[Actividad] ¿Realidad?

Para la actividad Pesadillas.
Ojala les guste! Agradezco comentarios/consejos ;D

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¿Realidad?​

–¡Dale Micaela! ¡Mica! –sentía cómo todos me gritaban una y otra vez–. ¡Estás tardando mucho! ¡No seas miedosa!
¿Acaso no entendían que esto no era lo mío? Maldije por quinta vez a mi profesor de gimnasia en el día, y finalmente corrí con todas mis fuerzas y salté por la pila de tablones de plástico que estaban a unos metros frente a mí.
No lo podía creer.
Era la primera vez que lograba realizar esta actividad, siempre terminaba en el piso y luego en la enfermería. Pero esta vez no, incluso sentí aplausos y grititos por parte de mis compañeros y profesor. Sonreí orgullosa y volví al final de la fila en espera del siguiente ejercicio. Si había logrado aquello, cualquiera que siguiera sería pan comido.
Terminada la clase, con unas amigas pasamos por el salón para ver si ya habían colgado el resultado de los últimos exámenes de matemática, y para sorpresa de todos allí, fui la nota más alta. Definitivamente aquel era un día especial, casi como soñado. No podía esperar a llegar a casa y contárselo a mamá y papá, se pondrían felices y quizás hasta prepararían algo especial para la cena, ellos eran así, les encantaba festejar estas cosas, y por qué no decirlo, a mi me encantaba que lo hagan.
Me despedí de las chicas y emprendí la vuelta a casa. Iba pensando cómo contaría la noticia, si sería mejor fingir humildad o demostrar lo emocionada que estaba. ¡Finalmente tanto estudio estaba dando frutos!
A mitad del camino, mi celular empezó a sonar: era mamá. Me compuse y atendí lo más natural que pude.
–Hola mamá.
–¿Mica, mi amor? ¿Estás bien?
–Si ma, estoy llegando a casa… ¿Pasa algo? –su voz no sonaba como siempre, ¿había estado llorando?
–No vayas a casa Mica… Estoy en… Toma un taxi y ven al Sanatorio Rosas, ¿sí? Cuando llegues avísame que salgo para pagarlo.
–¿Al sanatorio? ¿Qué pasó? –me estaba comenzado a preocupar.
–Tu papá… Es que él…
Eso fue lo último que dijo. Pude entender que se había estado conteniendo, pero su corazón no pudo aguantar mucho más. La verdad es que me destrozaba escucharla así, creo que nunca había escuchado a mí mamá llorar de aquella forma.
–Ya voy para allá ma, quédate tranquila.
–¡No se qué vamos a hacer sin él Mica! No sé qué voy a hacer… –me decía completamente destrozada.
–Shh… No te preocupes, todo va a estar bien… –dije y corté.
Me quedé unos segundos parada, con la mirada perdida. Tenía lágrimas en mis ojos pero no estaba realmente consciente de ello. Traté de analizar todo lo que había sucedido, buscar alguna explicación, pero no conseguía nada.
Nada hasta que finalmente lo comprendí todo. Aquello era tan obvio, no sé cómo no me había dando cuenta antes. Sequé mis lágrimas con los puños de mi camisa y sonreí sutilmente. La prueba en gimnasia, una nota perfecta, todos felicitándome y haciéndome el centro de atención. ¿Cómo lo dejé pasar?
Ya me había sucedido antes: un sueño perfecto convirtiéndose en una horrible pesadilla en tan sólo un segundo.
Miré hacia ambos lados de la calle y pude ver que el semáforo acababa de cambiar y los autos habían comenzado a pasar. Caminé lentamente hacia adelante, y cerré los ojos aún con una sonrisa en mi rostro.
¿Para qué seguir con éste mal sueño, no?
Cuando despierte me esforzaría aún más en mis clases, estudiaría el doble si fuera necesario, y abrazaría a mis padres tanto como fuera posible. Haría de aquel sueño una realidad, y me olvidaría de aquella horrible pesadilla, como si nunca hubiera sucedido.
Cuando despierte les demostraría a todos lo que soy capaz, haría sentir orgullosos a mamá y papá.
Cuando despierte…

Fin​