Una provocativa carta se convierte en una amiga "The Arrow" - oneshot

Era una nueva mañana, otro día para encontrarse con Yukito, eso pensaba Sakura mientras preparaba unos deliciosos hot cakes con una linda sonrisa en su rostro.

—Me imaginaba que un mounstro estaba en la cocina —decía su hermano mayor Toya.

—¡Ya te dije que no me llames así hermano! —gritaba la pequeña.

—Bueno, pero es que haces demasiado escándalo —el pelinegro se sentó a la mesa esperando su desayuno—. Ya no te enojes y apresúrate que se nos hará tarde, y si es así, entonces te dejaré.

—¡No! Ya me apuro —ella en verdad quería ver a Yukito, por lo que se apresuró y desayunó muy rápido para luego ponerse sus patines, casco, guantes, coderas y rodilleras.

Se colocó la mochila a la espalda y se dispuso a seguir a su hermano quien iba en bicicleta, hasta encontrarse con Yukito quien los esperaba en una esquina, los saludaba con una agradable sonrisa mientras sostenía su bicicleta con una mano; cuando lo alcanzaron, Yukito le regaló unos caramelos a Sakura.

—Hoy tengo práctica de basketball después de la escuela, así que no me esperes —dijo el pelinegro para que Sakura lo tomara en cuenta.

—Es cierto, últimamente han estado practicando mucho —decía mirando a Yukito e ignorando a su hermano.

—Eso es porque tendremos un campeonato pronto, el primer partido será este domingo, y ambos estamos como titulares —le explicó el joven de cabellos grises—. ¿Vendrás a vernos verdad? Toya y yo nos animaríamos más con tu presencia.

—Por supuesto que sí, me encantaría Yukito —ella estaba levemente ruborizada.

—Ya vete mounstro, ahí está la entrada —decía Toya fastidiándola.

—¡Que no me llames mounstro! —le reclamaba exaltada, pero ellos ya se habían marchado.

Pasaron unos minutos, Toya y Yukito llegaron a su preparatoria, y Sakura llegó a su escuela primaria, en la puerta se encontró con Naoko y Rika, ellas se acompañaron hasta el salón de clases.

—Hoy nos toca gimnasia —decía Rika para alegrar a Sakura quien seguía enojada porque su hermano la llamó mounstro delante de Yukito—, y tú eres muy buena en ello Sakura.

—Sí, gracias Rika —le contestó a su amiga recordando que no valía la pena estar enojada.

—Buenos días a todas —saludaba Tomoyo cortésmente.

—Buenos días Tomoyo —dijeron al unísono.

Todas entraron al salón de clases, estaban contentas, tomaron sus respectivos asientos, Sakura volvió a sonreír recordando el momento cuando vió a Yukito temprano, él le había obsequiado unos dulces; Tomoyo la veía contenta, por lo que se acercó para hablarle en susurros.

—Parece que tuviste un grato encuentro con el joven Yukito —le decía la pelinegra.

—Bueno, es que es tan gentil —contestaba muy emocionada.

Shaoran las miraba desde atrás, y aunque no quería oír, no podía evitarlo, el tema de Yukito y Sakura lo ponía fastidiado, y aún no estaba seguro del por qué.

—Me invitó al campeonato de basketball, y ya quiero verlo jugar, porque sé que Yukito dará lo mejor de sí —estaba muy entusiasmada con la idea, y el profesor al verla distraída, la llamó.

—Kinomoto, traduce el siguiente párrafo —ordenó el docente, esperando que se equivocara para llamarle la atención.

—Es desde el tercer párrafo —le susurraba Tomoyo, por lo que Sakura lo hizo bien esta vez.

**********

Las chicas salían del vestidor, listas para gimnasia y muy alegres se dirigían al gimnasio, donde empezarían a jugar basketball mixto.

—¿Qué está pasando ? —preguntaba su amiga Shiharu al percatarse que todos los chicos estaban cabisbajos, y observando una escena en particular; las chicas se acercaron para ver mucho mejor.

—¿Pero qué sucedió aquí? —se interrogaban sus amigas de distintas formas y con distintos ánimos.

—Así no podremos jugar hoy —decía tristemente Sakura al ver todos los balones de basketball reventados, al parecer habían sido traspasados por algo delgado y puntiagudo.

—¿No crees que es extraño? —le cuestionaba Shaoran muy discimuladamente—, esto es obra de una carta Clow.

—Tienes razón, y yo que quería decirle a Yukito que me entrenara, pero ahora... —Shaoran la interrumpió.

—Yo puedo enseñarte si quieres... digo... si no te molesta claro está... —se ofrecía avergonzado.

—¿En serio? Muchas gracias —decía tomando las manos de Shaoran y sonriéndole muy animada haciendo que él se sonroje—, así cuando se lo pida a Yukito no seré tan inexperta.

—Sí, está bien —el chico se sintió terrible y se fué entristecido de que el asunto haya acabado así.

—Ay Sakura, te ves tan linda siendo tan inocente —Tomoyo estaba segura que a Shaoran le gustaba Sakura aunque él lo negara.

—Bueno, entonces cuando terminen las clases hoy, me quedaré para atrapar esa carta —decía bajito para que sólo Tomoyo la escuchara—; por lo pronto llamaré a Kero para que venga.

—Yo también haré una importante llamada, necesito un traje para poder grabarte —y sacando su celular se apartó de allí.

Durante la clase de gimnasia, se la pasaron revisando si alguno de los balones servía, pero no hubo ninguno; tuvieron que hacer otras actividades, la escuela iba a comprar nuevos balones, pero acerca del culpable, era difícil de comprobar. Pasaron las horas, y se quedaron Sakura, Tomoyo, Shaoran y Kero que ya había llegado; Sakura ya se había vestido con el atuendo que la pelinegra había hecho que le lleven a la escuela y ya su llave estaba transformada en báculo, Tomoyo ya estaba con su cámara de video a la mano y lista para usar, y Shaoran tenía su atuendo habitual de Hong Kong.

—Es hora de ir a buscarla —Kero lideraba el grupo—, usa la carta Vuelo para localizarla.

—Sí —decía sacando su báculo y la carta Vuelo—. ¡Vuelo!

A su báculo le salieron pequeñas alas y ella junto a Shaoran se subieron, Kero iba volando a su lado y Tomoyo grababa todo desde donde se encontraba escondida; Shaoran trataba de sentir la presencia de la carta y Sakura la buscaba con la mirada, cuando un conjunto de flechas empezaron a atacarles, y con dificultad lograron esquivarlas.

—Allí está —les informaba Kero señalándoles el lugar con la mirada y su pequeña pata.

—Ya la ví —Sakura se dirigía hacia ella, tenía que capturarla, pero aquella carta no dejaba de atacarlos—, es muy agresiva.

La carta Flecha estaba sobre el techo del gimnasio, pero al ver que ellos iban hacia ella, empezó a escapar, y se metió a la escuela de su hermano y Yukito, se metió al gimnasio, de cual se oía que estaban jugando, y Sakura se detuvo sobre el techo, iba a ser difícil atraparla, habían alumnos practicando en aquel momento.

—¿Qué se supone que harás ahora? No creo que quieras que Yukito te vea vestida así —de alguna manera Shaoran sonaba feliz. Ellos luego observaban desde una ventana cercana a donde se encontraban.

—Intentaré atraerla hacia nosotros —respondía confiada de poder lograrlo, aunque le preocupaba mucho que la vieran.

—¡¿Qué pasó con el balón Yuki?! —preguntaba Toya exaltado al ver el balón de una forma extraña.

—No lo sé, pero se quedó sin aire —contestaba confuso—. Iré por otro, así que esperen por favor.

Yukito se apresuró al almacén y entró para coger otro, pero la carta volvió a desinflar ese y otros más con sus flechas. Kero, Sakura y Shaoran estaban enojados, y Sakura más al recordar que ellos estaban esforzándose mucho por su campeonato.

—¡Viento! —y con esta carta hizo que un fuerte viento irrumpiera en la práctica, haciendo que desistieran y la cancelaran, por lo que todos se marcharon del lugar.

—Ahora Sakura, acércate lo más que puedas —ordenó Kero.

—¡Salto! —ella saltó hasta llegar cerca de Flecha, la carta quiso atacarla de nuevo, pero Sakura fué más rápida—. Regresa a la forma humilde que mereces, ¡Carta Clow!

La Flecha se transformó en una carta nuevamente 'The Arrow', se la guardó y salieron de aquel lugar y volvieron a su escuela.

—Esta vez te dejé quedarte con la carta sólo porque ví lo determinada que estabas para conseguirla, además está bajo la jurisdicción de Kerbero —y con esto último se marchó.

—Logré grabar todo Sakura, te veías tan linda, aunque no fué fácil seguirles —Tomoyo siempre exagerando, pero realmente eran sus sentimientos.

—Ahora sí, Flecha ya no interferirá con la práctica de Yukito, ni con nuestras clases de gimnasia —Sakura estaba contenta.

Ambas se despidieron y se marcharon a sus casas; ya en casa, Sakura esta sentada frente al escritorio que había en su habitación, sacó aquella nueva carta y puso su nombre en ella.

—Desde ahora seremos amigas —y con estas palabras Sakura la guardó y luego bajó muy alegre a preparar la cena; mañana sería otro día.