Historia larga Duality Paradox

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Gamenor, 16 Enero 2017.

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    Gamenor

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    Duality Paradox
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    37
     
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    789
    Capítulo 14.

    A quien nos justifica nuestra desconfianza llamamos enemigo, ladrón de una esperanza.
    -Antonio Machado


    La noche avanzaba, ya sentía sueño, pero no podía permitirme dormir en una situación como esa, Norgud y aquel sujeto que nos había atacado ahora se estaban viendo cara a cara. Ambos se veían dispuestos a atacar, pero ninguno movía un músculo. Finalmente, el gran felino alado habló sin disimular su furia.

    - Déjalos ir. - Ordenó.

    El extraño rió sarcásticamente para luego decir -Oblígame.

    Entonces Norgud lanzó un fuerte rugido que hizo que todos nos cubriésemos los oídos. Tras el rugido, aprovechó que el extraño estaba aturdido para golpearlo con su zarpa, sin sacar las garras, y lo envió contra una pared. Cuando el extraño se recuperó de aquel ataque, sonrió.

    - Buen truco, pero no te servirá dos veces. ¡Cartrion!

    Tras el llamado, apareció una gran criatura. Primero vimos sus pinzas apareciendo por debajo de la tierra, sujetando las patas delanteras de Norgud, tras esto, salió el resto de el. Era un enorme cangrejo, su piel parecía hecha de tierra.

    - ¿Crees que esto puede detenerme? -Dijo el gran guardián. Tras esto, hizo batir sus alas y lanzó una fuerte ráfaga de aire de su boca, lo cual hizo que el enorme cangrejo saliese volando en dirección a nosotros, sin embargo fue detenido justo en frente de nosotros por una especie de pared de luz morada.

    - Cartrion, viejo amigo ¿que es lo que te ha hecho este hombre? -Tras decir estas palabras, Norgud rugió de nuevo, esta vez fue mucho más agudo, y tan atronador que resonó por todo Monte Caldero, llamando rápidamente la atención de los vecinos.

    - Es el rugido de alarma. -Dijo Gwendolyn, tras recuperarse del aturdimiento. -Norgud lo usa para alertar al pueblo en caso de algún peligro. Aunque he de decir que nunca antes lo escuché tan de cerca.

    Mientras tanto, el extraño esquivaba los constantes ataques del gruardián como si nada, aunque parecía agotado. Norgud intentaba alejarlo de nosotros, pero con cada esquive el se acercaba más. En cierto punto, el extraño terminó a nuestro lado, y, obviamente, aprovechó para amenazar a Norgud con herirnos usando su espada. Minerva seguía sin poderse mover por aquella serpiente, así que no teníamos ningún arma con que defendernos.

    - ¿Y bien, Norgud, te rindes? ¿O voy a tener que matar a estas personas? -Dijo el sujeto.

    Entonces sonó detrás nuestro un disparo y se escuchó el sonido de un quejido que venía del guiverno que nos bloqueaba el paso. Sonó otra vez un disparo y esta vez el guiverno cayó al suelo, revelando que el que le había disparado era nada más y nada menos que William, quien tenía una escopeta en mano.

    - Si te atreves a tocar aunque sea un solo pelo de mi guardián, te voy a dejar con más agujeros que una esponja. -Amenazó William.

    - Retiro lo que dije sobre las armas de fuego. -Dijo Minerva, quien tras esto fue estrujada por la gran serpiente que la tenía inmóvil. Al ver esto, el líder se acercó hacia la criatura y le pegó en la nuca con la culata del arma, dejándola inconsciente, con lo cual el agarre se aflojó y Minerva pudo liberarse.

    Mientras tanto, el extraño comenzó a reír como un demente.

    - ¿De verdad creen que pueden detenerme con eso? Una espada, una escopeta, y unos cuantos guardianes, ¡que gracioso! ¿Acaso saben quien soy? Claro que si, al menos usted, vejestorio, debería reconocerme. -Dijo el extraño.

    - Sí, si, eres el imbécil que hizo que destruyeran el tratado de los ríos. Luego de eso fuiste quemando docenas de aldeas y lograste que el parlamento culpase de eso al protectorado. Básicamente... eres el tipo que vengo queriendo matar a base de escopetazos desde que tengo veinte años.

    - ¿Tengo? -Dijo el extraño en tono burlesco- Creo que debería tomar clases de gramática, se dice tenía, en tiempo pasado.

    - ¡Cierra el pico, mequetrefe, tengo veinte años y los he tenido por décadas, ¿me oyes?! - Dijo William con un enfado más que evidente. Tras esto comenzó a disparar hacia aquel extraño, pero tal como sucedió cuando el nos disparó a nosotros, las balas rebotaban al acercarse. El extraño bostezó, burlandose de los inútiles intentos de William de hacerle daño con su arma.

    - Bien, parece que no voy a poder tomar este excelente ejemplar de guardián para mi colección. En fin, me despido. -Luego de esto, chasqueó los dedos, la serpiente que aún estaba consciente hizo brillar sus escamas con un destello verde y acto seguido él y todos los guardianes que lo acompañaban desaparecieron en un parpadeo.
     
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    ¿Un coleccionista de guardianes? Bueno no, no diría exactamente que un coleccionista, pero quizás una especia de encantador de guardianes. Al menos me ha quedado claro que este nuevo sujeto tiene bastantes guardianes a su poder y que busca hacerse de otros varios. ¿Gamenor está entre ellos? ¿Y cómo es que puede tener tantos? ¿Cómo los controla? Uh, tantas dudas.

    Pero bueno, primeramente hola, ha pasado tiempo, lo sé, pero eso. Amm... los capítulos me han gustado mucho, el primero por toda la acción con el combate de Minerva y este nuevo enemigo, porque... ¿sí es un enemigo, verdad? Da la pinta para ello, pues puso en peligro a todos. Además de que William ya dice que ha hecho muchos desastres en varias aldeas, así que sí debe ser malo. Pero me gustaría conocer un poco más de su historia. El caso es que aquí Minerva y Norgud se lucieron, me gustaron sus intentos de detener a este tipo. ¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Gamenor estará bien? Ojalá que sí.

    Las cosas se complican para nuestros protegidos e insisto, quiero saber qué onda con este coleccionista y cuál es su fin al crear tanto caos. Y nada más, no tengo mucho más que decir, por lo que me despido no sin antes desearte lo mejor hoy y siempre. Te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Gamenor

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    Capítulo 15.

    En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas.
    -Gabriela Mistral


    La agitación de aquel combate había cesado y por fin estábamos tranquilos. Aunque Gamenor aún no aparecía, todos decidimos que lo mejor sería guardar fuerzas para buscarlo mañana, por lo que había llegado la hora de dormir. O, lo que es lo mismo, la hora de despertarse en otro lugar.

    Esta vez la desconexión se produjo sin inconvenientes, no hubo mareos ni cosas raras. Cuando me levanté y volví a salir al pasillo, encontré a Gwendolyn y Cedric esperándome en la puerta del comedor.

    - Hans y Luke ya están dentro,-dijo Cedric al verme llegar- tardamos bastante más en desconectarnos de lo normal así que el lugar está lleno. Va a ser casi imposible sentarnos con ellos.

    - Bueno, gracias por esperarme de todos modos.-Dije, luego pregunté- ¿Que se supone que hacemos ahora? digo, almorzamos hace tres horas y media, y faltan otras cuatro para la cena, y aún así nos estamos reuniendo en el comedor.

    - No tengo la menor idea- respondió Gwendolyn- Tendríamos que entrar y averiguarlo.

    Lo que vimos al entrar fue tan solo un montón de gente, parecía la misma de antes, muchos estaban sentados en los mismos lugares que la ultima vez, solo algunos habían cambiado de lugar. Sin embargo, nos fue imposible encontrar a Hans y Luke. Sobre todo porque muchos estaban distraídos conversando y había juegos de mesa en todas partes y pues, admito que nos ganó la tentación de abandonar temprano la búsqueda. Nos sentamos en los primeros asientos vacíos que encontramos, solo había una persona más en la mesa. Un chico pelirrojo que usaba lentes oscuros. Llevaba una chaqueta de cuero con varios parches, y una camiseta con varios personajes de videojuegos estampados. No parecía hablar mucho, de hecho ni siquiera se presentó.

    Comenzamos jugando una partida del juego de la Oca, elegimos algo sencillo para poder concentrarnos en nuestra conversación.

    - Realmente espero que ese sujeto te regrese a Gamenor tal como dijo. -Comentó Gwendolyn.

    - Si es quien creo que es, no creo que esté interesado en hacer daño a Gamenor. -Dijo Cedric.

    - ¿Quien crees que es? ¿Y por que dices eso? -Preguntó Gwendolyn, sacándome las palabras de la boca.

    - Me será mas fácil explicarlo in-game.-Dijo Cedric- Ahora ¿Alguna tiene una idea de como fue que las balas se volvieron locas durante la batalla?

    - La guardiana de Minerva, Sylvia, es una mariposa de plata, estuvieron practicando la desviación hace poco. Es posible que ese sujeto también tenga un guardián que haga lo mismo. - Dijo Gwendolyn, inmediatamente entendí de qué estaba hablando.

    - Pero el guardián de ese sujeto desvió todos los perdigones de una escopeta, imagino que eso debe ser bastante más difícil que una sola cada vez. - Dije.

    - Si, bastante más. - Dijo Cedric, tras eso, rió ligeramente para sus adentros y volvió a usar esa sonrisa que me causaba una mala sensación de el cuando nos conocimos. Al parecer, estaba ocultando algo. Pero ¿Que? Tengo que averiguarlo, pero no sé por donde empezar, a ver ¿Que se de el fuera del juego? No se me ocurre nada, pues toca forzar un poco la lógica, veamos, si oculta algo, es que sabe algo... Claro, el tiene bastante conocimiento sobre los guardianes y el juego en sí como para ser la primera vez que lo juega, además solo llevamos dos días en el juego y a penas unas hora aquí como para tener tanta experiencia, podría ser que haya jugado antes o algo así ¿Pero no se supone que se genera una historia y un mundo aleatorio cada vez? Es raro, tengo que preguntarle como es que sabe todo esto, pero ahora no me parece que sea el momento, no con ese chico escuchando.

    Mientras pensaba en todo eso, ya avanzaron varios turnos y al parecer la conversación siguió sin mi, Gwendolyn y Cedric estuvieron contando anécdotas de cuando eran pequeños y el otro chico simplemente escuchaba y asentía.

    El descanso pasó sin pena ni gloria, y regresé con prisa a la máquina para así despertar temprano en el juego. Realmente no tenía nada que hacer, pero si tenía una oportunidad de verme con el extraño mientras este devolvía a Gamenor podría averiguar algo. O al menos, parecía una buena idea en mi cabeza.

    Desperté en mi cuarto y me vestí, era bastante temprano o al menos, seguía sintiendo algo de sueño. Salí al comedor y allí estaban, el extraño sujeto que nos atacó anoche, y Gamenor, que nada más verme dio un brinco de alegría. Pero no hizo mucho más ¿Será que no pudo hacerlo?

    Me mira a los ojos y se quita la capucha. Era un chico, llevaba pintura blanca en la cara, o tal vez era muy pálido, no podría distinguir la diferencia.

    - Ya entiendo por que no dejas ver esa cara. -Dije.

    - Muy graciosa. ¿Quieres que te lo devuelva o no?. -Dijo él.

    - Claro que si ¿Que quieres tu?. -Respondí

    - Que no te metas en mis asuntos. - Respondió el.

    - Puedes ser más específico. -Le dije.

    - De hecho es tan simple que hasta una simple campesina lo entendería, primero me ves llegar, luego te vas para otro lado. -Dijo con tono de burla.

    - ¿Puedo preguntarte algo?- Le pregunté, sin ocultar mi enfado.

    - Puedes, no te garantizo que vaya a responderte, de todos modos.

    - ¿Por qué atacaste a Norgud anoche? - Decidí que sería la mejor pregunta en base a lo que había dicho en aquella ocasión, de que no estaba interesado en nosotros.

    - No tenía intención de matarlo, si es lo que te preguntas. Con gusto te contaré la historia de mi gente. Antes de que se fundara el Sumo Protectorado, solo había un gran reino. Era el reino del gran señor Luxnigra, el primero. Tras una terrible sequía, el reino de Luxnigra fue debilitado por invasores y finalmente disuelto, de ese reino salieron los cuatro que hoy existen en el mundo. El poder de Luxnigra estaba basado en su perfecto control del Vínculo, algo que como protegida, seguro conocerás. Yo soy uno de los herederos de la rama principal, descendiente directo de Luxnigra el primero, aunque aún no desarrollo el poder al mismo nivel de mi antepasado, de lo contrario podría haber dominado a Norgud con solo verlo a los ojos. Estuve tomando prestados algunos guardianes para practicar, pero no les hice daño.

    - ¿Y Gamenor? ¿Que hiciste con el? -Pregunté

    - De hecho, creo que te hice un favor, lo liberé. Ahora puede elegir su propio camino.- Mirándolo a el dijo. -Ya puedes elegir, pero recuerda que no te daré otra oportunidad.

    - Señorita Lizzie... -Dijo Gamenor.

    - ¿Si? - Pregunté.

    - Si me voy ¿Como estaría usted? -Me preguntó el en cambio

    - Estaría feliz de que seas libre y puedas volar, sin temer a los humanos, pero te extrañaría mucho.

    - Y si me quedo con usted ¿Cómo se sentiría? - Me pregunté.

    - Me dolería que perdieses tu libertad por mi, pero estaría feliz, porque volveríamos a estar juntos. - Entendí que estaba tratando de decidir que hacer, así que decidí ser lo más honesta posible. Finalmente, el se acercó a mi.

    - Pues, tengo la libertad de elegir, y elijo estar con usted hasta el final. Como usé mi libertad para elegir ser su guardián, perderé mi libertad, pero porque yo lo decidí. -Dijo Gamenor, y se posó en mi hombro.

    - Bien -Dijo el chico- ya está decidido, no puedo hacer nada. Bueno, es mi señal para irme, la próxima vez no seré tan bueno con ustedes.

    Tras esto, chasqueó los dedos, las dos serpientes negras de la otra vez aparecieron a sus pies, lo rodearon, y desaparecieron junto con el.
     
    Última edición: 7 Abril 2017
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    Hm, no había pensado que es verdad que Cedric sabe demasiado como para que haya sido la primera vez que juega... Algo esconde, sin duda, y el mal sentimiento que Lizzie tiene siempre que lo ve sonreír así, no me da para fiarme de él... Creo que no me fío de nadie salvo de Gamenor, quizás xD

    En cuanto al sujeto este, espero saber qué tiene que decir Cedric en cuanto a él, aparte de lo que ya le dijo a Lizzie de ser un descendiente directo de Luxniga el antiguo y único rey. ¿Busca alguna manera de retomar el control del reino dividido? ¿O busca venganza de algún tipo? Al menos respeta a los guardianes, algo. Hm, pues cuestión de esperar para ver cómo avanza esto. Espero el siguiente capítulo pacientemente. Me despido no sin antes desearte lo mejor hoy y siempre. Te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Antes que nada, perdón por demorar tanto en publicar este capítulo. Y gracias, Borealis, por tus hermosos comentarios que me animan a seguir escribiendo esta historia.

    Capítulo 16.

    Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si develas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás.
    -Laura Restrepo


    Cedric era intrigante, sabía cosas que no se supone que debía saber. Así que ahora que Gamenor por fin había vuelto conmigo, mi siguiente objetivo era él. Resultaba completamente extraño que supiera todo eso, así que debía ser más astuta que el, preparar un plan de acción en mi cabeza para tomarlo por sorpresa, obvio que esto implicaba no decirle nada a nadie, ni siquiera a Gamenor. La idea era sencilla, primero le preguntaría que sabe sobre el sujeto que nos atacó el otro día. Si las historias coinciden completamente, significa que Cedric sabe bastantes cosas y que no está inventando nada, y que el sujeto no me mintió. Si no coinciden en nada, uno de los dos miente. Si coinciden en una parte, solo esa parte se confirmaría y lo demás ya tendré que conjugarlo yo. Luego de eso, dependiendo de lo que me diga, podría preguntarle que más sabe y cómo lo sabe, ya sea en público o no, o podría simplemente darle una bofetada por mentiroso y dejarlo pasar. Pensándolo bien, quizá no se merezca una bofetada, si no diez o veinte, pero eso lo resolveré cuando llegue el momento.

    Tomo el desayuno en casa, Maia se ve más alegre de lo habitual, y algo más conversadora. Hablamos sobre las clases de esgrima de Minerva y de por qué las toma. Resulta que es algo así como una especie de policía o algo así. Más bien se encarga de cuidar a la gente del pueblo, de repeler a algunos invasores, saqueadores, y demás. Luego surge la duda, Cedric se encarga de rescatar a protegidos y guardianes en situaciones difíciles, Minerva defiende el pueblo, entonces ¿Qué hace Gwendolyn? ¿Y por que a Maia y a mi aún no nos dieron algún trabajo? Tal vez me estoy adelantando a las cosas y nos den uno a nosotras pronto, pero ¿Y Gwendolyn? Le pregunté de que trabajaba, pero no quiso responder. Minerva respondió en su lugar, dijo que se trataba de un trabajo difícil de explicar a los nuevos. ¿Que querrá decir con eso? En fin, otro misterio más en mi lista de pendientes, me siento como un imán de preguntas sin respuesta, o como una típica detective de novela de misterio, de esas que sin querer se ven metidas en medio de cada asunto y que tienen que encargarse de desenvolver todo, libro tras libro.

    Luego de terminar el desayuno, salgo a caminar, Gamenor guarda silencio un buen rato. Al parecer, el nota que estoy pensando en algo muy importante. Tras un tiempo buscando a Cedric, él dice -Parece que el señor Cedric no está aquí, será mejor buscarlo en la plaza central.

    - ¿Como supiste que estoy buscando a Cedric? -Le pregunté.

    - No lo sé realmente, simplemente sentí que lo estabas buscando. ¿Será que nuestro vínculo se está fortaleciendo, Señorita Lizzie? -Respondió.

    - Puede ser. Anoche te estuve buscando, y estaba muy preocupada por ti.

    - Yo temía no volverla a ver.

    - ¿Que pasó? - Le pregunté, el guiverno, con cara de confundido, intentó dar su mejor respuesta, o al menos, así me pareció.

    - Realmente no recuerdo mucho, todo se veía oscuro. Solo sentía algunas voces y la cercanía de otros guardianes, muchos de ellos. Me gustaría saber exactamente que fue lo que pasó, pero no puedo recordarlo.

    - Bueno, no te preocupes, tal vez pronto recuerdes algo. En fin, necesito buscar a Cedric y también me gustaría averiguar donde trabaja Gwendolyn. Es curioso que justo ellos me guarden secretos. - Dije.

    - ¿Por qué es curioso? - Preguntó Gamenor. Realmente no sé si decirle la verdad o no, tal vez eso pueda herir sus sentimientos, o quizá es que tengo miedo de que suene absurdo. Pero ahora mismo necesito toda la ayuda posible, y sé que puedo confiar en el, así que se lo voy a decir.

    - Bueno, es difícil de explicar, y puede parecer muy absurdo, así que antes de nada me gustaría que me prometas que no se lo dirás a nadie sin mi permiso.

    - Prometido. - Respondió el guiverno con una sonrisa.

    - Bueno, te lo contaré, pero me gustaría encontrar un lugar privado.

    Entonces sucedió algo que no me esperaba. Shara apareció por detrás mio y dijo - Pues ya lo tienes. - Y, efectivamente, teníamos un lugar privado, pues la gente alrededor nuestro ya no se movía, pero hay un problema, Shara es la guardiana de Cedric, y realmente no confío en el en este momento. Sin embargo, el ya debería saber lo que le pienso contar a Gamenor. Creo que lo mejor será contarlo y punto, si por eso me surge algún problema, ya lo resolveré cuando sea el momento.

    - Bien, Shara, te lo contaré, pero más vale que no te rías ni te ofendas por lo que voy a contarte. - la guardiana asintió.

    - Cuando sueño, siento que en realidad estoy en otro mundo, que se siente tan real como este.En ese mundo no hay guardianes, pero conozco a Cedric y Gwendolyn, y ellos saben de este mundo, porque allá, nosotros estamos usando máquinas que generan sueños que compartimos, como en un juego, y estamos soñando con este mundo. -Dije, intentando simplificarlo lo más posible para que pudieran entenderlo.

    - Pues eso era lo último que quería escuchar.

    - ¿Por qué? -Pregunto.

    - Porque Cedric me contó algo parecido anoche, antes de irse.

    - ¿Qué? ¿Se fué? - Pregunto, me doy cuenta tarde que Shara está demasiado herida emocionalmente como para responder. Se aleja tan lento que no se escuchan sus pezuñas tocando el suelo.
     
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    De nada. Me gusta apoyar a los autores con mis comentarios siempre que me es posible, por muy malos que a veces sean xD Aprecio que lo agradezcas ^u^

    Pasando al capi, ufff, secretos, secretos y más secretos. Es verdad que tiene que se algo irónico que las personas que Lizzie conoce fuera del juego sean las que les estén guardando secretos. Me hace preguntarme si lo hacen para experimentar algo, por protección o simplemente para dárselas de sabiondos... o porque planean algo grande. Jijiji, yo también imaginé que Lizzie estaba teniendo el papel de una detective xD Pero ella quiere respuestas y se vale que las busque.

    Uh, ¿Shara sabía lo del otro mundo? :o Cedric se lo dijo, ¿pero se fue? ¿A dónde? Por la reacción de Shara, algo me dice que o no sería a un lugar muy bueno. ¿Pero por qué Shara no fue con él si es su guardiana? Tantos misterios por resolver que no me queda más que esperar el siguiente capítulo con paciencia. Sin nada más que añadir, me despido no sin antes desearte lo mejor hoy y siempre. Te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Capítulo 17.

    La capacidad y la habilidad auténticas no las estropea ni siquiera el amor por el dinero y la fama..
    -Orhan Pamuk


    Shara estaba bastante seria en comparación a cuando la conocí. Decidió llevarme a donde había ido Cedric de mala gana, Minerva nos acompañaba y dejábamos a Maia y Gwendolyn atrás, esperando que no les pase nada en nuestra ausencia. Ni siquiera les habíamos avisado, pero según Shara debíamos partir rápido. En el camino, nos dijo que nuestro destino sería una ciudad llamada Ceberina, ubicada cerca de los ríos de fuego.

    Sobre los ríos de fuego poco sabía yo, salvo lo normal, cuatro corrientes que rodean el continente desde hace siglos, todas llenas de lo que se llama fuego líquido, el cual quema todo lo que esté a su alcance. Los esfuerzos por controlar el fuego líquido en general suelen acabar con gente muerta, aún así, hay docenas de ciudades ubicadas cerca de las orillas de los ríos. Por lo general, dichas ciudades están fuera de la ley, por lo que son grandes nidos de pandilleros, traficantes y, como no, protegidos. Si Cedric está ahora mismo en camino a Ceberina, debe ser por algún rescate, al menos es el motivo que se me ocurre.

    El camino a Ceberina es bastante corto, pues es la ciudad más cercana a Monte Caldero, en total son unas siete horas a pie, por lo que Cedric ya casi debería estar llegando, si salió temprano.

    En el camino, noto un poco de peso sobre mi hombro. No era Gamenor, pues él estaba sobrevolando para vigilar desde arriba que no se acerque ningún peligro. Miré hacia mi hombro y había una mariposa. Se sentía algo pesada para su tamaño.

    - Parece que a Sylvia le agradas.-
    Dijo Minerva.

    - Cierto, Gwendolyn me comentó que tu guardiana era una mariposa de plata. - Respondí.

    - Sí, lo es.

    - Y también es la que nos salvó de ése sujeto.

    - Precisamente. Y justamente por eso es que decidí practicar el desvío con ella. ¿Tu que habilidad has practicado con Gamenor?

    - La verdad es que ninguna. - Respondí.

    - Pues deberías.

    - Bueno, no se cómo.

    - Ahí yo puedo ayudarte. - Respondió Minerva. - Shara es un buen ejemplo, ya que tiene varios tipos de habilidades. Posee esa habilidad que da la ilusión de que el tiempo se detiene... ¿Cómo se llamaba?

    - La verdad es que no decidimos como llamarla. - Dijo Shara.

    - Bueno, no importa. Otra habilidad que usa mucho es el martillo de luz... con esto ya tengo lo que necesito para explicarte lo básico, que es identificar que habilidades podría aprender tu guardián con más rapidez, en este caso, Shara puede aprender más fácil habilidades similares a las que ya conoce, que otras diferentes. Lo mismo pasaría con Gamenor.

    - Entonces hay algo que no entiendo. -Dijo Gamenor. - Porque mi anterior protegido pasó años intentando enseñarme a lanzar fuego, y yo ya hago algo similar...



    - A ver, déjame verlo. - Respondió Minerva.

    Entonces el pequeño guiverno mostró su llama interior, la cual movía alrededor suyo con velocidad.

    - Pues tengo una idea de cual podría ser el problema. Puede ser que esa no sea una habilidad de fuego como tal, si no que tenga un componente más ilusorio, como Shara.

    - No le veo sentido, digo, esta habilidad puede quemar cosas. - Digo- Siempre y cuando no estén vivas.

    - Bueno, ten en cuenta que algunas habilidades ilusorias tienen un componente tangible, por ejemplo, el martillo de luz es casi totalmente ilusorio, pero el impacto se produce con la parte tangible. Podría pasar algo similar con el fuego de Gamenor. El hecho de que esté condicionada a si están vivas o no también puede significar que no se trata de fuego de verdad.

    - Interesante. - Dije- Bueno, parece que casi estamos llegando.

    - Aún tenemos tiempo de comenzar con las clases. -Dijo Shara. - ¿Crees que podamos enseñar a Gamenor la ilusión de parar el tiempo?

    - Es un poco complicado. -Dijo Minerva- Tu misma dijiste que tardaste meses en lograrlo.

    - Si, pero ten en cuenta que lo aprendí sola y sin ayuda, por ese entonces ni siquiera tenía un protegido como tal, y con un maestro es todo mas fácil. - Respondió la guardiana.

    - Bien, tenemos algo más de dos horas y media antes de llegar a Ceberina, podemos enseñarle lo básico en el camino.
     
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    ¡Hola! Me alegra verte de nuevo por acá y publicando. Espero que todo te esté yendo bien.
    En cuanto al capítulo, ha sido interesante porque ya tenemos un lugar al cuál ir en busca de Cedric. Ceberina se oye un lugar peligroso con eso de los lagos de fuego y aparte el hecho de que esté fuera de ley y por ende haya personas malas allí. ¿En qué se están metiendo Lizzie y compañía? ¿Por qué Cedirc fue a rescatar a alguien solo? De pronto parece algo suicida. A menos que haya algo más detrás de todo.

    También me ha gustado saber un poco más acerca de las habilidades que los guardianes tiene y que pueden combinarse con sus propios protegidos. Eso es genial. Y el hecho de que el fuego de Gamenor sea algo más ilusorio que un fuego de verdad es interesante. ¿Pero eso significa que nunca será capaz de crear fuego real? Ya veremos. La idea de aprender lo básico de las habilidades ilusoria de parar el tiempo con ayuda de Shara me gusta mucho. Veremos cómo avanza y si lo aprende rápido para ayudar a Lizzie y demás.
    Buen capítulo; espero el que viene con paciencia. Por el momento me despido no sin antes desearte lo mejor hoy y siempre. Te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    418
    Siento la demora, otra vez, cosas de la vida. La parte alegre es que tengo listos dos capítulos, contando éste, con lo cual la semana que viene habrá capítulo sí o sí. Como siempre, gracias por el apoyo.

    Capitulo 18
    -La práctica hace al maestro
    Anónimo.
    Ordené a Gamenor que bajase para recibir la lección, Shara nos miró, a el y a mi, luego miró el camino, y de vuelta a nosotros.

    - Bien... es hora de empezar. Va a ser difícil que lo logren a la primera, y mucho menos caminando, Lizzie, será mejor que te lleve sobre mi lomo.

    - Comprendo. -Tras decir esto me subí, de forma un poco torpe.

    - Ahora, necesito que ambos cierren los ojos. - Dijo Shara. Lo hice así, y Gamenor también, casi al mismo tiempo.

    - Gamenor, recuerda algo de tu pasado, el recuerdo mas vivo que tengas.

    Se hizo un silencio, que se alargó por algunos segundos.

    - Listo. -Dijo el guardián.

    - Bien, ahora intenta recordar otros momentos, algo que te de nostalgia, y otro momento que te de esperanza. Lizzie, si ves algo de lo que Gamenor recuerda, significa que está funcionando- Se hizo un slencio, que fue interrumpido tras unos segundos- El vínculo funciona con emociones, la nostalgia y la esperanza estan vinculadas con el pasado y el futuro, respectivamente, evocarlas a la vez es lo que permite la ilusión de detener el tiempo. En el momento que Lizzie pueda ver los recuerdos de Gamenor, el vinculo será lo suficientemente fuerte para utilizar esta ilusión y probablemente pueda aprender algunas habilidades más.

    En ese momento, mientras mantenía los ojos cerrados, pude ver algo borroso, por una fracción de un segundo, pero no supe que era.

    - Creo que vi algo, pero...

    - ¿Duró poco? - Minerva me interrumpió.

    - Exactamente.

    - No te preocupes, de hecho es fantástico, los primeros intentos suelen fallar, tal vez tu vínculo con Gamenor esté más fuerte de lo que parece. Ahora, será mejor que lo dejemos por ahora, no sea cosa de que por andar practicando nos tomen por sorpresa unos bandidos o algo así. -Dijo Minerva.

    - ¿Hablas en serio? Este camino está muy tranquilo. - Dijo Shara.

    - Mejor prevenir que curar, además, te recuerdo que Ceberina no es precisamente un pastel de crema rosado relleno de cosas bonitas. - Sentenció Minerva.

    Finalmente llegamos a la ciudad, el calor de los rios de fuego era abrumador.

     
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    Borealis Spiral

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    Qué bueno que estés de vuelta y descuida, entiendo que a veces la vida no aparta de lugares como FFL. Lo bueno es no abandonar.

    En cuanto al capítulo, bueno, ha sido interesante saber que para que la ilusión de detener el tiempo los pensamientos y emociones de Lizzie y Gamen deban estar vinculados tanto y parace que su lazo de guardián y protegido es muy fuerte en verdad. Espero que ambos puedan dominarlo en su momento. Por ahora, ya han llegado a Ceberina y deben estar pendientes porque recordemos que no es un lugar bonito. Espero el capítulo que sigue. Me despido por ahora y te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Gamenor

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    Capitulo 19
    -La ira es un veneno que uno toma esperando dañar al otro
    William Shakespeare.

    Ceberina parecía una ciudad tranquila. El olor que desprendían los ríos de fuego era abrumador, sin embargo el aire era respirable. Era sorprendente, sin embargo, lo rápido que nos adecuábamos a la temperatura del sitio. Ahora había que ubicar a Cedric.

    Era cerca del mediodía, por lo que era de suponer que pronto la gente saldría de trabajar y el bullicio comenzaría. Sin embargo parecía más cómo si, realmente, no hubiera un alma en aquel sitio. El silencio era absoluto, como de un pueblo fantasma. También entre nosotros se podía notar la tensión, aunque no habíamos discutido sobre nada. Parecía más bien como si el propio ambiente de la ciudad nos pusiera de mal humor.

    - ¿Qué está pasando? Dije, y mi voz sonó enfadada a pesar de que pretendí decirlo calmadamente.

    - Qué pregunta más estúpida.
    Dijo Shara.

    - ¿Entonces sabes la respuesta?
    Le respondí.

    - No, sólo dije que era una pregunta estúpida.

    Me respondió de nuevo, buscando pelea. Era una batalla verbal sin motivo alguno, así que decidí ignorarla, pero eso sólo la hizo enfadar más. Se contuvo durante un rato, pero tras este me dio un puñetazo en la nariz. O al menos lo intentó, pues Sylvia se había puesto en medio del camino de su puño a mi cara.

    - Jejeje, clásica pelea de neblina roja.

    Dijo alguien que no veíamos. La voz era masculina, algo ronca y envejecida, pero no demasiado. Miramos en dirección a donde provino aquella voz. Quién había dicho éso era un Grifo, tan alto como una puerta, se veían heridas cicatrizadas por todo su lomo, y el resto del cuerpo no estaba mucho mejor. Llevaba un parche en el ojo izquierdo, le faltaba un ala y tenía la cola cortada a la mitad, y sus plumas estaban algo decoloradas.

    - Ustedes no son de por aquí ¿Cierto?

    Preguntó el grifo. Que luego, interrumpiendo a Minerva, se respondió a sí mismo.

    - No, claro que no son de por aquí. Si lo fueran, se habrían quedado en sus casas hasta que pase la niebla. En fin, creo que puedo ayudarlas, pero me estarán debiendo un favor.

    - No necesitamos tu ayuda. - Dijo Shara apretando un puño a un costado de su cuerpo.

    - Bueno, quédense aquí fuera, respirando este aire viciado y tóxico, mientras pelean entre ustedes. Si no mueren a manos de sus amigos, el veneno terminará quemando sus entrañas. -Tras decir esto, el grifo soltó una risotada corta e irónica que concluyó de forma brusca con una tos, la cual sonó seca y áspera. Cuando se le pasó, continuó. - ¿Saben? Los lugareños tenemos la costumbre de echar a los cadáveres de los forasteros que son víctimas de la niebla roja al río, usando una catapulta. Está algo empolvada porque hace años que no hay una niebla tan intensa como esta, y últimamente recibimos a muy pocos visitantes. Sólo vi esa catapulta en acción una vez, y me muero de ganas de verla de nuevo. -Otra vez, otra risa irónica interrumpida por una tos seca.

    Me consumía la ira, pero en el fondo sabía que no era mi ira, aún así, no podía dejar de responder ante dicha emoción. Era una ira embriagadora, que hacía callar todos mis pensamientos. Podía ver a ese grifo riéndose de mi situación, y entendía lo que decía, pero era incapaz de responder sin agredirle. Pensaba en calmarme, pero no lo lograba. También pensaba en Shara y Minerva, que también estaban en este estado, intentando contener su furia. ¿Por qué el grifo no?

    - ¡Yo lo sé!

    Era la voz de Gamenor, cruzando mi mente como una flecha, por un segundo sentí que volvía a ser yo.

    - Esta niebla roja solo afecta a los humanos, y como Shara es en parte humana, pues supongo que también le afectará por eso. En cambio, a Sylvia, al señor grifo y a mi, no nos afecta en lo absoluto.

    Éso tenía sentido. Y otra vez, la voz de Gamenor me calmó por un breve instante.

    - ¡Cierra la boca, reptil inútil! - Dije, o, mejor dicho, la niebla me hizo decirlo. Yo tenía intención de darle las gracias, pero fue inútil, la ira cambió mis palabras. Lo peor, lo que había dicho era una órden, y Gamenor debía obedecerla. Ahora ya no oiría su voz, que era lo único que parecía estabilizarme. Ya sólo me quedaba ceder del todo ante esta aberrante y venenosa ira. Intenté golpear a Shara y Minerva, pero Sylvia me detenía a cada intento, aumentando mi frustración y, consecuentemente, mi ira. Ya no era la ira de la niebla, era mía, la había aceptado y esta había respondido a dicha aceptación. Finalmente, tras docenas de intentos frustrados, conseguí golpear a Shara en el estómago, con lo cual ella me devolvió una coz que me dejó inconsciente.

    Pude sentir que regresaba al otro mundo, aún exaltada y sudando. Una cadena de palabras sin sentido apareció en frente mía, pero fue reemplazada rápidamente por una única palabra...

    Reconectando...

    Y pude sentir que volvía en mi, estaba en una camilla, atada de manos. Seguía tan agitada como antes, pero ya no podía agredir a nadie más. Tenía la boca tapada, la sala estaba completamente a oscuras, y sentía frío por todas partes. Luego de unos instantes pude escuchar la voz de Gamenor como un eco, pero no podía verlo.

    - Lizzie ¡Estás bien!

    Intenté gritarle que se alejara, pero tenía la boca tapada. Mi corazón se alegró, tanto por escucharlo a el como por no poder hablarle, pues si lo hacía seguramente lo lastimaría o le ordenaría que no intentase justamente lo que estaba haciendo.

    - Cuando estabas respirando la niebla, pude notar que mi voz te calmaba. Shara y Minerva ya están bien, pero ellas no cedieron a la ira de la misma forma que tu. Talion, el grifo, dijo que debía hablar a tu corazón para calmarte, y es lo que estoy haciendo ahora. Me provoca jaqueca y es agotador, y tampoco sé si está funcionando, pero si es la única forma de salvarte, lo haré. Para que funcione, no debo hacer silencio ni un momento, hasta que estés completamente calmada y limpia. ¿Sabes? Cuando me dijiste inútil, me dolió mucho, pero supongo que es cierto. Mis anteriores protegidos se quejaban de tener un guardián tan débil como yo. Algunos me decían que no hable y que me comporte como un guiverno común, y simplemente me trataban como una mascota para pasar inadvertidos. Otros simplemente se iban a vivir aventuras cada vez más y más arriesgadas hasta que llegaba un momento en el que no podía salvarlos, buscando la muerte. Incluso algunos se entregaron a los verdugos e inquisidores, o a los en cuanto supieron que eran protegidos de un guardián tan débil. Vyolette siempre decía que era irónico que ella fuese la corveta cuando era yo quien traía el mal agüero. -Llegados a este punto, yo ya me sentía más estable, pero no me atrevía a intentar interrumpir a Gamenor de ninguna forma, pues me estaba abriendo su corazón. - De hecho, eres la primera protegida que siento que realmente confía en mi, por eso te aprecio tanto. Pero, a veces, siento que te mereces algo mucho mejor que yo. Mírame, no pude protegerte ni siquiera de un montón de humo ¿Cómo se supone que voy a poder serte útil? -Cuando terminó de decir esto, dejé caer una lágrima, y entonces se hizo el silencio. Se encendieron las luces de la sala, que revelaron lo que parecía ser un santuario dedicado a la protección de los guardianes. Había oído hablar de ellos, eran grandes salones monolíticos, ubicados bajo tierra, con bajorrelieves que tenían formas de uno de los primeros grandes guardianes, conocidos como El Sumo Protectorado. Este santuario tenía bajorrelieves de Ilat, el gran grifo, guardián de los vientos y del segundo reino. La leyenda de Ilat era una muy conocida entre mi pueblo.

    Mientras estaba absorta en los bajorrelieves, cuatro personas me desataron. Eran Minerva, Cedric, y un hombre y una mujer, vestidos con túnicas grises y collares con docenas de enormes plumas en ellos. Procedieron a hablar tras liberarme.

    - Los corazones que ceden tan rápido a la ira son los más débiles. -Dijo el hombre.

    - La debilidad del corazón, cuando es subsanada, es fortaleza del guardián. -Dijo la mujer.

    - Has sido probada más allá de los límites de este mundo, y te has alzado victoriosa. Ve en paz, Protegida del hijo de Nor. - Concluyeron los dos.
     
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    Gamenor

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    Capitulo 20
    -Muchas veces las leyes son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes la rompen.
    Anacarsis.


    Bien, había encontrado a Cedric y éso me alegraba, a pesar de que me había estado ocultando cosas, no sé cómo pero al final siempre terminaba fiándome de él, a pesar de que todas mis neuronas me gritaban a la vez que no se merecía tal confianza. Puede que haya sido por ver a Shara confiar en el. De hecho no creo alegrarme tanto por haberlo encontrado a él, si no por ayudarla a ella. Por otro lado, las palabras de aquellos dos extraños me dejaron algo confusa. ¿Gamenor, El hijo de Nor? Ése es el significado de su nombre, según el, pero nunca me dijo que de verdad lo fuera. Tampoco se mucho sobre los guardianes.

    - Ugh, necesito un descanso. -Dije en voz lo suficientemente baja como para darme a mi la impresión de que nadie lo escucharía, pero lo suficientemente alta como para que, en realidad, si se escuche. Entonces aquellos dos extraños salieron de la sala y no tardaron más de unos cuantos segundos en volver con una silla.

    - ¿Y Gamenor? - Pregunté tras sentarme en aquella silla que habían traído, estaba algo sucia y se veía vieja, pero todavía servía a su propósito, tal como este lugar, al parecer.

    - Estás dentro del santuario de Ilat, el Gran Grifo, no permitimos otros guardianes que no sean grifos. - Contestó el hombre con una voz dura y firme.

    - He de decir que tu amigo lamenta mucho no poder haber estado aquí para acompañarte. -Contestó la mujer, calma y compasiva.

    - Es un error considerar a los guardianes como amigos, Dana, es cruel llamar amigo a quien solo está contigo por obligación, pues nunca será tu igual. - Le respondió el hombre a la mujer.

    - Bartram, recuerda lo que sucedió con... - La mujer, Dana, pareció intentar convencer al hombre de algo. De que su opinión acerca de los guardianes estaba equivocada, seguramente. Pero el hombre la interrumpió con la mirada de una forma que, según pude ver, no agradó mucho a ninguno de los presentes.

    - No lo menciones enfrente del chico, Dana, aún está tratando de asimilarlo. -Dijo el hombre, que al parecer se llamaba Bartram.

    - Cedric ¿De qué están hablando? - Preguntó Minerva con un tono de preocupación y regaño a la vez.

    - Te lo diré cuando lleguemos a casa, te lo prometo.

    - Entonces ¡Nos vamos ya! - Esta vez, la chica pasó de preocupada a enfadada. Al parecer tenía una mínima idea de lo que ese secreto podría ser. El gran problema, entonces, es que este secreto parece no agradarle en lo absoluto. Me pregunto que será. También sería una buena idea aprovechar eso para intentar sonsacarle otros secretos que me gustaría saber. Pero antes quisiera saber más sobre los guardianes, en concreto, este tal Ilat el Gran Grifo me intriga por varios motivos. El primero es que no sé nada de él, y el segundo es que vimos un grifo antes. Si hay alguna conexión entre ése grifo cascarrabias y este lugar, quiero saberla.

    - Yo voto por quedarme. - Dije. - Hay cosas sobre éste lugar que quiero saber.

    - Contestaremos lo que podamos, pero me temo que no podremos alojarte mucho más tiempo. Ruego seas breve, pero pregunta cuánto necesites- Dijo Bartram, y Dana parecía de acuerdo.

    - Bien. Primero, qué propósito tiene este lugar.

    - Originalmente esta ciudad estaba poblada únicamente por grifos, no había humanos en ella siquiera. -Comenzó a relatar Bartram.- Éste santuario viene de ésa época y por eso conserva sus reglas y su propósito, servir a los grifos. Con el pacto del Sumo Protectorado, los humanos fueron añadidos a dicha protección. Nuestro deber es honrar el propósito de este lugar, y el pacto.

    Me temo que entiendo lo que significa, pero no entiendo cómo eso se convirtió en su deber. Sin embargo mi prioridad era otra en ese momento.

    - De camino aquí vimos un grifo llamado Talion. ¿Qué saben sobre el? - Pregunté.

    - Era el guardián de un buen amigo nuestro y del joven Cedric. Los está esperando a la entrada, cuidando de sus guardianes. - Respondió Dana. - Cuando lo conoces puede parecerte un gruñón, pero la verdad es que es muy noble. Aunque disfraza muy bien su mejor faceta. Es un grifo que ha sufrido mucho.

    Justo tras eso, Talion entró tan rápido como pudo, trastabillando y dando tumbos mientras movía torpemente su única ala.

    - Se acercan las fuerzas del rey. Vienen desde Monte Caldero y también desde Cima Lacrada. ¡Esto es un desastre!

    - ¡Imposible! - Exclamó Cedric. - No hay forma de que conozcan esos lugares.

    - Si la hay. -Dijo Minerva. - Debe haber un espía entre nosotros.

    - No tiene sentido. -Dije yo entonces. - De ser un espía, debería ser un protegido, es ilógico que coopere con las fuerzas del rey, no con la ley que dice exterminar a los protegidos.

    - ¿Quién dijo algo de exterminar? - Interrumpió una voz que conocía bien. Era ese chico. No pude distinguir de donde venía. - El rey y los diferentes gobernantes tienen potestad de interpretar la ley de la forma que les convenga. Con lo cual no hay una condena fija para ser protegido.

    - ¡Muéstrate! - Dije con voz agresiva.

    - Yo conozco esa voz. Es el ladrón de guardianes. - Dijo Cedric. -

    - ¿Yo, un vulgar ladrón? No me hagas reír, soy Elroy de Luxnigra, el séptimo. - Dijo. - Y no pueden descartar la posibilidad de un espía con su limitada comprensión de los asuntos. - Tras esto, finalmente se mostró, esta vez no salió de entre dos serpientes, si no que simplemente apareció. Justo frente a nosotros.

    - ¿Estabas siguiéndonos? - Pregunté.

    - No, a ustedes no, chicas, de hecho, no contaba con que vinieran. Estaba siguiendo al otro imbécil. - Dijo con un aire de superioridad mirando hacia Cedric. - Tu sabes lo que busco.

    - ¡No te permitiré acercarte a ninguno de los dos! - Dijo Cedric ante las palabras de Elroy.

    - Pues tu te lo pierdes, y hasta podrías salir beneficiado. Una lástima, teniendo en cuenta que Gamenor ha probado su lealtad mas allá de toda duda, que no quieras darme la oportunidad de liberarlos habla mucho sobre ti. - Respondió con tono burlesco.

    - Lizzie ¿De qué está hablando?

    - Ah ¡Ya no lo soporto! -Gritó Talion, a pleno pulmón. - Ustedes se vienen conmigo, sin excepción. Y tú, pseudo príncipe de pacotilla, deja de estorbar por un rato, hasta que estemos seguros. - Dijo el grifo con tal autoridad que simplemente no pudimos negarnos, y comenzó a avanzar torpemente hacia la entrada, con nosotros siguiéndolo.
     
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    Borealis Spiral

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    ¡Hola otra vez! Siento la tardanza en leer, pero bueno. Esto se hace rutina, ¿no crees?

    Me ha encantado el capítulo 19; creo que hasta ahora es mi favorito. Ese toque de la niebla roja nada más llegar que les dio una ira incontenible, slavaje y ajena a ellas fue tan genial. Me gustó también que Lizzie resultara la más afectada, pues aunque se supone que así demostraba tener el corazón más débil, al final se fortaleció al salir vencedora de aquel estado tan malo. Y un extra que me fascinó fue que pudimos ver un poco más de los antecedentes de Gamenor y sus sentimientos. Me da pena que se sienta que es débil y que no sirve para mucho, pero yo creo que es muy útil y me agrada la relación que ha desarrollado con Lizzie. Seguro que ambos continúan creciendo. También, esa palabra de "reconectando" se me antojó a un guiño a la otra realidad.

    El siguiente capítulo fue más bien uno informativo, lo que está muy bien. Al menos ya sabes un poco más de qué es ese lugar y cómo era originalmente y también conocemos un poco mejor a Talion que de pronto se me antojaba malo, pero parece que no xD Ah, pero ahora están en peligro del rey gracias aun espía. ¿Quién podrá ser? ¿Por qué de cosas sospechosas siempre termino pensando que es culpa de Cedric? xD Quizás no lo sea, pero el hecho de que algo en Lizzie le diga que no confíe en él siempre me hace dudar, pero veremos. Capítulos interesantes, sin duda. Espero el que viene con ganas y paciencia. Me despido esperando que estés bien y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Gamenor

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    Pues me agrada que te haya gustado el capítulo 19, a mi también me gustó porque contrasta con el resto de la lectura, que se centra más en la alegría de tener amigos y tal para mostrar nuevas capas de profundidad en los personajes, que era la intención. Sobre Talion, bueno, es un viejo gruñón y belicoso, pero a pesar de su agresividad tiene su corazoncito.

    Ahora, damas y caballeros, sigamos con la lectura.


    Capítulo 21

    Que tus decisiones reflejen tus esperanzas, no tus temores.
    -Nelson Mandela.


    A pesar de tener un ala menos y el cuerpo destrozado, Talion imponía respeto. Nos guió tan rápido como le dieron las patas por un par de pasillos hasta que llegamos a la entrada y nos reunimos con nuestros respectivos guardianes. Yo salí algo preocupada por la niebla, pero rápidamente vi que ya se había difuminado.

    - ¡Lizzie, me alegro que estés bien! - Exclamó Gamenor al verme, mientras que Shara abrazó a Cedric, casi estrujándolo, sin mediar palabra. También vi como Sylvia se posaba silenciosamente en la cabeza de Minerva, la mariposa casi parecía un broche plateado en su cabello.

    - ¡Gamenor, reporte! - Dijo Talion con el aire autoritario de un comandante.

    - La ciudad está rodeada, no podemos escapar por tierra.

    - ¿Y por los ríos de fuego? - Pregunté, justo antes de darme cuenta lo estúpido que sonaba eso.

    - No, a no ser que quieras morir. - Dijo Shara. - Es bien sabido que es imposible sobrevivir más de unos segundos cerca de los ríos. - Si, era cierto, los relatos de gente que intentó cruzar el rio y murió en el intento son más que conocidos. Al parecer el solo hecho de estar lo suficientemente cerca es peligroso. Supongo que por eso Ceberina fue construida a unos cuantos metros de la costa, y aún así sus habitantes tienen ese problema con la neblina roja.

    Entonces, Talion comenzó a reír, primero fue una risa leve, luego pasó a fuerte, y de ahí, a una risa maniática y demencial. Tras unos incómodos segundos el grifo tosió y volvió en sí.

    - Disculpen. -Dijo. - Es que llevo queriendo hacer esto toda mi vida. Verán, si no podemos escapar por tierra, ni por los ríos, entonces ¿Que queda? Déjenme que me responda a mi mismo, lo que queda es escapar por aire.

    - Pero los únicos que pueden volar serían Gamenor y Sylvia. - Dijo Minerva.

    - ¿Quien dijo que volaríamos? ¡Siganme! - Dijo Talion, justo antes de ponerse en marcha a toda velocidad en dirección al centro de la ciudad. Lo seguimos tan rápido como pudimos, aunque la carrera excedió los límites de algunos y al final acabamos caminando todo lo rápido que pudimos. Cuando llegamos a donde Talion, pudimos entender su plan. Estábamos en lo que parecía ser la plaza central, y dentro de ella había una enorme catapulta.

    - ¡Ca-Ta-Pulta! ¡Ca-Ta-Pulta!- Exclamaba Talion, el cual parecía haber pasado de comandante militar a niño jugando en el parque con su juguete favorito en un santiamén. La idea parecía desesperada y absurda, pero era nuestra única opción. Gamenor y Shara no tardaron en unirsele al juego.

    Mientras el viejo giraba palancas con sus patas yo miraba cada detalle de aquella plaza, quería recordar ese lugar en específico, pues me parecía algo impresionante, los caminos de roca que contrastaban con en el césped y la tierra, las mesas y bancos del parque que recordaban a los de mi propio pueblo, los árboles, las estatuas en honor a acciones del pasado y los juegos infantiles en honor al futuro, todo cubierto parcialmente de una fina capa de ceniza color ladrillo, dejando entrever en parte sus colores originales. También vi como el vacío de las calles se deshacía poco a poco con personas y guardianes por igual, y vi cuervos y buitres rondando la plaza, como presintiendo una tragedia ineludible. Y en el marco de esa situación surgieron varias preguntas. ¿Estará bien Maia? ¿Será la catapulta suficiente para rescatarlos a todos? ¿Y cómo se supone que vamos a aterrizar? Esta pregunta era la más urgente, así que decidí decir lo que pensaba al respecto.

    - ¡Alto! - Dije a Talion tras pensar en todas estas cosas.

    - ¿Que pasa? - Preguntó el viejo grifo algo enfadado.

    - ¿No has pensado en el aterrizaje? - Pregunté.

    - ¡Pues claro que lo hice! ¿Te crees que soy idiota? ¡Voy a catapultarme primero a mi mismo y problema resuelto! ¡Si! - Dijo con cara de nervios, y me inspiraba cero confianza. Parecía más un loco suicida que alguien que de verdad estuviese pensando.

    - ¡Lo tengo! ¡Catapúltame a mi! - Dijo Minerva. - Estoy segura de que Sylvia puede con esto.

    Tras decir esto, se adelantó a Talion, que estaba a punto de subirse al artefacto.

    - ¡Bah, está bien, haz lo que quieras! - Dijo el grifo, con tono enfadado y, sin pensarlo dos veces, tiró de una de tantas palancas de ese armatoste y mandó a Minerva a volar. Y comenzó a reír para sus adentros, pero se le notaba. Parecía disfrutar de todo eso, y me resultaba algo inquietante. Por un segundo pude escuchar el vertiginoso grito de Minerva, alejándose a velocidades de locura junto a su pequeña guardiana. Pude ver un atisbo de ella alejándose y ascendiendo, para luego caer desde una altura peligrosamente elevada. Y por unos instantes temí por su vida.

    - ¡Perfecto! ¿Quién más quiere un paseo por los aires? - Dijo Cedric. Entendí que estaba invitando al resto del pueblo a catapultarse. - Ha sido una idea estupenda de parte de Minerva, Sylvia es perfectamente capaz de lograr un escape limpio de situaciones como esta. -Dijo, dirigiéndose a mi.

    - Supongo que tuvo bastante entrenamiento. -Dije.

    - Pues si, era guardiana de Minerva desde que era pequeña, y antes de eso fue guardiana de su madre. Ambas muy disciplinadas, por cierto. Sylvia puede ser una guardiana muy débil, pero ya alcanzó la cima de su potencial gracias a ellas, y eso es a lo que deberías aspirar tu con Gamenor.

    - Lo sé. - Dije -pero no es momento de hablar de eso. ¿Como vamos a hacer para catapultarlos a todos a tiempo?

    - No se puede, esta máquina es lenta como ella sola. Yo digo que salvemos a los que nos parezcan más útiles primero. - Dijo Cedric. - Al fin y al cabo la mitad de los habitantes de aquí son prófugos y la otra mitad cómplices de los prófugos, algo podremos sacar que nos sea útil para defendernos de aquí en más.

    - Pues yo digo que salvemos a los más indefensos primero, ya lo dijiste, la mitad de los habitantes son prófugos y la otra mitad son cómplices, creo que muchos sabrán como defenderse, hay que catapultar a los que no pueden hacerlo.
     
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    ¿Una catapulta? Oh no, ni loca me subo yo a una. Preferiría que el me rey me encontrara... okey no. Pero en serio yo y las alturas: mala combinación.

    Un capítulo donde escapar es lo primordial y aunque no pudieron hacerlo ni por tierra ni por los ríos, eso de lanzarse en catapulta tiene sus desventajas, como eso de que la máquina es lenta, hay mucha gente que debe escapar y ellos nos tienen tiempo. Me ha gustado el punto diferente de Lizzie y Cedric en cuanto a quienes deberían salvar primero y entiendo ambos. Salvar a alguien que les pueda ser útil en su odisea es inteligente, pero como persona sensible, también entiendo que los más apropiado es ayudar a los que no tengan oportunidad de defenderse... Es complicado. Me pregunto qué elegirán al final.

    Y saber un poco más de Sylvia como guardiana y cómo aunque parece débil, en realidad saca todo su potencial por sus buenas protegidas fue genial; es interesante. Espero que Lizzie pueda hacer lo mismo con Gamenor. Y nada más, me despido esperando el siguiente capítulo con paciencia. Te deseo lo mejor y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Duality Paradox
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    1086
    Capítulo 22.

    Alea iacta est.
    -Julio César


    La tensión podía cortarse con un cuchillo. Yo pensaba que debíamos hacer lo correcto y catapultar fuera de la zona de peligro a la gente más indefensa, pero Cedric insistía en salvar solo a los más fuertes. Tras eso, no nos dirigimos la palabra, tan solo nuestro choque de miradas bastaba para expresar que ninguno cedería. Era una batalla entre dos fuerzas de voluntad que no parecían querer ceder, la mía y la incorrecta.

    - No tienes idea de la magnitud de lo que estás pidiendo. -Dijo Elroy, finalmente. - Ninguno de los dos la tiene. Hay que tomar una decisión estratégica, esto no es un paseo en el parque, esta es una guerra, mi guerra. ¡Talion! Catapulta gente a tu criterio mientras pensamos como hacerlo mejor, no estamos para perder tiempo.

    - ¿Pero que...? -Dije. Cedric puso cara de atontado, tan confundido como yo. Elroy interrumpió mis palabras.

    - Estamos rodeados de un ejército. -Dijo Elroy. - Si salvamos a los más fuertes esto será una masacre en cuanto entren a la ciudad. Si salvamos a los mas débiles la batalla aquí será algo más justa y existe la remota posibilidad de que incluso salvemos la ciudad, pero puede que tengamos que llevar cargas innecesarias en nuestro camino.

    - ¿ Y si nos quedamos a defender la ciudad entre todos? - Preguntó Shara.

    - No deberíamos hacerlo, ni podemos, sería entregarnos en vano, en nuestro estado actual tienen los medios para someternos fácilmente, en cambio muchos aquí son guerreros experimentados o ex mercenarios retirados. Además, si no lo recuerdan, el vejestorio emplumado acaba de catapultar a su amiga.

    - ¡Te escuché, mequetrefe! -Dijo Talion. - ¡Si no me estuviera divirtiendo tanto catapultando gente, te daría tu merecido!

    - En fin, creo que lo mejor será llevarnos lo peor de lo mejor y lo mejor de lo peor.

    Tras las palabras de Elroy, Shara levantó la mano con cara de confundida.

    - Si no lo entiendes, -dijo el chico- voy a tener que mostrártelo.- Tras esta frase, alzó la voz. El volumen de esta se elevó por sobre la muchedumbre. - ¡Escuchen, vamos a seleccionar a los que permanezcan aquí para defender la ciudad! -Tras esto, la gran masa de gente, que estaba confundida, pareció calmarse.

    - ¡Bien, primero quiero que levanten la mano aquellos que no tengan temor de luchar!

    Tras esto, se alzaron bastantes manos.

    - ¡Ahora alcen la mano aquellos que tengan parientes enfermos viviendo aquí!

    Y otro grupo de manos se alzó.

    - ¡Sin miedo, alcen la mano aquellos que hayan herido de muerte a un ser humano, o que hayan experimentado el combate anteriormente!

    Un grupo reducido de personas alzó la mano.

    - ¡Ahora levanten la mano aquellos que tengan algún problema de salud grave!

    Unas pocas manos se alzaron.

    - ¡De los que hayan levantado la mano, bájenla aquellos que tengan veinte años o menos!

    Y bastantes manos bajaron.

    - ¡Bajen la mano aquellos que tengan algo personal contra el rey, o contra la prohibición!

    Unos cuantos bajaron la mano.

    - ¡Por último, levanten, sin excepción, la mano, aquellos que no puedan caminar durante mucho tiempo!

    Casi nadie levantó la mano esta vez.

    - Perfecto ¡Talion, encárgate de catapultar a aquellos que hayan levantado la mano!

    - ¡Tu no me das órdenes! ¡Voy a catapultar a los que no hayan levantado la mano!

    Tras esto, Elroy pareció reírse por lo bajo. Claro, los que no levantaban la mano eran los que no se supone que se queden en la ciudad, es decir, los voluntarios que debían ser catapultados. Tal parecía que el sabía que el grifo le llevaría la contraria. Ese chico parecía ser una caja de sorpresas en lo que a manipulación se refería, y eso era incómodo.

    Tras esto, llegó, abriéndose paso en la muchedumbre, un hombre fornido, de elevada estatura y tan calvo que reflejaba la tenue luz del sol en su cabeza. Llevaba un chaleco hecho de lo que parecía ser hueso entretejido con cadenas y pantalones de pelo teñidos de rojo. Su mirada era seria e imponía respeto por si sola.

    - Jóvenes, agradezco el esfuerzo, pero como alcalde de esta ciudad creo que tengo derecho a...

    - Me temo que sus únicas opciones en este momento son muy reducidas, señor Ambrose. -Dijo Elroy, interrumpiendo al hombre. - ¿O así me agradece todo el esfuerzo que invertí en proteger esta ciudad? ¿Osando interrumpir mi campaña?

    - No, lo siento, pero no puedo permitir que te lleves a mis hombres así como así.

    - Lo siento, viejo amigo, pero esta ciudad está condenada. Y no podemos salvarlos a todos. Si dejamos a algunos buenos guerreros aquí junto a los enfermos, todos ellos morirán como mártires. Y nos llevamos a algunos que podrían sernos de utilidad o que tienen una mejor esperanza de vida, algunos irán para alguna ciudad segura y el resto nos acompañarán a investigar Monte Caldero y Cima Lacrada para ver que sucedió, y ver si podemos rescatar a algunos sobrevivientes, luego iremos a Lago Real . Es eso o que mueran todos.

    Tras esto, el fornido señor Ambrose estuvo callado un momento.

    - Bien, en ese caso, catapúltame a mi con ustedes.

    - ¡Trato!

    Las horas pasaron y el asedio continuaba, los soldados que protegían y atacaban la ciudad caían como moscas y la catapulta ya había salvado centenas de vidas. Yo veía todo eso como un error, un gris que tiraba más hacia el negro que al blanco, no estaba para nada de acuerdo con el proceder de Elroy, pero su fuerza de voluntad, su maña, su labia, eran simplemente más fuertes que yo. Estaba aturdida, queriendo con todas mis fuerzas ignorar lo que pasaba a mi alrededor, simplemente no podía tolerar todo aquello. Finalmente llegó mi turno de ser catapultada fuera de la zona de guerra.

    Talion tiró de la palanca tras subirme por la fuerza.

    La adrenalina corría por mis venas mientras ascendía. El viento me daba de lleno en todo el cuerpo. Giraba mi cabeza y veía el cielo, luego el lejano suelo, y por último, el cielo otra vez. Sentía que podía tocar las nubes, pero luego pensé en el suelo. No sabía cómo aterrizaría. Y si Sylvia se cansó? Y si su poder no es suficiente para detener mi caída? Todo eso comenzó a asustarme conforme dejaba de ascender.

    Y en un instante, sentí como perdí el conocimiento.
     
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    He encontrado un nombre que me parece más adecuado y pegadizo. Con lo cual he cambiado el título de ésta historia. A partir de ahora pasa de llamarse Vinculum et Perditio a Duality Paradox.

    Capitulo 23
    Yo veo la sociedad como una red de narraciones (...)
    Ricardo Piglia

    Salía otra vez de aquel cacharro, y de vuelta me dirigía con el resto de jugadores hacia la misma sala de siempre. Ésta vez llegué temprano, sólo había unos cuantos desconocidos.

    - Ésto ya se está convirtiendo en rutina- pensé para mis adentros en lo que observaba la habitación.

    Ésta vez los asientos y mesas habían sido reemplazados por butacas, y había una pantalla y un proyector al otro lado de la sala, con lo cual no tardé en darme cuenta de qué se suponía que debía hacer, también habían cerrado las ventanas con unas láminas blancas y rígidas y las luces estaban todas encendidas. El señor Emar pasó por la puerta en lo que yo me demoré en elegir un asiento cerca del frente, pero no demasiado. Decidí que la tercera fila sería suficiente. Luego de unos segundos comenzaron a entrar en tropel todos los demás. Rápidamente todo el grupo tomó asiento. Al lado mío se sentaron Luke y Hans. Hacía mucho que no los veía, o al menos así lo sentía yo. Dentro del juego había pasado tanto tiempo y tantas cosas que casi no los recordaba. Iba a preguntarles qué tal les estaba yendo, pero sólo alcancé a saludarlos cuando de repente se apagaron casi todas las luces y comenzó a sonar la voz de Emar por todo el lugar.

    - Saludos, chicos y chicas, y gracias por estar aquí con nosotros. Espero que lo estén pasando bien en el juego que les tenemos preparado. Hablando de preparar había preparado un borrador para hablar sobre el progreso y el nuevo paradigma que está surgiendo en el mundo del videojuego. Pero mejor lo dejamos para más adelante. ¿Qué tal les está yendo en el juego? ¿Lo están disfrutando?

    - ¡Si! - dijo la mayoría de las voces. Aunque otras tantas no estaban de acuerdo.

    - Veo que muchos realmente se están divirtiendo con la historia que nuestro juego preparó para ustedes. Y creo saber por qué. ¿Cuál es el secreto? ¿Dónde está la magia? ¿En las mecánicas? ¿En el realismo? ¿O quizás en la historia?- mientras decía todo esto, lentamente para enfatizar ésta parte del discurso, de fondo se veían proyecciones del juego. En una de ellas alcancé a ver el momento en que Norgud combatió con Elroy. En otra vi algo que me impactó y me preocupó al mismo tiempo, fue el mismo Norgud, rodeado por las tropas del rey y cubriendo con sus alas a un grupo de gente, entre los cuales había también guardianes.

    Yo estaba alterada, pero no podía regresar ahora, así que tuve que prestar atención al resto del discurso.

    - No, no está en ninguna de esas cosas. Está en la integración de todas ellas, la suma de las partes en una armoniosa sinergia. El mundo, sus personajes y sus historias te hablan de las mecánicas, que a su vez te hablan de la historia del mundo. Ésto genera constantemente nuevas capas de profundidad, a nivel de juego y también de historia, tal como en la vida misma, y aquí es donde entra el realismo, más allá incluso de los gráficos. Podríamos haber hecho un juego más caricaturesco o completamente absurdo y aún así seguiría siendo creíble.

    Y aquí es donde radica la diferencia entre éste y el resto de los juegos que pululan por el mercado. La integración narrativa. Si, hay algún que otro precursor en este campo, pero nunca se ha logrado llevar esta integración narrativa a la par con un proyecto tan ambicioso, mucho menos con la generación procedural.
    Hablando de generación procedural, voy a aclarar el término rápidamente para aquellos que no lo conozcan. Se trata de la generación azarosa de contenidos a través de algoritmos predefinidos en vez de manualmente. Como desarrollamos la generación procedural de historias y mundos concisos es un secreto que nos guardamos bajo llave. Al menos hasta que saquemos el sistema al mercado y lo hackeen para hacer ingeniería inversa- dijo con una risa irónica- en fin, ahora les voy a dar un par de consejos para que puedan aprovechar la narrativa y la integren a su experiencia de juego. El primero es observar y analizar los pequeños detalles. Por ejemplo, en algunos lugares que no diré, por no spoilear de más, hay grabados como éste que cuentan una historia.- El proyector muestra los grabados del templo de Ilat, ésta vez me decido a darme algo de tiempo para verlos en detalle. En uno de ellos, Ilat parece inclinarse hacia una persona, pero no se alcanzan a ver los detalles de la persona en el grabado, está muy destruido, sólo se ven los pies y una mano. Es lo único en todos los grabados que está destruido, casi parece a propósito, de hecho lo más probable es que así sea. Otro grabado al lado de este muestra a Ilat estrechando patas con un dragón. Las orejas de este recuerdan un poco a las de Gamenor. Probablemente se trate de Nor, el legendario dragón del que oí hablar en un par de ocasiones. Estaría sellando alguna especie de trato con él. Pensar que por las prisas me perdí de ésos pequeños detalles. De hecho, parece que el señor Emar nos está dando información a propósito, pero ¿Por qué?

    Ésa pregunta vuela por mi cabeza mientras el discurso continúa.

    - Lo siguiente sería hacerse preguntas en base a esos detalles. ¿Por qué existen éstos murales? ¿Qué es lo que significan? Son solo algunos ejemplos. - Creo que ésto ya lo hice.

    Y por último pero no menos importante, hacer preguntas a los demás, ya sea a jugadores o no. Da Vinci decía que para entender las cosas, hay que verlas desde todas las perspectivas posibles. Así tenemos una narrativa que fomenta la interacción con otros y con el entorno. Y en ésta pluralidad de puntos de vista radica la clave para hallar el objetivo final de la historia del juego. ¿Alguna pregunta? -concluyó.

    Varios levantaron la mano.

    - Qué no tenga que ver con el objetivo final del juego ni su historia.

    Y así como subieron, la gran mayoría bajó. Emar señaló a una mano detrás mía. No pude reconocer la voz, pero era un chico.

    - Usted dijo que las mecánicas del juego hablaban de la historia. Y yo me pregunto ¿Hasta qué punto están hechas de antemano las mismas? ¿Hay algo de ellas que se genere proceduralmente? ¿Están completamente fijas? ¿O más bien se trata de un punto medio?

    - Buena pregunta - Respondió un joven adulto que estaba cerca. Emar cedió la palabra con gusto. - Me llamo Philippe Kuhn, y fuí parte proyecto de generación procedural mejorada. Es un gusto para mí responder a esto. Verán, la narrativa procedural parte trabajando alrededor de las mecánicas fijas, cosas como los poderes y habilidades, y su funcionamiento, lo primero que hace el motor con ésta base es generar una historia alrededor, luego continúa con la generación de ciudades y terrenos salvajes, los alimentos, los NPC... Y por último se encarga de justificar cada detalle, de forma que la historia se fusione con la jugabilidad y no al revés. Por ejemplo, si se hubiese generado un mundo donde todos son superhéroes la historia lo justificaría, no habría ningún "porque sí" en la superficie de la historia. El motor de generación está hecho para que pueda explicar todo suceso y la existencia de todo ser vivo desde la actualidad hasta un tiempo pasado lo suficientemente remoto para que resulte creíble.
     
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    Capítulo 24.

    ¡Sólo las máquinas, a partir de ahora serán inevitables!
    - Isaac Asimov

    Cuando el discurso terminó, nos comenzamos a ir hacia nuestros terminales, a pesar de que había pasado muy poco tiempo. Un altavoz dijo que en las correspondientes habitaciones habría un pequeño buffet para que comamos lo que nos apetezca. Así que volvimos a nuestros respectivos lugares en fila. Como yo estaba muy delante, ahora estaba alejada de la puerta. No habría ningún inconveniente si Norgud no estuviese en problemas, pero lo estaba. Las ansias me carcomían por dentro y sentía que la fila no avanzaba lo suficientemente rápido.

    Cuando por fin llegué. En el cuarto había una mesa puesta con un plato, cubiertos, un vaso, y un buffet compuesto de un pequeño refrigerador, y una segunda mesa con platillos cubiertos de nylon. Elegí lo primero que encontré, sandwiches de pollo y muzzarella. Comí a las apuradas, pero algo inesperado me retuvo más de la cuenta. Una mujer con una bata de laboratorio y el chico que había respondido antes aquella pregunta. La mujer era la misma que había visto antes, cuando salí de éste lugar junto a Emar.

    - Supongo que eres - la mujer revisa muy rápidamente una lista, tras interrumpir mi apresurada comida-Elisabeth Joy Rivers ¿No es cierto?.

    - Sí, y yo supongo que fingió mirar la lista, fué demasiado rápido como para encontrar y leer mi nombre completo ¿Estoy en lo cierto? - Digo con un aire desafiante. La mujer asiente con la cabeza, parece que va a demorarme bastante, así que voy a ver qué puedo deducir de ella. Lo primero, me mintió muy descaradamente. Lleva el pelo teñido y bastante maquillaje. Raíces morenas bajo un cabello rojizo suelto y largo hasta el cuello, labios pintados de un rojo bastante común y pestañas postizas. La bata de laboratorio desentona un poco debido a la formalidad por sobre el tono más seductor del resto de su apariencia. Por debajo lleva unos tacones, algo disimulados, y pantalones de jean, algo ajustados. El chico parecía muy joven para su cargo, de unos dieciocho años, tan sólo tres más que yo. Sus rasgos distintivos serían unos frenillos, una gorra de la compañía y una chaqueta con lo que parecía ser su nickname escrito, Lödscrin. No la llevaba antes, así que se la puso de camino hacia aquí.

    - ¿Tienen que decirme algo, verdad?

    - Necesitamos que nos acompañe.

    - Bueno, supongo que no tengo opción. Puedo terminar este sandwich en el camino a donde me quieran llevar. - no tenía sentido no hacer caso, a pesar de la prisa que llevaba. Si ellos necesitaban que hiciera algo podrían impedirme entrar en el juego.

    - Síguenos. - Me dijo el chico. Me paré y seguí a ésos dos con dudas en la cabeza, curiosidad por todas partes, y más prisa que nunca. Sin olvidar el sandwich. En un punto del pasillo de betatesters había un ascensor al que sólo se podía acceder mediante una tarjeta. Llamamos y subimos un piso. Mientras avanzaba por ése pasillo, tan nuevo y a la vez tan igual al que ya conocía, veía las puertas de los pasillos intentando anticipar hacia dónde me dirigía. Software experimental, atención al cliente, control de calidad, martketing digital, eran algunas salas del dichoso pasillo por el que me llevaban. Una de ellas llamó mi atención por sobre las demás, ya que no tenía un nombre, si no un código, 191M.

    Con la incógnita de qué podría haber en ésa sala, seguí y acabé frente a la puerta de la sala que decía "C.E.O. Kieffer Marcus" Reconocí al instante que se trataba del mismísimo Emar Kephy, sólo que no usaba su nick. Supongo que debe ser por un motivo legal.

    Dentro de la oficina el ambiente daba un marcado contraste con el ambiente sobrio y pulcro de fuera. Las paredes estaban pintadas de diferentes tonos de azul en patrones distintos entre una pared y otra. El escritorio era de madera color rojo oscuro con bordes metálicos, un ordenador ultramoderno y un marco de fotografía que miraba hacia su lado del escritorio. Además había varias arcades en la sala.

    Frente al escritorio, del lado de la puerta, había dos sillas. Una de ellas ya estaba ocupada cuando llegué. El chico y la mujer que me habían traído hasta aquí salieron por la puerta. Ahora estaba sóla con Emar y alguien más. Alguien cuya voz me era conocida, y también había visto la parte de atrás de su cabeza antes.

    - Cedric ¿Qué haces aquí? - Pregunté completamente anonadada. Definitivamente no me esperaba verlo aquí. Además eso significaba que nosotros seguimos inactivos en el juego, con lo cual somos dos menos ayudando a rescatar a Norgud, de hecho, no creo que sepan siquiera que está en peligro.

    - Pues, siendo sincero, no lo sé. Estuve hablando un poco con Emar pero no me dijo por qué me llamó. -Dijo Cedric en respuesta a mi pregunta.

    - Insistí en no decir nada hasta que llegaras, toma asiento. -Dijo Emar, probablemente para apresurar las cosas.

    Tomo asiento sin decir palabra.

    - Tengo especial interés en el desenlace de la historia que están siguiendo. Puedo ver los finales a los que lleva cada decisión posible, y me temo que hay poco márgen de error.

    - ¿Qué quiere decir?- Preguntó Cedric.

    - Para haber sido de los pocos que estuvieron testeando la pre-alpha sabes bastante menos de lo que necesitas, chico, así que pretendo darte algunas herramientas.

    - ¿Y ella por qué?

    - Porque salvo que alguno de los dos haga alguna estupidez, lo más probable es que no se separen demasiado.

    Escucho atentamente pero no alcanzo a entender mucho. Salvo que Cedric estuvo en la pre-alpha, lo cual tiene sentido. Ahora sé por qué sabe todo lo que sabe. Pero al parecer le falta información que va a necesitar.

    - Bueno, en este momento se les abren dos opciones. O seguir la campaña de Elroy o separarse de él. Lo más lógico sería que vayan a Monte Caldero a rescatar a sus amigos. Pero voy a pedirles que al menos uno de ustedes dos vaya hacia Cima Lacrada lo antes posible. Luego necesito que se reúnan en Ceberina. Por último me gustaría que siguieran la campaña de Elroy hasta el final. De ser preciso, les daré más instrucciones llegado el momento.

    - ¿Y por qué deberíamos seguir sus instrucciones? Al fin y al cabo se supone que es un juego de interpretación libre. - Respondí.

    - Mis motivos son un poco complejos. Aunque, si quieren puedo prometerles alguna recompensa ¿Qué tal un pastel de chocolate? - Dijo el C.E.O.

    - Ése truco ya me lo sé. - Dije.

    - ¿Qué tal un par de becas en la Green Academy y unos Co-mas personales? - Dijo él. Escuché hablar de los Co-mas antes. Se supone que es tecnología para la siguiente generación. El concepto es simple, fascinante y aterrador. Aunque he visto de mas cerca cosas del estilo. Se trata de entidades digitales conscientes. Conscious Machines.
     
    Última edición: 1 Septiembre 2017
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    Gamenor

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    Capítulo 25
    El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.
    -Sun Tzu
    Aún no podía creer la oferta, pero aún así, no había vacilado en aceptarla. Salí de la oficina del C.E.O. y me dirigí a mi cuarto, con Cedric siguiendome, un tanto disgustado. Al parecer no le agradó del todo la oferta, cómo a mi, pero en ésa situación la elección era obvia desde mi punto de vista. Entre confiar en un chico que me mintió desde que lo conocí hasta ahora, y un poderoso benefactor, la segunda opción era mucho mejor por dónde la miraba. Nos dieron las Co-mas y un pase de elevador, sólo de descenso. Bajamos y nos dirigimos a nuestras correspondientes salas.

    - Hay que salvar Monte Caldero, y a Norgud. - Dije.

    - Concuerdo, ahora mismo Norgud es nuestra prioridad. Será mejor que regresemos cuanto antes.

    Entonces Cedric entró a su sala y yo comencé a ir hacia la mía. En el camino encendí mi Co-Ma pero al parecer no funcionaba, la pantalla mostraba una pequeña interfaz pero no se podía interactuar con ella de ninguna manera.

    Entré a la habitación y ví sobre la mesa del almuerzo una llave con una nota. "Es peligroso que vayas sola". Decía. La llave tenía además una etiqueta con un código que reconocí al instante. 191M.

    Bien, estoy apresurada así que entro rápido a la máquina, luego veré qué hago con el Co-Ma y la llave. También debería averiguar quién la puso ahí.

    Despejo todas esas tareas de mi mente y entro...

    Estoy en lo que parece ser una tienda de campaña, de color blanco. Cubierta de sábanas blancas, y aún conservo puesta la ropa con la que salí de mi casa. Siento ése frescor de haber dormido más de la cuenta y salgo con prisa. Hay varias tiendas como la mía alrededor. Parece que las cubrieron de arena por fuera como camuflaje. No alcanzo a ver a nadie en frente mío.

    - ¡Bu!

    El grito me llegó por la espalda y me asustó, aunque no se notó mucho. Habían sido Elroy y Gamenor, los cuales se estaban riendo. Yo también me reí un poco.

    - Bueno, hay que seguir. - Dijo Elroy. - Vamos a rescatar a los prisioneros de Monte Caldero.

    - ¿Qué hay de Cima Lacrada? - pregunté. Por un momento no podía creer lo fácil que estaba siendo.

    - Necesitamos todas nuestras fuerzas si queremos atravesar el perímetro de vigilancia del monte. Tienen un alcance de visión enorme desde la cima de la montaña. Además es un objetivo de mayor prioridad y más cercano. - Explicó el joven líder, tras lo cual se apresuró a levantar las manos y chasquear los dedos, inmediatamente después una araña enorme llegó desde detrás mío, o sea que los demás también debían estar más o menos donde la araña estaba. Miro detrás de la carpa y, efectivamente, de hecho era lógico, si no estaban enfrente, tenían que estar detrás, tan solo no me había fijado. Eran bastantes, contando humanos y protegidos, no me habría dado tiempo a contarlos, así que dirigí mi atención a la araña. Ésta se estaba comiendo las tiendas de campaña y las sábanas, con arena y todo.

    - Tiendas de telaraña, bastante prácticas, aunque un poco asquerosas. - Aclaró Shara, sorprendiendome por la espalda por tercera vez ése día, en ése momento pensé que era un alivio que se tratase de amigos, de otro modo podrían apuñalarme por la espalda.

    - ¡Shara! ¡Buenos días! - Ahora que la veo, recuerdo que necesito hablar con Cedric, así que pregunto por él. - ¿Y Cedric?

    - No lo sé- Dijo la guardiana. -Tal vez siga durmiendo como un tronco.

    - Ahora mismo, Hassuna se está comiendo la tienda donde estaba durmiendo. - Apuntó Elroy.

    - Así que la araña se llama Hassuna -Dije.

    - Sí, ella es una de mis tres guardianes. - Dijo Elroy, mientras iniciaba una cuenta regresiva con los dedos de una mano.

    - ¿No son robados, o sí? - Pregunté. Quedaban dos dedos levantados en su mano. Esperó a bajarlos. Cuando lo hizo, Cedric cayó dónde estábamos nosotros.

    - No, no lo son, los tengo medidos al milímetro, pues los conozco desde muy chico. - Dijo.

    - Comprendo ¿Y qué puede hacer ésta araña? - Pregunté. Ignorando a Cedric completamente, el chico estaba haciendo esfuerzos para levantarse. Shara le tendió una mano y lo ayudó. Luego lo abofeteó.

    - Por dormir hasta tan tarde cuando hay cosas urgentes que hacer. -Dijo la guardiana.

    Luego de eso, no podía perder esta oportunidad, y lo golpeé en el brazo con todas mis fuerzas. - ¡Au! ¿Y eso por qué?- Preguntó.

    - Por ocultarme cosas importantes - le respondí.

    - No era necesario que te lo dijera - afirmó él.

    - Si, lo era. Si tienes algo que ocultar es que no confías en la gente. Y si no confías en la gente ¿Cómo esperas que trabajemos en equipo? Es más... - En este momento, Elroy me interrumpe.

    - Arreglarán ésto cuando hayamos liberado a los prisioneros de Monte Caldero- dijo con autoridad. Luego hubo unos segundos de quietud, aunque un poco tensos debido al choque entre Cedric y yo. Me dió tiempo para pensar en algo que necesitaba.

    - No es necesario que ataquemos de frente Monte Caldero - dije. Con liberar a los prisioneros podría ser suficiente.

    - ¿Estás proponiendo una especie de infiltración? ¿Y con qué vamos a camuflarnos? ¿Con cajas de provisiones? - Dijo Cedric, algo sarcástico, pero al menos parecía entender por dónde iba.

    - No, con telarañas y arena. - Dije.

    - Se notaría a la legua si vamos todos así. - Dijo Cedric.

    - Entonces debemos llevar menos gente- propuso Elroy. - El resto podrían ir a Cima Lacrada, y con las fuerzas conjuntas de ambas ciudades podríamos recuperar Ceberina.

    - Me parece bien. - contesté, mirando a Cedric a los ojos, estaba dudando. Tal parece que no quiere que vayamos a Ceberina.

    - Cedric, tú creciste en Monte Caldero, lo conoces mejor que nadie, incluso mejor que yo. Será mejor que te encargues de ello tú. Yo iré a Cima Lacrada. - dijo Elroy.

    - Voy contigo. - le dije rápidamente. - Cedric, cuida de Maia y de Gwendolyn hasta que nos encontremos de vuelta, quieres? - Dije.

    - ¿Y por qué deberías acompañarme? - Señaló Elroy.

    - Porque estabas por hacer algo estúpido y gracias a mí se te ocurrió una mejor estrategia, y porque con ése poder raro que tienes podrías ayudarme a entrenar a Gamenor en el camino. - le respondí.

    - No necesito usar el vínculo para eso - dijo. - Pero está bien, puedes venir.
     
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    Capítulo 26.

    El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho.
    -Wayne W. Dwyer


    Decidimos que nos separaríamos en dos grupos. El menor, de unas treinta personas, contando guardianes, protegidos y gente común, intentaría infiltrarse en Monte Caldero para rescatar a los prisioneros e intentar retomar la ciudad. En ese grupo estarían Cedric, Shara, Talion, Minerva y Sylvia. Yo iría en el segundo grupo, más numeroso, hacia Cima Lacrada, junto a Gamenor, Elroy, sus guardianes y unos cien individuos más. Luego nuestra prioridad sería recuperar Ceberina.

    Elroy y yo caminábamos delante del grupo, y mientras avanzábamos a paso de hombre por el vasto desierto, decidimos que lo mejor sería ayudar a Gamenor a entrenar un poco.

    - Antes de empezar, déjame presentarte a alguien. -dijo Elroy, luego chasqueo los dedos dos veces.

    En un instante, apareció frente a mí lo que parecía ser una chica de pelo azul corto, usaba una cazadora de piloto y gafas estilo aviador, con un pantalón un poco ajustado que le llegaba por debajo de las rodillas. Lo primero que hice fue preguntarme cómo era posible que tal ropa existiera, pero inmediatamente fue reemplazado por algo más interesante.

    - Samarra, puedes mostrarte completa si quieres. -Dijo Elroy. Entonces, debajo de sus brazos comenzaron a verse unas plumas de un azul similar al de su cabello, pero iridiscente. Las puntas de las plumas eran de un naranja brillante.

    - Es una Valquiria -dijo Elroy luego de eso.

    - ¡A su servicio! - dijo Samarra, haciendo una especie de saludo militar. Estuvo parada firme durante unos segundos, con la punta del pulgar y la del índice juntas en ambas manos mientras mantenía la derecha cerca de la frente. Parecía una variante del saludo militar de toda la vida, pero la forma que tomaban sus manos recordaba a un poco a un ala desplegada.

    Su postura demostraba disciplina y su voz denotaba entusiasmo. Además parecía bastante joven, como de mi edad. Con ésos datos puedo hacerme una idea de la relación que llevan éstos dos, pero de todas formas me gustaría preguntarles.

    - Supongo que quieres saber más sobre Sam - dijo Elroy - pero ahora me gustaría que nos concentremos en el motivo por el que la llamé.

    - No te hagas el mago, sólo era invisible, todos los guardianes pueden hacer eso. - Dije riéndome.

    - Señorita Elisabeth, le pido que por favor no se burle de mi señor. - Dijo la valquiria con un enfado evidente, aunque algo reprimido. Era raro, ya que casi nadie me llamaba Elisabeth. Sin embargo decidí ignorar ésa cuestión de momento.

    - ¿Qué les parece si comenzamos el entrenamiento? - Preguntó Elroy.

    - Me parece bien - dije. Gamenor asintió con emoción.

    - Bien, lo mejor que puedo hacer es prestarte algo del poder de Sam, luego, conforme vayas aprendiendo, vas a tener que depender del tuyo propio. -Dijo Elroy.

    - ¿No se suponía que no ibas a usar tu control del vínculo? - Pregunté con un deje de sarcasmo. Samarra se veía algo malhumorada por eso.

    - Puede ser, -dijo el chico- pero lo cierto es que vamos a necesitar resultados urgente. Gamenor, presta mucha atención, te voy a enseñar algo que me gusta llamar "doble". Samarra, demuestralo.

    Tras recibir la orden, ante mis ojos pareció formarse una segunda Samarra, exactamente igual a la original.

    - Lo que me gusta del doble es que puede enseñarse gradualmente, además puedo partir de algo que Gamenor ya sabe- dijo - ahora mira.

    Pues si, decidí callarme y prestar atención. No creí que hubiera nada en lo que pudiese intervenir, así que decidí ser una mera observadora.

    - Empieza con tu llama interior. -Elroy lo dijo y Gamenor obedeció. Mostró su llama interior en frente de todos.

    - Bien, intenta hacer que cambie de color - dijo ahora el chico.

    - Eso es sencillo. - Dijo Gamenor. Luego la llama comenzó a cambiar de color, pasando por casi todo el arcoiris, desde verdes y azules, rojos y rosas, un amarillo casi dorado y otros muchos colores.

    - ¿Ahora, qué te parece si intentas que cambie de forma? - Preguntó Elroy.

    - Lo haré. - Respondió con determinación el pequeño guiverno. Y su llama interior pasó a verse más bien como un cubo brillante suspendido en el aire.

    - Bien, ahora sí que voy a prestarte algo del poder de Samarra, por ahora, todo eso lo hiciste sólo ¿Sorprendido?

    - La verdad es que sí. -Respondió el guiverno, algo apenado.

    - Bien, quiero que tu llama interior pase a mostrar tu forma. ¿Crees que puedas lograrlo?

    - Hmm, no lo sé, pero voy a intentarlo -dijo.

    Entonces, comenzó, al principio la llama parecía tomar forma, aunque no alcanzaba a definirse. Comenzó a alargarse y se vió la forma ondulada de la cola de Gamenor, seguida por su torso y patas, pero cuando se empezó a formar la cabeza, repentinamente, se deshizo por completo, y Gamenor cayó exhausto.

    - ¿¡Pero qué...!? - dije.

    - Ha sobrepasado su límite, por mucho, además. -dijo Elroy.

    - ¡Explícame qué acaba de pasar en éste instante! -Reaccione, enfadada. No podía creer que le haya pasado eso. Mi pequeño Gamenor, cayendo al suelo como una piedra. Lo levanté y comencé a cargarlo en mi hombro. Realmente me dolía verlo así.

    - Necesita comida y agua, de forma inmediata. Sam, encárgate. -dijo el chico, con prisa.

    - ¡Enseguida! - Respondió la valquiria.

    - Ésto no debía pasar, lo siento Lizzie. -Dijo Elroy, mientras yo me contuve de decirle todo lo que tenía atorado en la garganta, y simplemente asentí con la cabeza. No quería empeorar las cosas.

    - Sólo para que lo sepas, no le dí nada de poder. Él lo hizo por sí sólo. Creo que podría haberlo completado de haber comido mejor antes. Simplemente quedó exhausto, es todo.

    - Sí, tienes razón, hace bastante que no comemos bien.

    - Bueno, eso es algo que no deberían hacer. Deja que me encargue, dentro de unos minutos habrá comida para todos.

    - O sea que uno de tus guardianes se encargará por ti. - dije, estaba algo desanimada, pero no por eso dejaría de fastidiarlo.

    - Bueno, sí, es cierto. Ahora lo mejor que puedes hacer es justamente lo que estás haciendo, cuidar de él. - Dijo intentando desviar el tema.

    Pasaron varios minutos y sólo habíamos avanzado unos cuantos metros. Ni Samarra aparecía ni Gamenor despertaba. Elroy parecía algo apenado.

    - Creo que tiene miedo. -Dijo Elroy de manera espontánea.

    - ¿Gamenor? - Pregunté.

    - Sí. Tiene miedo, estoy casi seguro de que eso fue lo que sentí en él cuando lo... Ejem... Tomé prestado.

    - Entre comillas. -Mencione.

    - Bueno, no hay por qué vivir en el pasado. Estamos en el mismo equipo, al fin y al cabo.

    - Supongo ¿Y a qué crees que le tenga miedo? -Señale.

    - No lo sé con exactitud. Ése tipo de cosas escapan a lo que puedo hacer. Una cosa es controlar el vínculo y otra muy diferente es tenerlo y comprenderlo. No puedo convertir a nadie en mi guardian oficialmente, sólo puedo generar un vínculo temporal, y se necesita tiempo para llegar a comprender, pues cada vínculo es único. Hasta ahora no he sido capaz de llegar al corazón de ninguna criatura, salvo mis propios guardianes. Aún así puedo escuchar algunos ecos de las emociones más intensas de los guardianes. Ése miedo era algo similar al que sentí cuando ví a Samarra por primera vez... - Un silencio incomodo, como si quisiera ocultar algo, o quizás pensativo, tal vez las dos cosas. - Puede ser-dijo- que tenga que ver con su padre.

    - ¿El padre de Gamenor? - pregunté.

    - Según los sacerdotes del santuario de Ilat, Gamenor es hijo de Nor. Claro está que eso es imposible, aunque, usando el lenguaje de ellos, la palabra hijo puede referirse a un ser emparentado de alguna forma, pero menor en edad y poder, con el asi llamado padre. -No quise interrumpir sus pensamientos en voz alta.

    - ¿Será que tiene miedo al poder de Nor? - Pregunté.

    - La pregunta correcta sería si tiene miedo de su propio poder. -Respondio él, en el momento que Samarra llegó volando con una cubeta de agua y una llena de frutas.
     
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