Long-fic de Dragon Ball - Vegeta, ¡aprendé a conducir!

Chapter - 1. ¿¡Qué!?

Era un bello día en la Corporación Capsula, precisamente las 9 de la mañana de un lunes y después de haber acabado con la vida de Majin Buu, todos los habitantes de la tierra regresaban a sus labores diarias y en ello incumbía al joven Trunks que se alistaba para ir a la escuela al igual que su amigo Goten. Por otro lado, Bulma y su padre el Dr. Briefs hacían un nuevo proyecto para la ciudad y los tenían muy ocupados pero para Vegeta le daba igual.

Este se encontraba en su apreciada maquina de gravedad entrenando como siempre.

—¡Maldito Kakarotto! —decía Vegeta mientras hacía sus lagartijas con una gravedad de 10.000.
—¿¡Cómo se atreve a ganarme también en correr!? ¡Cómo se atreve a ganarle al príncipe de los Sayajin! —decía y decía, cada vez más enojado.

De pronto Vegeta oyó que le tocaban la puerta de su máquina. —¡Y ahora quién será! ¿¡Qué quieren!? —preguntaba este mientras se levantaba del suelo y apagaba la gravedad, este se dirigió a la puerta y al llegar y abrir la puerta notó que era Bulma lo cual colocó una expresión de arrogancia y le preguntó. —¿¡Qué quieres mujer!? ¿Se te perdió algo por aquí!?

Bulma apartó a Vegeta a un lado y le respondió mientras entraba a la máquina. —En realidad sí, se me perdió una llave inglesa y creo que está en esta máquina.

—Pero que mujer más atrevida. —decía Vegeta con un tono bajo mientras cerraba con rabia la puerta.

Bulma buscaba su herramienta donde se encontraba la computadora de la máquina de gravedad, mientras Vegeta refunfuñaba de brazos cruzados aún lado de ella.

—Esta mujer no deja a uno entrenar en paz… ¿Qué se cree viniendo a estorbar al príncipe de los Sayajin? —decía Vegeta en un tono bajo, sin embargo Bulma lo escuchaba claramente.

Mientras Bulma buscaba aún su herramienta le decía a Vegeta. —Te estoy escuchando.

—¿Y? ¿¡Acaso crees qué me importa!?, ¡Encuentra rápido tú cosa esa y lárgate de aquí! ¿O acaso ves qué me estás arruinando mi entrenamiento? —decía Vegeta muy enojado.

Bulma se cruzó de brazos y miró a Vegeta con enojo, y le respondió. —Si tanto quieres entrenar, ¿entonces por qué no entrenas? No creo que necesites la gravedad como para hacer lagartijas.

Vegeta apretó los puños y se dio media vuelta para así responderle. —Lo haré simplemente porque quiero, no porque tú me lo digas.

Bulma dio un suspiro para seguir buscando su herramienta entre una caja que había allí.

Vegeta siguió haciendo lagartijas a la antigua mientras refunfuñaba en voz baja. —Esta mujer cree que haciendo lagartijas así me va a ayudar a ser más fuerte… ¡Se equivoca!, un día me desquitaré con ella, ya lo verá.

En la caja donde Bulma buscaba su herramienta habían muchos papeles importantes sobre su hogar y uno de ellos era una hipoteca de hace 3 años, lo que hizo que a Bulma se le erizara la piel.

Vegeta mientras seguía haciendo sus ejercicios es nuevamente interrumpido por Bulma, con un gran grito.

—¿Y ahora qué te pasa mujer!?, ¿acaso no te bastó el hecho de molestarme, sino qué también te pones a cantar aquí? —le preguntó Vegeta con arrogancia.

—¡Cállate Vegeta! ¡Esto es grave! —le respondió Bulma exaltada.

—Lo mío también es grave, estoy perdiendo mí tiempo para ejercitarme. —le respondió Vegeta.
—En todo caso, ¿qué demonios es tan grave?

—Acabo de encontrar una vieja hipoteca de hace 3 años y acaba de caducar la fecha límite de realizarla. —le explicaba Bulma.

—Por un demonio, ¡habla claro mujer! No te entiendo nada. —le exigió Vegeta muy enojado.

—¡Si no hacemos algo pronto para arreglar esto, nos pueden quitar nuestra casa y la corporación capsula! —le volvió a explicar Bulma, pero esta vez con exaltación.

—¡Uhh! ¿¡Qué!? —le preguntó exaltado Vegeta.

—Así es, pero afortunadamente no hay que pagar nada, eso ya está hecho, lo que hay que hacer es entregar nuestros permisos de conducir y listo. —le volvió a explicar nuevamente Bulma.

—Pues eso está bien mujer, solo entrégalo y ya. —le exigió otra vez Vegeta a Bulma.

—No es tan fácil Vegeta, resulta que mis padres y yo ya entregamos nuestros permisos… Pero tú no… —le dijo Bulma a Vegeta, mientras colocaba una sonrisa.

—¿Y qué se supone quieres qué haga? —le preguntó Vegeta muy enojado.

—Fácil. ¡Tienes que hacer el examen de conducir! —le exclamó sorprendida mente Bulma a su marido.

Vegeta colocó una mirada de extrema ira, para preguntarle. —¿¡Qué!? ¿¡Quieres qué haga una de esas estupideces humanas!?

—Así es, si no lo haces perderemos todo incluyendo tú apreciada cámara de gravedad. —le explicó Bulma otra vez.

—¿¡Qué!? ¡Nadie me quitara esta cámara de gravedad! Aplastaré a cualquier insecto que quiera hacerlo. —le exclamó Vegeta colocándose de brazos cruzados.

—Lo siento Vegeta, pero así es la ley. Mañana mismo vamos los dos a hacerte el examen de conducir, así que deja tus gruñidos para otra ocasión. —le dijo Bulma mientras salía de la cámara de gravedad.

—¿¡Cómo!? ¡Yo no iré a ningún lado! —le gritó Vegeta dentro de su cámara a Bulma.

—Recuerda que Goku hizo su examen de conducir y lo pasó, al igual que Piccolo. ¿No me digas qué el príncipe de los Sayajin no podrá? —le chantajeó Bulma picándole el ojo.

Vegeta colocó una mirada de extrema ira para responderle. —Supongo que no tengo opción… Si ese insecto namekusein y el odioso de Kakarotto pudieron hacer ese examen tan estúpido y aprobarlo, no veo porque el príncipe Sayajin no pueda hacerlo… Está bien mujer, iré a esa estupidez mañana.

—De acuerdo Vegeta, mañana vamos. —le dijo Bulma picándole el ojo y entrando a su casa.

Continuará...

 

Chapter - 2. Qué estupidez



Ya eran las 6 de la mañana del martes y Bulma ya se había levantado para bañarse y así ir con Vegeta a la escuela de conducción, esta antes de bañarse preparó el desayuno a su marido y a su padre los cuales seguían bien dormidos. Una vez terminado la comida sube a su habitación y se dirige al baño para ducharse, allí se quita su pijama que curiosamente tenía caritas de Pikachu, y se mete a la ducha.

En ella se reía por lo que podría pasar en la escuela de conducción, ya que Vegeta no era el tipo alegre que le gustara cosas como esas, así que tenía sus dudas. Al terminar de bañarse se seca y se pone un vestido muy atractivo de color rojo y algo corto lo que hacía relucir sus piernas.

Bulma se dirigió a la cama y en un sorpresivo y fuerte grito despertó a Vegeta. —¡VEGETA! —el fuerte grito fue tan alto que asustó a este, cayéndose de un fuerte tiro al suelo y mirando a todos lados a ver qué pasaba.

—¿¡Qué sucede!? —le gritó con enojo a Bulma, mientras estaba en el suelo sentándose.

—Nada, es solo que te levantaba para ir a la escuela. —le contestó Bulma con picardía.

Vegeta dio un gruñido bien alto y desgarró el suelo con sus dedos para responderle con una cara roja. —¿¡Y por qué demonios me despiertas así!? ¡Estás loca mujer! —le decía muy exaltado, levantándose del suelo y sentándose en la cama. —Yo no iré a ningún lado, no más mira la hora que es.
—le volvía a decir Vegeta a Bulma, al mismo tiempo que miraba su despertador. —Son las 7 y 13, estás loca mujer, a esta hora debería estar bien dormido.

Bulma al ver que su marido se proponía a acostarse y arroparse nuevamente, en un impulso le da un fuerte zape con la almohada en toda la cara.

—¡Ahh! ¿¡Qué crees haces mujer loca!? —le gritó Vegeta una vez más, al recibir aquel fuerte golpe en toda la cara.

Bulma colocó la almohada entre sus brazos para responderle. —Tú no vas a dormir, acuérdate que tienes que ir a la escuela de conducción o si no vendrán a cobrar la hipoteca. —le dijo.

Vegeta la miró con ferocidad para responderle con arrogancia. —¡Ya sé!, ¡pero son las siete…! ¿¡Qué demonios crees que voy a hacer a las siete de la mañana!? —le preguntó nuevamente.

—A la escuela, la abren a las ocho, y por lo que te tardas bañándote pasará rápido, así que te llamo horita para que te vayas alistado. ¡Goku se levantó a las seis y Piccolo a las 5!, ¿o acaso no me digas que el príncipe no puede hacer eso? —le preguntó Bulma mientras bajaba la almohada y la colocaba en su lugar.

—Uhh… —dijo mientras volteaba la cara y se levantaba. —Muy bien, muy bien, pero esto lo hago solo porque después no podré entrenar en paz… —dijo Vegeta dirigiéndose al baño.

—¡Muy bien Vegeta! —le exclamó Bulma colocando una sonrisa. —¡Sabía qué tú podías!

Más tarde, después que Vegeta se alistó y comió se dirigió al garaje de la casa para irse con Bulma a la escuela de conducir, que por cierto este iba muy bien vestido con una camisa manga larga color negra y pantalones tipo jeans del mismo color que la camisa, y un reloj que le compró Trunks por el día del padre.

Este al llegar al garaje notó que Bulma hablaba con nada más y nada menos que con Yamcha, el cual vestía una ropa casual color beige.

—¿Qué hace este insecto aquí? —preguntó Vegeta muy enojado llegando al lugar.

Yamcha al ver a Vegeta colocó una mirada de enojo y le respondió con sus puños apretados.

—El que venga aquí no es tú problema.

Vegeta al oír la respuesta de este, inmediatamente le responde con más enojo.

—Claro que sí, esta es mi casa y no se permiten insectos, ¿o acaso quieres qué te saque a patadas? —le preguntó colocando una mirada sádica.

—¡Ya Vegeta!, recuerda que es mi casa y Yamcha podrá venir cuando guste, además de que el vino porque nos acompañará a la escuela de conducción. —le respondió Bulma por Yamcha.

Vegeta al recibir la respuesta inesperada de Bulma inmediatamente coloca una mirada de desagrado para responderle.

—¿¡Qué dices!? Encima de qué tengo que hacer el estúpido examen ese… ¿¡Tengo qué soportar a esta cucaracha también!?

—Así es Vegeta, por más que te cueste aceptarlo, Yamcha nos acompañará porque él conoce desde la infancia al dueño y empresario del lugar y así nos facilitará las cosas con él. —le explicó Bulma subiéndose al vehículo. —Así que vete subiendo al coche o llegaremos tarde.

Vegeta no hizo más nada que refunfuñar y subirse al coche con Yamcha.

—Malditos insectos. —dijo Vegeta en voz baja muy baja, mientras Bulma arrancaba el vehículo y se iban de allí.

No pasó mucho tiempo hasta llegar al lugar, el cual era muy grande y su patio de conducción era inmenso, el tamaño de la escuela era del tamaño de la corporación capsula. Bulma aterrizó su vehículo volador en el estacionamiento donde cual lo esperaba el dueño del lugar.

—¡Mucho gusto! —los saludó el dueño el cual era gordo y con poco pelo, con ojos cerrados tipo chino y vestía un elegante vestido gris.

—¡Hola Marran! —le saludó Yamcha al dueño mientras se bajaba del vehículo. —Bulma te presento al dueño y viejo amigo mío, el señor Marran.

—Mucho gusto, me llamo Bulma. —se presentó Bulma mientras le picaba el ojo.

—¡Ohh!, ¡pero qué señorita más hermosa! —le dijo el dueño mientras le tomaba la mano derecha y se la iba a besar, pero fue interrumpido por Vegeta, el cual lo agarró por la nuca y lo alzó. Como este señor era pequeño mucho más que Vegeta apenas le llegaba al pecho.

Bulma al ver que Vegeta alzó al dueño inmediatamente le gritó que lo bajara. —¡Vegeta bájalo! ¡Más respeto!

Vegeta la miró y colocó una expresión de desagrado para mirar al señor y poner la cara de aún más desagrado. —Más respeto a este insecto también, nadie le hace ojitos a mi esposa si estoy yo presente. ¿¡Entendido!? —le gritó Vegeta al señor Marran.

—¡Oiga bájeme!, creí que no era casada, discúlpeme pero, ¡bájeme o lo demandaré! —amenazó el señor a Vegeta, el cual solo lo tiró al suelo.

—Por favor disculpe a mi esposo. —le dijo Bulma arrodillándose para levantar al dueño. —Él no quería hacer eso, es muy sobreprotector.
Esto último hizo que Vegeta se cruzara de brazos y volteara su mirada a la nada.
Después de que el señor se levantara y todo quedara en el pasado estos se dirigieron dentro del local para arreglar los papeles y ver si todo está en orden.

—Pues sí, todo esto está en completo orden. —dijo el señor y dueño Marran. —Por favor, él que va a tomar el curso de conducción tendrá que presentar seis exámenes, uno cada día y en esos exámenes se le va dando puntos hasta llegar al 100 por ciento, el primer examen comenzará en unas horas, así que por favor tenga un poco de paciencia porque tenemos otros haciendo la prueba horita mismo. —explicó el dueño mientras se retiraba de allí.

Vegeta, Bulma y Yamcha se sentaron en unas bancas que había allí para esperar.

—Maldita sea, estoy perdiendo tiempo… Horita debería estar haciendo mis entrenamientos y no perder tiempo en esta estupidez. —dijo Vegeta de brazos cruzados.

—Calma Vegeta, pasará rápido no te preocupes. —le dijo Bulma guiñándole el ojo.

—Maldito insecto ese, encima de que te faltó el respeto allá afuera, también hace poner a esperar a uno… Marrano puerco ese. —dijo Vegeta dando un par de risas. —¡Jajaja! ¡Pero qué risa! ¡Jajaja! Señor Marrano… ¡jajaja! —decía Vegeta con mucha risa.

—¡Cállate Vegeta!, ¡puede escucharnos y sacarnos de aquí! —le dijo Bulma para que se callara.

—¡Jajaja! Es muy gracioso, señor Marrano, ¡Jajaja!, iré a caminar un poco, no esperaré aquí sentado. —dijo Vegeta levantándose de la banca y mientras caminaba hacia la puerta, repetía lo mismo. —Señor Marrano… ¡Jajaja! Me pregunto si su madre, habrá sido una puerca... ¡Jajaja!



Continuará...

 

Chapter - 3. Maldita sea...Kakarotto y Piccolo.


Vegeta salió a caminar un poco afuera del lugar, este iba riéndose aún con su inesperado chiste el cual lo repetía una y otra vez, hasta que se topó con nada más y nada menos que con Goku, el cual venía muy alegremente con Piccolo.
Vegeta una vez al verlo colocó una mirada repugnante para “saludarlo”. —Maldita sea, encima de que el insecto de Yamcha vino aquí con Bulma y conmigo, también se presenta la cucaracha Namekiana y el rastrero de Kakarotto… ¿Qué hacen aquí? —le gritó Vegeta a los dos guerreros Z.
Goku al verlo lo saludó como siempre.

—¡Hola Vegeta! ¡No sabía que tú estarías aquí! ¡Jajaja! —le dijo Goku con una sonrisa y dándole una palmada en el hombro.

—¡No me toques Kakarotto! —le decía Vegeta antes la acción que hizo Goku.
Piccolo dio una leve risa para decirle algo a Vegeta.

—¡Jaja! Vegeta, Vegeta, ¿no me digas qué estás aquí para aprender a conducir? —le preguntó Piccolo de brazos cruzados y entre carcajadas.
Vegeta ante la pregunta que le hizo Piccolo colocó una mirada de enojo y con arrogancia le respondió.

—¡Si estoy aquí o no, no es tú problema insecto! —le respondió Vegeta muy enojado.

Goku dio una gran risa y nuevamente le dio una palmada a Vegeta pero esta vez en la espalda.

—Piccolo, si Vegeta está aquí para conducir o no, no creo que sea nuestro problema. —dijo Goku apoyando a su ‘amigo’.

Vegeta colocó una mirada de entre cejas para responderle a Piccolo.

—¿Ya ves insecto verde? Hasta alguien como Kakarotto puede ver lo obvio. —Vegeta iba a continuar insultando a Piccolo hasta que una pregunta lo intrigó mucho.

—A propósito insectos… No contestaron mi pregunta. ¿Qué se supone que hacen aquí? —le preguntó Vegeta muy enojado.

Goku al oír otra vez la pregunta de Vegeta, fue el primero en contestar.

—¡Ha es verdad!, verás Vegeta…


-FLASHBACK-


—¡Goku más lento! —le gritó Milk a Goku, el cual iba manejando muy rápido y como un loco.

—¡Detente Goku! —le decía y le decía Milk.

—¡Jajaja! ¡Cálmate Milk!, ¡esto está muy divertido! ¡Jajaja! —le contestó Goku mientras conducía con los ojos cerrados en una autopista de un solo sentido.

—¡Pero Goku!, ¡estamos en una autopista de un solo sentido y casi chocamos 20 veces! ¡Así que obedéceme y detén este auto! —le gritaba Milk a Goku.

De pronto Goku pasó los 130Km/hr lo que hizo que un oficial cerca de allí viera el espectáculo.

—¡Ajá! ¿¡Así qué tenemos a un meteoro aquí!? —dijo el oficial montándose en su vehículo para perseguir a Goku.

En eso, una curva salió de la nada, lo que hizo que el vehículo de Goku se descontrolara y casi arroyara a una anciana.


-FIN DEL FLASHBACK-


—Y por eso estoy yo aquí… Pobre viejita, un poco más y la hubiera atropellado. —concluyó Goku.

—Que historia más interesante… —dijo Piccolo. —Por mi parte yo estoy aquí porque manejé un vehículo viejo que se encontraba cerca de un banco y accidentalmente arroyé unos cuantos humanos… Ese estúpido vehículo era manual. —explicó Piccolo.

Vegeta estaba furioso y casi rojo, para explotar mientras apretaba los puños.

—¡No me interesa en nada sus cuentos infantiles!, ¡solo les pedí que me respondieran, no que me dieran un cuento estúpido! —les dijo Vegeta vuelto en ira.

De pronto Bulma y Yamcha salen del lugar para buscar a Vegeta, y al verlo con Goku y Piccolo, estos dos se sorprenden mucho.

—¿Goku?, ¿Piccolo?, ¿Qué hacen aquí? —les preguntó Bulma confundida.

—¡Ha!, ¡hola Bulma! —saludó Goku. —Resulta que yo iba manejando con Milk… —iba a volver a contar la historia Goku, cuando fue interrumpido
por Vegeta.

—¡Maldita sea Kakarotto!, ¡no cuentes otra vez esa historia tan estúpida! —dijo Vegeta frustrado antes la historia de Goku.

—¡Calma Vegeta! —dijo Goku asustado.

—Supongo que están aquí para hacer un examen de conducción. ¿Verdad chicos? —le preguntó Yamcha a Goku y a Piccolo.

—Así es… —respondió Piccolo.

Vegeta al oír la respuesta de Piccolo, en tono bajo habló para sí mismo. —Maldita sea, lo que faltaba… Ahora tendré que hacer el estúpido examen con estos dos insectos… Esta me las pagarás mujer.

A pocos minutos después de que los guerreros Z hablaran, a excepción de Vegeta, el dueño del lugar llamó a Vegeta.

—¡Señor Vegeta, es hora de hacer su primer día de examen! ¡Venga! —le dijo el dueño a un Vegeta muy enojado.



Continuará...

 

Chapter - 4. ¡Lo prometo!


Vegeta estaba muy enojado por la poca suerte que tenía, ya que no solo tuvo que aguantar la presencia de Yamcha, sino que también la presencia de Goku y de Piccolo, los cuales estaban allí por su pequeño problema con la ley, y para acabar también tiene que hacer el odioso examen de conducción que por 6 días seguidos.

—Malditos humanos… ¿Qué diría mi padre si me viera haciendo esta idiotez? —se preguntaba Vegeta muy enojado, el cual se encontraba montado en un coche de practica en el lado del copiloto para así poder observar cómo se manejaba, gracias a un experto de allí.

—Muy bien señor Vegeta, le mostraré como se maneja un coche automático que son los más usados y los más fáciles de conducir. —le decía muy amablemente el experto a Vegeta, el cual vestía un uniforme de piloto de carrera a excepción del casco, de color verde.

—Ajá sí… —fue la respuesta de Vegeta, mientras en su mirada mostraba indiferencia y arrogancia.
Después de varios minutos en la pista de conducción, la cual era muy amplía, el experto se detuvo y salió del coche, para decirle a Vegeta.

—¿¡Cómo se atreve a insultarme!? —le gritaba el experto a Vegeta muy enojado y apretando los puños.

Bulma y los demás al oír eso, inmediatamente fueron al lugar a ver qué ocurría.

—¿Qué sucede? —preguntaron el dueño, Bulma y Yamcha.

—¿¡Qué qué sucede!? ¡Pues qué este señor no paró de insultarme en toda la conducción!, traté de enseñarle como se manejaba un coche automático, ¡y solo se atrevió a insultarme de mil maneras! —respondió muy enojado el experto.

—¡Calma Morris! —le dijo el dueño al experto.

Bulma colocó sus manos en su cintura y se dirigió a donde estaba Vegeta, para decirle unas cosillas.

—¡Vegeta!, ¿¡dime ahora qué demonios hiciste!? —le preguntó Bulma enojada.

Vegeta salió del coche mientras se reía para responderle a Bulma con los ojos cerrados y una expresión de sabelotodo.

—Nada, nomás le dije la pura verdad. —le respondió Vegeta.

—¿Y cuál fue esa pura verdad? —le preguntó nuevamente Bulma.

Vegeta iba a responderle a su esposa, cuando fue interrumpido drásticamente por el experto en conducción.

—¡La pura verdad fueron los miles insultos que me decía!, ¡me dijo qué era un insecto y que parecía una basura insípida y otros insultos más! —decía el experto mientras trataba de irse, pero fue detenido por el dueño.

—¿A dónde vas? —fue la pregunta del dueño hacia el experto.

—¡Voy a donde me dé la gana!, ¿sabe por qué? ¡Por qué renuncio! —le exclamó fuertemente el experto al dueño, al mismo tiempo que le tiraba las llaves y se iba de allí muy molesto.

Goku al ver la escena no hizo otra cosa que reírse mientras se llevaba la mano a la cabeza y también se agarraba el estomago por la risa que tenía.

—¡Jajaja! ¡Qué gracioso! ¡Jajaja! —esto hizo que los demás vieran a Goku con caras de confusión, Goku seguía con la risa.

—¿De qué te ríes Goku? —le preguntó Yamcha muy confundido.

—¡Jajaja!, es que es muy gracioso ver la expresión que puso ese joven. ¡Jajaja! Y también me da risa imaginarme como le diría Vegeta mientras estaban en el coche. ¡Jajaja! ¡Debió de ser muy gracioso! —fue la respuesta de Goku.

—Las estupideces de Kakarotto me enferman. —interrumpió Vegeta.

Bulma golpeó a Vegeta con su mano en el estomago para decirle. —¡Tú no tendrás más comida hasta el otro mes!

—¿¡Cómo!? —le preguntó Vegeta entrando en ira.

—Así es, ¿sabes qué estamos pagando bastante dinero para que te enseñen a conducir? ¡Y tú no quieres aprender! —le respondió Bulma.

Bulma estaba a punto de golpear a Vegeta en el estomago otra vez, pero fue interrumpido por el señor y dueño Marran.

—¡Ho, pero por eso no hay que preocuparse señora!, tenemos muchos y mejores expertos que Morris, el señor Vegeta aprenderá a conducir excepcionalmente, ¡porque yo mismo le enseñaré! —fue lo que dijo el dueño.

—¿En verdad? —le preguntó Bulma con una sonrisa.

—Así es, así que por favor señor Vegeta, métase nuevamente el vehículo que le enseñaré a conducir, y los demás, por favor colóquense en sus banquillos. —dijo nuevamente el señor Marran.

Vegeta al oír lo que decía el dueño, inmediatamente colocó una expresión de enojo, para decirse así mismo. —Maldita sea, ahora el marrano será el que me enseñará esta idiotez… —dijo Vegeta en voz baja mientras se subía al vehículo, pero esta vez en lado del conductor.

Después de que todos se fueron a sus banquillas, el señor Marran se sentó en el puesto del copiloto y Vegeta en el del conductor, este colocó una expresión de desagrado al sentirse tan incomodo en ese vehículo.

—¡Muy bien señor Vegeta!, este vehículo es muy fácil de conducir, ya que solo es arrancar y listo. ¿Ve esa palanca que tiene a la derecha? —le preguntó el señor Marran a Vegeta.

Este no sabía que responder, ya que ni sabía dónde estaba la “tal” palanca. Este la buscaba de izquierda a derecha pero no la encontraba.

—¿¡A dónde está la maldita palanca esa!? —preguntó Vegeta, al ver que no la encontraba.

El señor Marran suspiró, para poder responderle claramente. —Señor… La palanca la tiene de frente, justamente en la parte derecha del volante… ¿La vio? —le preguntó el señor y ahora instructor.

Vegeta al verla la tomó rápidamente para responderle. —¡Ya la tengo maldita sea! ¿¡Ahora qué!? ¡Diga rápido para irme de una buena vez! —le preguntó desesperado Vegeta.

—Calmase señor, todos deseamos irnos a casa, pero no podemos… Bueno, ahora solo mueva la palanca hacia atrás, eso se llama retroceso. —le explicó el señor.

Vegeta lo miraba con enojo y con el tal enojo, movió la palanca hacia atrás la cual no soportó tal jalón, lo que hizo que se rompiera en tres pedazos y le abriera una gran grieta al volante.

—Creo que esta basura se rompió… —dijo Vegeta viendo romperse más el volante.

—¡Rompió la palanca y el volante! ¿¡Pero qué!? —se preguntaba exaltado el señor Marran. —Bueno, creo que tendré que buscar otro vehículo… Por favor no se mueva. —le dijo nuevamente el señor marran saliendo del coche para buscar uno nuevo…

Después de media hora de espera, llegó el señor Marran en un nuevo coche, este era más alto y más bonito que el anterior, era de color marrón. Al llegar, el señor vio que Bulma hablaba con su marido, pero no era una charla normal sino un buen regaño.

—¡Vegeta aprendé a conducir! ¡Por favor Vegeta! —le exclamaba Bulma muy enojada a su marido.

Vegeta en el asiento del conductor, solo hacia muecas de enojo y expresiones de arrogancia, para responderle a Bulma. —¡No me digas qué tengo qué hacer! —le exclamó este.

Bulma se exaltó por la respuesta, pero le insistió. —Está bien Vegeta, no te diré nada, pero cuando vengan por la hipoteca y nos quiten todo lo que tengamos hasta tú apreciada cámara de gravedad, no vengas llorando de que quieres entrenar. —dijo Bulma cruzándose de brazos y dándole la espalda a Vegeta.

Vegeta iba a responderle con groserías, pero fue interrumpido por Goku.

—¡Ha Bulma! ¡Eso no es problema alguno, si les quitan todo lo que tienen, pueden mudarse a mi casa y vivir allí! —le exclamó Goku a Vegeta y a Bulma.

Esto hizo que a Vegeta se le levantaran los pelos y se exaltara mucho, lo cual Bulma aprovechó y le insistió a Vegeta.

—¡Es buena idea Goku!, ¡así Vegeta dormirá contigo en tú cama, y podrá entrenar contigo cuando quiera! —exclamó Bulma.

Lo exclamado por Bulma, hizo que Vegeta se exaltara mucho más y se imaginara como sería dormir con su odiado rival.


-Imaginación de Vegeta-


Estaban él y Goku comiendo mientras Goku le decía a Vegeta.

—¡Qué divertido qué estés aquí Vegeta!, ¡los dos podremos ayudar a Milk en lo que necesite!

En la noche estaba Vegeta bañándose, cuando fue interrumpido por Goku con un montón de Pizzas.

—¡Vegeta compré Pizza!, ¡con todas estas cajas podremos hacer una pijamada, tú, yo, Gohan, Goten y Trunks! ¡Será lo máximo! ¡Jajaja!

Y cuando Vegeta se iba a acostar y ya estaba arropado, fue sorprendido y casi le daba un infarto, al ver a Goku al lado de él también arropado y mirándolo.

—¡Hey Vegeta! ¡Jajaja! ¡Qué duermas bien!


-Fin de la imaginación-


—¡Ahhh! ¡Maldiiicióooon! ¡NO!, ¡no dormiré y no soportaré a la basura de Kakarotto al lado mío por siempre! ¡NO! ¡Haré este maldito examen y lo
aprobaré con la nota más alta!, ¡venga de una maldita vez señor y hagamos este examen! —dijo Vegeta muy enojado y desesperado.

—Eso me alegra cariño. —le dijo Bulma guiñándole el ojo.


Vegeta ya está preparado para comenzar su primer día de examen, ya dio su palabra pero... ¿Qué hará cuando esté en el coche?

Continuará...

 

Chapter - 5. Primera prueba: Pasada, creo.


Más tarde de ese mismo día, Vegeta estaba preparado tanto mentalmente como físicamente, para hacer la primera prueba de conducción. El señor y dueño del lugar había traído un nuevo coche, debido que el otro fue ligeramente saboteado por Vegeta.

—Ahora sí señor Vegeta, ¡empecemos! —le animó el dueño a Vegeta.

—¡Comience de una vez! —le contestó Vegeta con un elevado tono.

—De acuerdo… No se enoje, empecemos con algo fácil, mueva la palanca nuevamente. ¡Pero esta vez con cuidado por favor! —le dijo con exaltación el señor.

—Pss… Se enoja por un estúpido error. —le contestó Vegeta, al mismo tiempo que se queda pensativo y sin mover nada.

—¿Qué ocurre? —le preguntó el señor al ver que este se quedaba pensativo.

—… Es que perdí la palanca… —respondió Vegeta mientras la buscaba otra vez.

—Señor, ¡la palanca la tiene al frente! Justamente de lado derecho del volante. ¿La vio? —le explicaba el señor.

—¡Ha, la encontré! Ahora hay que moverla hacia detrás, ¿correcto? —le preguntó Vegeta al misto tiempo que movía la palanca en retroceso, pero esta vez con mucho cuidado.

—¡Muy bien señor Vegeta!, ahora pasemos a la siguiente fase que consiste en pisar el acelerador, pero como la palanca está en retroceso, obviamente nos llevará hacia atrás, ¿entiende? —le explicó una vez más el señor.

—Ehh sí, sí… —le respondió Vegeta, el cual no sabía nada de lo que le había dicho el señor.

—Bien, pise el pedal. —le dijo el señor Marran con una sonrisa.

Vegeta quedó confundido por lo que le dijo el señor, tanto que lo único inteligente que dijo fue. —¿Uhh?

—Que pise el pedal, está debajo de su pierna izquierda, ¿lo ve? —le preguntó otra vez el señor algo irritado.

—¡Haaa, esa cosa! Pero la he estado pisando todo este tiempo y esta basura no hace nada. —le contestó Vegeta mirando debajo.

—El coche no puede hacer nada si también pisa el freno, el freno es el otro pedal que tiene a la derecha. —una vez más explicó el señor.

—Creí que eran la misma cosa… —respondió Vegeta. —¡Ahora qué! ¡Diga rápido que me está irritando! —le exclamó este.

—Ahora, pise el pedal izquierdo y mueva la palanca hacia atrás y verá que pasa. —le dijo el señor.

Vegeta obedeció y el coche fue hacia atrás lentamente.

—Que basura es esta cosa, nomás miren lo lento que va. —dijo Vegeta para todo el mundo.

—Señor, este coche va lento en retroceso porque no está hecho para ello, ahora ponga la palanca hacia delante y verá lo que es este vehículo. —le explicó otra y otra vez el señor.

—¡Ya me tiene arto con sus enseñanzas! —dijo Vegeta moviendo la palanca hacia delante. —¿¡Y ahora qué!? ¡Por un demonio diga rápido qué estoy perdiendo tiempo! —decía Vegeta muy enojado.

—Bien, ahora pise el pedal fuertemente, pero no tanto como para abrirle un hoyo al coche. —dijo el señor Marran.

Vegeta obedeció de malas maneras y en un impulso de enojo, pisó fuertemente el pedal haciendo que el coche arrancara a gran velocidad, tanto que pasó de 0 a 100 kilómetros en un segundo.

—¡Haaa! ¡Esto es divertido! —dijo Vegeta atropellando todo lo que se ponía la frente del coche.

—¡Señor alto! ¡Deténgase! ¡Va muy rápido! —le exclamaba el señor Marran asustado por la gran velocidad en que iba el coche.

En las banquetas, Goku estaba sorprendido por la gran velocidad en que iba el vehículo.

—¡Increíble!, ¡ese coche va muy rápido, no recuerdo que el de Piccolo y el mío fueran así de veloces! —dijo Goku viendo la escena. —Me gustaría manejar uno así...

Bulma estaba muy asustada, ya que a esa velocidad podría chocar y matar al señor y lastimar gravemente a Vegeta.

—¡Vegeta baja la velocidad! —le gritaba Bulma a su marido, el cual no escuchaba nada.

—¡Baaah! ¿Esto es tan difícil? —preguntaba Vegeta muy aburrido. —En las naves que he viajado, todas superaban la velocidad de la luz, esto no es
nada, además de que es fácil maniobrar esta cosa a gran velocidad. —decía Vegeta mientras daba unas curvas muy interesantes y casi como un profesional.

Después de varias vueltas como loco… Al fin se detuvo ya que se le acabó la gasolina.

—¡Baah, estúpido aparato! Unos minutos y se le acaba la gasolina. —decía Vegeta saliendo del coche. —¿Y qué tal lo hice? —le preguntó Vegeta al dueño.

El dueño salió del coche y se tiró al suelo a vomitar…

—Vaya pero qué asqueroso insecto, con razón se llama Marrano, si hasta vomita. —dijo Vegeta viéndolo vomitar del otro lado.

Bulma y los demás se acercaron allí para ver que ocurría y al ver la escena, la cual ni a Goku ni a Piccolo le gustó, Bulma comentó sobre lo que veía.

—¡Señor Marran! ¿Se encuentra bien? —le preguntó Bulma asustada.

—Sí, ¡pero este señor me hizo presencia la muerte tres veces! ¡No volveré a montarme con él nunca! —decía el dueño mientras se iba de allí muy
enojado.


Continuará.

 

Chapter - 6. ¡Cómo odio todo esto!


Después de un largo día haciendo su primer examen de conducción, Vegeta, Bulma, Yamcha, Goku y Piccolo, fueron a la casa de Bulma para comer ya que Goku y Vegeta tenían algo de hambre, al llegar esperaron unos cuantos minutos a que estuviera lista la comida, y cuando al fin estuvo lista…

—¡Tim! ¡Tim! —se oyó el timbre de la casa, el cual eran Trunks y Goten que llegaban del colegio cansados y muy hambrientos.

—¡Mamá! ¿¡Ya está lista la comida!? ¡Tengo mucha hambre! —le exclamaba Trunks mientras daba saltos.

—¡Sí señor mamá de Trunks! ¡Tenemos mucha hambre! —decía Goten dando sonrisas. —¿Uhh? ¿Papá? ¿Qué haces aquí? —le preguntó este al ver a su padre sentado en una de las cillas de la mesa.

—¡Hey Goten!, ¡qué sorpresa verte por aquí! —le contestaba Goku al ver a su hijo.

—¡Papáaa! —decía Goten al dirigirse hacia él y darle un tierno abrazo.

Vegeta solo miraba la escena de brazos cruzados y enojado por no llegar la comida, y para acabar.

—¡Hola papá! —le dijo Trunks a Vegeta para que este hiciera lo mismo que hizo Goku con Goten.

—Uhmm… —fue lo único que dijo Vegeta.

—¡Haa Vegeta!, ¿por qué no abrazas a Trunks? Recuerda que es tú hijo. —le dijo Goku aún cargando a Goten.

—Trunks está lo suficientemente grande y maduro como para los abrazos, ¿no es verdad Trunks? —contestaba con indiferencia Vegeta, al mismo tiempo que le preguntaba a Trunks.

Después de una corta charla, Bulma al fin llega con la comida, con ayuda de algunos sirvientes del lugar, ya que era mucha comida y bebida.

—¡HAA! ¡Al fin la comida! —dijo Goku muy entusiasmado.

Al mismo tiempo en que les ponían los platos de comida, Goku, Vegeta, Trunks y Goten, las devoraban como animales hambrientos.

—Esta comida está muy rica… —decía Goku atragantándose de puro espagueti. —¡Más por favor!

Al pasar unos 5 minutos, los Sayajines terminaron de comer, lo que le dejó la mesa libre a Piccolo y a Yamcha para comer tranquilamente, Vegeta fue el primero en levantarse y dirigirse a su cámara de gravedad velozmente, como si fuera un niño.

Al llegar allí entró inmediatamente, y prendió todo los controles en ella. —¡Al fin!, al fin puedo estar tranquilo y lejos de ese Kakarotto… ¡Kakarotto!
—dijo Vegeta sobre exaltado a ver a su archirrival al lado de él y con una gran sonrisa.

—¿¡Pero qué demonios estás haciendo aquí!? —le preguntó Vegeta muy enojado y apretando los puños.

—Vine a entrenar contigo Vegeta, he tenido mucho tiempo sin entrenar y tú cámara es muy buena para ello. —le contestó Goku mirándola de pie a cabeza.

—¡Pero es mi espacio libre de insectos! —exclamó Vegeta con ira.

—¡Ahh, vamos Vegeta!, ¿no quieres que tú amigo esté aquí?, además traje a Goten y a Trunks para que entrenaran con nosotros, y no solo es eso, llamé a Gohan para que entrenara aquí cuanto guste, y trae a Videl también. —explicaba Goku.

—¿¡Qué!? ¡Maldición contigo Kakarotto!, ¿¡por qué demonios invitas a tú familia a mí cámara de gravedad!? ¡Solo Trunks y Bulma pueden entrar con confianza, pero tú! —se quejaba Vegeta muy enojado.

—¡Vamos papá!, ¡no te enojes!, ¡mientras más sayajines entrenamos juntos es mejor! —exclamaba Trunks.

De pronto entró Piccolo con Gohan, el cual acababa de llegar.

—¡Hola papá, hola señor Vegeta! —les saludó Gohan alegre.

—Bonita cámara de gravedad, Vegeta. —dijo Piccolo sonriendo y de brazos cruzados.

—¡Haa! ¡Ya cállate insecto!, ¡lárguense todos de mí cámara o los mataré! —amenazó Vegeta a punto de estallar de ira.

—¡Ha vamos Vegeta!, ¿Dónde está tú espíritu de lucha?, ¿no quieres entrenar conmigo? —le incitó Goku.

—¡Qué no entiendes qué no quiero entrenar contigo!, ¡lo que quiero es matarte! —le respondió Vegeta sobre-enojado.

Al pasar unas horas, Vegeta tuvo que tragarse su orgullo y entrenar con sus “amigos” y soportar a su rival toda las horas que pasaba, hasta que estos se fueron a su hogar y Vegeta al fin pudo respirar.

—¡Ufff!, ¡qué alivio que ya se fue ese Kakarotto y su familia! —decía Vegeta mientras hacía repetidas flexiones a una gravedad de 26.000.

Al llegar a las 12:36 de la media noche, Bulma interrumpió el entrenamiento de Vegeta a tocarle repetidas veces la puerta de la cámara.

—¿¡Y ahora qué!? —preguntó enojado Vegeta.

—¡Vegeta vente a dormir, que mañana tienes que levantarte temprano para ir a conducir! —le regañó Bulma.

—¿¡Qué!?, ¿¡otra vez ir a esa idiotez!? —le preguntó Vegeta levantándose y apagando la gravedad.

—Así es Vegeta… —contestó Bulma.

—¡Pero si ese señor Marrano se hartó de la forma en que conducía! —exclamó Vegeta abriendo la puerta.

—Así fue Vegeta, pero lo llamé y arreglamos las cosas. —explicó Bulma.

—¿Arreglar qué? —preguntó otra vez Vegeta con expresión de arrogancia.

—Pues él me dijo que ni él ni otro de sus ayudantes y empleados te enseñaran por nada del mundo a conducir, pero le ofrecí que yo sí y te enseñaré a pasar las otras pruebas que quedan. —le explicó otra vez Bulma.

—¿¡Qué!? ¿¡Ahora tú me enseñaras esa estupidez mujer!? —respondió exaltado Vegeta.

—Sí, así que vete alistando porque no soy como los que te enseñaron primero… ¡Y vete a acostar ya! —le ordenó Bulma yéndose de allí.

—¡Espera! —le gritó Vegeta, pero fue muy tarde ya que ya había entrado a la casa. —Maldición, ahora tendré que aprender de Bulma… ¿Qué puede ser peor qué eso? —preguntó para sí mismo Vegeta mientras apagaba la cámara de gravedad y yéndose a dormir.

Continuará...