Estupidez humana [Sessho&Kago]

¨Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana y no estoy muy seguro de lo primero¨ -Albert Einstein


No he escuchado una frase más realista que esta, definitivamente. en el trascurso de toda mi vida lo he comprobado, el hombre es estúpido, la mujer es estúpida, todos somos estúpidos y es un tipo de ignorancia que pareciera que no acaba, pareciera que más fácilmente el universo tiene un fin a que nuestra estupidez cesara… siempre me he preguntado qué fue lo que llevo a Einstein a escribir esa frase tan impactante y luego me di cuenta que todos ya conocían el significado de esa cita aun antes de que él la escribiera, ya todos conocían la estupidez que los manejaba, pero solo él, solo Einstein tuvo las agallas y la inteligencia para poder plasmar en palabras esa idea y difundirlo a toda la humanidad para que como mínimo piensen que significa , pero parece que aun así no aprendemos, no nos damos cuenta que podemos cambiar, que podemos acabar con esa idiotez que nos embarga y así mismo ponerle fin al maltrato a la mujer, a los niños, a los animales, acabar con el hambre, la pobreza y todo lo que le está haciendo daño a los seres vivos, pero NO, el ser humano solo destruye, porque cuando crea al mismo tiempo destruye y si seguimos así no sabemos lo que podría suceder en un futuro no muy lejano…
Mi nombre es Kagome Higurashi, pero en este momento no quiero hablar de la idiotez que está acabando con el mundo, quiero hablar de la estupidez que acaba con el mundo de cada uno, de cada persona en particular, así es: EL AMOR

 

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Bueno, que decir acerca de mi… mi vida es simple, tengo 26 años y trabajo como asistente personal del magnate Sesshomaru Taisho, quien ha sido mi jefe durante más de 6 años.

Empecé como asistente personal a la temprana edad de 18 años ya que mi madre estaba necesitada gracias a una enfermedad terminal que la deterioraba con el pasar de los días, ahora le doy gracias a Dios porque ella ahora está en sus manos en una mejor ¨vida¨ digámoslo así, acepto que la extraño mucho, pero es mejor que haya muerto a que tenga que sufrir con una larga vida, en fin, yo me quede con este empleo ya que no tengo un gran estudio, si mucho termine la preparatoria y además aquí gano un ridículo sueldo que muchas grandes empresarias envidiarían.

También esta sesshomaru que es ahora un gran amigo en mi vida, admito que cuando empezamos nuestra relación era un poco tosca ya que él era muy frio y arrogante, pero luego tuvimos más confianza y ahora lo considero incluso como un hermano mayor, un arrogante, sarcástico y sobreprotector hermano mayor, pero admito que yo soy realmente seria con respecto a mi trabajo y no podría decir lo mismo por parte de él.

ya que él era demasiado (exageradamente) inteligente cuando estaba en la universidad apenas tenía 16 años y aun así fue el mejor de tan prestigioso lugar, poco después se hizo cargo de la empresa de su padre que había muerto en un trágico accidente de auto, y para los 20 años ya era uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo, increíble pensé yo cuando descubrí su historia, pero tener todo ese poder tampoco es tan sano a una edad tan temprana, se convirtió en un egocéntrico (aunque creo que es así desde que nació),derrochador (aunque no me quejo de mi sueldo) vanidoso y ninfómano total, cada fin de semana traía consigo una nueva modelo o reportera que intentaba hacerle una entrevista, y parte de mi trabajo era sacarlas de la lujosa casa delicadamente, para que ellas no se sintieran TAN usadas, jajajaja debo admitir que es incluso un poco divertido ver sus caras al despertar y ver que están solas, pero luego me pongo en el lugar de ellas y jajajaja es imposible porque yo no caería tan fácil, es realmente gracioso, pero en fin, mi trabajo es echar DELICADAMENTE sus conquistas, insistirle infinitas veces para que firme sus importantes contratos y servirle café a las 4 de la tarde, sonara fácil, pero no se imaginan como es de difícil hacer un buen trabajo cuando ese idiota siempre está molestando y negándose a hacer su trabajo, ¡ES QUE PARECE UN NIÑO! Un arrogante y frio niño de 4 años.

 

Hoy el día empezó normalmente, es sábado así que imagino que alguna despampanante mujer esta de intrusa en la casa, y como ya mencione es parte de mi deber sacarla delicadamente de aquí, me pregunto quién será esta vez, así que me dirijo a la habitación y ohhh sorpresa, nótese el sarcasmo, allí estaba una hermosa pelinegra medio desnuda curioseando lo que no le importa

-buenos días- digo en un tono serio y áspero intentando no sonar tan incómoda ante su presencia
-¿donde esta sesshomaru?- me responde, más bien me exige en un tono arrogante
-el señor Taisho no se encuentra en este momento- le dije cortésmente, pero…
-¡pero quien se cree que es ese imbécil, yo soy kagu…-
-el señor Taisho no está y envió por una limosina que tiene órdenes de llevarla a donde usted le plazca… la está esperando afuera, así que con su permiso- le interrumpí (este trabajo me encanta) y me dirigí a mi ¨oficina¨ para poder seguir haciendo mi trabajo, estoy harta de estas mujeres que se las dan de mucho pero solo son un plato de segunda mesa simplemente ¨por si acaso¨, ¨por si me aburro¨, solo para eso sirven.

Pasé por el taller de Sesshomaru, ya que su pasión es construir, experimentar y definitivamente los autos supe que ahí estaba, claro que yo siempre sé donde está, en cualquier lado menos donde debería estar trabajando, doy un pequeño suspiro de resignación y voy a confirmarle la misión.

-la ¨señorita¨ ya se fue- le dije en tono sarcástico
-menos mal, ya temía que lo olvidaras- me respondió mientras hacia algo debajo del auto, la verdad no se mucho de estas cosas mecánicas
-olvidarlo, como crees, si es el pan de cada día- y otra vez el sarcasmo
En ese momento el sale del auto totalmente sucio y engrasado, pero igual de apuesto y me lanza un sonrisa torcida, ahí supe que ahí venia alguno de sus malos chistes
-que, ¿celosa?, tranquilízate, tu sabes que tu eres la única- me dice mientras se acerca peligrosamente, otra vez, pan de cada día
-la verdad no, simplemente cada día es más difícil sacarlas de aquí, siempre son las misma rabietas de ¡hay tu sabes quién soy yo!, ¡tú sabes quién es mi padre!- le dije imitando a varios casos que han pasado por aquí

Él solo se rio un poco, privilegio que pocos alcanzamos a ver en vida

-además, algún día de estos perderé el quicio, y no sabes que sería capaz de hacer, incluso hasta tendrías que despedirme, y eso no puedo permitírmelo, y es que perder mi ridículo sueldo no es un sueño más bien es una pesadilla, sino imagínate pasar de súper rica a pobre en un día, no, no puedo permitírmelo-
-oh, vamos por favor, hagas lo que hagas nunca podría despedirte, nadie llenaría tus zapatos, además no exageres, no te pago tanto, ¿o es que quieres que te pague menos?- me dijo enarcando una ceja

Yo inmediatamente abro increíblemente mis ojos, mostrando mi sorpresa

-ohhh, sesshomaru, tu sabes que solo estoy bromeando, ya sabes bromas entre jefe y asistente, solo eso- dije rápidamente con una gran cara de arrepentimiento, no podía permitirme perder mis ahorros, y mi lujoso apartamento y mi futuro auto, no no no no ni pensarlo
-está bien, pero recuerda algo- y en ese momento se acerco mucho mucho mas de lo permitido a mi rostro y me dijo – yo nunca bromeo- y volvió a su trabajo en el auto, dejándome totalmente aturdida y sonrojada, definitivamente no se como lo soporto.

 

Sesshomaru es un idiota, ayer me dejo totalmente aterrada, prácticamente no pude hacer mi trabajo y él solo se burlaba de mi ¿Quién se creer que es?, jaaaa ya me estoy pareciendo a esas mujeres que trae, pero de verdad ese tonto es un desvergonzado, pero bien, hoy es un nuevo día y debo recuperarme, echar a la intrusa de hoy y seguir con lo mío.
Camino directamente a la habitación del señor Taisho y parece que la de hoy es una rubia, creo que es una famosa modelo, tal vez de VOGUE, pero no importa.

-buenos días- digo un poco mas cortes que ayer
-ahhh, buenos días- me responde sorprendida, tal vez esta si tenga modales
-¿Dónde está sesshomaru?-me cuestiona tranquilamente, esta muchacha me agrada
-el señor sesshomaru no se encuentra en este momento- seguramente aquí viene la explosión
-ohhh, ya veo- dice con una mirada triste y arrepentida, ya me partió el alma, pero trabajo es trabajo
-el señor sesshomaru, ha enviado una limosina por usted, esta la llevara a donde usted quiera- le dije normalmente
-¡en serio!, ¿me llevara a donde está Sesshomaru?- me dice un poco mas emocionada, y oh por Dios, esto no me lo esperaba, parece un poco más inteligente que las demás
-lamentablemente nadie sabe donde se encuentra él en este momento ya que tuvo que viajar con urgencia por motivos de trabajo
-ohhh, está bien, solo dile que cuando pueda que por favor me llame- me dice mucho más serena y se va con una mirada triste, pobrecita, no merece esto
-está bien señorita, hasta luego- sesshomaru es un idiota

Otra vez, tal como ayer, fui a confirmar la misión al taller, pero esta vez él no espera lo que pasara.

-¡sesshomaru!- lo llame, más bien le grite
-¿Qué sucede mi amor?- me responde tranquila y sarcásticamente, sin siquiera mirarme
-esta vez te pasaste, esa pobre rubia no era como las demás, ella si se veía al menos educada, no debiste hacerle eso, como mínimo te hubieras despedido tu de ella- le reproché

Él solo paro de trabajar y me lanzo la mirada más gélida que había visto en toda mi vida, eso no me lo esperaba, supongo que tal vez no debí gritarle así, contando pues que él es mi jefe, ¿ahora qué hare?

-sabe, señorita Higurashi-me respondió, y ahí supe que algo no andaba bien- las mujeres que siempre traigo solo son pasatiempos, ellas se lanzan a mí y yo las recibo, el día que a mí me guste realmente una mujer y no la lleve a la cama en un día, ese día me voy a despedir de ella o es mas no me voy a despedir vamos a dormir juntos toda la noche y vamos a estar simplemente acostados toda la mañana y hasta la tarde, pero por ahora no estoy interesado en encontrar a esa mujer, a menos… que usted me quiera ayudarme en dicha labor- me dijo mientras se acercaba peligrosamente a mi colorado rostro

-y..y..yo no no señor- le respondí con mi voz totalmente quebrada y con la cabeza gacha
En ese momento me sonrió y se alejo
-está bien señorita Higurashi, tan solo tráigame un café- y volvió a su trabajo de maquinas
Creo que con esto nunca en mi vida le voy a volver a reprochar algo respecto a las mujeres, claro que con respecto a su trabajo, nunca me rendiré, así que simplemente voltee y me dirigí a la cocina a servir un poco de café, y un whisky para mí, porque de verdad lo necesito.

Una vez en la cocina oí como sesshomaru me llamaba así que me tome de un sorbo todo ese whisky y le lleve el café, y es que no puedo cometer otro error con este empleo, no puedo arriesgarme más, así que cuando estaba nuevamente en el taller…

-señor Taisho, aquí tiene su café- le dije, más bien le susurre mientras miraba el suelo por la vergüenza y el arrepentimiento tan increíble que me dominaba
-ohh, vamos Kagome relájate, ya paso ya ambos nos relajamos, sigamos como si nada- me dijo mientras me levantaba la cabeza delicadamente, ¡guau, esa actitud no me la esperaba!
-entonces, ¿sí? ¿Estamos bien?- cuestionó
-por supuesto- le respondí mucho más animada mientras le entregaba el café, pero él me miro fijamente los labios y se fue acercando lentamente, yo inmediatamente abrí los ojos demostrando mi sorpresa, pero él solo se acercaba más y más mientras me miraba los labios, hasta que a escasos milímetro de mi rostro dijo
-¿Kagome? ¿Estás borracha?- ¡MALDITO INFELIZ!

 

-yo, yo yo solo me tome un whisky, estaba un poco estresada y creo que lo necesitaba- respondí totalmente colorada
-Kagome, sabes que en hora de trabajo eso no está permitido- me dijo con un tono más o menos parecido a un regaño, pero más bien parecía una burla
-porque no sabes lo que podría pasar, imagina que tu estuvieras borracha y alguien se aprovechara de ti, no sé, tal vez tu jefe bien parecido o algún delincuente que entre a la casa, claro que es más probable lo del jefe- continuo con su mirada en el techo y una mano en su barbilla como si lo estuviera pensándolo seriamente
-jum, estás loco- le dije simulando estar enojada y me fui, porque si me hubiera quedado tal vez también hubiera golpeado su rosto ¨bien parecido¨, idiota.
Bueno, ya mañana es lunes, mañana si empieza el trabajo de verdad, conferencias, ruedas de prensa, contratos que tengo que obligar a que firme y muchas cosas por el estilo, menos mal en semana él si es un poco, solo un poco más serio, pero algo es algo.

…al día siguiente…​

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El despertador sonó hoy como todos los lunes, lo escuche un poco más alto de lo normal, o al menos eso es lo que yo siento, claro cómo lunes es lunes… pero bueno, ya es hora de levantarse y seguir con el peor día de la semana, lo único que me confortara es un delicioso baño que me quite todas estas malas energías, o al menos eso espero.

Una vez lista me dirigí a la casa se sesshomaru, que lastimosamente esta a las afueras de la ciudad, lo que me hace tener que despertar una hora antes… debo admitir que al principio esto fue difícil, tener que despertar a las 4 de la madrugada para arreglarme y viajar una hora todos los días era agotador, pero claro, después me acostumbré, y ya es pan de cada día madrugar y que la limusina me recoja para llevarme a la casa de Sesshomaru.

Como me encantaría que mi jefe no fuera tan madrugador, pero ya nada que hacer, ya que mi trabajo era siempre llegar antes de que él despertara, creo que no me perdonaría a mi misma llegar y que el ya este despierto y listo.

Una vez en casa de sesshomaru, camine hacia la cocina y serví un café para Sesshomaru, que estoy segura no demora en salir de su cuarto de traje y corbata como siempre, ahora que lo pienso nunca lo he visto desarreglado, siempre esta elegante, claro excepto en el taller, pero eso no cuenta. Me pregunto cómo duerme, será que se acuesta con su típico traje o con alguna otra prenda… mmmm, tal vez duerma…- no Kagome deja de pensar vulgaridades y concéntrate- me dije mentalmente, definitivamente estoy loca, así que serví el café, lo deje en la mesa y subí al estudio de sesshomaru a recoger todos los contratos y entregárselos en las manos para obligarlo a firmarlos, la tortura de mi vida.

Cuando recogí todos los contratos, que se suponía debía firmar el fin de semana, baje a la cocina y ahí estaba él con su imponente presencia leyendo un periódico y tomando su café

-Kagome, ¿esos son los contratos que se suponía debía tener listos para hoy?- me pregunto con su mirada fija en el periódico y con un tono de indiferencia
-si señor- le respondí como siempre
-¿y por qué no están listos?- volvió a cuestionar fríamente
-porque usted estaba haciendo cosas más importantes que su trabajo- le respondí sarcásticamente
-Kagome, debo decir que te estás volviendo un poco insolente y mediocre, ¿ahora que se supone que haga?- me dijo pero aun con su mirada en el periódico
- pues señor usted sabe que yo le insistí para que haga su trabajo, pero como usted hizo caso omiso a mi intensidad, me tome la libertad de leerlos e indicarles cuales son los que debe firmar- le conteste de la formas más profesional posible
-muy bien Kagome, dámelos pues, yo los firmo, porque sabes que confió en ti, y sé que no tomarías la decisión equivocada- dijo sin soltar la mirada del periódico, Y mostrando una diminuta, casi invisible sonrisa
-muy bien señor, gracias- y le entregue los contratos… todos los lunes hacemos lo mismo, fingimos que somos la típica pareja de jefe malhumorado y la simple asistente, somos grandes actores, no lo dudo, jajaja, pero creo que ya es tiempo de que sea él quien lea esos contratos, porque definitivamente es muy aburrido leerlos y elegir cuál es el correcto, o que al menos no lleve a la empresa a la bancarrota, y es que esos contratos son muy importantes, no entiendo porque la asistente y no el presidente es quien los analiza…
-y Kagome… te vez hermosa- dijo dando un último sorbo a su café y dejando el periódico en la mesa para levantarse y dirigirse a la entrada de la casa donde lo esperaba uno de sus tantos deportivos

Jummm, apuesto a que ni siquiera me miro, pensé para luego seguirlo y dirigirnos a nuestra verdadera sede de trabajo.

 

Y así continúo una semana normal hasta que llego el día jueves, me levante normalmente, hice lo de siempre hasta llegar a la casa de Sesshomaru, donde serví el mismo café de siempre y me senté a leer un libro mientras lo esperaba

-hola Kagome, el sábado en la noche tenemos un importante baile y no tengo compañía así que
-tranquilo, ya mismo consigo alguna modelo que esté interesada- le interrumpí mientras buscaba mi teléfono
-pero déjame terminar- me dijo seriamente- necesito que tu vayas conmigo-
-pero ¿Por qué?- titubee tímidamente
-las razones no importa, lo único que necesitas saber es que mañana te llegara un vestido a tu apartamento y yo te recojo para llegar a esa elitista y estúpida fiesta
-yo, yo… está bien- dije nerviosa

Y él solo se sentó a leer su periódico y tomar su café, sin prestarme la más mínima atención

…sábado…​

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Hoy amanecí realmente emocionada, voy a ir a una importante fiesta de grandes empresarios como pareja de unos de los hombres más ricos y cotizados de la industria, estoy realmente nerviosa, pero debo hacer mi trabajo como todos los días, así que fui a la habitación de sesshomaru y para mi gran sorpresa estaba vacía, totalmente arreglada y vacía, así que camine hacia el taller para interrogarlo

-hola, Sesshomaru
-ahhh, hola señorita Higurashi ¿pero qué está haciendo aquí?- pregunto fríamente debajo de uno de sus autos
-ehh, pues yo trabajo aquí, y por lo que veo hoy casi no hay nada para hacer- respondí
-pues vaya a su casa, tómese el día libre, descanse y nos vemos a las 10 de la noche que la pase a recoger- me dijo mientras soldaba algo debajo de su auto
-como diga señor- le dije sarcásticamente siguiéndole el juego
-entonces hasta la noche hermosa señorita-dijo provocándome un leve sonrojo

Así que fui a mi hogar, y me dispuse a arreglar el desorden pero me recosté en la cama y me quede dormida toda la tarde, para cuando desperté eran las 6 y tenía el hambre más increíble, así que me levante, fui a la cocina y prepare una ensalada que sinceramente no hace el mismo trabajo que una deliciosa hamburguesa, pero era lo único que podía comer, me duche y observe el vestido negro que sesshomaru me había enviado ayer, era definitivamente hermoso, totalmente negro, con un pequeño casi inexistente escote adelante y la espalda totalmente descubierta, era la elegancia en una sola prenda, seguramente con mi sueldo que aunque es agraciado no me hubiera alcanzado para comprarlo, así que me puse unos jeans y un top mientras arreglaba un poco el apartamento para que Sesshomaru no pensara mal de mí al verlo, cuando acabe eran las ocho, así que me cepille el cabello y lo recogí graciosamente, dejando que algunos cabellos cayeran elegantemente por mi rostro, me maquille un poco, dejando que mis ojos y labios resaltaran, para después ponerme el vestido, me puse unos pequeños aretes plateado, que también sesshomaru me había obsequiado de cumpleaños y unos tacones negros, debo admitir que no me veía nada mal, alisté un pequeño bolso y para las 10 Sesshomaru ya estaba tocando en la puerta.


Cuando salí ahí estaba él con un muy elegante traje negro de corbatín, se veía muy bien, y eso que si normalmente es muy apuesto, hoy estaba envidiable, podría incluso decir que se veía mejor que todos los mas apuestos de Hollywood, es mas metería la mano al fuego si estuviera mintiendo


-hola- dije un poco nerviosa
-te ves simplemente hermosa- me dijo mientras besaba mi mano
-y debo decir que tu tampoco luces mal- le respondí intentando sonar confiada, aunque por dentro estaba que me desmayaba
-entonces, señorita Higurashi, vámonos- me dijo mientras me ofrecía su brazo elegantemente, para que yo lo sujetara y fuéramos a la fiesta…


Una vez en el auto, tuvimos una cómoda charla acerca de las malas películas de los 90s, tema que realmente nos emocionaba… cuando llegamos a la fiesta, había una enorme alfombra roja, él abrió mi puerta me ofreció su brazo y ambos nos dirigimos al interior del recinto, no sin antes entregarles las llaves del deportivo al vallet. Cuando íbamos pasando por la alfombra roja, habían muchos periodistas que nos tomaban fotos, Sesshomaru solo mostraba una fría mirada mientras caminábamos y de ese recorrido en la alfombra lo único que me queda de recuerdo son las voces de todos esos reporteros diciendo cosas como ¨la nueva conquista de Sesshomaru¨, ¨tal vez esta vez sí es una relación seria¨, ¨por fin sentara cabeza¨, y cosas por el estilo, definitivamente no lo conocen, no conocen ni un pelo de él.

 

Todo aquí es espectacular, elegantemente decorado, con hermosas fuentes de agua y grandes cantidades de refinada comida, todas las personas están vestidas como para la ocasión, no hay nadie que no esté vestido de traje o vestido, hay muchas reconocidas figuras públicas, modelos, políticos, presentadores, reporteros e incluso actores, creo que nunca en mi vida había visto algo parecido, pero creo que lo mío es más bien estar en mi hogar viendo televisión, jajaja como es posible que piense eso estando en esta fiesta de tan alta categoría

-¿estás bien?- me pregunta Sesshomaru al verme tan aturdida
-ohh, si estoy tan solo algo sorprendida, esto es hermoso- respondí anonadada
-eso dices ahora, pero una vez que pases más tiempo aquí te darás cuenta que no todo es tan perfecto como parece- dijo a mi oído –por ejemplo, ¿ves a ese hombre?- dijo señalando con la mirada a un hombre alto y algo robusto, yo asentí levemente con la cabeza -es inglés, tiene a su esposa y dos hijos en su país natal, ahora ¿ves a la mujer que está con él? -dijo mirando fijamente a una hermosa mujer castaña que estaba charlando con él, y nuevamente yo asentí –pues esa es la amante aquí, y cada que lo encuentro es con otra y otra mujer, eso no es vida, aquí no todo es perfección, y esa historia se repite con muchos de los que están aquí, así que ten cuidado- me dijo en el oído y se alejo cuando un hombre alto y bien parecido se acerco a nosotros

-hola señor Taisho, ¿Cómo se encuentra hoy?
-bien gracias- respondió secamente, mostrando claramente que no quería continuar con la conversación… así que esta es la personalidad que todos conocen de Sesshomaru, jum es interesante, ya que no lo conocen en lo absoluto
-¿y quién es su bella acompañante?- se dirigió a sesshomaru, pero me miraba fijamente
-ella es Kagome y está conmigo- dijo mientras me sujetaba la cintura con un brazo como mostrando que soy de su propiedad
-pues está bien, que tenga una buena noche señorita- dijo el desconocido mientras besaba mi mano
-lo mismo- le conteste a ese sujeto con una sonrisa
-y ¿quieres un coctel o algo mas fuerte?- me pregunto tranquilamente
-creo que un whisky estará bien- dije, algo sonrojada al recordar lo de la otra ocasión
-está bien alcohólica, solo espero que alguien, no yo claro está, se quiera aprovechar de ti- me dijo mientras caminaba hacia el bar dejándome como siempre totalmente roja.

Y así mientras me bajaba el color un atractivo hombre se acerco a mí

-un gusto, mi nombre es Inuyasha- dijo mientras besaba mi mano
-hola, yo soy Kagome- le respondí cordialmente
-así que ¿estás sola?- me pregunto galantemente
-pues de hecho
-claro que estás sola, porque no veo a nadie contigo- me interrumpió
-pues veras- empecé a decir pero nuevamente
-verás yo tengo una importante empresa multinacional, y me preguntaba si te gustaría trabajar conmigo- me interrumpió, ¿será que alguna vez me va a dejar hablar?
-la verdad usted no sabe nada de mí, no conoce mi trabajo, ¿Cómo me va a contratar así sabiendo que hay tanta gente rogando por un trabajo en su ¨multinacional¨?- le conteste sarcásticamente
-con el solo hecho de que tu estés en esta fiesta significa que eres alguien capaz y con eso me basta- me dijo arrogantemente, y justo cuando le iba a contestar un fuerte brazo me sujeto de la cintura
-toma Kagome, aquí tienes tu whisky- dijo Sesshomaru enviándole una fuerte mirada a Inuyasha quien no se quedo tranquilo y también le respondió, esto parecía una guerra de miradas, el ambiente se puso tenso y lo peor era que yo estaba en medio de ambos

-ehhh, bueno, un gusto conocerlo señor Inuyasha, hasta pronto- dije en voz alta y jale a Sesshomaru hacia otro lugar de la sala
- si, Kagome, un gusto y hasta luego Sesshomaru- contesto Inuyasha casi escupiendo su ultima palabra
-me gustaría que no te volvieras a acercar a él, nada bueno trae ese sujeto- habló Sesshomaru mirando a lo lejos a Inuyasha, quien también nos observaba
-creo que estoy muy grandecita para hablar con quien yo quiera- conteste enojada
-está bien, como quieras, solo te lo advierto, con cualquiera de estos hombres aquí podrías salir herida- dijo sabiamente, y yo me pregunto si él sabrá que él también es un hombre y también está aquí.

 

Después de esa conversación, el ambiente se puso tenso, y yo solo me dedicaba a mirar el techo, que a propósito era espectacular, mármol hermosamente tallado y lámparas que a simple vista notarias que son de cristal, pero eso no viene al tema. Sesshomaru y yo no hablábamos y así pasamos algunos minutos que más bien parecían horas, hasta que una hermosa melodía se empezó a escuchar y las parejas empezaban a entrar a la pista de baile

-¿señorita me concede esta pieza?- escuché por detrás y al girar me di cuenta de que era Inuyasha
-por supuesto - le respondí suavemente mientras le mostraba una genuina sonrisa y me alejaba del espacio de Sesshomaru
Y así me sujeto por la cintura y empezamos a movernos lentamente en el centro de la pista mientras nos mirábamos a los ojos en un cómodo silencio
-¿así que vienes con Sesshomaru?-interrumpió
-sí, realmente yo soy su asistente personal- continué tranquilamente
-ohhhh, ya veo, veo que mi medio hermano tiene un buen gusto- dijo galantemente soltándome una importante noticia por sorpresa
-¿¡medio hermano!?- casi grite
-claro, ¿no lo sabías?, nuestro padre fue Inu No Taisho, pero obviamente diferentes madres- me dijo mientras girábamos en la pista de baile
-ohhhh, creo que Sesshomaru nunca lo menciono- conteste mirando el techo intensamente
-pues bien, la verdad es un tema irrelevante, pero ¿sabes que si es importante?-me cuestiono coquetamente mientras acercaba en exceso su rostro al mío, a lo que por supuesto yo simplemente negué con la cabeza intentando no desmayarme en sus brazos
-mi propuesta de trabajo sigue en pie, cuando quieras llámame- continuo mientras pausábamos el baile y me entregaba una tarjeta, yo le sonreí y la tome demostrando que al menos tengo modales, no como las otras ¨amiguitas¨ de Sesshomaru, y hablando del rey de roma

-disculpe, ¿ahora podría concederme esta pieza a mi?- y al mirar ahí estaba Sesshomaru, luchando en otra batalla de miradas con Inuyasha, donde mi jefe obviamente era el ganador
-claro- termine diciendo tranquilamente mientras sujetaba la mano de Sesshomaru e Inuyasha me lanzaba una mirada coqueta para luego irse con paso apresurado al bar
-y dime, ¿no te dije que lo mejor era que lo evitaras?- empezó Sesshomaru mientras me giraba y empezábamos a bailar elegantemente. Yo por un momento me desconcentre por lo increíble que se movía Sesshomaru, prácticamente me sentía como una pluma en sus brazos, pero luego escuche su pregunta y mi tigresa interior ataco

-¿y? ¿yo no te dije que estaba muy grandecita para bailar con quien yo quisiera?- cuestione también sarcásticamente
-la verdad sí, pero creí que como mínimo considerarías el consejo de un amigo- continuo fríamente
- por favor, si de verdad fueras mi amigo me hubieras contado que tenias un medio hermano- prácticamente grité
-no me gusta hablar de temas inútiles como ese, solo hubiera sido una charla incomoda y sin ningún sentido, y en todo caso ¿Cuál sería la importancia de esa conversación?-me contesto secamente mientras nos movíamos lentamente en medio del recinto
-bueno, pues, pues… así al menos hubiera sabido algo intimo de ti- titubee
-por favor tu sabes cosas más intimas sobre mí de las que hasta yo mismo conozco, mi tal medio hermano no es nada importante, y si a mí no me importa, a ti te debería importar menos- concluyo, para luego sumirnos en un incomodo silencio pero ameno baile. Pasaron unos minutos hasta que
-sabes, eres hermosa- me dijo cambiando de tema y mirándome a los ojos con una fría pero a la vez cálida mirada
-eh, yo… muchas gracias, pero creo que no deberíamos estar así, tan juntos, tan cerca, ¿Qué van a pensar los demás?-dije un tanto incomoda, a lo que Sesshomaru me sujeto un poco más fuerte y dijo, acercándome aun mas
-no me importa, y a ti tampoco- me contesto un poco fuerte
-además, ese vestido se te ve hermoso, y no puedo desperdiciar este momento- dijo de forma ronca y gélida, tono que hizo que se me erizara cada centímetro de la piel, por poco y no muero ahí mismo
-Sesshomaru, ¿Qué estás haciendo?- pregunte lentamente intentando recuperar el aire
-estoy bailando y charlando con mi asistente personal, amiga y compañera en esta gran fiesta- dijo exaltando lo obvio
-no, me refiero a que últimamente estas extraño conmigo y no sé que sentir, ¿hice algo mal?, porque este comportamiento no es común en ti- cuestione un poco desanimada
-¿sabes Kagome?- dijo en un suave suspiro -deberíamos sentarnos, ya no hay música- término, haciendo que yo me diera cuenta de que éramos los únicos en la pista de baile, y yo solo me pusiera como siempre colorada. Así que sujete su mano para que mejor me guiara a la mesa que nos corresponde.