca y una oleada de calor le azotó de pies a cabeza con una intensidad extraordinaria. No fue plenamente consciente del momento en que había cerrado los ojos, Hinata en realidad no fue consciente de nada; su mente a duras penas tuvo tiempo de procesar que estaba besando a Naruto… ¡Que Naruto la estaba besando!

    Sus dedos temblorosos se deslizaron hasta la espalda media de él, y estrujó la camiseta naranja entre sus puños cuando los labios de Naruto se movieron suavemente, con la intensidad de un murmullo, contra los suyos. Pudo sentir claramente la sonrisa de él entre sus bocas…

    Y sólo quiso poner toda su atención en el muchacho que exaltaba cada célula de su cuerpo. Naruto mantenía los codos firmemente presionados en la cama, el rostro inclinado sólo lo suficiente para alcanzarla y el cuerpo posicionado de manera cuidadosa sobre ella (aunque debía ser incómoda para él), casi parecía con miedo a tocarla; pero Hinata Hyüga quería asegurarse de que fuera real, de que no fuese una ilusión que se esfumaría como el recuerdo de un sueño nocturno…

    Así que extendió las palmas sobre su espalda y lo empujó suavemente hacía ella. Naruto aceptó la silenciosa invitación al relajar un poco la tensión en sus codos e inclinándose en un ángulo más profundo. Hinata quiso suspirar… pero no pudo porque sus labios estaban demasiado ocupados tratando de seguir el beso lento y cálido que se le era obsequiado por primera vez.

    Naruto era suave, pero dominante. La besaba lentamente, imponiendo un ritmo firme, pero esperando con paciencia y dulzura a que sus labios inexpertos y torpes se adaptaran a él. Hinata casi pudo oír su voz susurrando indicaciones Así no, Hinata-chan… Tómalo con calma, relájate un poco… Sígueme, así… lo haces bien´ttebayó, porque sus labios hablaban sin necesidad de palabras. Él era un maestro gentil y bondadoso que despertaba en su estómago una sensación intensa de aleteos constantes y que motivaba a su corazón para que bombeara sangre a un ritmo vertiginoso.

    ¿Cómo podía estar pasando eso? Era más de lo que alguna vez hubiera imaginado. Ser besada por él se sentía de manera mil veces más intensa de lo que siempre había imaginado que se sentía besar a alguien…

    ¿Se sentiría Sakura de igual manera cuando Naruto la besaba? ¿Sakura sentiría también la comodidad de tocar sus labios, el placer de sentirlo cercano y suyo? ¿Sentiría que el pecho se le hinchaba de amor puro hasta casi hacerla asfixiar? Pero no era momento de pensar en Sakura. No importaba, porque la que sentía tales cosas era ella, Hinata Hyüga.

    Él se separó justo cuando comenzaba a extrañar el aire y lo hizo de la misma manera en que había empezado todo: enredando su labio inferior entre los suyos. Hinata casi se quejó cuando lo liberó totalmente…

    Cuando abrió los ojos perlados –segundos después-, su mirada se llenó de unos mechones amarillos que ocultaban el cielo que anhelaba ver. Ya había la suficiente distancia entre ellos para pensar claramente. Naruto tenía las rodillas a la altura de sus pantorrillas y ahora se apoyaba en las palmas de las manos, clavadas en el colchón cerca de su cintura, la cabeza gacha. En esa posición parecía un hombre después de luchar una terrible batalla y haber salido derrotado.

    Hinata se incorporó lentamente hasta quedar sentada, apoyándose también en las palmas de las manos, pero él no se inmutó; no la miró y ni siquiera habló.

    Parecía arrepentido y eso la hizo sentir miedo. —N-Naru-

    El murmullo ronco la interrumpió: —No quería oírlo…

    ¿Qué no quería oír? Se mantuvo callada esperando a que continuara, porque lo conocía bien y sabía que trataba de explicarse algo él mismo, y de paso a ella. —Lo siento mucho…—Naruto subió el rostro, clavando los enormes diamantes en ella, su mirada lucía mortificada—. Fue egoísta… Dios, ¡te robé tu primer beso!

    Ella quiso decirle que estaba bien, que fue el mejor primer beso que hubiese imaginado nunca, que le alegraba que hubiera sido con él… pero las palabras se atascaban en su boca. —Yo… no sé qué pasó, Hinata. Simplemente yo… yo… —un suspiro exasperado y resignado brotó de los labios que minutos atrás la habían besado tan deliciosamente—:Yo simplemente no quería oír ese nombre —terminó él, con la avergonzada mirada azul clavándose en el alma.

    Y entonces su corazón se arrugó.

    ¿Que no quería oír ese nombre? Ella le había confesado que Naruto era el nombre de la persona a quien quería… ¿No quería escucharlo? ¿Le aterraba tanto que tuvo que callarla con un beso para evitar la verdad? ¿No había sido un beso con el que aceptada sus sentimientos sino un triste y desesperado recurso para que dejara de hablar?

    Él estaba arrepentido. Lo que para ella había sido algo maravilloso, para él no había significado… nada. Qué ingenua.

    Sintió las lágrimas llenar irremediablemente sus ojos, pero no permitió que las emociones dominaran; aún le quedaba orgullo Hyüga y no iba a permitirse llorar frente a él. No quiso llorar, pero tampoco pudo sonreír. Tampoco habló –temía que sus palabras saliesen entrecortadas por el sentimiento-; tan sólo lo apartó con un brazo y huyó de la habitación.

    En el baño sí podía llorar silenciosamente a gusto.

    ()
    ()



    Naruto se sentía una mierda completa. Era un completo idiota, un bastardo sin corazón, un bastardo más bastardo que el tipo al que Hinata profesaba su amor. ¿Cómo se puede ser tan imbécil en la vida?, se preguntaba, pero un reverendo idiota como él jamás encontraría la respuesta a ese cuestionamiento filosófico.

    Las cosas no siempre van como uno quiere, pero ese era el colmo de los colmos. ¿Cómo se le había ocurrido besarla? ¡Iba con el estricto propósito de hacerla confesar el nombre del sujeto del que estaba enamorada y terminó besándola sólo porque al final no quería oírlo en realidad!

    Ni siquiera fue capaz de ofrecer una disculpa decente por haberle arrebatado de esa manera su primer beso -¡su primer beso!-, no supo qué decirle… ¿Cómo explicarlo?

    ¡Oh, y a pesar de todo Hinata era tan buena!

    No lo había abofeteado, ni rechazado bruscamente, ni siquiera le había insultado… Tan sólo había salido del cuarto sin decir una palabra.

    Ella debía estar muy enojada… y con justa razón; él sabía que ella tenía a alguien que le gustaba… y toda chica quiere besar al chico que le gusta. Seguramente Hinata estaba deseando dar su primer beso con ese muchacho y él le había arruinado todas las ilusiones.

    ¡Joder!

    Gruñó revolviéndose los cabellos; ¿Cómo se suponía que la vería ahora a la cara?

    Su cara…

    En su mente revoloteó el rostro de porcelana levemente pintado de rosa que Hinata tenía un segundo antes de que él decidiera atacar sus labios. La expresión inquieta y temerosa, su mirada temblorosa y su voz cortada al momento de decir su nombre…

    Ella seguramente había querido decir Naruto, basta, pero él la había interrumpido desconsideradamente.

    No la culparía si lo odiaba para toda la vida, si no volvía a dirigirle la palabra.

    Y aun sintiéndose una basura, Naruto no podía evitar reproducir una y otra vez el momento en su cabeza. Su mente parecía una maquina…

    La imagen de Hinata con los cabellos oscuros esparcidos desordenadamente en el colchón, los ojos cerrados y las mejillas coloradas. La sensación de su blando labio inferior en contacto estrecho con los suyos –seguramente demasiado toscos y duros para ella-, la forma en que sus manos jalaron su camisa con nerviosismo, el tacto de sus dedos temblorosos contra su espalda… Oh, y cuando él empezó a mover los labios le había parecido que ella lo seguía con devoción, dejándose guiar, obediente y sumisa, sintiéndose deliciosamente tierna y torpe contra su boca…

    Ella temblaba sutilmente bajo su cuerpo; lo había sentido claramente cuando se inclinó para profundizar el beso, cuando sus labios tuvieron necesidad de un poco más… Casi habría podido jurar en ese momento que Hinata había querido acercarlo, y luego él había querido alargar el contacto, había sentido una necesidad intensa de dejarla sin aire, así que volvió a mordisquear su labio más grueso con los suyos propios y casi había dejado escapar un gemido de pena al tener que liberarlo.

    En este punto Naruto ya no podía negar que algo estaba mal con él.

    Oh, mierda…

    Y después él le había explicado torpemente que no quería oír el nombre de la persona a quien ella quería. Y ni él mismo sabía por qué parecía tan intensamente mortal el escuchar el nombre de un hombre saliendo de los labios de Hinata. Un nombre que no fuera el suyo…

    Él le había dicho que no quería oír ese nombre y ella se había marchado triste y molesta.

    Ahora no tenía idea de lo que debería hacer.

    Kami-sama…


    ()
    ()


    Sakura maldecía al mundo entero mientras subía las escaleras de la mansión Hyüga con tres metros de cartón paja a cuestas. —No vayas a dejar que se arrastren las puntas, Kiba.

    —Sí, sí… —su compañero castaño suspiró con desgano—Esto es un dolor en el culo.

    Ella también tuvo ganas de suspirar y mandar todo al diablo –sobre todo porque de sólo pensar el trabajo que se les venía encima se le aguaban los ojos-, pero frunció el ceño y se hizo la fuerte (porque alguien tiene que serlo, joder).

    Aunque sí tenía un montón de cosas que decirle mentalmente a Kurenai-sensei.

    "Muy bien, esto es lo que harán: Un dibujo de tres metros en cartón paja. El dibujo debe ser una pareja de baile usando trajes típicos de una danza de nuestro país, trajes coloridos y extravagantes".

    "¡Oh, no suena tan dificil´ttebayó!".

    "No he terminado, Naruto. Tendrán que rellenarlo con plastilina. Todo el dibujo debe estar hecho con plastilina y el fondo del cuadro también tiene que estar completamente repleto. No quiero ver un solo espacio en blanco. Ah, y después deben enmarcarlo y entregármelo para exponerlo en el salón de Arte para que todos en el colegio puedan verlo. Si les gusta, su nota será buena. Si, por el contrario, los abuchean… entonces lo siento".

    "Pero, Kurenai-sensei, ¡se me va a dañar la manicura esparciendo tanta plastilina!".

    "!Son tres metros´ttebayó!"

    "Es eso o un cero. Ustedes eligen, queridos alumnos".

    Kiba la sacó de su tétrico recuerdo. —Y me puedes decir, ¿por qué demonios no veo a Ino por ninguna parte?

    —Te recuerdo que ella hizo el dibujo y compró la plastilina con la condición de no tener que tocarla con sus hermosas uñas.

    Kiba chasqueó la lengua y empezó a balbucear algo sobre Ino, que era una maldita suertuda por tener talento para el dibujo, y mil quejas más sobre el dichoso trabajo.

    Estaba a punto de decirle que a ella tampoco le entusiasmaba la idea de pasar toda la tarde esparciendo plastilina como una idiota cuando la puerta de la habitación de Hinata se mostró ante ellos. Sakura, quien iba adelante, giró la manilla y entró, con cuidado de no arrastrar el dibujo, seguida de Kiba.

    Esperaba encontrar a Hinata leyendo algún libro o comiendo una merienda, pero en vez de eso los recibió la imagen de un Naruto acostado en la cama y mirando el techo como si allí se escondiera el One piece.

    —¿Hace cuánto llegaste? —preguntó saludablemente, acomodando el cuadro contra la pared.

    Él salió de su letargo y la miró. —No hace mucho, Sakura-chan.

    —¿Y Hinata? —preguntó Kiba.

    Naruto volvió su mirada al techo y Sakura lo sintió extraño. —Creo que está en el baño, eso dijo… No escuché bien.

    —Kiba-kun, Sakura-chan —la muchacha dueña de casa apareció en la puerta, saludando con una leve reverencia. Al levantar la mirada, Sakura notó que sus ojos estaban levemente irritados.

    —Ey, Hinata, ¿de nuevo te están molestando los lentes de contacto? —Kiba también era detallista, al menos cuando se trataba de su consentida amiga, así que se ahorró la molestia de mencionarlo—Lo digo porque tienes los ojos un poco rojos… —y él se acercó a la muchacha Hyüga, tomando su rostro con cuidado para verla de cerca.

    —Sí, Kiba-kun… de nuevo me están molestando…

    Y ella le hubiese creído en cualquier situación, de no ser por la mirada que, mientras Hinata estaba concentrada en el examen que Kiba ejercía en sus ojos, Naruto le envió… Una mirada de cachorro herido. O de cachorro culpable, en todo caso.

    Las cejas de Sakura estuvieron un poco más unidas. Entre esos dos pasó algo malo, pensó.


    ()
    ()


    Era extraño.

    Normalmente Naruto y Hinata eran inseparables. Generalmente la chica de cabellos oscuros se refugiaba entre el muchacho castaño y el rubio, pero esa tarde parecía que Hinata no quería estar cerca del más escandaloso, quien esa tarde no se comportaba demasiado… escandaloso.

    Sakura observaba cuidadosamente cada detalle.

    Habían extendido el dibujo en el suelo de la sala Hyüga y decidieron repartirse el trabajo. Ella, junto con Kiba, se encargaría de la parte derecha, donde se encontraba la mujer. Naruto y Hinata debían encargarse del lado izquierdo, adornando al hombre.

    "Yo quiero encargarme del vestido de la mujer, si no es mucha molestia…", había dicho Hinata, para después pedirle que cambiaran de asignaciones.

    Hinata se sentó junto a Kiba, al extremo opuesto de Naruto. Cosa rara. Y ella en cualquier otra ocasión habría pensado que era casualidad, que en verdad solo quería encargarse del vestido hermoso de la mujer, pero no esa tarde.

    Naruto, por otro lado, no payaseó como de costumbre, sino que se mantuvo juicioso haciendo su trabajo. La embarró un par de veces (esparció plastilina amarilla en la cara del hombre y después alegó que en los Simpson la gente era amarilla, así que por qué no en su pintura), pero eso era algo natural.

    Sakura también notó que entre los dos evitaban mirarse. Cuando Hinata sentía que Naruto la miraba bajaba el rostro y concentraba su atención en el trabajo, luego él desviaba la mirada y la tímida Hyüga a veces se atrevía a mirarlo mientras él no estaba pendiente…

    Parecían estar avergonzados el uno con el otro. Hinata parecía triste, más callada de lo común y parecía tener que esforzarse mucho para centrar su atención en Kiba, quien seguramente no notaba nada extraño y era el único que actuaba normal.

    Cierta vez, en un momento del día, Kiba avisó que tenía que orinar y subió al baño del segundo piso. Sakura entonces quiso hacer una prueba.

    "Ah, tengo algo de sed. Creo que iré a la cocina por un poco de agua".

    La respuesta de Hinata fue inmediata. "¡Y-yo te la traigo, Sakura-chan!", y eso hubiera sido considerado normal por cualquier persona en el mundo, pero Sakura ya estaba prevenida, y en los ojos de Hinata no brillaba el espíritu servicial, sino el temor de quedar a solas con Naruto.

    "Oh, no te preocupes, Hinata-chan, sé dónde queda la cocina. Mejor quédate terminando el vestido, estás haciendo un excelente trabajo". Y salió en dirección a la cocina, pero en realidad se mantuvo oculta tras una enorme maceta estratégicamente ubicada.

    Ellos no hablaron una sola palabra en cinco minutos.

    Y hubo una vez, ambos demasiado inmersos en su trabajo como para ser verdad, estiraron las manos hacía la plastilina café al mismo tiempo y sus dedos se chocaron. Algo normal, accidental, donde comunmente hubieran reído y seguido con normalidad, pero esta vez el contacto visual duró un segundo, ambos apartaron la mirada como un rayo y Hinata empujó la plastilina hacía Naruto sin decir una palabra.

    Que la partiera un rayo si entre esos dos no había gato encerrado.


    ()
    ()


    Las cosas no podían ser más incomodas para Naruto. Era imposible. En realidad creía que Hinata lo estaba odiando con todas las fuerzas de su alma, de su corazón, de su mente, de su cuerpo, de su chackra, de su ki, de su reiatsu y de su haki. Tenía suerte de que ella no pudiera hacer un Bankai, de ser así ya estaría en el Seireitei.

    Tenía suerte también de que Hinata no poseyera una Death Note… O su nombre sería el primero en el cuaderno.

    Suspiró por centésima vez mientras se miraba en el espejo del baño.

    Eran las ocho de la noche y finalmente habían terminado el dichoso cuadro ese. Le dolía el culo de estar sentado y tenía los dedos entumecidos, pero había valido la pena.

    Hinata era lo que en verdad le preocupaba. La tarde había sido un verdadero martirio; ella se negaba a mirarlo a la cara, a hablarle, a si quiera estar cerca de él, obviamente porque estaba enojada. Y él… Bueno, él tampoco había podido verla a los ojos, ni hablarle directamente… pero porque en cada momento de la tarde se venía a su mente el recuerdo de las cosquillas, del beso, la imagen de una agitada y hermosa Hinata, y le volvía la sensación burbujeante que había tenido cada vez que sus labios rozaban los suyos.

    El reflejo en el vidrio enrojeció y tuvo que sacudir la cabeza para despejarse un poco.

    Estaba agotado, física y mentalmente…

    Bien, ahora a casa…

    Tendría que hablar con Hinata seriamente otro día, tenía que hacer que lo disculpara y volver a restablecer la relación divertida que llevaban antes. Sí, hablaría con Hinata tan pronto como se le pasaran esas cosas extrañas de sensaciones burbujeantes y cosquilleantes.

    Tomó aire, aspirando también nuevos ánimos, y abrió la puerta. —¡Bien, vámonos a ca-!

    —¡Oh, Naruto-kun! —la sonrisa suave de la madre de Hinata era irresistible. ¿Cúando había llegado ella? —¿Tú también vas a quedarte a cenar, verdad?

    Ni forma de negarse. —Claro —sonrió—, pero sólo si es ramen´ttebayó.

    —Ni que estuviéramos peleados —no, pero su hija seguramente me quiere matar—¡claro que es ramen!


    ()
    ()



    Si Naruto había creído que la tarde había sido incomoda era porque no se había imaginado la cena.

    Lado positivo: era ramen.

    Lado negativo: Hinata tuvo que sentarse a su lado.

    Otro lado negativo: Hiashi Hyüga estaba a su otro lado, en la cabecera de la mesa. Y el hombre no le quitaba la mirada de encima, como de costumbre.

    Otro lado positivo: Konohamaru estaba frente a él, sentado también al lado de Hiashi, y las miradas del patriarca Hyüga se paseaban sobre ellos dos. Al menos tenía unos segundos de descanso.

    —Naruto-kun, ¿cómo te ha ido en la escuela?

    —Bien, señora Hyüga, muchas gracias.

    Hiashi Hyüga soltó un bufido, mientras tomaba un sorbo de agua.

    Kiba rió. —Se esfuerza demasiado en mantener su promedio de seis, hay que darle méritos.

    Y después de muchos chistes de los que, parecía, sólo Kiba, Hanabi y la señora Hÿuga disfrutaban, pasó algo. El más reciente invitado a las cenas de la familia de ojos claros hizo la pregunta del siglo: —Jefe, ¿vienes bastante seguido a visitar a Hinata-neesan?

    Casi se atraganta con el caldo. Hinata se tensó a su lado.

    —Claro que sí, Konohamaru-chan —respondió cálidamente la mayor.

    —Por desgracia… —añadió Hiashi.

    —Naruto-kun viene frecuentemente. Él y Hinata-chan son amigos desde que eran unos niños, así que es normal. Kiba-kun y Naruto-kun son de la familia… Ah, Sakura-chan se ha integrado más recientemente.

    —Y es un placer, señora.

    —Gracias, cariño.

    —Oh, veo —la voz del adolescente que usaba bufanda aún en pleno verano sonó entusiasta—¡yo también quiero ser de la familia!

    —Sí, Konohamaru-kun —aplaudió la mujer.

    Hiashi rodó los ojos.

    —Oh, no puede ser…


    ()
    ()


    Finalmente la cena había acabado y, después de despedirse cordialmente de los señores Hyüga, de Hanabi y de Konohamaru, los cuatro (Kiba, Sakura, Hinata y él) salieron a tomar el transporte público.

    Ya eran las nueve de la noche y el ambiente estaba especialmente oscuro. Kiba habló de algo particularmente estúpido, pero Naruto no tenía ganas de prestarle atención.

    —Ey, Naruto… —Sakura le susurró, caminando junto a él—¿te pasa algo?

    Él sonrió. —No es nada… —mintió. Sólo besé a Hinata y ahora me odia, pero no te preocupes, todo irá bien, novia mía—No te preocupes, es solo que… creo que me cayó algo mal el ramen´ttebayó…

    —Porque te embutiste ocho tazones…

    Se rascó la nuca. —Puede ser.

    Al poco rato llegaron a su destino (a tan solo dos cuadras de la casa Hyüga) y se pararon bajo un árbol a esperar que pasara la buseta.

    —E-spero que les guste nuestro cuadro… —comentó la chica de cabellos oscuros suavemente.

    —¡Si alguien se atreve a decir algo malo le patearé el trasero!

    —Y yo te ayudo, Kiba, porque sería el colmo —apoyó Sakura.

    —No siento mis deditos´ttebayó…

    —Se queja el que no hizo casi nada… —murmuró Kiba.

    —¿Qué? ¡Yo hice la mitad con Sakura-chan´ttebayó!

    —La cara de Homero Simpson no vale, idiota.

    Naruto escuchó una risa, y le costó un poco de trabajo entender que se trataba de Hinata. La miró un instante con una sonrisa, pero ella bajó la mirada, justo en el momento en el que Sakura la abrazó para despedirse: —Gracias por prestarnos tu casa, Hinata-chan. Saludos a tus padres. Nos vemos mañana.

    Luego siguió Kiba, quien la estrechó fuertemente contra su pecho y susurró una despedida en su oído, pero Naruto estaba demasiado ocupado pensando que él también debía despedirse de ella de manera normal, como siempre lo hacían, o si no sería algo verdaderamente extraño. Ya si ella quería empujarlo y no aceptar su despedida sería otra cosa, pero al menos lo habría intentado.

    Apenas Kiba la hubo soltadó, Naruto la tomó en sus brazos apretándola en su pecho. Una despedida común. —Lo siento… —susurró cerca a su oído. Decidió que no quería esperar hasta mañana para ofrecerle unas sinceras disculpas. Hinata se tensó entre sus brazos, pero le rodeó lentamente la cintura correspondiendo a su abrazo—En verdad no quise arruinar tu primer beso, Hinata-chan… No sé por qué lo hice… —suspiró—yo no quería escuchar el nombre del tipo a quien quieres, Hinata… Aún no lo quiero escuchar… Y sé que estuvo mal, pero… perdóname.

    Sakura y Kiba caminaron hacia donde segundos antes había llegado el transporte público. Naruto les daba la espalda, con Hinata en sus brazos.

    —Vamos, Naruto. —oyó la voz de Kiba llamarlo desde el otro lado de la calle, así que le hizo un gesto con la mano para que se subiera, que él no tardaba.

    Cuando Hinata levantó el rostro y, finalmente, se dignó a mirarlo, sus mejillas lucían rosadas y los ojos perlas brillaban como la luna del firmamento. —Te diré el nombre… —dijo poniendo las manos en su pecho, pero él la abrazó más, ocultándola nuevamente.

    Desde la posición de Kiba y Sakura al otro lado de la calle, Hinata no se veía. Lo único que podían vislumbrar era la espalda de un Naruto que abrazaba algo.

    —No quiero.

    —Naruto… —las manos de Hinata presionaron su pecho para separarse un poco y la sensación burbujeante volvió a azotarlo. El rubor de ella se extendió tenuemente, mientras se paraba en puntitas y buscaba alcanzar su oído para susurrar, pero él movió el rostro para evitarlo. Hinata sonrió bellamente y, de repente, él otra vez fue consciente del olor a vainilla que bañaba su cuerpo, de la cercanía de sus rostros…

    —Hinata… —su voz sonó rasposa, ronca, y vio que Hinata se movió un poco hacía atrás, posiblemente adivinando sus intenciones, pero él la rodeó casi sobre los hombros y la acercó en un abrazo, con sus rostros uno junto al otro—Lo siento… —Hinata inclinó levemente su cabeza hacia atrás, su piel lucía más bella bajo la luz de la luna—No me odies… —una de sus manos se posó sobre el sedoso cabello negro, tras el delgado cuello, ella lo miró y en sus ojos claros brilló el anhelo, Naruto estaba seguro que así era. Ladeó su cabeza y la besó.

    Esta vez más intensamente que la anterior, pero fue un beso más corto. La apretó contra sí unos segundos, en los que su lengua se abrió paso de manera sorpresiva en su boca. La oyó jadear. Quizá era algo brusco para ser el segundo beso de alguien, pero le encantaba la forma en que Hinata respondía; entregada, de puntitas, las manitas en puño contra su pecho…

    Fue rápido, pero le robó el aliento. A ambos. —Lo siento… —el susurro casi se pierde cuando repasó el suave labio inferior con la punta de su lengua como toque final. Ella se estremeció un poco, un suspiro colándose entre sus labios. La soltó suavemente y se dio la vuelta, guardando la imagen ruborizada y temblorosa de la Hinata que dejaba bajo el árbol.

    —¡S-su nombre… —escuchó la voz de terciopelo a sus espaldas, mientras corría hacía el medio de transporte—es Uzumaki Naruto´ttebayó!

    Y de repente,Uzumaki Naruto tuvo unas increíbles ganas de reír.






    No sé qué decirles. No dormí para escribir este capítulo, simplemente no podía parar. Buenas noticias: El viernes salgo de la U :3 Aunque sinceramente no creo que falten mucho capítulos para terminar Friend Zone. No está decidido aún.
     
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    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

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    Pluma de
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    Oh, oh, oh. No sé que decir, fueron demasiadas emociones juntas.
    Quise asesinar a Naruto al principio cuando malinterpretó todo e hizo sufrir a mi bella Hinata. Puede ser increíblemente idiota si se lo propone, ¡de verdad, ese chico no piensa! O sí, piensa...pero no procesa las cosas.
    Y Sakura, Sakura, Sakura. Esa chica tiene una buena percepción de las cosas...o Kiba es muy ingenuo, una de dos o un poco de ambas. Oh, no quiero ni pensar lo que va a pasar cuando se entere de todo esto. Sin mencionar el final. El increíble y genial final del capítulo. Ahí pasé a amar a Naruto de nuevo, con sus escasas acciones él hace que lo ame y odie en pocos intervalos de tiempo.
    Tu Fic va a terminar por matarme; amo tu manejo de los personajes. La personalidad de Hinata te sale estupendamente bien y tus ideas son geniales, ya lo dije en el comentario anterior pero es que es tan cierto. Nunca sé con qué vas a aparecer. Siempre es una sorpresa.
    Me encantó la escena de la cena con la familia Hyuga. Ese Konohamaru es tan impredecible y especial como Naruto. Ah, ah y mi frasesita favorita (además de todo el capítulo pero no puedo ponerlo acá de nuevo) fue...



    ¡Tus ocurrencias son estupendamente geniales!
    ¿Ya nos estamos acercando al final? ¡No, me niego! Sabes que amo y amaré leer cualquier cosa que escribas, te voy a seguir el rastro. Tu forma de escribir y esa excelente narración no se encuentra en todas partes.

    Bueno, bueno, bueno, ya no sé que escribir. Fue increíble.
    Espero el otro capítulo. Me estoy muriendo de la agonía ya; ¡sobre todo por la manera en que lo terminaste!
    Nos leemos ~
     
  4.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

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    Nahi tengo que decírtelo..... otro capitulo que me dejo como loca!!!!! Me gusto mucho la parte que Naruto se siente culpable por robarle el primer beso a Hinata, pero creo que ella no tuvo ningún problema con que fuera el jajaja también me gusto la parte que el hombre del cuadro queda como Homero Simpsons jajajjaja me lo imagine y todo :3 y estalle xD y por ultimo cuando van caminando Naruto y Hinata juntos y el no quiere oír quien es "la persona que le gusta" a la Hyuuga y bam! la abraza y la besa, esos momentos me causan tantas emociones juntas que creo que solo se pueden describir poniendo haklfhklajsflkajioquwrioquwiorq xD pero ese rubio debe tener su cabeza con tanto ramen que no se puede dar cuenta que a quien le gusta ella es el!!! No me gusta la idea de que falta poco para el final, es lindo esperar a cada continuación y seguro cuando termine me voy a poner triste :(
    Con mis amigas hablo sobre tu fic, de lo maravillosamente bien que escribís y que hay pocas personas que encontré que lo hicieran ademas les recomiendo que te lean diciéndoles que seguro se van a enamorar de la historia :3 . También me sigo sintiendo identificada con Hinata, ver que el chico que te gusta tiene novia y aun asi lo seguis queriendo y de repente ocurren cosas que nunca te esperabas, te deja en shock ! O.O

    Como siempre la narración, la ortografía, la historia, todo mas que perfecto, no encontré errores mientras leía y espero con ansias la continuación

    Atte. Sweet-chan :3
     
  5.  
    Nahi Shite

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    @Anto Lightwood : Anto <3 Gracias, gracias por tu bello comentario. Me siento terriblemente comprometida a no bajar la calidad, espero no decepcionarte jamás. Tus halagos son recibidos con la mayor y más humilde alegría. Besos engrudados con mucho NaruHina para ti ; )
    @Sweet blody rose: ¡Ohhh, me estás haciendo propaganda gratis! ¡Gracias! xD´D Es muy, muy, muy, muy, demasiado genial escuchar que soy tema de conversación entre tú y tus amigas (bueno, mi fic lo es... pero en perspectiva es una parte de mí, ¿cierto?). Espero que el siguiente capítulo te de más tema para charlar. Saludos, Sweet-chan <3

    Sin más, acá va:


    Friend Zone.

    XXII: Confidentes.

    Palabras: 5.059
    Hinata tuvo que sentarse varios minutos en el suelo antes de empezar el camino de regreso a casa. Las rodillas se sentían débiles, como si estuvieran hechas de palitos de paleta, y su cuerpo vibraba cada tanto, como sintiendo el calor de Naruto llegando de golpe… aunque él ya se había ido.

    ¿Era eso normal?

    No tenía idea, principalmente porque jamás había besado a nadie antes de ese día. Ese maravilloso, confuso, enredado, extraño, incómodo y finalmente aún más maravilloso día.

    Tuvo la necesidad de cubrirse el rostro, aunque sabía que nadie la estaba mirando.

    ¡Naruto estaba demente, loco, psicótico, enfermo y completamente desquiciado!

    ¿Cómo era que se le ocurría tomarla y besarla –¡de qué manera!- a sólo unos cuantos metros de Sakura y Kiba? Bien, ella estaba totalmente segura que ellos no los habían visto, Naruto la cubría de una manera excelente, pero no dejaba de ser algo tremendamente loco, cosa de infartos…

    Además… ¿Cómo se le ocurría causarle tanto sufrimiento? Ella había estado tranquila en su habitación, esperándolos para hacer el trabajo de Arte, mientras leía su libro favorito con total comodidad; llegaba él, la incitaba a un absurdo y muy emocionante juego de cosquillas, la acorralaba para que confesara el nombre del sujeto de sus amores y, cuando se lo decía, la besaba. Después la hería al decirle que no quería escucharlo en realidad...

    Una risa se atoró en sus labios; él no había entendido el mensaje, por eso tanta confusión. Ah, Naruto era tan tonto…

    ¡Baka, baka, baka, baka!
    Aunque claro que ella pudo haber sido más especifica.

    Había sido la tarde más incómoda de la vida entera. Ella no se sentía capaz de verlo a la cara, ¿qué haría si él la miraba con compasión? Se sentiría morir de vergüenza… Hinata había estado convencida de que el Naruto y Hinata que venían en el mismo paquete desde siempre serían, a partir de esa bochornosa confesión en su cuarto, NarutoHinata sin ningún conector de por medio, y no era algo que quería afrontar, no tenía idea cómo.

    Pero bueno, todo se había aclarado al fin. Él la había besado de nuevo, esta vez de una manera más ardiente y fugaz, y ella había tenido el valor de confesarle la verdad (esta vez asegurándose de que no hubiera la más minima posibilidad de que él –cabeza hueca- lo malentendiera… de nuevo).

    Aunque… en realidad no tenía idea de lo que pasaba por la cabeza de Naruto actualmente.

    Un sentido suspiro escapó de sus labios, echó las manos en los bolsillos del pantalón y se encorvó ligeramente mientras caminaba a casa; la inseguridad junto con un sentimiento creciente de culpabilidad azotándole el pecho.

    Sakura-chan…



    Esa noche Naruto no fue directamente a casa.

    El cuarto de Sasuke estaba pintado de algo así como un azul marino, algunas de las paredes iban en blanco. Al igual que la habitación de Hinata, estaba en la segunda planta de la casa y poseía un enorme ventanal de esos que a él tanto le gustaban -¿por qué su habitación no tenía uno? Maldita familia tacaña en la que había nacido-, y, también al igual que en la habitación de Hinata, todo estaba tan perfectamente organizado; libros perfectamente acomodados en el estante, ropa armoniosamente colgando en el ropero, zapatos puestos en par (¡en par!) sobre un taburete de madera, también –supuso- Sasuke debía tener los calcetines y calzoncillos perfectamente doblados, distribuidos por color, dentro de una de esos gabinetes que eran curiosamente parecidos al del cuarto de la Barbie que a Hinata le habían regalado cuando tenían diez años. Ahora que lo pensaba… el cuarto de su amiga podía fácilmente pasar por el cuarto de una Barbie menos rosada, menos rubia, y mucho más agradable, mientras el de Sasuke fácilmente podía ser el cuarto de Ken. No era que le gustara mucho pensar en los dos azabaches como pareja… pero que lo partiera un rayo si no era una excelente comparación.

    La cama estaba tan arreglada que le causaba una terrible ansiedad, así que Naruto se echó sobre ella con el único fin de lograr manchar –aunque fuera minimamente- con una gota de imperfección aquel mar lleno de asfixiante… perfección Uchiha.

    —Entonces... —empezó Sasuke con la voz llena de la parsimonia que lo caracterizaba—lo que sea que me tienes que decir tiene que ver con tu amiga Hinata, ¿cierto?

    —¿Quién ha dicho que tengo algo que decirte a ti, teme? —alargó la mano para agarrar el cubo Rubik que, sabía, su amigo tenía siempre sobre la mesa y que él nunca podría armar correctamente. Aún así empezó a darle vueltas, esperando la siguiente intervención.

    —Son las nueve y treinta de la noche. Hoy es domingo. Mañana tenemos clase —Sasuke alzó tres dedos, contando las observaciones y dándose vuelta en la silla rodatoria de su escritorio—. No hay examen. No hay partido de fútbol. Fui atacado la semana pasada porque cierto idiota supuso que rompí el corazón de cierta niña de ojos extraños. El idiota se pasa los siguientes días tratando de averiguar la identidad del verdadero culpable. Ahora el idiota está en mi cuarto—el movimiento de las ruedas se detuvo. La mirada ónix se centró en el rubio acostado boca arriba en el colchón, que jugaba de manera vergonzosa con su cubo de Rubik—. ¿Has descubierto algo y tienes la terrible necesidad de contárselo a tu mejor amigo?

    Naruto odiaba esa fastidiosa manía que tenía de leer a la gente, de leerlo a él principalmente. Sasuke eran tan engreído… Y él no tenía siquiera idea de cómo había terminado en las puertas de la casa Uchiha, había caminado sin pensar. Tampoco había considerado la idea de contarle algo a Sasuke…

    ¿Por qué tenía que ser tan malditamente impulsivo? Era justo ese defecto suyo el que le había metido en miles de problemas hasta ahora. Joder. Suspiró. Dejó caer los brazos sobre el colchón, el cubo rodó a un lado de la cama, y centró la mirada en el techo blanco antes de hablar. —Tengo un maldito problema, Sasuke.

    —¿Y yo soy un maldito psicólogo o algo así?

    —Uno de mierda.

    Los labios de Sasuke se tensaron en una sonrisa interesada. —Habla.




    Esa noche Hinata no fue directamente a su cuarto.

    La habitación de su hermana se le antojó mil veces más apetecible. Sin darle mucha vuelta al asunto se encontró bajo las sabanas de Hanabi. Cuando la menor de las Hyüga entró a su lugar privado, después de haber despachado a Konohamaru, tuvo que ahogar un grito de terror ante los largos hilos negros que brotaban bajo sus sabanas blancas, deslizándose como serpientes silenciosas hasta casi tocar el suelo. —¡Hinata, ¿quieres matarme del susto?! —Hanabi suspiró ante la negativa de su hermana a reaccionar. Hinata parecía perdida en un mundo aparte, el rostro hundido en su acolchonada almohada. —¿Qué ha pasado?

    Fue a sentarse a su lado.

    Y ella se esperaba cualquier cosa, pero su hermana mayor parecía –últimamente- estarse esforzando para sorprenderla. Hinata ladeó la cabeza sobre la almohada, enviándole una mirada opacada por la culpabilidad y, al tiempo, brillante por la emoción. —Oh, Hanabi-chan… estoy tan enamorada de Naruto —dijo.

    Parpadeó, se puso de costado y frunció el ceño, entendiendo de inmediato las dimensiones de aquella confesión. —Habla.




    Sasuke estaba sin habla, la consternación le punzaba el interior, aunque su rostro lucía tan apacible como de costumbre. —¿Y la besaste? —se atrevió a preguntar sólo cuando estuvo seguro de que el rubio hubo terminado el relato de lo ocurrido esa tarde. Era obvia la respuesta, pero él simplemente deseaba asegurarse de que no había oído mal.

    Naruto gruñó, echándose un brazo sobre los ojos luciendo frustrado. —¡Dos veces!

    —Dos veces… —repitió él, solamente para enfatizar las palabras de su amigo. Él nunca se lo hubiera imaginado.

    —¡La última vez cerquísima de Sakura-chan y Kiba!

    —De Sakura y Kiba…

    —¡Pero se sintió tan bien´ttebayó!

    —Tan bien…

    —¡Y después me dolía el pecho, me sentí una mierda, Sasuke!

    —Una mierda, Sasuke…

    Naruto suspiró y el silencio llenó el ambiente con su peso, ambos perdidos en sus pensamientos. Sasuke no sabía qué tan correcto era que Naruto le estuviese contando eso; bien, ellos eran mejores amigos desde siempre y todo eso… pero no hacía menos raro el hecho de que él mismo era el tipo que estuvo potencialmente interesado en su novia de cabello rosa, a la que estaba burlando ahora con el hecho de besar a otra chica. En fin, supuso que Naruto no se detenía a pensar en esas cosas.

    ¿Qué quería que le dijera?

    Si Naruto pensaba encontrar en él la voz de su conciencia perdida, entonces estaba más fuera de lugar que el viejo Jiraya en un bar homosexual. No podía –ni quería- desempeñar el papel de Pepe grillo, pero el de mejor amigo –aunque era un dolor en el culo- era su especialidad. Sasuke sabía exactamente que hacer. —Y… ¿Hinata besa bien?

    Observó la reacción rápida del otro; el sonrojo oscuro pronunciándose en las mejillas marcadas, mientras se incorporaba hasta quedar sentado en la cama y mirarlo confundido. —Bueno… era su primer beso… así que… —balbuceó.

    —¿Mejor que Sakura? —le presionó más.

    El rostro del chico Uzumaki se contrajo levemente. —Teme, no veo en que-

    —Contesta —Sasuke chasqueó la lengua—, ¿o es que no puedes decidirte?

    —No es eso —un largo suspiro brotó del muchacho de ojos azules—. Es que… ¡Asdf! —Naruto se dejó caer de espaldas en la cama, jalándose los rubios cabellos—¡Es que… estoy tan confundido! Pensé que Sakura-chan era la única chica a la que yo podía mirar en el mundo entero, pensé que me gustaría eternamente, es linda, tiene carácter… es el ideal de novia, ¿verdad?: Falda corta, deportista, buenas notas, sonrisa amable, ojos verdes —Naruto cerró los ojos con frustración, pasándose una mano por la cara—. Y entonces aparece Hinata…

    —Hinata no apareció de la nada —le aclaró. Hinata estaba, según lo que recordaba, mucho antes en su vida.

    —¡Lo sé, pero apareció de repente en mi cabeza de esa forma! De esa forma, ya sabes… —sintió la necesidad de explicar, los ojos azules fijos en los ónix—como, como…

    —Como una chica.

    Naruto se mantuvo en silencio unos segundos, antes de asentir, con la pesadumbre marcada en sus facciones: —Exacto.



    Hanabi estaba sin habla, ¡Hinata sí que era una sorpresa!, ella jamás hubiera pensado que semejante historia se desarrollaba tras ese grupito de amigos. Wow, más parecía un dorama coreano... Y ella, como buena fan del drama que era, después de oír la historia entera –pidiendo la mayor cantidad de detalles posibles- sólo podía decir una cosa:

    —Hinata… ¡es maravilloso!

    Hinata, en cambio, solo pudo pensar en la mala idea que había sido el contar con su hermana de trece años para resolver profundos conflictos internos-amorosos.

    —¡Ya sabes, es como un anime! —rara vez veía a Hanabi tan emocionada—Los mejores amigos de la infancia, el chico idiota que se enamora de la chica linda y popular, la mejor amiga simplona perdidamente enamorada de él…. Y según transcurre la historia él se da cuenta que la superficialidad no supera el amor escondido que ha sentido desde siempre, aunque sin saberlo, hacia la chica que siempre ha estado a su lado: su paliducha mejor amiga.

    —¿Y-yo soy la paliducha y simplona mejor amiga? —se hundió más en la almohada. Se suponía que las hermanas estaban para darse ánimos, ¿no? ¡Que alguien le enseñara a Hanabi a cumplir con su papel!

    —Y Naruto es el idiota, Sakura la chica linda, popular y superficial.

    —Sakura-chan no es superficial… —le defendió suavemente.

    —Es la mejor amiga de Ino, ¿sabías?

    Las miradas lunares se encontraron por un segundo y ambas empezaron a reír. Hinata tomó a su hermana menor en brazos y besó su frente. —Oh, Hanabi-chan, con las cosas que sales…

    Ella no era de mucha ayuda en casos de este tipo, pero siempre sabía que podía hablar con su hermana sin restricciones, siendo honesta y libre. Le hacía ver las cosas de una manera menos tormentosa, la hacía sentir mejor. Después de todo, para eso están las hermanas…

    —¿Y entonces qué tal besa Intenso-Uzumaki?

    Para molestarse también.

    —¿Será que papá acertó en ponerle el apodo? —Hanabi rió al ver las mejillas encendidas de la mayor—Ah, dime.

    —Ah, bueno, N-Naruto-kun… él… —tartamudeó tontamente, ladeando la mirada y frunciendo los labios en una inocente mueca, antes de susurrar—es… Intenso.

    —¿Y ardiente? —presionó Hanabi con diversión, pullandole el estomago con el dedo índice suavemente.

    Hinata rió. —Y ardiente también.






    —Sasuke, eres una mierda como consejero, ¿sabes? ¡No me has ayudado en nada´ttebayó!

    ¿Qué? Joder, lo había escuchado hablar mierda sentimentalista un domingo hasta la medianoche aún teniendo que madrugar al día siguiente. Qué desagradecido…

    —¿Qué quieres que te diga, dobe? —se encogió de hombros, mientras echaba desinteresadamente unos libros en su maletín—No soy la señorita Laura ni nada que se le parezca —escuchó el bufido de Naruto—. Aunque tengo que confesar que es muy gracioso que tú seas el chico que le gusta a Hinata después de todo.

    —No tiene nada de gracioso, teme.

    —Lo es —la sonrisa de Sasuke se acentuó levemente y dirigió su mirada hacia el rubio desparramado en su cama—. Un idiota buscando a otro idiota y resulta que son el mismo idiota… Eso siempre es divertido.

    —No sé porqué vine contigo.

    —Yo sí. Porque estás más perdido que una aguja en un pajar.

    Sasuke, a diferencia de Naruto, ya tenía claras las cosas. Le conocía desde hace tanto tiempo que le era casi imposible ignorar los pensamientos que pasaban por la cabeza rubia… sabía reconocer lo que pasaba antes de que él mismo lo percibiera siquiera. Él podría decirle y mostrarle eficazmente la obviedad de la situación: estaba enamorado de Hinata. Punto. No lo veía porque todavía estaba cegado con el telón de mejor amiga, encantado con los sentimientos de ternura que ella le provocaba… Naruto era un lento, era verdad, pero secretamente Sasuke podía envidiar su suerte. A él le hubiese agradado tener también a alguien tan cercano –del sexo opuesto- que despertara en él instintos protectores, que lo acompañara tanto como Hinata lo hacía con Naruto, que lo siguiera hasta el fin del mundo –como era obvio ella lo haría con el rubio-. A él le hubiese gustado tener una chica a su lado que no lo viera como todas las demás, sino que penetrara aquella máscara de helada seriedad que constantemente lo acompañaba y genuinamente deseara descubrir al verdadero él oculto en las sombras.

    Hinata conocía las mejores y peores cosas de Naruto y, aún así, seguía a su lado. Esa mujer debía ganarse un premio nobel o algo así…

    Claro que nunca lo confesaría, como tampoco le diría a Naruto la enorme verdad de su situación (¡estás enamorado de Hinata, pendejo!) porque simplemente no podía tolerar la idea de ponerle las cosas tan fáciles.

    —Puedes hacer lo que quieras, Naruto —dijo—. Quédate con Sakura y aclarale a Hinata que simplemente la ves como tu mejor amiga. O termina con Sakura y elige a Hinata. O también puedes tenerlas a ambas… Claro, si a Hÿuga no le molesta ser la segunda.

    Apenas hubo terminado de decirlo y ya tenía un rubio enfurecido levantándolo de las solapas de la camisa. Los diamantes dedicándole la mirada más filosa del mundo. —No vuelvas a hablar así de Hinata… —siseó y Sasuke sonrió orgulloso descubriendo la ira contenida en su mejor amigo.

    —Deberías pensar seriamente en proponérselo. Seguramente aceptaría gustosa.

    Un puño limpió atravesó el rostro fino de Uchiha Sasuke. La mirada azul salvaje se fijó en el hilo de sangre deslizándose por la barbilla blanca sólo un segundo antes de darse la vuelta y caminar a la salida. Sasuke seguía con esa sonrisita mal disimulada, sentado en su silla giratoria, limpiándose con los nudillos. —¡Esa reacción debería decirte algo, dobe!

    Pero Naruto estaba demasiado enfurecido, apretó la manija dos segundos y salió azotando la puerta.

    —Tsk… —el sabor metalico de la sangre era algo desagradable. Escupió—Te he dado demasiadas pistas, idiota.



    Era lunes. Y cuando Hinata iba entrando al colegio se chocó con Naruto. Ella simplemente no supo donde se quedó, sintió que sus rodillas bailaban y, sin alcanzar a dar siquiera un débil saludo, él la estrechó en sus brazos. —Good morning, Hinata-chan —canturreó suavemente en su oído, con un toque picaresco adornándole la voz.

    —O-Ohayo, Naruto-kun.

    Un golpe de calor la sacudió de pies a cabeza, casi podía sentir cómo su sangre subía rápidamente a sus mejillas. ¿Qué iba él a decirle después de la confesión del día anterior, después de los besos…? Oh, santa madre de Dios, alguien debería por favor mantenerlo alejado al menos unos doscientos metros de ella, por piedad.

    Estaba segura que saldría corriendo o que simplemente caería inconsciente ante la presión de estar en sus brazos, tan cerca de él, pero Naruto la congeló brindándole la más grande y brillante sonrisa matutina. —¡Ey, Hinata, vamos a llegar tarde al salón, corre!

    Y así nada más la tomó de la muñeca y arrancó a correr, prácticamente arrastrándola por los pasillos. Él actuaba tan normalmente… que le hacia sentir alivio, pero al tiempo una punzada de decepción.

    Por el camino su mente solo atinó a pensar en una cosa, un estúpido pensamiento en medio de la situación que estaba viviendo, pero así trabajaba su mente: Tenemos que ir a formar, hoy es lunes.

    Y sí, los lunes eran días de formación. Cada comienzo de semana los estudiantes debían organizarse por filas en el coliseo donde normalmente se jugaba basket –era el único lo suficientemente grande para contenerlos a todos- antes de empezar clases en los salones; generalmente se tardaban entre treinta minutos a una hora, pues el tiempo pasaba rápido mientras lograban acomodarse tantas personas, lograr el silencio y, finalmente, dar las indicaciones de la semana: noticias, fechas de exámenes, el profesor que se cayó de las escaleras y obtuvo un mes de incapacidad, los escritos obscenos que fueron encontrados en las puertas de los baños de chicos y chicas por igual… En fin, nada interesante.

    Pero era obligatorio y se había vuelto algo rutinario: los lunes había que formar. Seguramente Naruto no lo recordaba.

    Él era probablemente el único alumno que podía olvidarlo; este descubrimiento la hizo reír y, antes de que pudiera decir algo, ya estaban ambos dentro del salón de clases. Vacío. Ni un alma, ni un morral en los pupitres. Llevó su vista al reloj que adornaba la pared, donde las manijas marcaban las 6:10 A.M y una tranquila sonrisa encontró hogar en sus rosados labios: tenía razón después de todo.

    —¿Te has olvidado de…? —pero su pregunta quedó inconclusa, volando en el aire, porque solo pudo callar cuando él apretó un poco más el agarre en su muñeca. Ella lo miró; tenía la vista al frente y sólo podía apreciar su perfil derecho, lucía serio y confirmó lo que había pensado inicialmente: él lo había olvidado y ahora estaba frustrado—Oh, Naruto-kun, está bien. Aún tenemos tiempo para-

    Naruto descolgó su mochila azul del hombro izquierdo rápidamente, dejándola caer al suelo con un golpe seco que captó su atención. —¿Q-qué…? —los ojos azules la penetraron rápidamente y Hinata sintió algo explotar en su pecho. Un presentimiento, una revelación… ¡Bendito shabat!

    Él debió notar la expresión consternada de su rostro, porque una de sus rubias cejas subió de forma divertida. Hinata lo entendió todo cuando habló con un tono tan mortalmente divertido que era imposible pasarlo por alto. —¿Tiempo? ¿Tiempo para qué, Hinata-chan? —lo tenía cada vez más cerca. Intentó zafarse de su agarre, pero Naruto apretaba fuertemente, aunque sin llegar a dañarla. ¿Qué estaba pasando? Él no… ¡él la había llevado allí a propósito! Ella retrocedió un paso, pero él avanzó dos—Hinata… —un escalofrío cargado de terror la recorrió al sentir la presión dura de la pared contra su espalda. Su mirada se desvió totalmente del azul intenso que la acorralaba y fue a dar a la puerta… ¿Cuándo Naruto la había cerrado? En un instante el ardiente aliento acariciando la parte derecha de su quijada cortó su línea de pensamiento. Hinata intentó apartarlo, empujándole con su mano libre, pero esta rápidamente fue aprisionada también a su costado, tocando el muro.

    —N-Naruto… —los suaves labios se juntaron tímidamente con su pálida y sensible piel en un cálido y fugaz beso. Naruto desprendía tanta calidez, que sólo notaba lo fría que estaba cuando él la tocaba… Él la miró y su sonrisa era tan tierna que casi siente derretirse ahí mismo.

    ¿Por qué era tan cruel? ¿Por qué la torturaba tanto, tanto, tanto?

    —Hinata-chan —él aún no liberaba sus manos, juntó sus narices juguetonamente y añadió—, ¿no habrás olvidado que tenemos que ir a formar, cierto?

    ¡Ahora se burlaba! Las mejillas blancas tomaron el color de las manzanas con prontitud. —Y-yo… ¡N-no! D-digo... lo sabía, pero tú… —se estaba avergonzando más a sí misma con ese tartamudeo, lo sabía, hasta los ojos de Naruto parecían reír. —T-tú dijiste…

    —¿O acaso querías pasar un tiempo a solas con el grandioso Naruto Uzumaki? Oh, Hinata-chan, tú no tienes que recurrir a estas cosas para verme, sabes que siempre tengo unos minutos para ti´ttebayó…

    ¿Qué? ¡Ella no hizo nada de eso!

    —¡N-no, yo no…! —¿por qué no podía decir nada coherente? ¿por qué balbuceaba tanto? ¡Era su Naruto de siempre! Sólo la estaba molestando—No es nada de eso...

    Una risa rasposa detuvo sus palabras, el rostro de Naruto se había alumbrado de repente con un brillo especial, mezcla de nostalgia y resignación. Parecía burlarse de él mismo. —Lo sé… —murmuró tan cerca que sintió las ondas de su voz masculina sobre su boca—, yo soy el único que tiene que valerse de métodos así.

    Y cuando sus labios presionaron los suyos Hinata saltó en su puesto, causando como reacción inmediata que el rubio se acercara un poco más para mantener el control, que entrelazara sus dedos con los de ella para mantenerla cautiva. Hinata hubiera querido gritar, pero él estaba siendo tan suave- aunque uno podría pensar que era imposible teniendo en cuenta la situación- que ella podría tener más miedo de asustarlo, lo que obviamente era ridículo.

    Él la besó de una manera diferente a las anteriores. No de manera accidentada como la primera vez, ni brusca y apurada como la segunda… No, ahora él se tomó su tiempo y, aunque en perspectiva ella era la impotente en la escena, él parecía rogar por una correcta aceptación.

    El corazón de Hinata parecía un huracán en apogeo, pero a medida que los labios de Naruto le acariciaban ella pudo relajar su cuerpo enteramente abrigándose con el calor que de él se desprendía.

    Ella movió suavemente los dedos de la mano derecha en una caricia sobre sus nudillos masculinos, sintiendo la inminente reacción del rubio para mantenerla entre sus dedos. Él estaba tan prevenido que cualquier movimiento de su parte podía ser interpretado como un intento de fuga.

    Hinata decidió convencerlo entonces de que no quería escapar de él; inclinó ligeramente la cabeza hacia atrás, sólo un poco, y la punta de su lengua sobresalió tocando los labios tiernos de Naruto, para volverse a esconder luego como un ladrón en la oscuridad. Él continuó el juego entusiasta, sintiéndose un poco más enardecido y visiblemente aliviado por su iniciativa. Sus manos fueron lentamente liberadas, pues las de él subieron por sus muñecas, dejando suaves apretones y caricias por sus brazos hasta llegar a la curvatura de su cuello. La cobijaba tan perfectamente que Hinata se sintió arrullada por esas grandes palmas que abarcaban ahora parte de su rostro también, los pulgares ahuecando sus mejillas…

    Irresistible.

    Las pequeñas palmas se posaron a los costados de Naruto, podía sentir levemente algunas de sus costillas al palpar con suavidad. Él se removió inquieto, pero ella siguió con su labor un poco más hasta lograr encontrar un camino hasta la piel desnuda de su clavícula (él, como de costumbre, tenía varios botones abiertos y la corbata totalmente desordenada), donde hundió dulcemente los dedos. La sensación fue gratificante. Él hizo un sonido extraño contra su boca y raspó su labio inferior con los dientes en algo parecido a un pequeño mordisco que la hizo temblar y abrir los labios para quejarse, un sonido fino e irreconocible salió de ellos, y la lengua de Naruto finalmente logró reunirse en un abrazo íntimo con la suya.

    Basta, basta, voy a morir aquí mismo, Naruto…
    Y, aunque su mente gritaba que se detuviera, que estaba mal, que iba a desfallecer, ella ya estaba lo suficientemente motivada como para seguir un camino racional; lanzó los brazos sobre sus hombros, repasando con la yema de los dedos y con tentadora lentitud la piel que ocupaba los laterales de su cuello de hombre. Su piel se sentía caliente y algo rasposa, logrando un maravilloso contraste con la suya, fría y suave.

    Naruto se separó lentamente, no sin antes estirarle el labio entre los suyos con suavidad, balbuceando su nombre con intensidad, como si quemara en su boca. —Hinata, Hinata, Hinata… —ella no se atrevió a abrir los ojos todavía, las manos de él aún le acunaban el rostro azotado por su aliento. Un suspiro suave se le escapó de los labios y la risa baja de Naruto llegó hasta sus oídos —Por Dios, deja de atormentarme, pequeña judía´ttebayó.

    ¿Atormentado él? Pff... Hinata tuvo ganas de mirarlo y decirle un par de cosas. Que la atormentada era ella y que dejara de ser un tipo tan sádico, por ejemplo, pero aún no reunía el suficiente valor para afrontar esa mirada azul tan intensa que, aun con los blancos ojos cerrados, podía escudriñarle el alma.

    Los pulgares del muchacho se movieron sobre sus mejillas en una caricia sutil. —Te ves tan linda cuando te ruborizas… —susurró justo antes de que Hinata empezara a sentir punticos calientes de besos siendo repartidos por todo su rostro; él empezó con la frente, bajó por el puente de su nariz, se entretuvo especialmente en las mejillas, rozó sus labios ansiosos y culminó con su pequeña barbilla—Hinata, yo… —una caricia tras su oreja —yo…

    Pero claro, la realidad tenía que golpear fuertemente en algún momento. La realidad para ambos vino con los múltiples pasos acercándose desde el pasillo. Hinata abrió los ojos de golpe, empujando a Naruto con fuerza. Él se echó hacia atrás también y recogió rápidamente la mochila tirada en el suelo. —Mierda… —le oyó gruñir mientras ambos se acomodaban en sus asientos.

    Y sí, bueno, cuando Hinata vio un mechón rosado que sobresalía entre el grupo que entró poco después un puño de excesiva y cargada culpabilidad le estrujó el estomago con fuerza, de repente tenía muchas ganas de vomitar. Se sintió definitivamente la persona más asquerosa y cruel que hubiese pisado la faz de la tierra en todos los tiempos habidos y por haber. Se sintió ruin y decepcionada.

    —¡Ey, ¿y qué hacían ustedes aquí?! —saludó jovialmente Kiba, pero ella no tenía cara para responder.

    —Llegamos tarde, así que vinimos directamente al salón para no aguantar el sermón de la vieja Tsunade´ttebayó.

    —¡Ah, malditos suertudos! —el muchacho castaño gruñó, completamente inocente—Hoy no hicimos sino rezar y escuchar estupideces… ¡rezar! ¿pueden creerlo? Joder, ni que estuviéramos en una maldita iglesia.

    Hinata normalmente le hubiese reprochado por usar una maldición para referirse a un lugar de culto, pero su idea de bien y mal estaba ya tan retorcida que simplemente… ¿Con qué autoridad moral podía ella corregir a Kiba?

    Kiba…

    Ella tenía que contarle todo. Claro, cuando dejara de sentir esas horribles arcadas.



    Esa semana pasó y Hinata no hizo más que pagar escondite para evitar encontrarse con Naruto. Tampoco había podido tragarse su orgullo y confesar todo a Kiba. Ella lo admiraba tanto desde siempre… y él tenía una tan buena imagen de ella… Dios, ¿cómo se suponía que iba a contarle? Seguramente se moriría de la rabia y le echaría una cantaleta de mil palabras por haberse fijado en Naruto. Enemigos mortales que eran…

    Justamente había salido ese domingo con Hanabi a ciclo-vía para despejar su mente y aclarar las ideas.

    Era un día despejado y no había muchas personas en el lugar. Ambas caminaban, con ropa deportiva, hacia el puesto en el que alquilaban bicicletas, mientras Hanabi mencionaba cosas como: No puedo creer que alguien use mallas para hacer deporte o ¿qué hace ese tipo con el equipo de sonido al hombro? ¿se quedó en la época de las cavernas y no tiene audífonos? Sí, eran comentarios interesantes e inteligentes, preguntas con respuestas misteriosas, y Hinata se concentró tanto asombrándose con la gente loca que andaba por ahí que sin saberlo se encontró en el suelo. —Ouch…

    —Lo siento, ¿estás bien? —subió la mirada y un muchacho extrañamente familiar, de cabellos oscuros, llenó por completo su visión. Él se quitó los audífonos y le tendió la mano—Debes tener más cuidado. Si vas subiendo tienes que ir por el carril derecho y no salir de él, te puedes chocar con las personas que venimos bajando y salir lastimada.

    Los colores subieron inmediatamente a su rostro, la risa mal disimulada de su hermana la alcanzó… Qué vergüenza… ¡todo era culpa de Hanabi!

    —S-sí, lo sé… —aceptó su mano y se levantó rápidamente del suelo, sacudiéndose un poco el pantalón—¡Perdón por las molestias! —y se inclinó casi hasta tocar el suelo, bueno, no tanto así, pero sí fue una reverencia más bien exagerada.

    —¿Qué sucede, Onni-san?

    Esa voz… Hinata se incorporó como un resorte, su mirada chocándose directamente con unos ojos oscuros, que también cargaban con un toque de sorpresa. —Hinata —él dijo.

    —¡Uchiha-san! —ella se inclinó nuevamente—¡O-Ohayo!

    Hanabi sintió pena ajena y Sasuke pensó que ella era un poco divertida… extraña sí, pero graciosa.

    —Sasuke, ¿la conoces?

    ¡Claro, por eso le parecía conocido, el hombre era idéntico a Sasuke!

    —Sí, estudia conmigo.

    Hinata fue enderezada por la mano de Hanabi, pero aún se sentía hundir de vergüenza. —M-mi nombre es Hinata, Hyüga H-Hinata —habló lo más claro posible—.Un placer conocerlo —sí, le salió la voz robotizada.

    El muchacho asintió cortésmente. —Soy Uchiha Itachi —dijo—, el hermano mayor de Sasuke.

    Sí, ese fue su primer encuentro con Itachi Uchiha… El primero de tantos.

    —Y yo soy Hanabi, no estoy pintada, ¿saben?
     
    Última edición: 2 Diciembre 2013
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  6.  
    RoOh Miro

    RoOh Miro La noche es para los que sueñan

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    Sempaiii!!! perdon por no comentar el anterior! lo que pasa es que finalmente volvi de ecuador a argentina y estoy temporalmente viviendo en casa de mis tios ( el internet se va cada 2 x 3 ) aaaaaawww su manera de hablar me dio la corazonada de que era itachi jajjaaj es mi personaje favorito!! por cierto WOW como avanzamos eh? ahora solo hay que desaparecer a Sakura muajajajaj!!

    —¡Ah, malditos suertudos! —el muchacho castaño gruñó, completamente inocente—Hoy no hicimos sino rezar y escuchar estupideces… ¡rezar! ¿pueden creerlo? Joder, ni que estuviéramos en una maldita iglesia.

    sinceridad ante todo jajaja

    Realmente no pedo esperar el desenlace en el capitulo siguiente! por favor sigue escribiendo y yo seguire comentando

    ese naruto es un loquillo jajaj ..

    hasta la proxima
     
  7.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    @RoOh Miro: Jajaja, espero haber hecho un buen trabajo con Itachi e.e Gracias por tu comentario, cariño. Deseo intensamente que te guste el siguiente, aunque es algo más corto que los últimos. Besos!

    Friend Zone.

    XXIII: Sorpresas.

    Palabras: 2.513


    Casi una semana pasó desde su encuentro accidentado con los hermanos Uchiha en la ciclo vía. Itachi Uchiha le había comentado que ir a ese lugar cada domingo se había convertido para ellos en un merecido tiempo entre hermanos, y Hinata pensó que no sería desagradable convertirlo en hábito también para ella y Hanabi.

    Naruto no dejó de llamarla diariamente como era su costumbre, aunque inicialmente ella pensó que él abordaría el tema de los besos ardientes y la profunda culpabilidad que suponían, no fue así; él se limitó a decir estupideces y hacerla reír… conversaciones normales al teléfono. De nuevo algo reconfortante… y decepcionante a la vez.

    Pero podía comprenderlo un poco. Seguramente no sabía de cómo tocar el punto sin llegar a dañarla…

    "Yo creo que está confundido" le había dicho Hanabi un día atrás, justo cuando ella había colgado el teléfono después de una larga y absurda charla sobre cuál de los capitanes del Gotei 13 poseía el mejor Bankai. "Sólo dale tiempo, Hinata, tarde o temprano tendrá que aceptarlo".

    Y como él no parecía dispuesto aún a enfrentarla, entonces ella optó también por fingir que nada nunca había pasado. Su amistad se mantendría casi intacta hasta que Naruto estuviera listo de darle una correcta aceptación o un rechazo adecuado.

    Hinata no podía esperar eternamente por un resultado incierto, ¿Naruto la amaría si ella se mantenía constante y pasiva, tranquilamente sentada en un rincón anhelándolo por siempre? ¿Llegaría ese día? No, definitivamente no quería ser la mujer solitaria, amarga y melancolica que espera impaciente los restos de beso de un hombre que pertenecen a otra. Definitivamente no quería engañar a Sakura… tampoco a sí misma al trazar ilusiones en el aire.

    Posiblemente Hanabi tenía razón, quizá Naruto estaba confundido…

    Pero ella no estaría esperando en la solitaria oscuridad hasta el fin de los tiempos.







    Hinata estaba pensando en lo cruel que había sido de parte de Hanabi el arruinar su tiempo entre hermanas al invitar a Konohamaru. Él niño no dejaba de hablar, reír, hacer monerías y, aunque le divertía en sobremanera a ella también, no dejaba de sentirse algo, algo excluida.

    Hubiese invitado a Naruto…
    ¡Y él no hacía más que recordarle a su amigo!

    En un momento en que se quedó algo atrás para amarrar los cordones de sus zapatos, cuando se le estaba pasando por la cabeza la idea de devolverse a casa y dejar a Hanabi en una improvisada cita –que seguramente le agradecería internamente aunque negara con todas sus fuerzas su evidente gusto por el chico de la bufanda- una oscura y profunda voz la sacudió entera. —Hinata-chan.

    Alzó la mirada de sus zapatos –parecía que siempre lo veía desde abajo-; oscuros pantalones amplios, manos ocultas en los bolsillos, camiseta gris y una cortés sonrisa en combinación con oscuros ojos. —Uchiha-san —le sonrió timida, irguiéndose en su puesto rápidamente.

    —Itachi.

    —Ehm… Itachi-san —ella corrigió rápidamente, esperando en cualquier momento la aparición del Uchiha menor tras la espalda del gran hombre frente a ella.

    —Si buscas a Sasuke pierdes tu tiempo —¡¿tan predecible era?! Sintió que las mejillas podían estallarle de vergüenza en cualquier momento—. Pescó un resfriado y no ha podido acompañarme hoy.

    —¿E-está solo entontes, Itachi-san?

    —Creo que estoy contigo ahora.

    Itachi hablaba de forma tan tranquila como Sasuke y, aunque no quisiera, ella no podía evitar comparar a los hermanos. Ambos tenían en ella el poder de intimidarla hasta el extremo… Quizás había pasado tanto tiempo con tipos escandalosos como Kiba y Naruto que la seriedad y calma que desprendían los hermanos Uchiha era algo tan desconocido que aterraba.

    —S-sí, tiene razón… —susurró a duras penas.

    Los ojos oscuros de Itachi se mantuvieron unos segundos en ella antes de hablar. —¿Viniste sola también?

    —N-no, mi hermana menor vino conmigo… y un amigo suyo.

    Él asintió. —Veo.

    ¡No, nada de "veo"! ¡no era posible que "viera" nada porque Hanabi y Konohamaru se habían perdido por completo en el horizonte, se los había chupado la tierra o se habían tirado de cabeza al rio porque no estaban en ningún lado por más que movía la cabeza para encontrarlos!

    ¿Y ahora ella que haría? ¡la habían dejado sola, sola, con Itachi Uchiha… con un Uchiha, las personas menos parlanchinas del mundo!

    Si a eso le sumaba que ella era una Hyüga… estaba jodida.

    Por favor, por favor, que Itachi-san tenga algo importante qué hacer…
    Itachi carraspeó suavemente captando el desesperado y fingido intento de permanecer calmada mientras movía la cabeza de un lado a otro. Pobre, seguramente la regañarían si llegaba a casa sin los dos pequeños. —¿Te parece si te acompaño hasta que los encuentres? Tienen que devolverse en algún momento, así que si seguimos derecho por este camino los veremos tarde o temprano.

    La joven muchacha pareció pensarlo y aceptó con un asentimiento suave de cabeza. —G-gracias.

    —No es nada.

    Y Hinata empezó a caminar junto a Itachi Uchiha… sí, pensando que seguramente sería el recorrido más largo e incómodo de la vida entera.

    No fue exactamente así. En realidad, Itachi resultó una persona mucho más interesante de la que hubiese imaginado nunca. En un momento por su lado pasó una mujer un poco demasiado obesa luciendo una minifalda, con mallas cubriendo sus piernas, y una ombliguera poco adecuada para un día de deporte, Hinata reprimió una risa… pero una carcajada suave se escuchó a su lado. Ella miró sorprendida a Itachi, quien la observó con ojos brillantes y una tenue sonrisa en la boca. Luego dijo algo aún mejor: —El mundo está fuera de quicio…

    ¡Quién iba a decir que Itachi Uchiha tenía sentido del humor! Y aparte citaba Hamlet… ¡Hamlet! Bendito Shakespeare. No pudo evitar reir. —¿Y… usted ha nacido para poder enderezarlo, Itachi-san?

    —Oh, no. No creo poder con semejante carga… —Hinata recordó a la mujer de hace un momento y quiso morir de la risa—La lógica de este mundo ha desaparecido casi por completo.

    Las mejillas blancas se tiñeron de rosa cuando los ojos oscuros del muchacho a su lado se fijaron en ella totalmente. De repente Hinata sintió una imperiosa necesidad de desviar la atención. —Ehm… ¿Cuántos años tiene, Itachi-san?

    Él fijó la vista en el camino y echó las manos a los bolsillos, actuando despreocupadamente… o seriamente, Hinata no podía decidirlo. —¿Crees que soy un anciano?

    —¡N-no… No he dicho-!

    La risa ronca la detuvo. Itachi había cerrado los ojos y, desde su perspectiva, lucía algo deslumbrante con la risa refrescante bailando con el aire. —¿Siempre tienes reacciones tan divertidas, Hinata-chan?

    "¡Aw, eres tan graciosa, Hinata-chan´ttebayó!".
    Su sonrojo oscureció.

    ¿Estaba enloqueciendo? ¿Por qué de repente veía a Naruto en ese hombre tan diametralmente opuesto?

    —N-No lo sé… —empezó a jugar inconscientemente con sus índices. A Itachi pareció interesarle, pero no hizo ningún comentario sobre esto.

    —Tengo diecinueve años —él dijo de repente, captando su atención—. Ahora voy yo: ¿Qué edad tienes?

    —C-cumpliré diecisiete en un mes.

    —¿Y harás una fiesta?

    Hinata sonrió. —No lo sé… p-pero los invitaré a usted y a Sasuke-san si lo hago…

    ¿Por qué dijo eso? Ni idea… Tenía que estar considerando seriamente en sacar cita con un psiquiatra o algo así, porque era obvio que algo extraño estaba ocurriendo en su cabeza.

    —Iremos —Itachi respondió rápidamente—. Claro, en el hipotético caso de que hagas una fiesta.

    —G-gracias —de repente empezó a sentirse menos nerviosa. La sonrisa, aunque tenue, del muchacho azabache desprendía una amabilidad genuina que la confortaba de cierta manera—. Entonces… creo que voy yo.

    Sí, Hinata Hyüga estaba proponiendo un juego de preguntas a un Uchiha.

    —Pregunta lo que quieras.

    —¿D-día de cumpleaños?

    —Nueve de junio.

    —Ya pasó…

    —Sí, pero más vale que no lo olvides —él tomó un sorbo de agua—. Y creo que me estás debiendo un regalo entonces, Hinata-chan.

    Además de conocer su edad y la fecha de su cumpleaños, Hinata supo muchas cosas de Itachi Uchiha; estudiaba Derecho, cursaba quinto semestre, su color favorito era al gris, moría por las albóndigas y una de sus pasiones secretas –cosa increíble- era bailar. Era un dibujante excepcional también…

    ¡Cómo puede equivocarse uno con la gente!

    Cuando se despidieron, después de alcanzar finalmente a los dos pequeños pillos, Hinata deseó internamente volverse a encontrar de nuevo el siguiente domingo.







    "¿Itachi Uchiha? ¿Quién es ese?".

    Hinata rodó a los ojos antes de teclear una respuesta a Kiba. Estaba en su habitación, desde su portátil, chateando con el chico castaño a las diez de la noche de un domingo.

    "El hermano mayor de Sasuke-san… Ya te había dicho que Hanabi y yo nos chocamos con ellos la semana pasada. Hoy lo volví a encontrar, pero iba solo".

    Un emoticon con un gesto claramente desconfiado (una ceja arriba) invadió el cuadro del chat. "¿Qué diablos sucede con el hermano de Sasuke?"

    "N-Nada… sólo me parece una buena persona"

    "Hmmm… No estarás enamorándote de él, ¿verdad? Mira que dañar la raza mezclándote con un amargón-Uchiha sería una catástrofe, Hinata".

    ¡Dios, Kiba era la persona más exagerada del mundo! Sintió que la sangre subía a su rostro, pero al tiempo la risa le llenó la garganta.

    "¡Kiba-kun, qué cosas dices, claro que no!"

    "Más te vale, Hinata… Uhm, ahora que lo pienso… jamás me has dicho si alguien te gusta. ¿Alguien te gusta? ¡Dime!"

    Y él sacaba ese tabú tan repentinamente… Sus dedos empezaron a sentirse entumecidos sin razón aparente.

    "¿T-te gusta alguien a ti, Kiba-kun?"

    Sí, desviar la atención era la mejor opción, ¡bien hecho, Hinata!

    "No me voltees la arepa: Yo pregunté primero".

    Oh, él no era tan fácil… Y si lo pensaba un poco… ¿había acaso mejor forma de contarle todo a Kiba que hacerlo por medio del bendito Facebook, sin verlo a la cara, sin ver su mirada decepcionada, sin oir sus gritos y chillidos enojados…?

    ¡Diablos, no la había!

    Suspiró.

    "Sí hay alguien que me gusta. ¿Hay alguien que te guste a ti?"

    Kiba tardó un momento en responder: "Sí".

    ¿Quién sería la chica que había captado la atención de su particular amigo?

    "Si me dices quién es… te diré también, Kiba-kun".

    "Jajaja, eres una tramposa. Tienes que decirlo tú primero, Hinata".

    "No… Yo he puesto las reglas".

    "¿Te parece si lo escribimos seguido?"

    "Bien…"

    "A la una, a las dos…. ¡A las tres!".

    "Naruto".

    "Ino".

    "¿Ino-chan?".

    "Espera… ¿¡Naruto!? ¿Qué diablos…? ¡Hinata, ¿me estás tomando el pelo?!".

    Casi podía palpar su enojo…

    "Ojalá estuviera bromeando…"

    "¿Qué? ¡Pero cómo hijuepu…! Ya, me calmo… ¿Qué piensas hacer?".

    "Nada".

    "¿Cómo que nada?".

    Hinata frunció el ceño.

    "¿Qué puedo hacer, Kiba-kun?".

    "No sé… ¿No vas a decírselo?".

    "Él ya lo sabe…"

    "¡¿Que ya lo sabe?!".

    "Sí…".

    "¡No me jodas, Hinata! ¿Dónde he estado viviendo yo todo este tiempo? ¿En el culo de un gato?".

    Y aunque no era el momento adecuado, Hinata empezó a reir. Ese Kiba era un caso…

    "Se lo dije hace poco… El día en que nos reunimos a hacer el cuadro para la clase de Arte de Kurenai-sensei".

    "¿Y qué dijo el bastardo?".

    El momento de la verdad… Cerró los ojos antes de dar Enter. "Ese día… él me besó".

    "¡¿Te dejaste besar de ese idiota?! ¡Guac!"

    "Me tomó desprevenida… Dos veces".

    "¡¿Dos veces?!"

    Sí, seguramente a Kiba estaba a pundo de matarlo un paro cardiaco.

    "Y el otro día en el salón… otra vez".

    El tardó exactamente cinco minutos en responder. Ella casi pudo verlo al otro lado de la pantalla uniendo las cosas.

    "Ahora todo tiene sentido…".

    "L-lo siento, Kiba-kun…".

    "¿Y Sakura? No me vayas a decir que ella también lo sabe…".

    "No, ella no sabe nada".

    "¿Qué piensas hacer ahora? ¿Naruto no te ha dicho nada? Ash, aún no puedo creer que te hayas fijado en semejante desperfecto de hombre".

    "L-lo siento… Yo no lo pensé. Naruto-kun no ha tocado el tema… y yo… estoy confundida".

    "Obviamente. No te preocupes, todo irá bien… Aunque me siento un poco decepcionado de que hayas caído en su juego… Mira que dejarte besar, Hinata".

    "¡Lo sé, lo sé, lo siento mucho! No volverá a pasar…".

    "¿Te gusta mucho?".

    "Mucho… ¡Mucho! Nunca me ha gustado nadie así en mi vida".

    "Está bien, Hinata. Te protegeré de él… A partir de mañana no me separaré de ti un instante, ¿entendido? Ya se ha visto que eres débil cerca de Naruto".

    "Sí…" Hinata decidió que era momento de cambiar de tema. Se sentía mucho más liberada ahora que había contado todo a su amigo, y la reacción de Kiba la hizo sentir más querida y protegida que nunca. Ella también amaba profundamente a Kiba Inuzuka, de manera diferente de la que amaba a Naruto, pero amor era amor "Entonces… ¿Ino-chan?".

    "Jajaja, ¿qué te puedo decir? Parece que el cabello rubio tiene su encanto, ¿no?".

    —¡Hinata, es hora de la cena! —la voz de su hermana desde el piso de abajo la hizo brincar—¡Es hamburguesa así que más te vale mover el trasero o no quedará nada!

    —¡Ya voy, Hanabi-chan!

    "Tengo que ir a comer, Kiba-kun. Te veo mañana en la escuela… Gracias por todo. Te quiero…".

    Y se desconectó rápidamente, saliendo de la habitación como un rayo. Si hubiese permanecido cinco segundos más frente a la pantalla hubiese visto el último mensaje de Kiba: "Yo también te amo, Hinata".

    Él no temía escribir lo que ambos pensaban.







    Hinata estaba viendo televisión con sus padres y su hermana en la sala cuando sonó el télefono. Se levantó perezosamente ante la triple mirada blanca que le dedicaron los demás integrantes de su familia "Seguro es para ti", parecían decir con los ojos.

    Maldición, ¿era la única solicitada en esa casa? Tan cómoda que estaba…

    Aló.

    ¿Hinata-chan?

    La voz de Sakura sonó rasposa y algo extraña del otro lado de la línea, pero Hinata no detalló inmediatamente esto. —¿Qué sucede, Sakura-chan? ¿Se te ha olvidado algún deber para mañana?

    No, no, no es nada de eso… Yo… —hubo una pausa en la que pareció como si Sakura se debatiera internamente—Quiero preguntarte algo…

    D-dime…

    Hinata, ¿a ti te gusta Naruto?

    Y el corazón le dio un vuelco. De repente las paredes empezaron a girar ante sus ojos. Tuvo que sentarse. —¿Q-qué?

    Vi tu conversación con Kiba…

    ¡¿Que ella qué?! ¿Cómo…? Diablos, ya tenía una idea.

    ¿Recuerdas que el año pasado intercambiamos contraseñas…?

    ¡Podía morir ahí mismo! ¡Claro que lo recordaba… demasiado tarde! Muere en tu propia estupidez, Hinata.

    Sakura seguía hablando. —Entré para ver un archivo que Ino te envió hace tiempo… y lo leí por casualidad.

    Por un segundo pensó en reprochar el haber invadido su privacidad, pero era algo que no tenía cabida en ese instante. De repente se le vino a la mente una escena de Los Padrinos Mágicos y su cerebro lo retorció todo. ¡Hinata, respeto tu privacidad tocando la puerta, pero reafirmo mi autoridad como novia de Naruto entrando de todas formas~! Sí, cuando empezó a imaginar a Sakura derrumbando la puerta de su habitación con una columna supo que estaba enloqueciendo por la presión. Las manos empezaron a sudar...

    Hinata, lo preguntaré por última vez… ¿Te gusta Naruto?

    Y sin pensarlo respondió: —Sí.

     
    Última edición: 9 Diciembre 2013
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  8.  
    RoOh Miro

    RoOh Miro La noche es para los que sueñan

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    :o :0 :O :eek: POR LOS CALZONES DEL HOKAGE!!

    Mientras leia el principio del capitulo estaba intentando no hiperventilar ( estoy ayudando a mi primo con biologia y no queda muy bien empezar a reírse como idiota diciendo "Itachi-san Itachi-san,estupido y sensual Itachi")
    pero no pude evitar sonreír como tonta jajaj

    Me encanto lo que hiciste con el :3 calmado, pero interesante jajaj quien diría que le gusta bailar? loquillo :p​

    El final del capitulo OU MAI FAKIN GAWD!! :eek:

    Casi muero, casi muero ahí mismo!
    Hinata tu eres tonta o tragaste agua de mar?!
    Porque demonios intercambias contraseñas con el enemigo?! :mad:

    Merlín santo! Que dirá Sakura?!

    ¡Hinata, respeto tu privacidad tocando la puerta, pero reafirmo mi autoridad como novia de Naruto entrando de todas formas!

    Pero mas importante CHAN CHAN CHAN!!! Como la va a pilotear Hinata :confused:

    Sempai, publicar la continuación ahora no es solo algo banal, es una NECESIDAD!

    Yo NECESITO saber que pasa!

    Me encanto el capitulo.

    Por cierto, publicaste en algún otro lado tu fic? es una pena que algunos que tienen millones de HORRORES de orcografia ( si! "orcografia"!) reciban mas atención que esta OBRA MAESTRA!

    Por favor tienes que continuarlo, aunque tenga que hacerselo leer a mi primo ( me importa un comino que repita, no puede seguir su miserable vida sin leer este fic) sigue escribiendo y yo seguire aqui :p

    Sayonara Sempai :D
     
  9.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    NAHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! NAHIII! pero me queres volver loca!? Estos dos ultimos capitulos .... sin palabras, me dejaste sin palabras O.O

    Ese beso en el salón de Naruto y Hinata fue sorprendente y como decirlo en una situacion "candente" jejejeje este Naruto indeciso :/ Y taaaa-chaan~~~ apareció Itachi en la historia, cuando leía que el sonreía y reía me imaginaba su hermoso rostro haciendolo .3 no pense que apareceria pero fue genial ~~

    Cada vez las cosas se ponen mas complicadas, Hinata en la espera de la respuesta de nuestro rubio, Sakura que se entera de la verdad, Esto tiene mucho drama O.O que dan ganas de seguir leyendo u.u Quiero la conti! T.T

    Mi amiga y yo estamos todo el tiempo atentas a la continuación, al ver que hablaban por facebook me hizo acordar que siempre hablamos por ahi sobre que nos parecio el capitulo y agh me tomaste de sorpresa cuando subiste el ultimo! Menos mal que ella también te lee y me aviso , parece que la publicidad que te hice funciono n.n

    Encontré un solo error de tipeo en esta parte :

    Esos dedos siempre tan traviesos jejeje :3 Después en lo demás no encontre errores de ortografia ni problemas en la lectura. Espero ansiosamente la continuacion, nahi por favor te lo ruego * Se arrodilla* T¬T

    Atte. Sweet-chan :3
     
  10.  
    annette

    annette Entusiasta

    Acuario
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    Hola nahi ^u^ yo soy la amiga de sweet-chan así que te lo confirmo, la publicidad si que sirvió enserio me encanta tu fic desde el primer día en que lo leí :3 me dejo sin palabras y cada vez que leo un capitulo me haces cambiar de emociones cada 3 segundos enserio ya creo que te adoro xD

    Asdsadasa no se por donde empezar nunca fui buena comentando pero es que pasaron tantas cosas emocionantes por ejemplo en el capitulo 8 , dios creo que casi muero de 6 ataques al corazón seguidos con ese capitulo fue en verdad fascinante leerlo, me causo tanta ternura que hasta creo que naruto ya me contagio sus "colapsos por desbordamiento de ternura" xD

    Emm bueno y ni hablar de los otros capítulos cuando la beso fue como...ay nose como explicarlo esas escenas fueron hechas para hacernos gritar como locas mientras leíamos, a mi no me engañas ;) (almenos conmigo así fue xD )

    Sakura ahora se entero de todo D: no puedo esperar a ver que pasa me da mucha intriga y mas con naruto ahí de indeciso y confundido , enserio ya quiero ver el próximo capitulo juro que estaré muy pendiente de cuando lo subas ^u^
    Bueno seguramente había pensado mas cosas para decirte pero soy tan despistada que olvido hasta lo que pienso en cuestión de minutos así que lo dejare hasta acá, hasta la próxima ^-^
     
  11.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    @RoOh Miro: Pues vengo a satisfacer tu necesidad de continuación xD´D Gracias por tu comentario, RoOh :3 Me encanta que sigas la historia y que te guste tanto. Respondiendo a tu pregunta: Sí, he publicado este fic en Fanfiction.net también, bajo el mismo nick, si lo ves en cualquier otro sitio es plagio u.u Y bueno... no sé por qué no tiene tantos seguidores acá en FFL, porque es muy largo... o no sé. ¿No hay suficientes amantes del Naruhina acaso? De cualquier manera, yo soy realmente feliz con los pocos y fieles lectores que tengo. ¡Los quiero! Introduce a tu primo al lado del mal también, buajaja!
    @Sweet blody rose: ¡Sweet-channnn! Como siempre tú alegrándome el día. ¿Te he dicho ya cuanto me divierte y enorgullece el ser tema de conversación entre tus amistades? *-* Jajaja, tú publicidad está siendo de mucha ayuda, ¡Gracias! <333 En serio, saber que te gusta mi historia y que incitas a otros a leerla... Asdf, te amo. xD´D
    @annette : ¡La amiga de Sweet!!! Oh, he esperado ansiosa por conocerte! : D Jaja, es genial, genial, genial, pensé que nunca te tendría por aquí, cariño <3 Parece que el capítulo 8 es el favorito de muchos, esa conversación al teléfono fue bastante hilarante y linda, lo sé, lo sé... *.* Me alegra que te haya gustado. No puedo adelantarte lo que pasará ni borrar tu intriga, lo siento u.u Espero que te guste el siguiente capítulo y quiero tenerte aquí fielmente dandome tu opinión :3 No te preocupes, a veces tenemos tantas cosas que decir, que cuando llega el momento se nos olvida. Mira lo que me pasa cuando respondo los post u.u Besos.
    @Anto Lightwood : A ti sólo te etiqueto para seguir jodiendote recordándote que hay nuevo chapter y que tienes un compromiso a muerte conmigo ~



    Friend Zone.

    XXIV: Prometo besarte.

    Palabras: 2.021


    No sabía que sentir. Cuando colgó el télefono después de las cortantes palabras de Sakura “tenemos que hablar mañana los tres, adiós”, tuvo que preguntarse más de dos veces si aquello había sido real; se parecía tanto a un sueño –a una horrible pesadilla mejor- que su mente se sentía nublada y curiosamente cansada. En el momento en que aceptó que Sakura efectivamente era la chica con la que acababa de hablar, que le había dicho lo que le había dicho… que con ella se tendría que enfrentar el día siguiente sin saber qué diablos podría decir para justificarse… Fue en ese momento en que sintió ganas de llorar. Pero claro que no lo hizo. Hinata, aunque ante la opinión general era radicalmente opuesta al resto de su familia, poseía un ferviente orgullo Hyüga en cuanto a lágrimas se refería; por alguna razón el líquido salado quedaba encerrado en sus ojos y rara vez llegaba a deslizarse por sus mejillas. Después vino un leve instante de pánico, ¡pánico con mayúscula! ¿Qué se suponía iba a decirle a Sakura? ¿cómo le explicaría todo?... Sí, le confesé a tu novio que es el chico de mis sueños y luego acepté varios de sus besos, uno de ellos cuando estabas a unos siete metros de nosotros, pero no te preocupes, no es nada grave. Pero es que pensé que llevaban ustedes una relación libre… ¡Ah, es que como yo poseo una mente tan abierta! No pensé que fueras tan conservadora, pero lo respeto, Sakura-chan. No problem (hay que agregarle un guiño de ojo y un levantamiento espectacular de pulgar al final. No quedaría mal una gran sonrisa y un diente brillante tampoco).

    Ojalá fuera tan descarada para decir algo como eso.

    Luego vino la rabia; ¿cómo era posible que hubiese alguien tan de malas en el mundo? ¿alguien estaba jugando con ella? ¡¿era una burla?!

    Después un sentimiento extraño, vacío… análogo a la sensación de estar atrapada en un túnel estrecho y oscuro donde, por más desespero que se sienta, llega un momento en que siquiera se tienen ganas de avanzar, donde ya se ha perdido la total esperanza de encontrar una luz… Había llegado a tal punto que ni siquiera estaba segura de querer encontrar esa luz.

    Era la depresión más angustiosa del mundo.

    ¡Es que Sakura había leído todo, todo lo que había escrito a Kiba! Por el amor de…

    ¡Kiba-kun!
    ¡Sakura también se había enterado de su amor por Ino! Era algo que él había tenido la confianza de contarle, un secreto privado que sólo le contaría a su mejor amiga, a alguien que sintiera muy cercano… y ahora Sakura lo sabía. Por primera vez el enojo le estrujó el estómago; Kiba no tenía nada que ver en todo ese problema y, sin embargo, su –probablemente- más preciado secreto estaba en manos de la muchacha de cabellos rosa… la mejor amiga de Ino.

    Dios, todo era su culpa… ¡Había tenido que cambiar la contraseña de su Facebook hace mucho tiempo, justo después de hacer ese estúpido intercambio! ¿Estaba drogada o algo en ese momento?

    “Oye, Hinata-chan, pasémonos nuestras contraseñas como señal de amistad y máxima confianza”, eso le había dicho ella con una brillante sonrisa y emoción en los ojos verdes.

    ¿Por qué nunca podía decir “no”?

    Era justo ese defecto, esa debilidad suya, el que la tenía en una situación tan complicada, porque todo hubiese sido distinto también si ella se hubiese presentado negativa a los acercamientos de Naruto…

    ¡Naruto!

    ¡Él también había sido descubierto!

    Un gran suspiro brotó de los labios rosados, con la resignación como ingrediente principal ante la idea que golpeaba su mente, el descubrimiento reciente: Tengo que llamar a Naruto-kun.

    Sí, tenía que hacerlo lo más pronto posible.

    Lo malo era que no podía usar el teléfono de su casa porque era demasiado peligroso ser escuchada por sus padres… y tampoco tenía minutos en su celular.

    Tendría que esperar hasta mañana.

    ()

    ()

    ()
    —¡Naruto-kun!

    Los ojos azules se fijaron en la pequeña figura que acababa de entrar al salón a paso apresurado. Iba a ofrecer un saludo acompañado de una de sus brillantes sonrisas, pero ella no lo dejó hablar. —V-ven conmigo, por favor… —y sólo entonces notó sus dedos inquietos frotándose entre sí. No hacía frio, así que pudo entender que Hinata estaba nerviosa. Asintió y se dejó guiar sumiso por la pequeña mano que jalaba su muñeca.

    El trayecto fue difícil porque de repente tuvo el impulso de cambiar de posición, recostarla a un árbol y besarla hasta que el aire les faltara. Sí, Naruto había pensado en esos extraños impulsos que venían azotándolo desde hace… semanas, desde que Hinata había confesado que era él el chico que quería –cada vez que recordaba esto, una oleada de calor le golpeaba el rostro-. Él había pensado mucho este tiempo, fingiendo que las cosas seguían normal, manteniendo el control... Sólo una vez había perdido el norte, cuando la había enatusado para llevarla al solitario salón, la había acorralado y la había besado..., ella siempre respondía de manera tan espectacular.

    Sí, él había pensado bastante en todo. En la forma en que la extrañaba en las tardes cuando estaba en casa y tenía que llamarla con desespero sólo para escuchar su voz de ternura, las cosquillas que presionaban su estomago desde adentro cuando ella aparecía en las mañanas, el brinco en su pecho cuando ella lo miraba, la sensación calida y burbujeante al tocarla, aunque fuera sólo un poco, el deseo fuerte de verla sonreír...

    La conclusión suprema había llegado a su mente.

    —Naruto-kun… —salió de su mundo mental ante la voz que lo llamaba. Ella lo había llevado al lugar favorito de ambos; era un especio abierto más allá de la cancha de futbol regado de flores y con una banca verde justo en la mitad, normalmente era solitario y, tan temprano en la mañana lo era más aún. De repente él cayó en cuenta de que, a pesar de haberlo evitado durante este tiempo, ahora estaba sólo con Hinata.

    —¡E-ey… ¿Q-qué sucede, Hinata-chan´ttebayó?! —estaba nervioso, hablaba alto, se trababa en sus palabras y no podía dejar de rascarse la nuca, ¡maldición, ¿por qué estaba tan nervioso justo ahora?!

    —Pasó algo terrible… —ella dijo con los ojos brillosos. Sólo ahora notaba que tenía dificultades para controlarse… ¿qué sucedía? ¿qué le había pasado? ¿qué le habían hecho? —Yo… hice algo malo.

    Por Dios, ¿qué maldad podía hacer Hinata Hyüga? Casi quiso reír… ¿Robar un caramelo, matar un zancudo, romper un plato? ¿Qué era?

    —Dime, Hinata-chan —iba a extender sus brazos para abrazarla, pero se retuvo.

    Ella bajó la mirada. —Sakura-chan se enteró… de todo.

    Y sí, eso sí que lo dejó fuera de base. Sus ojos se expandieron como platos. —¿Qué?

    ¿Ella se lo había dicho? ¿P-por qué? O sea… él ya había pensado que tendría que enfrentar a Sakura, pero… pero… ¿Qué diablos…?

    —¡L-lo siento, Naruto-kun! —los ojos de Hinata estaban cristalizados y su labio inferior empezaba a temblar suavemente, las manitas en puño sobre su pecho—F-fue todo mi culpa…. Yo estaba hablando con Kiba-kun por el chat anoche y… y… le conté todo… ¡pero es que él me confesó quien le gustaba… así que tambien tuve que decirle, le dije que eras tú! —un rubor suave apareció en sus mejillas y Naruto se sintió también enrojecer— y… terminé diciéndole que nos habíamos besado… Y Kiba-kun dijo que me ayudaría a alejarme de ti… y entonces nos despedimos… ¡Y Sakura-chan me llamó y dijo que había leído todo! Porque nosotras intercambiamos contraseñas hace tiempo… ¡Todo es mi culpa, Naruto-kun! L-lo siento…—Hinata parecía a punto de derrumbarse en cualquier momento, su cuerpo temblaba con ligereza y había cerrado los ojos, pero sus pestañas largas y negras brillaban por las gotas saladas que se negaban a deslizarse por las suaves mejillas de porcelana—T-te he metido en muchos problemas con Sakura-chan… l-lo siento mucho.

    Como siempre ella se estaba preocupando más por él que por sí misma. Su pecho se hinchó y Naruto sintió unas ganas salvajes de abrazarla, y así lo hizo.

    Se encontraron ambos ahí de pie en medio de ese pequeño espacio lleno de flores, el pequeño “jardín”, como solían llamarlo ellos, del colegio, con ella contra su pecho, con él apretándola con fuerza.

    Naruto hundió la nariz en el cabello oscuro y un aroma delicioso le hizo suspirar –si él supiera de flores y todas esas cosas habría adivinado que se trataba de romero, pero como no sabía para él simplemente era un rico olor-, las manos pequeñas de Hinata trataron de empujarlo. Ah, ella era tan tierna cuando creía que podía escapar.

    —No, Naruto-kun… —la voz quebrada y suave llegó a sus oídos a la vez que los brazos de Hinata caían derrotados a los costados, parecía resignada a estar prisionera contra su pecho. Naruto se hundió un poco más en su aroma, perdiéndose en el cabello que cubría su oído femenino, y entonces Hinata dijo algo que él no hubiera esperado—Cuando me abrazas… me dan ganas de llorar.

    Como respuesta la apretó más. —Oye, Hinata, qué cosas dices´ttebayó…

    Ella se mantuvo un instante en silencio, luego Naruto sintió que apretaba la tela de su espalda suavemente correspondiendo a su abrazo, para después susurrar una sorpresiva y ridícula pregunta: —¿N-no… no estás enojado?

    ¿Cómo podría estarlo? ¿Con ella… que era tan linda? ¡Joder, claro que no! ¿Por qué habría de estarlo? Dios, cada vez que Hinata abría la boca parecía que golpeaba su corazón fuerte y contundentemente… pero de una manera agradable.

    —Claro que no lo estoy —la tomó del rostro para besar su mejilla blanca y ella se ruborizó. Él amaba sus sonrojos, y la manera en que sus pestañas largas y hermosas brillaban por las lágrimas retenidas, también la forma en la que esos ojos blancos lo miraban, al pendiente… como si le interesara cada cosa sobre él—, no tienes culpa de nada… —deslizó suavemente el pulgar derecho sobre su mejilla y ella cerró los ojos. Quería decirle que todo estaría bien, que él por fin había descubierto lo que sentía, que no podía estar más claro… Quería decirle que la quería, que la quería a ella y solo a ella, que posiblemente siempre lo había hecho, que había sido demasiado lento y estúpido por no haberlo notado antes, que… que haría las cosas bien de ahí en adelante, que quería abrazarla, hacerla reír, besarla… ¡cómo quería besarla! Había empezado a acariciarle la piel tras las oreja mientras que los pulgares rozaron sus labios rosados y deliciosos. Quería besarlos, pero se desvió a su pequeña y respingada naricita en el úlltimo momento. Hinata suspiró ante el contacto y entonces en serio tuvo que poner toda su fuerza de voluntad al límite para lograr mantenerse cuerdo. —Cuando aclare todo con Sakura-chan… —susurró, uniendo sus frentes, con el rostro suave entre sus manos, sintiendo su respiración tan cerca de su piel—cuando eso haya pasado, Hinata… —ella le rodeó la cintura con ambos brazos, atrayéndolo un poco más y Naruto pensó que era su forma de decir te estoy escuchando, sigue, Naruto-kun y le pareció gracioso—voy a besarte tantas veces como pueda, hasta quitarte el aire… con todas las fuerzas… Lo prometo´ttebayó. Claro, sólo si me dejas…

    Hinata rió, y fue una risilla tan fresca como la brisa de la mañana, tan pura como… lo que sea que fuera puro en el mundo, la nieve o algo así.

    Luego el timbre para iniciar la jornada sonó y ambos abrieron los ojos alarmados. Azul y blanco chocándose directamente. Naruto rió más fuerte y empezó a correr, mientras la arrastraba junto a él, tomándola de la mano.

    Así entraron al salón de clases esa mañana, pero nadie se escandalizó por el gesto. Después de todo no era nada extraño ver a Naruto y Hinata –el dúo dinamico- corriendo apresurados a clase, no era raro ver a Uzumaki Naruto arrastrando a Hyüga Hinata.

    Sólo Kiba frunció el ceño al verlos. Sakura seguramente lo hubiera hecho también –o algo peor- pero no había llegado al colegio.

    Ese día tenía cita de odontología y llegaría tarde.
     
    Última edición: 13 Diciembre 2013
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  12.  
    annette

    annette Entusiasta

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    ASADDASASD holi :3 que rápido que subiste el cap me sorprendiste, esta fue mi primera reacción: "la p%&? madre ya lo subioooooo DSAADASDASDSA" lamento mi vocabulario pero así fue xD no te puedo mentir

    awwww asi que esperaste conocerme? que tierno bueno aquí estoy comentando de nuevo :3 aunque bueno teóricamente ya estuve por aquí antes solo que ponía me gusta nada mas (hasta que mágicamente desapareció D: ), hasta me acuerdo que me invitaste una vez a leerlo y ahí tuvimos una minicharla ^u^
    Si, el capitulo 8 es uno de mis favoritos :3 y ya se que no podes adelantarme nada u_u nadie puede de todos modos ya me acostumbre a la intriga xD y por ultimo por supuesto que voy a estar aquí fielmente comentando y dando mis "me gusta" imaginarios <3

    Bueno el capitulo fue emocionante :3 y omg hinata no tenes que darle tu contraseña a tus amigos, en un principio si te tuvieran confianza no deberían de porque pedirte la contraseña para demostrar esa tal confianza D: pobre kiba ahora se ve envuelto en esto
    Uf y bueno que decir de ese momento con ellos solos...fue tan tierna hinata preocupándose tanto por naruto y él abrazándola fue realmente hermoso hasta me lo imagine y me puse a gritar y balbucear cosas que ni yo entendía xD y ahora con esto de "voy a besarte tantas veces como pueda, hasta quitarte el aire… con todas las fuerzas… Lo prometo´ttebayó. Claro, sólo si me dejas…" voy a estar esperando el momento como un perrito manso ansioso xD lo prometo por el ichiruki, y yo soy ichirukista hasta la ultima partícula de mi cuerpo asi que te imaginaras :3
    Bueno en fin sabes que me encanto y me vas a tener acá siempre asi que hasta la próxima, besos ^u^
     
  13.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    Querida nahi.....este capitulo estuvo tan geniaal !!!!! >.<

    Es gracioso, cuando me imagino a Hinata en el principio alzando el pulgar y diciendo "no problem me viene a la cabeza el capitulo en que sawako se imagina hablando "casual" con kazehaya y agh me tente tanto jajajajajajja xD tuvo sus momentos de tension en ver que diria Sakura y eso ~~ pero....bam! menos mal que no aparecio ¬¬ nose tengo cierto rencor hacia ella porque la mayoria de las veces se interpone entre la mas perfecta y hermosa pareja que son Naruto y Hinata juntos D: pero bueno, sin ella no habria giros dramaticos asi que te perdono(?)

    La escena de Hinata y Naruto, asi tan juntitos que sus frentes chocaban, ahi creo que mori de felicidad, ternura, demasiado amor!!!!!!!
    Creo que ahi mori definitivamente !!! Naruto porque no sos tambien mi novio! eh!!??? te comparto con hina-chan no tengo problemaaaa e.e

    Ahora habria que ver que pasa con Kiba, Sakura....mmmm y en este momento me invade las ganas de leer la conti DDD: subila pronto porfaa!! >.<

    Bueno vamos a la parte tecnica como siempre ejejje e.e No encontre errores ni problemas en la lectura, bueno aparte tu hermosa forma de narrar te va llevando magicamente hasta el final y ahi volvemos a lo mismo de tener ganar de seguir leyendo jejeje e.e

    Atte. Sweet-chan
     
  14.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
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    ¡Holaaaaaaaaaaa! ¿Quién se va a disculpar por no haber comentado ni leído antes? Sí, yo. Lo siento, estaba con mis últimos exámenes y el tiempo era escaso. ¡Pero acá estoy, tarde como siempre!

    Confidentes: Oh, wow. Yo ya no sé como haces para sorprenderme más con cada capítulo. Fue hermosamente perfecto. Siempre te lo digo pero me encanta como manejas la personalidad de Hinata, impecable. Imagino la mezcla de sentimientos de debe de tener esa chica, debe estar sumamente feliz por todo lo que está pasando con el rubio y, como pudimos notar en este capítulo, se siente terriblemente culpable cuando piensa o ve a Sakura. Quiero que eso se aclare y que ella y el rubio sean felices juntos JJAJAJA Y ese Uzumaki de verdad que es un impulsivo, ¡que piense dos segundos lo que va a hacer! Porque no creo que quiera lastimar a Sakura pero, al mismo tiempo, no se puede alejar de la Hyuga.
    Igual mi parte favorita fue la conversación de Naruto con Sasuke; el Uchiha lo conoce mejor que nadie...incluso mejor que Naruto mismo. Y me encantó que no le haya dicho las cosas de una vez, que él se de cuenta solito...¡está todo adelante de su cara y no lo puede ver!

    Amaré a Sasuke por siempre y ¡ni hablemos de la aparición de Itachi!


    Sorpresas: Te confundiste de nombre acá. INFARTOS se tenía que llamar este capítulo. Itachi es el ser más lindo que habita el planeta tierra...aunque no lo habite realmente. Aw, me encanta cómo es, ¿alguien me lo regala? ¿No? ...bueno, me concentro. Genial, genial, genial. ¡Al fin Kiba sabe todo! Que bueno que Hinata se haya decidido a contarle...pero eso llevo a que Sakura también lo sepa. Pequeña roba privacidades. Me encantó el pensamiento de Hinata sobre Los Padrinos Mágicos; sos la única que puede relacionar tantas cosas y de una manera increíble.
    Me pregunto como van a reaccionar ambas y como van a resolver esto. Sin mencionar que nuestro impulsivo rubio está metido en el medio, quién sabe que decisión va a tomar. HINATA. HINATA. HINATA.
    Ok, vamos con mi frase favorita...no sabía que elegir, fue todo muy genial pero acá tenemos a la ganadora:


    Prometo besarte:
    ¡Sí, al fin la luz iluminó a Naruto! ¡La quiere! Todos lo sabíamos, él lo sabía pero era demasiado idiota para darse cuenta de que su cariño iba más allá de una mejor amistad. ¡Pero ahora lo sabe! ...y tiene que hablar con Sakura, que gracias al cielo no estaba en el salón cuando volvieron. No puedo esperar hasta que el rubio hable con su actual novia y espero que Sakura no se meta con lo de Kiba e Ino porque...no. No tiene derecho a desparramar cosas que a ella no le contaron. Fue hermoso ese pequeño momento que compartieron, tienen que estar juntos y ser felices, ya lo dije.


    Tres increíbles capítulos *-* Los amé a todos y cada uno porque siempre tenes la manera correcta de sorprenderme con lo que escribís, con tus ideas. No quiero que se termine y al mismo tiempo muero por saber que va a pasar con todos. ¿Van a seguir siendo amigos con Sakura? ¿Kiba se confesará a Ino? ¿Qué pasa con Sasuke y su secreto amor por la "rosada"? ¿E Itachi? Muchas preguntas. Una sola respuesta: Esperar hasta los capítulos que siguen.

    Sabes que siempre voy a estar atenta a tu historia, aunque demore años en venir a comentarla ^^
    Nos leemos ~
     
  15.  
    RoOh Miro

    RoOh Miro La noche es para los que sueñan

    Sagitario
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    Sempai!!! No se que diablos paso que no podía comentar pero fui la primera en leer la conti jajaja

    Tienes razón ¿acaso no hay fans del rubio y la ojiperla?

    Si te soy sincera Sakura no me agrada, es tan llorona e inútil y al principio lo trataba re mal a Naru que me saca de quicio. Fue un golpe muy bajo mentirle ( en el manga) sobre que lo amaba para que ella vaya a buscar a Sasuke.

    Apoyó el SasuSaku porque bueno Sasuke necesita a alguien y porque las otras chicas ya tienen pareja en mi imaginación jajaja

    Me olvide de comentarte que me gusta el nuevo enfoque que le diste a Sasuke ,osea conoce mas a Naruto de lo que el se conoce a el mismo jajaj

    Me muero de intriga por saber como van a resolver esto Sakura y Hinata, No se por que pero tengo la corazonada de que se van a cagar a palos jajaja ojalá Hinata le de de las buenas xD

    Mientras entre Naruto y Sakura ... Creo que ahí va a haber unos cuanto cachetazos

    Sempai ya me esta a empezando a dar síndrome de abstinencia así que publica rápido *le tiemblan las manos y parpadea solo un ojo*

    Respecto al capitulo me encanto :D
     
  16.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    Friend Zone. [HiNa]
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    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
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    @Anto Lightwood , @annette , @Sweet blody rose , @RoOh Miro : Me encanta leer sus cuatro comentarios al fin, sin que ninguna falte :3 Esta vez tengo un sólo mensaje para todas: ¡Feliz Navidad! (si la celebran, claro... Yo no lo hago, pero respeto sus sentimientos). Esta es una fecha que quiero aprovechar para decirles : ¡Gracias! Gracias por seguirme a lo largo de este año con Friend Zone, gracias por el tiempo que se toman al leerme, al escribir sus opiniones, al demostrarme su aprecio por mi escritura... Gracias por no cansarse de esta aburrida anfitriona y seguir siempre constantes a mi lado, dándome fuerzas y recordando no desfallecer hasta llegar a la meta. ¡Brindemos porque el próximo sea un año lleno de Naruhina! Si es necesario organizamos viaje privado para darle una visititica a Kishimoto-sensei, ¿verdad? :B ¡Las quiero!


    FRIEND ZONE.

    XXV: Confrontación.


    Palabras: 6.365






    —Entonces… —Kiba se sentó en el suelo, al lado de la joven belleza de ojos lavanda, quien dio un mordisco a su onigiri con la intención de retrasar lo máximo posible el interrogatorio venidero. Los ojos oscuros se estrecharon—¿por qué han entrado al salón agarrados de la mano?

    Las mejillas femeninas se colorearon suavemente. —N-Naruto-kun y yo… estuvimos hablando…

    —¡¿Ah?! ¿qué te dijo el imbécil ese?

    Hinata se encogió levemente y Kiba supo que no llegaría a ningún lado si ella seguía tan retraída, soltó un suspiro y posó despreocupadamente el brazo en la rodilla doblada. —Vamos, Hinata, sabes que puedes contarme lo que sea —a ella lo que le intimidaba era su brusquedad, pero él era Kiba y nunca iba a cambiar, ya debería saberlo. La miró de reojo para notar con alivio que después de un momento ella parecía relajarse.

    —Me ha dicho… que cuando aclare las cosas con Sakura-chan… me besará.

    "Bastardo" pensó Kiba "no ha dicho nada que lo comprometa".

    —Dame una razón por la que no debería pararme ahora mismo, buscarlo y destrozarle aún más su asquerosa cara.

    "A ver si así te desencantas de semejante desperfecto, Hinata".

    —¡No, Kiba-kun!

    Kiba soltó un bufido ante la inmediata reacción; ella era tan absolutamente predecible, pero adorable al mismo tiempo. —Ya, ya, como no quiero ganarte de enemiga entonces no lo haré —sonó intencionalmente molesto. Hinata empezó su tradicional juego con los índices y él observó de reojo antes de que se dignara a hablar.

    —Él no es tan m-malo en realidad…

    —¿Bromeas? Es el ser más desesperante, estúpido y desconsiderado que conozco. Quien no se tope con él en la vida sería el sujeto más suertudo del mundo… ¡Ah, daría todo por ser ese!

    —P-pero Kiba-kun… me parece que se llevan bien.

    —¿Él y yo? —ella asintió tímidamente con la cabeza—Bueno, creo que he aprendido a tolerarlo —cedió después de un momento, el rostro salvaje desfigurándose en una sonrisa turbia—, y es divertido cuando nos unimos para hacer un sándwich contigo.

    —¡N-no es divertido!

    —¡Ah, Hinata, sabes que te gusta!

    —¡N-no es así…! Es, es… ¡tan vergonzoso!

    La forma en la que ella se cubría el rostro tratando de ocultar su rubor resultaba ser demasiado adorable y, como Kiba no quería entrar en un largo e inútil debate –él sabía que ella amaba el sándwich, joder-, hizo lo primero que dictaron sus instintos (a menudo se decía que su familia era un poco animal, razón tendrían); echó un brazo sobre sus débiles hombros y la acercó de un jalón, diciendo "¡sólo ven aquí, Hinata!". Al principio el gritillo de sorpresa le hizo reír, luego ella fue sumisamente apoyando la cabeza en el espacio entre su hombro y cuello. Kiba se dedicó entonces a disfrutar de uno de los momentos íntimos con su mejor amiga, que parecían cada vez ser más escasos, pasando el brazo con que la rodeaba sobre su oscuro y largo cabello. Echó un vistazo a su alrededor maravillándose por el verde que los rodeaba, la firmeza del muro contra su espalda, por la tranquilidad que de repente se volvía palpable… Siempre había admirado silenciosamente el gusto de Hinata por los lugares solitarios… Apartarse tanto tan sólo para comer un onigiri, ella sí que era extraña.

    Y hablando de onigiris y hambres feroces…

    —¡K-Kiba-kun! —él agarró sorpresivamente la mano con la que aún sostenía un trozo de alimento, con la clara intención de arrebatárselo para comerlo. Los ojos oscuros del muchacho Inuzuka brillaron tenuemente con anhelo mientras guiaba la mano pequeña a la boca.

    Él no quería quitarle el onigiri, él quería –literalmente- que lo alimentara con este.

    Hinata no opuso resistencia mientras él comía de entre sus dedos los últimos trozos, simplemente lo observó con un rubor adorable en las mejillas, que él fingió ignorar todo el tiempo. Luego, con excesiva intención, él lamió suavemente los pequeños –a veces inexistentes- restos sobre las yemas cálidas de sus cinco deditos. —Ah, delicioso —exclamó, dando un beso sonoro en la frente de la chica, desordenando su flequillo de paso.

    —Kiba-kun, pareces un cachorro… —ella opinó con las mejillas encendidas y los dedos hormigueando, y Kiba pensó fugazmente que no podía existir en el mundo mujer más tierna que Hinata Hyüga. Si Naruto no la cuidaba le partiría el culo en mil, seguro.

    Él decidió reír y frotó una mano contra su brazo, apretando un poco más el extraño abrazo. —Sabes, Hinata, después de lo que dijiste ayer… —empezó, sintiéndola tensarse—estuve pensando mucho. Sobre ti, sobre Naruto, Sakura, Ino… también sobre mí.

    Ella se mantuvo un segundo en silencio, para sorpresa de Kiba se acurrucó un poco más contra él, pasando uno de sus delgados brazos a través de su cintura. Parecía una niña pequeña queriendo ser mimada. —¿Qué has pensado sobre todo nosotros, Kiba-kun? —preguntó suavemente, sin tartamudeo alguno, lo que lo hizo sentir extrañamente feliz; al fin sentía que era la única persona con la que ella estaba tan en confianza, porque esa mujer no dejaba de tartamudear nunca, en serio.

    —En todo —inició repasando su largo cabello, entrelazándolo en sus dedos—. La forma en que nos conocimos, nuestra amistad…

    —Piensas demasiado…

    —Oye, alguien tiene que hacerlo, ¿sabes? —la fina risilla llegó a sus oídos, impulsándolo indirectamente a seguir con su línea—Tú fuiste la primera en llegar… —la voz de Kiba sonó tan inusualmente dulce que Hinata tuvo unas ganas terribles de subir la cabeza para ver su rostro, pero la mano grande sobre ella se lo impidió. De haberlo hecho se hubiera maravillado con el gesto apacible de un hombre perdido en el mundo de los recuerdos, que desenvuelve y envuelve pergaminos de sucesos pasados; se hubiese estrellado con un desconocido Kiba Inuzuka—. Tan pequeña, dulce y torpe… —él rió, pero no fue una risa brusca –como las que normalmente emitía su boca-, sino divertidamente melancólica—Hiciste que algo en mi pecho brincara desde que te vi, sólo quería protegerte…

    Ahora eres tú el que hace que mi pecho se vuelva loco, pensó Hinata con algo de diversión. Y era verdad, sentía que algo en su pecho se hinchaba más y más con cada palabra que iba saliendo de la boca de Kiba… ¿Él la había querido tanto? ¿Había sido tan importante para él? Pensar que quizá, tan sólo quizá, ella hubiera significado tanto en su vida como, sin duda, él lo había hecho en la propia…

    —Te amé desde el primer momento —él dijo con tanta tranquilidad, sin temblor en su voz y Hinata se sintió enrojecer, las palabras se sintieron atascadas en su garganta—, tal vez mi corazón estuvo amándote incluso antes de conocerte, Hinata.

    Desafiando la fuerza de su mano sosteniéndola, Hinata subió la mirada y lo atenazó con unos ojos claros tan dulces que Kiba se sintió expuesto. Ella era la del gran sonrojo, pero Kiba estuvo seguro que era él el más avergonzado. —También te amo, Kiba-kun…

    Una mano masculina acunó por completo su mejilla derecha y la otra fue besada gentilmente por los labios cálidos de Kiba. —¿Porque esto es amor, cierto? —él susurro lo suficientemente fuerte como para oírlo y se separó –sólo un poco- para mirarla interrogativo.

    Lo era. Era amor con todas sus letras. ¿Quién decía que ellos dos no podían amarse? El amor, bajo el concepto de Hinata Hyüga, no se limitaba al aspecto romántico… Ella amaba a su padre, a su madre, a su hermana y a su primo con amor familiar, amaba a Naruto con amor romántico, pero a Kiba… No podía decir que lo quería simplemente, ella lo amaba, era fuerte y arrasador ese sentimiento; el cariño no se siente tan intensamente, así que sin duda era amor. No tenía un calificativo, no era amor familiar, ni romántico… pero era amor.

    —Si esto no es amor, entonces no sé qué podría serlo… —respondió a la pregunta expresada en el bello rostro del muchacho. Hinata cerró los ojos e inclinó levemente la cabeza con el profundo deseo de sentir más de la calidez desprendida por Kiba a través de su mano; quiso disfrutar de su textura, de su piel áspera en contacto estrecho con la suave y fría de su mejilla… Quiso sentir la caricia del maravilloso hombre que le ofrecía tanto –que siempre lo había hecho- sin pedirle absolutamente nada a cambio.

    Los ojos de Kiba chispearon cuando ella empezó a frotar la mejilla contra su mano. Con el rubor oscuro en el rostro, los orbes bellos cerrados y su incitante fricción contra su piel… sin duda ningún hombre resistiría las ganas de besarla, eso pensó Kiba, pero él no tenía esa necesidad. Él sólo veía a la criatura más bella del mundo desbordando ternura. Él veía a su mejor amiga. Él veía a Hinata Hyúga. —Hinata… —ahuecó suavemente su piel blanca con el pulgar y ella sonrió—, pareces una gatica tan malditamente tierna. Sólo te falta ronronear.

    Ella ronroneó y él sintió una carcajada brotar desde lo más profundo de su pecho. —¡Hinata! —la risa tierna de su amiga le acompañó y los ojos lavanda al fin se mostraron, brillantes y hermosos—Ey, antes decías que yo parecía un cachorro, ¿no? —alzó una ceja castaña, luciendo divertido y un colmillo sobresalió de su sonrisa traviesa.

    —S-sí…

    El desarrollado instinto de supervivencia de Hinata le dijo que debía alejarse, pero no lo hizo porque Kiba la encerró con ambos brazos y ella no podía desprenderse, realmente, de la mirada hipnótica que le estaba ofreciendo en ese instante. Lucía tan feliz. —¡Ahora te mostraré qué tan canino puedo llegar a ser, pequeña gatita!

    Y entonces la lengua húmeda y caliente de Kiba recorrió la piel de su mejilla de principio a fin. —¡K-Kiba-kun!

    La fuerte risotada de él invadió el ambiente y Hinata puso las manos en sus hombros con la intención de mantenerlo alejado, pero la lengua juguetona recorrió con más ahínco su rostro. —¡B-basta! —lloriqueó con los ojos cerrados, pero él estaba divirtiéndose tanto…

    —Me llamaste cachorro, así que ahora tienes que tomar la responsabilidad por eso, ¡ja, ja!

    Sí, Hinata estaba tan roja como un tomate y Kiba no tenía una pizca de misericordia. Pobrecita.



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    Sakura llegó después del recreo al salón de clases y no había lucido demasiado contenta cuando los señaló a ambos –a Naruto y a ella-, dándoles un gesto para que la siguieran. Ella tuvo cuidado de no llamar innecesariamente la atención de curiosos y Hinata lo agradeció internamente con fuerza.

    Nadie tomó nota cuando salieron del salón de clase (Kakashi-sensei probablemente no llegaría y nadie estaba demasiado preocupado por si unos alumnos que estaban a punto de graduarse –que ya habían presentado las pruebas nacionales, algo importante- estudiaban o no), él único que le dedicó una última mirada fue Kiba, quizá el único que notó la ausencia fue Kiba.

    "No apruebo lo que hicieron, pero…"

    Hinata tuvo que sacudir la cabeza para desprenderse de las palabras del muchacho castaño y centrarse en la espalda perfectamente recta, adornada por cortos mechones rosas que caminaba frente a ellos. El nerviosismo la invadió de golpe… ¿Qué diría Sakura? ¿La odiaría para siempre? ¿Ya no querría hablarle nunca más? Ella los estaba llevando a un desconocido lugar solitario dentro de la escuela donde nadie pudiera oír sus gritos al desangrarse… Y como de costumbre su mente empezaba a alucinar en los momentos menos indicados. Es por ver tanto Mirai Nikki, se dijo y desvió la mirada a la derecha para centrarse en el muchacho a su lado; él tenía un aire pensativo y gesticulaba con los labios mientras toqueteaba su frente con el dedo índice repetidas veces. Parecía estar teniendo dificultades para inventar y memorizar un discurso. Los ojos azules la miraron brillantes, luego le brindó la más espectacular sonrisa y sólo eso hizo falta para que Hinata Hyüga se sintiera segura. Todo estará bien, pensó.

    Cuando Sakura se detuvo y giró hacia ellos, habiéndose alejado bastante de los lugares concurrido por los estudiantes, cuando ella clavó sus ojos verdes en ambos… la fortaleza segura que había construido en base a la sonrisa de Naruto cayó al suelo de manera irremediable.

    —Hinata —su voz sonó tan impersonal que casi la hace brincar, y claro, jamás se esperó tampoco la imperativa oración siguiente—, quiero que te alejes de Naruto ahora.

    La pregunta atónita pronunciada por el rubio, segundos después, fue lo que logró devolverla al momento. —¿Qué?

    Sakura giró la mirada hacia él y Hinata aprovechó para retroceder dos pasos. —He dicho —habló lenta y pausadamente—… que la quiero lejos de ti, Naruto.

    Hinata buscó rápidamente un resquicio de decepción, de resentimiento en los ojos verdosos, pero no lo encontró. Sakura lucía más autoritaria que nunca, pero también indiferente… ¿Esa era la reacción normal de una novia mortalmente herida por una horrible traición? Ella parecía más como…

    "… Una persona que odia perder".

    Y de nuevo Kiba estaba haciendo mella en su cabeza.

    Cuando su rostro estuvo lo suficientemente mojado y Kiba lo suficientemente satisfecho de reír, volvieron a lo mismo. Él la rodeó con un brazo, recostándose a la pared tras ellos, y ella se apoyó suavemente en su hombro (aprovechando cada instante para secarse con su camisa disimuladamente). Kiba soltó un suspiro que mostraba el estado de excesiva plenitud en el que se encontraba. —Sabes bien, Hinata.

    Como siempre buscaba avergonzarla y como ella caería irremediablemente, Hinata decidió entonces desviar el tema, escondiendo el rostro un poco más en la tela de su camisa. —¿Puedes seguir diciéndome lo que pensaste anoche, Kiba-kun? —propuso tímidamente y él asintió con fuerza.

    —¡Cierto! Hm.. veamos, como te iba diciendo —se aclaró la garganta—, primero llegaste tú y me hiciste amarte mucho —él dijo graciosamente, abrazándola y meciéndola en sus brazos hasta que la hizo reír, luego se detuvo y siguió con un drástico cambio en la voz—. Luego vino Naruto, tú lo trajiste. Tuve que soportarlo porque parecía no querer despegarse de ti y, obviamente, no te iba a dejar para él solito, ¡ja! Ruidoso, fastidioso, idiota… ¿Podemos saltarnos la parte de Naruto? ¡Claro que podemos! —bufó hastiado—La siguiente fue Sakura, también la trajiste tú… Mierda, Hinata, ahora que lo pienso… ¿acaso todas mis amistades me las has puesto tú en las narices? ¿soy tan malo haciendo amigos?

    —Bueno… tú me hiciste tu amiga, así que no creo que seas tan malo.

    —¡Tienes razón, yo sé escoger la calidad! —exclamó orgullosamente y la joven muchacha no pudo evitar pensar que él era un niño en realidad—¿Dónde iba? Ah, sí, Sakura… Las cosas con Sakura fueron estupendas al comienzo, compañeros inseparables, amigos del alma, bla, bla y a la mitad de octavo grado nos mandó a la mierda, ¿recuerdas? Fue increíble, era toda una maldita engreída—un niño algo vulgar.

    —Kiba-kun —le llamó a modo de reproche suave. Inmediatamente la intención fue captada.

    —Ya, ya, está bien —Kiba rodó los ojos antes de corregir con mala gana—: se distanció de nosotros, ¿recuerdas? Fue increíble, su ego subió un poco… ¿Contenta? —Hinata rió por el tono burlón de voz estilo "reina de etiqueta y glamour" que Kiba había usado.

    —Recuerdo —asintió—, puedes continuar.

    Él le palmeó el hombro con suavidad. —Estuve pensando bastante sobre esto, Hinata, y no quiero que me lo tomes a mal, pero… —él pareció pensar la forma correcta de decir algo importante, pero finalmente se dio por vencido—Mejor sigamos y luego te doy mis conclusiones —ella estuvo de acuerdo, sintiéndose cada vez más curiosas ante las divagaciones del castaño—. Él año siguiente, en noveno grado, Sakura misteriosamente volvió a acercarse a ti… ¿Por qué lo hizo? ¿Qué la llevó a recapacitar? ¿Qué diferencia tuvo noveno grado de octavo grado? Claro que puede ser que simplemente ella se hubo dado cuenta de su error y quiso arreglar las cosas, las personas tienden a cambiar, tú sabes... Aunque si te soy sincero, yo nunca me tragué del todo la disculpa rebuscada que ella nos dio. —dijo—Pero noveno grado tuvo varios sucesos interesantes; uno de ellos fue la privilegiada posición en la escala de popularidad que Naruto, quien no se despega de ti, obtuvo de manera impresionante por destacarse en el fútbol. Ese año su salón ganó la copa si mal no recuerdo… Y Sakura inmediatamente después despertó un interés sorpresivo por un chico del que no se había percatado nunca antes realmente.

    —¿Q-quieres decir… que Sakura-chan se acercó a mí nuevamente porque… por Naruto? —sacudió levemente la cabeza para corregirse—¿Por su popularidad?

    Eso era… ¡horrible!

    —Quiero decir que eso es una posibilidad —él acotó—. Justamente en eso pensaba anoche cuando otra opción vino a mí en forma de ojos azules, falda corta y largo cabello rubio.

    —¿Ino-chan? —Hinata se sentía cada vez más pérdida; ¿qué tenía que ver Ino con eso?

    —Fue también en noveno grado que yo me hice amigo de Ino, porque fue mi compañera de clase. Ella aún no podía ocultar su fijación hacia Sasuke Uchiha —¿ahora que tenía que ver Sasuke Uchiha en eso? Dios, que las cosas cada vez estaban más enredadas—. Recordé entonces que cierta vez tú me contaste que Ino y Sakura solían competir por la atención de dicho Uchiha-amargón —Hinata no lo miraba a los ojos, puesto que estaba recostada en su pecho, pero sabía que lo escuchaba atentamente—, y misteriosamente el fangirlismo de Sakura desapareció… Puede ser que ella haya madurado y pasado página, pero yo prefiero irme por el camino seguro: Ino y Sakura tenían una intensa relación de rivalidad, ninguna jamás podría haber conseguido el objetivo (Sasuke) con ataques directos, Sakura siempre ha sido más inteligente que Ino…y es una persona que odia perder, así que no creo que se haya dado por vencida tan fácil. Ino siguió con sus acosos, en cambio ella se mostró más desinteresada y se acercó sigilosamente al objetivo, que es Sasuke Uchiha, repito. ¿Y te digo algo increíble?: Naruto es el mejor amigo de Sasuke. —Kiba soltó una risa parecida a la de un genio loco y, aunque se sentía terriblemente shockeada porque en verdad muchos hilos se entrelazaban en su cabeza, Hinata no podía aceptar ninguna de sus opciones tan fácilmente.

    —P-pero… ¿por qué? Si quería a Sasuke-san… ¿por qué acercarse a su amigo? —no tenía ningún sentido para ella.

    Los hombros de Kiba se encogieron. —No lo sé, no tengo maldita mente de una retorcida mujer —y ella estaba tan perdida en su mente de mujer que ni siquiera le reprochó por el hecho de usar una maldición junto con "retorcida mujer".

    Hinata suspiró rato después, sintiéndose cansada de dar vueltas al asunto. —No logro entender nada… —admitió en un susurro, mientras se arrunchaba más contra Kiba—, ¿pero no crees que estás siento un poco injusto con Sakura-chan en tus conclusiones, Kiba-kun?

    —Sólo quería decirte lo que pienso, no digo que tenga que ser totalmente cierto.

    —Y aprecio mucho tus pensamientos…

    Lo hacía. Le alegraba que él pensara tan detenidamente sobre ella, sobre Naruto, sobre Sakura, sobre Ino… ¡Ino! ¡Dios, ¿cómo se le pudo haber olvidado?!

    —¡Kiba-kun! —casi pega un brinco, se separó para mirarlo al rostro, su expresión marcada por la preocupación—¡pasó algo terrible!

    —¿Qué tienes, Hinata? Casi me causas un infarto, maldición.

    —Tu secreto… Bueno, sobre la chica que te gusta… —empezó a balbucear cosas sin sentido, hasta que logró aclararse lo suficiente—Sakura-chan leyó nuestra conversación del Facebook, en la que yo te conté que me gustaba Naruto-kun y tú… dijiste que te gustaba Ino-chan —el rostro consternado del Inuzuka le hizo cerrar los ojos. Él la odiaría—¡lo siento, fue mi culpa! Hace tiempo intercambié contraseñas con ella…y… b-bueno yo… sólo lo siento, Kiba-kun…

    Él la odiaría, la odiaría, la odiaría eternamente por ser tan absolutamente estúpida. Y es que una cosa es poner al descubierto los propios secretos y otra muy diferente es poner en peligro los atesorados secretos de alguien que te ha dado la confianza para que los guardes como un tesoro.

    —¿Q-qué demo…? —Hinata apretó los párpados fuertemente, sintiendo de repente la tensión acumulándose bajo ellos en forma líquida. No quería que Kiba se enojara, pero entendía que lo hiciera. Justo iba a ponerse de pie cuando una risa escandalosa le llenó los oídos. Le tomó bastante tiempo entender que se trataba de Kiba y eso la hizo abrir los ojos… ¿Qué era tan divertido para él?—¿Sakura hizo eso? —él la miraba divertido, como si no pudiera caber en la dicha y eso la descolocó por completo— ¡Es aún más creíble entonces mi hipótesis! ¿En qué absurdo mundo los amigos irrespetan su privacidad? —él volvió a reír y Hinata confirmó su propia hipótesis sobre la reciente personalidad de genio loco desarrollada por su amigo.

    —Pero… —parpadeó— ¿No estás molesto…? Ella se enteró de t-tus sentimientos por Ino-chan, y por mi culpa.

    Kiba pareció pensarlo un momento y luego la miró con tranquilidad. —Báh, lo peor que puede pasar es que le cuente a Ino —se encogió de hombros—, y ella de igual manera se terminaría enterando alguna vez, así que creo que me haría las cosas más fáciles si le fuera con el chisme.

    Hinata casi no puede creer su entereza, su calma ante una situación que para ella sería completamente trágica… Aunque en realidad no debió haberse sentido tan sorprendida, porque él era Kiba… Kiba era Kiba y nunca iba a cambiar.

    Un alivio extremo le recorrió de pies a cabeza y no reprimió las ganas de abrazarlo nuevamente. —Oye, Hinata —su voz se escuchó preocupada, Kiba le palmeó suavemente la espalda—¿entonces también se enteró de lo que sientes por Naruto, no? ¿No te atormenta?

    ¿Qué si la atormentaba? ¡Pensar en eso la estaba consumiendo lentamente con agonía infinita!

    Casi gimió. —Estoy muriendo por eso.

    Él se mantuvo un momento en silencio, que ella dedicó a disfrutar fervientemente del contacto de sus dedos agiles recorriendo su columna por sobre la camisa. —Sabes, Hinata, no apruebo lo que hicieron, pero… —Kiba susurró—no puedo estar más de acuerdo con que ustedes estén juntos, aunque en serio odio decirlo. Se nota lo que Naruto siente por ti, creo que él no se ha dado cuenta totalmente, pero… Asdf, es imposible no notar esa estúpida cara de cachorro enfermo de amor que pone cada vez que te mira, ¡llega a ser irritante! —las mejillas femeninas se tiñeron suavemente de rosa—. Creo que la que se ha metido entre ustedes dos es Sakura, aunque parezca lo contrario, porque podría apostar que el camino para su relación se hubiese visto libre de obstáculos si ella no hubiese aparecido… Y es rudo, lo sé, pero me importa una mierda lo que puedan opinar algunos; yo siempre estaré apostando por ustedes… Joder, es que hay que ser idiotas para no saber que son como uña y mugre.

    Ella sabía lo difícil que era para Kiba decir algo así –sin insultar demasiado a Naruto- y eso le hacía sentirse mil veces más conmovida y agradecida por su sinceridad. —Gracias, Kiba-kun, eres el mejor —le apretó el abrazo de la cintura, frotando suavemente la mejilla en su pecho. De repente se sentía mil veces más segura de sí misma, más firme en su decisión de amar a Naruto.

    —Sí, sí, lo sé, soy el más espectacular de los espectaculares —él dijo con sorna, para luego soltar un sentido bostezo y estirar el brazo libre con pereza—, pero pase toda la noche pensando en todas esas cosas y casi no pude pegar el ojo.

    —Y-yo tampoco… —¿cómo dormir con tremenda confusión y nervios?

    —¡Está decidido entonces! —se encontró de pronto aún más envuelta en los largos brazos de Kiba. Él apoyó la cabeza en el muro tras él y Hinata sintió el cuerpo masculino relajándose por entero—Vamos a echarnos una siestita juntos…

    Y sí, allí, en brazos de un loco muchacho de dieciocho años, Hinata encontró el mejor descanso.

    He dicho… Sakura habló lenta y pausadamenteque la quiero lejos de ti, Naruto.

    Hinata retrocedió un poco, centrando su atención en los dos adolescentes que ahora se observaban mutuamente; la una con mirada polar, el otro con genuina sorpresa. Quiso mantenerse al margen, pero más temprano que tarde la helada mirada verde se centró en ella y cuando Sakura se acercó a zancadas casi pega un brinco. —Te mantendrás alejada de él, ¿verdad, Hinata?

    Empezó de nuevo ese absurdo juego que hacían sus dedos cuando estaba nerviosa y, por un instante, su ánimo bajó a los suelos. ¿Alejarse de Naruto? Si Sakura supiera cuanto lo había intentado antes… Si pudiera mantenerse a metros de él seguramente no estarían en esa situación. Y quizá en un momento pasado ella hubiese aceptado sumisa el tomar distancia –o intentarlo, como sea-, pero actualmente, después de todo lo ocurrido… ella no iba a dejar de lado a una de las personas más importantes en su vida. Levantó la cabeza, irguiéndose en una posición firme propia de su familia, pero extremadamente rara en ella. Tragó saliva. —No. —dijo—Lo siento, Sakura-chan… pero no me alejaré de Naruto kun a menos que sea él quien me lo pida.

    La sorpresa fue notoria en las esmeraldas de Sakura, quien centró casi inmediatamente después la atención en el joven rubio. Hinata la siguió rápidamente.

    Se sentía aliviada de haber hecho su parte. Ahora sería Naruto el que tendría que decidir.



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    Naruto había estado a punto de intervenir en defensa de la pequeña Hyüga ante el brusco asalto que Sakura le propinó, pero cuando la vio erguirse de manera altiva y orgullosa –de forma parecida a Neji- supo que ella podía defenderse sola. Aunque mentiría si dijera que no se le habían helado los huesos cuando ambas miradas se centraron en él…

    Y es que, joder, se había quedado en blanco. ¿De qué había servido tantos ensayos frente al espejo y tantas prácticas mentales por el camino? ¿Qué diablos...? ¡Era justo lo que le pasaba en las exposiciones de la clase!

    Dio un paso atrás, poniendo las manos al frente como si quisiera construir un muro para protegerse mientras se aclaraba. —Espera, esto tiene que ser una broma, ¿verdad, Sakura-chan? —y la risa estúpida lo azotó como siempre que estaba nervioso—¡Sí, eso tiene que ser! ¿Hay una cámara escondida en ese árbol, cierto? ¡Haha, muy graciosos! Sí, sí, soy Uzumaki Naruto y caí en su broma, ríanse´ttebayó —habló con las personas tras de la inexistente cámara en el follaje de un árbol cualquiera. Dios, debía verse como un idiota…

    —¿Me ves cara de chiste, Naruto? —Sakura se cruzó de brazos—Porque yo creo que es perfectamente entendible que quiera mantener a mi amiga a una distancia prudente de mi novio.

    ¿Entendible? Sí era entendible, pero… ¡O mejor dicho, no lo era!

    ¿Ella no quería una explicación? ¿no hacía preguntas? ¿simplemente quería que se alejaran y ya? ¡¿alejarse y ya?! Quiso preguntarle si sabía que él había besado a Hinata en tres ocasiones, y dos de ellas con la mente absolutamente lúcida –porque algunos podían considerar que su primer beso fue motivado en gran manera por el juego de cosquillas, cosa de dejarse llevar por el momento, dirían-, pero supuso que sería demasiado brusco el hacerlo.

    —Olvidas que es mi mejor amiga —logró pronunciar claramente.

    —No, no lo he olvidado —ella respondió—. Si fuera cualquier otra persona yo no estaría portándome tan comprensiva. —Sakura suspiró, dejando entrever por primera vez esa mañana un poco de cansancio—¿Qué tan seguido hablan ustedes dos por teléfono?

    ¿A qué venía esa pregunta?

    Fue Hinata la primera en responder con voz apenas audible. —A diario…

    —¿A diario? —Sakura no se molestó en ocultar la sorpresa—¿Por qué lo llamas a diario, Hinata?

    —N-No… yo… —la chica de bello ojos lavanda negó quedamente.

    —Yo soy quien la llamo.

    —¿Tú? —los ojos verdes no buscaron intimidarlo, simplemente se mostraron contrariados—¿por qué lo haces, Naruto?

    Y él no se había detenido a pensar profundamente en esto. ¿Por qué llamaba a Hinata diariamente?... En las tardes cuando estaba en casa él simplemente agarraba el teléfono y marcaba el número de memoria, casi como si se tratara de un punto más en su rutina, pero sintiendo siempre una emoción vibrante. La llamaba porque necesitaba sentir la calma de oír su suave voz al otro lado de la línea, porque extrañaba no tenerla a su lado…

    Naruto sintió que sus mejillas se acaloraban y en un momento sus ojos se conectaron con los claros de Hinata, que lo miraban curiosos y tímidos. Él no pudo resistir su mirada más de un segundo y giró levemente el rostro, pensando que estaría estúpidamente ruborizado.

    ¿Qué quería Sakura que dijera?

    —P-porque me gusta —respondió—. Me gusta y ya.

    —¿Pero de qué hablan todos los días? —ella parecía reticente a creerlo.

    ¿De qué hablaban? Pues… de las posibilidades de que Luffy encuentre el One Piece y llegue a ser rey de los piratas, de que -¡por el infierno!- Ace no debió morir jamás, de la sospecha que tenía Naruto sobre el negocio de drogas que podría tener la psicóloga Anko –porque esa mujer tenía más pinta de gangster que Al Capone-, del hecho de que Gai-sensei ya podría declararse adicto al Red-Bull… Tantas cosas interesantes en la vida. —A estas alturas ya deberías saber que para mí no es problema encontrar tema de conversación´ttebayó.

    Sin imaginarlo, Naruto había encendido la mecha de Sakura. Sólo notó que había sido un error cuando su mirada verdosa se ensombreció. —Y a estas alturas tú ya deberías saber cosas sobre mí… como que, no sé, que aborrezco con el alma a los osos pandas, por ejemplo.

    Naruto frunció el cejo, luciendo confundido. ¿De dónde había venido eso? ¿Cómo era eso de que odiaba a los pandas? Si él le había regalado uno hermoso y negro para su segundo mes de noviazgo…

    "Gracias, Naruto" Sakura sonrió sin hacerlo realmente, "está… lindo".

    Pero… Hinata, ella le había dicho… Sus ojos azules bailaron hacia la pequeña chica de cabellos oscuros que miraba el suelo. Hinata…

    —¿Qué? —Sakura era astuta, se percató rápidamente de lo fuera de lugar que lo había dejado su reproche y de la manera en que miró a la chica Hyüga, rápidamente había atado los cabos—Ah, entonces fuiste tú quien lo aconsejó… Debí imaginarlo antes.

    Naruto la observó encogerse levemente frente a ellos, sus hombros caídos en claro signo de culpabilidad. Ya no quedaba resquicio alguno de la Hinata firme y orgullosa que había brillado anteriormente.

    ¿Ella había hecho eso a propósito? Él había ido a pedir su ayuda porque se sentía perdido, necesitaba guía de su mejor amiga… ¿y ella había estado todo el tiempo planeando pequeños sabotajes? Aunque era claro que él no quería ya estar al lado de la muchacha de cabellos rosados, nada pudo evitar que una punzada de decepción le golpeara el pecho. Jamás se lo hubiera imaginado de ella… ¿hubo alguna otra situación en la que ella fingió ayudarlo, cuando en realidad buscaba el fracaso de su relación?

    Un sentimiento denso de traición lo sacudió cuando los ojos grises que tanto le cautivaban brillaron con melancolía. —L-lo siento… —ella susurró y él se sintió herido. Porque en el fondo aún aleteaba la esperanza de su inocencia.

    —No —el rostro del rubio se giró con pesadumbre—. Yo lo siento… No pensé que fueras así, Hinata.

    Los ojos lavanda se abrieron. Sí que era un golpe duro…



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    —Al fin te encuentro.

    Tres pares de ojos se giraron hacia él –verde, azul y lila- y, aunque no podía adivinar claramente lo que estaba sucediendo –tampoco era que le interesara mucho involucrarse en casos casi sacados de telenovela-, pudo hacerse una idea.

    —Sasuke, ¿qué estás haciendo aquí? —Naruto se acercó unos pasos, pero se congeló ante la fría mirada ónix. Que Sasuke no olvidaba tan a la ligera un puñetazo… Bueno, eso le quería hacer creer. —No vengo por ti —le cortó simplemente, girándose hacía la chica que retorcía nerviosamente los dedos e hizo como si los otros dos no estuvieran presentes. Era un talento nato que tenía (ignorar a las personas) —. Llevo rato buscándote, Hinata.

    Y sí, Sasuke fue consciente de las dos mandíbulas que caían tras él. Cosa sin importancia. La chica tímida parpadeó dos veces, sus mejillas adquiriendo un demasiado suave color. —¿A mí…?

    Subió una ceja. —Tú eres Hinata, ¿no? —miró a ambos lados con calma— A menos que Neji se ponga peluca y busto no creo que pueda confundirte con alguien de por acá. —sabiendo –por su cara estupefacta- que no se recuperaría pronto, Sasuke la tomó del brazo y empezó a caminar, ignorando su sorpresa.

    —Oye, estamos en medio de algo, ¿sabes, teme?

    —Tendrá que esperar. La necesito unos minutos.

    Y así ambos azabaches desaparecieron en silencio.



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    Hinata no había alcanzado a recuperarse de las palabras del muchacho rubio ni de su densa mirada cuando Sasuke había aparecido. ¿Qué asuntos tenía ella con él? En realidad… ¿Alguna vez le había dirigido la palabra dentro de la escuela más que para saludarlo? Había conversado mil veces más con su hermano mayor.

    —U-Uchiha-san… ¿por qué me estaba buscando…? —preguntó más torpemente de lo que quisiera apenas él la hubo soltado. Él la miró y Hinata pensó fugazmente que comprendía la razón por la que era perseguido por casi toda la población femenina; él era demasiado guapo. Los ojos oscuros la escudriñaron lentamente. Hinata hizo lo propio sosteniendo –con marcado esfuerzo- su mirada. Fue entonces que notó que la nariz de Sasuke estaba levemente enrojecida y recordó las palabras de Itachi del día anterior: "Ha cogido un resfriado y no pudo acompañarme"—¿se siente mejor?

    Él frunció el ceño. —¿De qué hablas?

    —Ah, bueno… me refiero —sí, él la ponía de los nervios—a su resfriado… si está mejor.

    Sasuke se cruzó de brazos y, para su sorpresa, sus labios tiraron en una casi imperceptible sonrisa. —Veo que Itachi no ha perdido el tiempo —ella parpadeó—. Y sí, bueno, me siento mejor… Gracias por preguntar.

    Sintió una ola de calor azotarle el rostro y agradeció que el chico no se hubiera fijado en ellos por estar ocupado en sacar algo de su mochila. Rápidamente él extendió una mano en la que bailaba una caja purpura del tamaño de un cuaderno. Su mirada debió expresar su confusión, porque él se apresuró a hablar: —Agárralo, te lo ha mandado Itachi.

    Obedeció lentamente. —G-Gracias —balbuceó, detallando la bonita caja ahora en su poder—, ¿pero qué es…?

    Sasuke se encogió de hombros. —No lo sé —dijo—, me ha dicho que no lo abriera antes de dártelo y no suelo ser muy curioso —él se dio la vuelta, sin darle espacio de hablar nuevamente—. Vamos, te escoltaré con Naruto y Sakura otra vez.

    Mientras lo seguía en silencio, Hinata pensó en lo que podría ser el contenido de la caja que Itachi le había enviado, y también en que preferiría quedarse charlando un rato más con Sasuke Uchiha... Así de incómodo se le antojaba el volver con los otros dos.



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    Naruto se levantó como un resorte, de la piedra en la que se había sentado, ante los crujidos de pasos acercándose, la expectativa pasando a través de sus ojos azules al ver llegar primero a Sasuke y tras él una vacilante Hinata… que traía algo entre sus manos. Naruto achicó los ojos; era una caja.

    ¿Una caja? ¿por qué le había dado el teme una caja lila a Hinata? ¿Era un regalo adelantado por su cumpleaños o algo así? De cualquier manera… ¿Qué hacia él repartiendo cajitas de colores? Que recordara, Sasuke a duras penas cruzaba palabra con su amiga, ¿de qué se había perdido entonces?

    —Bien, llegamos —ante el aviso de Sasuke, Hinata brincó levemente, para luego hacer una reverencia amable.

    —Gracias, Uchiha-san.

    Naruto se sorprendió cuando en el rostro normalmente imperturbable de su mejor amigo apareció una muy pequeña mueca de disgusto. —Sasuke —le corrigió calmadamente.

    Si él estaba incrédulo ante lo que veía (¡Sasuke siendo amable, hasta cariñoso con una chica, joder! Ni con Sakura cuando le gustaba… ) Hinata no estaba mucho mejor. Ella subió la mirada hacia Sasuke con los ojos claros abiertos con sorpresa y, para mayor consternación de Naruto, él apoyó la mano en su cabeza, palpando suavemente en un gentil gesto… hasta íntimo, despeinando un poco su flequillo, y las mejillas de Hinata se tiñeron inmediatamente. —Sasuke-san… —ella asintió, sonriendo tímidamente y Sasuke lo hizo mínimamente con complacencia.

    —Bien —Sasuke separó su mano y empezó a caminar, ignorándolos de manera monumental –a él y a Sakura-, pareció que sólo Hinata existía ante sus ojos oscuros cuando giró la cabeza nuevamente hacia ella—. Ah, Hinata, no pude ir ayer, pero el próximo domingo estaré esperándote.

    El mundo se detuvo para Naruto, mientras veía nuevamente a Sasuke desaparecer.

    ¿Hinata y Sasuke…? ¿estaban ellos teniendo reuniones secretas o algo así?

    Una sensación incomoda le hizo removerse, la idea de que Sasuke quería vengarse de él por medio de Hinata llenó su cabeza. Maldición…

    Una doble puñalada para Uzumaki Naruto.


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    Sasuke caminaba a paso lento, las manos en los bolsillos, la mirada inusualmente perdida en las nubes y una sensación de plenitud aleteándole en cada fibra de su muy hermoso cuerpo de adolescente.

    Aunque al principio se había quejado por el hecho de que su hermano mayor lo tratara como un mensajero, ahora se sentía contento de haberlo hecho. Él pensó que entregar esa caja que sabe Dios que contendría –su hermano podía ser tan misterioso algunas veces- a Hinata Hyüga iba a ser un problema (y lo fue al comienzo, porque parecía que a esa chica se la hubiese tragado la tierra), pero las cosas resultaron siento un poco más interesante de lo que él hubiera pensado.

    Oh, se sintió tan bien haber visto a Naruto con esa mueca estupefacta en su rostro… tan obviamente muerto de celos. Sasuke soltó una ronca risa e inclinó la cabeza solo unos quince grados hacia atrás, sintiendo de repente como el mundo se volvía más acogedor a su alrededor. El gesto de Sakura tampoco había estado nada mal…

    Qué grandioso día.

    Debería empezar a hacerle favorcitos a Itachi más a menudo.
     
    Última edición: 24 Diciembre 2013
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    annette

    annette Entusiasta

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    Hola nahi ^u^ muchas gracias y feliz navidad también a ti aunque no la celebres. Oww no tenes que agradecer me encanta tu fic, como escribís y demás cosas, es mas creo que yo debería agradecerte por darme horas de felicidad, este es uno de mis fics favoritos (almenos naruhina) y creo que es evidente la razón...osea escribís genial y tenes una imaginación enorme es imposible que no me guste ^-^. Aasdadss brindemos juntas por un año repleto de naruhina :3 también te quiero ^u^

    Bueno...aver por donde empiezo...ya se!
    Asdaddssd adoro a kiba, piensa exactamente lo mismo que yo con respecto a sakura \^o^/ ya me parecía a mi que no podía aparecer un "amor" tan repentinamente, me hubiera encantado que se lo diga a sakura en la cara, juro que yo lo haría :3 pero bueno me encanto esa escena kiba es un tierno y espectacular mejor amigo

    Aggggg sakura como te odio, te odio en el anime, el manga y los fics -.- es detestable a mi parecer, como demonios va a exigirle a hinata separarse de naruto si ellos son inseparables D: (ya quiero ver que pasa en el próximo capitulo con ellos) pobre hinata ese "no pensé que fueras asi" no debe haberse sentido bien, por dios naruto reacciona ella lo hizo por vos u_u

    Aasjhhjsahjs como reí en la ultima parte con sasuke, habrá sido divertido ver a naruto celoso y a sakura con ese gesto que según el uchiha no estaba nada mal xD pero asdasd que habrá en esa caja !! tan solo pensar que la mando itachi me hace estar muy intrigada >-<
    Bueno ya me olvide la mayoría de lo que iba a comentar de nuevo u_u perdón por eso pero bueno no puedo ir en contra de mi mente olvidadiza D:
    Disfrute mucho el capitulo y espero el próximo con ansias ^u^ bye
     
  18.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    Nahi!!!!!!!!!!!!!!

    Primero que nada, feliz navidad y año nuevo n.n, compartimos el mismo sentimiento<, yo se que el año que viene se viene un naruhina que huhuhuhu ~~ hay que tener fe, confianza...y polvo de hada! ok no xD pero Kishimoto debe tener una sorpresita para los fans del Naruhina, lo se ¬¬ y sino simplemente podemos amenazarlo :D bueno ya me tranquilizo (?)

    Que puedo decir de este capitulo!!?? No encuentro palabras, es que tuvo de todo! Otra vez repito, amo esa amistad tan hermosa de Hinata y Kiba, no siempre el amar a alguien significa de la manera romantica y vos lo demostraste de la manera perfecta!!!!

    Sobre las conjeturas de Kiba, tiene bastante razon, para ser Sakura de quien estamos hablando todo es posible ¬¬ que mejor manera de llegar a Sasuke que a traves de Naruto? Esa pelo de chicle, su maldad no tiene limites(?) Me hace acordar el capitulo que despues de un tiempo que Hinata se confesara a naruto, ella tambien fue y se confeso! Cuando andaban buscando a Sasuke encima! Alabado sea Naruto que aun con todas esas cosas sigue fiel a nuestra Hinatita ~~

    En esta parte estalle de risa, enserio!!!

    Si te pones a pensar tiene mucho sentido (?) Esos momentos que podes mezclar el drama, con el romance y la comedia son tan geniales ~~

    Aun falta para que todo salga a la luz que me mata la espera!! DD: Que intenciones tendra nuestra hermoso y sensual Itachi enviando ese regalo a Hinata? e.e Y tambien Sasuke disfrutando de hacer sufrir a su mejor amigo! Igual hace unos capitulos vengo sospechando que Itachi viene tramando algo ¬¬ Querrá meterse entre Naruto y Hinata? DD:


    Bueno Nahi, como siempre la parte tecnica, perfecta a mi parecer, sin errores y la trama mas que perfecta!! Espero con muchisisisisisisisiisisisisisisisimas ansias la conti !!! Espero que este año nuevo venga lleno de alegrias y con mucho Naruhina por su puesto!!

    Atte. Sweet-chan :3
     
  19.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
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    Yo ya leí esto... ¡¿dónde está mi comentario?! Oh, oh, oh, no sé. Bueno, nada. Feliz año nuevo *-*

    Amo infinitamente esa amistad tan extremadamente especial que tienen Hinata y Kiba. Aw, son dos ternuras andantes. Me encanta la confianza con la que se tratan y la seguridad que tiene el Inuzuka de expresarse con ella, de decirle que la ama sin preámbulos y que ella corresponda a esos sentimientos de la misma forma. Y toda la escena del "cachorro" no sabía si reírme o llorar por la pobre de su amiga. Pero estoy totalmente de acuerdo con las hipótesis de Kiba acerca de Sakura, es todo muy extraño...

    Hablando de Sakura... ¡¿cómo se le ocurre pedirle eso?! Entiendo que esté enojada...pero ellos son amigos, sumamente cercanos. Igual, me alegro de que Hinata le haya hecho frente a la situación...aunque dejó todo en manos del impulsivo de Naruto, lo cual no fue exactamente inteligente. Y se descubrió la jugarreta de mi dulce Hyuga y el oso panda. La manera en que el rubio le habló me dolió hasta a mí...por suerte llego el señor Uchiha menor a salvar el día. Estos dos hermanos también me están intrigando bastante, ¿qué se trae entre manos Itachi? Aw, yo lo adoro así que no me molesta en lo absoluto que le haya regalado algo a Hinata.

    Pobre mi Sasuke, ni que fuera tan malo...JAJAJAJ Oh, tantas cosas por saber. Y ese final vengativo de Sasuke...su mejor amigo quedó hecho una piedra después de todo ese momento que pasó, sin mencionar la tensión que trae Sakura.
    Espero con ansias el próximo capítulo, ¡seguro va a estar increíble!

    Nos leemos ~
     
    Última edición: 1 Enero 2014
  20.  
    Nahi Shite

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    @annette , @Anto Lightwood , @Sweet blody rose ; Chicas, un corto y primer capítulo del año. Espero que le guste, aunque me parece que es más bien un capítulo aburrido de transición... No sé, algo así xD´D Espero su opinión, aunque creo que estaré de vuelta con el próximo muy pronto.


    FRIEND ZONE.


    XXVI: Feliz Cumpleaños, Hinata-chan.

    Palabras: 1.591


    Hinata sonrió solamente con la intención de ver la sonrisa de la Hinata del espejo. Su cabello caía liso y oscuro sobre sus hombros, algunas ondas bailaban en las puntas y un adorno plateado de tamaño moderado y forma de mariposa adornaba un lado de su cabeza. El vestido negro se ajustaba a su cintura para luego caer en forma de una hermosa campana, y los tacones de plataforma la hacían ver alta.

    Todo había sido perfectamente arreglado; el vestido, el peinado, las zapatillas, la pulsera en su muñeca, el maquillaje suave…

    Sólo su sonrisa parecía descompuesta.

    ¿Cómo se suponía que debía lucir una noche como esa? Hinata ladeó la cabeza con la vista fija en la ella del espejo que la imitaba; estiró los labios en una mueca que debía ser agradable pero que salió un poco tétrica, luego hizo un mohín de disgusto.

    —¿Practicando tu sonrisa de hoy?

    La voz masculina la sobresaltó y le tomó más que un instante el entender que el Hiashi Hyüga que aparecía tras la Hinata del espejo estaba, en realidad, tras ella. —P-padre —se dio la vuelta, trastabillando un poco (podría culpar a la altura de los tacones, pero en realidad no tuvieron que ver mucho), y unas grandes manos se posaron firmes sobre sus hombros.

    —Hinata —alzó la vista para encontrarse directamente con los ojos claros del hombre—, sólo sonríe si lo deseas, sonríe a quien quieras sonreír. No te preocupes por eso.

    Sus mejillas se calentaron con vergüenza. —Sí, padre.

    Hiashi Hyüga la giró nuevamente hacia el espejo con suavidad y la visión de la otra Hinata –la del espejo- luciendo abochornada junto a un imponente hombre que la sostenía desde atrás le llenó por completo. —Tengo algo para ti —él aviso—, pero antes debes cerrar los ojos.

    Obedeció, claro. Un cosquilleo en su cuello, dos segundos y el susurro ronco de su padre. —Ya está. Ábrelos.

    La Hinata del espejo tenía algo diferente ahora. Una fina cadena de oro abrazaba grácilmente su cuello, una hermosa estrella de David colgando de ella. —P-padre… yo… —balbuceó con torpeza, de repente sentía un extraño picor en los ojos—Gracias, es… hermosa —dijo con apenas un hilo de voz, girándose de nuevo hacia él.

    —No es nada.

    Hinata se fijó por primera vez en lo atractivo que se veía con aquel elegante traje gris. Ella se acercó como instinto y apretó en un fuerte abrazo al hombre alto y maduro al que le debía todo. —Gracias —repitió nuevamente, apretujada contra él como lo estaba, pero su voz sonó un poco quebrada—, gracias, gracias…

    Y ahí, después de posar la mano en la cabeza bañada de cabellos oscuros sin mucha consideración con su peinado, Hiashi Hyüga pronunció las palabras mal dulces que Hinata hubiera escuchado jamás:—Nada es demasiado para mi preciada hija.

    Era 27 de Diciembre, la noche de su cumpleaños número diecisiete y también la noche de su graduación…

    Esa noche también fue en la que Hinata reafirmó que su padre olía como la mostaza.

    A Hinata le gustaba ese olor. Sólo por eso no lo dejó ir hasta mucho rato después, cuando el grito de Hanabi les sacudió desde el primer piso: —¡Va a empezar, llegaremos tarde a la fiesta!

    Y Hinata pensó que sería de muy mala educación llegar tarde a su propia fiesta, era divertido sin embargo, pero sobre todo lo sería porque no era la única festejada. Después de todo, treinta alumnos más estaban graduándose esa noche.

    Hiashi Hyüga le ofreció el brazo y ella lo aceptó gustosa para salir juntos de la habitación, pero un segundo ante de irse, Hinata no pudo evitar mirar de soslayo el pequeño cuadro pegado en la pared, el dibujo más hermoso de su pareja favorita del anime (Nakahara Sunako y Tachinaba Kyohei uniendo sus labios en un casto beso, con un sonrojo suave adornándoles las mejillas) y la sonrisa que había estado practicando salió naturalmente.

    Una sonrisa genuina ante el recuerdo que acudió a su mente.


    —¿Entonces no tendrás fiesta de cumpleaños?

    Era domingo en la mañana y, como Sasuke había prometido, estaba esperándola al inicio del recorrido junto a su hermano Itachi. Ese día Hinata iba sola porque Hanabi había estado demasiado reticente a levantarse de la cama alegando que se sentía un poco caliente… Claro, como si no supiera que se había quedado despierta toda la noche viendo el final de su dorama.

    En fin, había tenido que ir sola y, pese a lo que había pensado en un principio, la mañana resultó ser bastante agradable en compañía de los hermanos Uchiha. Después de caminar un rato, habían decidido hacer una parada para comer un helado.

    —Es una verdadera lástima —Itachi, sentado a su lado derecho, habló mientras lamía su paleta de salpicón—, porque en realidad deseaba ser invitado.

    Hinata negó levemente. —En realidad no es tan así… Bueno… —¿cómo lo explicaría? Habría empezado a jugar de nuevo con sus dedos de no ser porque tenía un helado de vainilla en una de sus manos—Ese día también es la fiesta que organiza el colegio por nuestra graduación… así que mis padres pensaron que… bueno, sería buena idea que toda mi familia pase conmigo esa fecha y también mis compañeros… porque hay doble celebración… y pues… —ya se estaba trabando.

    —¿Entonces comprarán boletas para que cada miembro de tu familia pueda asistir a la fiesta de graduación que organiza la directora y así, de paso, celebran tu cumpleaños también?

    ¡Bendito Sasuke! Asintió insistente. —¡Sí, así es!

    —Vaya… —el menor de los Uchiha pareció desinflarse y el otro lo miró curioso.

    —¿Qué pasa?

    —Cada boleta de entrada cuesta una fortuna —respondió él—. La de Hinata y la mía son gratis por ser los graduados, pero… aun así a toda su familia le va a costar un ojo de la cara el asistir.

    —¿Hablas en serio? —Itachi lucía escéptico.

    —Sí. Creo que de nuestra casa solamente irán mi padre y mi madre… quizá hasta puedas ir tú, Itachi, pero ni en sueños va a ser invitado Shisui, Obito, nuestros tíos o alguien más —las mejillas de Hinata se tiñeron de rosa cuando ambos pares de ojos oscuros se centraron en ella, el sonrojo acentuándose más cuando Sasuke habló de nuevo receloso: —¿Tienen tanto dinero los Hyüga?

    —¡N-No! —saltó de inmediato, avergonzada—N-No es eso… Mi padre ha estado ahorrando y… nos ahorraremos los gastos de una fiesta de cumpleaños, así que… Bueno, lo que nos gastaríamos organizando una decidimos invertirla en las boletas para mi familia…

    Mientra Sasuke pensaba en cuánto podría gastarse en la fiesta de cumpleaños de un Hyüga, Itachi sonrió y Hinata sintió el calor desprenderse lentamente de cada poro de la mano firme que se posó en su frente. —Qué alivio, Hinata-chan —ella lo observó entre las pestañas—. Eso quiere decir que te veré el día de tu cumpleaños gracias a mi hermanito.

    El aludido soltó un bufido, pero ella sólo pudo concentrarse en la sonrisa levemente picaresca en los labios de Itachi. —Oh, y entonces tendré que darte un regalo.

    —No, Itachi-san, no tiene molestarse…

    —Espera, Itachi, ¿ya no le diste un regalo esta semana? Debería valer para su cumpleaños. —fue la dulce opinión de Sasuke, luego Hinata lo vio fruncir el ceño con curiosidad—A propósito… ¿qué era lo que había en esa caja?

    Aunque él antes le había dicho que no solía ser curioso, Hinata descubrió que Sasuke solía cambiar un poco cuando su hermano estaba cerca.

    —Eso, hermanito, —Itachi encestó el palito desnudo de su paleta en el pote de basura más cercano—es un secreto.

    —Dímelo tú, Hinata.

    —No se lo digas, Hinata-chan —el guiño cómplice le hizo sonrojar—. Confío en ti.

    “¿Confías en mí, Hinata? ¡Vamos a ganar´ttebayó!”. La visión de un rayo amarillo le pinchó el pecho. Ya había pasado seis días desde que había ocurrido la “confrontación” con Sakura y el mismo tiempo había pasado desde que ellos dos se hablaron por última vez.

    —Hinata, te dedico el próximo gol durante el recreo.

    ¡Ella no querría eso, qué vergüenza! Además se ganaría todo el odio del género femenino…

    —Déjala, Sasuke. Hinata no dirá una palabra.

    Y el gesto desilusionado del muchacho le causó un poco de pesar…

    Si Sasuke sufría de tanta curiosidad solamente debía entrar a su cuarto y mirar la pared de la derecha: Allí estaba colgado el hermoso dibujo a color hecho especialmente por Itachi Uchiha.

    Cuando la familia Hyüga –la gran familia Hyüga- entró al gran salón del lujoso hotel, toda la atención se fijó en ellos, pero Hinata no reparó demasiado en las miradas mientras caminaba tomada del brazo de su padre, no… Ella estaba demasiado maravillada con lo que veía alrededor.

    ¡Todo era tan hermoso!

    El espacio era enorme, enorme, enorme… y estaba tan bellamente decorado… Fotos de cada uno de sus compañeros adornaban las muchas columnas, flores, globos, cintas… Todo arreglado de un modo nada vulgar y perfectamente moderado. Había una gran tarima también, arreglada como para un concierto, fuente de chocolate (¡tres!), una barra gigante de bocadillos y bebidas, mesas por doquier.

    Cuando uno de los meseros los guió a la suya, Hinata pudo ver que cada mesa estaba marcada. “Familia Hyüga”, pensó que así no lo estuviera, ellos no hubieran tenido mucho problema en encontrarla, pues era la única con veintiocho puestos…

    Justo cuando se estaba recuperando de la emoción de estar rodeada de tan hermoso lugar una voz en su oído, una voz conocida, alocada y sensual le hizo temblar: —Feliz cumpleaños, Hinata-chan…







     
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