Harry Potter Una noche de luna llena

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Eldaya, 16 Agosto 2011.

  1.  
    Eldaya

    Eldaya Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    14 Agosto 2011
    Mensajes:
    135
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Una noche de luna llena
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    367
    Sabin, sentada en su balancín de madera, viejo y roído, dormitaba en un sueño inconstante, entreabriendo los ojos en cortos intervalos.

    Se sentía intranquila ; a pesar de que aquél día había sido igual de rutinario que los que lo habían precedido, algo en el aire la había llevado a pensar que algo no marchaba bien.

    Un ruido procedente de su flanco la hizo despertar de golpe ; clavó su mirada en unos matorrales, y se levantó de un salto, sin atreverse a dar un paso.

    AH! - gritó con voz débil, el matorral se había movido imperceptiblemente.

    Asustada, un escalofrío la recorrió cuando dos ojos la miraron ; apenas un brillo rojizo cruzó la maleza y se hundió en sus pupilas ; segundos después, desapareció.

    Otro estremecimiento, y de entre el ramaje apareció un brazo, que cayó al suelo, inerte.

    Sabin, con voz ahogada, llamó a su marido, y con paso trémulo se acercó donde ya no parecía haber rastro de vida.

    Se acuclilló frente a la maleza, y tomó suavemente la mano fría.

    Apartó las hojas y ramas y, tras un grito de sorpresa, gritó en dirección a la casa.

    Birac! - un hombre fornido y cuarentón salió de la casa, con un azadón en la mano.

    La miró ceñudo, y se acercó a ela con paso vigoroso.

    Qué quieres, mujer? - preguntó, sosteniendo el azadón en alto.

    Ella no dijo nada, sinó que apartó la maleza para que su marido pudiera ver.

    Santos del cielo!- Es... - dejó caer el apero, y se arrodilló al lado de su señora, abriéndose paso con los brazosp or el matojo, para recuperar lo que había al otro lado.

    Un pequeño niño, enjuto y recigido sobre sí mismo, los miraba con los ojos entornadosm, suplicante.

    Sin fuerzas, agotado y con los labios agrietados, lleno de arañazos y signos de pelea ; los miró, apenado, tras lo cual cerró los ojos, cayendo en un profundo sopor.

    Lupin...- susurró el pequeño entre sueños.

    La pareja se miró desconcertada, y sacaron al niño de allí, llevandolo en brazos el hombre, cogiéndolo de la mano la mujer.

    Entraron en la casa, sin mirar a la monstruosa luna, que, a sus espaldas, parecía augurarles una desgracia...
     

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