Vidrios rotos Y otra pequeña historia de mi parte =D En un principio iba a ser un drabble, pero tras reescribir algunas cosas me excedí un poco con las palabras. Sin embargo, tampoco lo considero un one-shot; digamos que lleva ese prefijo por llevar alguno. Una vez más, gracias a Miriabilia Exter por la opinión y recomendaciones :) Oía gritos de júbilo en el corazón de la ciudad, mezclados con risas intoxicadas e himnos de juventud. Allí, sentada sobre la pared que dividía el bien y el mal, seducida por un cóctel mortal que debilita la realidad, entumecida e insensibilizada por el neón de las calles, sentía mi presencia. Débil, parpadeante y difuminada; como un alma que ha perdido su cuerpo y desconoce cuál es el sentido de recuperarlo. Mis pupilas no veían más allá de un espejo sombrío y hecho añicos que, al parecer, me rodeaba y atrapaba, distorsionándolo todo. Sin embargo, todo daba lo mismo aquella noche. Mis tacones rompían el suelo por el que pisaban, descoordinados y furiosos. La risa se escapaba de mis labios continuamente, hasta que éstos eran tomados por algún desconocido cuya figura no podía distinguir en el espejo de mi euforia. Siempre con un vaso lleno en una mano y la búsqueda de apoyo en la otra. No escuchaba ni comprendía mis palabras, aunque no lo necesitaba. La noche me tomaba, me poseía, y yo me dejaba llevar por ella, riendo en cada tropiezo y pisando cristales que producían un sonido distante pero que ni siquiera llegaban a herirme. A medida que pasaban las horas, una de las pocas cosas que recordaba ser capaz de sentir era que mi boca estaba siempre mojada, pero la sed no se saciaba nunca. Las náuseas se hacían más y más fuertes, precavidas y molestas, mas su efecto, terriblemente desagradable aún en mi estado de semiinconsciencia, no me detuvo de mi ritual particular. Se me agitó fuertemente la respiración, e incluso sentada como creía que estaba no lograba respirar con normalidad. El cielo, en el cual me habría creído apenas unos momentos antes, se tornaba todavía más borroso y lejano, y me lanzaba desde su cumbre en dirección a un infierno desconocido, para el cual no encontraba reacción posible. A ratos conseguía volver a una especie de realidad, en la cual sentía el cuerpo totalmente relajado, como si todo fuera a una velocidad mucho más pausada de lo usual. Todas las escasas sensaciones que era capaz de percibir se ralentizaban, y no fue hasta un tiempo después que noté una mano vil y agresiva recorriendo mi piel de tal manera que, internamente, obtuve un pequeño fragmento de consciencia y, tras divisar unas luces rojas y azules de manera fugaz, todo se volvió negro. Tan negro que ni siquiera pude comprender en qué momento mi organismo había colapsado. Al despertar, vi mi alrededor blanco y borroso. Todavía podía escuchar las risas de aquella vez, e incluso gritos espantosos que ni recordaba haber oído. El ambiente que percibía era muy distinto al que observaba. Tenía la horrible sensación de que la cabeza me estallaría de verdad en cualquier momento, y un dolor fortísimo que no sabría describir me presionaba el estómago. Aunque no tenía frío, escalofríos surcaban constantemente mi cuerpo. Mi garganta, totalmente abrasada, rogaba por un líquido desesperadamente. Sin embargo, aunque tuviera un vaso lleno de agua a mi alcance, sentía que las paupérrimas fuerzas de las que disponía no me permitirían ni hacer el ademán de levantar el dedo. Al ir pasando el tiempo, de manera progresiva, logré llegar a distinguir con claridad dos rostros decepcionados de mirada reprobatoria al lado de mi cama. Sabía, por una vez, lo que ello significaba. Pero también sabía que, cuando llegara el momento de olvidar el castigo y se esfumara el escarmiento, volvería a pisar vidrios rotos con los pies descalzos.
Re: Vidrios rotos genial, simplemente genial. se puede sentir perfectamente ese ambiente alcoholico, la borrosidad que te induce el alcohol, todo. sin dudas lo que mas me gusta es la última frase, que es la que termina de definir al personaje, que arrepentimiento ni que nada.
Re: Vidrios rotos Muchas gracias; lo cierto es que tenía un poco de miedo de no lograr representar bien el ambiente y las sensaciones que el alcohol te produce :).
Re: Vidrios rotos Sencillamente genial, me alegra que me pasaras el link para llegar aquí. En realidad no hay mucho que comentar, ya que coincido en todo con lo que dijo berlinQueer. La manera en que narras lo ocurrido y transmites la sensación de estar ebrio, el mundo del alcohol, todo en sí, es perfecta; pude percibir cada sentimiento, sentirlo a flor de piel. Y luego el final, donde a pesar de las miradas reprobatorias, sabe que volverá a caer otra vez y no se arrepiente de lo sucedido, me dejó con una única palabra que decir: excelente. Ya puedes ir escribiendo más a menudo :o!