La hija de un Demonio.

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CAPITULO X​

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La mañana siguiente desperté más temprano de lo usual arreglando todo para la hora de partir, me vestí y arregle mi cama gire a ver a Selene que a un dormía así que sin que ella se diera cuenta salí de la habitación para ir al jardín central de esa rustica posada, tome asiento en una de las bancas del lugar metí mis manos en los bolsillos de mi abrigo viendo un punto fijo pensando en diversas cosas.

—Madrugaste—escuche la voz de un hombre tras de mi ignorándole un momento para ver su silueta sentarse a mi lado.

—Si eso creo—le conteste soltando un suspiro girando mi rostro para encontrarme con el rostro sereno de Edmon quien veía el jardín del lugar.

— ¿Te pasa algo? —le escuche cuestionarme seriamente para verme fijamente esperando una respuesta.

—No, no me pasa nada es solo que extraño Londres—le confesé para sonreírle y el solo asintió para ver hacia el frente de nuevo.

—Dicen que sostienes un romance con Damon—me sorprendió al escuchar lo dicho por Edmon quien veía al frente— No me da buena espina.

— ¿Romance? — Cuestione para negarle—simplemente somos amigos—hice una pausa y le sonreí—no te preocupes, se cuidarme sola.

—Bien, entonces iré a preparar todo—le observe un momento ya que se había levantado y giro su rostro para verme— Tal vez si en aquel entonces me hubieras dicho lo que sentías…te habría correspondido—me sonrió levemente y se marchó.

Edmon, mi amor platónico desde el primer año de universidad. Desde aquella vez que lo vi por primera vez entrar por el umbral del salón me cautivo por completo, ese porte majestuoso y esa mirada gris que guardaba miles de secretos, tan callado, tan reservado en su vida. Jamás llegamos hacer los mejores amigos pero si llegue a sacarle una que otra palabra e inclusive una sonrisa, como hubiera deseado que en aquel entonces me hubiera dado esa confianza como ahora, pero ya es tarde.

— ¡Aquí estas!—escuche la voz de Selene desde el umbral de la posada—vamos que pronto partiremos.

— Bien—susurre levemente para levantarme de la banca y caminar a donde mi amiga, teniendo todo listo llegamos a la recepción donde todos esperábamos.


— Bien chicos tomen sus cosas que el autobús llegara dentro de poco—la voz del profesor Athan se hizo presente al llegar junto con su prima y profesora Melany esa hermosa mujer quien sonreía todos.

— Buen día—saludo Melany llegando donde nosotros yo le ignore un momento ya que estaba buscando con la vista a Damon--¿ya están listos para partir?—nos cuestionó.
— Claro que sí, ya estoy ansiosa para conocer todos los museos de Sibiu—le escuche entusiasma girando a ver a la maestra quien mantenía una fresca sonrisa.

— Si yo también estoy listo—decía Leonardo buscando algo en su bolsa portátil.

— Me alegra saber—sonrió Melany quien giro a verme –ya verán que este viaje les subirá el ánimo a cualquiera—dicho esto le vi unos momentos y ella inclino un poco su cabeza como saludo y se retiró con otro grupo de nuestra clase.

— El autobús está listo—gire mi rostro al escuchar la seria y varonil voz de Damon quien venía entrando a la recepción, le podía ver el sereno rostro como su la discusión de ayer no hubiera pasado, se acercó a nuestra dirección saludando a mis compañeros pero a mí solamente me observo y siguió su camino donde su hermano y su familiar.

El tiempo paso rápidamente ya nos encontrábamos en el autobús con camino a Sibiu nuestro siguiente destino, era un viaje de una hora a dos horas aproximadamente. Me toco sentarme frente a Damon detrás de Selene y Leonardo que estaban juntos y a una lado de Edmon quien veía el paisaje por la ventana, tomando mis audífonos para escuchar música pose mi mirada en la ventana viendo pasar rápidamente; bostece un poco ya que el movimiento rápido pero suave del autobús me arrullaba dándome como resultado quedarme profundamente dormida.

“Escuche una melodía muy familiar para mí se trataba de Primavera de Ludovico Einaudi, una de las canciones favoritas de mi madre que me tocaba cuando era tan solo una niña, seguí la melodía caminando por un largo pasillo con blancas paredes y luz brillante por todas partes me detuve al ver una gran puerta frente a mí con diseños de oro en ella, un poco dudosa tome el pomo dorado de la puerta dándome paso a entrar.

Le vi a ella ahí sentada con ese porte tranquilo pero elegante, sus cabellos castaños rizados en las puntas y su piel blanca, se veía como un ángel concentrado y feliz de tocar la melodía que tocaba cuando era una niña, camine unos pasos hacia ella para acercarme y decirle cuanto la había extrañado pero detuve mi caminar al ver a una niña correr hacia a ella; detuve mi respiración al darme cuenta que esa pequeña era yo, gire mi vista detallando el lugar dándome cuenta que era mi antigua casa. Ese lugar era mágico para mí en especial esa habitación ya que en ella mi madre me contaba historias, me tocaba melodías y tenía un gran ventanal con vista al hermoso lago frente a nuestra casa.

—mami…—me escuche llamarle y ella sonrió mientras seguía con la melodía— cuéntame de nuevo esa historia de ese hermoso príncipe— me observe suplicándole con una tierna sonrisa, vi asentir a mi madre dándome paso a sentarme a su lado.

— Hace mucho tiempo existió un príncipe—empezó a relatar mi madre sin dejar de tocar la melodía— él era un hermoso príncipe quien lo viera diría que era irreal su existencia, él era solitario y de frio carácter pero era amado por todos, venerado y respetado por su noble corazón, pero todo cambio cuando el perdió la más grande para el—alzo una de sus manos para cambiar de hoja al panfleto de notas—él lo tenía todo, hasta que perdió a sus padres, sucumbido por la ira deseaba la venganza hacia quienes arruinaron su felicidad, los que le robaron su corazón…así que hizo un pacto con un demonio— vi como mi madre me veía de reojo y me podía ver fascinada con la historia—tomando las fuerzas e inmortalidad de uno dejo de ser un simple humano para convertirse por la eternidad en un demonio.

— ¿Qué paso después? —le cuestione con esa carita infantil llena de asombro y curiosidad mi madre solo me sonrió levemente.

— Se hizo el rey más poderoso, vengándose de la muerte de sus padres pero eso no le fue suficiente— le pude ver esa mirada azul cielo llena de tristeza mientras tocaba la melodía— su pecado era vivir toda la eternidad cargando la culpa de muchas muertes de muchas batallas ganadas pero ninguna perdida, fue el rey más respetado y amado por su pueblo pero el más temido por todos, la tristeza le invadía ya que de que le servía tener vida eterna, poder si ese recuerdo le prevalecía— dijo terminando la melodía.

— ¿no encontró la felicidad?—le cuestione tristemente a mi madre quien giro su cuerpo para verme y tomando mi pequeña mejilla me sonrió.

— Lo fue cuando se enamoró y de la mujer que le cautivo— le decía en susurro como si de un secreto fuese— pero se volvió más feliz al saber que sería el padre de una hermosa hija— soltó una lagrima que me rompió el corazón de verla triste, quise acercarme pero no pude ya que una mano en mi hombro no me lo permitió escuchando la voz de un hombre.

— El destino les hizo una muy mala jugada, separándoles de por vida—mi cuerpo se paralizo ya que la voz de mi madre y la de ese hombre hablaban en sincronía.

— ¿Por qué a ellos los separaron?—le cuestione a la voz masculina viendo como mi madre abrazaba a mi versión pequeña quedándose así como si fuese una pintura.

— Porque su amor era prohibido—contesto la voz al mismo tiempo que la mano que descansaba en mi hombro se retirara dejando frio el lugar donde estaba.

— ¿Por qué era prohibido? —le volví a cuestionar girándome para encararme con el bello rostro y esa mirada distante pero que demostraba tenia afecto de mi padre—¿Por qué?—le cuestione en susurro.

— La vida no es fácil—me dijo con esa voz propia que le caracterizaba como si fuese el dueño de todo lo que el tocara pero con un toque de cariño al verme fijamente— mucho menos lo es para un demonio que se enamoró de una humana, se amaron sabiendo las consecuencias de sus actos y eso les costó mucho— termino de decir viéndome con esos ojos carmesí iguales a los míos.

— ¿Por qué ahora? —le pregunte en espera de respuestas más solo el sonrió dándole un toque de arrogancia y diversión le vi girar en media vuelta empezando a caminar hacia la gran puerta la única salida.

— Todo a su debido tiempo, las respuestas llegaran cuando menos te lo esperes— sin más le vi abrir la puerta desapareciendo tras ella.

— ¡Padre! —le llame al verle cerrar la puerta, le perseguí tomando el pomo de oro para llegar al otro lado pero una luz brillante color carmesí me cegó completamente. “

— Kitara…Kitara—escuche mi voz en la lejanía abriendo mis ojos lentamente adaptándome a la luz del lugar, distinguiendo el rostro de Edmon a mi izquierda y el de Damon y Athan a mi derecha— ¿Estas bien?

— Si…estoy bien—para tomarme mi frente con mi mano derecha ya que estaba algo confundida.

— Te llame pero no reaccionabas, así que llame al profesor—me explicaba Edmon y simplemente yo le observe para asentirle con mi cabeza y girar a ver a Damon quien solo me veía seriamente y a Athan quien me sonrió levemente.

— Bueno será mejor que te repongas y despiertes bien que estamos a punto de llegar a Sibiu— el profesor me dio unas palmaditas leves en mi mano para verle sonreír levantándose para retirarse a su lugar.

Gire ver a Edmon que solo me vio y sonrió levemente para girar a ver a la ventana, mientras Selene me veía preocupada le di una señal con mi cabeza de que todo estaba bien y ella se acomodó de nuevo en su asiento, mas sin embargo Damon no me dijo nada, solo volvió a su lugar detrás mío. Aproximadamente pasaron unos diez minutos cuando ya nos encontrábamos en el hotel donde nos quedaríamos ese día, el profesor Athan nos informó que dentro de media hora saldríamos a desayunar para empezar con nuestro recorrido así que subimos a la habitación a dejar las maletas y después partimos a un restaurante cercano.

—Te vez muy concentrada— escuche decir a Selene quien tomo asiento frente a mí con una sonrisa— ¿Qué haces? — me cuestiono curiosa.

—Investigo—le conteste con la vista en mi portátil—busco bibliotecas en Brasov, Transilvania—alce un poco la vista para verle afirmar con una leve sonrisa.

—Te veo más segura que hace unos días— me confeso Selene para tomar mi mano con una sonrisa devolviéndole el gesto.

—Creo que una parte de mi quiere saber toda la verdad, tal vez eso es lo que me impulse a seguir—le conteste para cerrar mi portátil ya que la mesera llego con nuestras órdenes.

El desayuno fue tranquilo y placentero lo único malo en este viaje es que Damon no me dirigía la palabra es más me evadía si me veía cercas, ¿Qué hice mal?, ¿acaso dije algo cierto para que se pusiera así?, no lo sé y nunca lo sabré. Al terminar nuestro desayuno el profesor Athan hermano de Damon se puso a la disposición de su Prima y Profesora Melany ya que ella seria nuestra guía en el transcurso del día por la ciudad de Sibiu, Todo era atractivo en ese lugar desde las antiguas calles hechas de piedras hasta las casas más grandes o pequeñas bañadas de colores pastel, ese era la principal característica de esa ciudad, sin olvidar de sus variados museos como los de arte decorativa, arqueológicas, antropológicas e historia. La última parada en Sibiu antes de anochecer fue uno de los más grandes y conocidos museos de la ciudad era la casa de Bruckenthal, era un lugar mágico para los amantes del renacimiento y claro para los amantes de la historia como a todos nosotros, ya que los que querían conocer los rastros de los personajes rumanos más importantes de su historia. La noche llego rápido así que volvimos al hotel ya todos reunidos nos encontrábamos todos en la gran recepción del hotel.

—Solo quiero agradecerles a todos ustedes por ser mis alumnos el día de hoy—nos agradecía Melany con una gran sonrisa— espero que descansen muy bien esta noche ya que mañana los llevaremos a un lugar místico e histórico nuestra última parada en su viaje.—explico viendo a su primo.

—Mañana llegaremos a Brasov, Transilvania— decía Athan y varios se veían emocionados y otros murmuraban curiosos. — ya que los llevaremos al castillo Bram.

Mi corazón latió rápidamente al darme cuenta que estaba a un paso de saber la verdad y claro aclarar la duda que llevaba en mi mente sobre mi padre.


NOTA:
La cancion que la madre de Kitara tocaba esta en este link :)

 

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CAPITULO XI​

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La noche paso rápidamente sin poder dormir dando paso al canto de las aves indicando que un nuevo día había comenzado y un nuevo camino a seguir.

—Muy bien chicos, atención— las caras desveladas y no desveladas se hacían notorias en nuestro grupo en recepción que giraron a ver al profesor Athan quien venía entrando con una sonrisa.
— Este será nuestra última parada antes de volver a casa, nuestro último descubrimiento en la historia de Rumania— decía mirando a todos para ver a su prima la profesora Melany para darle la palabra.

—Es por eso que los días que falten para su regreso, se quedaran en la mansión de verano e invierno de la familia—alzo sus manos para callar el bullicio de alegría de todos— la mansión esta cercas de Brasov así que no habrá ningún problema si quieren ir o venir.

Dicho esto la clase entera comentaba sobre lo dicho por los profesores, me di media vuelta para ir por mi maleta chocando con alguien al alzar mi vista me encontré con era mirada que parecía oro puro, se trataba de Damon quien solo me observaba y pude ver ese brillo de antes y supe que el ya no estaba enfadado conmigo sin más le sonreí levemente para seguir mi camino sonriendo levemente encontrándome con Selene y Leonardo que estaban por subir al autobús.

—Qué bueno que nos tocó juntas—escuchaba a Selene quien abrazaba mi brazo y me observaba— ¿Qué te pasa? —su voz se tornó preocupante y gire a verla.

—A ti no te puedo mentir—le dije seriamente—estoy angustiada y frustrada al no saber que por algo que hice Damon me evade— hice una pausa viendo por la ventanilla fijamente— creo que me enamore de…Damon— gire mi rostro para ver a una Selene Sonriente.

—Lo sabía, siempre lo supe—me dijo viendo mi cara de confusión que traía en ese momento— claro era tan obvio desde el primer día se fijó en ti— le escuché reír divertida— siempre te observaba, inclusive te invito a una cita y ¿Jamás captaste sus indirectas?

—Lo dices como si fuera tan cierto— decía dudosa quedándome pensativa por unos momentos soltando un suspiro— pero… no lo sé— dije un poco cansada— hay algo que me dice que él no desea estar conmigo, algo que se lo impide.

—Bueno aún tenemos cuatro días para saberlo— me decía Selene traviesamente para negar levemente y sonreírle.

—Quizás tengas razón—le murmure para girar de nuevo a la ventanilla y ver cada pino que se cruzaba en el camino junto algún rio dándole una hermosa vista al viaje.

—Chicos quiero decirles que pararemos en el campo de escultura de piedra antes de llegar al castillo Bram— la voz de la profesora se hizo presente llamando la atención de todos para verla tomar asiento de nuevo.
Tiempo después llegamos a ese gran campo con esculturas talladas en grandes piedras, todos bajamos para explorar el gran campo. Como guía la maestra Melany quien explicaba cada escultura que se atravesaba en nuestro camino, por mi parte me detuve quedando atrás del grupo girando en dirección del gran campo teniendo una leve punzada en mi cabeza, tome un poco de aire para caminar en esa dirección ya que algo me llamaba lo podía sentir y no podía evitarlo. Al cruzar todo el campo mi vista quedo maravillada y mi cuerpo hipnotizado ante gran escultura frente a mí. Esa escultura era a tamaño real, era un hombre con una gran espada frente a él, al ver la detallada escultura detenidamente podía ver cada onda de cabello, cada musculo; tenía una vestimenta un poco extraña, su pecho y abdomen están descubiertos, al llegar al final del abdomen se podía ver un enorme cinturón que daba inicio a una gran falda con aberturas a los lados dejando ver la detallada costura de un pantalón y sus botas. En sus manos llevaba muñequeras; pero lo que realmente llamaba la atención de toda esa maravillosa escultura eran esas enormes y hermosas alas en su espalda, cada pluma fue esculpida perfectamente.

—Una mirada muy profunda para una simple estatua de piedra—escuche la voz de una mujer tras de mí, al girar vi que era la profesora y todo el grupo que llegaba admirándose de esa estructura.
—Bien nuestra última estatua— decía Melany a la clase— el príncipe maldito— dijo el nombre de la estatua— su historia es desconocida solo se sabe que fue la primera estatua en este gran campo, su nombre fue dado un día que una princesa visito el lugar— explicaba sonriendo— dijo que el rostro era de un príncipe azul algo irreal para un humano que fue maldecido con cargar esas alas por la eternidad.

No podía apartar la vista de esa estatua, algo me decía que era cierta esa historia. Tenía un presentimiento de que tras de todo había una gran verdad y un secreto que no podía ser revelado, tomando mi cámara decidí congelar ese monumento de la belleza en el tiempo, al bajar mi cámara vi un destello carmesí muy rápido me acerque un poco para observar de cercas pero no vi nada, como todos estaban volviendo deduje que había sido mi imaginación y decidí regresar con los demás. Al subir al autobús vi que Selene estaba sentada a un lado de Leonardo riendo divertida, al alzar mi vista vi que mi compañero de asiento era nada más y nada menos que Damon quien veía fijamente por la ventanilla; tomando aire profundamente me arme de valor caminando para tomar asiento a su lado.

—Hola— le salude al tomar asiento a su lado manteniendo mi inquieta y nerviosa vista al frente.

—Hola— escuche la voz serena de Damon quien tenía su mirada puesta en mí, lo sabía porque podía sentirla era esa mirada que te desnudaba el alma y podía leerte con facilidad— siento lo de la noche pasada— se disculpó dejándome sorprendida— es solo que me entere de algo muy fuerte y tu…— no continuo ya que no le deje girándole a verle.

— ¿Yo que? — le rete viéndole fijamente a los ojos en ese momento estaba un poco molesta y no sabía el por qué, el esquivo mi mirada y pude ver un poco de miedo en ella, me mordí el labio levemente y suspire cansada— no te preocupes, yo solo dije lo que pensaba en ese momento, solo eso.

— Si pudiera te contaría todo, pero…— me decía en murmuro para verme unos momentos haciendo una leve pausa girando su vista al frente, por mi parte le veía intrigada pero después sonreí levemente sin que él me viera— no puedo…no debo.

— Me he dado cuenta que en la vida existen secretos y confesiones que no deben salir a la luz— comencé a explicar acaparando toda su atención—eso lo aprendí gracias a mi madre y a mi padre— sonreí para ver hacia el frente a un punto fijo—mi madre solía decirme que la espera es una virtud, ahora estoy en espera de muchas cosas— le dije para girar a ver a un Damon sorprendido.

— Creo que ya entendí tu punto— le escuche y le sonreí—aunque muchas veces no son cosas buenas— el me observo y giro su rostro a la ventanilla dando por terminada la conversación.

El silencio ya no era incomodo entre los dos ahora era un silencio de paz ya que los dos sin hablarnos nos entendíamos, con una mirada o inclusive una sonrisa. Tal vez Selene tenía mucha razón y Damon sentía algo por mí, solo tendría que averiguar el por qué me evadía en ocasiones. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por las exclamaciones y murmureos de todos en el autobús.

—Chicos, les presento el majestuoso castillo Bram— gire a ver a la profesora Melany quien estaba parada en el centro del pasillo deteniéndose por los asientos a sus costados con una sonrisa— en unos minutos más estaremos pisando la legendaria propiedad de Vlad Tepes mejor conocido como el Conde Drácula.

Dicho esto mi vista se posó en esa legendaria construcción que imponía presencia a un en la lejanía de la ventanilla. Minutos pasaron y nos encontrábamos todos en la entrada de esa antigua propiedad, veía todo mi alrededor viendo a turistas tomando fotografías o niños corriendo por el lugar. Lo que me puso algo incomoda era un grupo de personas jóvenes viendo en nuestra dirección sintiendo sus fuertes miradas sobre mí.

—Muy bien chicos síganme, que el recorrido está por iniciar— informo Athan frente a nosotros dando la orden de que lo siguiéramos dentro del gran castillo.

—El primer certificado de la ciudadela de Bram data del catorce de Noviembre de mil trecientos setentaisiete—Explicaba Melany mientras veíamos cada cuarto, pasillo y escalera por haber.
—Construido en mil trecientos setentaiocho sobre la cumbre de una roca—rio divertida y giro a vernos divertida— en la que estamos ahora— este comentario fue acompañado por risas de la clase entera. —El castillo Bram fue torre de defensa y control de camino comercial que conectaba a las provincias Valachie y Transilvania; también era punto de aduana, residencia real y como pueden ver ahora un museo feudal. — termino de explicar para girar a vernos abriendo una gran puerta con su mano—Adelante.

Al entrar por esa puerta se podía ver que era un gran salón, el cual estaba decorado como en la época. Lo que más llamaba la atención en aquel salón era lo que había al cruzar todo el salón y era esa gran pintura con un hombre en él.

—Cómo pudieron ver y algunos reconocer— la voz de nuestro profesor Athan se escuchaba desde atrás de nosotros llamando nuestra atención — se trata del conde Vlad Tepes mejor conocido por todos como el Conde Drácula.

Después de nuestro recorrido por el gran castillo regresamos al autobús para ir a Brasov, Transilvania. Nos quedaríamos un rato para pasear y conocer el lugar, después partiríamos a la mansión de la familia Riverton. Por fin estaba muy cercas de tener ese libro en mis manos, de saber toda la verdad, de saber que era en realidad mi padre y todas esas dudas de mi cabeza.