Yo amándote, tú engañándome y ella matándote.

Tema en 'Relatos' iniciado por Damaritta Nanami, 16 Agosto 2009.

  1.  
    Damaritta Nanami

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    Yo amándote, tú engañándome y ella matándote.
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    Yo amándote, tú engañándome y ella matándote.

    Hola, queridos lectores. Este escrito lo mandé a un concurso y ahora he decidido publicarlo. Sin más, aquí voy.


    Yo amando, tú engañando y ella matándote.

    -¿Cómo podría definir éste sentimiento? ¿Amargura, pena, rabia…?-eso era lo único que pasaba por mí cabeza, mientras mis desesperadas manos se aferraban a mí cabello con una fuerza única, parecía que en verdad los arrancarían. Digo, es que, no es cualquier cosa que te encuentres a la persona que es tu ‘novio’ besándose con otra muy cómodamente mientras a ti te decía que ‘tenía asuntos pendientes en su casa’, claro. Asuntos pendientes. Mentiroso.

    Mis piernas no se contenían, me alegraba, no quería que lo hicieran. Me iba acercando poco a poco cuando de pronto entre beso y beso el se dio cuenta de que yo estaba ahí.

    -Ah. ¿Lo viste todo?-articuló nervioso, lo caché en pleno engaño hacía mí persona, descubriría sin duda que nadie se mete conmigo. Sobre todo lo que más me enfureció fue que tuviera una reacción tan estúpida.

    -Por supuesto. Tuve asiento en primera fila en el teatro-oh, sí. Tenía que decirlo. Por más que yo estaba esperando que mí corazón me doliera o me salieran las lágrimas de los ojos, no sentía nada, sólo un sentimiento de ira y venganza recorría mis venas.

    -Lo lamento. Sabes que yo te amo-repitió acercándose a mí, poco a poco trato de poner sus suaves manos en mí rostro que permanecía inescrutable, mientras buscaba mis labios. No lo permitiría. Cuando menos se lo esperaba, levanté mí puño y me las entendí para que mí voz no temblara.

    -Sí te acercas más, observarás mí puño en tu cara-sollocé, sí, estaba al borde de las lágrimas, eso se había tardado en pasar, pero al fin, era típico de alguien como yo.

    -¿Qué?-vi como tu rostro tomaba una forma agresiva y de disgusto. Sólo eso me faltaba, ahora el disgustado eras tú. Eso me bastó para darme cuenta que había perdido dos años de vida en una persona nada valiosa como tú. Lo peor es que hasta ahora me daba cuenta de que me iba a casar con alguien que no me amaba nada y que realmente no conocía.

    -¿Cómo qué “qué”? ¿Querías que fuera corriendo a tus brazos aún cuando te vi besándote con esa?-respondí acorralándolo con preguntas y señalando a la “esa”. Era más que obvio que estaba loco y quizás yo también, pero él de cínico y yo de rabia y despecho, claro. Casos diferentes.
    -No le faltes al respeto a Liliana. Lo que sucede es que tú eres aburrida y no me interesas-añadiste alzando y bajando ligeramente los hombros, en son de “¿y qué?”. ¿Qué sucede, cuando te convertiste en un monstruo?
    -¡Idiota! Ahora me vienes con qué yo debo respetarla, cuando ella ni se inmutó cuando sabía que tenías novia, ¿no?- le reproché sin pelos en la lengua. Se pasaba, estaba pisoteando algo que me hacía sentirme orgullosa y plena: mí dignidad. No se lo perdonaría.

    -¿Perdón? ¿No era ella la otra, Julio?-por fin la esa reaccionó y se dio cuenta de que estaba siendo engañada igual que yo, por un mal agradecido. Mientras decía eso nos miraba a los dos con despreció y sus ojos reflejaban crueldad, parecía algo que sucedía en caricaturas, pero era real, ella sí emanaba crueldad.

    -Ah, verás Liliana…-no alcanzó a terminar cuando un puñetazo de parte mía llegó a su pómulo derecho, el cuál yo esperaba terminará rojo e inflamado y posteriormente morado y a él le doliera hasta hablar.

    -Ya verás con quién te metiste-articuló con mucha decisión, Liliana, que era una chica con pinta de súper modelo: Ojos azules y grandes, labios gruesos, cabello largo y rubio y una altura más o menos o lo que yo diría de 1.75 centímetros. Definitivamente me sentía inferior a ella, yo era casi lo opuesto a ella. Yo tengo los ojos cafés y de tamaño normal, mis labios son delgados y un poco redondeados, mí cabello no muy largo y mí altura es de 1.70.

    -No te vuelvas a burlar de mí-quise rematar las palabras de Liliana pero definitivamente no sonaban tan bien en mí como en ella. Emprendí camino atrás de Liliana, porque casualmente íbamos en la misma dirección, yo para ir a mí casa y ella ¿quién sabe?
    Levanté un poco mí mirada, la cuál se entristeció dejando caer lágrimas que recorrían mis mejillas hasta finalmente dejar sus tenues marcas en el suelo, mojándolo suavemente.

    -Lamento todo lo ocurrido, realmente. Las dos estábamos siendo engañadas y fui una estúpida al hablarte de esa manera. No sé como pedirte perdón. Sólo sé que llorando por alguien que no vale la pena no arreglarás nada-susurró con su voz dulce y chillona pero agradable a los oídos, como una dulce melodía.

    -Ah, no te preocupes. No es como sí quisiera matarte por hacer eso-tomé un tono sarcástico pero cierto, la verdad no quería matarla, obviamente, no sería capaz.

    -Oh, pero yo sí de matarlo a él-¿cuándo se tornó una conversación en una situación tan sádica?

    -No lo dices en serio, ¿verdad?-titubeé. Me daba miedo, ella me daba miedo. Estaba preparando las piernas para huir de allí.

    -Obviamente no-sonrió y yo dejé soltar un gran suspiro de alivio.

    Al día siguiente me levanté, bañe, me pinte, todo lo que hacía por las mañanas y lo llamé, no fue algo planeado, simplemente pasó. Estaba tan acostumbrada al sonido de su voz que al contestar sentí mariposas por mí cuerpo. Me dirigí a desayunar, mientras penosamente le saludaba como habitualmente y él me respondió con júbilo como sí hubiera estado esperando mí llamado durante años, cosa que según yo, no era así.

    Hablé largo y tendido con él, como sí no hubiera pasado nada. De pronto la conversación pasó de ser algo agradable a algo tenso pues me comentó que se iría del país, pero sólo como viaje no se marcharía para siempre, me dijo palabras dulces como “te amo”, “eres la luz de mis ojos”, pero desafortunadamente esas palabras en mí ya eran vacías pues no eran nada más que mentiras. Además el me dijo que le prometiera que lo esperaría, pero también, yo sabía que Liliana iba en serio.

    -…-Esperaré –le dije, sabiendo que esa persona nunca jamás volvería, ya que debía estar muerta para el día siguiente.

    Gracias por leer.

    Ciao,
    :nanami:.
     
  2.  
    Alex Nanami

    Alex Nanami Entusiasta

    Libra
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    Pluma de
    Escritor
    Re: Yo amándote, tú engañándome y ella matándote.

    O.o
    Wow, esta historia esta un poco "dont mess with me" :mad:
    Jaja, muy agradable de leer Dami; te deseo suerte en ese concurso (si es que aun se puede).
    TQM Dami ^3^, cuidece niña mosha. :3
     
  3.  
    La enamorada

    La enamorada Iniciado

    Escorpión
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    24 Julio 2009
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Yo amándote, tú engañándome y ella matándote.

    bueno que decir... me gusto, me gustaria tener las agallas suficiantes para hacer algo como lo que la chava hiso y darle un buen golpe a alguien pero penosamente no puedo... bueno sigamos me gusto tu fic me identifique, mucho me gusto el trama muy bueno y lo terminaste muy bien nada mas paso a felicitarte por un exelente trabajo y bueno me voy asta luevo bye...
     
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