Cereza navideña.

Cereza navideña.


Cada año, en donde todos se alegran, en esa fecha en donde todos festejan con sus familiares en noche buena—yo siempre hago lo mismo.

La frenética movida de gente y el descontrol en plena vía publica, me pone de los nervios, yo diría que a cualquiera pondría de nervios si te empujan, te atropellan tan solo para comprar impulsivamente regalos y mas regalos.

— ¡¿Tan importante es regalar un obsequio en navidad?! — esa pregunta me la hago cada año y nunca logro entenderlo, no, no aun.

—Me parce tan materialista— ¡rayos, la maldita maquina de jugos me trago mi única moneda!—

Otro año mas en que la maquina maldita… absorbe mi moneda. (Y como cada año, desde que tengo uso de razón) la pateo hasta quedar exhausta… pero a fin de cuenta siempre resbala… y mi venganza esta en saborear cada gota de aquel jugo de cerezas.

— Ese gran sabor explosivo en mis papilas gustativas… es la demostración de que le he ganado— lo ves… maquina, nunca me vencerás— es mi frase final.

¡Y hoy no será la excepción; pero por algún motivo que desconozco esta vez la he golpeado mas veces y nada!

— ¡Kuzo!— estoy cansada, ¡¿acaso hoy no tomare mi bebida preferida?! — que frustración… —

Con seguidos suspiros alcé el flequillo castaño de mi frente que se interponía entre mis ojos café.

— ¡¿HEE?! — desde cuando había crecido tanto mi cabello. Pues no lo había notado—pero ni alcazo… estoy tan cansada…

Sentía una pesadez en mi cuerpo que me deje vencer, apoye mi cabeza en el respaldo de la banca, se sentía algo fría, pero era lo mas acogedor que todos los año seguidos sentía.

— ¡Clic!— ¡ese sonido, Ho no! — me exalte de la nada y fue cuando vi a aquel “chico roba bebidas”. Rápidamente me puse en posición de ataque y le grite.
— ¡Oye tú! — ¡¿que haces con esa lata?! — le grite con frustración; ¡esa era mi moneda!
— ¿Nani? — mustio al girarse y mirarme para luego tratar de no reírse.
— ¿He? ¿se esta r-riendo de mi?—pensé de inmediato y enseguida me di cuenta cual era el motivo. (¡Cielos… que vergüenza que pensaría de mí!)
— ¡Veo que te gusta Dragón Ball!— agrego este tratando de disimular la risa—
— A decir verdad; bueno, no exactamente— sentía un rubor intenso en mis mejillas— ¡pero en la posición en la que estaba mi cuerpo… ya dejémoslo ahí!—le grite cambiando de tema.
— ¡Oye! te lo pregunte antes ¿Qué haces con mi bebida?—le reproche con euforia.
— ¿Tu be-bi-da? — me respondió sin darme importancia, como me molestaba eso, pero mas me estaba molestando al verlo llevar sus dedos a la chapita que sellaba la lata.
— ¡Perdón! pero yo la saque de la maquina… — Me respondió entrecerrando sus grises ojos.

¿Acaso se estaba burlando de mí?

— ¿Me crees tonta o que? “es mi moneda la que estaba en la maquina y esa es mi bebida de sabor a cerezos” el sabor especial que explota en tu estomago… tan solo el echo de explicarle cada detalle inconciente de mi, que tonta, me elevo por los aires.
— ¡¿Eh?!—me miro extrañado— ¿te referís a esta moneda? pues sabes… con golpear a la maquina no ganas nada—toma ten…

Ahora si quede como una tonta… nena berrinchuda— ¡¿además desde cuando que me estaba observando?! — no respondí, solo tome mi vieja moneda entre mis dedos y la escondí; sentía una vergüenza terrible.

— ¡Ten!— me dijo tomando mi mano con delicadeza, lo cual sentía estallar mi cara de lo roja que estaba.
— Considéralo como un regalo de navidad—me dijo por ultimo antes de poner la intacta bebida sobre mis manos.

Se despidió de mí con una calida sonrisa, camino con las manos en los bolsillos hasta perderse de mi vista. Me quede viendo la lata aun con un sonrojo marcado en gran parte de mi rostro.

Por primera vez recibí un regalo de navidad… el de un estraño— y este era calido…

Fin.

Es algo muy simple pero aun asi no podia dejarlo afuera ^^