Amarga Realidad

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Lexa, 18 Diciembre 2012.

  1.  
    Lexa

    Lexa Fanático

    Tauro
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    Amarga Realidad
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    Hola C: Aquí les traemos, Thoruz Sardu y mi persona, una nueva historia, realmente espero que les guste, cualquier cosa, comenten C:
    Aclaro que es un original, producto de nuestra imaginación.

    Amarga Realidad
    [​IMG]
    Prólogo.
    Los secretos están sujetos al sufrimiento, y cuando estos son revelados o descubiertos se desencadena una batalla por obtener la verdad.


    Drover, 1860.
    En aquel seco y frío bosque se escucha no muy lejos el trotar de unos corceles, quien con ellos traen un carruaje, pero no un carruaje cualquiera, no, en aquel carruaje está sentada la familia más rica del pueblo, la más poderosa y con un alto nivel social, envidiables para cualquiera. Ellos vivían en las afueras del bosque, donde no les gustaba ser molestados.

    Querido, observa una mujer de fina voz, porte elegante y apariencia encantadora, abría con delicadeza las cortinas de seda que tapaban el carruaje y a lo lejos se apreciaba una nube de humo y las llamas ardientes que sobresalían.

    Ramsés apresura el paso con voz masculina y dominante indicó al joven que llevaba las cuerdas de los corceles. A paso apresurado los finos caballos se acercaban a la ubicación de aquel alboroto.

    No puede ser… —susurró el hombre anonadado mientras bruscamente jalaba las cortinas de alta costura para ver aquel horrible desastre. Para de inmediato ordenó con voz tangente, y de un fuerte movimiento los corceles se detuvieron con inquietud moviendo sus patas de un lado a otro.

    ¿Qué vas hacer Alessandro? ¡Alguien te puede ver! Le advirtió Katherine mientras tomaba del brazo a su marido quien con una simple mirada le dijo que todo iba a estar bien. De acuerdo, pero ten cuidado… —murmuró con preocupación.

    Alessandro, como así lo llamó aquella mujer, entró a la casa con determinación y en el fondo de aquel viejo y desgastado lugar se podía apreciar una pequeña y sencilla cuna de la cual los llantos de un bebé resonaban con frenesí en aquella casa que se caía a pedazos.

    ¿Alguien más está aquí? pero nadie contestó. Y con rápidos pero cautelosos movimientos tomó al bebé que se encontraba en la cuna, saliendo lo más rápido que sus piernas daban.

    Estás bien y eso es una alegría —suspiró la mujer al instante que corría a sus brazos, pero con cierta sorpresa se detuvo al ver como Alessandro le enseñaba lo que junto a él estaba…

    Un bello y hermoso bebé en sus brazos cargaba y cuando sus miradas se encontraron algo dentro de ellos palpitó, y ahí en medio del aquel bosque supo que su destino ya no le pertenecía.
    Verdad que te hace presa a lo que no deberías saber.
     
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    Zil Kendrick

    Zil Kendrick Toro de Daffy ❤️

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    Alessandra tiene mucha razón original, producto de nuestra imaginación, dos formas distintas de escribir, dos formas diferentes de sentir, gracias por su apoyo a estas loquitas escritoras.....

    Trataremos de estar actualizando lo mas pronto posible, y no comparen con algo similar es un Original.... Vale, gracias por sus Me gusta y comentarios/criticas todo sera muy bien recibido... <3
     
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  3.  
    Syel

    Syel Extraña

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    wow!!!
    me ha dejado con la boca abierta. Su historia suena interesante desde el título...y ahorita que acabo de leer esto, me han dejado sorprendida, esta muy bien redactada, te explica bien los sucesos
    y te hace estar dentro de la historia misma.
    me ha encatado y me ha dejado con una gran curiosidad de saber cual es el pasado del pequeño y desde luego de su familia por que si quemaron su casa fue por algo o al menos eso es lo que yo creo. Me imagino que tiene que ser algo muy grande pues como que comar una cosa con toda la familia dentro solo si por que si...se me hace muy extraño-
    que imaginación tienen y pues ya tienen nueva lectora!!
    esperaré por el primer capitulo
     
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  4.  
    Reding Wings

    Reding Wings Play, read, write and have fun.

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    Super!!... Ettoooo... Alessandra y onee-san!! ^^
    Gracias por la invitación xD, hace muuuucho que no leo un original *risa nerviosa*
    Me gustaron los nombres que pusieron el el fic, hoy en día todos ponen nombres "normales", vieron...

    Quiero saber que pasa con el bebé!!, ¿Habrá habido alguien más en esa casa? Mmm, capaz que sí, capaz que no, sólo el resto de los capítulos me lo dirá! xD

    Por otro lado, no noté ningún error de ortografía, muy bien narrada la historia, ni mucho ni poco, felicito por eso, en serio, es difícil encontrar uno así =_=

    Bueno, creo que eso es todo.

    Sayoo!! n_n
     
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    Misuzu

    Misuzu Usuario VIP

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    Hola Ale gracias por invitarme me gustan los colectivos, ¡Wao! me encanto la trama con solo el prólogo me llamó a leerlo : ) los felicito, buena narración y descripción, no vi ni un error ortografico. Ya me lo esperaba de mi sensei : )

    Alessandro jejeje lindo nombre no... Quiero saber que va a pasar con el hermoso bebe, que sera de su futuro.
    Sin más que decir, espero ansiosa el primer capitulo y buena portada.
     
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    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    ¿Qué tal? ;) Gracias por la invitación, ya pasé a leer.
    Primeramente me llama la atención la fecha. ¿1994? En estas fechas nadie usaba carruajes con caballos... La clase alta se pasea en limosinas blindadas. Me gusta el toque romanticista de este asunto, pero creo que me perdí en el tiempo y el espacio con el detalle del año en que se desarrolla la escena. Por ende, tampoco puedo imaginar bien si los personajes usaban ropas del 1900 ó algo por el estilo, en donde estaban en boga los carruajes. O quizá les gusta vivir a la antigua ;) Supongo que debe ser también porque viven lejos de la sociedad y es probable que las costumbres urbanas les incomoden un poco, no sé. Ya me lo aclararán.
    El prólogo es bueno, se entiende que la historia tratará sobre un niño (o quizá ya de grande), que fue rescatado de entre las llamas de una casa en donde presuntamente no había nadie. Esto deja con un hálito de misterio porque uno se pregunta quién habrá prendido fuego a esa residencia o dónde estará el culpable. No parece haber sido un desperfecto eléctrico por lo alejada que está la casa del resto, así que se debió haber tratado de alguien que con intención quiso calcinar al bebé dentro. Por otro lado, me hubiera encantado una mejor descripción del bosque; el prólogo sí debe ser breve o menor que el resto de los capítulos pero parece que aquí nos fuimos muy rápido... Yo me imaginé un bosque helado en una tarde nebulosa de otoño, de árboles altos y un camino infinito, pero faltó más descripción para poder ambientarme con todos los detalles que seguramente debe haber en el bosque. Sé que no es lo importante o trascendental en la historia, pero hay que meternos en cada una de las escenas para vivirlo.
    En los diálogos me confundí un poquito, los dos primeros sobre todo... No dice quién dijo con voz masculina y pensé que era ella misma (¿o sí fue ella?); tampoco cuando él bajó del carruaje. Lo que sí me gusta, es el sentido que tuvo el hombre para ir al rescate del bebé, como si fuera una especie de premonición, algo que le dictó su conciencia que hiciera en esos precisos momentos, pues de no haber actuado, el pequeño estuviera calcinado y hubiera pasado a mejor vida. Fue como algo heroico, por así decirlo, además de muy oportuno.
    Ahm, errorcitos de tildes, ya saben, cosas como "contesto" en vez de "contestó" y no sé si por ahí alguna otra, creo que sí pero no me dedico a buscar sino a disfrutar de la historia.
    El prólogo me ha dejado con un buen sabor de boca por la propuesta, sé que le darán un lindo giro a la historia ahora que conozco sus estilos. Hay que decir que el inicio sí es un poco cliché (pareja que se encuentra a un niño abandonado), pero sabiendo tomarle la curva, podría ser un relato jugosísimo. Estoy seguro que lo harán bien, y aquí me tendrán. Perdonen por las críticas, son siempre constructivas, no busco hacer daño, sé que tomarán lo mejor de ellas.
    Si me avisan cuándo hay nuevo capítulo, aquí me tendrán. Mucho éxito.

    Saludos.
     
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  7.  
    Poikachum

    Poikachum Gurú Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Me ha atraido sobretodo la imagen y la introducción del escrito, eso es algo muy importante dado que al haber una buena presentación atrae más a los lectores. Me ha gustado la originalidad y frescura del fic. Espero poder leer pronto más de este escrito. No he visto ninguna falta y eso es algo muy bueno también :)
    Hasta la conti!
     
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    Lexa

    Lexa Fanático

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    ¡Hola! Bueno, aquí estoy con mi capítulo, realmente espero que les guste C: La descripción tanto psicológica como física de los personajes se irá detallando poco a poco, a medida que pase la historia. Intentó mejorar mi descripción ambiental, me falta mucho en ese aspecto S:

    Aquí está el capítulo Kasdeya Nyx no presiones ¬¬’ Espero que te guste. Y bueno, el capítulo II lo escribes tú x3


    Aclaro que Alessandro salvó una bebé, es niña, aquello fue un error nuestro, lo siento :c

    Muchas gracias a los que comentarios y dieron “me gusta” Esto va para ustedes ;3


    Capítulo I.

    Decisiones que destierran el pasado. El peligro asoma su cara.


    Drover, 1877.
    El sonar de las gruesas gotas golpeando el duro cristal resuena por la inmensa casa, dejando a su paso el eco del profundo silencio que reinaba en aquel hogar. Frente al fino cristal se halla la dulce mirada de una joven, de apariencia delicada y tierna, quien con una sola sonrisa hechizaba a todos con su encantadora personalidad.

    —Josuel, ¿por qué no llegan? —susurró con preocupación. Ladeó su rostro a la derecha con la intención de encontrar aquellos ojos azulados que le trasmitían tanta seguridad en momentos de angustia.

    —Están cerca, Elizabeth. Tranquila —con voz segura y confiada le contestó. Y con un lento movimiento posó su fría mano en la cálida mejilla de su pequeña hermana, con la intención de mostrarle tranquilidad.

    —¿Cómo lo sabes?

    Suspiró con pesadez, llegaban momentos donde Josuel se hastiaba de las constantes preguntas de Elizabeth, pues nunca se conformaba con una simple respuesta, siempre queriendo saber con detalle las declaraciones otorgadas.

    —Sólo lo sé… —murmuró con desgano.

    A paso lento se dirigió al sofá negro que adornaba con sutileza y elegancia la sala de estar, dejando caer su peso sobre el mismo. Pasó sus brazos por detrás de su nuca y se dedicó a cerrar sus párpados por momentos, como le gustaba escuchar el sonido de la lluvia, ¡ah, qué cosa más agradable!

    Elizabeth le miró con reproche, se sentía ofendida e ignorada ante la acción de Josuel, siempre hacía lo mismo, nunca le contestaba como es debido ¡Qué falta de respeto! Ellos, una familia con un alto porte, alto nivel social, sin espacio para justificar tal comportamiento. Pero, ¿qué decir? Aquello solo ocurría con su hermana. Malcriadeces.

    La menor hizo el ademán de reprocharle, pero tal acción murió en la intención. Su mal humor se esfumó al instante que escuchó como la puerta principal se abría.

    Alessandro y Katherine habían llegado.

    —Mamá, papá… llegaron —murmuró soltando un suspiro de alivio. Elizabeth era una chica que se preocupa mucho por los seres que amaba, internamente temía perderlos, un miedo que ha florecido en su interior sin saber el porqué.

    —¿Todo bien? —preguntó Alessandro con voz firme, mirando a su alrededor con determinación para luego posar sus orbes negros sobre la figura de su hijo.

    —Sí, todo bien —le contestó con seguridad, compartiendo miradas con su padre.

    La menor ni prestó atención a tales acciones, muy concentraba estaba admirando la figura de sus padres, agradeciendo que hayan llegado sanos y salvo; pues la tormenta que se desataba allá afuera era devastadora, ¿cómo había salido con tal panorama? Simplemente no le agradaba el trabajo de sus padres; ser presidentes del consejo del pueblo no era nada fácil y, aunque tenía buenos ingresos y gran prestigio, deseaba que su trabajo fuese otro. Aquel trabajo no era para cualquiera.

    ~
    —¡Estupideces! —aquella expresión fue soltada con odio y severidad. Y lo que se escuchó luego de tan ordinaria declaración fue el fuerte estruendo provocado por el puño de aquel hombre contra la resistente mesa de madera.

    La mesa se partió en dos.

    —Te digo la verdad, ¡no consigo trabajo! Ya todos tienen un puesto en el pueblo y, al parecer, no hay espacio para más —se defendió con voz firme. Y ciertamente era así, todos los que en el pueblo residían tenían un lugar asignado, todos sabían cuál era su lugar y su deber y vacantes para uno más, no había.

    El hombre de alta estatura bufó con molestia, para él lo que su hijo decía eran puras patrañas; Joshua era el rey de las mentiras y excusas, y su padre era consciente de eso. Y aunque está vez estuviesen diciendo la verdad, para su padre eran puras habladurías.

    —No me interesa cómo, pero vas a traer dinero a esta casa. Sabes que estamos en una situación crítica, mis ingresos no son suficientes —reveló Nicolás al borde de la desesperación, mirando con desaprobación a su hijo.

    —Bien —secamente respondió Joshua; y con brusquedad salió de su humilde hogar, cerrando la puerta de golpe. No le importaba que afuera se estuviese desatando la peor de las tormentas, total, cualquier lugar parecía ser mejor que su hogar.

    El fuerte viento pasaba entre sus cabellos negros, pero Joshua ni se inmutó ante el frío que este traía, para él el frío y la lluvia era relajante, tranquilizador, lo mejor que ha sentido; pues, aunque él lo negara, le recordaba a su madre.

    Suspiró con desgano, ahí venía otra vez, la imagen de su madre haciendo estragos en su corazón; aún no superaba del todo su pérdida, en silencio añoraba su presencia y, aunque siempre mostraba una imagen fuerte, fría y sin sentimientos, por dentro estaba devastado. Sólo tenía a su padre, a él y nadie más.

    Pasó sus pálidas manos por su empapado rostro, intentando quitar el agua de los ojos que nublaba su vista. Miró a su alrededor y cierta sorpresa lo invadió, por estar tan clavados en su pensamientos no se percató que aún seguía de pie bajo el umbral de la puerta de su casa.

    Y nuevamente suspiró, está vez siendo consciente de lo que su mente procesaba. A paso lento atravesó el jardín que adornaba la vista principal, rodeando su mediana casa, pasando por un lado de las flores que allí florecían. Embozó una diminuta sonrisa al ver lo que más quería tranquilo; al parecer la tormenta no lo alborotó, y eso era una excelente noticia.

    —Aker, al parecer has perdido el miedo a las tormentas —murmuró una vez que sus pies pisaron aquel viejo establo donde aquel animal vivía, quedando cerca del mismo. —A ver…

    Miró a su alrededor en busca de alguna falla, desorden o peligro, pero afortunadamente todo estaba en orden. Acarició la parte dorsal de su caballo, para luego darles unas palpadas. Su caballo estaba en forma y orgulloso se sentía de aquello.

    ~
    Murmuró incoherencias al vacío de su casa, y vaya que estaba molesto; el clima le hacía juego a tal sentimiento. Con sus gruesas manos masajeó su sien, debía relajarse, no podía ceder ante el dolor de cabeza que su hijo siempre le producía. Se acercó a la mesa redonda que yacía en medio de la acogedora sala, y con rápido movimiento agarró la caja de cigarros que tanto adoraba. Se dejó caer sobre el sofá azulado que estaba frente a otra mesa de madera, y con suma paciencia prendió su obsesión.

    Ahora ya podía pensar con claridad.

    Dejó salir el humo de su boca con cierta elegancia, y su mente ya se hallaba procesando una solución a la situación que se estaba presentando. ¿Qué debía hacer con Joshua? No podía mandarlo a la calle, lo necesitaba, si no ¿Quién cazaría la comida de cada día? Y aunque lo hacía a regañadientes y de mala gana, lo hacía. Y eso era importante. Pero aquello no era suficiente, no se podía vivir solamente de la cacaería y todo se complicaba al tener que ocultar su verdadera identidad.

    Estúpidos humanos.

    Embozó una amplia sonrisa, y orgulloso se sintió ante la idea que se le había ocurrido. Era la solución, ellos le darían un buen trabajo, con buenas ganancias y su nivel social ascendería.

    Ellos estaban obligados a ayudarlos.

    Con determinación se paró de su tan cómodo sofá, tiró su cigarrillo al cesto de basura, agudizó un poco sus sentidos y dio con paradero de su hijo. Nicolás salió de la casa con suma rapidez, y en un suspiro ya estaba detrás de la espalda de su hijo.

    —Joshua —habló con autoridad.

    El nombrado hizo oído sordo ante su llamado y, como si nadie estuviese a su espalda, siguió acariciando a Aker.

    —Joshua —repitió. —Mañana temprano le pedirás trabajo a la familia Schwartz —ordenó.

    No tuvo la necesidad de pararse frente a su hijo para saber su reacción, sabía que cara pondría, sabía que palabras saldrían de su boca…

    —Ni lo sueñes.

    Sabía que se negaría.

    Nicolás posó en sus labios una sonrisa burlona, ¿es qué su hijo no lo entendía? No podía negarse, aquello era una orden, y la tendrá que cumplir así su orgullo sea lastimado.

    —Es una orden, hijo. Y más vale que la acates si no tendrás que vivir en la calle, y eso no creo que te agrade, ¿qué dirá la gente de ti? Adiós prestigio.

    Y con un aire victorioso media vuelta dio, dispuesto a entrar en la casa, prender otro cigarro y recostarse en su sofá azulado.

    Joshua, por otra parte, se sentía humillado y de la peor manera, su padre sabía dónde herirlo. Empuñó sus manos lleno de frustración, ¿qué debía hacer? Absurda era aquella orden, su padre sabía el profundo odio que sentía por esa familia ¡Y venía y le salía con esta estupidez! Suspiró con fuerza, necesita inhalar el olor de la lluvia para tranquilizarse. ¡Maldición! Mala idea, el frío, la lluvia…

    Definitivamente todo estaría mejor si Helena, su madre, estuviera con vida. Cómo odiaba a la familia Schwartz.

    ~
    —¡Elizabeth Schwartz!

    Aquel grito representaba problemas, lo sabía, algo malo había hecho. La nombrada con cierto miedo se paró del sofá donde descansaba, atravesó el comedor y una vez que sus pies pisaron la cocina sintió un escalofrío recorrerle su espina dorsal.

    —¿Sí, madre? —murmuró con pavor. La regañarían, eso seguro. Cuando Katherine la llamaba por su nombre y apellido es que estaba muy enojada, algo había hecho Elizabeth, algún error había cometido…

    —Creí, antes de irme, haberte dicho que arreglarás tu habitación.

    Algo se le había olvidado.

    La chica se sorprendió por momentos, ¡claro que lo había olvidado! Y como lo lamentaba, a su madre no se le pasaba nada. Suspiró con desgano y aliviada, podría haber sido otra cosa mucho peor…

    —Se me olvido, madre. Ya lo haré —le aclaró con fastidio.

    Katherine ni se dignó a verla, simplemente asintió con la cabeza y siguió cortando las zanahorias para la ensalada que cenaría. Elizabeth transformó sus labios en un puchero, su madre estaba molesta con ella, y no era para menos. Pues, lo que más odiaba la mujer de alta estatura era el desorden y más si este era provocado por sus hijos, ¡eran una familia refinada! Tendría que poner más autoridad.

    La de cabello castaño se encaminó a su habitación, subiendo por las escaleras que reposaban en la entrada principal, cada con cada escalón que pisaba su flojera incrementaba, y rogaba para sus adentros que su habitación no estuviese en tan mal estado.

    Una vez frente a su puerta, giró la perilla de metal con lentitud y cuando ésta se encontraba abierta de par en par, lo lamentó. Un suspiró salió de sus finos labios, ciertamente tenía mucho que arreglar; ropa por todos lados, sábanas y almohadas en el suelo y la ventana; sus joyas tiradas en punto cualquiera de la habitación, ¿cómo permitió que su habitación estuviera en ese estado? Y con razón su madre se enfadó.

    Escuchó la puerta siguiente a la suya abrirse, y el rostro se le iluminó, él le ayudaría.

    —Josuel, hermano, ven acá por favor —habló desde su habitación. Y tales palabras fueron soltadas con suavidad y cariño.

    El nombrado caminó hacia dónde provenía aquel llamado, y buena vista se llevó.

    —Elizabeth, ¿qué paso aquí? —preguntó con asombro. Aquella habitación era un buen ejemplo para representar el desorden.

    —Ayúdame —rogó. Miró a su hermano con ojos suplica y le dedicó su mejor sonrisa, él siempre cedía ante eso.

    Schwartz negó con la cabeza en modo de desaprobación, iba retirarse y dejarle aquel desorden a su hermana, ella era responsable del estado de su habitación, ella y nadie más. Pero ni un paso pudo dar hacía atrás, en un parpadeo su hermana lo tenía preso en sus frágiles brazos; Josuel le miró con desgano, ¿qué debía hacer? Claro estaba que si quisiera apartarla con un pequeño empujón la haría, ¡su hermana le llegaba por el pecho! Seguro Elizabeth podía escuchar los latidos de su corazón; pero no quería, sabía las consecuencias que una negación provocaría. Su hermana era muy sentimental.

    —Bien.

    La chica le miró con alegría, hasta un brillo se posó en sus verdosos ojos, y de un jalón metió a su hermano en su habitación. Quizás terminaría rápido.

    —Recoge las sábanas y almohadas —le ordenó con suavidad.

    Josuel bufó ante tales palabras, encima que le venía a ayudar le daba órdenes, ¿qué se creía su hermana? A regañadientes el chico de diecinueve años empezó a recoger lo ordenado, y quería terminar rápido, la habitación de su hermana lo aturdía. Ese rosa oscuro que decoraba todas las paredes le revolvía el estómago, tanto rosa le hacía querer vomitar. Había tanto colores, tantas combinaciones y su hermana optó por el rosa solamente, ¿acaso no lo gustaba ningún otro color? Imposible.

    —¡Auch!

    Aquella exclamación lo trajo a la realidad, y volteó su cabeza a la portadora de aquel grito. Lo que vio lo dejó atónito.

    —¿Estás bien? —preguntó con preocupación. Los vidrios se hallaban esparcidos alrededor de la Schwartz y un líquido transparente pero con buen olor inundó la habitación.

    —Sí, sólo me corté un poco el pie —susurró al instante que se agachaba para examinar su herida. —Rayos, estoy sangrando, debo tener un vidrio incrustado.

    Peligro. La sangre salía lentamente por la mediana herida que se había provocado, y Josuel no quitaba la vista de aquel brote de sangre, parecía atónito y hechizado ante aquella vista, e internamente lamentaba que su hermana no haya agarrado aquel fino perfume con firmeza.

    Ahora la bestia que yacía en su interior advertía por salir.
    2.248 palabras.
     
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    Syel

    Syel Extraña

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    Como siempre me has dejado sorprendida y con una gran sonrisa en mis labios
    A mi parecer no note ninguna falta ortográfica ya que me concentre mucho en la historia
    La narración fue excelente, te hace imaginar el lugar y el momento en el que están. Me he quedado un poco confundida ya que no se cuántos años tiene Elizabeth.
    Tal vez sea tonta por no entender del todo pero no estoy en mi mejor momento...:confused:. Lo siento por ello. La última frase me ha dejado realmente asombrada, ¿acaso él es un vampiro? pero si son hermanos, ella tambien lo tiene que ser o no?, realmente me has dejado confundida.
    Disculpa no haber comentado antes pero no me habia dado cuenta, avisame de nuevo ok?
    Se despide
     
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    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Bueno, leído.
    Puedo notar que el capítulo se divide en secciones, que a su vez representan escenas críticas para el desarrollo de la historia. Tenemos por una parte a la familia Schwartz, que gozan de amplio prestigio en el pueblo por ser... no sé si llamarlos concejales, pero sí tienen un buen puesto dentro del entorno político. Nos presentas a dos simpáticos muchachos (adoré a Eli), y la vida más o menos rutinaria de ellos. Imaginé una casa muy bella y grande, en donde residiera la acomodada familia, y un par de muchachitos fragilones, muy al estilo de los hijos mimados; por otra parte tenemos a Joshua y su padre, que aparentemente no guardan una muy bella relación desde la muerte de la madre, quizá porque Joshua es un desobligado al que sólo le interesa slair a pasear en caballo y esas cosas, mientras que su papá está muy preocupado porque consiga un buen trabajo, y vaya que ahora lo que se ha ganado es que forzosamente ha de trabajar con los Schwertz. Parece que al final los destinos se van a cruzar y vincular.
    Me queda la duda de Sakura, no sé cuántos años tiene Elizabeth, si cinco, nueve o doce, o incluso más. Faltó especificar porque me quedó nublada la mente en ese dato, no supe imaginar a la chica. Otra cosa que me llegó a molestar un poquitín es que a veces tiendes a exagerar en la técnica de las descripciones progresivas. Cosas como "lo que más odiaba la mujer de alta estatura", o "la de cabello castañó se encaminó", simplemente no terminan de escucharse bien. Creo que la especificación de que la mujer era alta debió haberse dado bajo otro contexto, pues aquí se está tratando de una narración directa y no quedó muy bien homogeneizado. Y un problema más grave es cuando, en la siguiente escena, dices "Schwerz negó con la cabeza". Bueno, ambos son Schwerz, por lo que tengo entendido, a no ser que tengas un as bajo la manga y el chico no lleve ese apellido. Pero de llevarlo, tenemos un problema de ambigüedad en ese caso.
    Faltas de acentos detecté, y también el problema de "embozó una sonrisa". Embozar quiere decir ocultar, y creo que es lo contrario de lo que quieres decir. Más me parece que quisiste escribir "esbozó una sonrisa", ya que esbozar es sinónimo de dibujar.
    Ahora queda esperar a saber qué es lo que ocurrirá con Joshua. Estoy ya seguro de que terminará yéndose con los Schwertz, de eso ya no dejaste dudas... Y aunque ahí se rompe un poco el suspenso, al ser demasiado previsible la próxima acción, sí quedan dudas de saber cómo es que se interrelacionará con la familia y, sobre todo, por qué los detesta. Quizá sea porque son muy refinados y él tiene un espíritu más libre.
    Y otra cosa es que seguimos perdidos en el tiempo, Ale... En esa época nadie caza para sí mismo, esa práctica rudimentaria de supervivencia quedó siglos atrás. Aún lo creería de ermitaños y pobladores rurales, pero de una familia acomodada como la de él, simplemente no encaja.
    Es todo, espero el próximo capítulo =)
     
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  11.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    hola gracias por la conti
    ¡¡¡¡Qué!!!! ¿como? que tiene esa familia schwartz y como es que el hermano tiene una bestia interior es que acaso no es legitimo hijo de sangre de esa familia o algo lo mordio y ahora esta asi (mira las ocurrencias que se me ocurren XD) y por que la otra familia odia tanto a esta ya se por que le mataron a la madre no?? bueno me han dejado intrigada sigan asi.

    la parte que mas me dio risa fue la del cuarto desordenado entiendo el maritirio con el color rosa lo entiendo y otra pregunta por que ellos se llaman casi igual eso no puede ser mera coincidencia josuel y joshua suenan muy parecidos

    kiss
     
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    Zil Kendrick

    Zil Kendrick Toro de Daffy ❤️

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    Capítulo II.

    Por tus palabras me encontré con otros ojos.

    ––Elizabeth, te ha hablado nuestra madre ––el joven decía con dificultad mientras se ponía la mano en la boca.

    ––¡Pero tú estás loco! ¡Mira! Me he cortado el pie y quieres que yo vea que es lo que quiere mamá ––la herida de la joven no era grave, pero le salía la suficiente sangre para que su hermano empezara a perder el control.

    Contrólate, contrólate esto pronto pasará. No dejaba de pensar que él pudiera perder aquel control, volteó y vio a su hermana quien con dificultad me movía hacia la cama, un pequeño rastro de sangre dejaba a su paso y el corazón de Josuel se aceleraba a cada gota derramada, sus ojos empezaron a tener un brillo singular y poco a poco se acercó a su bella hermana menor, la tomó de los brazos y su rostro se acercaba más y más a su cuello.

    ~

    ––Mi padre siempre con lo mismo, siempre hace lo que él quiere y ahora yo tengo que ir con aquella familia que detesto a pedirles trabajo. ¡Quién diablos se cree mi padre! Pero esta no se la voy a perdonar ––un joven se encontraba sentado en aquel viejo establo, mientras unas gotas de agua caían en su rostro, con fastidio vio el viejo y roto techo de aquel lugar, pero algo atrajo su atención, un pequeño brillo sobresaliá entre aquella oscuridad.

    ––¿Pero qué es eso? ––se puso de pie y subió con algo de impaciencia esa vieja escalera de madera que se pudría cada vez más con el paso del tiempo. Se acercó con sumo cuidado y de un fuerte golpe rompió aquella madera que le impedía el paso, el techo del establo esparció una leve brisa del agua estancada, se escuchó el relinchar de su fiel compañero que con mucho nervio se movía.

    ––Tranquilo Aker, no pasa nada enseguida vuelvo ––una breve sonrisa apareció en el rostro de Joshua y de un ágil movimiento subió al viejo techo. A cada paso que daba se escuchaba el crujir de la madera, con mucha cautela se acercó al objeto y él chico quedó estupefacto con aquella maravilla que había encontrado.

    ––Esto es un bello collar, ¿pero qué diablos hace aquí? –– él no podía creer que ese bello objeto se encontrara en el techo de su viejo establo, tomó con delicadeza aquel objeto que al parecer era de plata, pasó sus yemas de sus dedos y sintió cada borde, cada detalle de lo que parecía una gota de plata. Por un momento se le olvidó que se encontraba sobre tablas putrefactas, con algo de confusión guardó ese bello collar en la bolsa de su pantalón.
    Un ruido lo hizo volver a la realidad, vio hacia sus pies y con algo de miedo vio partirse aquellas tablas. Joshua no pudo hacer nada, un hueco quedó en el techo y varias maderas estaban encima de la paja y debajo de ellas se encontraba aquel joven, por suerte el terminó en la comida de su caballo. Con algo de dolor se levantaba pequeños rasguños que tenía en sus brazos y cara. Con molestia se dirigió a la salida de aquel establo, odiaba ser tan débil no pudo hacer nada para evitar esa caída, volteó y vio un gran hoyo en el techo; una sonrisa se formó en sus labios al recordar lo que le pasó y ver el desastre que había echo.

    ––Lo más seguro que mi padre me regañara por esto…. Qué más me da, un regaño más, un regaño menos nunca viene mal–– un suspiro soltó y salió para dirigirse a cualquier lugar que fuera, no quería estar en el establo y menos en su casa. Tomó las riendas de su caballo y con ágil movimiento se subió él, ya no llovía tan duro, solo era una pequeña brisa.. y a todo galope se dirigió a los adentros del bosque.
    ~

    ––Hermano… ¿Qué pasa? ––La joven se ponía nerviosa al sentir tan cerca la respiración de su hermano mayor en su cuello.

    ––Yo… Tú… ––nada podía salir de los labios de Josuel y una voz serena pero fuerte se escuchó en el cuarto.

    ––¿Qué fue ese ruido? ¿Qué pasa aquí?

    ––Padre, es que… Por descuido se me calló mi perfume y me corté mi pie –– el padre se acercó y observó que su hijo tenía algo raro miro a su hija y vio un rastro de sangre en el piso.

    ––Josuel ve a tu cuarto ––él joven solo asintió con la cabeza y salió del cuarto––. Ven hija, vayamos a curarte ––la joven no entendía el comportamiento de su hermano, así que ignoro lo que le decía su padre y fue tras su hermano mayor, solo dio unos cuantos pasos pero un brazo la detuvo y la jaló. Algo confundida voltió y vio a su madre que le tomaba del brazo.

    –– Elizabeth, tu padre te habló y tu lo ignoraste.

    –– Madre, lo siento…Pero es que mi hermano, él está… ––la chica fue interrumpida.

    –– Él está bien, tu eres la que está herida.

    Su madre tomó con mucho cuidado a su hija y la ayudó a llegar hasta el pequeño sillón que tenía en su cuarto, su padre tomo su pie con delicadeza y no tardó en curarlo, no era una herida grave, vendoó su pie y le dijo que no se moviera, que estuviera sentada. Sus padres se retiraron del cuarto, por unos minutos ella estuvo en calma, pero su mente no dejaba de pensar en lo que le había pasado; ella tenía que saber por qué su hermano se había comportado así. Con mucho cuidado se levantó y a pasó lento se dirigió al cuarto de Josuel. Antes de llegar escucho la voz de su madre en el cuarto de su hermano y ella presintió que algo no estaba bien, así que se ocultó detrás de un mueble y sólo espero que su madre saliera y ella pudiera entrar. No paso mucho tiempo y se escuchó el crujir de la puerta más cercana, una sombra se observó moverse. Elizabeth solo vio la sombra y espero a que esta desapareciera, cuando ya no escuchó ruido alguno salió de su escondite y tocó la puerta de su hermano.

    ––Adelante ––su voz se escuchaba molesta y con algo de miedo entró la chica.

    ––Hermano… ¿Estás…? ––ella no pudo terminar de hablar puesto que Josuel volteó y la vio con reproche y molestia.

    ––Largo de mi cuarto, Elizabeth no estoy de humor para tus tontas preguntas. Vete a descansar tu pie no está en condiciones para que andes caminando.

    ––Este… Yo, lo siento, lo más seguro es que nuestra madre te regañó por mi culpa ––y era verdad, Josuel no estaba de humor, la plática que había tenido con su madre no solo fue sobre ella, sino que también hablaron de un tema algo estresante para él… Su prometida.

    ––Mira hermana, te he dicho que no tengo cabeza para hablar, en primera tú y tus torpes manos, ve lo que te pasó; te cortaste y ahora no podrás hacer nada y siempre pensando en que todas las cosas tratan sobre ti. No Elizabeth no todo trata de ti, vete de mi cuarto y no me molestes ––la joven sólo miraba hacia el piso y unas pequeñas gotas resbalaban sobre su rostro.

    ––Yo lo siento hermano ––Elizabeth salió corriendo de aquel cuarto pero no se fue al suyo, sino lo que hizo es salir por la puerta de empleados y dirigirse a su establo donde encontraría a su bello corcel; un bello caballo negro con una bella crin blanca y bellos ojos negros, con guantes blancos y una franca blanca sobre su hocico. Tomo las riendas y con mucho trabajo montoóaquel bello animal. Su pie le dolía pero aquellas palabras de la persona que menos esperaba le dolieron más, mientras ella salía de su casa sin que nadie se diera cuanta tomó un camino poco común, un pequeño sendero que la llevaría a el bosque.

    ––¡Diablos! ¿Pero qué he hecho? No tenia porque desquitarme con ella ––Josuel daba vueltas a su cuarto, en su cabeza pasaban muchas cosas, no sabía qué hacer tardo varios minutos pero al fin decidió ir a la alcoba de su hermana al entrar, se sorprendió puesto que no había nadie. Se dirigió a cada habitación a cada rincón de la casa pero no encontró nada. No quería decirles a sus padres pero no tenia alternativa.
    Se dirigió a la sala donde su madre se encontraba leyendo unos papeles y su padre estaba viendo el gran ventanal y veía el caer de cada suave gota de lluvia que resbalaba por ese transparente cristal.

    ––Padres ––tomó un poco de aire antes de que soltara la noticia, en su mente rondaba la pregunta: ¿Cómo les diré que por mi culpa Elizabeth no está en la casa?

    ––Habla hijo ––su padre lo veía con algo de inquietud

    ––Señores… Lamento si los molesto pero ––aquel empleado se encontraba algo nervioso, sus patrones no eran malas personas pero ellos odiaban fallarles.

    ––Habla, dinos qué pasó ––la madre de Josuel estaba algo nerviosa y podía presentir que algo malo iba a pasar.

    ––Señores, discúlpenos pero se han llevado el caballo de la señorita Elizabeth, no está, no sabemos quién lo tomó.

    ––¡Elizabeth! ––En un impulso Josuel decía el nombre de su hermana, todo encajaba, por eso no se encontraba en la casa. Su madre volteó y lo vio con duda.

    ––¿Cómo qué Elizabeth? Ella está en su cuarto, ¿no es así Josuel? ––Pero al ver que no obtiene respuesta, sólo ve al empleado y con un ligero movimiento de cabeza le pide que se retire e inmediatamente hace eso.

    ––Madre… Yo…. ––Josuel empezó a contar la pequeña discusión que habían tenido y él sospechaba que ella había tomado el caballo.

    ~

    No muy lejos en las entrañas del bosque Elizabeth encontró una pequeña laguna y en ella se observaban las pequeñas gotas de agua caer, la chica se sentó en la orilla y se quitó el vendaje, se dio cuenta de que al hacer tanto esfuerzo su herida se había abierto de nuevo. Tomó un poco de agua y se la rociaba en su herida.

    ––¿Estás bien?

    ––¿Josuel? ––Ella voltió a ver quien le hablaba, la voz se le hacía conocida pero se llevó una gran sorpresa, el portador de aquella era…

    Y en aquella mirada no encontró nada de inocencia.
    Lo que vio fue algo...
     
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    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Bueno, el fic avanza lento, la ventaja es que todo va muy entendible y ameno. El lenguaje es simple de entender, no lo rebuscas y todo ha quedado bastante claro.
    De nuevo tenemos ambas perspectivas de la historia, el de la familia rica, en donde parece haber una confrontación un tanto absurda entre hermanos, y luego está la parte de Joshua que simplemente sigue rehusándose a ir a la casa de los Schwartz a trabajar. Por cierto, se ha encontrado un lindo collar, ¿eso qué tendrá que ver? ¿Será de la joven Elizabeth a la que se le cayó al pasar y entonces las historias se unan? Pero no me suena mucho, porque dices que estaba en el techo...
    En fin. Qué malvado el hermano con la pobre Elizabeth, me gusta la actitud de ella, aunque espero que no lo exageren en su infantilismo porque entonces sería un poquitín desagradable. Por el momento, me gusta, me agrada como personaje. El que no actuó bien fue Josuel, lo bueno es que meditó a tiempo, aunque me queda claro que el de la línea final no era él. ¿Sería Joshua? ¿O quién? Eso sólo lo sabré hasta el próximo capítulo.
    Y bueno, por ahí hay un errorcito, o no sé si considerarlo así, pero entre los diálogos, mezclaste el de Josuel con el del empleado y me confundí mucho, tuve que leer varias veces porque en ningún momento, creo, dices que entra el empleado a interrumpirles. Entonces ahí estuvo algo falloso.
    Errores de ortografía, algunos más importantes que otros, pero sería bueno que le echaras un vistazo general a todo el escrito. Me gusta que en cuanto al drama vayas progresando, ya no lo cargas tanto como lo he leído en otras obras tuyas, ahora fue moderado y bastante creíble. El drama del hermano regañando a Elizabeth y luego ésta que se fue porque le hirió que una persona como Josuel le dijera esas cosas.
    Es delicado el asunto de la personalidad de Elizabeth, repito que hay una delgada línea, muy fina, entre la ternura y la excesiva ñoñería. Tengan cuidado ahí.
    Saludos.
     
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  14.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
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    Hola queridas ^^
    Bueno, aqui paso a comentar esta curiosa historia. Dejenme decirles que leí los dos primeros capitulos en mi celular y me confundí bastante pero ahora en la pc ya entiendo todo :3 eheheh.
    La historia en general me ha agradado, desde el inicio, eso oh....acabo de entender algo x3 vaya que soy lenta. Esperemos que ustedes narren eso ^^ me gusta mucho su modo de narrar, tienen cierto parecido pero a la vez no. Elizabeth, mi nombre se ha hecho popular x3 lindo nombre. Cuando lo leí me sonó a orgullo y prejucio. La narracción es simple, fresca pero tiene eso que la hace elegante. Elizabeth se corta y Josuel se enloquece, interesante.
    Joshua refunfuñando como siempre .-. morira joven pero bueno, sera interesante y misterioso saber el origen de aquel hermoso collar. ¿Será de su madre? mmm me deja pensando.
    En cuando a la ortografia, vi algunos errores en este ultimo capitulo, hubo dos palabras que juntaste con la siguiente y en una repetiste la oó :3 pero no es algo tan grave, solamente debes tener cuidado. Ademas que omitiste algunos acentos por ahi ^^ en tomó pero bueno. Releé la historia varias veces ^^ La historia es jugosa y espero que la exploten bien ^^ Elizabeth es una infantil x3 veamos que sucede con ella en el transcurso aunque algo me dice que habrá amor tal vez venganza.
    Sigan asi, buen trabajo, exito en su siguiente capitulo. Besos

    Pire<3
     
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  15.  
    Syel

    Syel Extraña

    Cáncer
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    Hola!!
    Discúlpenme por la tardanza en comentar pero por la tarea de la escuela no he podido comentar casi anda y ahora tengo muchas historias que leer, sin embargo aquí estoy comentándoles como siempre.
    Su historia es muy buena, me agrada ya que puedes entenderle a la perfección debido a que la historia va calmada, no digo que lenta si no más bien que va descubriendo las situaciones poco a poco de modo que uno vaya comprendiéndolo de manera correcta. Josuel se me hace muy extraño, no me inspira confianza, siento que tiene algo que no me agrada y Elizabeth se me hace muy tiernas pero no quiero que lo sea tanto quiero que sea un poco más...agresiva, pero no al extremo; aún así creo que Su hermano exageró en tratarla de esa manera ya que cuando alguien este enojado la peor manera de desquitarse es con otros pero ella fue muy ilusa al salir corriendo en caballo y abrirse la herida de su pie, a lo mejor llega a correr riesgo en el bosque en el que se encuentra, ¿Quién sabe?
    El collar supongo va a ser una joya que tenga mucha importancia en la historia, tal vez un collar que pertenezca a la verdadera familia de Josuel o una joya que e haga daño, ok, soy mala prediciendo pero ojala que no sea algo muy malo
    Muchas gracias por invitarme y esperaré el siguiente capitulo
     
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  16.  
    Lexa

    Lexa Fanático

    Tauro
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    ¡Hola! Lamento la tardanza, pero tuve cierto problemas con mi computadora. En fin, aquí está el capítulo, espero que les guste. Y bueno, gracias por los comentarios y “me gusta” que nos otorgan con cada capítulo, nos animan y aprendemos un montón.

    Y amm, algo que no aclaré antes porque se me pasó y lo recuerdo hasta ahora, es que cuando hablé de “caza” no me refería a este tipo de “caza”, no. Si no cayeron en cuenta en el capítulo, ya lo harán a medida que avance la historia.

    Gracias por leer ;3



    Capítulo III.
    ¿Visita? No, era un intruso.
    ~
    —¿Quién es usted? —Preguntó con desconcierto al darse cuenta de que el portador de aquella voz no era quien ella pensaba, no era quien esperaba.

    Con elegancia se colocó de pie, ignorando el dolor que su pie experimentó al hacer un cambio tan brusco. Se sacudió su vestido floreado, quitando el posible exceso de polvo que se adhirió a el mismo; echó su larga cabellera negra hacia atrás, acomodándolo sobre su espalda al instante que suspiraba hondamente, reincorporándose. Y ahí estaba Elizabeth, tan radiante como siempre, como ha de ser sin importar las circunstancias.

    Por otra parte, Joshua bajaba con calma de su caballo, dándole un par de golpes en su lomo indicándole de que todo estaba bien, que no habría porque temer ante la presencia de la chica; dado que Aker era un caballo muy nervioso, en más de una ocasión generó múltiples problemas por ese detalle, tantos que Nicolás quiso sacrificarlo. Obviamente Joshua se negó a tal atrocidad y tuvo un confortamiento con su padre, uno muy fuerte, dejando malos recuerdos que nunca podrán ser olvidados, ni sanados. He ahí la razón de que su relación sea tan cortante y, en ocasiones, áspera.

    —Me llamo Joshua —le habló con serenidad—. Y veo que estás herida, tu pie sangra — expresó, examinándola con cautela.

    —Oh, no es nada. Un pequeño accidente —murmuró con desgano. Y es que recordar lo sucedido la entristecía más de lo que quería. Pero no, debía aparentar. Un desconocido no tendría porque enterarse de sus asuntos personales.

    —Déjame revisarla, podría infectarse —ofreció acercándose a Elizabeth, la cual le miraba con aire de desconfianza.

    —N-No… Estoy bien, gracias —titubeó su voz ante el acercamiento del chico. Dio par de pasos hacia atrás, imponiendo distancia. Era un desconocido y debía cuidarse.

    —Hey, tranquila. Sólo deseo ayudarte —le sonrió con confianza.

    —No te preocupes, en serio estoy bien —dijo, moviendo con torpeza sus manos en el aire en señal de que lo ocurrido era algo sin importancia, algo banal.

    Y Joshua, al ver el nerviosismo de la chica y sus intentos para hacerle creer que estaba bien sin importar que fuera una clara mentira, detuvo sus pasos y cesó sus intenciones por ayudarla. Tampoco deseaba que la chica pasara un mal momento, o peor, que le temiera así como así.

    —Como digas, entonces.

    —B-Bien, será mejor que me vaya a casa —murmuró con nerviosismo, caminando con cierta torpeza hacia su caballo.

    —Aún no me has dicho tu nombre —le dijo, animado.

    Schwartz subió al caballo con agilidad, y desde arriba le miró sorprendida ante sus palabras, ¿debía decirle su nombre? No creía que algo malo ocurriera por ello, era sólo su nombre y nada más.

    —Me llamo Elizabeth —le confesó sujetando con fuerza las riendas de Slater, su caballo —. Debo irme, lamento haberte preocupado.

    Joshua negó con su cabeza, despreocupado.

    —No hay problema. Espero volverte a ver, Elizabeth.

    La chica no dijo nada más, dirigiendo una última mirada al chico como despedida, dio media vuelta con su caballo para luego andar a toda velocidad directo a su hogar, seguramente estaban preocupados por su repentino desaparecimiento y más sabiendo la razón de este.
    Joshua la siguió con la mirada un par de minutos, embelesado ante la manera tan delicada y confiada en que dominaba su caballo, era magistral. Pero el efecto duró poco, ya que la oscuridad del bosque empezaba a absorber su tan refinada figura, perdiéndola por completo de su campo visual. Ahora sólo la inmensa vegetación chocaba contra sus orbes.

    —Es linda —soltó al aire, sonriente.
    ~
    Caminaba de allá para acá, dando vueltas en el mismo sitio. ¡Ah, iba a hacer un hoyo en la sala de su casa si no paraba! Suspiró con pesadez, pasando una mano por su desordenado cabello, restregándolo con dureza. ¡¿Por qué la había tratado de tal manera?! ¡Era todo un cobarde! Elizabeth no tenía la culpa de su poca fuerza de voluntad, de su poco autocontrol.

    —Iré por ella —dijo con voz firme, sin titubear.

    —No, Josuel. Ya nuestros mejores hombres fueron a buscarla, la traerán a casa —expresó tangente Alessandro desde el sofá de la sala.

    —¿Cómo mandas por ella? ¡Nosotros deberíamos buscarla! —Soltó con molestia, exasperado de la situación—. A pesar de cómo son las cosas, deberías mostrar algo de preocupación, padre.

    Alessandro lo escudriñó con la mirada, frunciendo el ceño en el acto. ¿Qué insinuaba su hijo? ¿Qué Elizabeth no le importaba? Vamos, eso era lo único que le faltaba.

    —Lo estoy, Josuel —aseguró—. Pero no por ello me pondré a dar vueltas en la sala, eso no hará que mi hija aparezca mágicamente.

    Josuel hizo el ademán de responderle quién sabe qué, pero su intento murió al percibir el aroma de su hermana acercándose al lugar, inundando sus sentidos, llenando cada fibra de su ser de tranquilidad.

    —Está aquí —la voz de Katherine irrumpió en la habitación, quebrando así el pequeño momento de tensión que se había formado.

    Y como si eso fuese lo que necesitaba escuchar el mayor de los hermanos Schwartz, sus piernas se movieron con rapidez hacia la entrada de la mansión, abriéndola de golpe, visualizando al instante a la chica de ojos grisáceos bajando de Slater.

    —Señorita Schwartz —habló uno de los hombres que trabaja para la familia, acercándose con respeto hacia la chica.

    —Llévelo atrás y dele algo de beber —pidió con una sonrisa—. Gracias.

    El hombre asintió para luego acatar la orden sin chistar. Como siempre lo hacía. Y tomando las riendas del caballo, caminó con pasos firmes al establo.

    Josuel, quien se había mantenido distante mientras el empleado se marchaba, corrió a abrazarla una vez que la chica se hallaba sola, sin nadie que pudiera importunar el momento.

    —Elizabeth, lo lamento —susurró contra su oído, sujetándola con fuerza—. No sé qué me pasó, y me comporté como todo un estúpido.

    A la chica se le hizo un nudo en la garganta ante tales palabras. Escuchar a su hermano referirse así de él de esa manera la destrozaba internamente, e inevitablemente sintió culpa.

    —No te llames así; todo, simplemente, fue un mal entendido —murmuró, reteniendo las descaradas lágrimas que amenazaban con rodar por sus enrojecidas mejillas—. La que debe esta disculpándose soy yo, lamento mi intento de escape. Seguramente los preocupé a todos.

    Y Joshua rompió el abrazo con suavidad, mirándola de reojo. El rostro de su hermana estaba contraído en una mueca de preocupación, de culpa; e internamente negó tal comportamiento. Después de lo ocurrido, ¿ella sentía culpa? Su hermana, definitivamente, no era una persona normal.

    —Sí, claro —murmuró, esbozando una sonrisa. No deseaba tener otro mal momento con su hermana, nunca jamás.

    Elizabeth acomodó un poco su cabello antes de entrar a su hogar, suspirando hondamente siendo consciente de lo que, seguramente, su padre le diría por tal acción. Y es que ciertamente no pensó bien las cosas, cegada por el dolor, huyó como la cobarde que nunca quiso ser. Pero bueno, ya estaba en casa.

    —¡Hija! —Exclamó su madre al verla entrar, seguida por Josuel—. Me alegra saber que estás bien.

    —Sí, lamento haberlos preocupado. No sé porqué actué de esa manera…

    —Será porque no piensas con claridad ante un problema. Y actúas sin importar las consecuencias —expresó Alessandro con dureza, sin moverse de su lugar ante la presencia de su hija.

    —De verdad lo lamento padre… —susurró, con la cabeza gacha.


    —Y deberías lamentarlo. Tu comportamiento es inaceptable, y tu acción no va acorde con lo que se te ha enseñado, Elizabeth —cada palabra la pronunciaba con la dureza que siempre mostraba, debía darle a entender a su hija que aquello no se podía volver a repetir.

    —Lo sé… —murmuró con voz afligida, encogiendo los hombros.

    Josuel se mantenía callado por respeto a su padre, además sabía muy bien cuál era su lugar; pero simplemente no podía quedarse sin hacer nada, cruzados de brazos, viendo como Alessandro regañaba a Elizabeth por la acción que cometió, la cual fue impulsada por su culpa. Y eso tendría que remediarlo de alguna forma.

    —Bueno, padre —habló—. El caso es que ya está en casa, sana y salva. Y de nada sirve seguir reprochándole algo que ya pasó —expresó, defendiéndola.

    —Es cierto, querido. Dejemos el asunto en paz y en el pasado.

    Katherine era una mujer con pensamientos e ideales diferentes a su esposo, no era alguien que le gustará regañar a las personas por sus acciones pasadas, aunque fuesen buenas o malas, ella pensaba que cada quien se daría cuenta de su error o triunfo con el tiempo, sin intervenciones. Pero era su esposo, padre de su pequeña, y por más que no le gustara las palabras usadas, debía respetar y no quitarle autoridad frente a sus hijos. Él también tenía derecho a educarlos, darle su toque.

    Alessandro suspiró desde el sofá, clamando paciencia y no dejarse llevar por sus emociones. Él no se caracterizaba por mostrar sus preocupaciones al público, aunque fuese su familia, debía mantenerse firme, con fortaleza, no desfallecer jamás ante los problemas, por muy grandes o graves que fueran.

    —Espero que con esto aprendas a pensar antes de actuar, hija. Puedes marcharte a tu habitación.


    ~


    Botó todo el aire de golpe, dejándolo salir de sus pulmones con rabia. Y ahí estaba él, frente a la mansión de la familia Schwartz, y lo próximo a hacer incrementaba la furia que lo envolvía. Aker dio un par de pasos antes de ser detenido por los empleados que yacía en aquel lugar.

    —¿Quién eres y qué quieres? —preguntó uno de ellos con cierta rudeza, mirándolo de reojo.

    Joshua rodó los ojos soltando un suspiro. Bajó de su caballo con gracia, para así en tierra firme dedicarle una mirada fría al hombre que le había dirigido la palabra.

    —Vengo a hablar con el señor Schwartz y la señora Deevont. Es importante —acotó al final ante las miradas de desconfianza que se posaron sin disimulo en él.

    —Veremos si los señores pueden atenderlo —dijo el hombre con simpleza.

    Joshua alzó una ceja ante tales palabras. ¿Veremos? Já, si claro.

    —O le dicen que estoy aquí y vienen a hablar conmigo, o me veré en la obligación de hacer notar mi presencia sea como sea —gruñó exasperado. No, la paciencia no era una virtud que poseía.

    —Siempre tan hostil, Joshua —habló Alessandro desde el umbral de su puerta una vez que sus sentidos captaron la presencia del chico en su territorio.

    —Tus hombres me orillan a tal comportamiento. Tantos años y aún me tratan como un desconocido —expresó recuperando la postura—. ¿Y tu mujer? Necesito hablar con ambos.

    —Ella está ocupada. Así que lo que tengas que decir, dímelo a mí y lárgate.

    —Los años no parecen cambiar tu peculiar personalidad~ —canturreó burlón. Vamos, debía disfrutarse un poco el encuentro. No deseaba estar ahí, aborrecía estar ahí; pero trataría de sacarle provecho a la situación, obviamente, a su favor.

    —¿Qué quieres? —preguntó hastiado, frunciendo el ceño con molestia.

    —Trabajo —dijo, sin darle rodeos al asunto—. Y me lo darás te guste o no, mi padre y yo estamos pasando por un crítico momento.

    Alessandro quien se mantenía quieto en el umbral, rió por lo bajo ante la declaración del chico. ¿Quién se creía?

    —Qué pena, pero ese no es mi problema —y contoneó los hombros en señal de desinterés.

    —Me parece que sí lo es. Mi padre y yo nos hemos mantenido al margen con los humanos, pero sabes muy bien que eso puede cambiar en cuestión de segundos —dijo—. Y no podrás detenernos, Alessandro. Para cuando quieras, ya no habrá población humana en este mugroso pueblo.

    El hombre contuvo un gruñido de molestia al escuchar la clara amenaza de Joshua, y él no podía permitir que tal cosa ocurriera. Se había esforzado mucho para mantener la paz que hoy en día reinaba en Drover, y no se daría el lujo que tirar a la borda todo aquello por una simple propuesta, aunque esta no dejaba de ser molesta y hasta peligrosa.

    Pero claro, más era el peligro que corría por no acatar su petición. Él sabía que las palabras del chico no eran en vano; y lo comprobó hace años, un suceso que, como tantas veces dice su esposa quedó en el pasado, pero que claramente no podía volver a repetirse.

    —Me darás el maldito trabajo —bramó sus palabras con furia, cansado de esperar una respuesta del hombre.

    Alessandro lo escudriñó con la mirada, y chasqueó su lengua con irritación. Tendría que hacerlo, le gustase o no. No podía dejar que el mundo que había construido para Elizabeth se derrumbara por un chiquillo como él.

    Será temporal. Se dijo para sus adentros, ya pensaría con calma una solución que lo satisficiera.

    —Te encargarás del establo, Joshua. Espero que el trabajo sea de tu agrado.

    —Perfecto.

    Y sin más qué decir, Joshua giró sobre sus talones y tomó de las riendas a Aker para así encaminarse al establo del lugar. Debía confesarlo, el trabajo le agradaba, los caballos siempre fueron su adoración. Y por lo menos había algo bueno en tan molesto lugar.

    Giró a la derecha, soltando un suspiro. Y con cierto desdén alzó los ojos para divisar su área de trabajo, pero no fue aquello lo que captó su atención. De pie acariciando a un hermoso caballo
    negro, yacía la figura de alguien que él conocía a la perfección.

    —Josuel —le llamó. Haciendo que el chico girara para verlo de reojo.

    Schwartz abrió sus ojos con sorpresa ante la figuraba que reposaba frente a él, pero tal sorpresa fue rápidamente suplantada por su ceño fruncido de molestia.

    ¿Qué hacía él ahí?

    Y con un movimiento ágil y rápido, sujetó a Joshua por su camisa, estrellándolo de golpe contra una de las paredes del establo, provocando que un leve estruendo sacudiera el lugar.

    —¡¿Qué haces aquí, ah?! —gruñó furioso, sin apaciguar su agarre.

    —También me alegra verte, amigo —sonrió con ironía.

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  17.  
    Syel

    Syel Extraña

    Cáncer
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    De verdad que me estas dejando con muchas dudas! ¿Quién rayos era Joshua antes de ir a la casa de Elizabeth? pero lo más importante es ¿Qué es él? por que esa frase de dejar a todo el pueblo sin un solo humano, me impresiono. Josuel lo conoce? de donde? por que ese odio? Rayos! me tienen con demasiadas preguntas. me alegro que Elizabeth haya llegado a recapacitar y volver a casa, después de todo solo tenía que relajarse y pensar un poco más en su familia que en ella misma. ¿qué pasará cuando Joshua se encuentre con Elizabeth? siento que hay un romance en puerta...fuera de eso sabes que es lo que más me gusto? ver como llega Joshua bien quitado de la pena a la casa y pide trabajo de "una manera taaan cortés" que me da envidia, si yo pido un trabajo así me corren a patadas del lugar pero Alessandro aún así, con todo y odio le brinda el trabajo sin problema alguno, solo espero que no se llegue a arrepentir de su desicion.
    Disculpa por la tardanza en comentar y espero me avises pronto^^
     
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  18.  
    Inuyasha Nezumi

    Inuyasha Nezumi Iniciado

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    Bien, esta historia es realmente buena. Me encanta la forma en la que narras los diferentes escenarios con las diferentes sensaciones que siente el personaje, eso me encanta. Por cierto aunque al principio estaba algo confundido fui entendiendo poco a poco, esto parece como un juego de ajedrez, con las pistas exactas entiendes lo que sucede y ganar la partida es como entender a complejidad la historia, aunque es dificil entenderla para mi en algunas partes, poco a poco entiendo y la forma de narracion es perfecta segun lo que pienso, además de la gran ortografia.

    Dire que pienso que tal vez Joshua convirtio en algo parecido a un vampiro a Josuel ya que pienso y observo sus reacciones y lo que siente Josuel al ver la sangre, aun asi hay muchas otras cosas y muchas otras alternativas sobre que no son vampiros y podrian ser algo más, pienso en problemas con la sangre como vivian los vampiros verdaderos los cuales tan solo eran personas que psicologicamente deseaban sangre o incluso algo más, algo más interesante aun de lo que podria imaginar; pienso que de cualquier forma la historia se esta desarrollando asombrosamente. Por mi parte pienso que Elizabeth no sabe mucho sobre el tema del que temen sus padres, aun asi me gusta su forma de confrontar a las cosas que le han sucedido en la historia.

    Bueno sin más que decir creo que solo dire gracias por invitarme y espero ansiosamente la continuacion...^^
     
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  19.  
    Zil Kendrick

    Zil Kendrick Toro de Daffy ❤️

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    Hola a todos y todas, ya vengo con la continuación de Amarga Realidad, gracias por el apoyo y los comentarios, me gustan y visitas que nos otorgan espero sea de su agrado y que lo disfruten..... -u-​
    Posdata: Alessandra no me corrigió mis faltas ortográficas (la mayoría acentos) jejejeje lo siento mejorare lo más que pueda, nadie es perfecto y menos yo c:​
    Capítulo IV.
    ¿Enojo? Sólo es precaución.
    —¡Vamos!, ¿esa bienvenida no me vas a dar o sí? —Josuel le brindaba una risa irónica y el agarre de Joshua se fue debilitando hasta que lo soltó.


    —¡Tu no puedes estar aquí! —Dio media vuelta y se dirigió a la puerta del establo giro un poco su cabeza y lo vio de reojo —. ¡De eso me encargo yo! —Con la elegancia que solía tener se dirigió a su casa, ese tema lo tendría que hablar con su padre.

    Minutos después de una ardua búsqueda por toda la casa, Josuel logro encontrar a su padre, en una vieja habitación, apartada de las demás. Dio unos suaves pero entendibles golpeteos a la puerta, y enseguida su padre salió.

    —¡¿Josuel, sucede algo?! —Alessandro vio, que en la cara de su hijo mostraba cierta molestia.

    —Padre… ¡Me puedes decir! ¿Por qué Joshua esta en el establo?, ¿qué hace en la casa?

    Alessandro comprendió aquel enojo de su hijo, esta noticia alteraría a su familia pero más a Josuel.

    —Vamos —posó su mano en el hombro de su hijo y le pidió que lo siguiera.

    —Que nadie nos moleste —indico Alessandro a uno de sus tantos sirvientes, entraron a lo que parecía ser su despacho y platicaron por varias horas. La noche empezó a caer y con suma molestia salió Josuel, se dirigió a su cuarto nada sería fácil después de todo.

    ~

    Días después…

    —¡Elizabeth! —Katherine le llamaba desde las escaleras, su hija se había vuelto algo impuntual y eso no era aceptable.

    —¡Ya voy madre! —caminaba lo más rápido que podía en su cuarto, tenía su cabello suelto y trataba de amarrárselo, pero no encontraba con que. Un fuerte sonido se escucho, algo se había caído en su habitación, Josuel que pasaba con algo de fastidio por el pasillo se detuvo al oír ese ruido, abrió la puerta del cuarto de Elizabeth y algo le había causado gracia, cerró la puerta y siguió caminando mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

    —¡Josuel! ¡Ingrato! —En el piso se encontraba Elizabeth, había resbalado con la fina tela que cubría su cama, su pelo se había alborotado y su zapato llego hasta la puerta de su cuarto.

    —¿Y tu hermana que hace? —Pregunto Alessandro que estaba algo desesperado. Pero cuando Josuel les iba a contestar se escucharon unos rápidos pasos que bajaban por la escalera.

    —Ya estoy lista, ya… —Elizabeth apenas podía hablar, estaba algo agitada, si su madre viera su cuarto la regañaría. Su cabello quedo un poco alborotado pero no tenía tiempo de arreglarlo como siempre, paso sus dedos entre su larga cabellera y se lo alació un poco, su madre la veía con molestia y ella sólo agachaba su mirada.

    —Ah Elizabeth —Josuel soltó un suspiro y le acomodo unos cuantos mechones que quedaban volando.

    Uno de los empleados se acerco y le hablo unas cuantas palabras con Alessandro, este meneo la cabeza al parecer las cosas no iban bien.

    —El carruaje no está listo, al parecer una de las ruedas se rompió. Tu madre y yo iremos en el carruaje pequeño, ustedes vayan a caballo, llegaran más rápido. No podemos hacer esperar más al pueblo. —Alessandro estiro un poco su brazo para que su amada lo tomara y así salieron de la casa.

    —Vayamos por los caballos —su mal humor se hizo notar, Elizabeth no quería preguntar, suficiente tendría con la plática que le iba a esperar con su madre. Al llegar al establo un poco de confusión se noto en su rostro, a ese chico lo conocía o ya anteriormente lo había visto.

    —¡¿Joshua?! —Josuel se quedo pasmado, al escuchar ese nombre en la boca de su hermana —. ¡Sí, claro! ¿Tú eres Joshua, el chico del bosque?

    Joshua la vio algo serio pero notó el enojo en Josuel y esta oportunidad no la dejaría pasar.

    —¡Claro, tu eres Elizabet! Esa chica que tenía el pie lastimado... —los dos hablaron al mismo tiempo—. ¿Qué haces aquí?

    —¡Elizabet, nos vamos! Joshua, deja de vagar y ponte a trabajar — Josuel le dio unos pequeños golpes al estomago de su caballo y se acerco a su hermana que empezaba a montar su caballo.

    Joshua lo vio con rencor, pero esto no se quedaría así. Cuando ellos ya estaban por salir de la caballeriza, él grito.

    —¡Señorita Elizabeth! —Ella detuvo su caballo y giro un poco su cabeza para ver aquel que la llamaba —Que linda se ve hoy y su cabello se ve hermoso.

    Josuel a escuchar esas palabras giro su caballo e hizo este llegara y se detuviera frente a Joshua.

    —A la señorita la respetas si no… — Elizabeth lo interrumpió no quería estar en medio de una discusión

    —Hermano, nuestros padres ya partieron. Se van a molestar si no llegamos antes que ellos — ese odio entre los dos se hacía notar, el caballo de Josuel se paro en dos patas y salió lo más rápido que pudo, su hermana trato de alcanzarlo. Pararon varios minutos para que ella llegara a su lado.

    —Joshua… ¿Qué fue eso?, ¿por qué te molestaste con ese chico? —Su hermano la vio con un poco de molestia, ella quería a su hermano, pero también tenía su orgullo, como él no le contesto apresuro en paso para llegar antes que sus padres.

    —Slater vamos —poco a poco se alejaba de su hermano.

    En el trayecto no hablaron ni una sola palabra, fue un silencio abrumador, pero cuando su hermano se decidió hablar con ella ya, ya estaban en el pueblo.


    —¡Señorita Schwartz! Es un gusto verla por el pueblo —un hombre algo canoso y viejo se acercaba a la chica para ayudarla a bajar del caballo.

    —Gracias señor… —la chica dudo al decir su nombre, pues era difícil de acordarse de todos los nombres del consejo, era un pueblo pequeño y la mayoría de la gente se encontraba ahí.

    —Carlos, Señor Carlos gracias por la bienvenida y disculpe la falta de memoria de mi hermana —Josuel se que ya se encontraba entregando su caballo a uno de los pueblerinos se acerco y le saludo.


    Como era costumbre saludaron a todas las personas que se acercaban a ellos, después de unos minutos sus padres arribaron al pueblo y la atención se poso en el señor y la señora Schwartz que saludaban y sonreían ante la amabilidad del pueblo.

    —Elizabeth… Elizabeth… —Josuel susurraba el nombre de su hermana pero ella sólo lo ignoraba —Elizabeth…. Elizabeth.

    —Señorita Schwartz, que alegría verla —una joven de la misma de edad que Elizabeth, se acercaba a ella y la tomo del brazo alejándola de su hermano —. ¿Qué tal todo señorita?

    Josuel algo cabizbajo veía como se llevaban a su hermana y el simplemente no pudo disculparse por la forma en que se había comportado, últimamente no tenía un buen humor, pero algo que lo desconcertó es que su hermana y Joshua se conocieran y que él se atreviera a decirle aquellas palabras. El sólo recordar lo ponía más de malas.

    Pasaron varias horas, algunas personas comían, otras bebían algo de vino y él no podía hablar con su hermana, o alguien lo llamaba a él o la buscaban a ella.

    Elizabeth camino a el pequeño balcón la noche empezaba hacerse notar, un leve suspiro dejo salir cuando el fastidio se hizo presente, las personas del pueblo hablaban de lo mismo, siempre era lo mismo, dinero, casas, lujo, etc. Era algo fastidiante para la chica puesto que no estaba acostumbrada a eso.

    Vio la luz de la luna era algo hermosa, las estrellas hacían acto de su presencia, un poco de calma era lo que necesitaba, pero una mano que se posó sobre su hombro la hizo salir de sus pensamientos, hizo un pequeño puchero y saco una bella sonrisa

    —Hola, sólo tomaba un poco de… —Esa sonrisa que hace poco había puesto en su rostro se borro al ver que su hermano estaba junto con ella —. ¡Vaya! ¿Mira quien ha venido?, ¿ahora si me vas contestar o sólo vas a verme como hace poco?

    —Elizabeth… Yo, él… —Josuel veía a un punto perdido, como explicar todo lo que sentía.

    —Sabes Josuel, cuando tengas las cosas claras y me quieras explicar el por qué te comportaste de esa manera con aquel joven me buscas, ahora me retiro, con permiso —con la elegancia que siempre poseía dejo sólo a su hermano y se digirió hacia sus padres, unas breves palabras cruzaron y luego ella salió del lugar.

    Le pidió a uno de los empleados que le trajera su caballo, un leve dolor de cabeza se hacía presente no quería estar más en ese lugar, así que le pidió a sus padres que si le dejaban retirarse y sus padres afirmaron.

    —Señorita… Su caballo.

    —Gracias y con su permiso —Elizabeth monto a Slater y su figura se perdió entre la noche. El camino de regreso sería fácil, no tardaría mucho en llegar a casa, pero decidió tomar un atajo e ir al bosque, aquella laguna donde la paz llego a ella.


    ~

    —¡Venga muchacho! Deja de perder el tiempo y apúrate a poner la paja —uno de los empleados que se encargaba igual del establo mandaba a Joshua y era algo duro con él, pero así lo quiso Alessandro.

    —¡Vamos a esto le llamas perder el tiempo! —contestaba él joven que se encontraba acostado entre la paja —. Bien sabes que ya acabo mi hora de trabajo, y sólo estoy tomando un breve descanso antes de partir a mi casa.

    Ya no se le pudo contradecir nada al chico, él tenía razón. Pero Joshua no quería estar más en aquel lugar tenía que pensar todo, ¿por qué la chica? Esa pregunta rondo por su mente toda la tarde, ella era linda y si, él admitía haber sentido algo por ella el día que la vio, pero porque ella tenía que ser una de esa familia.

    Sin darse cuenta él ya se encontraba a las afueras de la casa, perdido en sus pensamientos camino sin rumbo.

    —Lo más seguro es que mi padre este esperándome para pedirme mi paga completa… —un suspiro dejo salir, pero algo le llamo la atención —. Aquí es donde la conocí, ¿por qué?

    Dejo caer su cuerpo sobre el pasto, el viento era suave y refrescante, poco a poco sus ojos se fueron cerrando y el sueño llego a él, dándole paz.

    ~

    —Slater detente —su caballo relincho y ella bajo de él. Lo tomo de las riendas y lo ato a una rama.

    A paso lento camino con el pensamiento perdido en un punto fijo. Y tropezó con algo como siempre termino en el suelo y un quejido se escucho.

    —¡Auch! Fíjate por donde cami…—las palabras de Joshua en sus labios se quedaron al ver a la joven en el suelo con unos pequeños raspones en el brazo —. Eliza… Señorita Schwartz, ¿se encuentra bien?


    —Yo… Yo lo siento, no me fije por donde caminaba —la chica sin ver al joven pedía disculpas, pero su voz se le hizo familiar. Cuando vio aquella persona que le había llamado por su nombre una leve sonrisa en sus labios se torno.

    Joshua le estiro la mano para ayudarla a ponerse de pie y ella acepto su ayuda, pero al él no estar bien parado falseo un poco su agarre y quedaron más juntos de lo que debían, Elizabeth podía sentir la respiración de Joshua y él podía oler aquella dulce fragancia que ese día ella llevaba.

    Joshua comenzó a perder la conciencia, el dulce olor de sangre se hacía presente, algo no saldría bien y la luna sería testigo de aquel acto…

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    Syel

    Syel Extraña

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    Hola!!
    Gracias por el aviso...me gusto mucho, mucho la continuación.
    Tiene de todo, un poco de humor, atracción, enojos...en fin, me ha encantado, es especial la parte en la que ella se cayó y Josuel se limitó a reír en lugar de levantarla jaja XD yo haría lo mismo. Joshua me esta dejando malas impresiones pero una curiosidad exorvitante, necesito saber que es lo que oculta así que por favor tratend e continuarla lo más pronto posible. La frase del final me dejo sorprendida..¿Que hará Joshua con ella? ¿Por que le atrae su sangre al igual que a Josuel? ¿Porque se odian Josuel y Joshua? en fin, como siempre el suspenso esta presente y ojala me quiten pronto las dudas.
    Gracias por invitarme y como tu dices, si hay algunas faltas de ortografía, algunas palabras no tienen acentos, hay aumentos de palabras y dedazos pero tambien como dices, no todos somos perfectos :D
    esperaré con impaciencia ^^
     
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