Alma enamorada Noté cómo la lluvia pesada y color oscura empezaba a volverse más fuerte y agresiva. Mis guantes empezaban a tornarse a un tono carmín y mi gabardina empezaba a tornar a un negro mucho más oscuro. Era una de las primeras veces en las que había lluvia, lo que significaba que un arma había acabado con la vida de su propio técnico. La Luna reía con locura, mientras disfrutaba de las gotas color carmesí que se metían directamente a su boca y se notaba que su deseo era que la lluvia nunca acabase. —Maka, des... despierta por favor —Se escuchaba la voz de Soul mientras permanecía hincado frente a mi cuerpo herido. Sentía las gotas pesadas de lluvia cubrir parte de mi rostro y cuerpo, mientras gotas ligeras y saladas cubrían el resto de mi cara. Él estaba llorando, llorando por mí. Estaba demasiado débil como para abrir mis ojos y formular una respuesta ante su suplica; quería dormir, pero sabía que si lo hacía tal vez nunca me lograría despertar. ¿Llovía por mí? ¿Era acaso una señal que decía que mi vida estaba a punto de extinguirse? —¡Tengo la culpa de todo! ¡Yo...! —Su voz se hilaba cada vez más. Sentía que su voz se quedaría muy pronto muda por tantos gritos—. Si... si mueres, moriré yo también... Así que despierta, ¿sí? Habíamos luchado contra un alma que no deseaba ser consumida, un alma mucho más poderosa de las que habíamos conocido antes. Aquella alma se metió en la mente voluble de Soul e hizo que él me dañara de una forma que no puedo describir, pero que atravesó parte de mi estómago. —En verdad lo lamento —decía soltando más lagrimas sobre mí—. No podré vivir con la conciencia de que yo fui quien acabó con tu vida... Por favor, Maka. —S-s-soul... —Logré decir al fin, lo que hizo que él abriera sus ojos de golpe—. Yo... —¡No, no hables! —gritó agarrándome entre sus dos brazos—, no... hables... Débilmente subí mi mano a su rostro, tratando de secarle las lagrimas del rostro con mis guantes húmedos, pero era inútil. Solo lo mojaba más. Toqué con mis guantes sus ojos cerrados, mientas sentía cómo me apretaba con sus brazos más a él. ¿Así es como mi vida acabaría? —Yo... yo no quiero que mueras... —decía estrujándome más a él—. Desde el día que nos conocimos, agradezco que hubieras sido tú mi técnico, y desde ese día yo... —Yo... —Silencié por un momento—. Creo que yo también me enamoré de ti, Soul. Él me abrazó fuertemente y la lluvia cesó poco a poco. —No... no te preocupes, te... te curaré —decía mientras me cubría con su chaqueta—. Vayamos a casa. Y me cargó entre sus brazos y me llevó lentamente a casa. Al parecer yo no fui quien había muerto esa noche, pero me di cuenta lo que realmente sentía por ese terco, tonto, pervertido y poco astuto chico... Por Soul... —Sigues llorando, Soul —susurré con mi mano mientras tocaba las lagrimas derramadas de sus mejillas. —Es que pesas. —¡¿Qué?! FIN
Increíble, Kei me has dejado paralizada. La narración fue hermosa, hecha de esa forma en que cada palabra llega al alma, el sentimiento, el dolor... Felicitaciones, note errores de ningún tipo y eso me agrada, porque se nota que revisaste bien antes de subirlo. Saludos :3
Muy buena historia! Whoa, Soul llorando, que tierno. Me gustó muchísimo porque, por más que sea corta, cuenta toda una historia, como Soul se vuelve otro por culpa de un alma poderosa y lastima a la persona más preciada. Que tierno, Pesas. XD Ok. No tenés errores, muy bien, tus historias siempre son muy perfectas.