Explícito ¡No soy un pvto plomero!

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Headless Angel, 18 Mayo 2023.

  1.  
    Headless Angel

    Headless Angel La chica que ama a The Beatles

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    Escritora
    Título:
    ¡No soy un pvto plomero!
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1096

    Los personajes pertenecen a Shion Takeuchi

    • La alerta de explícito la coloqué por el uso de palabras altisonantes.
    .
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    Reagan está exhausta. Las cosas en Cognito no habían sido fáciles desde que su padre, Rand Ridley, colapsó y lo obligaron a retirarse. Ella se hacía cargo de su trabajo ahora, sin dejar de lado el suyo propio. Se merecía un ascenso. O un aumento de sueldo o que le regalaran una tote bag nueva, por lo menos.


    Pero claro, cualquiera de esas cosas era demasiado pedir. Lo único consiguió de aquello era que su imbécil padre se quedara a vivir con ella. Su madre lo echó de casa después de que él perdiera su empleo y ahora ella era quien debía hacerse cargo de toda la mierda.


    Y vaya mierda. Reagan encontró a su padre tirado sobre el sillón, ebrio y en pijama, y rodeado de toda la basura que generó mientras ella estaba fuera. Por Dios, ella no era la persona más ordenada del mundo, pero Rand estaba a otro nivel. Con cansancio, se dirigió hacia la cocina; se moría de hambre.


    Mientras calentaba un pedazo de pizza en el microondas, notó como la llave del lavabo goteaba. Carajo.


    —Papá—-Llamó desde la cocina—,¿Podrías arreglar esa gotera?


    —¡No soy un puto plomero, mocosa!


    Reagan rodó los ojos. Tomó su plato y fue a sentarse junto a Rand en la sala. Él estaba viendo una la tele, dónde un grupo de terraplanistas defendía su postura. Que estupidez. Otro asunto provocado por su padre que ella tendría que arreglar en el futuro.


    Trató de olvidarlo y concentrarse en su cena. Entonces, sus ojos se posaron en la pared dónde estaba la televisión. Una mancha de humedad sobresalía del techo y casi llegaba hasta el suelo. De nuevo, carajo. Soltó un suspiro, su maldita casa se estaba cayendo a pedazos.


    —Ya que estás aquí sin pagar renta, ¿Podrías ayudarme a pintar esa pared?


    Rand soltó una risa sarcástica.


    —No soy un puto pintor.—dijo y tomó un largo sorbo de su cerveza.


    Lo único que Reagan pudo hacer fue soltar otro suspiro. No tenía la energía suficiente en ese momento como para pelear con su padre. Tendría que encontrar una forma de solucionarlo por su cuenta. Sin embargo, eso podría esperar hasta mañana.


    Terminó su poco nutritiva cena y se levantó del sillón para dejar su plato en la cocina.


    —Lo que sea. Me voy a dormir. Tengo trabajo que hacer mañana.


    El hombre no le respondió. Reagan no se lo tomó a mal. Estaba acostumbrada a su trato. Caminó hacia las escaleras, estaba segura que iba a caer rendida en cuanto su cabeza tocara la almohada. Su mano se dirigió hacia el interruptor tratando de encender la luz. No funcionó. Carajo, por tercera vez.


    —¿Podrías ser útil por una vez y reparar esto?—gritó Reagan.


    En cuanto lo dijo, supo cuál sería la respuesta.


    —¡Con un demonio Reagan! ¡¿No lo entiendes?! ¡No soy un puto electricista!


    ¿Podía esperarse otro tipo de respuesta de ese hombre? En fin, estaba agotada. Ya mañana buscaría una forma de arreglar todo sin ayuda de él. Siempre lo hacía.

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    Rand regresó a casa después de hacer un escándalo enfrente de la Casa Blanca. Si seguía molestando así, estaba seguro que JR le devolvería su trabajo pronto. Se sorprendió cuando, al entrar a casa, encontró a Reagan maquillándose en la sala y vestida para salir. Raro, su hija casi nunca tenía planes después del trabajo.


    Eso no fue lo único que llamó su atención. Una mirada rápida le hizo notar que la mancha de humedad ya no estaba y la pared mostraba de nuevo su color original. Fue a comprobar la cocina y la luz de la escalera. Todo funcionaba correctamente. Además, la basura había desaparecido y en el aire se percibía un fresco aroma a limón.


    —La casa luce bien niña, ¿Contrataste a alguien?


    Reagan negó con la cabeza, mientras se ajustaba su vestido rojo.


    —No exactamente.


    Levantó una ceja. Su hija era una maldita genio en el campo de la ingeniería, pero una total inutil en asuntos domésticos.


    —Entonces, ¿Qué pasó?


    Ella lo miró, o lo más parecido a eso que podía lograr, y le dió una media sonrisa.


    —¿Conoces al nuevo interno de Cognito, Brett Hand?


    —Ah sí, el imbécil que contrató JR.


    —Bueno, le pedí que me ayudara con las reparaciones de la casa. Me dijo que podía pagarle con sexo, o preparándole un pastel


    Vaya, los días de gloria de Cognito habían quedado en el pasado. De verdad que ahora contrataban a pervertidos descarados. Antes los pervertidos trataban de disimular un poco.


    —Qué mierda de tipo, pero al menos sabe trabajar. ¿Te sobró algo de pastel?


    Esta vez, Reagan lo miró directamente a los ojos. Era demasiado extraño sostenerle la mirada a su hija.


    —¿No lo entiendes papá? No soy una puta repostera.


    Rand abrió la boca a causa de la sorpresa, procesando sus palabras. Antes de que él pudiera responderle que sí que tenía algo de “puta” en ella, Reagan salió de la casa sin mirarlo.

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    Reagan se rió con fuerza mientras se dirigía a su auto. Le encantaba joder a su padre de cualquier forma posible. El hombre se merecía ese trato. Ojalá que así aprendiera a ser un poco más cooperativo en casa.


    Brett, después de que ella se quejara al respecto mientras almorzaban el día anterior, le dijo que podía ayudarle con gusto con las reparaciones necesarias en su hogar. Sin pedirle favores sexuales a cambio, por su puesto. El hombre era demasiado bueno como para pensar en algo así y estaba dispuesto a ayudar sin esperar algo a cambio. Todo gracias a su necesidad de agradarle a todo el mundo.


    Ella simplemente había decidido invitarlo a cenar para agradecerle. Reagan odiaba admitirlo, pero la realidad era que comenzaba a sentir un fuerte afecto por Brett. Ella misma estaba sorprendida por ello, pero ¿Qué podía hacer? el hombre era simpático y muy atractivo. Además, se preocupaba de verdad por su bienestar.


    Quién sabe, quizá un día tener una relación más íntima con él se convierta en una realidad.


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    ¡Hola!


    Este es mi primer fanfic sobre Inside Job, adoro esta serie y ya tenía ganas de escribir al respecto. Me basé en un chiste estúpido y muy viejo, una vez vi un fanfic Johnlock con la misma temática y pensé ¿Por qué no? Lo siento si me queda un poco OoC, siempre me pasa cuando empiezo con un nuevo fandom.


    Después, quiero escribir algo exclusivamente Breagan <3


    Muchas gracias por leer c:
     
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    Kaisa Morinachi

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    Yo no sé, pero cenar pizza y bastante es de los mejores lujos.

    Aquí yo digo: Prefiero uno que me diga y me dejé claro que es un pervertido que uno que se anda con segundas intenciones, porque al primero es más fácil decirle que no o dejarle claros sus puntos.

    Cosita.

    Me ha encantado el escrito de principio a fin y, a mi parecer, te han quedado dentro del personaje.

    Eso, ánimos con seguir compartiendo tus fancis <3
     

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