Título: Vetadas Resumen: Antes eran así, ya no. Tipo: One-shot Clasificación: K+ Advertencias: Género: No sé en qué genero clasificarlo No. de palabras: 313 más título Vetadas La perversión tiene un nombre desde tiempo inmemoriales y ese nombre es: la mujer. Aquella que desde la Biblia nos decía que era un ser caprichoso, aquél que nos haría caer a los hombres a la ruina ¡y qué razón tenía ese escrito! Ellas eran bellas, elegantes, seductoras, pero durante un tiempo, la época en la que yo era niño, las mujeres eran esclavizadas en todos los sentidos: sus peinados, sus formas, sus palabras y sobre todo, su forma de vestir. Vetadas Todavía recuerdo cuando España cambió, cuando el aire de alteración y rebeldía se olía en todas las esquinas. Libertad era la palabra que todos los españoles llevaban escritos en su frente, sus anchas sonrisas rebelaban que por fin acababa la opresión y quien más lo notaron fueron ellas, las mujeres. Sus escotes, sus falditas cortas, sus grandes botas, el maquillaje atrevido... todo en ellas reflejaba cambio. Aún me acuerdo la primera vez que vi a esa mujer, tan desenfada, rompiendo las reglas del sistema a una velocidad vertiginosa, reglas que yo aún no comprendía ni llegaría a comprender hasta bastantes años después. Ese chaleco que le quedaba indecentemente corto, ese movimiento sutil de su pelo hacia un lado, intentado ser recatada, pero dejando entrever que era una mujer divertida. Lo que para mí y para mi hermano - después estuvimos horas y días enteros de hablando de esa mujer - fue una insinuación en toda regla, para los ojos de los demás fue una mujer adorable que iba a darme un beso en la mejilla. Pero el tiempo había pasado y yo ya no la veía con los mismo ojos, como aquella mujer que me llevó en su seno durante nueve meses, esa mujer que me amamantó y cuidó, esa mujer a la que le regalaba todos los días un "te quiero, mamá". Aquella no era mi madre, era... otra persona.
Interesante reflexión sobre la liberación femenina y la renuencia de los hombres, de cualquier edad, a aceptar este cambio y aún así se maravillan de él. Me agradó ese toque final donde en la que es querida se ve es libertad como una "aberración" o algo "indeseable", mientras que en otras se le puede ver de distinta manera...
Me ha gustado mucho, pues yo soy español, (creo que no te lo he dicho nunca, asique lo digo por si no lo sabes) y, aunque sólo he vivido con esos cambios, los admiro, porque pienso que debería ser igual para cualquier cosa, no sólo a la hora de vestir, o de ser mujer, sino a la hora de respetar a la gente que es diferente a ojos de quien mire, ya sea hombre, mujer, adulto, niño, blanco, negro, etc...