° ° ° Secretos del alma ° ° °

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Moliry, 8 Febrero 2013.

  1.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    14 Octubre 2009
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    Escritora
    Título:
    ° ° ° Secretos del alma ° ° °
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    3545
    Cambio de planes

    ―¿Te encuentras bien?―preguntó Juan Pablo con un nota de preocupación en su voz, al ver como su acompañante parecía estar sufriendo un colapso nervioso.
    ―Y-yo…―tartamudeó Alejandra, al tiempo en que trataba de concentrarse e ignorar todas esas imágenes y recuerdos que la atormentaban.
    ―Tranquila, sólo fue un pequeño roce, además, ni siquiera fuimos nosotros.

    Alejandra podía escuchar las palabras de Ferrer, pero eran como un aire lejano.

    ―Estoy bien, sólo continúa manejando con cuidado ―le respondió Alejandra, que iba progresando gradualmente.

    Después de unos minutos de continuo manejar, Alejandra ya estaba más calmada pero callada y sumida en sus pensamientos, lo que llevó a Juan Pablo a preguntar nuevamente como se encontraba.

    ―¿Segura de que estás bien?
    ―Te dije que sí ―le dijo cortante―. Es aquí ―agregó al ver el edificio en donde vivía.

    Era de un color gris y se podía decir que en sus mejores años había sido verde. Tenía aproximadamente cinco pisos viéndose desde fuera, se veía inmediatamente que con un pequeño temblor, se podría derrumbar.

    Juan Pablo no mencionó nada más, sólo se limitó a estacionarse y ayudar a Alejandra a bajar. Una vez que estaban al pie de la puerta, Alejandra advirtió como el agua escurría por su puerta, y en ese mismo instante la abrió preocupada, y se encontró con un departamento inundado a causa de una fastidiosa tubería rota.

    Ambos entraron inmediatamente en acción.

    ―Yo te ayudaré a sacar los muebles pesados, tu empieza a sacar los pequeños ―se ofreció Ferrer tomando la iniciativa con determinación.

    No esperó a que Alejandra respondiera, empezó inmediatamente a cargar muebles y llevarlos hacia el estrecho corredor.

    ―Pero tu ropa…―La Condesa viuda esta trastornada por la blasfemia que era testigo que se estaba cometiendo―. Tus tenis… se van a estropear.

    Toda su vida había usado marcas de diseñadores europeos exuberantemente costosas y creaciones exclusivamente hechas para la exquisita Condesa de Navarra, usándola como modelo, por lo tanto siempre cuidó cada prenda que portaba al ser cosas apreciadas para ella, pues muchas veces, Alejandra decía, hablaba su apariencia por si sola y siempre a su favor. Por eso ver como Ferrer con indolencia entraba al departamento sumergido en agua, cuando su ropa era visiblemente cara y de especiales materiales, se le hacía inaudito.

    ¿Quieres que me la quite? ―le guiñó el ojo con flirteo y se mordió con coquetería su labio inferior―. Encantado, pero también cuidaremos de tu ropa…
    ¿En que estabas? ―señaló con la mirada los muebles empapados, con su expresión muy mal encadara.

    Burlándose Juan Pablo siguió con su labor de preocuparse por prójimo y lo primero que hizo fue tapar con trapos, que encontró en la diminuta cocina, la tubería rota que soltaba del único baño agua como las cataratas del Niágara. Así improvisó mientras llegaba el experto, Fausto, que era el que arreglaba todo, hasta lo imposible, en la empresa de sus hermanos mayores.

    Después de solo un par de minutos Ferrer descubrió que si sólo eran ellos dos, jamás acabarían.

    ― ¿Ya por fin te vas? ―lo molestó sin poder evitar su mal carácter al observar que empezaba a llamarle a alguien a través de su caro celular, y todo porque no quería reconocer ni dentro de ella que el desquiciante Juan Pablo Ferrer fuera en ese momento alguien incómodamente muy agradable. Bastante distinto al de las clases en la mañana.

    ¿Cómo era realmente?

    La curiosidad de la joven comenzaba amenazar en salir de su escondite al desear tratar un tanto al “hijo de papi”, y eso, para su seguridad, “el exponer su existencia mas de lo necesario, no era nada bueno”. Eso ultimo al principio de su cambio de vida, su ángel guardián, Manuel, le decía en todo momento, convirtiéndolo en la persona mas odiosa y testaruda que pudiera existir. Claro, una persona mas en el mundo aparte de Alejandra.

    ―Les estoy llamando a mis amigos, creo que al fin podrán servir de algo―murmuró Juan Pablo, para segundos después concentrarse en la conversación que se llevaba a cabo por el celular―.Al parecer vienen todos a ayudar ―agregó después de terminar la llamada.

    Pero conocer tantas facetas de un niño que se sentía adulto era bastante llamativo para la española.

    Ferrer y Rivera siguieron haciendo lo mismo durante varios minutos. Juan Pablo realmente se estaba esmerando, haciendo que Alejandra sintiera un poco de culpa, parecía que se estaba aprovechando de la situación, cosa que era en absoluto… ¿cierto?.

    Después de unos minutos más fueron interrumpidos en su labor por el sonido del timbre. Alejandra abrió la puerta y se encontró con tres chicos bien parecidos: Óscar, Thomas y Francisco.

    ―¡Dear Ale, he llegado para salvarte! ―bromeó con toda frescura Tom, al tiempo en que Juan Pablo les hacía señas para que entraran al pequeño recinto.
    ―Gracias por venir ―respondió la extranjera, ignorando todo el cortejo proveniente de sus irritantes compañeros, que apenas eran unas horas que los conocía y ya los quería fuera de su vida.
    ―¿Qué diablos…?―murmuró Óscar al ver que el departamento estaba en proceso de transformación a una alberca flotante.
    ―No digan nada y ayuden ―exclamó Juan Pablo que iba de camino al corredor cargando una de las cuatro sillas de madera del cuadrado comedor de vidrio.

    Enseguida, sin decir ni una palabra más, empezaron a ayudar. Alejandra también se propuso hacer lo mismo, pero un toque en la puerta la detuvo, de nuevo. Y al abrir se encontró con una mujer de estatura mediana, con un cabello castaño claro y ojos cafés. Era extraña, según Alejandra, ya que llevaba un vestido largo y verde, con unas sandalias rosadas sencillas, todo muy estilo hippie. Forma de vestir nada que ver con el estilo de la joven europea, ni en ese momento que estaba fingiendo en su nueva vida sencillez en su apariencia.

    ― Llegué en cuando pude ―soltó apenas ver la recién llegada el caos.
    Pero hasta Alejandra se sorprendió al voltear también al interior: Se encontró con dos chicos sinvergüenzas, sudorosos y sin camisa.

    ―¿Q-qué…? ―exclamó Laura tartamudeando al ver tal escena.

    Esos singulares chicos eran Oscar y Juan Pablo, que por el insoportable calor se habían quitado la cara playera que llevaban, para quedar con el torso desnudo. Los pensamientos de Laura vagaban, los chicos eran realmente guapos. Pero se le presentó la duda sobre si uno de ellos eran nuevos pretendientes de su amiga, decidió no preguntar, no era el momento. Aunque supuso que no era así al ser Sofía una joven exageradamente solitaria. Esperaba que pronto cambiara eso al tenerle tanto aprecio a la joven que en pocas semanas se supo convertir en su mejor amiga.

    ― ¡Joder! ¿Me harían el favor de no andar medio desnudos? ―gritó Alejandra enfurecida―. Si lo que sobra es como refrescarse ―dio una patada al nuevo jacuzzi privado indeseado.

    ¡Todo esto era un espectáculo!

    ―¡Vamos, no exageres, Ale! Hace mucho calor ―le respondió calmadamente y con confianza Ferrer―. Además, no creo que a tu amiga le moleste ¿me equivoco? ―Le sonrió galante a la aludida.
    ―N-no realmente ―contestó ella, evitando levantar la mirada―. Laura ―se presentó―, mucho gusto ―todos los nuevos compañeros de Alejandra hicieron lo mismo―. Gracias por venir ayudarnos.

    No era bochorno lo que provocaba que Laura no los viera a los ojos, sino que temía los divertidos y atrevidos pensamientos le llegaran a su alborotada mente.

    ―Bien ―gruñó Alejandra―. Perdona esto, el plomero debería llegar en unos minutos y quedará todo esto como nuevo.
    ―Tranquila, siempre supe que serias pésima compañera al ver que no tienes idea como dirigir un hogar ―giró al ver el grupo de jóvenes cargando lo que veían en su paso―. Es la persona mas inteligente que he conocido, pero ya se que no le debo encargar la casa porque la volverá a quemar, destruir o como en este caso: inundar. La casa en general no es lo suyo.

    Después de unas horas de arduo trabajo todos terminaron en la sala disfrutando de pizza pedida y pagada amablemente por Juan Pablo, con el motivo de lucirse, muy propio de él. El plomero, Fausto, había llegado minutos atrás y arreglado todo, por lo que pudieron volver a meter cada mueble que habían sacado. Limpiaron y secaron, pero por una rara razón, reconoció Alejandra, fue de lo más divertido.

    ― ¿Por qué Francisco está así? ―después de un largo rato de pláticas frívolas y vanas de los jóvenes, Alejandra deja escapar de repente una observación―. No lo conozco, pero estoy segura de que no suele ser así ―siguió hablando en murmullo mientras estaba sentada entre Laura y Juan Pablo.
    ―Entonces si te interesamos ―declaró Juan Pablo con superioridad en el momento que podía su brazo sobre el respaldo del sillón, cerca de los delgados hombros de su próxima víctima.
    ―En realidad no, era simple curiosidad ―no le gustaba que Juan Pablo no se tomara, por lo menos, algunas cosas en serio. Todo tenía que girar alrededor de él― Mejor olvídalo ―declaró harta.
    ―Ya, ya, ya ―exclamó tan pronto comprendía el rabioso carácter de Sofia―, tranquila, te cuento ―le contestó Ferrer, que cada vez le llamaba más la atención aquella original actitud de la chica, él estaba acostumbrado a que todos se metieran a su vida y la de sus amigos ―Karla, novia de Paco o Fran, como quieras llamarle, acaba de terminar con él, al final sí la medio quería.
    ―Ya veo ―dijo con voz queda―. Supongo que fue por algo que él hizo ―agregó en defensa de la desconocida ex-novia de su compañero. Cuestión del orgullo de la mujer, así lo veía la española.
    ―Bien, creo que es hora de que se vayan, chicos ―anunció Ferrer con su característico tono de líder.
    ―Juan Pablo tiene razón ―intervino Alejandra amable―. Ya abusamos mucho de ustedes.
    ―Bueno, yo puedo quedarme… ―propuso el joven que antes había hablado.
    ―No gracias, estaremos bien ―le contestó Alejandra cortante, al tiempo en que se dirigía a la puerta y la abría en señal de que quería que se fueran inmediatamente, y a duras penas, todos salieron.
    ―Vez que no soy tan malo ―le susurró Ferrer antes de salir.

    Le costaba admitirlo, pero tenía razón, sin él y sus arrogantes amigos, jamás hubieran terminado, les debía una.

    ―Supongo ―murmuró en tono frío―. Muchas gracias ―agregó para inmediatamente cerrar la puerta lentamente.

    En su rostro, después de tanto, se formó una sonrisa, el día no había sido tan malo como tenía contemplado.

    Los días siguieron pasando, el sol salía y se ocultaba dándole igual, el tiempo transcurría sin importarle los sucesos que se estaban llevando a cabo en el mundo.

    Después de varios días, Alejandra ya había formado una gran amistad con aquellos arrogantes y frívolos chicos, raro en ella, puesto que nunca había sido de tener muchas amistades.

    Pov. Alejandra

    Raro.

    Era realmente insólito la situación en la que me encontraba. Yo, después de todo lo que me había pasado, me encontraba en un centro comercial, conviviendo con las personas que al inicio, pensé que sólo serían más que una molestia. Pero me había equivocado. Óscar, Tom, Fran y Juan Pablo, eran ahora mis amigos.

    Grandes amigos.

    ―Oye, Sofi, ¿puedo hoy quedarme un rato en tu casa cuando te lleve?―me preguntó Ferrer casualmente.
    ―Claro, ya hice la tarea ―le contesté al tiempo en que metía una cuchara llena de helado de mamey a mi boca.
    ―Bien.
    ―Eea, los tórtolos ―molestó Tom, como parecía ser su costumbre hacia nosotros.
    ―Ya sabes que no ―le aclaré―. Juan Pablo es mi mejor amigo. Como ustedes los son, no sigan con eso que sus fans se la creerán y les romperán el corazón ―jugué con algo tan conocido y hasta por mi, del atractivo que tenia Ferrer hacia mi genero.
    ―No, la verdad no. Si somos unos auténticos tortolitos ―bromeó Juan Pablo al tiempo en que me hacía un cariño en la mejilla con sus dedos suaves.

    Yo ya estaba acostumbrada a sus constantes muestras de aprecio, y no me molestaba, ambos teníamos claro lo que éramos, no veía problema alguno en su forma de expresarse.

    ―Bien creo que ya es hora de partir, ya hay que irnos ―propuso Francisco que se acababa de levantar de la silla de la nevería.
    ―Sí, tienes razón, vámonos ―sentenció Juan Pablo, y después de sus palabras, todos partimos.

    Ferrer condujo tal y como me gustaba, a paso de tortuga. Llegamos aproximadamente en media hora, mi departamento estaba vacío, ya que Laura había entrado a la misma universidad que yo, pero con el turno nocturno. Estudiaba medicina. Ella pensaba que se había ganado una beca, pero la realidad era que yo le estaba pagando la universidad. Por parte de Manuel, estaba recibiendo una gran cantidad de dinero cada mes, no sabía la fuente (Aunque siempre me he imaginado que eran cuentas bancarias que Felipe había dejado para mí y el niño) pero el caso es que tampoco sabía qué hacer con él, pues con una vida tan modesta que quería darme no tenia gastos. Por lo que decidí utilizarlo en hacer feliz a una joven que lo merecía.

    ―Ya llegamos ―anunció Juan Pablo interrumpiendo mis cavilaciones―, ¿verdad que no soy tan insoportable?
    ―Sabes comportarte cuando quieres ―contesté indiferente mientras buscaba las llaves de mi departamento―. Bien, gracias ―le dije para abrir la puerta dispuesta a salir del BMW, pero el brazo de Ferrer me detuvo.
    ―Gracias a ti ―susurró seriamente de repente.
    ―¿Por qué? ―giré a verlo.
    ―Porque me haces querer ser mejor. Por eso hablaré con mi hermano, para que me dé chance de trabajar en su constructora.
    ― ¿Trabajar tú? ―pregunté con sarcasmo en son de burla.
    Jaja, chistosita…Nos piden horas de práctica en la universidad y que mejor que hacerlas de una vez. Sé que en la constructora aprenderé mucho.
    ―Te las podrá muy fáciles tu hermano ―lo tomé a la ligera.
    ―Oh no, para nada ―levantó ambas cejas, parecía un poco perturbado―. Por eso quiero entrar con él y no con mi padre.
    ― ¡Ah! Es empresa propia de tu hermano ―Algo así ya me había comentado pero no recordaba.
    ―Santiago la hizo solo, sin ayuda ―ratificó mis palabras con un gran orgullo por su hermano mayor―. No quiso aceptar ayuda de mi padre.
    ―Vaya, eso es de admirar ―reconocí sinceramente.
    ―Por supuesto y no sólo porque empezó de cero, sino que ha llegado hacer, después de mucho trabajo, de la más importante del país ―Era evidente que mi mejor amigo idolatraba al primogénito Ferrer, y si sus palabras de los logros de ese señor eran ciertas, pues entonces tenía razón de admirarlo de esa manera―. Y si la nueva meta de mi hermano sale adelante, que sé que lo lograra porque él lo puede, muy pronto crecerá por todo Latinoamérica.
    ―Pues sin duda en un mejor lugar no hay para que aprendas, trabajaras entre los grandes ―Al ver tanto entusiasmo quise animarlo aun mas.
    ―Pero no quiero estar solo.
    ― ¿Tratas de decirme algo Ferrer? ―Bromeé.
    ―No lo tomes a mal, pero necesitas un mejor trabajo de lo que haces, además te servirá para hacer horas de prácticas.
    ―Yo en verdad no lo creo ―me reí―. Además, ser empleada de una tienda de regalos tiene sus beneficios, aunque no lo creas.
    ―Ándale, anímate, a lo mejor eres tan buena que a Santiago le gusta tu trabajo y te manda de vez en cuando a Chile o Argentina.
    ― ¿Argentina?― ¿Podía ser eso posible? ¿Argentina? ¡Argentina! ¡Ricardo!
    ―Sí, imagina pasar unas semanas allá en las vacaciones de verano.
    ― ¿En… en…―me traté de aclarar la garganta― en Argentina es donde tu hermano quiere empezar también su constructora?
    ―Sí. Ya está trabajando en eso. ¿Entonces qué dices? ―me preguntó con ojos suplicantes y a la vez emocionado.

    Era el destino… ¿o qué otra cosa seria? No estaba segura, pero tendría que averiguarlo.

    ¿Sería posible ver una vez más a Ricardo?

    No creo que Manuel lo apruebe, pero podía argumentar que era trabajo. Aunque el niño estaba mejor sin mí…

    ―Digo que me encantaría una entrevista con él ―le dije con determinación.

    El niño también podría estar bien conmigo.

    ¡Por Dios, yo era la madre!

    Al haberlo perdido TODO, como nunca valoraba lo poco que la vida me ha querido dar, y eso era a mi hijo, Ricardo, el saber que estaba vivo y sin mi… ¡Estaba tan vacía! La vida cruelmente me estaba haciendo ver las cosas de distinta manera. ¿No merecía solo una pequeña oportunidad para hacer mejor las cosas?

    ― ¿Ya estoy en un lugar especial en tu corazón?

    Sacó la pregunta de la nada, pero le respondí con sinceridad:

    ―Es imposible que no lo estés. Eres una gran persona, gracias ―no era una mentira, era mi gran amigo, tanto como yo era solo su amiga.
     
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  2.  
    MillieTAT

    MillieTAT Entusiasta

    Sagitario
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    Estuvo muy bueno! Espero que lo sigas y que recibas mas comentarios XD
    Millie.
     
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  3.  
    anna-chan

    anna-chan Iniciado

    Cáncer
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    gracias por invitarme a leer tu historia

    En verdad narras la historia exelentemente me encanto ;)
     
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  4.  
    Miss Sonrisa

    Miss Sonrisa Iniciado

    Piscis
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    Hola!
    Gracias por avisarme!
    Llevaba tiempo queriendo volver a leer la historia. Está genial ^^
    Me encantó la última frase, fue... bien sincera.
    Espero vuelvas pronto con la continuación. La esperaré con ansias.
    Besos! Y lamento no haberte comentado la vez pasada u.u
    Nos leemos.
     
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  5.  
    DaniPattinson

    DaniPattinson Iniciado

    Géminis
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    ME ENCANTAAAA!!! Como siempre te digo, sos muy buena escritora! Tenes muuucho futuro! Besos
     
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  6.  
    Lestad

    Lestad Iniciado

    Virgo
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    tu fic esta genial me gusta la forma en que narras, me hciste reir en muchas partes, gracias por invitarm a leerlo no leemos...;)
     
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  7.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
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    Me cae bien la gente medio hippie XD Laura me cae bien.
    Sólo te recuerdo que ves de ver va con s y no con z.
    Me dió mucha risa cuando Laura entró y vió a los chicos sin camisa, je, una amiga mía se hubiera comportado igual.
    Un rayo de esperanza...¿será el camino para encontrar a su hijo?
    Hasta el próximo capi, no dejes de invitar ;)
     
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  8.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    ° ° ° Secretos del alma ° ° °
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Drama
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    6841
    Hermanos Ferrer

    Nunca se sabía que día con exactitud, y mucho menos a qué hora Manuel visitaba a Alejandra para asegurarse de que todo marchaba bien. Tenía que ir a visitarla porque de otra manera no tenían comunicación. “Todo por su seguridad”. Esa frase ya empezaba a molestar a la Condesa viuda. No debía hacer nada, no podía pensar en nada, si antes no se lo consultaba a su guardaespaldas.

    Por esa misma razón, que toda su vida tenía que ser autorizada antes, tener luz verde, sabía que cuando se enterara Manuel de lo que estaba a punto de hacer se iba a enojar bastante por solo pensarlo Alejandra, ahora que supiera los nuevos planes de su protegida iba a enfurecer y sin pensarlo en absoluto diría “no”rotundo.

    Aunque no iba a existir ninguna fuerza existencial que impidiera que estuviera ahí afuera, si tenía la insistente incomodidad de malestar por hacer algo que no le iba a parecer a su protector. De verdad quería que él estuviera orgulloso de ella, que supiera que podía confiar en su buen juicio. El problema era que no lo tenía en ese momento. Lo primordial y lo único importante para Alejandra ahora era ver a Ricardo.

    Se le hacía muy sucio, con mucha falta de sinceridad, lograr su objetivo con aquel pretexto: Viajo por mi trabajo.

    << Eso no tiene nada de malo >> Quiso Alejandra convérsese una y otra vez. Pero entre mas lo hacia su conciencia la martillaba mucho mas.

    << Pero yo soy su madre >> Con estas palabras de ánimo, que las necesitaba mucho, por fin se decidió entrar a la constructora.

    Era un edificio majestuoso modernista, totalmente a la vanguardia, de eso estaba segura Alejandra al ver una vez más la fachada del monumento de lujo.

    No estuvo segura la joven, pero supuso haciendo cálculos rápidos que el lugar estaba imponentemente construido con más de doce pisos. No era para nada un rascacielos, pero un edificio que tenía el efecto de que giraba por cada piso, paredes completamente de vidrio de principio a fin, dos elevadores totalmente trasparentes como las peceras y una decoración exquisitamente minimalista, hacía que Alejandra se sintiera muy admirada, apabullada, ansiosa de conocer más. Era el edificio mas lujoso que había conocido en ese país que la había acogido hace mas de 3 años. No le pedía nada a los impresionantes construcciones internacionales que tan famosos eran por todo el mundo.

    Buenos días Saludó con educación, aunque no pudo ocultar su emoción por estar ahí.
    Muy buenos días, señorita La recepcionista que estaba tapada por su escritorio de mármol blanco, que le daba más privacidad, se puso de pie para ponerle atención a la recién llegada―. ¿En qué le puedo servir?


    Tanta amabilidad de la trabajadora a Alejandra le dio risa y a la vez le conmovió.

    << Ojala que su sueldo sea así de bueno >> Sonrió para sí.

    Sí, muchas gracias Su humor aun seguía. Tengo una cita con el Ingeniero Ferrer a las nueve.
    Ah, muy bien, perfecto La recepcionista que tenía el nombre de Ana (de eso estaba segura Alejandra por la credencial que portaba de lado de su corazón), tomó asiento en su silla de piel blanca con rueditas. ¿Sería tan amable de proporcionarme su nombre?
    Sofia Luque.

    Aun con todos esos años usando ese nuevo nombre no lograba acostumbrase pronunciarlo como propio y menos que así la llamen.

    La trabajadora que no tenía más de veinticinco años, de ojos verde oscuro y cabello que se veía que era tillado de rubio, buscó con profesionalismo e interés el nombre antes mencionado.

    Frunció la frente.

    ¿Me puede dar su otro nombre?
    Solo tengo ese…aclaró con amabilidad y repitióSofía.
    Disculpe, señorita formó una mueca algo tensa, ¿hizo cita?
    El Ingeniero Ferrer sabía que vendría.
    Pero no hizo cita supuso Ana con una sonrisa de complicidad. Amiga del ingeniero, ¿verdad?
    Me temo que aún no he tenido ese honor.

    No entendía la Condesa viuda de donde venía ese tono de la empleada.

    Es raro, permítame y le llamo sonrió afable. Hay que aprovechar que el Ingeniero aun no entra a su junta de la mañana.
    Te lo agradezco ¿De la mañana? ¿Pues cuantas tenía al día?

    Tomó de su lado derecho un teléfono inalámbrico y vio Alejandra que pulsó Ana el número cero.

    Mientras que el otro lado tardaba en contestar, la joven viuda disfrutó del interior del lugar. Había unas cuantas personas bajando y subiendo por los elevadores, todos muy concentrados en su trabajo. Parecían todos ellos muy apurados. A lo mejor estaban en algún proyecto muy importante o así los tenía el trabajar con una empresa de esa magnitud.

    No me contesta la secretaria del Ingeniero torció de nuevo su delgada boca―. ¿Segura, señorita, que el Ingeniero la estaba esperando?
    Muy segura bueno, se suponía, eso le había dicho Juan Pablo y varias veces. Su amigo no quería que por nada del mundo se perdiera la oportunidad de trabajar en Ferrer Constructora, al igual que él.
    Muy bien tomó aire. Si es así, no la podemos dejar esperar. Hablaré a su oficina.
    Lo hubieras hecho antes ―dijo impaciente Alejandra al ver que ya había perdido diez minutos por culpa de la trabajadora.
    No, como cree se rió nerviosa Ana. Así me va. Ninguna llamada puede ser directa, tiene antes que pasar por la secretaria personal del Ingeniero. Odia que lo interrumpamos.
    Entonces no lo hagas, yo puedo esperar sin conocerlo, Alejandra ya empezaba tener inconformidad con su futuro jefe. Se le hacía ridícula su actitud.
    Es que tampoco la puedo hacer esperar a usted ―soltó con puchero.

    Era claro que la recepcionista estaba en un gran dilema. Para Alejandra era simple, pero por la expresión de preocupación de Ana imaginó que de verdad estaba en un aprieto.

    << Pobre >>

    Y entonces la joven escaneó de arriba abajo a la visitante, volvió a sonreír, como si la aprobara de algo.

    ¿Ingeniero Ferrer? no tenía ni idea que era lo que ese señor le estaba diciendo a Ana, pero por su cara, no parecía nada agradable. Lo sé, Ingeniero y otra vez silencio por parte de ella―. Lo que pasa es que…y leyó el nombre de la pantalla de su computadoraLa señorita Luque… Si, Sofía Luque, está aquí en recepción. Dice que tiene una cita con usted a las nueve La Condesa no alcanzó a escuchar nada, pero se oían puros bufidos del otro lado del teléfono, su mente ya empezaba a imaginarse muchas cosas, nada gratas―. ¿Es amiga del joven Juan Pablo? esta pregunta fue para la involucrada.
    Sí.

    Ana se tensó aún más, pero ahora se podía ver enojo en su mirada verde olivo. Viendo a Alejandra de nuevo, pero ahora con superioridad, desapareciendo drásticamente su sonrisa y voz muy hospitalaria y amable, colgó.

    Que vienes para hacer horas de práctica.

    Alejandra le llamó de su atención que le tuteara cuando antes no lo había hecho. Pero lo que la sorprendió enormemente fue la voz con frialdad, que sin poderlo evitar levantó ambas cejas. Aun así por ese cambio de conducta de Ana, Alejandra siguió como había llegado, serena:

    Esa es la intención inicial, pero me encantaría ser en verdad parte del grupo Ferrer…
    Se nota su voz tenía un frío tono de despreció.
    Y por eso traigo mi currículum confirmó sus palabras sacando de su bolsa un folder color beige tamaño carta―. Por si hay un mejor puesto que mis habilidades puedan lograr desempeñar para favorecer a la constructora… Creo yo por mis conocimientos y experiencia puedo…

    Sin prestar nada de atención Ana tomó el folder y lo hace un lado.

    Doy por hecho que sabes capturar y archivar.
    Claro, eso lo puede hacer cualquiera Alejandra empezaba a perder la paciencia y no tolerar como la trabajadora la estaba tratando. << ¿Qué se creé? >>
    No tienes inconveniente de empezar hoy se suponía que eso debería ser una pregunta, pero era una orden.
    No lo tengo dijo lentamente, no tenía caso que se enojara. Lo importante era que ya estaba dentro. No era relevante como la tratara Ana. Ella era nada, le iba y le venía.

    Pero que baria pasado para ese cambio de trato tan radical, ¿qué le diría el Ingeniero Ferrer que la puso en tan pésimo humor?

    Ve al quinto piso, para que empieces acomodando papeles.

    Sin decir más, agarró su folder y se dirigió al piso mencionado.

    Por lo ocurrido con Ana hace unos días de exageradamente amable a hostil, temió Alejandra que eso era común en esta empresa, pero no. Además, luego algunos empleados le dijeron que a lo mejor conocían el motivo de la grosería de Ana: Decían que desde hace dos años estaba que moría la joven por Juan Pablo, siempre buscaba de sus atenciones y saber que Alejandra era amiga de él… ¡Cuando nunca había llevado a nadie! De inmediato Ana vio en la nueva empleada una peligrosa y gran rival, pues era guapísima la señorita Luque.

    Erick, que era uno de los tres chalanes que hacían de todo. Para eso estaban. Si se fundía un foco, un baño se descomponía, se tenía que cargar cajas pesadas, limpiar los carros de los altos mandos, esos tres hombres eran con quienes se acudía para salir del problema. Él, como con algunos otros trabajadores que Alejandra había ya convivido, eran muy educado, amistoso con ella. Siempre dispuestos ayudar a la nueva compañera del piso cinco.

    La joven viuda convivía a diario con dos personas, era el trío un equipo: Erick que le ayudaba en bajar las cajas de papeles que estaban en los estantes más arriba y Ramón. Éste último era uno de los Ingenieros en informática de la empresa. Las funciones del joven eran claras: Hacer que todos los equipos de la constructora funcionaran a la perfección y siempre estar en la vanguardia. Ellos tres conformaban un equipo. Así lo decidió Alejandra.

    Como la Condesa tenía algunas nociones de sistemas, programas que se podían lograr diseñar, pidió a los pocos días de su llegada ayuda al Ingeniero Román. Juntos estaban creando un sistema operativo que facilitaría a tiempo de risa encontrar los documentos deseados de esa enorme empresa.

    Consistía este programa en que con la huella digital del personal, que tenía autorización en manejar la papelería de la empresa, saber quién hacía uso de los documentos y de cuales exactamente. Esto ayudaría tanto en la seguridad y evitar papeles importantes extraviados.

    Perdón por la tardanza, había mucha gente en la cafetería disculpándose entra con sus pasos agiles Erick, con las manos llenas de bolsas que contenían comida rápida, bebidas y uno que otro caprichoso dulce.
    No te apures. Sirvió que esto ya quedara por fin Ramón tomó de sus lentes, que unos segundos antes estaban prácticamente en caída libre, y se frotó con energía los ojos.
    ¿En serio? ¡Qué bien! expresó contento el amigable chalán que no tenía más de veinte años.
    La verdad es que si caminaba Alejandra hacia Erick que estaba sentándose en una de las sillas de los dos escritorios de mármol de la habitación. ¿Si había mi baguette de pepperoni?Lo preguntaba esperanzada.
    Esta vez sí y eso es porque le dije al señor que era para ti comentó divertido Erick.
    Yo cuando voy nunca hay ―comentó el ingeniero Román.
    Para ti siempre ya habrá dijo. Le comenté al señor que era tu favorito y prometió que hoy en adelante siempre guardara uno para ti.
    ¿En serio? se sentó sobre el escritorio y empezó a meter mano a las bolsas―. Me muero de hambre.
    Pues vengo a salvarte de un terrible final.

    Los tres empleados levantaron su mirada y saludaron al joven que estaba entrando.

    ¿Qué haces aquí, Juan Pablo? Llegó Alejandra hasta su lado y lo saludó de beso en la mejilla ¿No ibas a ir a comer con…?
    Con los chavos, es así, pero mejor les cancelé, quiero ir a comer contigo agarró de la mano de su amiga―. Vámonos, en dos horas tengo que regresar.
    Muchas gracias lo frenó con un ligero jaló― ,me encantaría ir, pero la verdad estoy cansada y aunque ya casi terminamos el programa, quiero asegurarme que ya esta listo para su función.
    ¿Ingeniero, crees que dos horas de ausencia de Alejandra puedan ser posibles? Esta vez se dirigió a Ramón que ya estaba comiendo su baguette de cuatro quesos.
    Claro, joven Ferrer, sirve que se despeja habló con la boca llena.
    Está bien se dio por la condesa, si quería quedarse para que estuviera segura que el sistema operativo funcionara como los tres querían. Pero la amabilidad de Juan Pablo era muy linda y no quería que por su culpa comiera solo.

    El casi mes que estaba a punto de cumplir Alejandra en la empresa se le pasó muy rápido. Con el trabajo, la carrera de contabilidad y la maestría que estaba haciendo al ir dos veces por semana en las noches de Derecho Mercantil, apenas tenía tiempo de pensar y eso como lo agradecía. El tener mente ocupada hacia que lograra disfrutar tan solo un poco los días, su tiempo, su vida.

    * * *


    Estaba Alejandra con Ramón configurando por ultimo lo de las huellas digitales cuando la puerta de cristal, que se abría gracias a los censores de movimiento, y la presencia de un cuerpo alto y fuerte, de mucha energía y seguridad, llamó de toda la atención de ellos dos.

    Así que uno de mis Ingenieros estrella está siendo explotado por una bella señorita, en lugar que termine con el programa contable que le pedí desde casi dos meses dio un paso para entrar a la habitación.

    Ese cuarto amplio era de los pocos que tenían las paredes trasparentes. Otros salones u oficinas eran así, menos las oficinas principales. Era en el quinceavo piso, ahí era el lugar donde estaban instalados los más altos mandos. Lugar que aun Alejandra no conocía, pero por los pocos que ya habían estado en las oficinas de los mas altos mandos, sabía que era precioso, con fuentes de censores y muy iluminando, con una industria impresionante de toda la ciudad, sintiéndote en el paraíso.

    Diego se puso de inmediato de pie Ramón, haciendo que el brusco movimiento se le cayeran los lentes al piso. Es verdad que no lo he terminado, pero me falta muy poco, dame cuatro días como máximo y lo tendrás se agachó para recoger sus fieles amigos.

    Por primera vez Alejandra pudo observar con claridad los ojos del Ingeniero y eran lindos. Eran negros. Demostraban ternura.

    Y como alma que lleva el diablo, Ramón le explica el porqué no había terminado la tarea que le pidió desde hace tiempo.

    El hombre que vestía maravillosamente bien con su traje beige a la medida, unos zapatos de piel de color camello, reloj tanto cinturón de diseñadores exclusivos, estaba en cada explicación que le daba el empleado con una expresión de… diversión. Eso notó Alejandra. Parecía que entre más angustiado estaba Ramón, era más diversión para el intruso guapísimo. El desconocido tenía unas cicatrices pequeñas en su cara, que en lugar de perturbar su belleza varonil la intensificaba. Una estaba partiendo la mitad de la ceja derecha negra y la otra también en medio, pero ésta ultima era en la barbilla cuadrada.

    ¿Fue idea tuya?de nuevo prestó Diego atención a la joven. Ella asintió solamente. Entonces supongo que sabes más que bien de computación o…burlón examina a Ramón que estaba fijamente viéndolo con sus ojos oscuroso estas explotando en esto al mejor de mis cyber-hombres.
    Diego la actitud del involucrado era caballerosamente a la defensiva, sólo la ayudé a terminar, unas dudas que ella tenía, pero Sofía hizo la mayoría.
    Eso no es verdad Alejandra por fin habló―. Todo el mérito es para Ramón y Erick, yo solo tuve la idea, pero sin su ayuda, sin sus amplios conocimientos en ésto, no lo hubiéramos logrado.
    Estudiaste también ingeniería en computación dio por hecho el hombre, que Ramón lo llamaba “Diego”.
    No, solo un diplomado.
    ¿Estudias?
    Sí, estoy en mi primer semestre en la carrera de contabilidad pública Y la Condesa no pudo más, se le hacía ridículo darle tantas explicaciones aquel hombre. No por ser terriblemente guapo y tener una gran sensualidad tenía el derecho de cuestionarlos así, por eso preguntó seria:Perdón, ¿pero usted quién es?

    El hombre del fondo de su pecho sacó una profunda carcajada. Ramón no pudo evitar hacer lo mismo.

    Preciosa, hieres mi ego le sonrió con coquetería. Pero aquí no es importante quien soy yo, sino quien eres tú.
    Sofía Luqueconfesó mecánicamente.
    Preciosa Sofía, acabas de causar un milagro en mí.
    ¿Perdón? ―cuestionó molesta.
    Era ateo, pero ahora que mis ojos contemplan la más exquisita creación de la tierra, estoy sin duda alguna seguro que si existe un ser Todopoderoso que es también conocido como Dios.
    ―Supongo que gracias ―dijo extrañada―. Perdón pero… ¿se encuentra bien?
    Esto, mi querido Ramón, es la viva imagen de cómo hay musas que no tienen idea que lo provocan galante Diego le dice a la otra persona, que no estaba para nada asombrado por las palabras mencionadas. Parecía que ya estaba acostumbrada la forma de ser de éste. Bueno, preciosa, perdón por mi falta de caballerosidad, pero soy salvado pues tu belleza me distrajo ―se aclaró la garganta, algo que no era necesario pues su voz era muy agradable―. Soy Diego Ferrer.
    ¿¡El Ingeniero Ferrer!?
    Tibió censuró. Soy Licenciado, el Ingeniero es mi hermano.
    Ah, perdón…
    A tu hermosura le perdono todo lo que quieras. Pero bueno, eso lo platicaremos a la hora de comer. Te encantará la comida italiana que preparan a unas cuadras de aquí fue entonces cuando Alejandra entendió de donde era así Juan Pablo, no era cosa suya, lo más probable es que fuera de familia. No supo porque pero no pudo negar la sonrisa que le nació. << Otro autoritario que quiere que se haga su santa voluntad >> Era algo que le podía causar enfado, pues así se sintió el día que conoció a su mejor amigo. Pero con el paso del tiempo supo que él era así no por mala persona, sino porque de esa manera observaban el mundo y siempre lo hacía con la mejor intensión. Ya con esos casi cinco meses de conocerlo se había acostumbrado a él y aceptado. Sabía entonces que también podía lidiar con su hermano mayor. Hombres que se creían irresistibles. Debía reconocer Alejandra que por lo menos estos dos hermanos Ferrer por supuesto que tenían lo suyo. Demasiado. Lo que a ahora necesito saber es si sabes usar COMPAQ y CHEPAQ. Sé que apenas estás empezando pero a lo mejor…

    Contestó inmediatamente ofendida la española.

    Sí sé…
    ¿Otro diplomado? ―supuso burlon.
    por la forma de verla el Licenciado Ferrer se sintió apenada, como si fuera un animal de laboratorio.
    Con todo esto que sabes eres perfecta para trabajar para mí por primera ocasión le echó un vistazo al lugar, él mejor que nadie sabía el caos que había estado ahí desde que toda la Constructora se mudó aquel edificio que era creación de su hermano. De verdad estoy muy sorprendido reconoció con admiración. ¿Por qué te pusieron aquí? ¿Estás aprueba o qué?
    Vengo hacer horas de prácticas, pero como le dije a Ana…
    ¿A la recepcionista?
    Si le aclaró su duda―. Son prácticas pero si me pueden dar un puesto con mayor responsabilidad para desarrollar y aprender más lo que tengo ya de conocimientos, me encantaría, es lo que quiero.
    ¿Si es lo que quieres, entonces que haces aquí?
    A lo mejor porque el Ingeniero no se encuentra ―supuso indiferente la extranjera.
    ¿¡Hicieron todo esto en dos semanas!?
    Tres semanas informaron los dos empleados al unisonó.
    Santiago estaba o llegaste a los pocos días cuando se fue a Monterrey. O a lo mejor todo esto es una confusión de eso nada, estaba segura Alejandra.¡Qué ridículo era todo eso! ¿No has hablado con él?
    Ni siquiera tengo el gusto de conocerlo.
    Lo del nuevo proyecto lo tiene más loco que nunca Diego pensó en voz alta―. Supongo que vienes recomendada.
    No sé si se recomienda, pero soy amiga de Juan Pablo. Vamos juntos a la universidad.
    ¿Tendrías algún problema si dejas de trabajar para Ferrer Constructora?… ¿O ya firmaste contrato?
    No he firmado nada.
    ¡Perfecto!con ambas manos echas puño hace un gesto de emoción―. Este es mi día. Entonces te propongo algo, Sofía, que seas mi asistente personal. Tengo mucho trabajo y necesitaré alguien que sepa hacer con eficiencia el suyo. Solo media jornada. Así tienes tiempo para ir a la universidad sin problemas.
    Es lo ideal, Sofía Entusiasmado su compañero Ramón la quiso animar. Estas estudiando contaduría pública, trabajar con Diego será extraordinario, él tiene una importante firma de buffet de contadores, aprenderás mucho.

    La idea claro que tentaba a la joven, pero lo cierto era que ella no estaba ahí para aprender (por supuesto que si expandía sus conocimientos más no era para despreciarse). Pero la razón que estuviera en la empresa era poder tener la justificación con Manuel de poder viajar a Argentina, por eso había traído un soberbio currículum, porque estaba segura que entre más importante sea el cargo que desempeñara era lo más factible que algún día le tocara hacer un viaje que la llevara más cerca de Ricardo. Lamentablemente tenía que declinar esa maravillosa oportunidad. ¿Por qué esa actitud de ayudar, de descubrir los talentos de los empleados, no la tenía Santiago Ferrer? No tenía ni idea Alejandra, pero de algo si sabía, que de esa empresa no se iba hasta haber logrado ver al niño.

    Muchas gracias, Licenciado Ferrer…
    Llámame Diego, ese es mi nombre.
    Muy bien, como guste…
    Tutéame…
    Lo prefiero así Diego hizo un gesto con la mano de darse por vencido. Como le decía, Diego, me gusta mucho estar aquí.
    ―No hay problemas ―le aseguró inmediatamente―. Tú serás mi conexión directa de aquí a mi buffet. Tú organizaras toda la facturación que te llegue de la constructora y listo. Seguirás físicamente trabajando aquí, pero estarás contratada por mí, por mi despacho.

    Diego notó la indecisión de la joven y por eso insistió aún más:

    Ganaras lo doble. Sábados y domingos libres. Solo una vez al mes a lo mejor se te requiera en el despacho un sábado.
    Acepto gustosa Era cuestión de sangre, sabia la Condesa que no se quitaría al Licenciado de encima. El tiempo diría, a lo mejor lograba trabajar en ambas empresas. Lo que no quería dejar pasar Alejandra era la atención a sus talentos que Diego Ferrer pudo ver en ella, a lo mejor de su lado, por cosas de contaduría, le tocaba viajar a Argentina.

    ¡Podían pasar demasiadas cosas!

    Muchas gracias por la oportunidad ―fue sincera.
    Bienvenida al Buffet Contable Ferrer.
     
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    Moliry

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    ° ° ° Secretos del alma ° ° °
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    Santiago Ferrer
    Hay dos cosas, hermano, que hacen por mi lamentación meterme en tu vida y sabes que odio hacerlo.

    Esas palabras serias y tajantes fueron el saludo de buenos días que estaba recibiendo Diego por parte de su hermano mayor al apenas abrir la puerta de su oficina..

    Perfecto, entonces no lo hagas se rió Diego Ferrer mientras tomaba asiento en una de las sillas de la sala de la oficina de Santiago.
    Pero esto lamentablemente afecta a las dos cosas que amo más:ignoró la actitud sinvergüenza de su hermano―. Mi familia y mi empresa.
    ¡Wow! ―se puso de pie y se dirigió al estante de oro blanco que tenía toda clase de paraíso alcohólicoEsto me emociona ―empezó a ver qué sería bueno tomar a las diez de la mañana. Al final se decide por un whisky ¿Ahora que hice?
    ―¡Tener la estupidez ―gritó y enfurecido lo señaló con el dedo indice― de meterte con la novia de tu hermano menor, no saber como tener los pantalones en su lugar, llevarla a tu cama, salir tan bien engatusado por Esa que ahora su firma, en mi empresa, es importante.
    ¡Bendito cielo! ―se atragantó con la bebida, tosió ¿Cuándo pasó todo eso?
    ¡Eso es lo que quiero saber! era evidente que seguía furioso.
    ¿Pero qué es lo que quieres saber? ¿De qué hablas? ―parecía que a Diego nada lo perturbaba.

    Una vez aclarada bien su garganta siguió disfrutando a lo grande su valiosísimo vaso de whisky.

    Bajó sus manos como su tono de voz.

    No me colmes la paciencia, Diego ―cerró los ojos con fuerza.
    Lo mismo te digo, Santiago levantó con algo de hartazgo una de sus cejas negras.

    Como Santiago lo seguía viendo inquisitivamente, con los brazos cruzados, como estatua mientras estaba sentado en su silla de su imponente escritorio de cristal, tuvo el joven que hacer memoria, esperar que algo de lo que estaba oyendo tuviera sentido. Entonces lo comprendió todo.

    Ahogándose de risa dejó su vaso a un lado. Tenía que disfrutar del momento.

    El primogénito Ferrer solo lo observaba con el ceño fruncido.

    Solo trabaja para mi…logró decir entre su duradero ataque de risa―. Sobre meterme con ella… Para nada. No niego que es hermosa. Bastante para el bien de la sociedad masculina ―confesó en voz alta entre pensamientos―, pero para mí es solo de esas bellezas que solo verlas caigo rendido y me doy por vencido. Y sobre si me meto con mi empleada o no, no tengo que darte ninguna explicación, porque es mi vida, mi problema como la actitud molesta de su hermano aún seguía y parecía que con mayor fuerza tuvo que añadir por ultimo:No es novia de Juan Pablo.
    ¡Ah! esa contestación pareció por fin llamar de la atención del IngenieroEso fue lo que te dijo.
    Es la verdad.
    Exactamente por ese mismo motivo no me di tiempo para recibirla cuando llegó.
    Que por cierto es algo muy grosero de tu parte lo regañó como si hablara con un niño pequeño y no con un hombre mayor que él por tres años.

    Santiago tenía treinta y dos años de vida.

    Estuve seguro y veo que no me equivoco como era la costumbre de Santiago, siguió en su casete, ignorando todas las palabras de su hermano―. Es muy buena para manejar a los hombres a su antojo, por lo que veo.
    ¿¡Sofía!? No estaba seguro que estuvieran hablando de la misma mujer.
    Juan Pablo no se impresiona de manera fácil y para que la aceptara en la constructora me habló de tantas virtudes, cualidades, que hasta me preocupé por el muchacho.
    Solo tienes que verla. Conócela para que te hagas de un juicio justo.
    Primero Juan Pablo y luego tú…
    No puedes seguir con esa actitud con las mujeres…
    ¡Gana más que mi asistente!
    Que aguantarte debe tener ya ganado el cielo.
    Tiene un sueldo justo se defendió al instante.
    Lo que yo le pague a mi personal es asunto mío si no supiera que era lo que realmente le pasaba a su hermano ya lo hubiera mandado al demonio. Pero por cariño a él, tenía que ser tolerante.

    Le dolía mucho a Diego esa actitud que tenía Santiago con las mujeres hermosas, esa desconfianza y rebajarlas a putas. Todo empezó cuando finalizó la relación que tenían Michelle Gallardo y su hermano. La bellísima modelo de pasarela y de las mejores revistas de América. Años atrás habían estado comprometidos, pero por alguna razón que nadie sabía, Michelle había terminado con el futuro enlace a pocos días que eso sucediera. Lo que se había dicho desde entonces fue que Santiago Ferrer le había sido infiel en uno de sus viajes a Roma, con la increíble actriz de cine Lilián Bustamante. Diego nunca lo creyó porque sabía lo que había querido a Michelle este Santiago. Le hubiera encantado a Diego saber realmente lo que había pasó, para lograr poder ayudar a su hermano, aconsejarlo, pero Santiago nunca habló. Ni para defenderse de las acusaciones y el paparazzi.

    Me importa todo lo que tenga que ver con esa muchachita porque le importa en verdad a Juan Pablo. Por favor no seas desleal con lo de tu propia sangre. Si ella lo lastima, y por fin el pequeño abre los ojos, que sea solo, no porque su hermano se metió con la mujer que ingenuamente cree especial.
    No son novios insistió.

    Diego no tenía ningún interés por la bella Alejandra, pero quería dejar ese punto muy bien en claro.

    Puede ser trató a su pesar de ser diplomático―. Pero a nuestro hermano le importa y eso basta para que te comportes eso ultimo lo entendió muy bien su hermano menor.

    Desde la muerte de su amada esposa Fátima, hace dos años, Diego con esmero se había creado la fama de Playboy: Hombre apabullantemente rico, bellísimamente sexy, conquistando mujer hermosa que pasaba por su camino. Y si no pasaban, él las buscaba.

    Ya te dije que tengo todo bajo control. Me sabré comportar…

    Por suerte para Diego el interrogatorio, mejor dicho, que la santa inquisición fuera interrumpido por el teléfono de la oficina de Santiago. Tenía que ser su secretaria, ya que ninguna llamada pasaba si no tenía la aceptación del gendarme, la señora Ruiz.

    Es tu asistente con unos ojos fijos negros y hablándole lentamente le informó a Diego―, está afuera.
    No seas grosero ―mandó―. Que la haga pasar.
    Que pase ―ordenó a su asistente y colgó muy serio Santiago.
    Será rápido ―habló totalmente fresco.
    Espero que sí, que no tengo tiempo y quiero que veamos los presupuestos del terreno…

    Se calló.

    No pudo evitarlo.

    ¿Ella era la famosa Sofía? Pensó Santiago en una deriva que lo hacia a punto de caer en un shock delirante.

    ¡Era guapísima!

    Estaba muy bien vestida. Se veía increíble con ese vestido color azul marino que se le moldeaba al esbelto cuerpo, dejando las piernas descubiertas y ser idolatradas por todo aquel que valoraba las creaciones perfectas de Dios. Esos ojos que lo observaban con cautela, eran dorados.

    ¡Qué belleza!

    Santiago no pudo tampoco evitar que parte de su anatomía masculina reaccionara, por eso se puso rápidamente de pie tomando su saco italiano de la silla como ayuda a cubrir la prueba de lo que esa mujer podía provocar en él con su sola presencia, y salió por donde ingresó esa mujer.

    ¡Qué demonios le pasaba!

    Aquí la verdadera cuestión es…Diego había notado la sorpresa en los ojos de su hermano mayor¿Te sabrás tú comportar, mi estimado Santiago? Y como era su costumbre en esos momentos bochornosos, un fresco ataque de risa adornó la oficina¡Ya veo, ya veo!
    Perdón, Diego. Espero no haber interrumpido algo importante ―Había dicho Sofía muy incomoda por estar ahí. Algo no estaba bien.

    Alejandra se sintió como nunca: Muy altamente sorprendida, maravillada y sin aliento.

    No supo la joven a que se debía, si era por la actitud cruelmente indiferente hacia su persona de parte del Ingeniero, que apenas le tuvo el pequeñísimo detalle de voltearla a ver. O por la escultura varonil de fuerza, gallardía, seguridad que fue testigo que existía. Cuando pasó ese hombre junto a ella se percató que era alto. Un metro ochenta y cinco, calculó y estaba segura, pues Diego media eso y eran muy similares. Estaba vestido completamente de negro. Todo él era ese color. Sus ojos con abundantes y largas pestañas negras, su cabello corto peinado con descuido, se le veía tan sensual. Estaba segura que debajo de ese saco estaba un fuerte cuerpo atlético.

    Perfecto.

    ¿Todo eso descubrió Alejandra? ¿Desde cuándo le ponía importancia la forma física de alguien?

    Para mí no lo es nunca ―las palabras de su jefe la sacaron de unos pensamientos peligrosamente satisfactorios―, pero Santiago todo lo toma como si fuera la decisión más importante de su vida.
    Qué pena, mejor me voy y espero se disponía a retornar su camino. Es que la secretaria del Ingeniero Ferrer no me dijo nada. Ella fue la que insistió en avisar que te estaba buscando.
    No te preocupes, preciosa se puso de pie y le señaló el sillón negro que estaba enfrente de él―. Tú me puedes interrumpir aunque esté con el mismísimo presidente del mundo.
    Supongo que hablas de Dios ese don Juan ya estaba muy bien conocido en sus actos de galantería por Alejandra, como le alegraban el momento.

    Empezaba en esos casi tres meses que trabajaba para Diego a apreciarlo. Siempre estaba alegre. Parecía disfrutar todo momento de la vida.

    Si quieres Él. Me da igual esperó que su empleada se sentara y luego hizo lo mismo. ¿En qué te puedo servir?
    En…
    Nada de propuestas indecorosas, recuerda que estamos en horas de trabajo.
    Ay, Diego puso los ojos en blanco. Ya, en serio.
    Era en serio.
    Urge que firmes esto le enseña los documentos. El Licenciado Flores quiere que se los enviemos ya a los clientes de…
    Muy bien, muy bien agarró de los papeles y sin prestar nada de atención los firmó. ¡Listo!
    Y te aviso que ya me voy al despacho después de tanta insistencia de su jefe ya lo tuteaba.
    No, ¿Por qué?
    ¿Cómo que porque qué? Voy a…
    No, no con ímpetu su negativa fue apoyada con sus fuertes manos―. Mejor encárgate al cien de la contabilidad de la Constructora.
    Pero eso se ve con el Ingeniero Ferrer…

    Por eso. Pensó conspirativo Diego.

    Me iré de viaje fue lo único que se le ocurrió argumentar que también su hermano se la tragara.
    Si… eso… es… lo que quieres ¿Era una broma? ¿Estás seguro?
    Sí, mañana mismo Diego tuvo que aguantar una sonrisa de satisfacción. Santiago y tú desde hoy trabajaran juntos.

    Alejandra no sabía porque en solo pensarlo le daba miedo. Y algo peor… sintió como su corazón se le aceleraba tomando voluntad propia. No tenía idea porque.

    ¿Qué demonios le pasaba?
     
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    DaniPattinson

    DaniPattinson Iniciado

    Géminis
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    I love your story!!! Enserio me encanta!!! Como describis todo...simplemente genial!! Un beso.
     
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    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
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    Primero lo ortográfico:sólo de solamente lleva acento, al igual que no se usa "hay" para mostrar o indicar un lugar, sino ahí.
    Fuera de eso: Uff, puros hermanos guapos y sexys ¿por quién se interesará? ¿Y que le pasó a Santi con Michelle? ¿Llegará a argentina?
    Esperaré la continuación para enterarme, gracias por el capítulo.
     
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  12.  
    Moliry

    Moliry Fanático

    Tauro
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    Esos problemas ortográficos ya lo sabia jajaja, se nota qe este capitulo lo esrcibí hace años y ya no lo revisé esta vez por confiada, jaja, sorry, el problema es que espero encontrar esos errores, mil gracias por decirme esas fallas, trataré de corregirlos. XD Perdon !!! KIss
     
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  13.  
    Sybelle Hs

    Sybelle Hs Escritora

    Sagitario
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    Interesante, me perdí un tiempo pero volví a ponerme al día. Esta historia es muy interesante, creo que no he leído nada de este estilo antes, me gusta. Ya quiero saber que pasara con Alejandra, eso de estar con Santiago no va a estar fácil y pobre de él. Juan Pablo, Diego y Santiago, esto se pondrá bueno. Espero el próximo capitulo, sigue así
    ¡Hasta la próxima!
     
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  14.  
    Moliry

    Moliry Fanático

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    Queridos Amigos:

    La historia claro que continua y les agradezco sus constante preocupación y búsqueda para un nuevo capitulo. Mil gracias por su dulce cariño. Los quiero. Prometo que en unos dias sabrán mas de nuestra historia. Saludos !!!
     
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