Una familia aparentemente perfecta

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Yumiko Tenou, 29 Septiembre 2013.

  1.  
    Yumiko Tenou

    Yumiko Tenou Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    30 Julio 2013
    Mensajes:
    54
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Una familia aparentemente perfecta
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    493
    Capítulo 1: mi regreso

    Estoy parada en la cera, la luz del sol brilla de manera tan intensa que me hace entrecerrar los ojos, logro visualizar la mansión en frente mío, algunas cosas jamás cambiaran. Es el mismo lugar donde viví gran parte de mi vida y aunque supe que algún día tenía que volver no pensé que sería tan pronto. Hace siete años que me marché de aquel lugar y parece como si no me hubiera ido, el mismo color celeste de la casa, el mismo sendero de cerámicas blancas que conducían a la misma puerta de cedro que cerré al irme, el mismo herbaje verde esmeralda cortado a un nivel exacto, la misma bella terraza perfecta para ver las estrellas o tomar algo de aire fresco… y lo que más me sorprende no es que nada haya cambiado, sino el hecho de que pueda recordarlo después de todos estos años. Empiezo a sudar, no solo por el calor, sino también el nerviosismo. Con honestidad pura, no quiero entrar.

    Me armo de valor para caminar por el sendero que de niña solía llamar “vereda hacia el abismo”. Muerdo mis labios, mi corazón late de manera acelerada, me detengo a medio camino y respiro profundo tengo que calmarme, me tardo unos pocos segundos en normalizar mi respiración, estos años fuera me han sentado bien para mantener la sangre fría en momentos de presión.

    Me detengo en la puerta, doy un último respiro para acabar de tranquilizarme. Toco el timbre y el suave sonido no se hace esperar, espero aproximadamente un minuto hasta que la puerta se abre, una mujer de cabello liso y negro, con una piel color beige con un tinte marrón y una vestimenta formal pero algo llamativa. La reconozco al instante e intento controlar el enojo.

    — Vaya, vaya, vaya, la “hija prodiga ha regresado” ¿te cansaste de vagar?— me dice cínicamente— o es que el vuelo a Europa se pospuso, Isa

    — No estuve vagando, estuve trabajando lo que tú no haces — le digo de manera serena e indiferente — Europa será en pocas semanas y ,por cierto, mi nombre es Isabel, Jazmín

    — Sí, claro— me dice con sarcasmo— ¿para qué vienes?

    — Rosalinda me lo pidió, apenas ayer recibí un mensaje de ella urgente — le digo manteniendo indiferencia— Supongo que no te lo dijo

    — No puede ser… le dije a la suegra que llamara a un profesional no a una niña inmadura— suspira de manera pesada— Bien, pasa pero desde ya te digo que no lograras nada — dice esto último con resignación.

    Bien, lo bueno es que mi abuela Rosalinda no ha muerto, sino ella dominaría aquí. Desde que mi tío Misael la presentó como su prometida ella se declaró como enemiga en lugar de amiga, criticando todo lo que yo hago y a la gente que hace cosas por mí, tachándome de vaga, inmadura, retrasada y más todavía.

    Camino detrás de ella, la casa sigue igual que siempre, tengo que controlarme...
     
    Última edición: 29 Septiembre 2013
  2.  
    Elayne

    Elayne Lo onitumo lati sọ: wuyi lati pade rẹ.

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    Escritora
    Hola Yumiko!
    Tu historia me intriga, en cierta medida, pero aun así siento que no me has descrito todo lo que quería ver sobre esta como para atraparme completamente. La descripción del momento es precisa, aunque siento que falta experimentar el sentimiento necesario, espero volver a leer el segundo capitulo pues ahí es la diferencia.
     
  3.  
    Yumiko Tenou

    Yumiko Tenou Entusiasta

    Virgo
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    Escritora
    Título:
    Una familia aparentemente perfecta
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    759
    Capítulo 2: Nostalgia

    Camino con tranquilidad, pero con mucha familiaridad por la mansión, empiezo a observar cada detalle y nada ha cambiado, es el mismo color blanco y el mismo piso de caoba fina, Jazmín me deja atrás, siempre actuaba de manera tajante o como si yo no existiera. No importa, quiero recordar todo de esta casa a la que jamás podré llamarla hogar.

    De uno a otro momento me encuentro con aquel comedor, las finas mesas, el ostentoso mantel de satín, los cubiertos en orden perfecto, el candelabro de cristal y las copas para champán. Miro con tristeza a la mesa, antes de que yo me fuera habían once sillas, ahora solo hay diez, es como decir que ese era mi destierro y todavía tienes el gran descaro de contarle a mediomundo todo tipo de mentiras.

    Empiezo a avanzar con más rapidez a la sala, no quiero que esos malos recuerdos se me vengan a la mente, llego al pasillo principal lleno de marcos con las fotografías de los miembros de la familia, desde cuando mis tíos y mi madre estaban jóvenes hasta el dia de su boda, frunzo el ceño al ver a sus respectivas mujeres al lado de cada uno, cada una peor que la otra. Hasta que llego al centro de todos esos cuadros en donde debería estar yo, digo debería, pero no lo estoy, en su lugar hay una foto de mis primos cada uno con un uniforme del famoso internado privado que yo rechacé a la edad de ellos.

    —Isa, apresúrate que no tenemos tu tiempo, niña esta— me dice enfadada desde la sala— ¡mueve esos pies!, imbécil — esa última palabra la dijo entre dientes, quizá por miedo a que alguien que en verdad me quisiera estuviese oyendo

    Atravieso los pasillos casi por inercia, de un momento a otro mis pensamientos desaparecen y mi indiferencia vuelve a regirme. Llego a la sala, no me gusta lo que veo, todos reunidos ahí mis tíos, acompañados de sus “dulces esposas” dos parejas sentados en el gran sillón y Misael en uno pequeño. Mantengo completa indiferencia, mi expresión es dura como la de una piedra.

    —Vaya, ya eres una mujer— me dice Elsy una mujer de tez blanca y cabello castaño— no, no, todavía no lo eres, — se burla de manera escandalosa, nunca extrañé esa vos chillona

    — ¿No saludas? — Me pregunta mi tío Misael con ironía, él sabe bien que no me gusta saludar, y menos en este momento, se acomoda en el pequeño sillón unipersonal


    — No, no saludo, Misael — le digo con voz seca


    — Malcriada, sigues siendo una vergüenza para la familia — dice Jazmín, sentándose en las piernas de Misael, no puedo concebir la idea de que ambos sigan juntos, son como gemelos tan horribles de carácter, tan irónicos, tan hipócritas, que parecen cortados por la misma tijera.


    Dirijo mi mirada a quienes no han abierto la boca en un rato. Elsy parece decirle algo a mi tío y su esposo Joel que mantiene la seriedad, a diferencia de Jazmín y Misael ellos son completos opuestos. Veo un poco más a la izquierda y por poco y sonrío al verlos, mi tío Ángel y mi tía Marie, puede que sean los más humanos de todos ellos, pero comparado con el trato de las demás personas no sé si estuve tanto inmersa en un mundo de odiosos que estuve al punto de sentir vergüenza por el dulce trato de las personas de afuera. Todos ellos parecen forrados de una capa dorada y blanca que los hace ver como ángeles ante los demás.


    — Veo que al fin pudiste bajar de peso, pero sigues echa una obesa, ¿Cómo pusiste caber por la puerta? Ponte a dieta bola de grasa — me dice Joel, esa frase me hubiera vuelto loca antes, ahora apenas alzo una ceja, tal parece que su esposa es la única mujer perfecta, miro a Elsy por unos pocos segundos y llego a la conclusión que la única bola de grasa es ella, de por si cuando me fui estaba haciéndose ese tratamiento contra la celulitis.


    — ¿Yo? Su esposa es la única que ya no cabe por la puerta, parece un hipopótamo después de devorarse a un puerco entero — digo con sarcasmo, rio internamente al ver a Elsy con expresión indignada.


    — ¡Malcriada! — lloriquea mientras sacude a Joel


    Se oyen unos pasos pausados y busco de donde provienen, una señora muy veterana aparece moviéndose con la ayuda de un bastón, al fin, la mujer que estaba esperando y no pongo en duda de que ella me espera.
     

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