Crónica de un amante

Tema en 'Relatos' iniciado por Cygnus, 26 Diciembre 2012.

  1.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    28 Abril 2011
    Mensajes:
    4,151
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Crónica de un amante
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1501
    ¿Por qué la vida es así? ¿Por qué el amor nos puede volver de un momento a otro de la felicidad pura al borde del colapso? Cuando el amor, vida mía, no es compartido, causa estragos enormes en el desdichado que ha caído en sus redes; sufre las penas dantescas de su unilateralidad, absorbe los pesares más infortunados que el hombre pudiera concebir, empapa su pobre mente de sombras extrañas y lo hace sentir como el peor de los idiotas, el más perfecto de los desesperanzados.
    Tristemente para mí, tú me haces vivir la desdicha, soy un creyente que va perdiendo la fe a cada paso, al rozar mi mirada con tus brillantes ojos negros; esa delicia de vivir a plenitud cada día se ve ofuscada por las dudas que tú me atizas con tu vista huidiza ante mis presencias cercanas, con tus tímidas maneras, que te alejas diario de mi persona cual cervatilla nerviosa ante su cazador.
    ¿Por qué, por qué eres así de cruel conmigo, pequeña amiga, que no me das ni siquiera una señal para constatar que no camino por senderos desubicados? ¿Por qué me haces sentir que me tienes miedo?

    Si tú tan sólo supieras lo que se cierne sobre mi mente cada vez que concibo tu rostro hermoso en mi imaginación, la alegría de verte y luego la tristeza que me allana, la angustia que desgaja mi rostro cada vez que vuelves la cara a otro lado y rechazas una tierna mirada mutua, un segundo de felicidad, un rayo de esperanza, un motivo por el cual volver al día siguiente. ¿Se trata de un auténtico y delicado miedo hacia lo desconocido? ¿Es culpa de tu naturaleza tímida y taciturna? ¿O se trata de una crueldad sin fin, un goce por el sufrimiento ajeno, una violencia con tendencias psicológicas, un plano de mi abstracta desdicha, que va paralela con tu felicidad?

    Preciosa mía, date cuenta de una vez que mis andares van enfocados hacia ti sin que te percates, en silencio, que mis sentimientos están enterrados en una tumba eterna que temo exteriorizar, que soy demasiado estúpido como para decirte la verdad de frente, que te amo, que eres mi vida y mi razón, mi principio y mi fin, mi pregunta y mi respuesta, mi problema y mi solución. Date cuenta que mi alma se quebranta al ver tu perfecto cabello negro tan distante, tan ajeno, tan imposible. Comprende que no hay nada en el mundo que me haga temblar más que ese par de ojos de obsidiana, tan brillantes como dos estrellas en el firmamento, tan temerosos, tan profundos, tan elegantes, tan femeninos, cuando se posan oblicuamente cual finas aves sobre mi ser, sobre este desdichado espíritu ya decrépito por tu actitud tan desconsoladora.

    Has de querer que termine muriéndome por ti, que un día no me vuelvas a ver más y entonces respires aliviada, pero sin meditar que tu hermetismo me hizo padecer, me hizo quebrarme como se quiebra un cristal, me hizo fallecer. ¡No llegues a ese extremo, por favor, mi niña, y concédeme la felicidad en vida, que ya poca me queda luego de esto!

    Tú pensarás que te acoso al seguirte, cuando el que me acosa es el dolor; creerás que represento un ataque a tu dignidad cuando sólo pugno por una sonrisa sincera tuya, un segundo de tu precioso tiempo que me haga recuperar el honor extraviado; considerarás que soy malo, que soy un patán que te busca con fines extravagantes, sin darte cuenta que has clavado una flecha dorada en mi corazón que permanecerá herido y sangrante hasta que no le correspondas.

    ¿No te percataste el día que te invité a dar una vuelta por la escuela, después de verte tan solita en tu sitio de costumbre?
    Fue la primera de mis expresiones y, por supuesto, el primero de mis fracasos. ¡No intercambiabas una sola palabra durante nuestro paseo, como si por dentro estuvieras horrorizada de acompañarme! Tus respuestas ante mis amables palabras eran tan tajantes, tan hirientes, que sin darte cuenta, me estabas apuñalando por dentro. ¿Es que de verdad no te interesaba hablar conmigo? ¿Es que acaso te causé alguna especie de repulsión? ¿O es que, antes de juzgarte, necesito comprender tu forma natural de ser, tan extraña, tan ajena, tan triste, tan alejada, tan álgida? ¿Eras tú, o era yo? ¿Cómo saber si no te gustan los paseos ni las pláticas insustanciales, o si era yo el que estaba echando todo a perder? Al final, hube de regresarte a nuestro salón vacío, en donde una vez más te escabulliste de mi vista en cierta distracción mía, para volver a perderte en la soledad de los jardines, afuera, rebosante con las sombras, con el silencio, tímida, como pequeña liebre, disfrutando la ausencia de mi estúpida compañía. ¡Ah, pequeña y singular avecilla, que te escapas de mis manos para posarte en donde nadie pueda verte, ni admirarte, en donde no puedes ser descubierta! ¡Ah, divina y malvada criatura, que primero me enfermas de romance y luego huyes, para matarme! ¡Si crees que no te merezco, por favor, sólo dímelo! ¡Si tu corazón ya tiene un dueño entre las sombras del anonimato, no me mientas, no me engañes… sólo dímelo! ¡Dímelo, sí, y moriré, pero no será por tu culpa, sino por la mía, por este necio corazón enfermo, por la vergüenza encarnada, por la pena que se convierte en un monstruo polípodo que me asfixia entre sus garras!

    ¿No lo notaste? Hoy te seguí al finalizar las clases, curioso, con un instinto indescriptible, con ansias incontenibles por descubrir tus secretos, tus silencios, tus enormes misterios, por saber a dónde te dirigían tus pasos tan apresuradamente al finalizar las jornadas, en el momento en que te evaneces como si fueras un fantasma, una mera ilusión. ¡Era el momento de descubrirlo, de perpetrar en la oscuridad!

    Caminabas con rumbo incierto por un pasillo y yo, como un espía, me escurría detrás de los edificios aledaños, cuidando que no vieras mis sombras y descubrieras mi patética presencia. Alcanzaba a ver tu rostro hermoso, juvenil, sombrío y oscuro, teñido por tus misterios intentando escudriñar en tu mirada de cristal, que reflejaban el Sol con interesante facilidad. Mi angustia no tenía límites. ¿Ibas a ver a alguien? ¿Te encontrarías con el hombre que te había robado tus sueños? ¿Era yo un idiota sobrante en tu vida? ¿Carecía yo realmente de las características que tú requerías? En esos momentos era yo el más perfecto de los cobardes.

    En un descuido inoportuno, tu mirada cruzaste con la mía, que se hallaba aterrada. No dijiste nada, no sonreíste, permaneciste flemática, con tu característico rostro inmutable, sin nada que le espante o le alegre. Me diste otra oportunidad, ¿no fue así? Incluso sentí que fingiste no haberme visto, que yo no existía.

    Al final pude darme cuenta que tus inocentes intenciones eran ir a comer solamente. ¡Qué malvado yo, que le atribuí un amante a tu candor resplandeciente!
    Te vi comer solita en una mesa desértica de la cafetería, ¿y sabes qué hizo este maldito cobarde? Me alejé, rindiéndome como se rinden los fracasados, masticando mi simpleza, inconforme conmigo mismo al perder la grandísima oportunidad de poder conversar contigo a mis anchas; me alejé porque no contaba con la seguridad de que me corresponderías, de que me volverías a herir con tu seriedad ante mis bromas, de que volvería a sentirme nuevamente como el peor de los tontos. Así que en vez de enfrentar la situación, tu eterno admirador se retiró con el alma por los suelos, impotente a pesar de verte solita en un momento oportuno para hablar sobre mis sentimientos hacia ti.
    Entonces me retiré con mi dignidad destrozada, a escribirte poemas de lindas palabras desde la seguridad de la biblioteca, en un lugar donde tú no me puedes descubrir ni reírte de mí porque lloro por dentro, porque me has enfermado, porque me haces desvariar. Te amo y te tengo miedo a la vez.
    Pero querida, no nos conocemos aún, ni sabes nada sobre mi verdad, aunque yo haya ya averiguado cosas sobre ti, de parte de los compañeros del salón que se sientan a tu alrededor, que ni siquiera son tus amigos porque me parece que no los tienes.

    Si en el grupo sólo a mí me hablas, ¿por qué te distancias? ¿Por qué prefieres la helada soledad de una mesa vacía en vez de mi compañía?

    Anda, ¿quisieras darle una pequeña oportunidad a este poeta loco que se muere entre las plumas y el papel escribiendo maravillas sobre ti, desvariando entre mi enfermedad, deseándote y culpándote, amándote y temiéndote? Te prometo, preciosa mía, que te daré el cariño que nadie más podría darte y que tanto necesitas en tu helado corazoncito; déjame contemplar a plenitud tus ojos negros perpetuamente brillantes, y entrañar en los misterios de tu existencia. Mi pequeña liebrecilla, mi querida alma gemela, mi pensamiento, mi todo.




    ___________

    Publicado hace un par de años en CP, bajo mi mismo nick.

    Gracias, saludos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Kleopack

    Kleopack ♔ InFinyTis ღ

    Capricornio
    Miembro desde:
    6 Julio 2011
    Mensajes:
    529
    Pluma de
    Escritora
    Señorito con este enorme Escrito me dedique unos minutos para leer cada palabra suavemente y dejarme seducir por esas texturas que le das palabra por palabras,quiero confesarte que me has encantado con este escrito (aunque la idea no era esa), pero lo has hecho, y bueno también me ha gustado integrarme un poco sobre la idea de ese hombre enamorado que pide a gritos la oportunidad de su Damisela.

    Quiero decir, que has hecho un trabajo muy interesante para aquellas persona que no saben ni como confesar su guardado secreto.Además también comparto que me has hecho recordar algunas cosas de mi niñez, (ni te imaginas), pero son buenas y alegres que con tu escrito tan especial se hace sumamente importante para esas personas.La delicadeza que diste por cada palabra,signos, y significados son excelentes para demostrar a los demás.

    Me ha gustado el último párrafo ya que transmite una sensación pura que me dejo entre emociones abiertas y selladas por X o Y motivo, y siempre he dicho que palabras simples da que demostrar y lo que acabo de leer me ha gustado lo que el escrito da para su lector.

    Otra cosa, es que note una pisca de errores, no digo que son muchos, son pocos, pero si el lector se envuelve en lo que lee y sabe lo que lee, de seguro te dirá alguna cosa poca que ha de encontrar.

    Buen escrito Señorito, tendré en cuenta algunos de sus lecturas, ya que varias me han gustado.

    ¡Saludes!.Y
    Cuídese.
    *-*

    PD: Me pasaré esta noche por tus escritos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    28 Abril 2011
    Mensajes:
    4,151
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Muchas gracias por tu tiempo y tus comentarios. Como te decía, esta serie de escritos los hice cuando pasaba por algún momento incómodo hace años. Fluyeron sentimientos especiales y esas cosas... Me alegro haberte evocado lindos recuerdos, si es que así son =) Te agradecería si me señalas los errores, que me encantaría corregir el escrito ^^
    Mil gracias!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso