Vacío Ok, aquí está lo que nunca debería haber sido publicado porque es bien feo ;____;. Pero es que alguien insistió tanto que ya se me hizo imposible negarme D:. Sólo pido que nadie espere mucho de esto, este escrito no nació para tener título ni contenido definido y además tuve que inventarme algo en lo que hacer encajar un bolígrafo y una tortuga... Dedicado a Sandritah, para que veas lo feo que es y empieces a sacarme defectos en mi gallego :D! Aviso: el escrito en sí está en gallego, en spoiler una traducción al español que a veces no es completamente literal pero trata de mantener el sentido de lo originalmente expresado. De cualquier manera, las dos son basura. Os ollos baldeiros do rapaz estaban a mirar o sapoconcho pousado sobre a mesa, atrapados no mover vagaroso do animal. Co bolígrafo que sostiña entre os dedos ía marcando a ruta que facía, non importaba o tempo que tomara nin o lento da marcha de sapoconcho. O rapaz non sabía como era que de súpeto a súa irmá conseguira o sapoconcho co que entrou no cuarto e, sorrindo, entregoulle, pero tampouco pensaba niso. Non había ningún plan futuro ou pensamento pasado que interrompera a súa acción presente, tal e como tera sido sempre. A chuvia deixara de caer, e o rapaz atopouse botando de menos o son das gotas caendo fortemente sobre o chan, que sempre conseguían afastalo do paso do tempo, pesado e improductivo. Entón, sen pensalo sequera, comezou a golpear a cuncha do animal de maneira rítmica co bolígrafo, tratando de ser consciente de cada un dos golpes que daba. Unha vez e outra, incansablemente, deixando o mundo e o tempo escorregar sen remordementos, coma se non vivise para nada máis que escoitar o son firme do bolígrafo impactando contra a cuncha do sapoconcho. E probablemente non vivía para outra cousa. Nin sequera cando o sapoconcho xa non andaba paseniño, senón que simplemente non andaba, e non buscaba coa mirada silencioso un refuxio para fuxir do rapaz comido pola inercia, senón que o seu corpo inerte xacía baixo a cuncha esmagada pola desidia. Contenido oculto Los ojos vacíos del muchacho estaban mirando la tortuga posada sobre la mesa, atrapados en el parsimonioso mover del animal. Con el bolígrafo que sostenía entre los dedos iba marcando la ruta que hacía, no importaba el tiempo que tomara ni lo lento de la marcha de la tortuga. El joven no entendía qué había pasado para que de repente su hermana consiguiera la tortuga con la que entró en el cuarto y, sonriendo, le entregó, pero tampoco pensaba en eso. No había ningún plan futuro o pensamiento pasado que interrumpiera su acción presente, tal y como había sido siempre. La lluvia había dejado de caer, y el muchacho se encontró echando de menos el sonido de las gotas cayendo fuertemente contra el suelo, que siempre conseguían alejarlo del paso del tiempo, pesado e improductivo. Entonces, sin pensarlo siquiera, comenzó a golpear la concha del animal de manera rítmica con el bolígrafo, tratando de ser consciente de cada uno de los golpes que daba. Una vez y otra, incantablemente, dejando el mundo y el tiempo resbalar sin remordimientos, como si no viviese para nada más que para escuchar el firme sonido del bolígrafo impactando contra la concha de la tortuga. Y probablemente no vivía para otra cosa. Ni siquiera cuando la tortuga ya no andaba lentamente, sino que simplemente no andaba, y no buscaba de modo silencioso con su mirada un refugio para huir del joven comido por la inercia, sino que su cuerpo inerte yacía bajo la concha destrozada por la desidia.
¡Ai, miña rula, ruliña! Díxeno, díxenche que o quería ler, e por aquí o teño por fin. Non lle sacarei defectos ó teu galego, xa que é igual ou mellor que o meu, aínda que si che comentarei por msn un par de detalliños que, na nosa lingua orixinal, me dan que pensar e creo que non son de todo correctos no sentido gramatical. Pero sobre todo agradezo a dedicatoria, ¡por suposto! No concerninte á historia, ¡encantoume! É tan natural e á vez tan sinxela que da moito que pensar. Pero sen dúbida o que máis me gustou foi o final do relato, co derradeiro pasiño do animaliño fronte ó aburrimento e á monotonía do rapaz. Crueldade pura. Escribe, escribe, escribe. ¿Cantas veces cho direi? Traducción en spoiler, por si acaso: Contenido oculto ¡Ai, mi tórtola, tortolita! (Dios, qué mal me suena dicho así xD). Lo dije, te dije que lo quería leer, y por aquí lo tengo por gin. No le sacaré defectos a tu gallego, ya que es igual o mejor que el mío, aunque sí te comentaré por msn un par de detallitos que, en nuestra lengua original, me dan que pensar y creo que no son de todo correctos en el sentido gramatical. Pero sobre todo agradezco la dedicatoria, ¡por supuesto! En lo concerniente a la historia, ¡me encantó! Es tan natural y a la vez tan sencilla que da mucho que pensar. Pero sin duda lo que más me gustó fue el final del relato, con el último pasito del animalito frente al aburrimiento y la monotonía del chico. Crueldad pura. Escribe, escribe, escribe. ¿Cuántas veces te lo diré? Me gustó el detalle de usar "sapoconcho" en lugar del típico "tartaruga".
Re: Vacío Meh, cada vez que leo algo que hace referencia a "violencia", "tortuga" y "monotonía" me siento impelida a recordar el cuento de Patricia Highsmith. Lástima que no tuvo al menos un fin tan productivo, pero igual es bella la destrucción sólo porque no queda otra cosa más que hacer. Qué bueno que te obligaron a publicarlo.