Estupidez humana [Sessho&Kago]

Hola, lamento mucho tardarme tanto, sé que al principio actualizaba rápidamente, y ahora me he descuidado un poco por no decir muchísimo, así que les pido mil disculpas, en este momento publico el siguiente capitulo, espero que les guste y prometo publicar mas rápidamente, muchas gracias por seguir esta historia, y espero que tengan un muy buen día…


—sabes mamá, te extraño— dijo Kagome con una gran melancolía mientras observaba el sol ocultarse tras las montañas —he intentado ser fuerte, pero te necesito, un hijo siempre necesita de su madre, y creo que tu eres la fuerza que me hace falta en estos momentos tan difíciles—terminó ella mientras detallaba el naranja cielo de esa primavera.

—Kagome, eres mi orgullo, eres mi hermosa hija y me encantaría acompañarte, pero las cosas no se dieron como todos quisiéramos, debes demostrarme que aunque me fui, sigues siendo mi hija, así que ¡demuéstralo! Lucha por ti misma, y encuentra en tu interior esa gran fortaleza que tanto te caracteriza, que hará que ese problema que tienes, por muy grande que sea, pueda resolverse, pueda solucionarse— habló la hermosa mujer con sabiduría.

—¡¿pero cómo se supone que lo haga?!— Preguntó la joven inquietamente —estoy es un lío enorme, no tengo ni idea de como actuar, de como continuar con toda esta triste situación— terminó con lagrimas en su mejilla
La hermosa mujer, miro a Kagome tristemente, pero luego una hermosa sonrisa surco su rostro.

—Kagome, no te ofendas por lo que te voy a decir, la verdad pasaba mucho tiempo en casa, y la televisión nos afecta fuertemente, pero ahí te va, en este momento has caído a un profundo hoyo, y estas en lo mas bajo, triste y deprimente que puede llegar una persona—

—Oh vaya madre la que me toca— interrumpió Kagome con un gracioso sarcasmo.

—jovencita déjame terminar— le regaño como típica madre —como decía, caíste bajo, y ya has tocado fondo, no tienes a donde ir, lo único que te queda por hacer, es volver a subir, sube como una triunfadora, lucha por tus sueños y ¡vive la vida!— terminó con una enorme sonrisa.

Kagome estaba confundida, su madre siempre fue así, siempre que intentaba darle apoyo terminaba era dándole algún tipo de insulto, pero esta vez, le dijo algo que le llego al corazón, ella tenia que seguir adelante y luchar.

—Esta bien mamá, lo hare, muchas gracias— contestó Kagome dándole un gran abrazo.

—y entonces hija, ¿quieres caminar un rato? Te quiero mostrar un hermoso lugar— dijo la hermosa dama con otra de sus características sonrisas.

Ambas caminaron por un par de horas, y de un momento a otro, llegaron a la cima de un gran, imponente y hermoso acantilado, se veía como la hermosa luna brillaba con fulgor, y como las estrellas parecían en una danza celestial, era todo un silencio perfecto, en el lugar perfecto, en el momento perfecto, y entonces la hermosa mujer de blanco, rostro pulido como por las manos mas expertas del olimpo, fina figura cual bailarina de ballet y hermosa sonrisa, brillante como la temprana mañana dijo

—Cada que mires el cielo, recuérdame, porque desde allí, yo siempre estaré cuidando de ti, observándote en tus mas memoriales momentos, y sintiéndome orgullosa por cada segundo de tu bella existencia—

—Pero mamá, ¿Por qué dices eso?—interrogo Kagome bastante curiosa y conmovida.

—Kagome, recuerda que yo llevo años viviendo en la extensa infinidad del cielo, recuerda que yo no soy parte de tu mundo físico, y que a pesar de estar junto a ti todo el tiempo, no puedes verme— dijo la hermosa dama suavemente.

En ese momento, Kagome reaccionó, hace poco estaba en un auto y en ese momento estaba con su fallecida madre, ¿acaso estaría muerta? ¿Qué demonios paso?

—hija, es tiempo de que regreses— dijo la señora Higurashi admirando el paisaje.

—¡Pero mamá, yo no me quiero ir! Estoy tranquila y feliz aquí contigo!— contesto Kagome afanosa y aún extrañada.

—Lo se hija, yo también estoy feliz de encontrarnos nuevamente, pero seré aún mas feliz, si tu eres realmente feliz, y esta no es tu verdadera felicidad— contestó la mayor, dejando a Kagome un poco confundida —Kagome, ¿tu recuerdas hace muchos años, cuando aún eras una niña, que estábamos jugando en el columpio, y tu te mecías con una gran fuerza, y de un momento a otro saliste volando por los aires? ¿Recuerdas que aunque dijiste que la caída fue dolorosa, el miedo fue aún peor?—preguntó la señora Higurashi misteriosamente.

Kagome confundida y asustada contesto un suave si sintiendo como su interior se revolcaba, esa fue una de sus peores experiencias, ya que padecía un fuerte pánico a las alturas.

—pues veras, vas a sentir algo ¨graciosamente¨ parecido— contestó su madre algo maliciosa.

Y entonces Kagome supo que algo malo iba a suceder, su madre solo decía ¨graciosamente¨ cuando le iba a hacer una maldad, razón por la cual hoy día tiene un par de traumas.

—¿De qué hablas mamá?—preguntó Kagome temblando mientras su madre se acercaba lentamente.

—Hija, mira un momento hacia abajo—

Kagome miro hacia abajo, y en ese momento se dio cuenta de la gran altura que había entre ella y el rocoso suelo, su alma pareció salir del cuerpo, pero definitivamente, esta salió expulsada, cuando sintió una pequeña mano que la empujo suevamente por la espalda, cayó, y todo ese proceso pareció en cámara lenta, mientras caía, miro con terror a su madre, quien tranquilamente estaba meciendo la mano despidiéndose, y luego mostrando un gesto de amor y paz con su mano.

—¡Estas loca!—fue lo único que se le ocurrió gritar mientras se acercaba a su inminente ¨muerte¨

Y lo único que alcanzó a escuchar fue un suave—lo se— con lo que cerró fuertemente sus ojos para después…

 

REVELACIONES​

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Al abrir mis ojos, un olor que toda mi vida odie entro por mis fosas nasales, ese característico olor a hospital, me traía muchos recuerdos, y como siempre no eran nada buenos, pero ¿Qué hacia en un hospital? Algo definitivamente no estaba bien, ¿Qué sucedió? y al mirar todo al mí alrededor pude ver la figura del extraño hombre.​

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—Disculpe— grité para que pudiera escucharme.​

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El hombre levanto su rostro y por fin pude reconocer a Sesshomaru, y las lagrimas empezaron a salir de mis ojos involuntariamente, entonces recordé todo, iba en el taxi, y de un momento a otro perdimos el control, empezamos a girar locamente por la avenida y de repente un auto nos choco directamente, después de eso todo fue oscuridad y molestos y estruendosos sonidos extraño. Al mirar a Sesshomaru, este me miraba con gran preocupación, aunque no lo aparentara, y se acercó lentamente hacia mi con su aristocrático caminar.

—Kagome, ¿Cómo te sientes?— me pregunto con una voz débil casi quebrada.

—creo que estoy bien, realmente estoy algo confundida— contesté sinceramente.

—chocaste en un taxi, el conductor quedo intacto, pero tu recibiste un fuerte golpe en la cabeza, y tienes un par de costillas rotas— dijo Sesshomaru dolido, lo que realmente me extraño en un hombre como él.

—¡oh! ya veo, pero ¿ya puedo irme a casa? quiero ver a mama, recuerda que ella no esta muy bien y necesito cuidarla.
— dije tranquilamente, realmente me preocupaba mas la salud de mamá que la mía.

Entonces vi a Sesshomaru totalmente estático, parecía en shock, algo definitivamente no estaba bien, un par de segundos después recupero su compostura y me miro fríamente, pero con muchos mas sentimientos y pensamientos que yo definitivamente no podía descifrar, entonces, giro su cuerpo y se dirigió a la salida, no sabia a donde iría, pero necesitaba ir a ver a mama, seguramente esta muy preocupada, y en su estado no es lo mas apropiado.

Empecé a analizar todo a mi alrededor, recordaba el momento del choque, pero no tenia ni la menor idea de que hacia en un taxi, seguramente iba a trabajar, pero es algo muy extraño, normalmente una limo la recogía, luego miro por la ventana que estaba a su lado y entonces vio su reflejo, se veía mal, con un enorme vendaje cubriendo la parte superior de su cabeza y una palidez extrema, entonces intente levantarme para irme de una buena vez, pero el dolor en mi abdomen no me dejo, entonces recordé las palabras de Sesshomaru, me había partido un par de costillas, ¡maldita sea! El dolor era tan intenso que inmediatamente tuve que volver a recostarme, pero seguía esa desagradable molestia.

Entonces por la puerta entro nuevamente Sesshomaru un poco mas calmado y con la compañía de un doctor, ambos me miraron extrañamente, y el doctor, o mejor dicho el apuesto doctor se acercó a mi con una linda sonrisa.

—hola Kagome, soy tu nuevo doctor, mi nombre es Kouga—dijo el mostrando su hermosa sonrisa nuevamente.

—un placer doctor, pero necesito que me cure rápidamente para ver a mi mama que esta muy delicada de salud— contesté también con una sonrisa, podría ser muy apuesto pero primero estaba mamá.

Entonces el Kouga miro cómplice a Sesshomaru, quien ocultaba su gran preocupación bajo una fría mascara que creo que solo yo podía ver en ese momento.

—esta bien Kagome, pero primero déjame hacerte unos exámenes de control— dijo Kouga mientras se aceraba con una mirada fija y seria en mi. Empezó con una especie de linterna a examinarme ambos ojos, el corazón y lo que hacen los doctores en las consultas de rutina, pero entonces empezó con un raro cuestionario.

—Muy bien Kagome dime, ¿Cuántos años tienes?— preguntó con su mirada fija en su cuaderno.

—Tengo 26— conteste tranquilamente, y mire a Sesshomaru quien abrió los ojos desmesuradamente con una gran sorpresa que yo no entendía.

—¿Qué año es?— continuó el doctor.

—2012— volví a contestar.

—¿Qué le pasa a tu madre?— volvió a preguntar el doctor, y me dejo aturdida con esa pregunta, pero él era el doctor, y podía aprovechar la situación para pedir su ayuda.

—Ella padece cáncer hace algunos años— dije mientras miraba el suelo tristemente.

Después de esto, el doctor salió y Sesshomaru fue tras el, veía como ambos tenían una fuerte conversación fuera de la habitación, era mas bien una discusión, Sesshomaru parecía muy enojado y el doctor totalmente confundido, pero por ahora lo único que me importaba era salir pronto de ahí para ir y seguir cuidando de mamá, así que me relaje y empecé a mirar el techo tranquilamente esperando pacientemente las palabras que me diría el doctor, entonces este entro con una sonrisa.

—Verás Kagome, en este momento no puedes volver a casa, no estas en un estado adecuado para salir de aquí— dijo el doctor amablemente, lo cual me importo un bledo.

—¡pero yo necesito cuidar de mi madre! Ella esta muy grave, podría pasarle algo si yo no voy y cuido de ella, esto no puede pasar— grite agresivamente.

—relájate, ya envié un par de enfermeras que se encargaran de su salud mientras tu estés internada aquí— interrumpió Sesshomaru aparentemente tranquilo.

Yo lo dudé un momento mientras los retaba con la mirada, solo yo podía darle a mi madre lo que necesitaba, soy su hija y soy quien debe cuidar de ella, seria muy egoísta de mi parte dejarla sola con un par de enfermeras, quienes seguramente tendrán la experiencia pero no el cariño que se le debe dar a un paciente en ese estado, pero entonces recordé mi situación, estoy muy mal, y tal vez en lugar de cuidar a mama, le daré mas preocupaciones que solo harán que su estado empeore, así que tome una decisión, suspire pesadamente y contesté.

—esta bien, pero espero que no sea mucho tiempo, necesito regresar rápidamente—

—no te preocupes, no será tanto además yo estaré al tanto de tu madre— dijo Sesshomaru dándome mucha mas confianza para quedarme en ese detestable hospital, podrá ser que este mal, y mamá también, pero recordar todo lo que paso con mi padre me hace vulnerable… otra vez.

 

—Tienes que despertar, tienes que despertar, esta no es la realidad, tu lo sabes muy bien, tienes que desertar y hacerle frente a todo lo que esta sucediendo— escuchaba como una voz en mi interior casi me gritaba, pero no tenia la menor idea de que hablaba, tal vez me estaría volviendo loca, o simplemente es otra paranoia mía.
El día estaba claro, hermoso diría yo, pero esta maldita voz en mi cabeza no me dejaba hacer nada, solo quería irme de este horrible hospital y regresar a casa, cuidar a mama y nunca volver a un lugar como este, pero como hacerlo si ni siquiera sabia la razón por la cual seguía en aquel nefasto hospital.

—Kagome, ¿te pasa algo?— preguntó Sesshomaru sorprendiéndome, había olvidado por completo que el seguía en la habitación conmigo, la verdad no sabia por que se había quedado conmigo, es demasiada atención para su simple asistente personal.

—Estoy bien, pero ¿Por qué aún sigues aquí?— pregunté intentando no sonar grosera, cosa que no funciono.
Sesshomaru me miro fríamente y luego dirigió su mirada a la ventana, parecía concentrado en el paisaje y decidido a no contestar mi pregunta, la verdad no me importo, quería un poco de silencio, y sabía que con Sesshomaru eso podría conseguirlo fácilmente, pero sorpresivamente una fuerte punzada llego a mi cabeza, era un dolor agudo y agresivo, mi única opción era pedir ayuda, y empecé a gritar, grite como nunca lo había hecho en mi vida, Sesshomaru corrió hacia mi desesperadamente, y al verme salió de la habitación seguramente a pedir ayuda mientras yo gritaba gracias al intenso dolor, sentía que se me quemaba el cerebro, y al momento vi como varios doctores estaban a mi alrededor intentando clamarme, pero ese dolor no me dejaba, empecé a forcejear y de un momento a otro todo se puso oscuro, no veía, no escuchaba, no sentía, lo único que podría diferenciar en esas nubes de oscuridad era mi voz, y la silueta de un hombre mas o menos a 10 metros de mi, acercándose lenta, muy lentamente.

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En silencio siempre la cuide, siempre estuve al tanto de ella ocultando todo este amor que tanto amarga mi corazón al saber que nunca sería correspondido, pero ahora con este accidente me siento todo un canalla, por mi culpa ella esta así en este momento, si tan solo hubiera dejado las cosas tal y como estaban, solo habría enviado la limosina a recogerla y esto nunca habría pasado, pero ¡no! La despedí, y gracias a ello ahora esta recostada en una cama con una herida en la cabeza y la esperanza de despertar rápidamente… no recordaba nada de lo que había pasado en las ultimas semanas, y el fallecimiento de su madre nunca surco su mente, pero ahora gracias a esto se encuentra en ese profundo sueño, del cual no despertara en algún tiempo, los doctores dicen que en el accidente, se dio un fuerte golpe en la cabeza y esto le provoco una herida interna que la llevo a esa escena de desesperación por su fuerte dolor, estuvo en una larga cirugía y en este momento nos encontramos a la espera de que despierte con todas sus dudas resueltas y no mas futuros problemas, o al menos eso es lo que espero.

Verla con Inuyasha me destrozo el alma, y cegado por los celos tome las peores decisiones, pero ahora debo hacer lo imposible por enmendar mis errores, tal vez nunca la tenga en mis brazos como quisiera pero, definitivamente hare hasta lo imposible por verla feliz, pero por ahora lo único que me queda es esperar pacientemente…

Las horas fueron pasando lentamente, la observaba y seguía en su misma posición con un rostro lleno de paz y tranquilidad, pero sin ningún indicio de ¨vida¨ lo que me provocaba mayor preocupación, pase la noche en el hospital con mi mirada fija en ella, no dormí, no comí, y no deje de pensar en su salud, pero ella seguía igual, me levantaba y empezaba a caminar impacientemente por la habitación, y ella seguía igual, no sabia que hacer, estaba en una profunda depresión, y Kagome en su ensoñación, me volví a sentar y a mirarla atentamente, antes de darme cuenta ya había amanecido, y el sol se empezaba a asomar por la ventana, dándome una hermosa imagen de Kagome, esto me ardió por dentro, y me empecé a quebrar, las lagrimas amenazaban con salir, acción que no había sucedido desde mis 10 años, y ahora, volvía a sentir esa debilidad de un niño de 5 años, en ese instante escuche un extraño sonido, era Kagome, aun con sus ojos cerrados estaba tosiendo, la mire fijamente y esta empezaba a abrir lentamente sus ojos, limpie mis lagrimas y salí veloz mente de la habitación en busca de Kouga, quien estaba en una esquina revisando unos documentos, corrí hacia él y agitado dije.

—¡Kagome! Es Kagome, esta despertando—

Este inmediatamente sonrió y se dirigió a la habitación, yo me situé en la puerta, y observaba con atención como Kouga hablaba con ella y la examinaba delicadamente, me limite a sonreír sutilmente y a observar pacientemente, unos minutos después Kouga giró y empezó a caminar hacia la puerta, una vez afuera cerro la puerta, y ambos caminamos hacia unos asientos del hospital, él notó que yo no quería que Kagome me viera allí y respetó esta decisión al no nombrarme frente ella.

—veras, Kagome respondió exitosamente a la operación, le hice las mismas preguntas que había hecho anteriormente y las contestó muy bien, parece que ya recupero totalmente su memoria, solo fue algo temporal, y por ahora es cuestión de tiempo mientras se recupera de la cirugía para enviarla a casa— dijo Kouga tranquilamente, dándome una de las mejores noticias que hasta ahora había escuchado.

—esta bien, por ahora no iré con ella, así que por favor cuídala, yo observare desde una distancia prudente— le dije fríamente mientras lo miraba a los ojos, sin embargo no podía engañarlo, Kouga es mi amigo de la infancia, y conoce cada faceta de mi, seguramente ya sabe que me preocupo por algo mas que una simple relación laboral, y esta sospecha quedo confirmada cuando me miro cómplice me sonrió y luego se fue hacia su siguiente cita.

Suspire pesadamente y fui nuevamente hacia la habitación de Kagome donde estuve observándola desde la puerta, ella miraba la ventana con melancolía, era realmente una paisaje triste el de hoy, aunque el amanecer fue hermoso, de un momento a otro el día estaba oscuro, el sol no se asomaba por ninguna parte y pequeñas gotas de agua empezaban a caer desde el cielo, y esto a Kagome siempre le recordó a su fallecida familia, tanto madre como padre, como me gustaría ir y reconfortarla con un abrazo, pero eso solo le haría mas daño, lo único que me queda es cuidar de ella en la distancia y apoyarla cuando mas lo necesite, aunque esto me cause un profundo dolor en el alma…