Microrrelato Voces (Otra noche más de insomnio)

Voces


He aquí una noche más de insomnio. Los sentidos se han cerrado. de manera tal que no hay más que la respiración de nuestros propios demonios. Ella no sabe, ni siquiera se imagina, por qué aún sigo despierto.

¿Qué será de nosotros cuando este tiempo se termine? Tal vez estaremos demasiado lejos, me costará sentir su aroma dulce y con el tiempo me resultara irreconocible. Sigo rezando con fuerza para que eso no pase, pero sé que al final es inevitable. Un final es inevitable cuando aún con todo el esfuerzo, sabemos que no vamos a lograr cambiarlo; pero, ¿por qué aún así nos tomamos la molestia y el trabajo de hacer algo? Si sabemos que no podemos cambiarlo cual será el motivo de tal desperdicio de tiempo.

¿La volveré a ver una vez allá? No tengo idea de que será de nosotros cuando nuestro tiempo se termine, llegue a su fin. No advertí que el tiempo pasaba tan rápido, ciertamente es demasiado veloz para que yo le siga el ritmo. Por eso la necesito, por eso está a mi lado para que yo no me quede atrás en el paso del maldito tiempo. La duda de mi destino, ¿la tendré conmigo cuando vayamos a vivir a esa ciudad tan desconocida? ¿No la perderé? Ahora ese miedo me invade con muchas ganas de hacerse realidad esta noche. Todo hasta aquí ha sido superado por la fuerza de aquello que nos une, pero ¿podremos resistir una tormenta más? Los vientos que surcan ese cielo, diferente del nuestro, no son tan débiles, no son vagas brisas sin fuerza, son feroces torrentes en diferentes direcciones, capaces de llevarnos donde jamás imaginamos.

La pregunta es: ¿Resistiremos? ¿Seguiremos siendo más fuertes que ellos? Conociendo mi interior, puedo decir que tengo derecho a la duda, soy demasiado imperfecto. Juntos somos fuertes, poseemos la determinación verdadera de jamás rendirnos ante nada, ningún obstáculo es capaz de detenernos; pero me temo que no nos hemos enfrentado a tales fuerzas naturales como las que allí nos esperan. Es lamentable, pero es cierto. No quisiera que fuéramos a desarmarnos en lagrimas, aunque esto llegue a pasar, eternamente seremos fuertes, más fuertes que todo. Siempre fuimos inmortales, por eso espero que al final no queden solo recuerdos muertos en nuestros corazones.

Hasta aquí ha llegado mi calma, mi paciencia, mi espiritualidad. Todo se quedara donde realmente sea útil, nada se irá conmigo. Esta vez, pienso que me ha superado la fiereza de la realidad.

Lo precipitado de las palabras no marca este final, es lo que sucede cuando las voces no dejan a la mente tranquila, cuando esta deja de estar en blanco y cae a la realidad, desmoralizándose nuevamente; lo que hoy nos libera de la gran despedida que afrontamos.

Una vez allí, ya no hay vuelta atrás. Nada se atraviesa en el camino del tiempo ni nada detiene su ligero andar. Y cuando nos vayamos… ¿entonces ella y yo ya no nos veremos más?