One-shot de Pokémon - Zafilo, el charizard redimido

La batalla había sido perdida. Realmente fue entretenido, pero ese lapras era muy hábil, y al ser mi vaporeon también un pokémon de agua, no podía hacer más que acercarse a él y darle una embestida, o cualquier ataque físico. Fue mejor que lo retirara, ya que no se podía acercar por ningún método. La puntería de ese lapras era algo excepcional, y disparaba la hidrobomba tan fuerte que incluso aunque vaporeon fuera del mismo elemento, se dolía por la presión. Salió volando cerca de la tarima en que me encontraba, momento perfecto para regresarlo a su pokébola.

Lorelei estaba complacida. Pero no me intimidaba con su sonrisa presumida, íbamos empatadas. Venció mi raichu y único pokémon eléctrico en el equipo, así que ahora me las tenía que valer con ingenio. Raichu derrotó a dos de sus pokemones de hielo con relativa holgura, pero se terminó cansando, y es que el escenario era adverso. Para darle la ventaja a Lorelei, toda la plataforma estaba cubierta de agua, y las únicas superficies sobre las que apoyarse eran bloques de hielo a modo de islas flotantes. Raichu con destreza saltó entre cada una, pero al caer al agua no tuvo oportunidad contra un dewgong que no se hallaba sumergido.



Nunca fue lo mío el usar un pokémon en ventaja por sobre otro. Me parecía mejor método de entrenamiento el hacer que cada criatura derrotara sus debilidades, que aumentara su destreza, en vez de simplemente ser mejor de partida. Es el trabajo del entrenador preparar físicamente a sus pokémon para mejorar su resistencia, e incluso imponerle metas y así motivarlos. No simplemente ponerse a gritar ataques como loco.

—Mi siguiente pokémon será charizard —dije sin ningún titubeo, y al replicarse por los micrófonos el público se quedó callado, pensando quizás qué cosas.

Esos momentos de silencio incómodo nunca me son gratos, así que me apuré en sacar a Zafilo de su pokébola, y apareció en el aire, volando lo más cerca posible de mí dentro del espacio reglamentario. Tenía un minuto para darle instrucciones, así que debía ser concisa y clara.

—Zafilo, ¡al fin llega tu momento! Pero será difícil. Tengo que pedirte algo que sé no te gustará, pero supimos que pelear contra el alto mando no iba a ser sencillo.

Zafilo, mi charizard y mi pokémon inicial, miraba a su alrededor todo el escenario con preocupación. Al fondo estaba el lapras esperando, lengüeteándose como si de un meowth se tratara.

Era un pokémon de agua, nadando en agua. Zafilo lo vio perfectamente, y le traté de recordar esos viejos tiempos en que era un charmeleon e hizo estragos con el starmie de Misty, haciéndome ganar su medalla. ¡Vencer a quien es por naturaleza superior! Ahora sería el momento de demostrar que eso no se había perdido, y que era capaz de darlo todo. Era su momento.



Zafilo había tenido fortaleza para soportar el agua del mar, entonces supuse que era capaz de resistir una piscina gigante. Era usar lo que un día fue accidente desafortunado, y convertirlo en una forma de ataque.

—El punto débil de un lapras es por debajo —le dije, y él ya entendía cuál era mi intención—, no tienes otra forma de vencerlo.

Pero yo sabía que no iba a poder hacer el daño suficiente, el truco era otro.

—¡Tienes que hacerlo gritar, Zafilo! Y cuando grite, tendrá la boca muy abierta.

—¡Se le pide a la concursante que su pokémon entre a la batalla! —instó el anunciador.

Zafilo entonces se preparó, estudió el área y voló, supongo que imaginándose lo que tendría que hacer. Lorelei no me iba a dar ningún respiro, y el chorro de agua de su pokémon fue muy rápido. Sin embargo, Zafilo no tuvo problema en esquivarlo. A toda velocidad voló en dirección al lapras, y por fin éste iba a demostrar su punto débil. No era su estómago debajo del agua, sino el hecho de que se concentraba mucho en tener buena puntería, y no se movía. Aun con ello en mente, un lapras no es muy bueno nadando para atrás, así que Zafilo lo alcanzaría en cosa de segundos, si no era tocado por algún ataque.

—¡No hacia él directo! —le aconsejé, pues estaba ofreciendo el cuerpo para recibir de lleno toda el agua. Tendría que aproximarse por un lado y buscar el sitio correcto, así ese lapras era forzado a apuntar su chorro adonde debía estar Zafilo, y no donde estaba. ¡Era el truco, por fin Zafilo podría hacer lo que ensayamos! Cuando parecía que iba a ser alcanzado se frenó en seco con un batir de alas muy fuerte, y luego se dejó caer usando sus alas para hacerse girar en el aire.



El público emitió un grito al ver cómo mi charizard era capaz de frenar y cambiar su dirección. Yo por mi parte apretaba los dientes, pues Lapras a punto estuvo de darle a su cola, y eso habría frustrado el plan.

—¡En picada!

Zafilo completó su giro para quedar al revés, y luego comenzó a volar hacia abajo, ganando velocidad gracias a la propia fuerza de gravedad. El lapras al parecer no se esperó un vuelo horizontal, y Lorelei le daba instrucciones. Iba a enfocar su energía y esperar con un potente rayo de hielo a mi pokémon, cuando éste hubiese alcanzado el nivel del agua. Pero no contaban con que él crease una amplia llamarada. Era un gran volumen de fuego poco potente, para tapar el campo de visión de su enemigo.

—¡Rayo de hielo, ahora! —mandó Lorelei— Y no te detengas.

Si no se le podía ver al momento de llegar al nivel de agua, mejor mantener el rayo siempre hasta tocarle, pero con Zafilo bajando al revés el lapras fue incapaz de calcular la velocidad a la que caía, y estuvo lejos de acertar.

Ni él ni su entrenadora sabían que esa no era la idea. El plan era que Zafilo se sumergiera y le atacara desde abajo, y mientras una incrédula Lorelei no era capaz de darle alguna instrucción a su pokémon, mi charizard ya se acercaba. Había hecho una buena entrada, dándose la vuelta otra vez ¡y sabía nadar! Se impulsaba con su cola y tenía recogidas las alas, justo como le había aconsejado en el río. Por supuesto el agua del escenario era muy clara y no se podía esconder, pero como ya estaba aguantando dentro de todo el líquido ¿qué le iba a hacer un chorro de agua? Así que el lapras sin esperar instrucción comenzó una hidrobomba.

Difícil que Zafilo me oyese dentro del agua, pero tenía que intervenir y los parlantes ayudarían.

—¡Genera oleaje!

Mi charizard entonces extendió sus alas a gran velocidad y comenzó a disparar fuego a lugares al azar. Las ondas echas y el agua hervida ascendiendo fueron suficientes, y la tranquila piscina comenzó una extraña marea. Lapras, quien siempre se quedaba quieto al apuntar, no abordó una ola y fue mecido un poco, lo justo para errar su tiro por centímetros. Ahora no tenía salvación.

Zafilo por fin estaba bajo él, y se apoyó en el fondo para impulsarse hacia arriba. ¡Un placaje en toda la panza del lapras era lo que hacía falta! Creo que el ansia de un charizard por salir del agua es muy grande, y ayudó al mío para subir con toda su fuerza. El lapras de Lorelei salió arrojado hacia el aire, y Zafilo emergió con un rugido mientras el agua se agitaba violentamente. No pude verlo bien, pero mi pokémon también rasguñó el vientre de su adversario, y a través de su nariz soltó una pequeña llamarada que hizo arder la herida del lapras. Entonces éste al fin gritó, en el aire todavía, y Zafilo mientras huía su cuerpo del líquido, metió su cola en su boca con mucha velocidad.

—¡Al máximo, Zafilo!

La flama en su cola explotó violentamente, al punto en que parecía ser el lapras quien disparaba fuego. Se pudo ver al pokémon caer al agua, mientras mi charizard luchaba torpemente por seguir suspendido volando.



No hizo falta que el refeere esperara, era tan evidente la victoria de Zafilo que anunció el triunfo de la batalla segundos antes de que el público estallara en aplausos.

¡Mi charizard tenía su momento de gloria! No lo entré a la pokébola hasta que pudiera volar a uno de los témpanos y presumir un rato lanzando fuego y haciendo rugidos. Lorelei estaba más impactada que preocupada de su lapras, quien estaba flotando sin movimiento alguno. Regresó a su pokémon incrédula aún, pero le quité atención.

Era mejor ver a Zafilo jactándose de su poder de fuego, aunque en realidad se hacía el valiente y estaba cansado y con pocas fuerzas. De hecho, suspiró agitado e intentó simular que no lo había hecho. Pero era su espectáculo, y mientras Lorelei salía de su ensimismamiento le permití gozar de su triunfo. ¡Venció un pokémon acuático usando el fuego! Además no era cualquier pokémon, era uno entrenado por el alto mando de Kanto, un desafío absoluto.



Quizá esa victoria aliviara su mente de la frustración ante su derrota por un fuego superior, de esos recuerdos de la batalla aérea con Moltres, y caer al océano. Ahora ya estaba redimido.
-----------------------

Nota: hola, primera vez que escribo algo de Pokémon y desconozco el canon completamente. Interpreté a mi modo una batalla con alguien del alto mando, en un estadio para que sea bonito. Quizá si esto guste haga más batallas one-shot, pero puede que no xD

También me quiero prevenir por algo que he visto aconsejan en este subforo, pues yo aquí uso los nombres de los pokémon sin mayúscula inicial, pues casi siempre son sustantivos comunes. Yo al perro no lo escribo Perro, ni al gato Gato.
"Este es mi gato y se llama Manchitas"
"Este es mi charizard y se llama Zafilo"

Saludos.