Yogoreta chi

Yogoreta chi​

(Sangre sucia)​

La primera noche.

Una noche con tormenta:

En un castillo al estilo medieval con pisos de madera y paredes de piedra que estaban deteriorados por su constante pelea con el tiempo, un grito desgarrador retumbaba en las paredes, en un cuarto que estaba desgastado, se podía apreciar a un infante vestido con una camisa desgarrada, con manchas gris y agujereada además, una mancha carmesí posaba en su hombro derecho, su pantalón negro pero desgarrado y sucio a mas no poder, también tenia vendas por todo su brazo izquierdo que estaban sucias y desgarradas, el infante sentado en la cama que estaba cubierta con sangre, en sus labios pequeños hilos de sangres escurrían por su barbilla para caer pasivamente en su camiseta desgarrada creando círculos perfectos en extrema armonía, un hombre entra desesperado causando que el piso de madera crujiera haciendo un ruido que daña el oído por la madera pútrida y hueca del piso, acompañado de varios soldados ,hacían una sinfonía muy poco apacible, el ruido del crujir con las armaduras chocando entre si daban la sensación de que el piso de madera era barrido con un cepillo de metal, los soldados tenían armadura de pies a cabeza color plata sus armaduras muy comunes y simples dejaban ver varias partes del cuerpo, el líder que tenia una armadura de oro con un casco mas elaborado, se acerca a uno de sus hombres que estaba encargado de llevar a el niño a la celda, el hombre se encontraba arrodillado abrazando sus piernas miraba hacia abajo.

— ¡Que paso aquí!— gritó despavorido el soldado raso, con mejor vestimenta.

—El es…..el es…. ¡el es el diablo!—repitió sin el hombre tras presenciar algo terrorífico.

—La carne de los humanos apesta…. — dijo el infante, mientras los hilos de sangre escurrían con tranquilidad, pero esta no era su sangre.

Un soldado apreciaba que un hombre yacía en el suelo, mientras el piso estaba teñido de un color carmesí que se combinaba con el color de la madera y creaba el color caoba en el piso, el líder fue e inspecciono el cuerpo, para su sorpresa la parte izquierda de su cuello fue arrancado, la sangre escurría tranquilamente y parte de la carne guindaba, mientras el líder del grupo se alejaba temblando, una sonrisa dibujaba en la cara del infante, una sonrisa que expresaba solo diversión enfermiza.

La luna se escondió dando paso al día, la noticia de que las tropas de Varvadel se acercan asustaba al líder, sin siquiera reflexionar el hombre gritó.

— ¡Nos vamos! — Gritaba el líder, dando así la orden de escape.

Las lunas pasaban y 4 años transcurrieron, la fuerza de Gulid convirtió el castillo en su HQ, mientras un joven estrella revisaba con antelación el lugar para poder encontrar rutas secretas que podían ayudar en estrategia de combate, o prevenir que usen estas como ruta de acceso al castillo, los pasos que estaba dando eran horriblemente ruidosos por el largo pasillo los ecos de los pies se combinaban con el crujir de la pútrida madera mientras el fétido olor de el oxido de las puertas combinado con la sangre y madera pútrida hacían que el camino se volviera uno en el que cualquiera quisiera evitar, mientras inspeccionaba las celdas por accidente tropezó con un cadáver que estaba sentado en el piso apoyando su espalda en una puerta, el olor de este era peor que cualquier otro, las propiedades del lugar hicieron que este cuerpo mantuviera parte de su carne aun negra y fétida, las arrugas de este daban la impresión de desgarre y parte de su piel aun colgaba de sus huesos.

— ¡Maldición! — gritó el chico, levantándose del piso para mirar al cuerpo.

El cuerpo pútrido se veía horrendo, su cara deforme por el trato del tiempo, y sin avisar una cucaracha sale de su boca para esconderse de nuevo por la oreja derecha del cadáver, el chico que estaba enojado por el tropezón causado por el difunto lo tira al piso, a continuación una manto de insecto sale por todos los agujeros de la cara y unos de su garganta, salió de toda clase de colores y formas, el chico notaba que en su mano sostenía con fuerza muerta una llave, este desprendió la mano del cadáver causando una vista mas detallada a su brazo cubierto por gusanos, y luego cogió la llave rompiendo los dañados dedos de el difunto.

— Debió ser muy importante para morir sosteniéndola así — murmulló para si mismo el chico.

Notaba que la llave era para una celda, no le costaba descubrir para que era la llave, porque el chico revisaba inmediatamente la puerta en la que cadáver se recostaba.

— ¡Bingo! — Gritaba el chico, con alegría.

Este abrió la puerta, el crujir de esta hacia que los huesos chillaran, el peso de esta hicieron que pusiera parte de su cuerpo para moverla, su superficie rustica y húmeda combinado con el olor de esta misma hicieron que dudara un rato de abrirla, pero esta duda desapareció tan rápido como vino, tras abrirla la peste que salió era inhumana, al entrar notaba inmediatamente los esqueletos de varios individuos sus huesos estaban color carmesí la sangre estaba seca, pero el chico centraba su mirada en la silueta oscura que posaba enfrente de el. La silueta sin pestañar pasaba por un lado del joven y atravesó la puerta, dejando atrás a un confundido chico.

El joven corrió por los pasillos desgastados dejando el sonido hueco detrás de el, corrió unos minutos para encontrarse con la familiar puerta, la puerta media unos 3 metros de alto y 5 metros de largo, la puerta era de dos piezas para que pudiera acceder objetos de gran tamaño, y su color, blanca con bordes y jeroglíficos dorados, este dispuso parte de su cuerpo para abrir la majestuosa puerta, el sonido de la puerta arrastrándose por el piso daba la impresión de que pusieran uñas en un pizarrón de madera y luego pasara con fuerza por esta, cuando logro pasar veía a una joven que dormía placidamente en la cama.

La muchacha tenia una toga blanca sin mangas, descalza, sus cabellos largos y dorados, dormía plácidamente en la cama que media 3 veces mas que ella, almohadas y sabanas blancas rodean la cama y el cuarto no combinaba para nada con el deterioro del castillo, las paredes color blanco daban la atmósfera de paz, acompañado de tres ventanas una en cada pared la única sin esta era la pared donde se situaba la majestuosa puerta.

— P-princesa — titubeaba con pena el muchacho.

La joven de 15 años abrió lentamente sus ojos color esmeralda, mientras bostezaba le responde al chico con otra interrogante.

— ¿Qué pasa? — pregunto la joven, mientras sus ojos se acostumbraban al implacable sol que venia de las ventanas.

— Al parecer hay un intruso — el joven explicaba, arrodillado de forma decente ante la joven.

— Infórmame de la situación — dice la joven, con mirada fría y a las ves serena.

El joven le explica con detalle lo que alcanzo a ver, pero la princesa se sorprendió al escuchar que el joven nombro a los esqueletos.

— ¿esqueletos? — pregunto la joven, con mucha curiosidad.

— Si su alteza, avían alrededor de tres de ellos — respondió el joven, que ponía una mirada de no entender lo que pasaba.

— ¿Cómo era su ropa? — pregunto la joven, que curioseaba.

— Armaduras normales, diría que idénticas al cadáver de afuera — respondió el chico, que se perdió por las preguntas de su alteza.

— eso es malo, si eran de la misma apoca quiere decir que no concuerda, el lapso de desconpocsicion amerita que deberían estar apenas en deterioro de tejido, eso solo significa una coso que-

— ¡Lo siento su majestad! — entraba un hombre que venia apurado.

— ¿Que paso? — pregunto el chico, que aun esperaba la explicación de la princesa.

— ¡Varios hombre murieron! Todo por culpa de esa chica…— se explica el hombre, con recelo e ira.

El grito desgarrador de varios hombres alertaron a los presentes causando que todos corrieran al lugar de origen del llanto, en la sala del centro que conectaba con la entrada y escaleras hacia el segundo piso, además conectaba al comedor, varios hombres estaban en el piso cubierto de sangre y que se mesclaba con el color de la madera, la silueta de una persona en el centro de la gran sala, no tenia camisa pero su cabello largo impedía la mayoría de la vista, el cabello era rojizo claro, y su pantalón negro pero agujereado y grisáceo por el paso del tiempo, el pelo estaba impidiendo ver los ojos de la entidad, pero no evitaba ver la maliciosa sonrisa de este, aunque su boca estaba cerrada un colmillo se apreciaba saliendo de su boca en el lado derecho, ella estaba sentada encima de varios cuerpos, un soldado raso que aun estaba ay fue corriendo a enfrentarse con ella, esta solo puso su mano derecha en forma de garra y la impulso diagonalmente, a continuación la cabeza de el enemigo solo cayo a piso con un gesto de Confusión.

—Los humanos apestan— susurro la entidad a tal punto que fue surte escuchar sus palabras.

— ¡Tu maldita! —grito el chico que estaba alado izquierdo de la princesa, con furia y deseos de venganza.

— ¡Tú pagaras!—grito el hombre que estaba alado derecho de la princesa.

Sin vacilar el hombre corre al encuentro con ella.

CONTINUARA.

 

Parte del escrito fue censurado, si quieres una mejor definición de lo sucedido entonces pasen por mi perfil y yo les explicare con gusto.

Segunda noche:

Los latidos de la muerte:

El hombre blandió su espada, la espada tenía un mango liso y firme, su filo reflejaba como espejo por ser de plata, mostraba de que tan buena calidad era, ataco a la entidad, este solo había puesto su brazo izquierdo para defenderse, a continuación la espada chocaba creando un ruido impactante, parecía el de dos espadas chocando.

— ¿Que demonios eres?— pregunta con indignación el hombre, sorprendido de detener su ataque con las manos desnudas.

Este solo respondió con una sonrisa, después uso su otra mano en forma de garra repleta de sangre para contraatacar, el hombre saltaba hacia atrás para tomar un respiro, sabia que no era un humano, y que tal vez sea un monstruo con apariencia humana, dio varios pasos hacia atrás y luego vuelve a tomar la iniciativa, esta vez solo probaba algo, atacaba directo a cortar cabeza, el enemigo repitió la defensa del brazo, “nunca a tenido un combate real” pensó rápidamente el soldado y este posiciono su espada usando su mano para agarrarla al revés, había echo un apertura en su lado izquierdo “¡ahora es mi turno maldito fenómeno!” grito con rabia el soldado, pero sin darse cuenta el brazo de su enemigo había atravesado su estomago, este miraba con pavor la herida mortal.

—C-como...— tartamudea con miedo y dolor el soldado, para luego ser envuelto en la oscuridad.

Luego el adversario posa su mano en el hombro del cadáver para empujar y separarse del cuerpo, el enemigo toma posición defensiva, la princesa y el chico miran con detenimiento el combate y entienden que no tienen posibilidades contra esa cosa, estos deciden retirarse.

Al cabo de unas horas, en un cuarto un poco pequeño para la persona que comprendía, las goteras y la humedad hacían que el lugar oliera fatal, el piso de madera apenas y soportaba la carga de estas personas dándose a saber por el crujir de el piso, una reunión de emergencia se presenta a cabo.

—Esta “persona” es realmente peligrosa —explica un soldado, con tono de angustia y miedo en su voz.

—No hay que temerle a un solo enemigo —dice un hombre de mediana edad, con seguridad y tranquilidad.

— ¡El maldito venció a cinco fuerzas de la elit roja! — esta vez era el joven que acompañaba a la princesa.

—Nuestra prioridad ahora es la princesa— un hombre que aparentaba los veinticinco tomaba la palabra.

La discusión empezaba a acalorarse, unos decían que había que eliminarlos y otros en ignorarlo, ya que “eso” no salía de la sala principal, seguía sentado en el centro esperando. El tema cambio totalmente acabo de unos segundos.

— ¿Pero y si nos ataca la fuerza de Golish?— el soldado tomaba palabra, introduciendo un tema mas serio en comparación.

—Ahora somos blanco fácil, además estamos en la frontera del Mortico—esta vez se trataba del hombre de mediana edad.

— ¿Y que pasa con el psicópata de la sala principal?—el joven expresaba sus palabras con angustia al ver que los otros parecía olvidar la primera razón de la reunión.

—Mmmm…quizás si lo usamos a nuestro favor…—tomo la palabra el comandante que apenas entraba a la reunión.

— ¡Comandante!— grita con furia el muchacho, sorprendido de la extraña propuesta.

—Mira, “eso” no peleo contra nosotros por ningún motivo…solo le gusta matar—explica el comandante a los presentes, obteniendo una cara de enojo y Confusión.

—Explíquese comandante—dice el soldado, que era el más confundido de todos.

—“Eso” solo busca pelear, así que ¿Por qué no le damos pelea? si le decimos que hay guerra, y que si se une a nuestras fuerzas podrá matar tanto como quiera, seguro aceptara y tendremos a un demonio en nuestro bando—con un tono un tanto enfermizo explica su propuesta a los presentes el comandante, todos parecían comprender y aceptar tal propuesta, excepto el joven que aun seguía rencoroso por lo que hizo “eso”

Estos decidieron tomar la iniciativa, pero solo faltaba un problema ¿Quién se lo dirá? todos parecían indispuestos a hablar con el extraño ser que aun descansaba en su castillo, al debatir por un rato sobre quien seria su mensajero, la voz dulce pero firme de una chica rompe el ambiente como un cuchillo de cocina.

—Yo le diré—las palabras de la joven hicieron que todos se voltearan y apreciaran a la princesa, que estaba parada en la entrada de la habitación con determinación.

— ¡No!—Gritaron al unísono todos los presentes, luego miraron con enojo a la pequeña espía que tenían presente.

—No era una pregunta, era una orden—fue lo que respondió la chica, decidida a ser la mensajera.

— ¡Pero, se envolverá en una situación muy peligrosa!—grita al punto de perder el habla el joven, preocupado por la decisión apresurada de su princesa.

—Pero…debo hacerlo, es por mi país si conseguimos su fuerza, la guerra terminara más rápido y sin más bajas—dice la rubia con consternación.

—No se preocupe yo la acompañare mylady—la voz de una chica se escucha atrás.

Al voltearse se encuentran con una joven, aunque su apariencia es de 15 años, su edad es de 18 años, ojos color marrón, pelo negro semi-corto y tez blanca, tenia una armadura muy extraña en comparación con sus conjugues, pues solo tenia una hombrera en su brazo derecho y sin armadura de pecho, esta tenia una camisa blanca en su lugar y varia cadenas tonalidades negras y blancas, su falda era echa de metal y sus piernas también protegía con armaduras, un candado como cinturón y cabe agregar que su armadura era de color plata oscura.

— ¿Si me acompaña Elizabeth me dejaran en paz?—exclamo con confianza la rubia, tras ver la única capitana de su país tomar responsabilidad.

—Su majestad, si lo desea puede llamarme Eli— dice la azabache arrodillándose.

—Ya te dije llámame Sofía—dice la princesa, ayudando a levantar a su amiga.

—Claro Sofía —dice la capitana, con una alegre sonrisa.

Tras esto decidieron partir al encuentro, los presentes de la reunión no le agradaba que un chica fuera capitana, por eso no la invitaron a la reunión, y esta siempre era degradada y ignorada por su pelotón, dejándola en situaciones extremas, además de apodarla “cara de niña” en cambio la princesa le tomo cariño como una hermana mayor, y siempre la tubo cerca.

Al entrar por la puerta del comedor, se pudo apreciar que su objetivo contemplaba el techo y todos los cuerpos sin vida de sus victimas alrededor, las dos chicas miraron al techo por curiosidad, la sorpresa al descubrir que el techo es de vidrio les tomo un aliento, mas el ver un firmamento como si el cielo estubiera bañado en escarcha color blanco, les quieto el miedo y la ira, el espectáculo no termino hay ya que una lluvia de estrellas convirtió el cielo en algo que nunca antes habían presenciado, sin darse cuenta ya estaban a medio metro de su “objetivo” las dos pararon en seco y miraron con asombro lo cerca que estaban de “eso”

— ¡Oye tú!—grito sin pena ni gloria Eli, señalando a la entidad con su dedo índice.

La entidad volteo, luego recogió una liga de unos de los cadáveres y se la enrollo en el pelo haciendo una gran cola de caballo, la sorpresa al descubrir que “ella” en realidad era “el” hizo que dieran un paso atrás.

— ¡Eres un hombre!—grita sorprendida la rubia, obteniendo como resultado una mirada de enojo por parte de “el”

El silencio tomo lugar por unos segundo, los ojos de “el” eran especiales, el derecho era un tono azul oscuro, como el océano en una noche luna nueva, pero el ojos izquierdo era dorado con un óvalo en el centro, que rápidamente se convirtió en una raja fina, este parecía el ojo de un depredador a punto de atacar a su presa.

— ¿Que quieren?—pregunto seca y fríamente la entidad.

—Discúlpeme, mi nombre es Sofía Gardavel y ella es Elizabeth Redfield, ¿quien es usted?—pregunta la princesa, con un tono suave y delicado.

— ¡Que coño les importa!

— ¡Ya te pasaste, idiota!—grita la azabache, desenfundando su espada.

Este retrocede unos centímetros, luego decide quitarse las molestas vendas de su brazo, al quitárselas notan inmediatamente que su brazo parece el de un demonio, color rojo con jeroglíficos en negro que se reunían haciendo un circulo en su palma, tenia un filo sobresaliente en su codo, que cuando este flexiona su codo se puede volver una filo para empalar.

— ¡Que carajo es eso!— sobresaltada grita Eli, al ver tal miembro.

—Bien, así esta mejor—murmulla así mismo el chico, mientras revisaba su brazo para verificar algún cambio importante.

Sofía estaba temblando de horror al ver tal monstruosidad, esta empieza a retroceder lentamente, pero cae al suela tras tropezar con un cadáver, Elizabeth por su parte no se mueve y mira con asombro el arma de su enemigo. Ella mira a el joven y luego le pide hablar, el chico sorprendido por la reacción se sienta a escuchar lo que la humana tenia que decir, tras unos minutos de charla el acepta solo con una condición, nunca celebrara con nadie y mucho menos entrara a ninguna ciudad, las chicas extrañada por la condiciones del individuo deciden aceptar.

— Bien, ahora dinos tu nombre— dice la capitana, mientras caminaban por los deteriorados pasillos del castillo.

—No tengo— responde sin mucha preocupación el joven.

— ¿¡Qué!?—gritan al unísono las dos chicas, parando en seco.

—No soy humano, así que no lo necesito—explica despreocupado el pelirrojo, mientras caminaba tranquilamente.

Luego de ver la actitud de el, las dos chicas empiezan a murmullar entre ella, al cabo de un rato llegan a una puerta en uno de los pasillo, las chicas tocan con cautela y luego se abre la perta para enseñar al propietario de la habitación.

El hombre era de 30 años, su cuerpo era musculosos a mas no poder, tenia el pelo semi-corto color dorado, ojos color negro, y tez blanca, mostraba una expresión de ira, pero luego de ver a las dos chicas su expresión cambia radicalmente, una sonrisa un tanto afeminada se dibuja en su rostro.

— ¡Chicas!—grita felizmente el gigante.

—Buenas noches Andabel—dicen al unisono las dos chicas.

— ¿Qué las trae por aquí?—Un acento francés hace que el gigantesco hombre pareciera una dama.

—El es uno nuevo en la unidad y…—fue interrumpida la rubia.

—Oh lala ¡pero que guapo!—grita emocionado Andabel, tras ver a el chico.

Luego lo agarra de su mano humana y lo empuja adentro, ruidos extraños como gemidos y espadas sonaron, las dos chicas posaron sus oídos en la ruinosa puerta, escuchando gritos de dolor del joven y algarabías de risa de hombre.

En la mañana siguiente las dos chicas llegaron después de dormir un poco al la habitación de Andabel, el crujir de la puerta abriendo las alerto, el joven había cambiado por completo, nada cubría la parte superior del cuerpo, con pantalones de metal negro, y armaduras que cubrían todo su brazo izquierdo tapando su extraño brazo, zapatos “normales” con un finalizado de metal, su cabello fue cortado dejándolo largo hasta las orejas, estaba puntiagudo pero no resaltaba mucho, su expresión mostraba ira y confusión al mismo tiempo.

—Aquí tienen mis amores, un galán para llevar— las palabras de Andabel estaban llenas de confianza por su obra maestra.

Las dos chicas quedan pensativas un minuto al ver a su “as” en esa forma, y luego exclaman al unisono.

— ¡Dante!

—Ese será tu nombre— explica Sofía mirando la cara de confusión de el chico.

Tras pasar unos minutos el ruido de la alarma suena pronunciando “Alerta, las tropas de Golish se acercan”

—Bueno, creo que es hora de probar "la mano izquierda del diablo”, Dante —dice Sofía tras ver la oportunidad probar a su nueva integración.

Este episodio fue mas una aclaración, en el próximo episodio prometo más “acción”

 

Varias escenas fueron censuradas, para mas información consultar a mi perfil.

Tercera noche.

Un campo de lágrimas rojas:

Las cosas empezaban a agitarse, los altos mando se preocupaban por su nueva “adquisición” a este lo introdujeron en la unidad “Phoenix” al parecer esta era la elite, los preparativos para el combate se ponían en marcha, los soldados estaban armando para el combate y un joven de cabellera rojiza entraba a un cuarto que parecía ser la biblioteca destrozada por el agobio del tiempo y los ataques de la constante humedad, una mirada penetrante de todos no se hizo esperar, las miradas cargadas con odio y desprecio a la nueva “carne” estaban deseosas de probarla y destrozarla, la mayoría adentro de esta “habitación” eran hombres con mayoría de edad, otros tenían tatuajes y cicatrices de combate, caminaba a paso ligero para encontrarse con los pocos individuos que no lo miraban con tal desprecio, eran tres en total.

El primero se acercaba con cierto entusiasmo, parecía un joven que apenas podía ser llamado un “hombre”, entre sus aspectos estaba su cabello dorado y ojos color zafiro estaban denotados, un mechón que se ponía en el centro al punto de tapar la nariz pero no llegaba a la boca, su tez blanca hubiera hecho que cualquier chica suspirara por el, su armadura en parte se parecía mucho a los de los demás, una pechera detallada con símbolos de su país, pantalón de metal y armaduras hasta los pies con jeroglíficos similares, su brazos estaban descubiertos y cuatro Katanas enfundadas, estas eran especiales ya que un tipo de gancho salía en la parte baja de dos de estas perfectas para acoplarse con las dos restantes, estas estaban enfundadas dos en cada costado del joven rápidamente se acerco a el joven y levanto su mano para ponerla en el hombre del pelirrojo.

— ¡Bienvenido al pelotón Phoenix! mi nombre es Zalad Honored— dice con mucho orgullo el rubio.

Ninguna palabra surgió del chico que solo removió con gentileza y rudeza su brazo y pasó por un lado, a repuesta otro de los tres jóvenes se acerca.

Este segundo tenia puesto el casco por ende el rostro no era admisible a la vista, su armadura era muy común en comparación con el de los demás, y este solo se pone enfrente del pelirrojo en forma desafiante, este responde volteando la mirada al ultimo individuo.

El tercero era un chico de pelo verde con ojos color grisáceos y lentes circulares, su vestimenta extraña en comparación con las demás, una chaqueta de color gris con un logo en el pecho “Devil mind” y pantalones con las rodillas destrozadas a propósito por estilo.

—No te preocupes, ahora ellos están conscientes de que hay guerra y no buscaran líos contigo…por ahora—dijo el ojigris que lo miraba con superioridad.

—Si se acercan solo tendré que matarlos—replico el pelirrojo que miraba con frialdad a su contraparte.

Un estruendo sonó ya que los cañones enemigos empezaron el ataque, los soldados corrieron a la salido ya que varios libros se cayeron y pensaron que seria mejor salir pitando de hay, a continuación ya afuera notaron el desorden creado, varios instrumentos de guerra salieron a la luz lo mas notables y mas tenebrosos eran 2.

Uno de ellos era un tipo de torre fina que tenía dos grandes filos a los costados, con energía hidráulica estos giraban a 360 grados y una velocidad de 200 KM/seg. De adición tenia cuatro brazos finos que tenían un tipo de cierra eléctrica incrustados en el pico de cada uno, estos giraban como una hélice de un antiguo avión y a la vez lentamente giraban en dirección opuesta a las hélices para crea una zona que nadie puede sobrevivir este se movía gracias a cuatro piernas mecánicas estas tambaleaban y se paraban como si de defecto tuviera.

El segundo era algún tipo de martillo gigante con púas en cada lado, este era sostenido por algún tipo de carroza que tenia el clásico palanquín estilo medieval al que se necesita girarle para funcionar al ser ejecutado soltando el seguro del mazo este acciona un dispositivo que deja caer el martillo a continuación este cae a una velocidad de 600KM/seg. La velocidad mataría a quien sea, en adición las púas servían para terminar con la vida debajo de esta el palanquín era girado para “recargar” el inmenso instrumento, sangre seca puede notarse entre las afiladas púas dando a entender por lo que había pasado esto.

El jefe del escuadrón era nada mas y nada menos que el chico de los lentes que sin mas aviso que los 3 jóvenes (incluyendo a Dante) servirían en el frente una estrategia simple, abrirse paso en las infantería matando a cualquier enemigo cercano, estos no objetaron al plan y decidieron seguirle los tres toman caminos separados.

Dante había ejecutado un gran salto y caído en medio de las líneas enemigas (en otras palabras, quedo mal) rodeado por milicianos este solo sonríe, los enemigos vestían armaduras elaboradas hombreras y coderas que imitaban las llamas, el casco tenia unas alas color rojo que se formaban en donde deberían estar sus cejas, lo único “normal” en todo su equipo era sus parte baja ya que parecía una armadura mediocre, estos lo rodearon con lanzas teniendo distancia ya que el salto ejecutado alarmo a los soldados, Dante se percato del “miedo” de ellos, este cierra lentamente sus ojos y se percata de los sonidos rodantes, el crujir de el metal chocando el uno con el otro por sus pasos, el tragar saliva por los nervios y emoción de matar todo estaba siendo audible para el excepcional muchacho, tres hombres no dudaron mas y se lanzaron al ataque sus armas, lanzas gruesas con un filo parecido al de la espada y jeroglíficos extraños.

Zalad hizo lo mismo que su compañero y cae en el centro de la acción rodeado de cientos de enemigo, este solo cierra sus ojos, en su mente todo desaparece y el queda en un espacio del más oscuro tono, tras varios segundos desenfunda solo dos katanas, las de los ganchos para ser específico.

— ¡Jajaja esto será divertido!—grita el ojiazul, mostrando una cara de psicópata acompañado de una risa similar.

Los soldados que lo miraron entraron en pánico al verle así y 5 lanceros (lanzas como la definición anterior) lo atacaron sin tregua, cada uno hace un corte horizontal perfecto para cortarle por la mitad, este responde agachándose para ver el cielo y defendiéndose con sus dos katanas, este detiene los cinco choque que crearon un estruendo ya que llegaron al mismo tiempo.

Dante se encontraba encima de una pequeña pila de cadáveres con una lanza en mano esta la posiciona como jabalina y la lanza a discreción atinando y atravesando a 3 soldados que venían corriendo un soldado corre con una espada clásica greca atrás de el a lo que responde dando un salto hacia atrás poniendo su mano “especial” como soporte sobre la cabeza del soldado raso en pleno vuelo este gira para quebrarle la nuca este se pega al cuerpo ya que cientos de flechas lanzadas por lanzadores de flechas (maquinas que no necesitan fuerza humana pero una pesadilla el recargar) el uso el cuerpo de el enemigo como protección, este le sirvió de maravilla.

Zalad gira a 360 grados matando a 4 soldados que se le acercaron para cortar con espada estos caen al suelo despojados de vida el campo poco a poco se tiño carmesí, un soldado corre con furia al encuentro contra Zalad, este responde poniéndose en guardia, a 1 metro del enemigo fue detenido por un gran pisotón aplastando a el soldado(omitiré lo que le paso al soldado), el culpable gigante de 5 metros de alto con un cuerpo igual de grande este parecía un ogro musculoso los mas aterrador era su espantoso rostro.

El nuevo enemigo al que se enfrenta le faltaban cejas y pestañas, dejando ver la esfera de su ojo color púrpura este también tenia falta de labios teniendo los horribles y deformados dientes a la vista, varios tubos salían y volvían a entrar a su cuerpo, obviamente esta cosa paso de ser humano hace mucho, cicatrices enormes pudieron notarse ya que este solo usaba un bóxer color negro para tapar sus genitales, este tenia una gran hacha en vez de su mano y parte de su brazo.

— ¡Kuakua, hora de matar!—la voz del ser era horriblemente gruesa y extraña, casi el canto de un demonio.

— ¡Que carajo es esa cosa!—grito sorprendido el rubio por ver tal monstruosidad en frente.

—Coño, pise una cucaracha— La voz era extremadamente rara, seguro por la falta de sus labios.

Dante era rodeado por 2 de los ogros al cual este miro con frialdad.

—Esto se esta volviendo aburrido—dice el pelirrojo mientras caminaba viendo a sus dos contrincantes.

El joven se acomodaba los lentes viendo el espectáculo en la ventana que estaba cerca del pasillo que conecta con el cuarto blanco (lugar donde duerme y descansa la princesa).

—Como lo planee—se dijo así mismo el ojigris mientras notaba 10 sombras que se posicionaban detrás de el.

End of the night.

Ahora un mini-Quiz:

¿Qué les pareció el líder?

¿Qué planea?

¿Qué pasa con estas “cosas”?

¿Quiénes son las sombras?