One-shot Valentine's chocolates [Gakkou Roleplay | Emily & Anna]

Título: Valentine's chocolates.
Fandom: Gakkou Roleplay.
Personajes: Emily Hodges, Anna Hiradaira | Mención a... muchísima gente, tbh.
Palabras: 1220
Summary: "Ya era una costumbre para Emily hacer chocolate para todas sus amigas durante San Valentín."
N/A: pls my anxious ass que tendría que estar con cosas de la universidad y no puedo concentrarme porque tengo la idea dándome vueltas en la cabeza así que al final lo he tenido que escribir JAJAJ someone kill me already (?) | IDK, THEY ARE KINDA STEAMY BUT NOTHING NEW I GUESS (?) | igual supongo que lo verás pero te etiqueto porque así soy de attention whore (? Gigi Blanche

Ya era una costumbre para Emily hacer chocolate para todas sus amigas durante San Valentín. Nunca le había interesado hacer solo uno para alguien especial porque nunca había tenido a solo una persona especial en su vida, ¡y para ella los amigos lo eran todo!

El problema de aquel año, sin embargo, es que su lista de amistades había aumentado de una manera bastante exponencial así que… tenía una duro trabajo por delante.

Por otro lado, también contaba con una ayuda extra.

—¡Annie!

Emily prácticamente salió corriendo a abrirle la puerta a su amiga cuando escuchó el timbre y esta la recibió con una sonrisa radiante, levantando un par de bolsas con emoción.

—¡Vamos allá, Emi-chan!

* * *
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Así pues, las chicas no tardaron en ponerse manos a la obra.

Emily había estado preparando la cocina de su casa para la tarea y Anna se había encargado de comprar los ingredientes y utensilios necesarios para la misma.

—¿Has ido a la tienda de Ishikawa-senpai? —preguntó Emily, con genuina curiosidad, mientras sacaba las cosas de las bolsas.

Anna se giró sobre sus talones, colocándose el delantal, y chasqueó la lengua.

—Sí, y me he tenido que comer todas sus bromas al respecto.

Emily rio ligeramente al escucharla, siendo perfectamente capaz de imaginarse el tipo de cosas que le habría dicho. N-no es que la hubiese mandado a ella a comprar justamente para evitarlo ni nada parecido.

Tras lavarse las manos, Anna se acercó a la otra chica para rodear su cintura con los brazos, provocándole un pequeño respingo a la víctima.

>>Sabes que solo por eso te va a tocar a ti dárselo a él, ¿verdad? —susurró, cerca de su oído, con un claro tono provocativo que le sacó un sonrojo a la morena.

—¿Ah? P-pensé que lo daríamos juntas.

—Pues ya no~

Anna se separó entonces de la chica, con una sonrisa burlona en los labios al ver lo nerviosa que se había puesto con la sola idea de tener que hacer eso. Tan contenta estaba que decidió robar una onza de una de las tabletas de chocolate que Emily ya había abierto.

—¡P-Pues entonces tú se lo darás a Sonnen-senpai!

…una mala decisión. Anna sintió como el chocolate tomaba otra dirección por culpa de la sorpresa y comenzó a toser, sintiendo hasta unas lágrimas saliendo de sus ojos.

—¿Íbamos a hacerle chocolate a Altan? —preguntó, después de haber recuperado el aliento.

—Ahora sí~

Odiaba cuando era capaz de devolverle las bromas.

* * *
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Sea como fuere, después de aquella pequeña disputa que acabó tan rápido como llegó, las jóvenes se pusieron finalmente a ello.

No era especialmente difícil, en realidad, pues no iban a hacer el chocolate desde cero, pero la receta ciertamente tenía sus trucos.

Emily se encargó así de fundir las diferentes tablas de chocolate y mezclarlas de manera que tuviesen el mejor sabor posible, dándole a probar a Anna cada vez para recibir su visto bueno.

—¡Oye, Em! Dime el truco~ —la escuchó quejarse después de probar otra mezcla, haciendo que la nombrada levantase la cabeza para mirarla con curiosidad—. Todos están super ricos~

—No hay ningún truco, es solo prueba y error… —respondió entonces, volviendo la vista al bol con un ligero rubor.

Al fin y al cabo, le había hecho probar a su hermano mezclas desastrosas antes de conseguir algo decente.

Mientras ella se centraba en su propio bol, Anna aprovechó para realizar su propio experimento, haciendo una mezcla algo más pequeña de dos sabores que parecían que podían quedar bien juntos. Cuando terminó con el proceso, llamó de nuevo a Emily y esta se encontró con el dedo índice de la otra a escasos centímetros de su rostro, por supuesto, lleno de chocolate.

Emily sonrió ligeramente, enternecida por el gesto algo infantil, pero cuando decidió probar el dulce… la escena rápidamente perdió toda posible inocencia. Los ojos violáceos de la joven chispearon con picardía cuando lamió el dedo y lo coló luego dentro de sus labios, sin apartar la vista del magenta de Anna.

—Qué rico~ —murmuró tras separarse, volviendo a centrarse en las formas que tenía preparadas en la encimera—. Y el chocolate también~

—Eh, qué traviesa Em~

Bueno, parecía que Anna tendría que quedarse a dormir en su casa aquella noche, qué pena~

* * *
​

Finalmente, tras mucho trabajo, el día de San Valentín llegó y ambas chicas llegaron a la Academia con los brazos llenos de cajitas decoradas y etiquetas en cada una de ellas.

Iba… Iba a ser un largo día, desde luego.

Se habían repartido el trabajo entre ambas, para ser más eficientes. Emily no solo tendría que darle chocolate a Kohaku, sino también a Alisha, Joey y Katrina, así como a Mimi, Shiori, Liza y Dante. Anna, por su parte, se lo daría a Altan, Jezebel, Laila, Aika y Konoe.

Al resto los buscarían juntas.

Al llegar el final del día, ambas se dejaron caer sobre un banco en el patio, agotadas.

—Uf, ¡al fin los hemos repartido todos! ¡Qué alegría!

Emily asintió con la cabeza, sonriente, antes de dejar esta caer por el respaldo del banco. Había sido cansado pero, como todos los años, había merecido la pena por completo. A Emily simplemente le encantaba ver los rostros de sus amigos cuando recibían el chocolate de su parte.

Claro que aquel año había acabado enredada con personas que se tomaron el gesto quizás demasiado bien. Pero incluso eso había sido divertido.

>>Oye, Em.

—¿Sí?

—Tú sueles recibir muchas cartas por San Valentín, ¿verdad?

La morena sintió como el rubor subía violentamente a su rostro, haciéndola prácticamente saltar del banco como un resorte.

—¿Q-qué dices? ¿D-de dónde sacas eso?

Anna la vio con una sonrisa divertida.

—Es obvio solo con verte~ —respondió, con cierto tono burlón, para finalmente soltar un suspiro y volver la vista al frente—. Pero también te he visto sacándolas antes y escondiéndolas…

Emily también suspiró, en un intento de calmar sus nervios y lograr hablar con normalidad.

—No estoy interesada —explicó, finalmente, volviendo ella también a su posición original—. La última vez que acepté una cita con alguien que me lo pedía por San Valentín solo quería presumir con sus amigos y, para colmo, mentir sobre lo que había pasado.

La chica sabía que aquello no tenía que ser el caso de todo el mundo pero… realmente no sentía ninguna emoción en aceptar aquellas cartas e ir obligada. No las tiraba, porque respetaba el detalle, pero tampoco las abría.

Cuando terminó de hablar, sintió un peso sobre su regazo, y al incorporar la cabeza vio el rostro sonriente de Anna sobre sus piernas.

—¡Yo nunca te usaría para presumir o mentir, Em! —exclamó, con una alegría casi infantil, y de repente extendió una pequeña cajita hacia la joven—. Así que por favor, acepta ir a una cita conmigo~

Emily no pudo evitar la carcajada enternecida que salió de sus labios y no dudó en aceptar el regalo de Anna. Con una sonrisa sobre sus labios se inclinó hasta depositarlos sobre los contrarios, en un beso superficial pero lleno de dulzura.

—Cuando tú quieras, linda~

Tras separarse, Anna notó como una cajita parecida a la suya descansaba ahora sobre su pecho y miró a Emily con los ojos brillantes.

Sin lugar a dudas, aquel había sido el mejor San Valentín para ambas.