Pesadilla

Tema en 'Relatos' iniciado por Milmel, 20 Diciembre 2012.

  1.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Pesadilla
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1648
    Bueno eh aquí el resultado de la combinación de mi mente macabra y algunas (por no decir muchas) películas de terror, espero la lectura sea del agrado de muchos, no creo todos pero si de algunos XD

    Pesadilla

    Todo empezó como un sueño, es más, como una horrible pesadilla. Pensé que todo era una ilusión, soñé con que así fuera, pero lastimosamente todo lo que veían mis ojos, era real. La sangre, el dolor, todo… era real.

    Cerré los ojos, intentando negarme a ver, negándome a escuchar, negándome a creer, que era yo quien estaba causando todo eso.

    Lloré, llore como un bebe, negando todo atisbo de esa verdad, pero por más que me negara a creerlo, todo lo que estaba allí, era cierto, yo tenía la pistola, yo tenía la sangre en mis manos, yo fui la causante de ese dolor, pero no fue culpa mía, todo fue culpa de ella.

    Él se interpuso, no quería matarlo, pero él tuvo que meterse, ella era mi objetivo, ella fue quien causo todo esto. Nunca debió acercarse a él, nunca debió atreverse a mirarlo siquiera, pero no me escucho, no tomo importancia a mis advertencias, le dije que era mío, que me pertenecía a mí, que yo era su única dueña, que todo de él me pertenecía, y que ella debía desaparecer, ¡Pero no me escucho!.

    Siguió tras suyo, robándome su atención, quitándome la dicha de su traviesa mirada. Ya no le atraía estar conmigo, andar conmigo, pasar tiempo conmigo, ¡Reír conmigo!, sus pensamientos comenzó a ocuparlos ella, robándomelo, pero ya no podía más.

    Debía terminar con esto, hablaría con ella, y si no comprendía todo lo que le decía terminaría con ella, la quitaría de en medio, la borraría del mapa. Todo parecería un accidente, y así yo quedaría feliz con él, nadie me lo quitaría.

    Seria mío, una vez más, y esta vez para siempre.

    Pero las cosas no salieron como yo lo esperaba, o como lo tenía planeado, el día acordado, no vino sola, él interfirió con nosotras, cuando estaba a punto de asestarle el golpe final él se puso en medio, y la bala cayó sobre el en un golpe seco y directo al corazón.

    Esa zorra, grita, llora, pero ella es la culpable, la única culpable, sino hubiera sido por ella, ahora él y yo estaríamos juntos y felices, ¡Pero esa tuvo que meterse!.

    Veo su cuerpo tirado en el suelo, sangrando por la bala en el corazón, sus ojos sin brillo miran hacia ningún lugar, mientras ella lo sostiene.

    ¡No tiene derecho de tocarlo con sus sucias manos!, así que le doy una patada en el rostro alejándolo de él, gruñendo como un perro rabioso.

    ― ¡¡ES MIO!! ― Le grito, ― ¡¡Aléjate de él!!

    ― ¡ASESINA! ― me grita ― ¿Cómo pudiste hacerlo? ¡Él era tu esposo!

    Era cierto, él era mi esposo, era mi pareja, era mi otra mitad, pero ella se metió, ella se interpuso, ella fue cortando el lazo que nos unía, era su culpa que él esté muerto. Ella debía estar muerta, no él, ella debía ser la muerta desangrándose en el suelo, no él, no mi amor, no mi compañero, no mi alma gemela.

    Con todo el odio y el dolor de mi corazón, me lanzo hacia ella, atacándola, le tomo de los cabellos y comienzo a golpear su cabeza con fuerza contra el pavimento, no me puedo controlar, he perdido la razón

    ― ¡Fuiste tú!, ¡Tú lo hiciste!

    Grito completamente fuera de mí, mientras destrozo su cabeza contra el pavimento, gotas de sangre salpican mi rostro, pero no me importa, quiero desaparecerla, desaparecer ese rostro odioso que se atrevió a interponerse entre ambos.

    ― ¡MUERE! ― grito ― ¡DESAPARECE! ― aúllo de dolor ― ¡MALDITA ASESINA! ― sigo gritando.
    Pero me ahogo en mis palabras, sigo golpeando hasta cansarme, su cabeza no es más que una masa deforme y desastrosa. Sus rubios cabellos ahora toman color de sangre, miro mis manos con asco y me aparto de esa cosa.

    Giro la cabeza y allí lo veo a él, me acerco a su lado, pero esta frio, la sangre sigue brotando de él, no quiero verlo así, lloro, grito, maldigo, pero en el fondo sé, que nada de lo que vaya a hacer cambiara las cosas, la odio por eso.

    ― ¡Entrometida! ― le grito, tomo la pistola y disparo contra ella, ― ¡Por tu culpa él está muerto! ― Mi furia despierta nuevamente y descargo todo el cartucho en ese cuerpo, y aun así me siento insatisfecha, me acerco a eso y comienzo a patearlo, estoy paranoica ― ¡¿PORQUE?! ― grito, pero sé que nadie me va a responder.

    Nuevamente voy hacia él, me acerco, lo beso, pero sus fríos labios no me responden, lloro a su lado, ahora todo me parece horrible, miro mis manos que están llenas de sangre, mi ropa completamente destrozada, estoy sucia, por su culpa… por ella.

    No me importa más, ya no puedo más, ambos nos amábamos como un amor de novela, como un cuento, un bello cuento de hadas, lleno de amor, pero vino la bruja, en forma de serpiente y lo hechizo, lo encanto, y me lo quito.

    No pude romper el conjuro, la serpiente era muy fuerte y acabo con él.

    Me recuesto a su lado, me apoyo en él, mi cabeza descansa en su pecho, pero ya no hay calidez allí, tomo su brazo y lo envuelvo alrededor mío, como solía hacerlo antes, pero hace tanto frio…

    Lo miro nuevamente, cierro los ojos, y lloro, no quiero estar sola, no sin él, me levanto nuevamente, voy en busca de la pistola, la encuentro a solo unos pasos de allí. Me acerco a mi amor, apunto a mi sien y disparo, un golpe certero, pero no surte efecto, ya no quedan balas, todas se las acabo ella.

    ― ¡Es que ni siquiera puedo morir!, ¡¡Me quitaste hasta ese derecho!! ― grito frustrada hacia la nada.

    Miro hacia adelante, una baranda, un balcón, estamos en el décimo piso de un edificio de parqueos, te tomo entre mis brazos y te cargo como puedo hasta allá. Me aproximo al borde, una caída larga, me abrazo a ti y caemos, una caída limpia, una muerte segura, pero contigo a mi lado, no me importa morir.

    Miro tu rostro mientras caemos, poso mis labios contra los tuyos en la caída y cierro los ojos mientras pienso:

    “Al fin estaremos juntos”

    Desperté de golpe, abrí los ojos y me hallaba en mi cama, gire la cabeza hacia la derecha y allí estaba el, sin camisa durmiendo plácidamente, al lado mío. Con la mano temblorosa toco su cuello, hay pulso, está vivo, con un suspiro de alivio sonrío, todo había sido una horrible pesadilla.

    Una pesadilla tan vívida, tan real, que aun podía sentir la dureza del pavimento al momento de estrellarse mi cuerpo contra él, aún recuerdo la sensación de mis huesos rompiéndose uno a uno contra el suelo, la sangre saliendo… aun lo sentía todo.

    El abrió los ojos al verme inquieta y temblando.

    ― ¿Has tenido una pesadilla vida mía?

    Me preguntas, yo solo asiento con la cabeza mientras me tomas en tus brazos, me acunas entre ellos y con suaves besos logras calmar mi inquieto corazón.

    “Era una pesadilla, solo eso, no fue real” ― intento convencerme a mí misma.

    Pero no puedo dormir, paso el resto de la noche en vela, sintiendo su calor, y abrazándome a él, no quiero perderlo, tengo miedo de perderlo, el sueño me puso la piel de gallina y los nervios de punta.

    ― No te apartaras de mí, ¿Verdad? ― pregunte temblorosa.

    ― Te juro vida mía, que nunca me alejare de ti ― respondes entre sueños.

    ― ¿En serio? ― vuelvo a preguntar no muy convencida.

    ― Para alejarme de ti, tendrían que matarme primero ― dices y me silencias con un beso tomando mi cuerpo una vez más, probándome que tú eres mío, que me perteneces, tanto así como yo soy tuya.

    Al día siguiente, como siempre te acompañe al trabajo, total y nuestras respectivas oficinas solo quedaban a un piso de diferencia.

    A la hora del almuerzo quiero darte una sorpresa, me aproximo a tu piso, y voy directamente a tu oficina, pero allí, antes de ingresar, me quedo de piedra, helada, plantada en mí mismo lugar sin poder siquiera mover un musculo o respirar.

    Tú estabas en tu escritorio, y allí, junto a ti, estaba esa mujer, la mujer de mis sueños, rubia, hermosa, y completamente despampanante.

    Me viste, me sonreíste, te acercaste a mí, y me la presentaste.

    ― Ella es Mireya, la hija de mi jefe, y a partir de ahora será mi jefa. ― esas fueron tus palabras. Y yo sentí un escalofrío por la espalda.

    ― “Dejavu…” ― pensé para mí.

    No podía ser real, no podía estar pasando, tú eras mío, y me encargaría que esta mujer no se acerque a ti nunca más y sabía muy bien lo que tenía que hacer…

    Fin
     
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  2.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

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    Wush, que sadismo tan intenso, ¡estaba loca de remate! Que posesiva.

    Admito que me sorprendió en gran medida el grado de demencia de la joven esta. Loca sería poco, pero bueno, si es un dejavú, entonces sabe cómo será el desenlace.
    Hay ciertos párrafos, que no había necesidad de separar. Además de ello -y tomando en cuenta mi nivel bajo de escritura-, no noté nada mal.

    Avísame si creas otra historia.
     
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  3.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    en serio?
    como cuales?
    es que cuando escribes a veces los dedazos no faltan
    XD
    gracias por el aporte
     
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  4.  
    Syel

    Syel Extraña

    Cáncer
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    wow!!!
    me encanta el gore, me fascina de sobremanera por lo que no esta de más decir que me ha encantado tu historia
    que demencia de la joven, eso es ser una celosa compulsiva con provecho
    matar hasta a su propio esposo solo para reclamar lo que era suyo...
    más que eso matar como un vil animal a Mireya, primero destrozarle la cabeza para finalmente
    hacerla una coladera.
    Y al final resulta que ni siquiera le ha hecho nada la tipa y ya sabe lo que tiene que hacer, por lo
    que ya conoce su triste destino, mejor dicho su sádico destino
    ojala que disfrute su caída y la masacre que provoque.
    me gustó mucho, continua así
     
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  5.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

    Escorpión
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    hola querida

    simplemente tengo un sola palabra que describe lo que he sentido "escalofriante" de verdad se me han puesto los pelos de punta

    oye pero la tipa si que estaba loca y posesiva eso es amor enfermizo, imaginate fue un sueño y todo lo que hizo que no hara en la realidad mis mas sinseras felicitaciones
     
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