One-shot de Pokémon - Una muy dolorosa sonrisa

Una muy dolorosa sonrisa

Bueno, fue en una noche que se me ocurrió hacer esta historia espero que les agrade, en verdad es mi principal razón de escribir que algunas personas difruten leyendo.
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-Sé que ya todos lo toman como un simple juego o un repetitivo intento de alguien desesperado por amor pero es que en verdad no saben la pena que ahoga mi alma. Hoy en día no me queda más engañar continuamente a mi tonto corazón, inclusive si esto me hace quedar como un completo tonto en frente de mis amigos y de ya tantas chicas. Pasó hace bastante tiempo, he de admitir, sin embargo la herida aún sigue allí estrujando mi corazón día con día…

///Flash Back///

Era una hermosa mañana en aquella lejana ciudad, las compras ya le habían tomado toda la mañana al joven entrenador de 15 años y el hambre le recordaba constantemente que aún no había almorzado.

-Dios, esto es más difícil de lo que creía –cargando numerosas bolsas llenas de víveres en sus manos-. Creo que ya debería pensar en donde comer.

El joven de piel morena caminó un poco más por el no muy lujoso centro comercial hasta que halló el área de comidas; como siempre las ilusivas imágenes de la empresas de comida rápida llamaron fuertemente su atención y la de su apetito, revisó lleno de ilusión sus bolsillos para darse cuenta de que el dinero que le quedaba solo le alcanzaba para un vago refresco… Hambriento y sumamente triste caminó hacia la salida del cetro comercial hasta detenerse en uno de los últimos puestos de comida del lugar, la imagen de una suculenta hamburguesa acompañada de tres panes de arroz y un refresco a elegir adhirió sus ojos a ella de manera increíble.

-¿Comprarás uno de esos? –Le distrajo la tierna voz de una sonriente niña a su lado.

-Este… bueno –ruborizándose sin estar seguro de hacerlo por la pena de no tener dinero o por la preciosa sonrisa de aquella niña.

-¿Qué sucede? –Inclinando su cabeza en señal de confusión.

-La verdad… es que no traigo dinero –bajando la mirada con una mezcla de tristeza y angustia.

-A bueno, es eso –sonriendo-. No te preocupes yo te puedo invitar.

-No, no… no te molestes –levantando la cabeza-. No es necesario, la verdad es que ni siquiera tengo hambre –trató de engañar a la joven siendo desmentido por un fuerte rugir proveniente de su estomago que solo le causó enrojecer más.

-Jaja, parase que tu estomago no opina lo mismo; vamos no te apenes, soy Marisol pero puedes decirme Mari –extendiendo su brazo-. Es un placer.

-El placer es mío, Mari –correspondiendo tímidamente el saludo-. Mi nombre es Brock y muchas gracias por la invitación.

-Lindo nombre –sonriendo- .Ven, vamos a ordenar la comida.

Ordenada la comida ambos jóvenes decidieron sentarse en una banca al aire libre fuera del lugar. Si bien a Brock se le hacía irresistible el dejar de ver la hermosa sonrisa de aquella niña, en ese momento sus ojos se concentraron en la tan esperada comida que tenía enfrente; sus modales le decían que fuera despacio, sin embargo el fuerte deseo de comer que sentía le hacía engullir rápidamente.

-Vaya que tenias hambre Brock –llevando la punta de un pan de arroz a su boca-. Te ves muy simpático comiendo –concluyó la chica con una de sus preciosas sonrisas antes de tomar un bocado del pan.

Brock se encontraba fascinado por aquella jovencita, el tiempo juntos pasó más rápido de lo normal hasta que, casi sin darse cuenta, llegó el momento en el que tuvo que despedirse ella sin embargo no podía hacerlo sin saber el número de aquella chica o por lo menos cerciorarse de que la volvería a ver.

-Bueno Mari, ya me tengo que ir.

-Bien Brock, disfruté mucho con tigo.

-Yo también, por eso quería saber si tu… -Bajando la cabeza-. Bueno es que me gustaría saber tú…

-Quieres mi número de teléfono ¿Cierto?

-Si –contestando con un leve susurro al tiempo que asentía con la cabeza.

-No te apenes, solo tienes que pedirlo –sacando un pequeño papel de su bolso y anotando algo en él con un particular bolígrafo de magikarp-.
Aquí tienes –extendiendo su brazo con el papel que contenía su número de teléfono en el extremo de su mano-. Espero que me llames pronto.

La ansiada llamada no se hiso esperar mucho, dos días después de aquel encuentro, con las manos sudorosas y tumbándole el pulso Brock quedó de verse con la hermosa chica en el parque de ciudad Pewter; así siguieron viéndose día con día, semana con semana hasta que al tiempo, con un increíble arranque de valor Brock le propuso a Mari ser novios; fueron los momentos más felices del joven entrenador y su novia, cada día era una nueva y hermosa aventura que descubrir, sin embargo, con el tiempo algo comenzó a cambiar en Mari, ya su sonrisa no era tan tierna como antes ni sus abrazos tan cálidos como al principio; Brock se percató de esto y cada vez que se veían le dolía más su extraña frialdad, hasta que no pudo resistir más y decidió hablarlo con Mari.

Esa noche no habían quedado de verse pero él decidió ir a su casa, la noche era fría mas los ánimos de su corazón le calentaban, tenía la esperanza de hablar de Mari de saber lo que sucedía y de enamorarla de nuevo, tenía la certeza de que todo volvería a ser como antes.

Mientras pasa enfrente del parque algo llamó su atención, dos jóvenes escondidos por las sombras de los árboles se encontraban en una banca ya conocida por él y Mari en el pasado.

-Te amo preciosa, no tienes idea de cuánto –tomando de manera correspondida un cálido beso de su pareja.

-Y yo a ti mi amor, te amo, nunca había sentido esto antes, ahora sé que estoy enamorada, ahora sé, por primera vez en mi vida, lo que es sentir el verdadero amor –inclinándose para abrazar a su pareja ocasionando que su bolso escapara de la protección de las sombras.

Aquella conversación le recordó a Brock los hermosos momentos que había compartido con Mari tiempo atrás; el joven se disponía a seguir con su camino ahora con más animo después de haber escuchado a aquella joven tan enamorada hasta que un pequeño detalle lo alarmó; de aquel a bolso salido de las sombras se escapaba un muy particular lapicero, la forma de pez naranja y la pequeña corona en lo alto de su lomo le recordó mucho al utilizado por su amor en la primeras que se vieron. “Es solo una coincidencia” pensó, sin embargo la curiosidad le obligó cerciorar sus dudas, lentamente se acercó en cautela aprovechando los grandes troncos de los árboles hasta obtener el nivel preciso de luz para identificar la identidad de la chica.

-Oye Brock, reacciona –dijo Ash sacando al joven criador de su recuerdo.

-Ahh –desconcertado-. Perdón Ash, me perdí por un momento.

-Sí, nos dimos cuenta –observándolo con curiosidad-. Pero bueno, ahora que ya regresaste será mejor que avancemos, el concurso de Dawn no nos esperará por siempre –avanzando hasta alcanzar a su compañera de cabello azul por el húmedo bosque.

-Pi pikachu –llamando a Brock desde el hombro de su entrenador.

-Sí, debemos llegar a tiempo –susurró el criador pokemon fingiendo una sincera sonrisa en su rostro…

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"Nunca te perdonaré que me hayas mentido
que me hayas dicho que me querias y que
me amabas cuando en verdad nunca te
enamoraste de mi, nunca sentiste con migo
lo que sientes ahora con él, nunca sentiste
lo que es "el verdadero amor".....
TE AMO....;)