Nanatsu no Taizai Visitante desconocido (HAWKxOC)

VERSIÓN HAWKGIRL x OC

Contenido oculto: Observaciones

Soy nueva en este fandom, pero he visto en algunos lugares que no hay un fic especifico de Hawk, o tal vez fui ciega. Y como no me fío de todo de las wiki con respecto al género de Hawk, haré dos versiones, hawkgirlxoc y hawkboyxoc. Tal vez me equivoque con nombres, lugares o la personalidad, pero me gustaría compartir este pequeño post? no se como decirle porque hay muchas lagunas. Tal vez en algún momento lo haga una historia corta. Aun no vi todo Nanatsu no Taizai así no spoiler por fis xD

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Aquella mañana Hawk estaba inquieta, sentía que algo extraño pasaría, lo presentía, se sentía en el ambiente. Y no era nada malo, no olía mal como las comidas de Meliodas. Pero su nariz la estaba volviendo loca.

Estaba segura que esa basura estaba cerca, sin embargo, no venía solo. Y eso era lo que la inquietaba, el aura que poseía era fuerte pero demasiado tranquilo para su gusto.

—¿En qué piensas Hawk?

—Habrá visitantes nuevos, lo presiento, lo siento en el aroma, lo... ¡Comida!

Meliodas, se rasca la nuca extrañado y algo perdido al ver como aquel cerdo que era su mejor amigo, salía corriendo fuera del bar. Era extraño, no era como cuando algo lo incomodaba, era un comportamiento muy extraño.

Sin embargo, minutos después volvió corriendo con las mejillas ruborizadas escondiéndose tras Meliodas, quien ya se había perdido, aunque permaneció tranquilo, expectante a lo que venía, se escuchaban voces.

Una grave varonil, y otra ronca, pero femenina. ¿Eran aquellos los desconocidos de quienes había anunciado Hawk?

La puerta del bar se abre dejando ser una joven de cabello negro, envuelta en una capucha violeta quien entró bostezando siendo empujada por un cerdo de color marrón chocolate con el mismo rosado del color de piel de Hawk, solo que este tenía un arete contrario al de su mejor amigo, junto con un signo de incógnita cerca de su pierna izquierda, justo en la cadera.

—¡Bienvenidos forasteros!, han venido en el mejor lugar para tomar la bebida de los Dioses. —saludó Meliodas, quien al observar con más detalle notó que el acompañante del cerdo gracias a la capucha no podía ver mucho más que su cabello oscuro como la noche.

—Buenos días, esa frase promete ser delicioso. —dijo la voz femenina sentándose en una de las mesas cerca de la puerta, parecía estar cansada.

—¡Hawk! Al fin te encuentro, que alivio que estés en un buen pueblo, aunque no pude saludar a mi suegra. —dice el cerdo con aquella voz aterciopelada, varonil pero animada.

Hawk con el rostro sonrojado sale tras Meliodas, quien se pregunta con extrañeza la gran familiaridad con la que trató a Hawk, pero su cabeza después de minutos recae, en una palabra.

—¿Suegra?

—Dove, no debiste haber venido hasta acá, puerco de pacotilla.

—Que dulce amor aún guardas hacia mí, mi bella doncella. ~

Hawk al escuchar aquello lo manda a volar, pero antes de salir por la puerta y tal vez rodar varios metros por el golpe con un movimiento de mano de la desconocida, cual si fuera un títere el cerdo queda estático, pero es bajado al suelo.

—Mucha fuerza, y buen carácter. Interesante —dice la joven misteriosa, quien tan solo empieza a ocultar su mano, abrazándose como si aquello le hubiera dado frío.

—Parece que usted tiene una gran habilidad. ¿Me permitiría saber su nombre bella dama? —dice Meliodas intentando acercarse con curiosidad para dar la mano, o intentar tocar aquellos senos que parecían ser el cielo de lo abultado que parecían tras la capa, sin embargo, no pudo moverse, por más que lo intentara con toda su voluntad y fuerza.

—¿Pero qué?

—Hawk, le recomiendo que las intenciones del rubio no sean impropias con mi compañera.

—¿Porque debería hacerte caso? ¿acaso es tu nueva conquista? Maldito puerco.

—Ay... Justo en mi corazón, mi dulce trébol de la suerte. —dice mientras se vuelve a acerca a la Cerda rosada.

Sin embargo, esta lo noquea directo al suelo, a pesar que el cerdo fuera mucho más pesado que el rosado, la fuerza y testaruda manera ser era más que suficiente para noquear a un oponente digno de Hawk.

—Deja de ser celosa, que solo tengo ojos... Ugh... Para ti... —dijo el cerdo negro con cinturón rosado, del símbolo con una incógnita, casi sin aire, pero gustoso de su cercanía.

—Soy Inu Buruna, un placer, conocer al dueño de esta taberna. Me dijeron que buscas chef. ¿Es cierto? —pregunta tras otro bostezo la joven de cabellos negro, esta vez con el rostro dirigido al rubio.

Meliodas al ver aquel gesto, recién pudo sentir la sensación de poder moverse, sin embargo, se quedó tieso al ver aquellos ojos ámbar como el sol, aunque con unas graves ojeras.

—Un placer, Soy Meliodas. Y si, seguimos necesitando. ¿porque deseas trabajar con nosotros?

—Porque el puerco que está allí, no soportaría otra eternidad sin su novia. ¿No es obvio?

La joven que ahora podía notarse de unos 21 años o más, había aceptado la cerveza, pero no la comida de Meliodas ya que ella misma tenía preparado su propia vianda de comida. Que para el rubio olía a delicias culinarias, sintiéndose por un momento más afortunado.

—¿Novia? wow... ¿Eso lo has preparado? —pregunta con gran incredulidad el rubio.

—Aja.

—Sí, ¿no te lo ha dicho? ¿Era secreto? —pregunto algo arrepentida, mirando al par de cerdos.

—No/no.—ambos cerdos responden al unísono aún en suelo, sin embargo, ahora la cerda rosada estaba bajo el mayor.

—¿Y que se supone que hacen ahora ustedes...? —pregunta algo intrigado, sin embargo, es callado porque un tenedor se introduce en su boca, probando un gran picado de carne.

Salvando a ambos cerdos, o más bien a Hawk, quien ya se sentía incómodo, con la presumida posición junto a la pregunta.

—Mm... Esto está delicioso, ¿si quieres te ofrezco puerco a la olla? —pregunta con diversión, Meliodas, el pecado de la ira.

—¿¡Que!? ¡Buruuu no permitas que nos coma!? —suplicó alarmado el cerdo multicolor.

—¡Eres un maldito cerdo! —exclamó con miedo Hawk.

Logrando así que la chica sintiera levemente por la ocurrencia y así a su vez, rechazar la oferta. Logrando así que ambos cerdos se callaran y amaran a la chica. Mientras que Meliodas intentaba saber que era lo que realmente era esa joven. Algo misterioso ocultaba, pero no le vendría mal tener un poco de compañía y una chef como ella.

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VERSIÓN HAWKBOY x OC
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—Odio ser tan tonta.

Bufa la cerdita de color blanco como la nieve, un arete contrario al del Hawk como si este pudiera ser capaz de encajar con la de su oreja, junto al signo de incógnita que va en una de sus pechugas de cerdo, en el lado izquierdo justo en su lomo hacia ese costado.

Era más pequeña que Hawk, quien la veía desde lo lejos, parecía estar buscando algo. Sin embargo, al ver el símbolo tanto en su muslo como oreja sintió como su piel se erizó.

—¿Eh...?

La cerdita blanca lo escuchó por lo que se largó a correr, sin embargo, tropezó con una roca y cayó a un charco de barro. Logrando que Hawk se acerque con leves carcajadas, pero algo preocupado al ver que esta no se mueve, pero no se esperaba que fuera salpicado por el barro.

—¡No me mires así, puerco!

Siendo así como se queda Hawk embobado, indignado, pero sobre todo sorprendido al sentir como esa frase le dio un dejavu, sonaba justamente casi igual a cuando mataba con la mirada a Meliodas. Sonrojándose y entendiendo en ese momento lo absurdo que se veía al insultar así, solo que en esta situación las palabras no estaban tan salidas de su lugar. Ambos eran cerdos.

—Jajajaja buena broma.

La cerdita blanca deja de refugiarse en la miseria de haberse caído tontamente, sin embargo, ya no quería salirse de este charco de barro por vergüenza ajena. Estaba seguro de quien era, y lo que pasaría.

—¡N-no me veas! No ves que estoy bañándome un poco.

Fingió estar de lo más Pancha en el barro, aunque este parecía invitarla a dormir un poco.

—jajajajaja ay~ ...Vamos pequeña, ven a saludar y no te duermas. —dice Hawk con una expresión divertida.

—Déjame, es mi hora de belleza, maldito puerco.

La empuja levemente con la nariz, intentando sacarla de allí, y muy a pesar de la Cerda blanca, se mueve. Satisfecho Hawk admira la belleza de verla al fin, claro que con cada paso el barro se iba saliendo de aquel cuerpito pequeño que desde joven conoció.

—¿A qué se debe que me encontraste Hawk?

Por algún motivo, que Hawk nunca comprendió era que aquella pequeña cerda siempre era así de fría después de no verlo en un largo tiempo. Porque que el recordara tenían pasado juntos y eran muy Buenos amigos. ¿Le habría hecho algo? Y capaz y ni se dio cuenta.

—Tranquila puerquita~ ay, no te recordaba tan arisca, ¿no será que estas conviviendo mucho con gatos otra ve-...?

Pregunta, sin embargo, es interrumpido por una gran gota de charco y luego otras llegar a su rostro, para luego mover su rostro varias veces para poder volver a ver.

—Pero… ¿qué te pasa?

—Que estoy bien, además un poco de barro no te mata Hawk —dice la cerdita blanca acercándose a él.

Aquello le inquieta, sonrojándolo al verla tan tierna. Sin embargo, su piel estaba de un color crema y no el color blanco que tanto le recordaba a una bola de arroz.

—Usted es una puerca diabólica.

—jajajajajaja a veces sí.

La risa estruendosa y grave salió de aquella boquita, causándole más escalofríos, su piel desnuda se le eriza y más aún cuando esta viene y roza su nariz contra su mejilla. Aquel gruñido de cerdo y su cercanía ya lo tenían en un Estado de rubor y nerviosismo extremo. Que solo esa cerdita lo cautivara, mientras cerraba los ojos ante la sensación de paz que sentía con la compañía.

—Hueles mejor que la última vez, mi bella dama, ¿cómo puede estar aún tan pequeñita? —pregunta intrigado Hawk.

La cerdita se sonroja un poco ante el cumplido, se separa y mueve su patita blanca arañando levemente el suelo.

—Yo... Uhm... Te explicaré más tarde, debo buscar a alguien que se me perdió.

—¿Se te perdió? ¿no será que tú te perdiste? —dice divertido Hawk, sin embargo, escucha un gruñido por parte de su adversa— Te ayudaré, pero primero bañémonos, me gusta más cuando eres una nubecita.

Con las mejillas infladas infantilmente lo mira reticente pero luego suspira.

—¡Vamos que esperamos! Vi una fuente por allá.

Sale corriendo con toda la energía del mundo, levantando una bola de polvo que lo hace estornudar, pero sonreír con ternura, estaba visto que no había cambiado mucho desde la última vez. Se dispuso a seguirla. Esperaba que su encuentro no fuera para una situación complicada y surtiera del buen modo todo.

[... ]

Los dos cerdos se encontraban de vuelta hacia el sombrero del jabalí, una cansada por haber recorrido por todo el pueblo y Hawk hambriento. Esperaba que las sobras fueran deliciosas esta noche. Pero olía la frustración de la pequeña Dove al no encontrar lo que buscaba.

Sin embargo, una vez pasaron la puerta, vieron una situación bastante incómoda para ambos cerdos, más cuando sintió un aroma dulzón provenir de la Cerda y la humana que estaba muy cerca de Meliodas.

Quien se encontraba tocando sus pechos, la mujer que era bastante alta que Meliodas se encontraba con las mejillas sonrojadas.

—¡Maldiiiiito pueeeerco! —se abalanzó Hawk al rubio cuando la mujer de cabello negro lo aparta de ella, nerviosa.

El rubio al final termina con moretones en la cabeza y otras partes, adolorido.

—¿Hawk? ¿Porque me apartas del cielo? —Meliodas se queja tranquilamente pero infantil.

—¡Buru! ¡No puedes dejar que se maldito puerco te toque! —exclama enojada la cerdita.

—Tks... Podía sola. —chasquea la lengua, la mujer de cabello negros con cabello punk.

—Aja sí, lo pudimos ver. ¡Gracias Hawe~! —exclama agradecida la cerdita más tranquila.

Hawk al escuchar el mote dulce, se ruboriza levemente, sin embargo, asiente mientras mira ceñudo a su mejor amigo.

—¿Qué crees que estabas haciendo, con la señorita?

—Estaba conociéndola, parece ser buena gente. ¿No confías en mis habilidades conocedoras Hawk? —pregunta tranquilamente Meliodas.

—Aja si, habilidades de ser un maldito pervertido querrás decir. —gruñe molesto Hawk—¡así no se trata a las damas!

—¿Oh? Veo que has encontrado otra cerdita, que bonita —dice Meliodas acercándose curioso a la pequeña cerda blanca.

Pero extrañamente se tropieza y caer al suelo de bruces.

—Pero... ¿Qué rayos? —pregunta intrigado, sin embargo, Meliodas nota una buena forma de mirar las bragas de la mujer que estaba conociendo.

Aunque la cerdita se coloca junto frente a la chica tapando su visión, encontrando un brillo extraño en los ojos de la misma. A pesar de ser negros, sentía cierta conexión con la cerda y mujer, como si estuvieran Unidas en una.

—Te acercas a mí, y conocerás lo doloroso de una mordida de esta boca oing ~ —lo mira desconfiada y desafiante.

—¿De que la conoces Hawk? Tiene carácter. —dice tranquilo y divertido con una sonrisa Meliodas.

Hawk gruñe un poco receloso, sin embargo, suspira. Sabía lo que se venía.

—Es mi novia.

El rubio abre los ojos sorprendido, mirando a uno y al otro cerdo. Incrédulo. ¿Desde cuándo, o cómo sucedió eso?

—Soy Dove, y ella... —se calla al no saber cómo explicar su situación.

—Me pueden decir Once, aun no confío mucho en vosotros. —dice algo incómoda la mujer de cabello punk.

Aquella forma de presentarse de alguna manera le pareció dejavú, le había recordado a cuando conoció por primera vez a Dove. Realmente, este día está lleno de sorpresas, ¿quién diría que tendrían esta clase de visita?