Varados En La Isla

El accidente.
Vi a mí alrededor sin nada mejor que hacer. A pesar de que el vuelo se había retrasado unas cuantas horas, no había mucha gente en la zona de embarque, por lo que me imagine que Kanto no era un lugar muy turístico en estos días del año. Sentí un leve movimiento en mi hombro izquierdo, y no pude evitar sonreír. Ajena a todo lo que ocurría en la terminal, se encontraba una chica pelimiel profundamente dormida en mi hombro. Esa misma chica que salió de viaje de su casa, solo por devolverme un pañuelo. Esa misma chica que me acompaño, dándome ánimos en todo mi viaje durante la región de Kalos. Esa misma chica con un corazón de oro que tuve suerte de conocer en Kanto. Esa misma chica de la que pues… Me enamore.

Aquí seguramente estarán con la boca abierta y sin habla. Créanme, no fue una cosa que supe de un día para otro, paso con el tiempo, y al principio yo no sabía ni que era lo que sentía. Primero pensé que el extraño sentimiento era amor hacia la comida que ella hacia porque, ¿Qué iba a ser si no? Pero empecé a dudar seriamente de esto cuando me di cuenta que quería estar cerca de ella aunque no hubiera hecho ninguna comida. De ahí vinieron unos horrorosos días de frustración, en los que no sabía que pensar. Mi primera opción para preguntar fue a Clemont, aunque no tenía muchas esperanzas de que me diera una respuesta fiable, el me dijo que tal vez era una enfermedad temporal, y que podía usar una de sus maquinas para chequear mi estado de salud. Yo rechace rápidamente la invitación, temiendo por mi integridad física y decidí preguntarle a mi madre. Ella me dijo que lo que sentía era un sentimiento especial por alguna personita y que tendría que averiguarlo por mí mismo. Eso solo sirvió para dejarme más confundido, si eso era posible. Al final, fue la pequeña y perspicaz Bonnie la que me dio una respuesta clara y concisa. "Ash, tu estas enamorado de Serena" Al oír estas palabras, juro que casi me caigo por un súbito mareo.

Siempre había visto a Brock coquetear con las enfermeras Joey o las oficiales Jenny, y esa era la concepción que yo tenía de "estar enamorado de alguien" que si no funcionaba, podía intentar con la siguiente y ya está. Nunca imagine que estar enamorado significara sentirte destrozado con el simple hecho de imaginar a esa persona lejos de ti. Y esa fue la razón por la que en ningún momento del resto del viaje me atreví a decirle mis sentimientos, por miedo a que se alejara de mí. Bonnie me insinuó varias veces que tal vez Serena sentía lo mismo, y que era un tonto por no captar sus indirectas. Pues al final si termine captándolas pero el miedo seguía allí, el miedo a que se fuera, a que no fuera más que un malentendido y que ella no quisiera saber nada de mí. Por eso entre en pánico cuando note que nuestro viaje estaba a punto de terminar, y que tendría que separarme de ella. En un último acto desesperado, hice lo único que se me ocurrió. Invitarla a venir conmigo, juro que me sentí el hombre más feliz de la tierra cuando dijo que sí. Y eso nos lleva a nuestra situación actual, el vuelo llego retrasado por tres horas, está lloviendo y Serena cayo profundamente dormida en mi hombro.

En mi otro hombro se encontraba mi fiel amigo pikachu, el cual era el único pokémon que iba a acompañarme en el viaje de avión. La aerolínea solo daba permiso de llevar un pokémon por persona, por lo que tanto Serena como yo tuvimos que mandarle nuestros pokémon de antemano al profesor Oak. El pokémon con el que viajaba Serena era Sylveon, el cual fue el único que mostro algún entusiasmo en volar en el avión.

Por fin escuche como llamaban a los pasajeros a embarcar. Dado que solo éramos unos cuantos, no había necesidad de embarcar por grupos.

Desperté gentilmente a Serena con un ligero movimiento del hombro y al cabo de unos momentos despertó completamente.

— ¿Ya vino el avión? —Pregunto mientras bostezaba y se estiraba. Yo le respondí con un asentimiento de la cabeza y luego me levante y agarre las dos maletas de mano que llevábamos.

— ¿Tienes los pasaportes a la mano? — le pregunte, ya que normalmente ella es mucho más cuidadosa con las cosas que yo y por eso decidimos que ella llevaría los dos documentos.

—Claro — respondió mientras los sacaba de su pequeño bolso.

Después de eso nos dirigimos a la zona de embarque, y después de hacer una muy pequeña cola logramos entrar al avión.

— ¿No es raro la poca gente que va en el vuelo? — pregunto extrañada Serena, dándose cuenta que éramos más o menos una docena de pasajeros.

—Debe ser la época del año — le respondí a la pelimiel —En esta época en Kanto no hace el suficiente calor como para disfrutar de sus playas, ni hace el suficiente frio como para que empiece a nevar, por lo que no representa mucho atractivo turístico.

—Supongo que tienes razón — Me respondió mientras buscábamos nuestros lugares, en balde la verdad pues podríamos habernos sentado donde se nos diera la gana.

Una vez llegamos, nos sentamos y esperamos a que el avión despegara. Dado que el tercer asiento de nuestra fila se encontraba libre, Pikachu y Sylveon pudieron sentarse a sus anchas.

No paso mucho tiempo antes de que dieran todas las indicaciones de vuelo, que en caso de emergencia tendríamos que sacar a nuestros pokémon de su pokebola si se encontraba dentro, esto por si acaso no se sobrevivía a alguna catástrofe y moríamos todos, que los pokémon no quedaran encerrados. Aunque claro esta no fue con esas palabras.

Despegamos y dado que era un día bastante tormentoso y nublado hubo bastante turbulencia al principio del vuelo, para después quitarse en el momento en que alcanzamos la altura crucero.

Rápidamente el sopor nos invadió y cuando me di cuenta, Serena ya se había dormido en mi hombro, sonriendo pase mi brazo por sobre su cuello y deje que descansara su cabeza en mi pecho, después de eso apoye mi propia cabeza encima de la suya y termine durmiéndome también.

Me despertó un horrible y angustiante sonido y al instante pensé que era una pesadilla, voltee a todos lados, desorientado y me di cuenta que ese sonido eran los gritos de las personas que iban en el avión, me incorpore rápidamente para ver qué pasaba, e inmediatamente sentí una opresión en el pecho que identifique como prueba de que el avión estaba descendiendo. Vi para delante, y pude notar que la alarma de cinturón estaba encendida y que un mensaje se estaba reproduciendo, aunque en realidad era imposible entenderlo. Las mascarillas de oxigeno cayeron enfrente nuestra. Voltee mi vista hacia Serena, la cual me devolvió una mirada aterrada. No, no era una pesadilla, estábamos cayendo.

Rápidamente tome la mascarilla de oxigeno y me la puse a pesar de que no parecía haber despresurización en la cabina, procediendo luego a ayudar a Serena con la suya. Tome a Pikachu y a Sylveon del asiento de a la par, y los abrace a los tres lo más fuerte que pude, poniéndonos en posición fetal para tratar de aguantar el impacto.

Toda mi vida apareció frente a mis ojos en un instante, pero mi mente se congelo en un determinado momento, estaba a punto de morir, y ni siquiera le había dicho a Serena lo que sentía por ella. Sabiendo que era ahora o nunca, alce la voz para hacerme oír por sobre el bullicio general.

—Serena, si no sobrevivimos a esto, tengo que confesarte algo muy importante —

—Yo también tengo que decirte algo — me respondió ella en el mismo tono de voz.

—Serena, yo te a…— Sentí una horrible sacudida, y un empujón endemoniado hacia delante, vi una deslumbrante luz amarilla, sentí como todos mis músculos se tensaban y se paralizaban antes de empezar a ver todo negro.

 

¿Dónde Estamos?

Sentí un peso leve sobre mi cuerpo, abrí los ojos e inmediatamente un rayo de luz me cegó completamente. Moví la cabeza hacia otro lado para que la claridad no me molestara y trate de ver en donde estaba, y que era lo que estaba sobre mí. O más bien quien, pues pude distinguir una cabellera dorada muy familiar para mí. Inmediatamente empecé a recordar los sucesos…No había sido un sueño, todo había sido real. ¿Estaba vivo? ¡Estaba vivo! Pero Serena… No, ella no podía estar…No.

Con una opresión enorme en mi pecho ante la posibilidad de que la peli miel no siguiera viva empecé a zarandearla de manera frenética, mientras rogaba a cualquier cosa que se me ocurriera. Finalmente note como ella empezaba a reaccionar aunque sin despertar, inmensamente aliviado me levante como pude con ella todavía encima de mí y me dispuse a revisar el lugar. Efectivamente seguíamos en el avión…Bueno, mejor dicho en una parte de lo que antes fue un avión. Vi como la claridad se colaba por algunas ventanas y también por un enorme boquete situado en la parte del frente de la aeronave. Al parecer la cabeza del avión se había separado de la cabina principal al momento del choque dejando el enorme agujero.

Con cuidado deje a Serena sobre una de los asientos que aun seguían fijos al suelo de la aeronave y me dispuse a examinar el lugar, empezando por buscar a nuestros pokémon. Sentí unos momentos de angustia al verlos inmóviles en el piso del avión, a un lado de donde estábamos nosotros. Rápidamente puse el dedo en el cuello de cada uno para verificar su pulso. Suspire de alivio cuando pude sentir que los dos estaban vivos, y al parecer sin heridas físicas. Deje a los pokémon junto a Serena considerando que lo mejor sería saber donde estábamos. Rápidamente salí por el boquete de hasta adelante del avión y lo primero con lo que se topo mi visión fue con una enorme palmera arrancada de raíz, probablemente por el mismo avión.

Alrededor de mi había un montón de vegetación dañada, además que la tierra debajo de mis pies era arenosa y parecía removida. Había viajado por suficientes lugares como para reconocer que la flora a mí alrededor era de origen tropical. Por lo que era lógico suponer que estábamos cerca del mar, o por lo menos a la misma altura que este.

Regrese al interior del avión, mientras pensaba que hacer, no sabía en donde estábamos, si estábamos cerca de la civilización, o si nos encontrábamos en el continente o en alguna isla.

Fui hacia donde se encontraban Serena y nuestros pokémon. Pude observar que la respiración de Serena no era tan relajada, signo de que se encontraba en un sueño liviano y que estaba pronta a despertar, esa buena señal me lleno de alivio, pues aunque sabía que estaba viva, no estaba seguro de que tan mal se encontraba y de si despertaría o no.

Me atreví a zarandear gentilmente su hombro para que despertara de una vez, vi como arrugaba la nariz y se revolvía un poco sobre si misma antes de por fin abrir los ojos.

— ¿Ash? — Menciono confundida mientras enfocaba los ojos — ¿Qué paso? ¿Dónde estamos?

—Tranquila, sufrimos un accidente de avión y no sé exactamente donde estamos — le dije mientras me ponía de cuclillas para verla directamente a los ojos.

— ¿Accidente?... ¿Entonces no fue un sueño? — Menciono mientras al parecer trataba de hacer memoria — ¡Nuestros Pokémon! ¿Dónde están? ¿Están bien? Por favor dime que están bien. —dijo con una voz llena de pánico y temor.

—Están bien, aunque inconscientes, no sé cuanto tardaran en despertar, pero están vivos— Ante estas palabras Serena soltó un suspiro de alivio mientras llevaba una mano a su pecho. — ¿Hace cuanto despertaste? ¿Hay algún otro sobreviviente? —

—Desperté hace como diez minutos y no he visto si hay otros sobrevivientes. — Yo ya había pensado en comprobar eso, pero me repugnaba la idea de tener que lidiar con cadáveres. Sin embargo estaba consciente de que podía ser que alguno de ellos siguiera vivo y necesitara atención médica, por lo que haciendo de tripas corazón me dispuse a hacer la nada agradable tarea.

— ¿Quieres que te ayude? — me pregunto la ojiazul.

—No…no es necesario —Conteste mientras buscaba una excusa para evitarle la tarea. —De hecho necesitaría que salieras con nuestros pokémon para cuidarlos y empezar a ver donde caímos— Serena me vio con una no muy convencida cara, pero sabiendo que esto también era necesario, se limito a cumplir mi pedido. Empecé a revisar cada uno de los cuerpos que se encontraban en el avión, dado que no eran muchos no me llevo mucho tiempo la revisión. Ninguno dio ningún signo de vida.

Con un mal sabor en la boca por lo intensa que era la situación me dispuse a buscar entre las pertenencias de los cadáveres para ver si no había alguna pokebola. Por mucho que busque encontré solo una que se encontraba en el cinturón de una chica. Salí del lugar para encontrarme a Serena y a nuestros pokémon, quienes estaban despertando debajo de un árbol.

Serena al verme me dirigió una mirada expectante, a lo que yo solo pude mover lentamente la cabeza de lado a lado. Ella bajo su vista a la arena, apenada.

—Lo único que encontré, fue esto — le dije mientras le enseñaba la pokebola.

— ¿Tiene…tiene un pokémon dentro? — pregunto. Yo asentí con la cabeza. Cuando has sido entrenador durante un tiempo llegas a saber detectar cuando una pokebola tiene un pokémon dentro y cuando no.

—Tengo miedo de sacarlo de allí. No quiero ser yo el que le explique qué sucedió — le confesé lleno de tristeza a la pelimiel.

Sentí como ella se acercaba a mí y me envolvía en un abrazo. —Comprendo cómo te sientes —Me hablo en un susurro —A nadie le gusta dar malas noticias, y menos una tan atroz como esta, pero tarde o temprano tendremos que hacerlo, y hay que ser fuertes por el pokémon que está dentro. — Después de eso me soltó.

Yo asentí mientras tiraba la pokebola para que el pokémon que se encontraba dentro de ella saliera. Vimos la luz blanca característica de estos casos, y cuando esta desapareció pudimos ver a un pequeño pokémon de color verde que nos vio de manera curiosa.

—Un Axew — Murmuramos tanto Serena como yo al mismo tiempo.

— ¿Ax, axew? — dijo el pokémon confundido.

—Escucha pequeño… —Dijo Serena, mientras dudaba de cómo seguir —Tuvimos un accidente de avión…Y pues solo nosotros…pudimos salir de allí…te encontramos en tu pokebola y…—Serena con lagrimas en los ojos ya no pudo seguir con lo que estaba diciendo. Tuve que terminar la oración.

—Pequeño, lo lamento, lo lamento muchísimo, pero lamentablemente tu entrenadora…falleció — dar la noticia supuso un duro golpe para mi, vi la cara de estupefacción e incredulidad del pequeño convertirse en una de puro dolor y angustia al darse cuenta de que era en serio. Unas primeras lágrimas escaparon de los ojos carmesí del pokémon, después otras y otras, Serena no pudo aguantar esto más y abrazo fuertemente al pokémon, tratando de consolarlo. Yo buscando algo útil que hacer me acerque a nuestros pokémon

Pikachu ya estaba completamente despierto y nos miraba con curiosidad mientras ladeaba la cabeza. Cuando me hizo señas para que le explicara que pasaba, yo le respondí que le contestaría más tarde, pues me sentía incapaz de rememorar todo lo que estaba pasando, el asintió comprensivamente. Vimos a Sylveon, la cual estaba acabando de despertar y nos miraba también con curiosidad. Serena nos volteo a ver más calmada y me hizo señas de que me acercara. Yo obedecí y me acerque a donde ella se encontraba, mientras seguía cargando a Axew me dijo:

—Deberías ir a ver si hay por aquí un sitio elevado para saber dónde estamos, no te preocupes por los pokémon, yo me encargo de cuidarlos —

Yo asentí, agradecido de poder hacer algo útil y empecé a buscar alguna montaña con la vista. No encontré ninguna aunque había un pequeño cerro que pensé, sería suficiente. Empecé a escalarlo y pese a que no era muy grande, me llevo una media hora más o menos el llegar hasta la cima debido a su irregularidad. Una vez llegue me senté durante un momento para recuperar el aliento. Después de unos dos minutos me pare para ver mejor a mi alrededor.

Lo más notorio desde mi posición, era el inmenso rastro de vegetación dañada que había dejado el avión al momento de caer, pude ver como había dejado un camino de plantas aplastadas y palmeras derribadas por donde paso. Seguí viendo el lugar y efectivamente y tal y como había predicho, estábamos muy cerca de la playa, estando está a solo unos doscientos metros de donde se encontraba Serena. Podía ver las olas chocando contra la arena en la orilla. Voltee hacia todos lados buscando algún rastro de civilización o algún camino. No se veía ninguno. Vi hacia todos lados y lo único que vi fue lo mismo, vegetación, playa y sobre todo agua…Mucha agua rodeándonos por completo. Estábamos en un problema, en un gran problema, estábamos varados en una isla desierta.

 

Aceptando la realidad

Vi todo nuestro alrededor con preocupación, no se veía otra extensión de tierra cerca, tan solo el agua que nos rodeaba. Baje del lugar junto a Pikachu y me dirigí a las afueras del avión, donde me encontré con Serena cargando al Axew, quien al parecer se había cansado de llorar y se había dormido en sus brazos. La escena me dio bastante ternura, pero no era el momento para pensar en eso. Necesitábamos sobrevivir, y la verdad yo no tenía ni idea de cómo hacerlo. Necesitábamos comida, un lugar donde resguardarnos y tal vez encontrar un rio o fuente de agua, pero no sabía cómo hacer cualquiera de esas cosas.

Serena noto mi presencia y me dirigió una mirada interrogante. Yo solo le hice una seña para que me siguiera, y ella junto a Sylveon y con Axew todavía en sus brazos camino a la par mía. No sabía mucho como sobrevivir, pero pensé que lo más sensato sería alejarnos de la selva e ir a la playa. Una vez llegamos me senté en la arena y Serena me imito, posicionándose a la par mía.

—Estamos varados en una isla, no es muy grande y al parecer esta desierta. —Me anime a hablar.

Serena hizo una cara de preocupación.

— ¿Seguro que no había nada que pareciera hecho por los humanos? — Preguntó.

Yo negué con la cabeza

—Lo único hecho por el humano aquí es el avión…— Una bastante desagradable idea había cruzado por mi mente.

Al parecer Serena tuvo la misma idea pues puso una cara de tristeza.

—Tendremos que… — Dejo la frase al aire, insegura.

Yo asentí con la cabeza.

—Tendré que volver al avión por provisiones. —

— ¿Por qué dices "tendré"? —

—No quiero que tu vuelvas ahí, mejor quédate aquí cuidando a los pokémon. —Trate de convencerla.

Ella pareció meditarlo un poco.

—Pero así terminaríamos más rápido… —

—Déjalo ¿Si? No hay necesidad que vuelvas a entrar ahí si no quieres. —

Ella me sonrió agradecida y se quedó cuidando a nuestros pokémon, sobre todo a Axew, quien seguía dormido en su regazo. Regrese al avión y respirando profundo me adentre en él. No sé si solo era mi imaginación, pero el olor a muerte se sentía por todo el lugar y me daba unas ganas horribles de salir corriendo de ahí. Haciendo de tripas corazón, empecé a buscar en todos los compartimentos aéreos que se utilizaban para guardar las maletas de mano. Agarre todas las maletas que pude y las fui a dejar afuera del avión. Repetí el proceso unas pocas veces más, ya que no iban muchos pasajeros, y por ende, tampoco muchas maletas.

Pude contar que había sacado unas quince maletas del lugar. Todas con ropa, artículos electrónicos, etc. Revise que no hubiera quedado absolutamente nada más en el avión y empecé a llevar todas las cosas hacia la playa. Cuando llegue con la primera tanda de maletas, Serena llego corriendo a ayudarme con algunas. Había hecho una especie de lecho con algunas hojas de palmera caídas y había dejado a Axew sobre ellas, en la sombra. Entre Serena y yo logramos jalar el pequeño grupo de equipaje en unas cuantos viajes. También me traje un kit de primeros auxilios que había en el área de las azafatas, así como toda el agua, frescos, gaseosas, galletas y panes que había.

Serena y yo llevábamos algunas pociones, antídotos, anti paralizantes, etc. Aun así no llevábamos mucho más. Un par de pokebolas vacías, la tablet de Serena, nuestras pokedex y una muda de ropa de cada uno. Tuve la idea de abrir la puerta de la bodega del avión, pero cuando intenté llevar a cabo mi acción me di cuenta que era imposible abrir la puerta, ya fuera porque se averió o por que los aviones estaban diseñados así, no lo sabía.

Me le quede viendo a todas las provisiones que había enfrente de nosotros y fue allí cuando realmente me di cuenta de la gravedad del asunto. Estábamos Serena, Pikachu, Sylveon, Axew y yo varados en una isla remota, por tiempo indefinido y con víveres limitados para sobrevivir. Me agarre la cabeza tratando de neutralizar el dolor de cabeza que amenazaba con desbalancearme. Estábamos en un aprieto, en uno muy serio.

Me senté en la arena sin saber cómo proceder. No podía dejar a mis pokémon y a Serena a su suerte, pero tampoco sabía cómo sobrevivir en un lugar desierto. Trate de aclarar mis pensamientos y ordenar mis ideas, por el momento teníamos comida y bebida, sin embargo no contábamos con ningún refugio, si no contábamos el avión, y sinceramente la idea de volver al lugar me daba escalofríos.

Sentí que alguien se sentaba a la par mía y apoyaba su cabeza en mi hombro. No sabía si me alegraba o entristecía que Serena se encontrara conmigo. Gran parte de mi preocupación era por ella y por su bienestar, pero también tenía miedo por Pikachu y por mí mismo. Tenía miedo de no volver a ver a mis familiares ni a mis pokémon de tener que quedarnos ahí para siempre. Y ese era mi dilema, por un lado me sentía más calmado sabiendo que Serena me acompañaba, que no estaba solo. Pero también sabía que esto le afectaba a ella también. Me puse a pensar si prefería que ella se encontrara a salvo en Kalos, aun cuando yo me encontrara completamente solo en la isla.

Esos contradictorios pensamientos pasaban por mi cabeza al tenerla tan cerca mía. Me sentí tan malditamente egoísta por estar disfrutando el momento a pesar de las circunstancias. Éramos náufragos en una isla desierta, la entrenadora de Axew había muerto y el pobre estaba desconsolado, nuestras provisiones eran limitadas y aun así estaba disfrutando ese momento.

Fue entonces cuando me di cuenta que debía sacarlos de ese lugar, vivos. No importaba cuanto me costara, tampoco los sacrificios que tuviera que hacer, innumerables veces había dormido y viajado a la intemperie por todas las regiones por las que había pasado, sobrevivir no sería tan diferente ¿Verdad?

POV Clemont

Me encontraba pasando canales de manera aburrida. Hacía días que no llegaba ningún retador al gimnasio y por alguna razón estaba teniendo un bloqueo creativo, por lo que no se me ocurría algo que inventar. Desde que Ash y Serena habían partido, no le hallaba mucho sentido a la vida simplemente aceptando a retadores en el gimnasio o inventando cosas. Nunca había viajado, pero cuando lo hice me sentí bien, contento, y aprendí muchas cosas.

Estaba a punto de cambiar programa otra vez cuando vi una noticia interesante. Al parecer un avión se había desplomado en el océano. No tuve más información por el hecho que acababan de irse a comerciales. Dado que la noticia se me hacía interesante, me dispuse a esperar que los anuncios llegaran a su fin para obtener más detalles. Oí unos ruidos en la habitación de al lado, seguido de una puerta que se abría y por ultimo alguien entro en la sala donde yo me encontraba. Supuse que era Bonnie, pero grande fue mi sorpresa al ver una cabellera rubia distinta a la de mi hermanita.

Korrina se sentó al lado mío mientras me dirigía unos somnolientos "buenos días". Yo le regrese el saludo y nos quedamos de esa manera, sin saber que más decir. Yo me estaba devanando los sesos por algo coherente para iniciar una conversación.

—Eh… ¿Quieres un poco de café? — Fue lo mejor que se me ocurrió, aunque viéndolo de esa manera no estaba tan mal ¿O sí?

Al parecer no, ya que me respondió de manera afirmativa mientras una sonrisa agradecida adornaba su cara. Yo me levante y me dirigí a la cocina, puse el agua y el café en la cafetera y lo deje calentar. Mientras eso sucedía mi mente estaba tratando de encontrar alguna manera de no decir estupideces o cosas sin sentido enfrente de la rubia.

Cuando Ash y Serena se fueron, Korrina vino a Luminalia a despedirlos, y de paso a conocer mejor la enorme metrópolis. Junto a mi hermana le ofrecimos hospedaje en nuestra casa mientras estuviera visitando la ciudad, bueno, lo de junto no está correctamente dicho, ya que la que insistió hasta la muerte fue mi hermana, yo solo di mi aprobación. Y no era porque me disgustara la presencia de la líder, todo lo contrario, pero el saber que se quedaría en nuestro hogar me ponía nervioso por alguna razón. No terminaba de comprender por qué había empezado a actuar de esa manera, y es que Korrina siempre había sido una chica enigmática desde mi punto de vista científico. Siempre había visto a mi hermana tratar de conseguirme una novia para que me cuidara cuando ella ya no pudiera hacerlo. Siempre lo vi como algo bochornoso por el hecho que mi hermana pareciera más responsable y madura que yo y que por alguna razón tendría que hacerse cargo de mí. Sin embargo cuando se lo había sugerido… bueno, implorado a Korrina, no sentí vergüenza por ese hecho, si no que fue la imagen de nosotros de esa manera lo que me provoco la sensación de bochorno.

Me perdí tanto en mis pensamientos que apenas note cuando el café ya estaba listo. Lo serví en las tazas, puse el azúcar y la crema en una bandeja. Deje las cosas en la mesita de la sala y me dispuse a preparar mi café. Los anuncios habían terminado y la noticia del avión había empezado otra vez. Tanto Korrina como yo empezamos a tomar nuestras bebidas mientras no despegábamos la vista de la pantalla.

El accidente se confirmó el día de ayer a las veintiuna horas al perder señal en el radar y no recibir transmisión por parte del piloto. El vuelo, que era procedente de ciudad Luminalia en Kalos, se dirigía a la región de Kanto mas nunca llego a su destino… Se nos acaba de informar que se trata del vuelo siete cuatro siete de Kalos Airlines. Las autoridades han ordenado investigaciones inmediatas…

Mi brazo tembló por el shock, no podía ser, no. Saque mi celular de mi bolsa y empecé a buscar mi última conversación que había tenido con Ash. La noche previa a la que ellos partirían tuve que atender algunas obligaciones como líder y no había podido hablar directamente con ellos, sin embargo… Revise la conversación y al encontrar lo que buscaba, se oyó un "crack" y sentí algo caliente en mi pie. No fue hasta segundos después que me di cuenta que ese ruido había sido mi taza al romperse contra el suelo.

— ¡Clemont! ¿Qué te ocurre? — Korrina se exalto por la taza caída.

Yo no pude hablar, no tuve las fuerzas. Por toda contestación le pase mi celular, todavía aturdido. Ella leyó lo que ponía e inmediatamente se tapó la boca con la mano, reprimiendo un grito y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—No puede ser… —

(Clemont: Y ¿A qué horas sale el vuelo?

Ash: Sale a las cuatro de la tarde, nuestro vuelo es el 747 de Kalos Airlines…)
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Gracias a Lionflute por su análisis, espero haber mejorado en más de algo.

 

K.O de un golpe

POV (Serena)

Me levante de la arena y sacudí mi ropa. La situación no me gustaba para nada, ni para mí, ni para los pokémon. La situación de Axew había terminado por romperme. Verlo tan pequeño, tan inocente, tan desprotegido, me conmovió por completo. En alguna parte de mi mente se encontraba el abrumador hecho de que estábamos perdidos en una isla, pero no lograba terminar de asimilarlo. El hecho de tantas vidas que nos habían dejado en un abrir y cerrar de ojos era una prioridad en mi cabeza, y sospeche, que aunque tuviera una cama regular para dormir, esa noche no podría pegar un ojo.

Vi como Ash reaccionaba ante mi súbito movimiento, al parecer el también había estado ensimismado en sus pensamientos, su gesto de profunda concentración y preocupación no pasaban para nada inadvertidos.

Oí un ruido de advertencia de parte de Sylveon e inmediatamente me puse en guardia, lista para ordenarle a Sylveon que atacase de ser necesario. Me sorprendí al ver un par de feroces ojos que estaban fijos en nuestra dirección. Me percate también que sus ojos eran exorbitantemente grandes y de color rubí. No fue hasta que se acercó un poco más que comprobé que de hecho, estaban hechos de rubí. Se movía de manera rara, como temblando y nos veía de manera amenazadora. Sin embargo de amenazador no tenía nada, era bastante pequeño y la forma en la que trataba de intimidarnos era de hecho, graciosa.

Saque mi pokedex, que había salido librada del choque, para saber que pokémon era. El aparato me informo que se trataba de Sableye, un pokémon solitario que habitaba cuevas y rara vez se le veía a la luz del sol.

Esta explicación información me hizo pensar que habría alguna cueva cerca, y que el pokémon al sentirse amenazado, ya fuera por la caída del avión o por nosotros, había salido. Esa era la respuesta más lógica, sin embargo la sonrisa sádica que adornaba su rostro me informaba otras cosas. Llamé a Sylveon a mi lado, y ella acudió al instante, presta a combatir. Ash, quien recién se daba cuenta de la situación actuó rápido y en un segundo ya estaba a mi lado con Pikachu.

El combate parecía bastante fácil, pues éramos dos contra uno y mi Sylveon era eficaz contra Sableye, sin embargo la cosa se complicó pues de la nada empezaron a verse más ojos rojos que se acercaban, eso me desconcertó aún más, pues se supone que estos pokémon son solitarios y evitan la compañía de los de su especie, de cualquier especie en realidad.

Ash y Pikachu instantáneamente se pusieron a mi lado para combatir la amenaza, uno de los Sableye se lanzó contra nosotros y esa fue la señal para empezar a luchar. Con un poderoso impactrueno, Pikachu los obligo a retroceder. Sabiendo de la eficacia de Sylveon contra el tipo siniestro, ordene un viento feérico, acción que mi pokémon fue pronta a realizar. El golpe fue efectivo y algunos de ellos corrieron a esconderse, sin embargo, otros; el que nos atacó de primero entre ellos, eran persistentes.

De pronto, el que estaba más cerca de nosotros creo una especie de aura morada con sus manos, acto seguido, una energía muy parecida rodeo a Pikachu, y acto seguido el Sableye se lanzó a gran velocidad hacia Pikachu, quien no pudo esquivar el ataque y fue golpeado por él. Grande fue mi sorpresa al ver que Pikachu caía completamente fulminado por el ataque, completamente debilitado. Dirigí una mirada sorprendida hacia nuestro amigo caído, y pude notar que la cara de completa incredulidad de Ash se tornaba en una de preocupación mientras corría hacia su compañero.

— ¿Pero cómo demonios?... —

POV (Clemont)

Trate de ordenar mis pensamientos y pensar con coherencia, siempre había sido mi manera de manejar las situaciones, ¿Por qué seria esta vez diferente? Ah sí, claro, mis amigos estaban náufragos, o lo más probable muertos en algún lugar del océano. Me maldije a mí mismo por estarme contestando de manera irónica a mí mismo, y mucho más por siquiera pensar que mis dos mejores amigos estuvieran probablemente conociendo a Arceus cara a cara.

No, no podían estar muertos, la idea todavía era confusa en mi mente, y a pesar de estar en shock, no terminaba de asimilar bien la noticia. A ver, un avión con muchas personas dentro, entre ellas mis amigos, se había estrellado en algún punto del mar, y talvez, solo talvez, había una mínima posibilidad de que se encontraran vivos, y si ese era el caso, no tenía tiempo que perder para buscarlos. Era cierto que había muy pocas probabilidades de eso, pero siempre había considerando la estadística una rama de la ciencia muy inexacta, y que por lo tanto, no le agradaba mucho. Si había una, por lo menos una mínima posibilidad de que estuvieran vivos, la tomaría, no había tiempo que perder.

Y haciendo algo útil desde que me había enterado de la noticia, me levante. Korrina, detectando mi movimiento volteo hacia mí su cabeza.

— ¿Qué estás haciendo, Clemont? — Por la vagues de sus palabras, supuse que aún no se había recuperado del shock.

—Aséate y vístete — Le dije, sin tiempo para explanarme en detalles —Empaca un poco de ropa, si lo deseas y te veré en diez minutos — Todo esto lo dije mientras empezaba a ir de aquí para allá, pensando en alguna idea y arreglando mis cosas.

— ¿A dónde vamos? — La cara de Korrina se veía consternada y asustada.

—A donde sea que seamos útiles… —

POV (Bonnie)

Me desperté turbada y bastante cansada de mi sueño, me parecía incluso que estaba más cansada que cuando me dormí. Mi sueño no había sido nada agradable, e interprete eso como una mala señal, sentía que algo no andaba bien. Me dirigí al cuarto de baño, me quite mi pijama de Tyrunt, me asee y después de ponerme mi habitual broche, baje a la sala junto a Dedenne, que recién se despertaba. Baje las escaleras, y me topé con la escena que daría comienzo a todo.

Korrina se encontraba sentada en el sillón, con un café entre las manos, al cual no le estaba poniendo mucha atención, y parecía no tener muy claro que tenía que hacer, eso me extraño, pero lo que contrario fue ver a mi hermano, con toda parte derecha de su pantalón y zapato salpicada de café, sin que eso le preocupara lo mas mínimo, al parecer. Iba y venía de un lado al otro del recinto, sin embargo no con sus aires de nerd como siempre, sino que esta vez pude observar una mirada de determinación y preocupación en su rostro que rara vez le veía.

—Eh…Buenos días, díganme, ¿Qué está pasando aquí? —

Korrina salió de repente de su aletargo mientras sacudía violentamente su cabeza, mientras mi hermano detenía su "de aquí para allá"; ambos recién notando mi presencia.

Clemont volteo a ver de manera nerviosa a Korrina, ella solo asintió con la cabeza, con la misma cara que él. Tuve un muy mal presentimiento de lo que me contarían, y sin poder evitarlo, trague en seco…

POV (Serena)

Me quede anonadada ante lo que acababa de presenciar, Pikachu acababa de quedar completamente K.O a causa de un simple movimiento del Sableye, que en esos momentos nos veía de manera burlona, y con todos los ánimos del mundo de atacar de nuevo.

Ordene a Sylveon que atacara de nuevo con viento feérico, más el Sableye, ni lento ni perezoso, encontró cobijo bajo unas rocas hasta que el peligro paso. Acto seguido salió de su escondite, y empezó a atacar a Sylveon con ases de luz negra, los cuales fueron fácilmente esquivados por Sylveon. En una de esas, los ataques de Sableye cesaron, y yo estaba a punto de ordenarle a Sylveon que contraatacara, cuando vi que el pokémon duende se volteaba y empezaba a dirigir sus proyectiles hacia mí. Sylveon también se dio cuenta, pero gracias a que había tenido que esquivar los ataques de Sableye se encontraba muy lejos de mí, y nunca llegaría a tiempo. El muy maldito lo había pensado muy bien. Cerré los ojos y cruce los brazos, esperando un impacto que nunca llego. Lo único que sentí fue una onda de calor bastante intensa que provenía de delante mía.

Sorprendida abrí los ojos, y me quede aún más estupefacta al ver la inmensa cortina de fuego que se alzaba enfrente mía. No fue hasta que baje la mirada, que di con el creador de la gigantesca llama. El pequeño Axew se había parado enfrente de mí y había pulverizado el ataque del Sableye. Este, al ver la potencia del ataque, salió huyendo del lugar mientras mascullaba en su idioma.

Caí al suelo, mientras todos los demás se acercaban a ver si estaba bien. Me quede viendo al pequeño pokémon dragón, a quien todavía le salía humo por la boca y los orificios de la nariz, fieles pruebas de que lo que había pasado allí era en serio. Ese tipo de poder era más propio de un Haxorous. ¿Cómo era tan fuerte Axew?

Vi entonces en su cuello algo que no había visto antes, y es que portaba un fino collar, el cual sujetaba una pequeña y delicada piedra de color gris, similar a un guijarro común y corriente, pero que me sonaba vagamente familiar. Tratando de identificar la piedra, me recordé que, desde un encuentro que habíamos tenido con el campeo de Hoen, Máximo Peñas, nos había regalado una actualización para nuestra pokedex con la cual podríamos identificar cualquier piedra que nos encontráramos, ya fuera para evolucionar o incluso mega evolucionar a algún pokémon. Ciertamente esa función me venía en esos momentos como anillo al dedo, así que sin perder tiempo, y ante la mirada inquisitiva de todos, excepto Pikachu quien reposaba en los brazos de Ash aun inconsciente, saque mi pokedex y la apunte hacia la piedra. El aparato me indico que había reconocido tanto a un pokémon como a una piedra, y que tenía que elegir de cuál de los dos quería información. Aprete el icono de la piedra, y en ese momento se aclararon mis dudas. La pokedex me informo que la piedra era una piedra eterna, y que servia para evitar la evolución de cualquier pokémon.

—Es decir… ¿Qué tu deberías ser un Haxorous o un Fraxure? — Le pregunte sorprendida a Axew.

El pequeño dragón ladeo un poco la cabeza, como tratando de entender mi pregunta, antes de afirmar lentamente con la cabeza.

—¿Y por que te pusieron la piedra eterna? ¿Acaso no querias evolucionar? —

Esta vez negó con su cabeza, mientras se sentaba en el suelo.

Yo no segui con mas preguntas, en primer lugar, por que tenia cosas mas importantes que hacer, como por ejemplo, sanar a Pikachu.

Como si me leyera la cabeza, Ash se dirigio a mi;

—Mmm Serena ¿Podrias encargarte de Pikachu por favor? Creo que sere mas útil tratando de buscar algo para dormir, según lo que veo, pasaremos la noche en este lugar. —

Yo asentí y recibi a Pikachu de manos de Ash, quien se perdio inmediatamente en la espesura de la jungla. Pude ver la frustración en sus ojos y la entendí a la perfección. ¿Cómo un pokémon salvaje habia podido vencer tan fácilmente a Pikachu? Revise al susodicho, y a pesar de estar desmayado, no parecía tener ninguna herida física grave, por lo que buscando en mi botiquín encontré un revivir y rápidamente se lo administre. Pikachu despertó, mas estaba demasiado débil como para poder hacer algún movimiento. Sabiendo el temperamento de nuestro amigo amarillo, sabia que se pondría igual, o incluso peor que su entrenador.

Revise mi botiquín, mis provisiones eran en realidad escasas, nunca imagine siquiera que tendría que usar algo de allí para un simple viaje a Kanto. Si las cosas seguían asi, los medicamentos se acabarían… ¿Y entonces qué?
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Ya se, ya se; un capitulo asi no justifica la tardanza, ni mucho menos. Admito que no puedo culpar simplemente a las obligaciones que tengo, pues igual también tuve tiempo antes, pero he andado con una falta de inspiración brutal últimamente. No puedo negar que la pereza (aquí le llamamos hueva) me consumio bastante, pero espero sepan perdonarme, y aquí les dejo el capitulo….Ya ni me acuerdo que capitulo es, espérenme un rato mientras veo. (suena música incomoda de elevador) ¡Capitulo numero 4!
Muchas gracias a todos por el apoyo que me están brindando, en serio. Los quiero a todos (cara de marica nivel mil, activada)

Rest In Peace

Altaír

 

Divirtámonos un rato ¿no?

Ese ataque…ya lo he visto antes, aunque no recuerdo bien donde… Me sentí ligeramente avergonzado de la frustración que sentía, Pikachu era mi pokémon desde hacía años y perdimos así como ganamos muchas batallas, entonces ¿Por qué me sentía tan mal? Bien era cierto que últimamente no perdíamos muchas peleas, ya que tanto él como yo nos habíamos vuelto fuertes, ¡y era un Sableye! ¡Habíamos luchado, e incluso vencido a mega-evoluciones! ¿Cómo era posible que un simple ataque venciera de manera tan fulminante a Pikachu? Eso solo podía ser trampa…trampa ¿Por qué de repente esa palabra sonaba tan coherente? Una especie de idea se empezó a formar dentro de mi mente, aunque no la entendí bien, y decidí dejarla allí, tenía cosas más importantes de las cuales preocuparme de todos modos.

Regrese, solo para ver a Pikachu recuperado y a Serena de aquí para allá, consiguiendo ramas para hacer leña, me di cuenta entonces que en realidad, nuestra prioridad era sobrevivir, y mejor empecé a ayudarla. En poco tiempo logramos juntar suficientes como para hacer una buena fogata, las pusimos lo mejor que pudimos.

—No debería ser muy difícil —Dije mientras agarraba una piedra, una rama, y empezaba a hacer fricción. Sin mucho éxito, debo añadir.

Vi de reojo como Serena se reía un poco de mí, antes de decirle algunas palabras a Axew, este asintió, y antes de que ninguna idea viniera a mi mente, una enorme bola de fuego salió de su boca y encendió, más bien incendio, la fogata. Me hice rápidamente a un lado al sentir el calor, y me sentí como un completo idiota al ver la cara de "Estoy a punto de llorar de la risa" de Serena y de los pokémon.

Me maldije a mí mismo.

"Claro idiota, Axew sabe usar lanzallamas, lo uso hace unos momentos para ahuyentar a los estúpidos Sableye ¿Lo recuerdas? ¡¿Lo recuerdas Ketchum?! ¿O es que eres tonto? ¿Qué diablos pasa contigo?" A pesar que todo esto se estaba reproduciendo solo en mi mente, mi cara debió ser tal, que Serena se dio cuenta de la frustración que sentía.

—Ash, de verdad, no quise reírme de ti, es solo que tu cara…Perdona ¿sí?

Serena se acercó y me paso una mano por el hombro. Yo negué lentamente con la cabeza.

—Ya sé que es solo una broma, en realidad, no estoy seguro de por qué me estoy comportando así, supongo, es la frustración de estar aquí combinada con la que sentí al ver a Pikachu derrotado. —Sonreí con ironía —No sé si la segunda es también a causa de la primera, o si de verdad me sentiría así de haber pasado en el mundo real. —Voltee mi mirada a las estrellas. —Tal vez…

Una idea se cruzó de repente por mi mente, una que tal vez sería la razón por la cual me sentía así. Tal vez sentía esta frustración por el hecho de que, de no haber sido por Axew, quien sabe lo que le hubieran hecho a Serena, tal vez, porque no me siento capaz de protegerla.

"Convéncete a ti mismo de eso campeón, si alivia tu conciencia, de cualquier manera, se oye más noble que te sientas mal por no poder ayudar a tu damisela en peligro, a oír que te sientes mal porque no pudiste derrotarlos. ¿Daña menos tu orgullo la primera opción?"

Voltee hacia los lados, completamente confundido, hasta que me di cuenta que solo era mi cabeza jugándome una mala pasada. Pero ¿Y si tiene razón?

—Ash… ¿Seguro que estas bien? Últimamente te estas comportando como…ido. —

La voz de Serena me saco de mi especie de letargo. ¿Cómo diablos le hacía para no pensar en eso? Normalmente yo era el despreocupado y ella la que velaba por nuestro bienestar ¿Cómo podía estar tan tranquila?

—Disculpa, es que…en realidad todavía no proceso bien todo lo que nos está pasando. —

—Es difícil, pero…no es como si el mundo se acabara, en realidad, la situación no es tan diferente a como es siempre, lo único es que no hay centros pokémon cerca…ni gimnasios, por lo que creo que será un poco insoportable para ti. —Lo último lo dijo con una pequeña risa

Yo me reí también, contento de tener un momento de normalidad, bromeando como cuando estábamos en Kalos.

El cielo se empezó a poner de color naranja oscuro.

— ¿Qué hora crees que es? —Me pregunto Serena de manera informal.

—De hecho, recuerdo de una manera bastante interesante para saber la hora, ¿quieres aprenderla?

Ella me dirigió una mirada curiosa.

—Claro —Respondió mientras se levantaba de la arena y se sacudía. — ¿Qué debo hacer?

—Bueno, primero tienes que ponerte en un lugar donde puedas ver bien el sol, por ejemplo…En cualquier lugar de esta playa, de hecho. Ahora, párate a la par mía y sigue todas mis instrucciones.

Ella obedeció.

—Ahora, necesito que con una vara o con tu pie hagas un círculo alrededor tuyo.

Ella se quitó el zapato y con la punta del pie trazo el circulo que le indique, yo hice lo mismo.

—Bien, siempre dentro del círculo, has una raya justamente donde quedas viendo de frente al sol, luego haz otra justamente cuarenta y cinco grados a la derecha.

Ella lo hizo y luego volteo hacia mí, expectante.

—Ahora lo último. —Apenas pude contener la risa. —Sacas de tu bolsillo la pokedex y revisas la ho…

No pude terminar la oración pues una oleada de arena me golpeo el rostro, me empecé a reír de manera descontrolada mientras escapaba de una medio-enojada Serena.

— ¡La vas a pagar Ketchum! ¡Nadie me ve la cara de esa manera!, ¿me escuchas? ¡Nadie!

Yo solo me seguí riendo mientras corría al mar para lavarme la cara. Me metí hasta que el agua me llego a los tobillos y espere a que llegara la ola. Sin esperarlo, algo cayó con fuerza sobre mí, haciéndome perder el equilibrio y finalmente caer, solo para que pasara la ola y me empapara por completo. Voltee como pude la cabeza y pude ver a Serena a horcajadas sobre mí, con cara triunfante y la parte de debajo de su ropa igual de empapada.

— ¡Mas te vale haber aprendido la lección de que les pasa a los que me hacen algo así! —Su voz iba cargada de picardía y tono de broma.

Levante las manos en un gesto de rendición, aunque en realidad era un señuelo. Cayó. Se levantó de encima de mí, y justo en el momento en el que lo hizo, entrelace mis piernas con las suyas, y la impulse, haciéndola caer al agua.

—Más te vale no confiar enteramente en mí —Le dije con el mismo tono que ella había usado antes.

Y así empezó una guerra de agua, la cual tuvo que terminar debido a que la noche se acercaba más y más. Por mutuo acuerdo, declaramos una tregua y salimos del agua. Inmediatamente nos enfocamos en como pasar la noche, a pesar que la mayor parte ya la habíamos arreglado. Abriendo una de las puertas de emergencia del avión, habíamos conseguido uno de los toboganes de emergencias que se encuentran en las puertas, y lo habíamos arrastrados hasta el lugar. Para evitar a los pequeños crabby, pusimos hojas de palmera caídas. Con esos preparativos supusimos que sería suficiente. Habíamos agarrado también las mantas que ofrecen las azafatas a los pasajeros del avión, para ponerlas debajo de nosotros y por si hacia frio.

Descartamos por mutuo acuerdo el utilizar el avión para dormir, en primera, porque estaba demasiado metido en la selva, lo que era bastante peligroso, además que el olor a muerte seguía allí, y no me sentía capaz ni en condiciones de sacar los cadáveres. Moví ligeramente la cabeza y me di cuenta de otro problema que teníamos, debíamos secarnos para pasar la noche. Con la ayuda de Pikachu y los pokémon, pusimos unas ramas cerca de la hoguera, que usaríamos para secar nuestra ropa. Decidimos cambiarnos por turnos, cerca de nosotros había unos arbustos que colindaban con el bosque, por lo que decidimos ir allí, con nuestros pokémon, por si acaso.

Ya que éramos unos adolescentes duros y maduros que son capaces de tomar decisiones sin recurrir al chantaje, decidimos hacerlo al piedra, papel o tijera. Debido a inconformidades, jugamos el dos de tres, el tres de cuatro, y así hasta el seis de siete, del que resulte victorioso. Y así, agarre una de las toallas que teníamos, unas mudadas que habían en el avión y que seguramente me quedarían grandes, y me fui con Pikachu a cambiar.

— ¿Qué opinas de la situación, Pikachu? — Le pregunte

El solo me vio con ojos cansados y ligeramente resentidos, claro, si a mí me había sabido mal la derrota contra el Sableye, para Pikachu había sido peor.

—Tranquilo amigo, hemos tenido peores ¿no? —Trate de animarlo mientras me terminaba de vestir.

Pikachu asintió, aunque también toco involuntariamente el collar que llevaba en el cuello. Algo hizo "clic" en mi cabeza.

—Claro —Empecé a murmurar —Es por eso que te dolió tanto perder, por qué piensas que ni aun con tu bolaluminosa pudiste vencerlo.

Pikachu asintió con tristeza.

—Descuida, recuerda que lo que hace la bolaluminosa es duplicar tu ataque y tu ataque especial, no tú defensa, no te sientas mal por eso, recuerda que tu poder se encuentra en tu ataque y tu velocidad, tu defensa… —Pude ver la cara molesta que me dirigía mi amigo —Bueno…tienes mucha resistencia, es algo que reconocer.

Tuve la suerte de que justo llegamos a donde estaban los demás, le avise a Serena que era su turno, y vi como ella junto a Sylveon desaparecían en el arbusto, me permití suspirar rápidamente y puse mi ropa mojada en la vara cerca del fuego, solo esperaba que no se quemara…

POV Serena

Me puse la ropa y no pude evitar sentirme algo incomoda. Llevaba en mi bolsa de mano una blusa, así como un short, que eran algo así como una pijama, sin embargo, la blusa era demasiado…comprometedora para mi gusto, así que mejor opte por una camisa blanca sencilla de cuello V, la cual por cierto era de hombre y varias tallas más grande de lo que yo era, por lo que me llegaba un poco más abajo que el short, además que me colgaba por los lados.

—Y bien… ¿Cómo me veo? — No sé si la pregunta fue a Sylveon o a mí misma, o si en serio quería una respuesta, en una isla desierta lo que menos debería importar es la apariencia. Igual, no podía hacer nada por ese motivo, así que era mejor dejarlo así, Sylveon, por su parte, opto por quedarse callada y no decir nada…en su idioma claro.

—Sylveon… ¿tú crees que el destino nos puso aquí a los dos? ¿Sera algo así como una señal? Sabía que en el fondo me engañaba, y sin embargo…nada costaba soñar, de cualquier manera tendría mucho tiempo para averiguarlo.

Salimos del arbusto y nos encaminamos hacia donde habíamos hecho la fogata. Ash se encontraba sentado en el tobogán inflable, con Pikachu y Axew a su lado mientras le sacaba punta a una rama recta y alta con una pequeña navaja suiza.

— ¿Dónde conseguiste eso? Si apenas dejan llevar agua en botella en el avión, ya van a dejar pasar una navaja. — Tenía bastante curiosidad de saberlo.

—En realidad, venia en un kit de supervivencia que había en el avión —Mientras decía esto no despego los ojos de la lanza.

— ¿No es peligroso llevar eso en un vuelo aunque sea de emergencia? —

—Creo que solo puede ser abierto o se abre automáticamente en caso de choque o algo así, venia en una caja que estaba enrollada en el tobogán. — Levanto la vista momentáneamente hacia mí, para luego bajarla y volverla a subir al instante, pero de manera diferente. La primera vez fue desinteresadamente, pero en este momento, podría jurar que recorrió todo mi cuerpo antes de llegar a mis ojos, este pensamiento me puso exageradamente nerviosa.

—Ash… ¿Qué paso? —

— ¿Ah? ¿Q-que?

Podría jurar que algo cambio en su mirada.

 

Lo Maravilloso De Atreverse

"Es…tan…hermosa"

Fue el único pensamiento que se cruzó por mi cabeza en el momento en que la vi. La camisa, tres o cuatro tallas más grandes que lo que debería le llegaba hasta poco después del nacimiento de los muslos. Estaba casi seguro que llevaba un short debajo, pero este no se veía, provocando la sensación que en realidad su única prenda era la camisa. El cuello "V" era también demasiado grande para ella, dejando en vista gran parte de su clavícula. Su pelo levemente mojado la hacía ver aún más adorable. En resumen, yo estaba en un shock hormonal demasiado fuerte. Cuando por fin recordé el lugar, la situación, y la posición en la que me encontraba, no pude menos que sonrojarme fuertemente por la vergüenza. Pude ver como ella también se ponía bastante cohibida, y me di cuenta que probablemente la había estado observando como un depredador a su presa. Voltee la vista lo más rápidamente que pude, esperando que no pensara cualquier cosa rara. Sin saber muy bien que hacer, empecé a jugar con la navaja suiza que tenía en la mano.

Serena también parecía como paralizada, con el rabillo del ojo pude ver como sacudía un poco la cabeza y se sonrojaba ligeramente antes de poner toda su ropa junto a la mía en la vara de madera. Después se sentó a la par mía en el colchón inflable, bueno, algo separada de mí. Temí que fuera por la mirada que le había lanzado hacia unos momentos. Me tranquilice un poco cuando le sonreí tímidamente y ella devolvió la sonrisa, pero igual, en esos momentos no tenía el valor para empezar una conversación.

Sin saber muy bien que hacer, deje la navaja en su estuchito y me acerque a echarle más hojarasca al fuego. Voltee a ver el cielo, no había nubes, pero no contaba con que eso durara para siempre, mañana empezaría a planear cómo hacer una señal para que nos rescataran, y siendo pesimista, también a hacer un refugio, teníamos que aceptarlo, nuestra estancia en este lugar era indefinida. También teníamos que contar el hecho que ya estaba empezando a hacer bastante frio. Había leído en algún lugar que en los desiertos y los trópicos hace mucho calor de día y mucho frio de noche. Vi con preocupación las mantas que estaban sobre el colchón, y aunque parecían bastante tibias, también eran muy pequeñas y no llegaban a cubrirnos ni la mitad. También nuestro alimento era escaso, pero lo que más me preocupaba era la posible falta de agua dulce en el lugar. Aunque claro, si había vegetación, había agua ¿no? Trate de relajarme y me acerque a la ropa, para verificar si seguía húmeda, y también para prevenir que se tostara. Empecé a revisar prenda por prenda, hasta que algo me descoloco.

Colgado, y un poco escondido entre las otras ropas, se hallaba un sujetador de color rosa. Me quede pensando un momento ¿habría traído otro sujetador en su bolsa? Y mucho más importante aún, me voltee hacia ella y mi cerebro no pudo evitar hacerse la pregunta ¿lo llevaría puesto en ese instante? El simple pensamiento hizo que mi temperatura se incrementara bastante. ¿Qué demonios pasaba conmigo?

POV (Clemont)

Como líder de gimnasio de ciudad Luminalia, tenía bastante influencia, así como amigos en el ministerio de gobernación de Kalos. Deje a Bonnie con Clembot en el gimnasio, sin decirle en realidad a dónde íbamos, mejor si tardaba en enterarse del suceso. Después de un breve viaje en coche llegamos a las oficinas del estado. Nos apresuramos hacia la sección de seguridad regional. Lo primero que vimos fue a la secretaria de la sección.

—Buenos días señor Clemont, ¿Qué lo trae por aquí?

—Vengo por el incidente del vuelo 747 de Kalos Airlines ¿podría darme información acerca del tema?

—Kalos está uniendo fuerzas con Kanto para poder encontrar el avión. Expertos ya empezaron a investigar. La demás información fue decretada secreta por el comandante Hope.

No pude sino pensar en la ironía de su apellido.

— ¿Qué tenemos que hacer en el caso que queramos ayudar?

La secretaria pareció meditarlo un poco.

—Tendrían que preguntarle al comandante.

— ¿Se encuentra en estos momentos? —Pude oír la ansiedad en mi propia voz.

—Sí, veré si puede atenderlos, un momento por favor.

Yo asentí con la cabeza y nos fuimos a sentar a las sillas de espera del lugar. La secretaria agarro el teléfono e hizo unas llamadas. Luego me volteo a ver.

—Podrá atenderlos dentro de un momento ¿no les importa esperar?

Los dos negamos con la cabeza, claro que no nos importaba esperar. Al cabo de unos quince minutos la secretaria nos hizo señas para que nos acercáramos.

—El comandante ya los puede recibir, oficina trescientos quince, sigan el pasillo hasta el final, es la última.

Le dimos las gracias y nos pusimos en marcha hacia la oficina que nos había indicado. Al llegar, toque con los nudillos a la puerta, a lo que oímos un inmediato "adelante". Entramos y nos encontramos al comandante de las fuerzas de rescate Richard Hope vestido con uniforme militar detrás de su escritorio. Se veía estresado y cansado y no era para menos, su departamento estaba lidiando en esos momentos con una crisis bastante grande. Un avión con posibles sobrevivientes se había estrellado en algún lugar del océano. Sonrió con cortesía pero también con cansancio a los visitantes.

—Dos líderes de gimnasio me visitan de repente y los teléfonos tampoco dejan de sonar, siempre que ocurren estas cosas me vuelvo muy popular ¿sabían?

Nos reímos ligeramente por su chiste.

—Señor, es de suma prioridad para nosotros el ayudar en la búsqueda de los sobrevivientes del avión perdido. Necesitamos ser de alguna ayuda señor.

El comandante levanto las cejas con asombro.

— ¿Alguna razón en particular?

—Mis amigos iban en ese avión…—

—Oh dios, cuanto lo siento—

—Necesitamos poder ayudarlo comandante. —

—Bueno, viniendo de otra persona lo hubiera considerado un estorbo, pero viniendo de alguien tan brillante como el líder de Luminalia… Creo que nos serás de mucha ayuda.

El comandante saco un mapa manchado ya con marcadores y lo puso sobre la mesa.

—Nuestro principal problema es que no fue reportada ninguna señal de peligro, lo que no nos ayuda a limitar el área de investigación. Debido a no tener indicios, no sabemos en qué momento dejo el radar de emitir señal, si antes de que se estrellara o en el momento. Por ahora tenemos un área de búsqueda de ciento cincuenta y seis kilómetros de diámetro. Sin embargo, si hay sobrevivientes, podrían haberse desplazado fuera de esta área.

— ¿Ya tienen a gente buscando?

—La zona que está siendo examinada es donde el radar dejo de emitir, sin embargo aún no tengo respuesta.

— ¿Hay alguna isla en su radio de búsqueda?

—Hay dos, ambas desiertas.

—Lo más sensato sería empezar por allí.

El comandante asintió

—Después de revisar la zona cero, esas serán nuestros siguientes objetivos.

—Muy bien, señor, si no fuera mucha molestia, ¿podría darme una copia del mapa que tiene entre las manos?

—Faltaría mas Clemont, cualquier cosa que se te ocurra, infórmame, por favor.

Y así nos despedimos del comandante, su secretaria se encargó de imprimir una fotocopia exacta del mapa. También me mandaron todo el informe a mi correo, y prometieron actualizarlo constantemente. Prácticamente era un miembro oficial de la investigación, y trabajaría como tal.

POV (Serena)

Y allí estaba, sentada a la par de el sin tener el valor de empezar una conversación ¿Por qué seria? ¿Por mis pensamientos anteriores? Además, seguía sintiendo su mirada sobre mí, no es que me estuviera viendo en ese momento, pero la mirada que me había dirigido minutos antes me había quemado con fuego. ¿Vería algo en mí? ¿Le habría gustado? No podía dejar de hacerme esas preguntas.

Era un momento realmente pacifico, Ash se acababa de sentar a la par mía de nuevo, pues había ido a comprobar nuestras ropas hacia un momento. Una suave brisa acaricio mi cara, y no pude evitar el cerrar los ojos. Dicen que con los ojos cerrados conoces mejor tu entorno, era cierto. Pude oír el crujir de las palmeras cuando el viento chocaba contra ellas. Oí el suave arrullo del mar al llegar a la costa, los últimos cantos de los pokémon pájaro antes de dormirse. El lugar era muy hermoso, y si dejábamos de lado nuestra situación, estaba disfrutando bastante el momento. Vi al hombre a la par mía, y no pude evitar preguntarme como me sentiría de pasar así todas las noches del resto de mi vida. Me sorprendí a mí misma pensando que esa era la manera en la que quería vivir. Con él a mi lado. Hubiera seguido con el hilo de mis pensamientos, de no haber sido por la voz de Ash.

—Me estoy muriendo de hambre, ¿Qué te parece si comemos algo?

Fue entonces que me di cuenta del hambre que yo sentía. Vi a Ash y asentí con una sonrisa. Saque dos paquetes de aluminio que contenían la comida que las camareras normalmente reparten en los vuelos. Teníamos suerte que había bastantes, pues no había habido mucha gente en el avión. Después de haberlos calentado un poco con el fuego, nos sentamos en el colchón a comerlo. A nuestros pokémon les dimos un poco de comida pokémon que yo llevaba en mi bolso.

Después de hablar de muchas cosas, terminamos hablando de estrategias de combates pokémon. A ambos nos gustaban las peleas del WWT, donde aparecían los mejores entrenadores del mundo.

— ¿Te acuerdas cuando ese entrenador ya tenía asegurada la victoria al haber hecho como 3 danza espada, pero no contaba con que el otro sabia usar juego… —Deje la frase a medias, algo había hecho "click" en mi cabeza.

— ¿Serena? ¿Qué paso?

— ¡Pikachu tiene una bolaluminosa!

—Eh si, fue un regalo de Clemont antes que partiéramos, ¿recuerdas?

— ¡Eso es! ¡Por eso perdió la batalla de un único golpe en la batalla contra el Sableye!

Ash alzo las cejas sin entender.

—Ash, ¡Los Sableye saben el movimiento juego sucio! ¡Así le ganaron, usaron los stat de ataque de Pikachu para atacarlo!

— ¡Y como el ataque de Pikachu era el doble de lo normal…! —Ash al fin parecía entender todo.

—Era inevitable el K.O de un golpe, incluso un salamence hubiera caído.

— ¿Escuchaste amigo? ¡No eres un inútil!

A pesar que en realidad no entendimos el "pika" que recibimos de respuesta pude interpretar que era algo así como un "¿gracias?" cubierto de ironía. Me reí de la situación, hubiéramos seguido, cuando un viento helado nos golpeó de lleno, haciéndonos entender que ya tendríamos que irnos a dormir.

POV (Ash)

Era hora de dormir, dado que la fricción del hule era demasiado incomoda como para dormir, decidimos poner unas cuantas mantas debajo de nosotros, y dejamos dos para poder taparnos. Nuestros tres pokémon se hicieron un rinconcito a la par nuestra y se durmieron plácidamente casi al instante. Los observe un rato acurrucados juntos y envidie profundamente la desinhibición de los tres. Me recosté a cierta distancia de Serena, aunque sin poder conciliar el sueño. La temperatura seguía bajando y bajando, y nuestras mantas pronto dejarían de ser suficiente. Sentí un ligero temblor y tarde un poco de tiempo en darme cuenta que la responsable era Serena. Muy probablemente se encontraba muerta del frio. ¿Qué tenía que hacer? La pregunta "Tienes frio" sonaba idiota, incluso en mi cabeza. No había ninguna manta extra como para ofrecérsela, y aunque le diera la mía, la situación no cambiaría. Solo había una solución, o al menos, así quería creerlo mi mente, sin embargo, por alguna razón no me atrevía a realizarla. Trate de recordar algún consejo que me hubieran dado alguna vez. Y uno vino a mi memoria con claridad, bueno, más que un consejo había sido un estado de Whatsapp que leí. Era algo como "Imagínate lo maravilloso que sería arriesgarse y que todo salga bien" Era justo lo que necesitaba. Me arme de valor, y dispuse darme prisa, sabiendo que no la tendría por mucho tiempo.

Con todo el nerviosismo del mundo me acerque a ella, y pasando el brazo por sobre su cuerpo, la abrace. El efecto fue casi instantáneo, con un solo movimiento se pegó más a mí, acurrucándose contra mi pecho, en un intento de conseguir calor, acomodo su cabeza en el hueco entre mi cuello y mi clavícula. No pude evitar el sonreír al ver la tierna reacción que tuvo al haberla abrazado. Después de todo, todo salió bien. Se movió ligeramente, lo que provoco que nuestros torsos quedaran pegados. Con mucha vergüenza, pude responder mi duda de antaño, efectivamente, no llevaba puesto el sujetador.

Y ¡pum! Dado que estoy de vacaciones, pude actualizar así de rápido, aprovéchenme mientras puedan. Entre las noticias siguen las mismas que la vez pasada, probablemente la próxima semana traiga un nuevo proyecto, y estoy casi seguro que les gustara. O no…puede ser que no.