Una relación complicada [Ichiru&Zero]

Título: Una relación complicada
Tipo: One-Shot
Personajes: Ichiru Kiryûu & Zero Kiryûu
Advertencias: ----
Aclaraciones: Esto NO es yaoi, o shônen-ai (relación chicoxchico), (lo digo por si a las moscas), el amor que se asegura entre estos dos es fraternal.
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Una relación complicada​

Las cosas no siempre son fáciles.​

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Hacía mucho tiempo que se sentía de aquella forma. Los celos lo embargaban sin control y aún así seguía tan falso como siempre, con aquella sonrisa hipócrita y complaciente en el rostro, aparentando ser alguien que en realidad no era.

La ira que le provocaba saber que él jamás sería tomado en cuenta lo hastiaba, y no entendía cómo sus padres y el consejo pretendían que él fuese la sombra de su hermano toda la vida… Era inaudito, cruel, el haber nacido enfermo y soportar día tras día los elogios que Zero recibía mientras a él no le daban ni los buenos días.

Y aquello no fue lo peor, porque tras haber escuchado la absurda conversación de sus padres a media noche, discutiendo lo débil que él era y lo inservible que sería para el oficio de la familia algo en su pecho dolió, y no dudó un solo instante en abandonar la casa y dirigirse al precioso árbol de cerezos que anteriormente había visto… ¿Por qué rendirse y no continuar? Simplemente creyó que lo mejor sería abstenerse de seguir luchando en contra de lo inevitable, y en contra del talento de su hermano mucho menos.

Entonces se preguntaba por qué si ambos eran tan idénticos en el aspecto físico no podían serlo en cuanto a las habilidades; daría cualquier cosa con tal de escuchar ser felicitado con sinceridad; y ser tratado con algo más que lástima sería un paraíso.

Y lo gracioso de todo es que, no sabe si encontrarse una vez más con la purasangre fue un camino que le abrió Dios, o simplemente una brecha que le mostró el diablo; y no le importaba honestamente hablando, porque quería hacer sentir a Zero todo lo que él había sufrido aquellos años.

Fue por ello que le permitió vivir; y el rencor que vislumbraba a través de aquellas preciosas cuentas amatistas tan parecidas a las suyas lo llenó de una enferma satisfacción. Ahora él sentiría debilidad, impotencia y el sentimiento de rechazo al convertirse en uno más de la manada.

Fue la magia de la sangre pura de vampiro la que logró curarlo de sus enfermedades, y sin embargo, aún se sentía mal y, estaba seguro, su problema no era físico. Y es que todas las noches, luego de obedecer paso por paso a aquella que le había otorgado la salvación, soñaba con su talentoso gemelo y en lo mal que debía encontrarse ahora. Probablemente ya estaría muerto, o muy cerca de la locura tal vez, pero estuviese como estuviese él lo vería y se reiría de su desgracia en sus narices.

Porque aún luego de aquellos años, el rencor y la envidia seguían presentes, y él deseaba ver su venganza completada.

Fue por ello que una vez finalizado todo y tras la muerte de aquella a la que le debía mucho, entró en un estado depresivo y su odio por él aumentó más, aún así supiese que no había sido él el asesino.

¿Pero por qué? Si él siempre le protegió y le quiso como a nadie en el mundo. ¿Por qué tanto odio a aquel que siempre lo trató como un igual, queriéndolo infinitamente? Celos, envidia, impotencia ¿quién sabe? Otro más de los misterios de la vida…

¿Le había perdonado? Tal vez…

¿Había algo que perdonar?... No.

¿Y por qué pensaba en todo aquello ahora mismo? Ahora que se encuentra abrazándole, y muriendo poco a poco; lo único que piensa es en lo ridículo que ha sido al querer dañarle. Había sido una molestia, ahora más que en toda su vida de enfermo; Merecía morir y devolverle lo que en el vientre de su madre le había arrebatado.

Y se aferra con ahínco a su cuerpo, mientras la sangre de las hendiduras en su cuello brota, brota y sigue fluyendo fuera de él. Su hermano traga, bebe, sorbe, jadea en busca de aire y sigue consumiéndolo, él, su querido Zero, su propia sangre se lo está comiendo.

Una sonrisa se escapa de sus labios; no puede evitar sonreír ante la esperanza egoísta de ser uno sólo con él, y por su mente pasa la fugaz idea de decirle por qué lo ha envidiado tanto todos esos años, más no quiere, se rehúsa a hacerlo sufrir más.

Pretende enmendar sus errores desprendiéndolo de las cadenas de la locura que lo arrastran…

Porque no era odio lo que profesaba su mirada solamente. Entremezclado con los sentimientos oscuros, el amor sincero se encontraba oculto, incapaz de salir en una tan complicada relación.