Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por vcprincess, 21 Junio 2008.

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    vcprincess

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    Título:
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    4185
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    Bueno, aquí esta otro de mis fics…espero que les guste.:(

    1- Hyuga Hinata

    El símbolo de la aldea más poderosa de todas…la aldea de la hoja, ahora ardía en llamas. Miles de cuerpos destazados, con un sin fin de heridas diferentes, yacían en el suelo de lo que alguna vez fue la imponente Konoha. Era lamentable ver esta escena, no solo Ninjas eran los que yacían muertos, también familias enteras, que no tenían algún conocimiento en batalla. Pero era aun mas triste ver los pequeños cuerpecitos de niños no mayores de cinco años, tirados en el húmedo suelo, con alguna herida que fue la causa de su último aliento. Bien podrían decir que había llegado el infierno a Konoha, pues todo lo asemejaba. Muertos por todas partes, sangre, fuego implacable, llanto y desolación. No, no era el infierno, era aun peor. El horrible calor; el miedo que acrecentaba a cada segundo; y el terrible dolor que causaba ver a tus seres queridos con esa mirada sin brillo, que solo demostraba el terrible vació en ellos; que la escalofriante dama del juicio final, ya había danzado por ese lugar, y les había arrebatado el alma, dejando solo una rígida coraza de lo que alguna vez fue tu ser amado. O la profunda tristeza que te invadía cuando alguna persona te pedía entre lágrimas desconsoladas, que acabaras con su dolor, y terminaras de una vez por todos con su sufrimiento.
    Esta era la batalla más decisiva conocida en la historia Ninja.
    Todo fue muy rápido, no se pudo pedir ayuda a la aldea de la arena, ni siquiera pudieron poner a salvo a las mujeres y los niños. Fue como ya dije… demasiado rápido.
    Los malditos Akatsuki, con ayuda de Orochimaru, el equipo Kata, y de algunas aldeas vecinas, habían creado un imponente ejercito, que solo tenia como objetivo la destrucción total de Konoha. Un objetivo que al parecer ya habían logrado. No quedaba nada, todo estaba en ruinas. La Hokage era una mas de la lista de muertos. El pequeño ejército que se pudo formar a última hora para defender la aldea, estaba cayendo ante el enemigo. Poco a poco la esperanza desaparecía. Pero por increíble que parezca todavía existían algunos Ninjas que daban hasta el último aliento por derrotar al enemigo. Esas personas que podrían ser la diferencia entre la victoria, o la derrota.

    “Es demasiado, ya no lo soporto, me siento cansada, mis fuerzas se agotan poco a poco, pero debo seguir luchando. Soy la futura líder del clan Hyuuga, y no me puedo detener por pequeñeces…Además, quiero demostrarle a Naruto-kun, que…que me he vuelto mas fuerte…No le puedo fallar…No me rendiré tan fácilmente, pues este es mi camino Ninja” – Se decía una bella joven, de cabellos azulado, con ojos tan puros y blancos como la luna. Ella estaba muy herida, mantenía una lucha eterna por seguir conciente. La chica tenía una herida de gravedad en su abdomen, su respiración era agitada, y su cuerpo tenía múltiples golpes claramente marcados. Pero aun así, en medio del infierno, que era Konoha. Ella seguía luchando, luchaba por su amado, por aquel que no la ve, ni cuando esta ahí. El siempre fue su inspiración, fue su fortaleza, su llanto, y su dolor. No podía fallarle a esa persona tan especial. Simplemente, esta vez tenia que luchar, luchar hasta que su último aliento se llevara consigo su alma. Tenia que luchar por el, por que no lo mataran por ser el poseedor del Kyubi. Si, esa dulce chica se había enamorado de un jinchūriki, pero eso no le importaba. Lo amaba mas que su vida, y si para verlo feliz, y verlo cumplir sus sueños tenia que renunciar a su propia vida…Lo haría.

    ¡Hinata! ¡Hinata! – Gritaba un chico castaño preocupado – ¡Ya ríndete por favor…Corre, y huye!­ – Le suplicaba el chico, que en esos momentos luchaba con diez Ninjas enemigos. El también estaba claramente agotado, pero seguía dando lo mejor de si. Tenía la respiración agitada, y sus movimientos eran torpes y lentos. Era una lastima, Seguramente ese chico castaño, ya hubiera terminado con todos esos Ninjas con ayuda de Akamaru. Pero por asares del destino, el leal perro de Kiba, había fallecido tratando de proteger a su dueño. Quizás es por eso que el chico le suplicaba que dejara de pelear, quizás temía perder otro amigo. Pero la peliazul hizo caso omiso a esas suplicas. No se rendiría, no, no lo haría, este era el mejor de sus momentos. Se estaba probando a si misma, estaba dando lo mejor de si, aunque esto le costara la vida. Ella luchaba, sin detenerse, sin dudar, jamás se le había visto tanta determinación en sus ojos. Ella no era la misma chiquilla débil. No, no lo era, en estos momentos era irreconocible – ¡No, me voy a detener Kiba-kun! – Grito con todas su fuerzas – ¡Este es mi camino Ninja! – Grito con mucha determinación. Este no fue un grito cualquiera. Fue un grito que retumbo en la tierra, e hizo que los muertos temblaran. Era un grito que hizo retroceder por un momento al enemigo. Un grito, que dio fuerza a los decaídos. Estas simples, pero poderosas palabras, aclamaban fuerza, y esperanza. Eran esperanza, la esperanza de una Konoichi, que creía en su amado. Era la fe de una Konoichi que daba fuerza, hasta el moribundo, y hacia que la guerra diera un giro inesperado.
    Kiba sintió como todo su cuerpo recuperaba su fuerza. Ella tenia razón, debían luchar hasta el final, y si debía morir en esa cruel guerra, se aseguraría de llevarse consigo un sin fin de enemigos.
    Ellos siguieron luchando con el corazón en la mano, y con la esperanza de ver paz en medio de ese infierno. Las horas pasaban, y poco a poco el enemigo, empezaba a caer. Al parecer estaban ganando la guerra. Todo su sudor, la sangre derramada, valía la pena. El pequeño ejército de Konoha estaba ganando. Si, estaban ganando. Los Ninjas de la hoja, aun con sus cuerpos heridos, y sin Chakra no pudieron sentirse más contentos, pues el enemigo se estaba retirando.
    La peliazul no pudo evitar sentirse aliviada, tantas horas luchando por su aldea, por si misma, y por su amado, estaban dando frutos. Se sintió tan feliz, tan llena de vida, que no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro maltratado y marchito. Pero esa felicidad no duro mucho.
    De pronto se escucho una fuerte explosión al otro lado de la aldea. Todos, inclusive el enemigo se quedaron en profundo silencio. Una dura y fría brisa recorrió sus heridos cuerpos. Nada, ni nadie se movían, pues esa explosión significaba que la batalla decisiva, estaba por terminar.
    La chica peliazul se quedo inmóvil por unos segundos; segundos que parecieron horas. Estaba helada, temerosa, no sabia como sentirse. El mundo se acababa de venir a bajo. Pero ella no podía quedarse quieta e inmóvil. Tenia, tenia que hacer algo. La ojiblanco salio corriendo a la velocidad que sus piernas le permitieron; esquivaba el fuego del infierno; y mataba a todo aquel que se entrometía en su camino. Nadie la detendría, ni la misma muerte lo haría.
    – “Naruto-kun…Resiste por favor” – Rogaba la chica.
    Algo dentro de si la impulsaba a correr, sabia que de donde provenía la explosión estaba su amado Naruto. Ella no dejaría que su amado muriera, no mientras ella pudiera evitarlo.
    Corrió, corrió, con todas sus fuerzas, con el poco aliento que tenía, y con el insignificante Chakra que le quedaba. No pararía por nada del mundo, tenia que llegar, tenia que ayudar a su Naruto-kun. Pronto vio como una nueva explosión se desataba, acrecentando su miedo a perderlo.
    Ella sentía como cada paso que daba la acercaban a su amado, pero también sabia que cada segundo que pasaba podría significar el fin… el fin de su Naruto. Jamás había sentido tanto miedo en su vida, tanta desesperación e impotencia, tanta frustración por que sus piernas no corrían más rápido. En ese momento maldecía su velocidad; se sentía tan enojada consigo misma; tan desesperada que no pudo contener algunas lágrimas. Pero ese no era el momento para llorar, tenía que llegar; no importaba con que medio lo haría, pero ella llegaría.
    Su corazón empezó a acelerarse, el miedo y la adrenalina eran sofocantes; su respiración era cada vez mas acelerada; y sus manos le temblaban.
    De pronto un sin fin de imágenes empezaron a recorrer su mente. Dicen que antes de morir, o perder a un ser amado llegan a ti, recuerdos felices, como si fuese una despedida, o…un ultimo adiós.
    Estaba por llegar, ya podía sentir como se ahogaba por la nube de tierra y polvo, creada en la explosión. Pero no se detendría por esa pequeñez.
    Traspaso esa espesa capa de tierra, y fue entonces cuando su mundo se vino abajo; Sus fuerzas se le agotaron; sintió como el miedo no le dejaba moverse; una helada y fría sensación atravesó su corazón. Sus ojos eran testigos de cómo se cometía un asesinato, pero no era cualquier asesinato, se trataba de su amado.
    La peliazul veía como la silueta de un joven, con cabello despeinado, y picudo, estaba apunto de ser atravesado por lo que parecía ser una Katana. Ella no podía ver el rostro de aquel joven, pero aun así lo reconoció de inmediato. No, no lo permitiría, como ya había dicho antes, mientras ella siguiera con vida, no dejaría que mataran a su Naruto-kun. Así que como pudo tomo un Kunai, y corrió a todo velocidad, hacia su amado. Su corazón latía con fuerza; el tiempo empezó a circular lento; y su respiración agitada, era lo único que escuchaba en ese momento.
    Entonces un estruendoso y afilado sonido se apodero del lugar. Luego, solo hubo silencio. Un silencio duro e inquietante.
    – Hi…Hi… ¡Hinata! – Grito el chico, con una expresión de horror en su rostro.
    La peliazul logro lo que tanto anhelaba, salvo la vida de su amado, pero este acto, tuvo un precio caro.
    Gotas, gotas rojas se empezaron acumular en el suelo. Un quejido se escucho de parte del Akatsuki, y luego este cayó muerto. Pero las gotas de sangre no cesaban. Alguien o algo, estaba gravemente herido.
    La chica de hermosos ojos estaba inmóvil con la Katana atravesando su cuerpo. De pronto escupió sangre, y lentamente empezó a caer, pues la muerte la estaba venciendo.
    – Hi…Hinata… ¿Por qué? – Fue lo único que salio de la boca del chico, después de sostenerla entre sus brazos.
    La chica no contesto, solo le regalo una dulce sonrisa a su amado. Pero el chico volvió a preguntar el por que, mientras que gruesas lágrimas fluían de sus bellos ojos azules. La chica volvió a sonreír, pero esta vez, con las pocas fuerzas que le quedaran, acaricio el rostro del joven, y seco sus lágrimas. No quería verlo llorar, deseaba que una bella sonrisa se dibujara en el rostro del rubio. Quería verla de nuevo, quería que esa sonrisa, fuese el último recuerdo, que se llevara consigo.
    El chico lloraba desconsoladamente, mientras veía los ahora sombríos ojos de Hinata. El ya había visto esa mirada sin expresión muchas veces, y solo significaban una cosa. La dama del juicio final deambulaba por ahí.
    Ella lentamente cerró sus ojos, pues ya no tenía fuerzas para mantenerse conciente. Ahora, lo único que veía era oscuridad, una solitaria pero pacifica oscuridad. De pronto escucho un grito que le hizo sonreír un poco. Era un grito triunfal que avisaba la victoria de Konoha. Un grito que llenaba de alegría a muchos, excepto a ella, pues ya no podría disfrutar de la paz que reinaría en la aldea. Jamás volvería escuchar a los niños correr por las calles, ni ver los maravillosos ojos azules de su amado. Eso era lo que mas lamentaba, no tuvo la oportunidad de ser feliz con esa persona especial. No pudo verlo cumplir su sueño de ser Hokage. No pudo hacer tantas cosas. Como deseaba tener tiempo para hacerlas ahora, pero tiempo era lo único que no le quedaba. Ya no podría vivir esa vida que tanto anhelaba. Ese destino que siempre imagino alado de su amado, no se haría realidad.
    Pronto, los gritos de felicidad, y el llanto de Naruto comenzaron a desvanecerse, como la vida de ella. Ahora solo había silencio, y oscuridad. Los recuerdos con su Naruto la acechaban, como un triste recuerdo de lo que pudo ser. Eran imágenes vagas, que significaban mucho para ella. En cada imagen siempre estaba el, con esa sonrisa sincera, y esos ojos tan puros, y llenos de alegría. Lo que daría por tener un poco más de tiempo, y admirar esa bella sonrisa de nuevo. Pero ya era demasiado tarde, ahora esa sonrisa empezaba a desvanecerse al igual que su vida, su felicidad, y su alma.
    En medio de esta fría soledad, y esta oscuridad pacifica, se daba cuenta que toda esa fe de ser feliz con Naruto, eran pobres y patéticos sueños que nunca se harían realidad. Era una cruel esperanza el creer que Naruto se fijaría en ella. El estaba enamorado de Sakura, y será muy feliz a su lado. Quizás es por eso que moría; por que era una carga; un estorbo en la tierra, es por eso que le había tocado este destino tan cruel –“Pero quizás pueda ser feliz…Si, en otra vida” – Fue lo único que pensó la chica antes que su corazón se detuviera, y un ultimo aliento saliera de su boca, liberando su triste, y solitaria alma.

    – ¡Ping! ¡PING! ¡PING! – El horrendo sonido del despertador comenzó a sonar con fuerza en una elegante habitación. A cada segundo el sonido se hacia mas fuerte e irritante, hasta que una pálida mano, cayo sobre el despertador, y ceso este ceso.
    Una chica de pálida tez, cabello negro-azulado, y bonita figura, acababa de despertar de un mal sueño. Ella había tenido esa pesadilla por meses y cada mañana se levantaba de muy mal humor, y un tanto angustiada. Su madre alguna vez le dijo que los sueños eran mensajes que teníamos que resolver. Muchas veces eran advertencias, o premoniciones. Es por eso que un sueño no se debe de tomara a la ligera, y mas aun cuando se ha tenido por meses; así que todo los días trataba de entender el significado de ese sueño. No podía ser una advertencia de muerte, puesto que ella no era ninguna Konoichi. Según ella, ya no existían. Por esa misma razón no entendía nada.

    La chica se recostó un instante, y miro el fino techo de su habitación, tratando de encontrar respuestas a sus preguntas.
    Según lo que ella recordaba, en su sueño, había sacrificado su vida por un tal Naruto. Pero ¿quien era ese Naruto? ¿Cómo era?
    Vaya que estaba confundida, en su sueño la imaginen de Naruto aparecía borrosa. Era como si se tratara de un recuerdo que quisiera olvidar. Pero por alguna extraña razón esa persona le causaba tanta calidez, como dolor.
    – “¿Quién eres Naruto-kun?” –Se preguntaba la chica con melancolía – “¿Por qué te sueño a diario? ¿por que me causas tanta calidez, como dolor?” – Se preguntaba la chica, mientras que un suspiro de resignación salía de sus labios.
    De pronto alguien abre la puerta bruscamente. Se trataba de una joven un poco menor que ella, con pelo castaño, pero con los mismos ojos color perla que ella.
    – ¡Hermana! ¡Hermana! –Le llamaba – ¡Ah! –Grito alterada – ¡No, esta lista!... ¡como es posible, tenemos una junta de negocios en menos de una hora! – Le reprochaba la menor. La peliazul tomo su almohada, y se tapo el rostro con ella, claramente harta de que su hermana menor la regañara. Quizás seria compresible de su padre o de su primo Neji, pero de su hermana menor era el colmo.
    – Esta, bien…Ya voy, pero vete para poder cambiarme – Le dijo a su hermana. Cosa que sonó como un gruñido, pues lo dijo con la cara bajo la almohada.
    – Mmm…esta bien, pero apresúrate –Dijo la castaña antes de azotar la puerta, por donde había entrado.
    La habitación se quedo en silencio, después de que la menor salio de ahí.
    La peliazul dio otro suspiro y se levanto de la cama, con pesadez, para poder cambiarse.
    Hoy era un día muy importante. Se firmaría un contrato, que le haría ganar a la campaña Hyuga, miles de dólares. Tenia que verse hermosa, y encantadora para recibir al socio de su padre. Ella detestaba esa clase de reuniones, por que normalmente los socios de señor Hiashi, la miraban con lujuria. Bueno, pero a decir verdad poco le importaba. Ella ya estaba acostumbrada a eso.
    Se podía decir que era una chica muy codiciada por los hombres, y envidiada por las mujeres. Pero a pesar de que muchos chicos la pretendían, a Hinata no le interesaba, no sentía lo que se supone que debes de sentir cuando te enamoras. Nunca en su vida había sentido lo que llaman amor. Bueno, solo en sus pesadillas, o mejor dicho en sus extraños sueños. No se sonroja con facilidad, no se avergüenza, ni piensa en chicos, o en tener novio, solo piensa en trabajo, trabajo, y trabajo. Por esa misma razón, jamás ha tenido novio.
    Después de unos minutos la chica salio de sus habitación, completamente arreglada, y se dirigió al sala, donde la esperaba su hermana.
    – ¡Ah! Por fin sales – Dijo la castaña muy molesta – ¡Y que esperas ahí, parada!… ¡Muévete que el chofer nos espera! – Grito la pequeña, jalando a su hermana.
    Recorrieron el enorme pasillo de la mansión, hasta llegar a la elegante puerta principal, donde un sirviente la espada –Que tengan buen día, señoritas –Dijo el sirviente haciendo una reverencia, y abriendo la puerta.
    – Gracias – Dijeron las chicas con cortesía, para luego salir de la mansión. Afuera había un enorme jardín lleno de Sakuras, y rosas, donde un chofer las esperaba con una lujosa limosina. Se subieron en ella, y partieron con rumbo a la compañía Hyuga.
    – Oye, Hinata –Dijo la pelicastaña, mientras leía una revista.
    – ¿Si? –Pregunto la peliazul.
    – Sabes, el futuro socio de papa, es un joven de la misma edad que tu, y…y yo creo que seria conveniente que lo enamoraras, o te lucieras un poco frente a el – Sugirió con cierta malicia.
    Hinata no dijo nada ante el comentario de su hermanita, y simplemente se perdió una vez mas, entre sus pensamientos, tratando de encontrar sentido a su sueño.

    Continuara…
    Próximo capitulo: 2- ¿Por qué me siento así?
    Ya sabes, disculpen mis faltas de ortografía.
     
  2.  
    naruXhina

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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    holaaaaaaaaa
    soy la segunda
    me gusto mucho :)
    inner: esta muy bueno como los otros
    yo: ya se quien ese futuro socio
    inner: ¿quien? :confused:
    yo: no te voy a decir :P
    inner: que mala ToT
    esperamos la conti
    BESOS Y CUIDATEadios
     
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    vcprincess

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    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    Ok todavía no tengo conti de mi otro fic…no me ha llegado la inspiración en ese….
    Pero por eso ls dejo la conti de este otro fic.:o

    2-¿Por que me siento así?

    – “¿Que me pasa?, me siento, me siento extraña. Es como si no hubiera nada dentro de mí” – Pensaba la peliazul, sin prestar atención a los comentarios maliciosos de su hermana menor, de lucirse frente al nuevo socio.
    Hinata estaba recargada en la ventanilla de la limosina, con aire soñador, mientras que miraba perdidamente las grises calles de la ciudad de Tokio.
    – ¡Hinata! ¡HINATA! – Le llamaba la pelicastaña – ¡Me estas escuchando! – Grito la pequeña, bastante furiosa, y con una venita claramente marcada en su frente.
    La peñiazul salio bruscamente del trance en el que estaba, y se voltio para ver a su hermanita – Si, Hanabi – Contesto un poco desanimada, y sin importarle en lo mas mínimo, lo furiosa que estaba la pelicastaña. Realmente en estos días nada le importaba, nada ni nadie. Era como si su vida estuviese vacía; como si viviera una vida falsa, como si ese no fuese el destino para ella. Si eso, era lo que sentía. Algo le faltaba, algo no estaba bien. Era ese algo el que no la dejaba dormir tranquila por las noches, y la hacia soñar por el día.; Era ese algo que hacia que su vida se viese monótona y sin sentido. Eso, era lo que le pasaba, no veía sentido a su perfecta vida, como la gente decía.
    – Mmm…Bien – Contesto la pelicastaña, no muy convencida – Como te iba diciendo…Debes enseñarle la pierna a ese tipo; lucirte; si es posible tira tu bolígrafo y has que tu… que tu bien formado trasero se luzca frente el; muestra tu busto; háblale en ese tono sexy, y… – La menor seguía dándole sugerencias como loca. Estaba tan con concentrada en lo que decía, que no se dio cuenta que la peliazul, nuevamente no le prestaba atención, y miraba fantasiosamente por la ventana.
    La chica miraba los cerezos caer, la increíble cantidad gente pasar frenéticamente de un lado a otro. Seguramente dirigiéndose a su destino, a su casa, a su trabajo, o algún lugar divertido, que los llenara por dentro – Ah – Suspiro con tristeza, pero lo bastante bajo para que su hermana no lo notara –“Como los envidio…Ellos tienes a donde ir…Puede que no tengan tanto dinero como yo, o que no tengan la belleza por la que me envidian muchos, pero al menos ellos saben a donde van…que camino deben de seguir” – Se decía sin expresión en su rostro; sin brillo en sus ojos color perla; se decía sin calor en su interior, y con un frágil cubo de hielo, en donde se supone que debía de estar su corazón.
    La joven peliazul miro por algunos minutos más las calles de Japón. No sabia por que le gustaba ver a toda la gente pasar de un lado para otro, pero simplemente le gustaba. Poco a poco se sumió más y más, en ese encantador trance. Sus blancos ojos seguían cada movimiento, cada respiración, cada paso de la gente. Bien, podían decir que la chica se estaba volviendo loca. Pero a una chica como la futura sucesora de la compañía Hyuga. La locura no le estaba permitida.
    – Señoritas…Ya llegamos a la compañía Hyuga – Dijo el chofer, sacando del loco trance a Hinata.
    – Gracias – Contestaron ambas, y salieron de la limosina, para quedar enfrente de un enorme edificio, decorado en su mayoría de cristales oscuros, con acabados color plata, y con un enorme símbolo de la hoja en la puerta principal.
    Las chicas entraron por la puerta principal, para ser recibidas especialmente por dos hombres con esmoking negro – Buenos días…se ven muy bellas hoy…especialmente usted señorita Hinata – Dijeron unísono los tipos, mientras que las Hyugas los dejaban atrás.
    – Gracias – Contesto la peliazul con una suave sonrisa dibujada en sus labios – “Ah…Aquí vamos” – Pensó la Hyuga sin borrar la sonrisa falsa de su rostro. Camino un poco mas, y fue cuando ocurrió lo que temía.
    – Buenos días, Buenos días, buenos días señoritas Hyugas – Exclamaban todo aquel que las veían pasar, no sin antes bajar la cabeza en forma de respeto – ¿Como están hoy? ¿Señorita Hinata, se casaría con migo? ¿Espera conseguir el contrató, con su nuevo socio? ¿Tiene novio Señorita Hinata? ¿Saldría con migo, Hinata? ¿Que vamos a hacer con los papeles del clan Inuzuka, y del Aburame? ¿Esta comprometida, señorita Hinata? ¿Saldrá hoy, con su amiga Haruno? ¿Piensa aceptar el compromiso con el señor Uchiha? ¿Cómo le hace para tener el cabello tan sedoso? – Una multitud de empleados se había reunido alrededor de ellas para halagarlas, y hacerle miles de preguntas sobre cualquier cosa. Esto era la misma escena que vivía cada mañana la peliazul. Era una situación realmente detestada por ella, pero aun así tenia que tratar de contestar las preguntas que le hacían, y todo, con una gran sonrisa en su rostro.
    La peliazul disimuladamente apresuro el paso, para llegar a donde se supone seria la reunión de negocios, y entro apresuradamente a la sala.
    De pronto un silencio incomodo invadió la habitación. Ella había llegado un poco tarde a la reunión, y todos los que se supone que estarían ese lugar, ya estaban presentes. La peliazul simplemente hizo lo que siempre hacia cuando llegaba tarde. Respiraba profundo, agachaba la cabeza, y pedía perdón por su retrazo. Luego les regalo una de las más dulce sonrisa, y se sento en una silla especialmente reservada para ella.
    La ojiblanco, estaba tan concentrada en la vergonzosa situación que había pasado, que no noto la presencia de dos tipos, que se supone, era la razón de esa reunión.
    – Bienvenidos, a todos – Dijo Hiashi – Iré directo al grano…La compaña Hyuga tiene un nuevo proyecto que creo que les interesara, por que beneficiara a todos, y llenara los bolsillos de muchos – Exclamo con ese tono frió y directo de el.
    Hiashi siguió hablando sobre el proyecto que tenia en manos, mientras que los demás escuchaban. Hinata prestaba atención a cada palabra de su padre, mientras que con la mirada buscaba a los socios. Solo logro ver a un tipo algo anciano, de cabello largo, color blanco, que la miraba con una sonrisa y una mirada sumamente perturbadora. La chica mejor desvió la mirada al sentirse desnuda, y prefirió buscar al otro tipo. Pero no pudo verlo. El señor a lado suyo, no la dejaba ver al que se supone tenia la misma edad que ella.
    Después de casi dos horas, por fin la extensa explicación del dueño de la compañía, termino. Ahora solo faltaba ver si se firmaba el contrato; así que Hiashi Hyuga pregunto a sus invitados especiales – Mmm…y usted ¿que piensa sobre la propuesta Jiraiya-sama? – Pregunto muy interesado.
    El tipo de larga cabellera, solo soltó una gran y estruendoza carcajada – No veo que tenga mucho beneficio para nosotros…Mas bien, ustedes son los beneficiados – Concluyo en tono serio.
    Hiashi lo miro fríamente, obviamente molesto por el comentario, pero aun así se contuvo y dijo – ¿Qué propone usted Jiraiya-sama? – Pregunto tratando de ser cortes.
    El peliblanco sonrió y susurro – Eso lo discutiremos en privado Hiashi-sama – Concluyo mirando a la peliazul como si se tratara de un objeto.
    La reunión termino y todos lo presentes poco a poco empezaron a desalojar la sala, Incluyendo a la ojiblanco.
    La chica salio lentamente por el corredor, cuando una voz la llamo – Oye, tu te llamas Hinata ¿no es así? – Pregunto una voz enérgica y fuerte, la cual la ojiblanco no pudo identificar.
    La chica se voltio para ver quien le hablaba, y fue entonces cuando vio unos profundos y azules ojos que la miraban atentamente. La chica se quedo hipnotizada al ver esos ojos, que por alguna razón hacia que temblara de miedo, de nerviosismo, y de pánico. Se sentía asfixiada por esa mirada tan profunda; así que tuvo que retroceder unos pasos, para ya no sentirse tan sofocada. Pero no sirvió de mucho, por que aun así seguía sintiendo que le faltaba el aire. Pero ella como buena Hyuga trato de mantener la compostura, y dijo débilmente – Si…esa…soy…Soy…yo – Contesto tartamudeando, pues el nerviosismo se apoderaba de ella. Nunca se había sentido así antes, ¿que rayos le pasaba? ¿Ella intimidada por una persona? ¡¿Por un chico?! No, eso era imposible. Ella no podía estar en ese estado por esos ojos azules.
    – Mi nombre es Uzumaki Naruto, y creo que somos socios; así que es un gusto conocerte – Dijo el chico muy enérgico, y extendiéndole la mano en forma de saludo.
    Ella tomo dudosamente la mano del chico, y mijo su mirada en otra cosa que no fueren sus ojos. Pero para su desgracia ahora lo veía a el. Lo veía todo completo. Se trataba de un chico con una rubia cabellera, como nunca lo había visto antes; morena piel; unas extrañas marcas en las mejillas; sus ojos azules; buen cuerpo; y una enorme sonrisa de oreja a oreja.
    La chica se sintió abrumada, de pronto sintió como su pecho se desgarraba de dolor, e instintivamente lo presiono con su mano.
    – ¿Te encuentras bien? – Escuchaba que le preguntaba el rubio, seguramente preocupado. Pero ella no sabia que contestar. No sabia si estaba bien, o mal, solo sentía como el fino cubo de hielo, que era su corazón se derretía de una manera sumamente dolorosa. Cada vez que escuchaba su voz, cada vez que veía su rostro, todo de ella le temblaba. Se sentía a morir. Por alguna razón le causaba un dolor insoportable el verlo.
    Poco a poco comenzó a tambalearse, mientras que miraba como una multitud le gritaba, y le preguntaba si estaba bien. Pero ella no contestaba. Tenia la mirada fija en el rubio. Extrañamente derramo algunas lágrimas muy oscuras, como si se tratara de sangre. Poco a poco la conmoción, el dolor, la tristeza, la vencieron, y cayó bruscamente en suelo golpeándose la cabeza, y provocando una herida grande en su nuca… Estaba sangrando. La peliazul escuchaba como la gente le gritaba, pero de pronto los sonidos cesaron. Ahora había una profunda y solitaria oscuridad. De nuevo veía esa oscuridad, que le recordaba a algo, pero no sabia que. En medio de la oscuridad, de entre las sombras, apareció una figura femenina muy parecida a ella. De hecho era iguala ella, solo que esta traía una extraña vestimenta, como si usara ropa de pelea.
    – ¿Quién eres? – Pregunto. Pero la figura no contesto, solo se acerco peligrosamente con un Kunai en su mano.
    – ¿Quién eres? – Pregunto mas temblorosa y dejando que el miedo se apoderara de ella. Pero de nuevo la figura no contesto, solo se acerco más y más, hasta que la distancia entre ellas era nula.
    Después solo hubo silencio. Hinata noto claramente, aun con tanta oscuridad, como la figura sonreía por lo bajo. La chica no pudo evitar sentir mas intimidada, algo no le daba buena espina, algo andaba mal, hasta que sus sospechas se hicieron ciertas.
    La figura atravesó el corazón de Hinata con el Kunai. La peliazul vio como una gran cantidad de agua empezó a fluir de su boca, y de la herida en su corazón. Sitio un terrible dolor; así que no pudo evitar caer de rodillas, derrotada por la agonizante herida. Luego no hubo nada, toda la imagen desapareció, solo resonaba una y otra vez las palabras “una segunda oportunidad”


    Continuara… próximo capitulo: El sueño del Ojiazul
    Perdonen faltas de ortografía, estoy muy dormida para revisar.
     
  4.  
    naruXhina

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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    Holaaaaaaaaaaaahi!!!
    yo: me gustó el capi
    inner: ya sabías que era Naruto verdad ¬¬
    yo: sip :P
    esperamos la conti
    BESOS Y CUIDATE adios
     
  5.  
    vcprincess

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    Título:
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3030
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    3- El sueño del Ojiazul

    En un lugar donde las tinieblas, y la oscuridad parecían tener vida propia. En donde las sombras se movían, como pequeños demonios en espera de llevarse consigo a cualquier alma inocente. Un ojiazul de rubia cabellera, se encontraba perdido, con el miedo asechándolo a cada segundo.
    – Hola, hola ¡hola! – Llamaba a todas partes como desesperado. Sus palabras hacían eco entre las sombras, y no había rastro de vida en ninguna parte. Aquel rubio ya no lo aguantaba más, se sentía tan solo y perdido en aquel lugar. Su corazón palpitaba con fuerza, y sus manos y pies temblaban ligeramente.
    El rubio estaba experimentando de nuevo ese sentimiento que conocía bien. A cada segundo que pasaba, ese sentimiento de soledad, crecía y crecía, trayéndole recuerdos dolorosos, que normalmente ocultaba bajo una enorme sonrisa.
    El tenía buenos amigos, de esa clase de amigos de los que se puede contar, que lo hacían sentir que no estaba completamente solo, pero desde que tenía memoria la soledad, y las lágrimas siempre lo habían acompañado. Ahora mírenlo… en esa oscuridad, en la desolación…Esta solo.
    – ¡Hola! – Dijo ya cansado de creer, que alguien respondería a su llamado. Por más que se negaba, sabía que las sombras eran su única compañía.
    El chico rubio cayo arrodillado, pensando que siempre se sentiría así, pensando tantas cosas.
    Trataba de hacerse el fuerte, pues alguna vez prometió no volver a llorar, pero era tan inútil. Gruesas lágrimas resbalaban de sus mejillas en contra de su voluntad; apretaba los labios en un intento de césar su llanto, obviamente, sin resultado alguno; y esa mirada tan calida, que siempre tuvo un brillo especial, estaba opaca, reflejaba una tristeza incomparable.
    De pronto el lugar fue lentamente invadido por una espesa neblina. El ojiazul rápidamente seco sus lágrimas, y miro atónito, en un punto donde la neblina se acumulaba más. Hizo un gesto raro, y achico los ojos, tratando de ver lo que estaba sucediendo.
    Una imagen comenzó a aparecer de entre las sombras, y poco a poco la figura de una niña se hizo cada vez más visible.
    Se trataba de una pequeña de aproximadamente 13 años de edad; Su cabello era corto, color negro-azulado, con dos mechones que hacían resaltar más su pálido rostro; Y su pequeño, pero bien formada figura, lo ocultaba bajo una chaqueta gris, con el símbolo de fuego en una de sus hombros.
    Naruto simplemente no supo como sentirse. Estaba seguro que la conocía. Esa pose tan tímida e insegura; esos ojos tan puros, y blancos, que demostraban algo de tristeza en ellos. Si, algo de ella se le hacia familiar, pero el solo pensar ¿Qué era? lo confundía mucho.
    Una serie de emociones nuevas, recorrieron su cuerpo. Ya no sentía tristeza, ni soledad, sentía algo más: Calidez apoderándose de, el; menos precio por esa pequeña; frustración; y sobre todo furia. Estaba increíblemente furioso, y no sabia el por que. Su sangre hervía, y apretaba los puños, tratando de contener esa emoción tan intensa.
    El tenía puestos sus azules ojos sobre ella. Cada movimiento que hacia; su maldita pose tan tímida; esa maldita inseguridad; el movimiento rápido de sus ojos, tratando de desviar la mirada… ¡ya no lo aguantaba!
    El rubio fijo aun más su mirada en los platinos ojos de la chica, en un intento de cruzar ambas miradas. Hasta que por fin lo logro, y lo que vio lo hizo enfurecer más...
    La peliazul demostraba ganas de llorar. El rubio podía verlo en sus puros ojos…amenazaba con llorar. Esta fue gota que derramo el vaso, su cuerpo ya no aguanto contener tanta ira; así que grito sin pensar – ¡Vas a dejar que ese idiota te trate de esa manera!... ¡Habla como si te conociera, pero no es así!... ¡Demuéstrale a ese tipo que se equivoca! ¡Pelea! ¡Haz algo! ¡Ah! ¡Me desesperas, Hinata! – El rubio se confundió aun más ¿Por qué había dicho eso? ¿Por qué estaba tan furioso? ¿Y por que su voz sonaba tan chillona y aniñada?
    Fue cuando se dio cuenta que ya no tenia 21 años, si no que era un enclenque de trece. El era un niño de baja estatura, con dos marcas en sus mejillas, rubia cabellera, una chaqueta anaranjada con azul, y una extraña banda Ninja en su frente.
    A su alrededor estaban todos sus amigos, pero al igual que el, ellos vestían extraño, y eran apenas unos niños. Además de que te todos tenia la mirada fija en un solo punto.
    El rubio noto que la oscuridad, y la neblina que reinaba hace unos momentos fue remplazada por una imagen completamente diferente. Estaba en una gran sala, que a su alrededor tenia unas pequeñas gradas, en donde se podía observar una plataforma de batalla.
    Todos estaban atentos a la pelea que se estaba efectuando, entre esa niña peliazul, y un tipo pelicastaño con ojos iguales a ella.
    Naruto no entendía que pasaba, no controlaba su cuerpo, y las palabras salían por si solas. Tenia la mirada fija en la batalla, y veía atento como esa dulce pequeña luchaba con todos su fuerzas, con mucha determinación para ganar esa batalla.
    Ella era derribada una y otra vez, pero no se rendía, y aunque le costara trabajo levantarse, ella se ponía de pie después de duros golpes de parte del pelicastaño.
    Naruto ahora la miraba por voluntad propia, sentía gran admiración por ella, por su esfuerzo. Ya no estaba frustrado, ni enojado, sino que un increíble orgullo por ella lo invadía. Estaba anonado, no supo como sentirse en ese momento, solo atino en decir – Vaya, Hinata es muy fuerte – Dijo en un tono bajo, y serio, no muy común en el.
    – Me recuerda a ti – Dijo su amigo de amplias cejas.
    Naruto solo lo miro sorprendido sin entender por que decía eso. Todo era muy confuso para el. Ni siquiera sabía como había llegado a ese lugar.
    Luego una suave voz de chica, interrumpió – Lee tiene razón – Exclamo una pelirrosa de ojos color jade – Mmm…Ahora que lo pienso…Hinata siempre esta observándote – Esto solo logro confundir mas al rubio.
    ¿Que querían decir sus amigos con eso? ¿Que quiso decir Sakura con ese comentario? Vaya, si que su cabeza daba vueltas. Miro de nuevo el campo de batalla, y presencio justo el momento en que esa chica peliazul, y el pelicastaño, daban simultáneamente, un golpe que podía ser el decisivo.
    – ¡Eso! – Grito el rubio muy feliz.
    Ambos ojiblancos estaban frente a frente, muy pegados el uno con el otro, inmóviles, no se podía saber quien dio en el blanco. En lo personal Naruto deseaba que esa chica, a la que llamaba Hinata, hubiera acertado.

    Un profundo silencio invadió el lugar, hasta que un pequeño quejido salio de la boca de la peliazul. Ella cayó arrodillada, tocándose el pecho, y jadeando fuertemente. El golpe que dio no acertó, pero el del peliscastaño acertó perfectamente, y dejo gravemente herida a esa niñita.
    Los golpes seguían de parte ese chico, y ella recibía cada uno de ellos.
    Naruto apretaba los puños observando, como ella era brutalmente golpeaba. Su corazón palpitaba con un sentimiento de profunda preocupación y furia. Admiraba lo que hacia, las palabras que escucho salir de la boca de esa niña, resonaban en su cabeza – “Este es mi camino Ninja” – Esas palabras por simples que fueran, estaban cargadas de sentimiento. Era obvio que para esa pequeña, para todos lo que estaban en esa sala: la batalla; el cumplir una misión, lo era todo.
    El rubio se sintió mareado, por un momento. El conocía aquellas palabras, conocía ese sentimiento de dar todo, hasta la vida por lograr tu cometido.
    Es imposible de describir la cantidad de emociones que lo invadieron, pero todo empezó a tener sentido desde ahora. Ya no veía a la peliazul como solo una niña, si no que la veía como alguien conocido…una amiga.
    El chico siguió atento a cada movimiento de la peliazul. Vio como de nuevo fue derribada, y esta vez, parecía que no podría levantarse. El se preocupo por un instante. Pero ella lo hizo… lo logro… la chica se levanto mostrando determinación en sus ojos, y dispuesta a atacar al pelicastaño.
    El ojiazul sonrió por dentro, creía en su nueva amiga. Estaba atento con un brillo especial en sus ojos. El verla correr dispuesta a acabar con ese chico, lo llenaba por dentro. Pero las cosas no pasaron como el pensaba.
    En un rápido movimiento, el ojiblanco esquivo el ataque, y arremato un duro y extraño golpe, en el pecho de la peliazul.
    Naruto vio en cámara lenta como ella escupía sangre, y caía lentamente, derrotada por el dolor.
    Luego otro silencio invadió el lugar, mientras que todos los presentes no despegaban la mirada del ahora inerte cuerpo de la chica.
    De pronto todo se hizo un poco borroso, y la neblina volvió a aparecer. Naruto ya no era un chiquillo de trece, volvió a tener 21 años. Era como si la escena después de eso se hubiera perdido... Ha sido borrada. Lo único que lograba percibir eran voces. Pequeños hilos de voz, que hacían eco entre la neblina.
    – Cof…Debido a que el participante, ya no puede continuar…
    – ¡NO! ...¡No lo detengas!
    – Naruto ¿que haces?
    – Para que te levantas, si de todas maneras terminaras igual…Una débil, siempre será una débil… ¡No puedes cambiar eso!... Deja de sufrir y mejor ríndete.
    – Te equivocas…cof…Yo…yo no soy la que esta sufriendo…cof…El único que sufre eres tu…Se que sufres, por el con…conflicto de las ramas.
    – Neji detente
    – No des un paso mas…La batalla ya termino.
    Naruto escuchaba atento, lo que podía entender de esos hilos de voz. Era difícil comprender lo que decían, pero algo le preocupaba. Algo lo impulsaba a seguir escuchando. Quizás era curiosidad, o acaso se trataba que…que le importaba mucho esa niña.
    – ¡Hinata! – Escuchó como varias personas, llamaban a esa niña. Pudo reconocer entre las voces la suya… su voz. Algo debió pasar para que la llamara con tanta preocupación. Su corazón latía intensamente, estaba realmente preocupado. Se reía de la ironía de las cosas, no podía creer que esto le estuviera pasando. El estaba mas que preocupado por esa niña. Un sentimiento extraño creció por ella.
    – Deberías de atenderla, en vez de perder tu tiempo mirándome así.
    – ¡Equipo medico! ¿Qué esperan?
    – Entro en paro cardiaco…Hay que llevarla lo antes posible a quirófano…Tiene menos de 10 minutos.

    El rubio solo atino en abrir mucho los ojos. Acaso escucho – “Tiene menos de 10 minutos” – Su mente, quedo en blanco; Nada entraba por esa cabeza: solo silencio, y una brisa fría recorría el lugar.
    El rubio quedo inmóvil por unos segundos, mientras que su mente repetía una y otra vez esas palabras, que lo dejaron en ese estado.
    – Hinata – Susurro.

    De pronto el rubio se levanto del sillón exaltado. De su frente resbalaban gotas de sudor; Su respiración era agitada, y su corazón latía fuertemente, bombeado sangre a mil por hora.
    – “¿Qué rayos fue eso?” – Se preguntaba muy exaltado el chico.
    – ¿Qué te pasa, Naruto?...je je tuviste un sueño interesante – Le dijo un anciano de larga cabellera blanca, con mirada de pervertido.
    Naruto no hizo nada. Normalmente le diría “¡Ah! Eres un pervertido” pero esta vez, estaba demasiado serio, y solo se limito a recostarse de nuevo en el sillón donde se había quedado dormido.
    Jiraiya noto que algo andaba mal, y en un intento de animarlo, dijo – ¡Hey por que no vamos a comer Ramen, en Ichikaru! – El rubio solo suspiro y siguió viendo el techo del departamento.
    – Mmm… sabes…Tengo algo importante que decirte, que tal si vamos a Ichikaru Ramen – Dijo Jiraiya mirando un paquete de fotografías de chicas en paños meno… o mejor dicho imágenes con información especial.
    El rubio vio la tremenda hemorragia nasal de su casi abuelo, suspiro resignado, y se levanto de mala gana para ir al restaurante.

    Continuara… 4- Noticias interesantes.
     
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    Título:
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2120
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    4- Noticias interesantes.

    Alguna vez has escuchado el sonido extraño que hace un reloj cuando la delgada manecilla del segundero, recorre, sin detenerse, por el interminable ciclo del tiempo. Hablo de ese pequeño estruendo, que es regularmente imperceptible para nosotros; que no se toma en cuenta; o no se escucha en la mayoría de las ocasiones. Pero algunas veces…y precisamente cuando no es el momento mas oportuno… ja ja… ahí esta ese molesto ruido. Es increíble como ese sonido puede ponerte aun mas tenso cuando se trata de un examen, del cual no estudiaste; o empeorar las cosas en situaciones desagradables.
    Algo parecido se estaba viviendo en esa habitación de sabanas blancas. Los pálidos rostros de los Hyuga, ahí se encontraban…serios como siempre. El molesto ruido del reloj, era lo único que resaltaba entre aquel silencio cortante. Los Hyugas por lo regular no son muy expresivos, pero esa no era la razón por la que el ambiente estaba tan tenso… Vaya, si que tenían en que pensar.
    Entre esas blancas paredes solo se encontraban posados: el cuerpo de la peliazul, recostado sobre una pequeña cama, y custodiado por dos personas: Neji y Hanabi.
    La pequeña prodigio del clan, estaba sentada en un incomodo banquillo, al igual que su primo, y movía sus pequeñas manos con desesperación. Ella no era la clase de chica a la que le gustaba esperar, era explosiva y muy astuta; y el tenerla en medio de ese silencio le molestaba mucho; así que para distraerse un poco, tomo una de las revistas sobre la mesa, y comenzó a leerla.
    – No te preocupes, Hanabi…Ella estará bien – Le dijo su primo que hasta el momento había estado tan callado como un cadáver.
    – ¡Ah! … ¡Eso lo se primo! – Chillo la joven. Aunque no le gustara admitirlo le preocupaba su hermana. Y como no hacerlo, ¿como que de repente se desmayo, y se golpeo la cabeza tan fuerte, que acudieron al hospital de emergencia? Ella no era así, jamás se había desmayado en su vida, era demasiado fuerte, y calculadora, para ser de esa clase de chica que se desmaya. Además estaba muy consternada por el extraño comportamiento de su hermana en las últimas semanas, y como este, afectaba en el comportamiento de su padre.
    Desde que tenía memoria, el señor al que llama padre…El gran Hiashi Hyuga, era muy exigente con Hinata, aunque siempre estaba orgulloso de ella. Pero ahora tenía la sensación de que una barrera se había formado entre ellos.
    Sentía el desprecio de su padre hacia Hinata, inclusive en esta ocasión ni se molesto en averiguar si su hermana estaba bien.
    – Hanabi – Dijo Neji algo serio. La pelicastaña solo lo miro en espera a que le preguntará “¿Qué le pasa a Hinata-sama?” Lo sabia, era solo cuestión de tiempo. Y tenía razón, la pregunta no se hizo esperar – ¿Qué le pasa a Hinata-sama? – Exclamo su primo.
    – No, no lo se primo… Solo se que – Hizo memoria y prosiguió – Mm…bueno hace algunas noches…

    Una chica de blanca tes, ojos platinos, y larga cabellera castaña, caminaba silenciosamente por el extenso pasillo, que la llevaría a su habitación. Ella estuvo hablando como loca, por varias horas con sus amigas, le dio sed, y bajo por un vaso de agua.
    La chica doblaba la esquina cuando escucho unos extraños murmullos, provenientes de la recamara de su hermana.
    Hanabi, atraída por la curiosidad, se acerco sigilosamente, y pego su oído a contra puerta, para entender lo que decía.
    – Mmm…Naruto-kun – Su hermana pronunciaba ese nombre entre sollozos. Ella simplemente no supo como sentirse, la forma en la decía ese nombre era tan melancólico. Lo decía con desesperación en su frágil voz, y un tanto de anhelo. Era algo confuso para Hanabi, solo le traía un extraño sabor de boca, y una fuerte punzada en el pecho.
    Temblorosa, giro lentamente la perilla de la puerta. Un rechinido leve, se escuchaba conforme la abría. La empujo lo suficiente para dejar una pequeña rejilla, por donde entraba la luz del pasillo, y fijo sus platinos ojos en el rostro de su hermana. Aun con la oscuridad que invadía la habitación, pudo notar, como de las mejillas de su hermana, resbalaban gruesas lágrimas que nunca antes creyó ver derramar. Y la expresión, vaya esa expresión tan…tan cargada de dolor, y difícil de describir, fue la gota que derramo el vaso.
    Hanabi desvió la mirada bruscamente, pues ya no soportaba ver esa imagen ni un minuto más, y con pesar cerro lentamente la puerta.


    – Mmmm – Fue lo único que salio de los labios del castaño. Coloco las manos sobre su barbilla, y miro fijamente a Hanabi. – ¿Es todo lo que sabes? – Pregunto alterado, aunque en su rostro no lo demostrara.
    La chica guardo silenció por un segundo, tratando de ocultar el sonido de su corazón latiendo a mil por hora. Nunca antes se sintió tan asustada, y acorralada por los penetrantes ojos de Neji, pero aun así, junto la energía suficiente en su garganta, y contesto – No, ya te dije todo – Dijo fingiendo una seguridad increíble bajo un semblante orgulloso.
    La verdad es que mentía, si había omitido algo en su relato, pero era algo, que se lo llevaría a la tumba.

    Temblorosa, giro lentamente la perilla de la puerta. Un rechinido leve, se escuchaba conforme la abría. La empujo lo suficiente para dejar una pequeña rejilla, por donde entraba la luz del pasillo, y fijo sus platinos ojos en el centro de la habitación. Ahí yacía el cuerpo de su hermana completamente dormido.
    Hanabi empujo un poco mas la puerta y entro al cuarto, teniendo cuidado de no despertar a Hinata. De pronto una frase salio de los labios de la peliazul – No, me voy a detener Kiba…Este es mi camino Ninja – Esas palabras realmente impactaron en su corazón. Se empezó a sentir mareada, y su vista se volvió borrosa. Involuntariamente pozo su borrosa mirada en Hinata, y lo que vio la dejo mas aturdida. Se dio cuenta que ya no estaba en la habitación de la peliazul, si no que estaba en una superficie árida rodeada de unas doscientas personas… todas vestidas de esa ropa fúnebre. En sus rostros estaban marcadas no solo heridas de batalla, si no también esas heridas más profundas, esas heridas que solo se ven a través de los ojos desolados de la persona… hablo del terrible dolor de perder a un ser amado.
    Todos estaban frente a una serie incontable de ataúdes negros, con unas cuantas flores blancas en sima. Pero ella miraba un ataúd en especial, uno que tenia una pequeña foto de una bella chica de cabello negro- azulado, con esa sonrisa tan llena de ternura que siempre deba, y ese pequeño matiz rojo en sus mejillas, probablemente avergonzada por algo.
    Ella veía con lágrimas en sus ojos el cajón de su hermana mayor. La cruel muerte se la había llevado. El solo pensar en las veces que la trato mal, le rompían el corazón. Sentía tanto odio consigo misma, pero no tanto por aquel chico rubio frente a ella; Por ese maldito indigno, al que su hermana siempre amo, y por quien dio la vida. De pronto sintió una mano fría sobre su hombro, tratando de animarla para que se acercara a despedirse de su hermana. Ella no voltio ver quien era, y con las rodillas temblándole, dio el primer paso para ver acercarse a Hinata. Veía el cajón tan lejano, como si nunca se acerca, y cada paso que daba le arrebatara un pedazo de su, ya seca alma. Las lágrimas seguían cayendo de su rostro, y sus manos temblaban débilmente. Por fin llego al bode del ataúd, y lentamente se acerco a ver última vez el rostro de su hermana; de la débil; de la desgracia. Tomo aire, con su ya partido corazón latiendo fuertemente, y se asomo a ver su hermana. Basto verla unos segundos para caer arrodillada al mojado suelo, y romper en un desgarrador llanto.
    La chica que vio en ese cajón no era su hermana… ¡no! No lo era. No lo parecía: su pelo marchito, sus ojos cerrados con delicadeza, sus pálidos labios algo morados, no rojos como solían estar, y ese brillo especial que siempre tenía su rostro, había desaparecido.

    De pronto es ilusión desaprecio y ahora estaba la misma Hinata recostada sobre la cama, y lo mas importante…viva.


    Hanabi estaba muy sumida en sus pensamientos, mientras que el genio Hyuga la miraba expectante, tratando de descubrir lo que tanto escondía.
    De pronto la peliazul comenzó a abrir los ojos. Ambos Hyugas soltaron disimuladamente una pequeña sonrisita, por fin Hinata había despertado.

    A la peliazul le daba vueltas la cabeza, y sentía una extraña punzada en una parte de su nuca. Instintivamente puso sus manos en donde provenía el dolor, y noto, que tenía una enorme venda sobre su cabeza. Desvió su mirada confundida, y vio una mesita llena de regalos con las palabras “Te amo, y recupérate pronto” Esto la confundió mas, y en busca de respuestas, hizo memoria tratando de recordar que fue lo que paso. Fue cuando recordó unas bellas gemas, azul profundo, mirándola con ternura. Por primera vez en su vida, sintió como la sangre se le subía a las mejillas, y su corazón latía alegremente. Soltó un fuerte suspiro, y se dispuso a ver perdidamente la ventana de la habitación.
    – Hinata-sama ¿se encuentra bien? – Pregunto el pelicastaño bastante extrañado. La chica no contesto, pero si asintió levemente con la cabeza.

    En otra parte de Japón un rubio ojiazul, miraba de manera desaprobatoria a su maestro, que en ese momento tenia la enorme marca de una cachetada sobre su mejilla.
    – ¡Ah! …viejo pervertido – Suspiro, como diciendo “Este nunca aprenderá”
    – Ya te he dicho que no soy pervertido – Dijo en un tono algo serio, que por un instante intimido a Naruto – ¡Soy un súper pervertido! – Grito haciendo una pose extraña, y sonriendo amplio. El rubio cayo estilo anime, por el comentario de su maestro.
    – ¡Eres un idiota! – Grito dándole un coscorrón.
    – Bueno ya olvídalo enano…mejor te digo eso que te tenia que decir – Dijo poniendo serio, y con un enorme chichón en la nuca.
    El chico asintió, poniéndose igual de serio.
    – Seré breve – Hizo una pausa, y miro al rubio – Firme el contrato de los Hyugas – Al ver que el rubio le iba a reprochar por eso, se excuso rápido, y dijo – A cambio de…de su Hija la mayor…Hyuga Hinata…Ella se casara con tigo – Dijo disfrutando la expresión anonada del ojiazul.
    Hubo un silencio incomodo, hasta que el peliblanco se animo a romper el hielo – ¿Que pasa con tigo…pensé que por lo menos me gritarías? – Pregunto divertido. Pero el rubio no contesto, es que no lo creía. Además se había dado cuenta que el nombre de esa chica, concordaba perfectamente con el de la chica de su sueño. Vaya, que estupido había sido por no darse cuenta antes.
    – Pero a mi me gusta Sakura Haruno – Dijo en un tono de voz muy bajo, y raro.
    – Bueno, por eso lo hice…estoy arto de que esa chica te rechace…si sigues así terminaras como yo…Además no puedes quejarte… esa chica es muy linda – Dijo con su cara de pervertido.
    El chico lo miro sorprendido. El tenía razón, quizás debió darle una oportunidad al compromiso, y sirve que averiguaba, si esa chica de verdad tenía que ver con la de su sueño.
    – Esta bien voy a intentarlo – Dijo regalando una sonrisa zorruna.
    – Bien…tendrás tu primera cita con ella dentro de una semana – Dijo con la misma sonrisa que el rubio, guiñándole el ojo.

    Continuara: 5- Cita con la peliazul.

    Disculpen: tardanza, ortografía, no haber visitado otro fics. Etc.
     
  7.  
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    Título:
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
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    Género:
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    10
     
    Palabras:
    3491
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    5- Cita con la peliazul.
    Primera parte…uff se me alargo je je.

    – Padre… ¿De que quería hablarme? – Dijo la peliazul, con un hilo de voz, casi ilegible. Las manos le temblaban, y tenia la cabeza baja, para evitar ver esa mirada afilada y dura, que siempre le ponía Hiashi-sama. Ella se encontraba en la oficina de su padre, aquella que apenas había cambiado un poco desde que fue construida hace siglos. No sabia por que, pero algo en esa antigua oficina le hacia temblar hasta los huesos. Podría ser por que siempre que entraba ahí, había malas noticias para ella ¿O acaso había algo más? – “¿Qué me pasa por que me pongo a si con mi padre? Yo jamás tartamudeo, pero desde ese acontecimiento hace casi una semana, me siento diferente: vulnerable, y tengo el presentimiento que algo me hace falta” – Pensaba la chica, con la miraba perdida en aquel escritorio de madera.

    – ¿Te encuentras bien? – Escuchaba que le preguntaba el rubio, seguramente preocupado. Pero ella no sabia que contestar. No sabía si estaba bien, o mal. Se sentía a morir. Por alguna razón le causaba un dolor insoportable el verlo.
    Poco a poco comenzó a tambalearse, mientras que miraba como una multitud le gritaba, y le preguntaba si estaba bien. Pero ella no contestaba. Tenia la mirada fija en el rubio. Extrañamente derramo algunas lágrimas muy oscuras, como si se tratara de sangre. Poco a poco la conmoción, el dolor, la tristeza, la vencieron, y cayó bruscamente en suelo golpeándose la cabeza, y provocando una herida grande en su nuca… Estaba sangrando.
    De nuevo veía esa oscuridad, que le recordaba a algo, pero no sabia que. En medio de la oscuridad, de entre las sombras, apareció una figura femenina muy parecida a ella.
    – ¿Quién eres? – Pregunto. Pero la figura no contesto, solo se acerco peligrosamente con un Kunai en su mano.
    Hinata noto claramente, aun con tanta oscuridad, como la figura sonreía por lo bajo. La chica no pudo evitar sentirse mas intimidada, algo no le daba buena espina, algo andaba mal.
    La figura atravesó el corazón de Hinata con el Kunai. La peliazul vio como una gran cantidad de agua empezó a fluir de la herida en su corazón. Sitio un terrible dolor; así que no pudo evitar caer de rodillas, derrotada por la agonizante herida. Luego no hubo nada, toda la imagen desapareció
    La peliazul comenzó a abrir los ojos, por fin Hinata había despertado.
    Le daba vueltas la cabeza, y sentía una extraña punzada en su nuca. Instintivamente puso sus manos en donde provenía el dolor, y noto, que tenía una enorme venda sobre su cabeza.

    Un silencio afilado se produjo en aquel lugar, nada ni nadie decía absolutamente nada. Hinata aun estaba cabizbaja, con la mirada perdida en un punto no especifico de aquel escritorio, mientras su padre la miraba con sus penetrantes y aterradores ojos blancos.
    El ambiente se había vuelto algo tenso, Hiashi-sama se había hartado de tanto observar a su hija; harto de ver como la débil de su hija, suspiraba ilusionada; o como sus platinos ojos, se cristalizaba un poco amenazando con llorar. Estaba mas que harto de la tonta e inútil actitud, que su hija adopto en los últimos días, debía acabar con esto de una vez por todas; así que por fin contesto, con la intención que por lo menos, por un momento abandonara esa inútil debilidad. – Sobre el contrato que firmamos con la compañía Hokage – Dijo en un tono cortante y frió. La peliazul salio del extraño trance en el que había entrado, y levanto débilmente la cabeza, sin mirarlo a los ojos. No tenia ni la menor idea por que le hablaba de eso, si el normalmente la usaba para ser una distracción en los contratos, y obligar a todo viejo pervertido a firmar los planes de su padre. Pero solo eso, no le decía más, ni menos, después de que el contrato era firmado. ¿Será que repentinamente su padre había cambiado, y quería compartir sus planes con su hija? No, que tonta era por tener la más remota esperanza de que eso sucediera. De seguro era por otra cosa, por algo que estaba segura suprimiría más su existencia.
    – Hinata, ¿recuerdas lo que Jiraiya-sama dijo en esa reunión? – Pregunto con una dura mirada posada en su hija.
    La chica abrió amplio los ojos. Ya veía a donde iba esto.

    El tipo de larga cabellera, solo soltó una gran y estruendosa carcajada – No veo que tenga mucho beneficio para nosotros…Mas bien, ustedes son los beneficiados – Concluyo en tono serio.
    Hiashi lo miro fríamente, obviamente molesto por el comentario, pero aun así se contuvo y dijo – ¿Qué propone usted Jiraiya-sama? – Pregunto tratando de ser cortes.
    El peliblanco sonrió y susurro – Eso lo discutiremos en privado Hiashi-sama – Concluyo mirando a la peliazul como si se tratara de un objeto.
    – Si padre – Contesto asintiendo. Apretó un poco los puños por debajo del escritorio, preparándose, para lo que sea que tenía que decirle su padre.
    – Bien, me reuní esa misma tarde con ese respetado señor, y me dijo lo que quería – Hizo una pausa, y miro a Hinata con esos ojos que pueden ver todo. Podía notar un leve temblor de parte de ella, y esto solo lo decepcionaba más. – El te quiere a ti – Concluyo secamente.
    Hinata se quedo paralizada con esas palabras, que rayos quería decir con eso. Bueno, claro que sabia que quería decir, pero acaso era cierto. Jiraiya-sama la quería, para uno de sus motivos ocultos, o por pura perversión. De cualquier manera, ella salía perdiendo.
    No se lo permitiría, ella no era ningún objeto, no podían decirle que hacer; bastante ya le había aguatado.
    Una extraña furia comenzó a comerla por dentro; Su mente era lentamente consumida por una extraña neblina roja, que acrecentaba a cada segundo… y en medio de esa imagen aterradora, aparecía de nuevo ella. Esa chica con la misma apariencia, que ella.
    La chica con vestimentas Ninja caminaba furtivamente hacia donde estaba ella. Nuevamente le veía sonreír por lo bajo, y cada paso que daba aumentaba mas su miedo. Luego todo acabo, ya estaban frente a frente, la una con la otra. La extraña chica, sonrió amplio de nuevo, y lentamente levanto su mano derecha en dirección a su frente.
    La peliazul estaba aterrada, temía que le hiciese daño; su corazón palpitaba asustado, y su pecho se elevaba, y sumía, seguramente por que sus pulmones le pedían a gritos un poco de aire. Ella cerro los ojos, tratando de contener las lagrimas que se le escapaban, en espera de lo que sea que le iba hacer la joven. Pero al sentir la calida mano de la chica tocando su frente, se tranquilizo un poco, y abrió los ojos.
    Le sorprendió ver a esa chica, sonriéndole dulcemente, y no pudo haber sentido mejor después de ese susto. Pero su tranquilidad no duro nada, cuando se dio cuenta su cuerpo era lentamente consumido por una energía azul. Comenzó a desvanecerse, dejando en su lugar a aquella chica-Ninja.

    La antigua oficina de su padre volvió adquirir ese silencio abrumador. Hiashi estaba extrañamente nervioso. Posiblemente por que desde que menciono lo del peliplateado, Hinata no había mostrado ninguna muestra de enfado, ni tristeza, a decir verdad no mostraba muestra de estar viva. Su hija, en todo este tiempo, había tenido la mirada baja, y estaba completamente inmóvil. Esto no le gustaba al líder de la compañía, no le gustaba aquello que no entendía…aquello que no podía controlar. Estaba muy alterado, aunque este, no lo demostrara. Increíblemente, no sabia que hacer.
    Repentinamente la puerta de la oficina fue abierta bruscamente. Hiashi voltio a la puerta, con aire extrañamente agradecido en su mirar, de seguro por que alguien lo había librado de ese asfixiante silencio. En la entrada se encontraba su hija menor, y su sobrino, Neji.
    Le extraño la presencia de ambos en su oficina, y justo cuando se disponía a preguntar cual era la razón por la que entraron tan abruptamente a su oficina, Hanabi lo interrumpió.
    – Padre yo he venido, por que te hablaron de la empresa, y necesitan urgentemente…
    – ¿Y usted que contesto? – La interrumpió la peliazul, que hasta el momento permaneció callada – Déjeme adivinar – Decía con una sonrisa irónica – Trato hecho – Exclamo secamente, sin alzar la mirada, sorprendiendo a todos.
    El señor Hyuga, no supo que decir ante esas palabras, vaya si estaba intimidado, pero su maldito orgullo jamás lo dejaría admitirlo; así que contesto fríamente – Lo hago por tu bien – Trato de excusarse. Pero Hinata soltó una risita burlona, ante aquel comentario.
    – Lo haces por mi bien – Decía irónicamente la ojiblanco – Para que te engañas, siempre es por ti, o por el entupido clan Hyuga – Dijo con furia en su voz. El resto la miro sin comprender, según ellos no existía ese tal “Clan Hyuga” del que hablaba.
    – ¿De que hablas? – Pregunto el genio Hyuga, desde la puerta.
    Pero la chica permaneció en silecio, ignorando por completo la pregunta de Neji, y luego sonrió de nuevo.
    – Sabes algo, padre – Lentamente alzo la mirada – Realmente lo disfrute…Me gusto ver tu rostro bañado en lagrimas de arrepentimiento, el día que… morí – Dijo mostrando por completo su rostro. Ella tenia los labios ligeramente morados, y sus ojos…su ojos abiertos, como si pudiera ver a través de todos; a través de todas las cosas; y con algunas venas, notándose por lo bajo de su piel.
    – Hermana – Dijo muy asustada, la pelicastaño.
    – Puedo soportar que me uses a tu antojo – Expreso tranquilamente, dirigiéndose hacia una estantería de cristal – Te perdono por todos esos años en que me trataste como basura…Te soporto todas esas horas de entrenamiento, sin descanso, en donde derrame mucho sudor, y lagrimas – Decía la Hyuga abriendo la estantería – Incluso te aguante el día que me degradaste como líder del clan, y me pusiste el seño del pájaro enjaulado – Expresaba con tranquilidad, mientras tomaba un Kunai de la estantería – Te soporte que no hayas ido a visitarme al hospital, las múltiples veces que Salí herida de muerte – Dijo mirando a los muy atónitos, y aterrados Hyugas.
    – Her…hermana ¿de que?… ¿de que hablas? – Pregunto tiritando de miedo.
    La peliazul poso su mirada en Hanabi, y sonrió de nuevo.
    – Te soporte mucho, sin protestar, ni desobedecer tus órdenes – Decía girando con gran habilidad el Kunai – Después de todo, eso es lo que hace un miembro del clan mas prestigioso de Konoha – Dijo con aire de melancolía – Pero, no mas – Dijo sorpresivamente sin gritar, pero usando un tono severo.
    – ¿Qué?… ¿Qué? – El gran Hiashi, habia mostrado por primera vez temor en su voz, pero no duro mucho. Hizo una pausa, y se aclaro la garganta – ¿Qué quieres decir? – Pregunto sudando.
    – Que no cumpliré ese contrato que tanto dices – Comento con firmeza en su voz.
    Hiashi-sama enfureció con esa palabras, no permitirá que su hija lunática le dijera que hacer – Cumplirás con esa contrato, por que yo lo digo…Espero que te haya quedado claro, Hinata – Dijo con dureza, y recuperando de nuevo esa mirada fría.
    En un abrir y cerrar de ojos, la peliazul, ya estaba enfrente de su padre con el Kunai amenazando su cuello. – Padre…No lo haré – Susurro muy decidida.
    Todos quedaron completamente petrificados con ese movimiento, se preguntaban si realmente esa era la dulce Hinata que conocían. Estaban mas que confundidos, por las habilidades que había mostrado, y sobretodo por todo lo que decía.
    – Hinata…Te casaras con Uzumaki Naruto, quieras o no – Ordeno con autoridad. Su maldito orgullo no le permitía ceder aunque estuviera en peligro de muerte.
    Hinata bajo el arma en cuanto escucho el nombre de su amado: de aquel chico rubio, por el que dio la vida.
    – Naruto-kun – Susurro con dulzura, mientras sus ojos volvían a la normalidad, y un pequeño matiz rojo, aparecía en sus pálidas mejillas.
    Nadie entendía el repentino cambio de la chica, ni siquiera Neji. Vaya, si estaban confundidos. Querían la respuesta a muchas preguntas.
    Ella se sentó en el escritorio, y empezó a contemplar pacíficamente, la ventana.
    – Ha pasado mucho tiempo, Naruto-kun – Decía para si, aunque el resto, la podía escuchar – Ni pensar que di mi ultimo suspiro por ti – Dijo sorprendiendo a todos – Ni pensar que sacrifique mi vida para verte feliz…Para que cumplieras tu sueño de ser Hokage – Dijo con melancolía, al mismo tiempo que se le escapaba una lagrima – Hubiera dado lo que fuera para verte sonreír aquel día…Hubiera dado lo que fuera para llevarme conmigo una de tus bellas sonrisas… y no lagrimas por mi muerte – Su voz sonaba dulce, y quebrantada, amenazando en romper en llanto.
    – Pero así es el camino Ninja…somos armas desechables… y pocos podemos lograr nuestros sueños – Expreso con tristeza, mientras el resto la miraba sin saber que decir antes esas palabras. Algo de ese sentimiento de tristeza, lastima se apodero de ellos.
    – Hinata – Susurro el genio Hyuga.
    De pronto la peliazul, voltio bruscamente hacia ellos, con esa mirada dura, y dijo – Padre, si me caso con Naruto, será por que así lo quisimos, y no por tu contrato – Dicho esto, la Hyuga cayo en un estado de inconciencia, y oscuridad. Donde ese mundo… su camino Ninja, era tan real, como la vida misma.

    En un gran y fino departamento, yacía el rubio, tirado sobre su cama, mirando sin un puntó en específico, el símbolo, tañado en el techo. Era un símbolo arremolinado, con una pequeña patita en la punta. Había escuchado que su familia provenía de una antigua aldea de poderosos Ninjas…La aldea de la hoja. Es por eso que mando a tañar ese símbolo, con la esperanza de saber algo.
    Desde que tuvo aquel sueño, su mente, se preguntaba constantemente más sobre su pasado. Quería saber si realmente tenía alguna relación con aquella chica peliazul de ojos platinos, o solo era un entupido sueño.
    ¿Para qué se engañaba? sabía la verdad, sabía que no era un simple sueño.
    De nuevo había tenido otro sueño con esa chica, pero esta vez fue diferente. El no era el quien animaba a esa peliazul, si no que era ella, la que le brindaba apoyo en batalla.
    El rubio coloco las manos tras la nuca, y suspiro recordando la suave vos de la niña. Fue realmente increíble; se sintió increíblemente bien, con cada palabra de poyo, con su mirada platina, llena de ternura.
    Aun podía recordar sus palabras…
    – Se que puedes vencerlo Naruto-kun…Cuando te veo, siento un gran impacto en mi corazón, y siento que soy capaz de hacer cualquier cosa.
    Una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Recodaba la tímida postura de la niña, y como jugueteaba tiernamente con sus dedos. Le gustaba pensar en ella, pero lo confundía tanto. No le hallaba sentido a aquel sueño. Se preguntaba el por que de esa ilusión ¡¿Por qué ahora?! ¡¿Por qué ahora?!
    Cada noche era acechado por esa cuestión. No tenia sentido que después de veintiún años, apenas hace una semana, hubiera tenido ese sueño. A decir verdad, ya nada tenía sentido.
    La única pista que tenia hasta ahora, era el nombre de Hinata, y por alguna razón estaba relacionado con su futura esposa. Es por eso que estaba tan emocionado, ya quería que fuera mañana para charlar con esa chica.
    Quería tener la respuesta a todas sus preguntas, pero sobre todo deseaba que esa chica, se pereciera, auque sea un poco a la de sus sueños. Deseba que ella fuera dulce, y tímida, como la de sus sueños.
    ¡Ah! Pero que le pasaba, pensaba como un niño enamorado. Rayos, ya le estaba afectando demasiado pensar en Hyuga Hinata.
    – “Será mejor que me olvide de eso, si no quiero hacer alguna tontería mañana” – Se decía el rubio, mientras mojaba su rostro, enrojecido.

    Entre las solitarias paredes de una habitación, yacía la inconciente peliazul, recostada sobre la cama. Ella mostraba una pacifica tranquilidad, a diferencia de otros, donde su mente era victima de dolorosas ilusiones. Pero al parecer, el cruel destino, le había brindado una noche de paz. No sufría esas atroces pesadillas, esas imágenes tan confusas, llenas de melancolía.
    Su hermana menor, el prodigio empresarial, la observaba con preocupación en su rostro. Vaya, si había sido extraño lo de hace un rato, pero le alegraba que todo hubiera terminado. Bueno, al menos eso parecía. Hace unos momentos Hinata despertó completamente extrañada, sin recordar ni una sola palabra, de las ya antes dichas. Esto si que tranquilizo a todos, por lo menos ya no tendrían que lidiar con esa Hinata, completamente distinta. Pero aun seguía la pregunta latente “¿Qué rayos fue eso?”
    Su primo Neji, desde lo sucedido, fue a investigar a la antigua biblioteca Hyuga. Ella le pregunto que buscaba, pero como siempre su muy frió primo la ignoro, y continuo leyendo unos extraños papiros. Es lo que odiaba de el, ¡nunca le decía nada!
    – Mmmm…Zzzzz – La peliazul emitió un sonido gracioso, mientras dormía, a lo que Hanabi solo respondió con una sonrisa.
    – Ja ja, Hermana, mejor te dejo dormir – Dijo poniéndose de pie, y saliendo de la habitación.
    Al mañana siguiente, Hinata se había levantado temprano, y ahora degustaba de un delicioso desayuno en el comedor.
    – Hinata ya estas lista para tu cita – Pregunto con picardía, la pelicastaña.
    – Aja – Asintió sin prestarle mucha importancia – “¿Por Neji-niisan me mira de esa manera?” – Notaba que su primo, y el resto la miraban desvergonzadamente, como si fuese algún bicho raro. – Neji-niisan tengo lago en el rostro – Pregunto con inocencia, a lo que el genio Hyuga respondió bajando la mirada, como si nada hubiera pasado.
    – No, nada – Contesto secamente.
    – ¿Ah? – Exclamo sin entender, para luego ser interrumpida por un sirviente.
    – Señorita Hinata…Uzumaki Naruto esta a la puerta ¿quiere que lo haga pasar? – Pregunto uno de los sirvientes.
    – Si, hazlo pasar – Contesto Hiashi, sin darle la oportunidad de responder a su hija.

    ¡Huy! creo que lo deje en lo mejor… pronto les pongo la conti,.
    Disculpen mis faltas de ortografía.
    Cometarios, quejas y sugerencias al final del fic jeje.
    Si se le hizo aburrido favor de decírmelo, sin miedo, total no mas lloro y ya.
     
  8.  
    danithax

    danithax Entusiasta

    Sagitario
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    hay te quedo muy buena pon la ci¿onti pronto quiero saber
    ¿Que va a pasar entre naruto y hinata
     
  9.  
    naruXhina

    naruXhina Entusiasta

    Géminis
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    holaaaa hi!!!
    yo: son muy buenas las contis
    inner: nunca me imaginé que Hinata actuaría así 0_0
    yo: yo tampoco
    esperamos la conti
    BESOS Y CUIDATE adios
     
  10.  
    Celas

    Celas Usuario común

    Aries
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    wuaoh!!!! que bonito!!!!
    se me saltaron las lagrimas cuando hanabi contaba lo que vio i cuando en el 2 cap ella ve esa silueta i too i el principio k principio me lei too el ff en un dia k triste i me impresiono cuando la hinata la ninja aparece de nuevo es como si kisiera la hinata del pasado volver a la vida para estar con su amado
    esta parte me encanto se me escapabasn lagrimas sin yo qereer

    Ni pensar que di mi ultimo suspiro por ti – Dijo sorprendiendo a todos – Ni pensar que sacrifique mi vida para verte feliz…Para que cumplieras tu sueño de ser Hokage – Dijo con melancolía, al mismo tiempo que se le escapaba una lagrima – Hubiera dado lo que fuera para verte sonreír aquel día…Hubiera dado lo que fuera para llevarme conmigo una de tus bellas sonrisas… y no lagrimas por mi muerte – Su voz sonaba dulce, y quebrantada, amenazando en romper en llanto.

    Pero así es el camino Ninja…somos armas desechables… y pocos podemos lograr nuestros sueños – Expreso con tristeza, mientras el resto la miraba sin saber que decir antes esas palabras. Algo de ese sentimiento de tristeza, lastima se apodero de ellos



    que bonita la historia de hinata y esos sueños tan duros....

    espero la continuacion de verdad que me encato!!!!
     
  11.  
    Celas

    Celas Usuario común

    Aries
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    wuaoh!!!! que bonito!!!!
    se me saltaron las lagrimas cuando hanabi contaba lo que vio i cuando en el 2 cap ella ve esa silueta i too i el principio k principio me lei too el ff en un dia k triste i me impresiono cuando la hinata la ninja aparece de nuevo es como si kisiera la hinata del pasado volver a la vida para estar con su amado
    esta parte me encanto se me escapabasn lagrimas sin yo qereer

    Ni pensar que di mi ultimo suspiro por ti – Dijo sorprendiendo a todos – Ni pensar que sacrifique mi vida para verte feliz…Para que cumplieras tu sueño de ser Hokage – Dijo con melancolía, al mismo tiempo que se le escapaba una lagrima – Hubiera dado lo que fuera para verte sonreír aquel día…Hubiera dado lo que fuera para llevarme conmigo una de tus bellas sonrisas… y no lagrimas por mi muerte – Su voz sonaba dulce, y quebrantada, amenazando en romper en llanto.

    Pero así es el camino Ninja…somos armas desechables… y pocos podemos lograr nuestros sueños – Expreso con tristeza, mientras el resto la miraba sin saber que decir antes esas palabras. Algo de ese sentimiento de tristeza, lastima se apodero de ellos



    que bonita la historia de hinata y esos sueños tan duros....

    espero la continuacion de verdad que me encato!!!!
     
  12.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡aAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ERES BUENISIMA ME ENCANTA, ME FASCINA!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ENSERIO ESCRIBES DE MARAVILLA!!!!!!!!!!!!!! ¿no has pensado en hacer un libro?
    INNER:¡O.O -boquiabierta-
    SHO: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡KIERO CONTIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡PON CONTI PRONTOO PORFAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    SAYOOOOOOOOOOOO


    ME FASCINAAAAAAAAA ME QUITO EL SOMBRERO!!!!!!!!!!!
     
  13.  
    vcprincess

    vcprincess Guest

    Título:
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3566
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    Aqui mi conti.

    – Señorita Hinata…Uzumaki Naruto esta a la puerta ¿quiere que lo haga pasar? – Pregunto uno de los sirvientes, de pelo picudo y negro.
    – Si, hazlo pasar – Contesto Hiashi, sin darle la oportunidad de responder a su hija.
    – Si, Hiashi-sama – Dijo con mucho respeto, al mismo tiempo que bajaba su cabeza exageradamente, y se marchaba del lugar.
    En estos momentos, seria un acto demasiado estupido, no mostrarse lo suficientemente respetuoso frente al líder de la compañía; o desobedecer sus ordenes, por que el se encontraba de especial humor esta mañana.
    En toda la mansión había llegado el rumor que la primogénita de la familia, desobedeció, o mejor dicho reto a Hiashi-sama, con algo que tenia que ver con su nuevo compromiso.

    – ¿Es enserio? – Preguntaba el chico de cabello negro en puntas, mientras fumaba un cigarrillo. El miraba fijamente a su novia: una rubia de coletas, con un temperamento algo especial. Ella por alguna extraña razón le sonreía muy animadamente, y asentía como loca. Una actitud bastante sospechosa para ella, por que su chica, no era de esa clase de chicas, que sonreía de esa manera. No, más bien ella era de esa clase de chica que se quejaba todo el tiempo.
    – Si, si, Shika… Hinata esta comprometida – Le decía por segunda vez la rubia. – Mmm…Que vergüenza – Exclamo repentinamente, algo pensativa.
    – ¿Vergüenza? – Dijo sin entender el pelinegro.
    – Si, vago…Ella ya esta comprometida…Y yo no – Dijo haciendo énfasis en lo ultimo. Ella no lo decía con envidia, si no que trataba, que el muy vago de su novio, cayera en la indirecta.
    – Mmm… Que problemático – Dijo el chico, mirando perdidamente el cielo.
    – ¡¿Problemático?! – Grito la chica bastante enfurecida – ¡¿Qué puede tener de problemático una boda?! – Pregunto echando fuego de su boca.
    El joven pelinegro la miro un tanto fastidiado, alzando una ceja. “¡¿Que acaso su novia no se daba cuenta de las complicaciones de una boda?!” Una boda era desde preparar el festín; adornar adecuadamente el lugar; vestir apropiadamente; y lo mas importante preparar todo para la tradicional ceremonia de separación de los nombres.
    Vaya, en solo pensar en todo lo que se hacia en una boda, si que le daba ganas de recostarse en el jardín, y dormir un poco.
    – ¡Temari! – Grito una joven de cabello acebache, y ojos del mismo color. Ella ya llevaba escuchándolos, desde hace rato, y cuando escucho lo de Hinata, no puedo evitarse atraída por el tema. – Shikamaru tiene razón una boda es muy complicada… Además con lo que paso hace unos minutos, esta boda se ha complicado más – Dijo la joven un tanto preocupada.
    – ¿Qué quieres decir? – Pregunto el pelinegro sin entender.
    – Mmm… ¿No saben?...Bueno, hace un rato acaban de sacar a Hinata desmayada de la oficina de Hiashi-sama – Dijo sin quitar esa mueca de preocupación.
    – ¿Desmayada? – Preguntaron unísono la rubia, y el pelipicudo, a lo que Tenten asintió afirmativamente.
    – Si, una de las chicas encargadas de la limpieza me lo acaba de decir…Al parecer Hinata estaba en desacuerdo con ese compromiso…Y bueno, esa chica cree que Hiashi-sama, pudo haber lastimado a Hinata, por su desobediencia – Dijo un tanto dudosa. – Pero yo no creo eso, Hiashi-sama no es de esa clase de persona – Dijo con sinceridad.

    Tanto Shikamaru, como Temari se miraron mutuamente, Tenten tenia razón. Su jefe, el líder de la compañía Hyuga, no pudo haber golpeado a la peliazul. Hiashi-sama es una persona fría, con una mirada afilada e intimidante, pero no es de esa clase de personas que usan la violencia. El más bien, es de esa clase de personas que si quieren herirte, te destruyen de otra manera. Es como un vampiro chupa sangre, consumen poco a poco tu ser, hasta que solo queda una seca y vacía, piel con huesos.
    No, no es como un vampiro, se podría decir que es aun peor. Un vampiro te mata, pero esta persona consume tu ser, sin matarte. Te deja con vida, para que así puedas vivir sufriendo, deseando la muerte.

    – ¡¿Que rayos hacen ahí parados?! – Grito una mujer un tanto mayor, con una venita hinchada en su frente. Ella tenía una cabellera canosa, y un ceño fruncido, que bien podría espantar a cualquiera. – Deberían estar trabajando – Dijo algo molesta – ¡Mejor vuelvan a trabajar antes de que el señor Hyuga, se entere!


    Después de que el sirviente salio del gran y fino comedor. Se produjo un silencio bastante incomodo, común entre los Hyugas.
    Todos tenían la cabeza baja, con la mirada puesta en su muy exquisito platillo. Ni siquiera se tomaban la molestia en mirar a quien estaba enfrente, solo sorbían, y comían con sus palillos.
    Era realmente desesperante, un sorbo por aquí, otro por acá, el pequeño golpeteo de los palillos, al chocar con la vajilla. ¡Ah! Una sinfonía, que te lleva a la locura. Pero entre esa melodía desquiciada, surge un sonido bajo, casi imperceptible. Es un sonido tembloroso e irregular, que va en aumento.
    La pequeña prodigio de la compañía, Hanabi Hyuga, se percata de este sonido, y por mero reflejo levanta la mirada, en busca del origen de este extraño ruido. Voltea en dirección a su padre, el no puede estar creado ese ruido, el esta tomando un te, mientras lee el periódico. Ahora mira en dirección a su primo, una disimulada sonrisa se forma en los labios de la pelicastaña. Al igual que su padre, Neji lee el periódico, con la misma expresión, seria, y llena de orgullo. – “Se parecen tanto” – Dice para si, la pequeña, sin borrar aquella sonrisita burlona de sus labios. Pero en fin, dirige su mirada a la única persona de esa sala, que podría estar causando el sonido.
    Hanabi ve claramente, como a su hermana, le tiembla ligeramente la mano en la sostiene una pequeña taza de te, mientras que en su rostro, se dibuja una expresión de profunda preocupación.
    La pelicataña, no puede evitar sentir algo de lastima por su hermana. Seguramente entendía, lo nerviosa que podía estar Hinata. Después de todo, cosas extrañas le estaban pasando, y todas tenían que ver con ese chico, con el prometido de su hermana…Uzumaki Naruto. Ella quería decirle algo para que ya no estuviera así, pero ¿Que podría decirle? Las cosas no eran como antes, las cosas eran diferentes, Hinata ya no era la misma, no tenía la menor idea de que palabras eran las más adecuadas, para apaciguar el nerviosismo de su hermana.
    – Her…Hermana – Exclamo para llamar su atención.
    La peliazul salio del trance en el que había entrado, y, miro a su hermanita con una ceja alzada. – Yo…etto…No debes – Tartamudea la menor – No te preocu… – Pero no pudo terminar la frase.

    – Hinata, ve y recibe a tu futuro esposo – Dijo fría, y secamente su padre, sin siquiera alzar la vista, y mirarla a los ojos.
    – Padre – Susurro la peliazul dolida. La chica quería preguntarle, el por que de esa actitud tan fría con ella, ¿que era lo que había hecho para que repentinamente la tratara como si fuera una basura? Pero no lo hizo, se levanto con la frente en alto, mostrando el orgullo de la familia, y salio del comedor, siendo victima de aquella miradas llenas de lastima, de parte de su primo, y su hermana. De seguro ellos podían ver a través de esa mascara tan falsa, seguro ellos podían ver como muy en el fondo, Hinata trataba de contener aquellas gotas amargas.
    La chica camino por el extenso pasillo de madera pulida, dejando escapar aquellas saladas lágrimas, al fin y al cabo su padre, su familia… nadie la podía ver ahora. Ella ya estaba mas que harta, necesitaba desahogar sus problemas, quitarse esa horrible presión sobre sus hombros, necesitaba librarse de alguna manera de su ser por un momento.
    La chica detuvo sus pasos, y recargo su espalda a uno de lo muros. Estaba cansada, y no debía dejar que su prometido la viera en ese estado tan deprimente. Estuvo varios minutos ahí, recargada de espaldas, y con la vista en un punto en específico. Miraba atentamente un cuadro precioso, el único que había en la mansión…El retrato de su madre.
    Cerró sus ojos tratando de recordar una imagen de ella, algún recuerdo vivido con su madre, pero todos habían sido borrados por el cruel tiempo. Hinata, no pudo evitar derramar algunas lágrimas mas, deseba recordarla, deseaba tener algo de ella.
    Entre las sombras, entre las sombras de su mente, no encontraba ninguna imagen, pero si escuchaba una melodiosa voz, una voz tan suave y llena de amor; como deseaba verla de nuevo; Como deseaba que le devolvieran a esa persona de la voz calida, ahora más que nunca lo anhelaba, pero no tenia caso engañarse, jamás la recobraría.
    Duro algunos minutos mas admirando el cuadro de su madre. Era tan hermosa, se parecía tanto a ella, y ya cuando aquellas amargas gotas dejaron de fluir de sus perlados ojos, retomo el largo camino por aquel pasillo.
    Empezó a ver el final del pasillo, aquel que lo llevaría con ese tal Naruto. El nerviosismo, ya desvanecido, volvió a consumirla por dentro. Estaba asustada, temerosa a lo que pasaría. Si bien recordaba todo se debía a el, ¡A ese maldito rubio! Por su culpa ella sufría horribles pesadillas; A todo momento tenia miedo; Se había convertido en una persona tan débil, que su padre, e incluso ella misma detestaba. Y lo peor de todo, no lo odiaba, a pesar de todo, no podía odiarlo, simplemente no podía.
    ¡Ah! Como se detestaba por eso, ¡¿que caso era tonta?! O ¿estaba loca? Ese rubio prácticamente arruino su vida, y ella no lo odiaba, pero si sentía algo calido por el. Cada vez que lo recordaba, cada vez que veía su imagen en su mente, sus pálidas mejillas se teñían de rojo. El era tan… tan extraño. Tenía unos ojos tan únicos como el océano, y una sonrisa algo tonta, pero tan sincera. ¡Ah! ¡¿Quién rayos era así?!
    La chica se detuvo en el umbral de la sala, y suspiro un poco para tomar fuerza – “¡Aquí voy!” – A unos cuantos pasos más, estaría aquel rubio ojiazul… su prometido.
    Paso a través del umbral, entre cerrado un poco los ojos, pues la luz de la sala era intensa. La chica abrió por completo sus perlados ojos, y miro en todas direcciones en busca del rubio.
    Aquel chico de las marcas en las mejillas ahí estaba recargado en uno de los pilares de la casa, con aire despreocupado, observando el jardín que daba con la sala.
    A la peliazul le pareció sumamente atractivo, y no pudo evitar sonrojarse con lo que acababa de pensar.
    – etto…Naruto-kun – Dijo la chica para llamar su atención.
    El chico giro su cabeza para ver quien lo llamaba, y poso sus gemas azules en la delicada chica. Ella era una persona realmente hermosa, quizás si ella no se hubiera desmayado cuando la conoció, lo hubiera notado antes.
    – ¡Ah! ¡Hola! – Saludo animadamente, con una mano en su nuca. El tenía un pequeño rubor en sus mejillas, casi invisible por su color de piel.
    – Hola… Naruto-kun – Dijo muy bajo, tartamudeando levemente. La chica se sentía muy avergonzada, quizás intimidada por la sonrisa del rubio, o por sus ojos color azul intenso. De cualquier manera, ella no estaba actuando como solía ser. Frente a el era muy vulnerable, demasiado delicada, y tímida. ¿Y que rayos era eso de Naruto-kun? ella no se dirigía así con nadie. – etto…Naruto-kun – Dijo sin atreverse a mirarlo a los ojos – A… ¿Dónde?... ¿Dónde vamos a ir? – Pregunto jugueteando con sus dedos.
    El rubio la miro un poco tratando de comprender la extraña actitud de la chica.
    Pensaba que era una chica rara, pero linda. Y la manera en la que jugueteaba con sus dedos era algo que le gustaba mucho.
    – ¡Ah!...Hinata-chan, es sorpresa – Dijo tomándola de la mano, y llevándola fuera de la mansión.
    – ¿A donde vamos? …Naruto-kun – Dijo atolondradamente, mientras era arrastrada por el rubio.
    – Ya te dije Hinata…Es sorpresa… – Dijo sonriente, lo que provoco un pequeño sonrojo de parte de la peliazul. Caminaron un poco mas hasta llegar a la entrada de la mansión, en donde solían poner las limosinas.
    – Ahora sube – Dijo mostrando una motocicleta.
    – Pero…Pero Naruto-kun – Le reprochaba la chica. Ella nunca se había subido a una motocicleta, y a decir verdad le daba un poco de miedo.

    El ojiazul, la miro un poco divertido por la actitud tan infantil de su prometida. Le daba un sin fin de pretextos para no subirse, y a el le encantaba todo eso. Bien, podría estar todo el día tratando de convencerla, pero tenían mucho que hacer hoy; Así que sin tener el permiso de la peliazul, la tomo de la cintura, y la monto sorpresivamente a su motocicleta.
    – Naruto-kun – Susurro tanto sorprendida como sonrojada. El chico al igual que ella, ya estaba montado en la moto, y la abrazaba delicadamente por la espalda.
    – No te preocupes Hinata-chan… No te pasara nada – Le susurro suavemente en el oído, mientras intensificaba el abrazo.
    La peliazul sentía una increíble seguridad en su abrazo. Por primera vez en su vida, podía creer en las palabras de alguien. Ella de verdad lo sentía, no le pasaría nada a lado de ese rubio ojiazul.
    Cerró un poco sus blancos ojos, y se dejo llevar, aunque sea por un minuto, por ese abrazo tan calido.
    Naruto, se quedo igualmente paralizado, sin poder hacer otra cosa mas abrazarla. Sus intensiones de hacerla sentir bien, terminaron en una muestra de sentimientos, tan puros. No podía dejar de apretujarla contra su cuerpo, pues sentía tanta calidez; una calidez nunca sentida en su vida, pero si conocida.
    El, de la misma manera que Hinata, cerró sus ojos, y se dejo llevar por el abrazo. Es que se sentía tan bien.
    Este sentimiento ya lo conocían ambos: la calidez, el aroma del otro. Si, en alguna parte, ya habían experimentado esto.

    – Esa técnica fue asombrosa, Hinata – Decía el rubio ojiazul de trece años, sosteniendo entre sus brazos a una muy cansada peliazul – Tu eres asombrosa – Dijo dedicándole la mirada, y la sonrisa mas sincera a esa ojiblanco.
    Una bella y tierna sonrisa, acompañado con un leve matiz rojo, aparecieron en el pálido rostro de la chica. Ella no podía sentirse más feliz en ese momento, no solo por que estaba en los brazos de la persona que amaba, si no por que esas palabras, demostraban que ella había conseguido lo que tanto anhelaba…Un poco de aprecio de la persona que mas admiraba en este mundo…De su Naruto-kun.

    Ambos jóvenes se quedaron así por un rato, disfrutando de la compañía del otro, hasta que por fin se separaron, sin poder decir absolutamente nada, ante lo que acababa de pasar. Se miraron disimuladamente a los ojos, y partieron juntos en la motocicleta.

    Continuara…

    Próximo capitulo: 6- Dolor.

    Si quieren hacer algún comentario ofensivo, o una critica constructiva, favor de decirlo.
    Bueno, sayo se cuidan, en serio lamento haberme tardado. Creo que no me daban ganas de continuar el fic.
     
  14.  
    Celas

    Celas Usuario común

    Aries
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    uauuu!!!! increible!!!
    me a encantado!!!!de veras!
    eres muy buena haciendo fics!! me encantan son tan emocionales!!!
    el tuyo incluso me hizo llorar!!
    me gustaria ser tu amiga!!!
    espero impaciente la continuacion!
    hasta otra amiga!
    chao!
     
  15.  
    yvette..!!!

    yvette..!!! Entusiasta

    Capricornio
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    hola!! q tal??:D
    inner: tenmos que decirte que tus fics nos encantan es que a veces te hacen llorar o sentir ese amor no se es que
    lo que quiere decir mi inner es que te hacen sentir lo que los personajes sienten y nos encanta!!
    inner: esperamos la continuacion pronto y con ansias
    bueno saludos......bye
     
  16.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    KE BONITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1 ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
    INNER: SEEE AUNKE POBRE HINATA HA DE ESTAR SUFRIENDO MUCHO ToT
    SHO: SEE, PERO AUNKE CONFIO EN KE SE ENAMORARAAAAAAANNN!!!!!!!!!!! SIIIIIIIIIIIIIIII
    INNER: ¡¡¡¡¡¡¡SEEEEE!!!!!!!!!11

    KEREMOS CONTI PRONTOOOOOOOO PORFAS!!!!!!!!!!!!!!

    SAYOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
     
  17.  
    vcprincess

    vcprincess Guest

    Título:
    Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2866
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]


    6- Dolor.

    La hermosa peliazul de ojos blancos como la luna llena, estaba suavemente tendida sobre su cama. De sus ojos tan puros que últimamente eran bañados de un brillo especial, resbalaban lágrimas traicioneras. Aquellas dolorosas lágrimas, que dejaban un saldo camino, a través de sus pálidas mejillas.
    – Hermana –Escucho que le hablaban desde el otro lado de la puerta –Por favor abre… Quiero hablar con tigo – Le suplicaba, insistente la pequeña. Pero la peliazul no hacia caso a esas suplicas, se limitaba a apretabas sus labios, tratando de contener los sollozos. Quizás si hacia silencio, ella se marche.
    – Bueno, hermana…Si quieres hablar – Dijo un poco desilusionada –Estoy aquí – Susurro suavemente, para después marcharse y dejar silencio.
    No es que no lo quisiera, no es que no anhelaba un poco de cariño y consolación. Pero no quería llorar frente a ella, simplemente su corazón, su cuerpo no se movía para abrazar ese amor que le tenia su hermana menor.
    Su corazón no quería sentir nada, y no era piadoso para siquiera, aceptar un abrazo desinteresado.
    Vaya, como las cosas cambiaban; Como el alma era capaz de morir tan rápido; Como las muertes son tan repentinas; Como la vida misma es tan sorpresiva. Mientras ella derramaba lágrimas, alguien podría estar dando su último aliento.
    Es increíble lo mucho que puede pasar en segundos, minutos y horas. De sentirte la persona más dichosa, puedes acabar como ella, llorando amargamente, por cosas que ni siquiera entiende pero sabe que le hieren.
    La peliazul giro su cuerpo que en ese momento yacía recostado boca abajo, para así admirar perdidamente el techo de su habitación.
    – “Es tan blanco…Bien decorado, con algunas partes color cobre, y piezas finamente tañadas en cristal…Es casi perfecto…Pero en la esquina…Donde nadie lo nota, esta ese horrendo error…Una fisura grande, que se pierde con la decoración” – La chica sonrió con ironía, mientras que sus perlados ojos se volvían a bañar de lagrimas. – “Se parece a mi…Parece perfecto, pero no lo es” – Ese pensamiento cruzo por su cabeza, como un relámpago en la tormenta.
    Duro varias horas ahí, acostada, observando como aquellos recuerdos que repentinamente llegaron cuando ese rubio ojiazul apareció en su vida, se desvanecían. Lo sentía, lo veía, a cada respiración suya, esos sueños, esa imagines vagas que de ves en cuando aparecían en su mente, se iban.
    Por un momento se sintió feliz, por fin olvidaría ese nuevo ser que ya le había rebatado demasiado a su “perfecta vida”
    – “Vaya, mi padre me volverá a hablar” – Sonrió la joven Hyuga, supuestamente feliz, pero su sonrisa se borro bruscamente de sus labios. No podía tratar de fingir que lo que le pasaba, le hacia feliz.
    – “Bueno, dejare de tener esos sueños en los que muero” – Se decía para tratar de animarse.
    De pronto una sonrisa burlona se dibujo en sus labios. Era increíble, esto, lo que le pasaba, se sentía peor que respirar con dificultad, que el corazón se detenga, que un frió eterno recorra tu ser. Todo aquello que experimento cada noche cuando moría, no se sentía tan horrendo como esto.
    Cerró sus ojos para tratar de contener aquellas lágrimas que aparecieron de la nada, no se había percatado que de nuevo rompía en llanto. Ahora veía oscuridad, una oscuridad que ya conocía demasiado bien. Sabía que en aquella oscuridad encontraría a esa persona tan fuerte, a esa persona con la misma apariencia que ella; así que se coloco a la defensiva, volteando bruscamente para todas direcciones, en busca de esa persona a la que tanto temía. No tardo en darse cuenta que esa figura, no aparecía por ninguna parte. La peliazul no supo si sentirse alegre o preocuparse por eso.
    Entre las sombras, entre la neblina, camino lento, temiendo a cada paso.
    No la encontraba por ninguna parte, pero si escuchaba un leve llanto. Por un momento pensó que era un eco, un eco mental de hace unos momentos cuándo lloraba, pero al ver que no era así, siguió aquel llanto tan suave y lleno de sentimiento.
    Debía admitirlo, estaba loca por buscar a una persona que le hacia daño, pero por alguna razón poca importancia tenia en este momento.
    Siguió caminando sin orientación, ni sentido del tiempo; buscando, acercándose a ese llanto que aparentaba venir de todas direcciones.
    La peliazul llego mas haya de la angustia, realmente estaba preocupada por esa chica, y el solo pesar que una persona tan fuerte como ella estaba en ese lugar, llorando, no ayudaba mucho.
    Las sombras, la neblina, y aquella eterna oscuridad, se volvían asfixiantes. No tardo mucho en darse cuenta que buscar a esa chica fue un grave error, ahora, ella era un alma mas, perdida entre aquel laberinto.
    Hinata detuvo lentamente aquellos pasos resonantes, hasta quedar completamente inmóvil, mientras una muy helada brisa, jugueteaba con su cabello.
    Duro varios segundos en ese lugar, quieta y con la mirada baja de tal manera, que ahora sus perlados ojos, eran tapados por aquel sutil fleco.
    – No tiene caso… seguir – Susurro con un hilo de voz tan seco, sin vida, para después dejarse caer completamente rendida por el cansancio.
    En cuanto la hermosa peliazul toco el suelo con la mejilla, este se rompió como si tratase de cristal fino.
    Ahora, la delicada e inconciente chica, caía peligrosamente, a gran velocidad por un precipicio. Poco a poco fue recuperando la conciencia, entre abriendo delicadamente aquellos hermosos orbes color plata. Su primera impresión fue completo pánico, mientras trataba de encoger brazos y piernas, como si eso pudiera apaciguar su caída. Pero luego una pequeña sonrisa inexplicable apareció en sus pálidos labios, al tiempo que cerraba sus ojos y se dejaba llevar por su pronta muerte. No tenia caso tener miedo en este momento, ni sufrir por eso…a veces, basta con dejarse llevar.
    La peliazul comenzó a ver recuerdos con aquel rubio ojiazul, como todas las noches, como aquellos sueños-pesadilla que la atormentaban cada noche. Pero esta vez era diferente –“¿Por que se sentía tan triste? ¿Por qué sentía que esta seria la ultima vez?… ¿Acaso lo era?” – Estas palabras corrían por su mente una y otra vez. Mientras uno momento en especial aparecía frente a ella, como una ilusión quizás o…una despedida. Si eso era, era una dolorosa despedida. La única razón por la cual ella estuviera viendo esas imágenes, era por que estaba muriendo.

    El ojiazul, la miro un poco divertido por la actitud tan infantil de su prometida. Le daba un sin fin de pretextos para no subirse, y a el le encantaba todo eso. Bien, podría estar todo el día tratando de convencerla, pero tenían mucho que hacer hoy; Así que sin tener el permiso de la peliazul, la tomo de la cintura, y la monto sorpresivamente a su motocicleta.
    – Naruto-kun – Susurro tanto sorprendida como sonrojada. El chico al igual que ella, ya estaba montado en la moto, y la abrazaba delicadamente por la espalda.
    – No te preocupes Hinata-chan… No te pasara nada – Le susurro suavemente en el oído, mientras intensificaba el abrazo.
    La peliazul sentía una increíble seguridad en su abrazo. Por primera vez en su vida, podía creer en las palabras de alguien. Ella de verdad lo sentía, no le pasaría nada a lado de ese rubio ojiazul.
    Cerró un poco sus blancos ojos, y se dejo llevar, aunque sea por un minuto, por ese abrazo tan calido.

    La chica seguía cayendo a gran velocidad, por esa oscuridad, solo que ahora sus ojos, esos orbes blancos como la bella luna, eran tan sombríos como la noche misma, y una expresión sin sentimientos, estaba en pálido rostro. No faltaba ser muy listo para darse cuenta que todo el crédito por ese repentino cambio lo tenia aquel recuerdo, sumamente bello.
    Pero la tortura aun no terminaba, no para ella, aun le faltaba recordar, por muy doloroso que eso fuera.

    – Naruto-kun ¿que es este lugar? – Pregunto la chica un poco sorprendida. Ella se encontraba en un lugar algo alejado de la cuidad. Era realmente sorprendente, nunca antes había visto un lugar así, por lo menos no en Tokio.
    – J eje ¿te gusta? – Pregunto un poco apenado.
    – Si, Naruto-kun… es hermoso – Contesto admirando las bellas flores únicas en su tipo. Unas bellas flor de loto color plateando, y suavemente bañadas con el roció.
    – Ven Hinata, siéntate aquí – Dijo el rubio, llevándola a la orilla de una pequeño lago.
    – Es increíble…Nunca había visto un lugar tan hermoso – Comento viendo el lugar como niña pequeña en un parque de diversiones.
    El rubio, por el otro lado estaba más ocupado viendo la actitud tan divertida de la peliazul. Era tan linda la forma como observaba todo, como acariciaba una de las flores, como sonreía.
    – Naruto-kun – Le llamo sacando del trance – Gracias – Dijo dulcemente la ojiblanco con la sonrisa tierna, lo que provoco un leve sonrojo de parte de el.
    – J eje de nada Hinata-chan, pero de que me agradeces Pregunto sonriente.
    – Bueno…etto…Por…Por haberme traído aquí…Por la cita – Contesto completamente intimidada por la mirada penetrante del rubio.
    – ¡Ah! …Hinata-chan, no debes agradecerme… Alguien tan linda como tu, se merece esto y mas – Exclamo sonriente el ojiazul, lo que provoco sonrojo mas grande en las mejillas de la peliazul.
    Naruto se preguntaba, por que su prometida había reaccionado así. Tardo varios segundos en percatarse en lo que habia dicho, lo que hizo que sus mejillas se tiñeran levemente de un rojo poco intenso.
    Ambos jóvenes se miraban muy sonrojados, sin saber que decir. Sin darse cuenta empezaron a pederse en la mirada del otro. Lentamente diminuyeron la distancia que los separaba, hasta que prácticamente era nula.
    – Naruto-kun – Susurro con suavidad, mientras los labios de ambos rozaban, amenazando en convertir ese momento en uno mágico.

    Unas amargas lágrimas escaparon de los ojos de la peliazul, para después ser destruidas en el aire. Vaya, si dolía, dolía mucho. Ahora entendía ese sentimiento, ella estaba enamorada de alguien que no le correspondía.
    Todo hubiera sido tan fantástico de no ser por ella, por su mejor amiga. Todo iba perfecto antes de que ella apareciera, pero no podía obligar a Naruto que la amara. Ya bastante doloroso había sido ver como la miraba, como sus preciosos ojos azules brillaban con intensidad cuando la miraba.
    La peliazul empezó a divisar el fondo de ese abismo. Había una imagen ahí, un recuerdo que desconocía.
    – Me gustan las personas como tu – Dijo la imagen de un niño rubio, muy parecido a Naruto, antes que Hinata se estrellara con esa imagen.
    De pronto, Hinata abrió sus ojos, despertando de ese lugar. Aun estaba en su habitación, no había pasado ni un minuto, desde que cerró sus ojos. Pero de cualquier manera se sentía diferente, como si hubiesen pasado cien años de repente. Su cuerpo su mente, estaban igual de maduros y sabios, que antes de empezar esos sueños.
    Trato de recordar que fue exactamente lo que paso hace unos momentos, que paso hace horas, hace unas semanas. Ni un mísero recuerdo tenia, solo un vació eterno en su ser.
    – Hinata-sama, la busca Uzumaki Naruto… Baje enseguida – Le dijo su primo desde el otro lado de la puerta.
    – “¿Naruto?... ¿Quien es Naruto?” – Se preguntaba la peliazul muy confundida.

    Próximo capitulo: 7- No te conozco.
     
  18.  
    Celas

    Celas Usuario común

    Aries
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    eres increible!!!!
    hinata q te pasa! estas enamorada de tu naruto! eso es obvio
    no lo nieges! todo ese sueño q raro!!
    q bueno es naruto llevandola a ese lugar y q romantico!!!
    ¿¡COMO QUE NO SABES QUIEN ES NARUTO?!
    perdio la memoria hinata ?? q misterioso
    espero la contiii!!!! CON MUXAS ANSIAS!!!
    cuidate amiga:)!
     
  19.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
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    Pluma de
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    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    Sólo una pequeña recomendación:

    Separa las líneas y oraciones de tu fic, puesto que es cansado leer tanto texto pegado. También te pediría que dejaras de usar negrita intercalada con cursiva, nuevamente por los ojos. En este color de fondo es muy molesto leer así, también una letra grandes molesta.

    Lo ideal es que lo subas con el color y tamaño como la que tiene mi post, es más cómodo para leer y no cansa.

    Eso sería todo, lo demás está muy bien, nos vemos!! :3
     
  20.  
    yvette..!!!

    yvette..!!! Entusiasta

    Capricornio
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    Pluma de
    Escritor
    Re: Una segunda oportunidad (Romance)(Drama) [Naruhina y otros]

    no puede ser q Hinata no se acuerde de naruto!!
    el es su amor el es de quien siempre estuvo enamorada aaaaa!!
    por Dios me dejas con la intriga ahi q me carcome!!
    espero q continues pronto espero la conti con ansias
    nos vemos...cuidate...bye
     
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