Titulo: You Are My Angel Autor: Yo. Otras páginas: OnlyWnNovelas Advertencias: Si no respetan por lo menos a los chicos de One Direction o a los que aparecen, no comenten. Prólogo ¿Hace cuanto que vivía ahí?, ¿dos años?, ¿dos años y medio? No lo recordaba con exactitud, pero desde entonces que todo sucede. Tenía que correr todos los días desde su casa hasta el instituto y del mismo hacía su hogar; en el transcurso de los recreos se escondía en los baños de la planta baja y cuando era hora de volver a clases se sentaba en el último banco, alejado de todos. Todos los días llegaba a su casa y ésta estaba sola, claro si vivía solo. Su único hermano estaba en Alemania con su esposa y ya ni le hablaba como cuando lo hacía antes. En su último cumpleaños él se olvido de llamarlo, ni siquiera un regalo le envió. Eso es lo que más le dolía. Que ya no era importante para él, ya no lo era para nadie… Extrañaba por sobremanera a sus padres, esas dos personas que le dieron la vida hace dieciocho años. Hace dos años que no veía sus rostros, hace dos años que no los escuchaba, que no los sentía, que no les hablaba… o por lo menos que ellos le respondieran a sus continuas preguntas. Odiaba la vida que le toco. Esa que tiene que vivir todos los días hasta que o ya no aguante más y se valla o hasta que alguien se encargue de ahorrarle el trabajo. Odiaba sufrir bullying. Odiaba ser mudo.
OMG! te quedo hermoso el prologo. Estubo corto, con buena ortografia y bueno, explicaste bastante bien. Te cuento, no soy fan de leer novelas de 1D y tu (solo escribo x mis amigas xD) yo soy más de Larry, Ziall, Niam, Ziam, Zarry, Narry, Lilo, Nosh... entendes? pero esta nove me llama la atencion. La verdad, la vi hace poco en onlywn, pero me dio flojerita pasarme xD ahora la tendre que leer (aqui alla, cual es la diferencia?) Bueno, espero la continues muy prnto, tendras una fiel lectora aqui! Besos y apapachos! PD: como te llamas en onlywn? yo soy Temarii Stylinson :D
Capitulo uno~Otro día más~Parte uno Residencia Tomlinson El sol volvía a salir como todas las mañanas. Las aves volvían a cantar al salir los primeros rayos de luz y el despertador volvió a sonar; sacando a cierto castaño de su tranquilo sueño. Éste abrió los ojos, dejando ver unos hermosos orbes de entre un celeste aqua a un verde claro y brilloso; adornadas por unas largas, negras y espesas pestañas. Bostezó con toda la pereza del mundo y observó el reloj que marcaba la hora. Bufó y arrugó la pequeña y respingada nariz que adornaba su rostro. Era jueves, sólo dos días más y el cálido sábado lo abrigaría, permitiéndose encerrarse en su hogar sin la necesidad de salir por cualquier razón. Como añoraba eso en ese preciso momento. Como lo deseaba. Salió de su cama y se dirigió hacía su baño. Entró en éste y lavó su rostro y dientes. Hizo lo que tenía que hacer y se miró en el espejo del botiquín. Su rostro pequeño en forma de manzana, o así es como él lo veía; su cabello castaño despeinado y totalmente sedoso a simple vista. Mordió su labio inferior, dejando que este se volviera más blanco de lo que ya era, pues estos eran de un color rosa pálido. Por un momento llegó a pensar que era aceptable, que alguna vez alguna mujer se fijaría en él… pero eso era imposible. A su mente llegó todos los momentos en los que sus compañeros se encargaban de recordarle que él era todo lo opuesto a lo aceptable, que él en realidad no servía para nada. Que era únicamente un estúpido al que su simple existencia molestaba a los demás. Uno que nunca debió haber llegado al mundo. Suspiró, sintiendo como en su garganta se formaba un nudo y como sus ojos se aguaban una vez más. Sacudió su cabeza y salió de ahí, no haría más que largarse a llorar si se quedaba un minuto más. Bajó las escaleras que separaban el primero piso con la planta baja, haciendo que los escalones crujieran al mismo ritmo que su estómago. Tenía hambre y eso sólo se solucionaba de una forma en la mañana: con una simple y pequeña fruta. Tenía una gran obsesión con comer frutas y verduras en el desayuno, y es que sus padres lo habían acostumbrado así; y él no era quién para romper las cosas que sus padres le dejaron. Llegó a la cocina y abrió el refrigerador, dejando que el aire frío que éste contenía lo despertara del todo. Agarró una manzana, que fue lo primero que encontró, y se sentó en la silla a su costado. La mordió y saboreó, dejado que el único sonido que se escuchara en ese lugar fueran los suyos. ¿Quién más iba a producir ruido ahí? Eso ya no existía en su hogar desde hace poco más de dos años. Cerró los ojos y dejó que los recuerdos fluyeran una vez más, permitiéndose oír el sonido que haría su madre al cocinar el desayuno para todos ahí, y los silbidos que su padre estaría haciendo al recorrer la sala de estar buscando el diario de todos los días. Río al recordar eso, su padre siempre fue de bajar a las cinco de la mañana para agarra su tan preciado diario y después dejarlo donde sea para dormir unas horas más. Aunque luego no recordara donde lo dejó. Eso era lo que extrañaba. —Buenos días padres—. Susurró al aire, dejando que una pequeña lágrima escapase de su ojo izquierdo. ~.~.~.~.~ Instituto “Mr Scoob” Entró corriendo al instituto, respirando entrecortada-mente y tratando de pasar como un ser invisible para cualquiera. Entró al baño de varones y se encerró en un cubo, tratando de volver a respirar como se debe y esperar a que su primera clase empezara. Había llegado media hora temprano y se maldijo por lo mismo, eso significaba estar más tiempo encerrado ahí. Y era lo que más odiaba. Volvió a concentrarse en su respiración, no se calmaba y cada vez se le hacía más difícil obtener un poco de oxigeno para sus pulmones. Buscó desesperado en su mochila y lo encontró: su inhalador. Respiró dos veces y poco a poco volvió a estar tranquilo, volvió a tener aire en sus pulmones. Lo guardó una vez más y cerró su mochila, procurando no olvidar nada dentro del baño. Hace dos minutos que había tocado el timbre por lo que lo pasillos deberían estar desiertos ya mismo. Suspiró y salió del baño, caminando por los pasillos con la cabeza baja. Se paró frente a la puerta de su aula. “Literatura” era lo que decía el papel a un lado de la puerta. Odiaba esa materia, el profesor odiaba a los que tenían un problema y los trataba como basura. En su caso, le pedía que leyera un texto cuando sabía que él no podía hacerlo. Cerró los ojos y apretó los dientes con fuerza. Inhalo todo el aire que sus pulmones pudieran contener y al momento de exhalarlo agarró la manilla y entró al aula. Todo el mundo se quedó en silencio apenas lo vieron, y el profesor clavó sus fríos ojos negros sobre él provocando-le un gran escalofrío. Las murmullos empezaron a sonar por todo el lugar, provocando un momento sofocante para el castaño. Sólo quería salir de ahí, tomar todo el dinero que tuviese y comprar un boleto de avión a cualquier parte… pero no podía hacer nada de eso. En realidad, no podía hacer nada. —Tomlinson, llega tarde—. Habló el profesor Morrinson, con un tono de desdén y burla hacía su persona. Y las provocaciones comenzaron. Disculpen que me haya tardado tanto. Problemas con el colegio :/