Una rutina dolorosa

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Kaíza, 1 Agosto 2011.

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    Kaíza

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    Título:
    Una rutina dolorosa
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1453
    Una rutina dolorosa…

    Valla… este es otro día en el cual no descansare, la noche de ayer fue la misma que las anteriores, no dormí ni dos minutos. ¿Tengo qué pararme? Sí, no sé porque lo pregunte si la respuesta estaba dicha y predicha. En mi cama me encuentro, la colcha azul del pavorreal se encuentra tirada en el suelo, el edredón negro con mariposas se encuentra en mis pies, mi cuerpo solo logro calentarse con la sabanas de manta rojas que al parecer se enredaron entre mis piernas, lo descubriré cuando me pare, claro, cuando tenga ganas de hacerlo.
    Sigo mirando el techo en el cual, mi hermana puso estrellas que brillan en la noche y sobre ellas puras fotos de la familia, ahora que lo pienso si esta toda la familia. Qué raro, nunca lo note, tiene puesta la foto donde casi me ahogo en la alberca de un hotel en Mazatlán, esa tarde fue divertida ó, también esta puesta la foto de mis quince cuando bailo con ella y me pisa por accidente ya que usaba un vestido rosa lo doble de largo que ella, a fuerzas quería llevar vestido. Yo sufrí las consecuencias, las muy dolorosas consecuencias. ¿Pero que veo? Oh si, la foto donde mi madre me entregaba la última muñeca y en eso ella le pisa la cola del vestido y a mi pobre madre se le ven sus… sus… bueno, algo se le ve, ¡ha, ha, ha! Eso nunca se olvidara. En este momento razono, ¡solo tiene fotos mías con ella! ¡Y son mis fotos! Ahora entiendo quien fue la ladrona.

    ¡Ay no! serán pronto las siete de la mañana, en cinco segundos el sol entrara por mi habitación. Cinco, cuatro, tres, dos, uno. ¡Luz, luz! ¡Me quemo! ¿Eh? Estoy demasiada loca, dejare de ver “Crepúsculo” ya es adicción, pero menos Vampire Knight eso si es medicina. Maldición, me tengo que levantar de ya. No iré a correr, la flojera me ordena que solo desayune y vea una caricatura. ¡Las vacaciones son para estar de floja! No de… ¿Qué es eso? Escucho algo en la cocina ¿pero qué?

    ¡Ay! — exactamente el ruido vino de la cocina y fue el grito de mi hermana mayor, ¿Candy se paró a ser el desayuno? Esto es de ver, para creer.

    Bajo las escaleras a toda prisa pero con mucho cuidado, por la noche llovió y me daría en la torre si me llego a caer. Al llegar al primer piso puedo visualizar a Candy y… ¡Se caerá el cielo! ¡Está cocinando! Pero, está saliendo humo por las ventanas. Ok, mi casa se quema.

    — ¿Qué haces Candy? — le pregunte al acercarme, pero en eso toso por el humo, efectivamente, se quemaba algo. Una cubeta es lo que busco y que esté llena y ¡genial! La cubeta de yogur esta recién lavada y con agua. La sujeto, la balanceó y ¡sí! Seré bombera muy pronto ¡ha, ha!

    Miro a mi hermana buscando una explicación razonable y que me permita darle un pase de nuevo a la cocina, por el momento ella no entrara.

    —Gracias Mar, trate de hacer quesadillas para mamá pero…— mi hermana no deja de ver la estufo con lo que ella hace llamar “quesadillas” después me miro con una sonrisa inocente. — pero digamos que el queso tomo vida propia.

    Aun no entiendo el porque me dice Mar, Kaíza o María suenan más sencillos, pero ¿vida propia? Pero que excusa tan más original, extraña pero original.

    —Tal vez deberías ir por algo al mercado, tamales y atoles no te harían mal. — Le sugerí, ella asintió con la cabeza gacha y trotaba afuera del infiernillo. Limpiaría yo después, dudo que ella sepa tocar la escoba o el trapeador. Lo primero que haré, será llevar las quesadillas marcianas de mi hermana a la basura, pero noto que ella sigue parada en la puerta. ¿No quiere volver a intentarlo verdad? No, no quiere, noto que su cabeza esta gacha, quiere decirme algo. Solo espero.

    — ¿Fernanda estará bien? — su pregunta me llego al alma, no por lo dicho si no por como sonó. Tristeza, sentimiento de llanto, Odio entre otros, eran los que reflejaban sus ojos hinchados por el sollozo de anoche. Lo más que pude hacer fue darle una sonrisa sincera, mirarla a los ojos y contestarle.

    — Sí. — fue lo único que salió de mis labios, desearía que saliera más, pero era imposible. Candy me sonrió al último y se marchó dejándome sola en la cocina de 3x5 anaranjada.
    La mañana pasó bien, pero me demore en comer, limpiar y tratar de que mi madre saliese del cuarto, cosa que fue en vano. Me dispuse a salir directo al hospital, tan solo con mis Jeans claros y rotos, mi camisa roja y una sudadera negra de más de 2 años de antigüedad, mi laptop y mi banda ancha que me permite siempre, conectarme en dicho hospital. Candy se iba a la preparatoria en las mañanas por dos horas, después directamente marchaba a su trabajo en la fábrica de paquetería.

    Tomo el autobús que me lleva a la avenida, luego otra para la calle “20 de noviembre”, de ahí se me hace fácil caminar hasta la esquina “Francisco Marques” y “5 de mayo”, doy vuelta al lado derecho y ahí se encuentra, “El hospitalito” donde mi hermana se encuentra internada.
    Entro y me recibe la enfermera Catalina Juárez sepa que. La chica es amigable y bonita ó, tan solo lo digo porque me da horas extra por estar con mi hermana y que solo yo la visite por un billete de $100. Una joven “agradable”

    Al entrar a la habitación la veo, dormida e inmóvil, cada día se me ara pesado al verla así, pero primero lo primero saludarla, chismearle y luego peinarla.

    — Hola cosa, tengo que contarte que Roy fue a presentar examen a Guanajuato para el trabajo de maestro con Vero, Candy casi enciende la casa pero afortunadamente estuve yo para sobrevivir. Mamá fue a trabajar, el licenciado la llamo para entregarle unos teléfonos. — Vil mentira, pero sonó mejor que la verdad, le explique con tono de arrogancia en mi voz, lo cual era normal. Saco mi peine para empezar con su telaraña de cabello

    Al peinarla, recuerdo cada mañana de clases que lleva su cabello echo estropajo al instituto, como no quería que me vieran con ella la desenredaba y le hacia su trenza. Ahora ya no le hago su trenza, pero le dejo sin nudos sus caireles de enfrente, su fleco de chica “emo rock” enfrente sobre su ojo derecho, y sus ondulaciones traseras parecen olas del mar.

    — Listo. ¿Te parece ver tus nuevos comentarios? Para que te pregunto si se la respuesta. — se la respuesta, malo que ella no contesta

    Después, voy por mi computadora, me siento alado de ella y enciendo mi laptop, me conecto a su página favorita con un nombre gracioso pero original en donde yo apenas soy recién registrada. Abro mi cuenta y checo lo nuevo que tengo. Empiezo a platicarle que me avisan de unas historias, las leeré después. Checo que tengo una conversación reciente en donde todavía no se creen el estado de mi hermana, se lo explicare ahora. Después de eso fui al muro de mi hermana, la invitaron a leer continuaciones de historias, después veo que una de sus amigas les escribe que no molesten a mi pariente, eso sí que fue gracioso, en eso me doy cuenta que otras dos personas le desean lo mejor. La siguen apoyando.

    —Tu amiga está regañando a quien pone avisos en tu perfil, otras tres te desean lo mejor y una de ellas menciona que despiertes para dominar al mundo. No tengo ni la menor idea de que tramen, pero sí que te necesitan. — miro su carita de niña buena, es angelical pero con carácter de diabla, aunque ahora no me parece ver ninguna facción más. Las ganas de llorar me atrapan pero en tu presencia jamás. Tan solo pienso en que podrías… podrías… no.

    —Solo despierta ya. Subir fics tuyos será demasiado cansado. Aparte que cantar sola la de “Everytime we touch” es aburrido— le dije con una sonrisa, después le empecé a leer una historia a la que la invitaron, y así me la lleve. Esto llevara días, será una dolorosa rutina.

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    ok, soy nueva pero acepto de todo, espero les aiga gustado, es algo asi como mi rutina propia.
     
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    Beautiful Blue Moon

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    Ojo,ese comentario te lo pueden borrar por simplemente no mostrar contenido alguno ademas de ''continua pronto''

    Cambiando de tema,el fic estubo hermoso y aunque tienes ciertos errores con comas,puntos y acentos,fue un buen comienzo.Ademas,lo que transmites en este fic es algo lindo aunque doloroso a la vez.Continua pronto,besos byebye!:)
     
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    Kai Usuario VIP

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    T.T hermosa, hermosa. Saludos a tu hermana, ey, me ha encantado, muchos dudan.
    Espero no ser yo la que regañó n///n
    Errores, muy pocos la verdad. Si lloro dios santo que me entusiasme... Ey, el apoyo es incondicional, debes saber donde buscarlo, otra cosa...¿Dominar el mundo? O.o eso lo apoyo...besos.
     
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    Kaíza

    Kaíza Iniciado

    Leo
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    Una rutina dolorosa…
    Capitulo.- 2

    Ok, oficialmente odio mi vida, ni siquiera tiempo de arreglarme tengo, voy con la misma ropa de ayer a ver a mi hermana ya que mi hermana mayor no lava la ropa, la tendre que lavar yo por quinta ves. Estaría muerta si no tuviera una familia de tres en la ruina; mi madrastra mejor conocida como mi madre de pelo lacio y largo color rojo cenizo con piel clara y colorada de la cara acompañada de ojos mieles, pero ahora sumida en la depresión parece Medusa. Mi supuestamente hermana mayor que se parece a mi madre en todo está deprimida por su, como yo le digo, “tutupido” novio que ni la pela. Ni hablar del esposo de mi dicha madre, su pelo chino oscuro y su cara marcada de barros esta hecho un asco y no le gusta su empleo de taxista. Sin contar a una hermana hecha soldado de Inglaterra, de esos que no se mueven hasta que ven que su vino tinto se está poniendo en peligro, todo lo demás esta bien. Aja, ni Barbie me la creyó.

    Oh valla, esto va de mal en peor, no volví a dormir en toda la noche. No sé si fue porque el maldito perro “Lucas” de la señora Martínez o porque mi madre no paro de llorar ¿tal vez culpabilidad? No, soy demasiada frívola para sentirme así. Hoy es un nuevo día siendo las doce de la tarde, y ya me estoy durmiendo en el camión, fue pesada la mañana, tanto, que casi me quiero matar para descansar en paz.

    Genial, ya llegue a la esquina de mi perdición. Pero creo que tengo hambre o se escucha que pasa un terremoto por la ciudad… Ah, no, solo son mis tripas. Prefería el terremoto. En la esquina veo una señora que vende ¿quesadillas? No, ya tuve una mala experiencia ayer, halado de la señora esta un señor vendiendo ¿barbacoa? Va contra mi dieta, pero tengo más hambre que ganas de ser modelo.
    Paso por la calle muy tranquila, esperando que no pase ningún tarado subidito de copas, pero tan metida en mis pensamientos casi me cuesta la vida. Una Neesan negra paso a toda velocidad y casi no vivo para contarlo, pero gracias a otro enano que me hizo para atrás segundos antes, el niño me salvo la vida. Después de esperar el dolor que nunca llego, el niño moreno de cabello oscuro voltea a mi dirección pero sin verme, ahora que lo noto no me ve, su iris de ambos ojos están grises, significa que es ciego.

    — Cuidado señorita, no es loca para morir. — Menciono el niño para después cruzar la calle, ¿Cómo es posible que el vio la camioneta y yo no? No sé, en estos días no obtengo respuestas claras. Mi mente se queda pensando mientras escucho otro gruñir de mi estómago, pero ahora de miedo. Pensándolo bien, no tengo hambre.
    Sigo mi camino rumbo al hospital que esta diminuto y sin mucho presupuesto, pero ya se hizo mi hogar. Entro y ¿Qué veo? Ah, sí Catalina sale de la revisión de mi hermana, apenas me ve y sus ojos marrones brillan de avaricia y su ondulado cabello horriblemente acomodado en una chonga alta saltan de vanidad. Viciosa.

    —Kaíza llegas una hora tarde. — Me recalco mi error, si no fuera la que me deja horas extras con mi hermana estaría tres metros bajo tierra en este momento, desgraciadamente no me daré el lujo de no visitar a mi hermana, pero si se la regresaría.

    —Es que algunas personas si estamos ocupadas, claro que tú me comprendes. — le dije a doble sentido por supuesto, ella se mordía el labio inferior sobre maquillado y se balanceaba con duda. La moleste. Pero eso no me importaba. — ¿Cómo sigue mi hermana?

    —Estable, a pesar de ser una momia. Pasa, el doctor se acaba de ir. — ¡Hija de su… su…! ¡Arg! ¡Maldita! Cuando mi hermana despierte me dará gusto partirle la cara de tarada que se carga. Me calmare, calmarme es lo mejor.
    Después de mi sesión de cinco segundos con mi “yin interior” me dispongo a entrar a la habitación de mi hermana, la veo y sigo sin creerme que ella es la despistada, hiperactiva, divertida, lunática, simpática, sínica, descarada, maniática que se convirtió en un vegetal.
    Bueno, la rutina sigue. Saco mi peine y la empiezo a arreglar.

    —Ok cosa, esta mañana estuvo muy pero muy atareada, más bien peligrosa; casi muero en la casa porque Candy intento hacer roles de canela y quemo los trastes de plástico y también al fin corto con el fenómeno de Toño. Roy quedo en el trabajo en Guanajuato y trato de planchar sus camisas y término quemándolas, tuvo que ir a comprar más. Mamá casi me tira el agua del café púes se tenía que ir rápido, al licenciado le robaron su tienda y ahora ella tiene que encargarse de sepa que, también casi me atropella un lunático con una “Neesan” negra, no me quejo por la marca pero que no quede tatuada su defensa estaría mejor, me salve de pura suerte. — le comentaba a mi hermana mentira, tras mentira, ¿para qué traumarla y hacerla tener una pesadilla? Mejor las cosas nobles, pero… las cosas nobles no es mi realidad.

    Mi madre no ha salido de su cuarto desde que entró en coma, Roy no paso el examen y seguirá trabajando como taxista dentro de otros seis meses más, Candy sigue con el mismo idiota de novio que no la engaña pero si ignora, y hoy me salve por una persona ciega que ve la vida mejor. Ojala fuese un cuento de hadas.

    El cepillo oscuro se quedó a mitad del cairel de mi hermana, noto que mientras me meto en mis pensamientos dejo a mi cuerpo inmóvil. Eso me matara enseguida.

    —Bueno, veamos que te han escrito en nuestra ausencia. — como siempre, voy por mi computadora plateada que pesa demasiado y gracias a eso no siento mi hombro derecho. La enciendo y me conecto a la página, escribo rápido su nombre pues ya me lo memorice. Me sigue pareciendo gracioso. Veo que otra vez le ponen a mi hermana avisos de continuaciones, su amiga no les ha dicho nada, lo hago yo en ese caso. Listo. Leo y leo no mas no encuentro algo interesante, veo que es mejor resumirle a mi hermana las lecturas.

    Esto me la paso haciendo, leyéndole, escribiendo comentarios, leyéndole, escribir sus continuaciones, leyéndole y leyéndole. Esto es cansado pero me gusta estar con ella. Esto hare hasta que ella despierte o nuestras cuentas en el banco estén en ceros. Trecientos cincuenta doctores y otros doscientos enfermeros de los cuales, me he aprendí los nombres, cuatro días con cinco horas seguidas de estar en este hospital te hacen memorizar lo mínimo. Uno que otro doctor guapo pero nada comparado en otros lugares. Ok, en mi dolorosa rutina añadiré el comer algo de la máquina de caramelos donde sacare unos deliciosos “chocoroles” y una lechita “Nwesqui” de chocolate. Ojala fuese bajo en grasas.
     
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