—Oye, ofrece más té a nuestro invitado, yo veo su taza muy seca— exclamó la anciana mientras daba palmaditas en el antebrazo del rey del infierno. —Elizabeth, yo no veo que le esté gustando el té ¿No crees que es mejor idea ofrecerle un trago de vino?— Contestó el diablo a la petición de la reina. —Tonterías, en Londres es la hora del té y se tomará té, da igual que estemos aquí abajo— dijo la señora para después tomar un sorbo de su taza.
Este té me supo a poco señora Elizabeth (? Corto pero gracioso, como digo, se me hizo poquito, podría haber sido explotada la idea de forma más delirante. Pero bueno sigue escribiendo.