One-shot de Pokémon - "Una Conferencia, Un Primer Amor..."

"Una Conferencia, Un Primer Amor..."

Hola!!! aquí Meilyn, despues de muuuuucho tiempo. Bueno, como quedamos mi hermano Leo y yo, publicaremos los fics que utilizamos para el concurso del subforo.

Bueno, aqui esta el primero que hice, espero que les guste y que dejen sus comentarios ^-^

Una Conferencia, Un Primer Amor.​

Los rosados pies de una docena de Clefairys danzaban sobre el árido suelo de las montañas, durante aquella oscura noche de luna llena. Gary se arrodilló detrás de una roca, cuidando de no hacer ruido. Bajó su mirada hacia el reloj que reposaba en su muñeca. 11: 56 PM, exactamente 4 minutos para la media noche.

A su lado, su fiel compañero de la oscuridad, Umbreon, escrutaba con ojo experto los movimientos de aquellos pokemon. Estos le indicaban que pronto comenzaría la formación que antecedía al ritual.

-Fairy, Clefairy, Clefairy, Clefairy- las rosadas criaturas habían interrumpido aquel hermoso baile que realizaban, para dar paso a repetidos saltos, aparentemente sin sentido.

-¿Qué están haciendo?- susurró Gary a su pokemon, desconcertado.

Sin embargo, la respuesta llegó antes de que Umbreon siquiera abriera la boca. Uno de los Clefairys se precipitó al centro del lugar, mientras los demás lo encerraban saltando en un círculo y levantaban sus pequeños dedos, para invocar el temido metrónomo.

Gary abrió su mochila bruscamente para sacar su cámara de video y la apoyó encendida sobre la roca que los protegía a él y a su pokemon. Sujetó su libreta de apuntes nerviosamente y con la otra mano (aún más temblorosa) comenzó a garabatear lo sucedido, tratando de no perder detalle.

El brillo que se produjo a continuación evitó que la cámara siguiera grabando e impidió a Gary y a Umbreon ver lo que sucedía. En cuanto se hubo terminado, los Clefairys ya no estaban.

-¡Otra vez no!- bramó Gary, enfadado. Llevaban dos semanas persiguiendo a los Clefairys a media noche y nuevamente estos habían escapado sin que ellos se diesen cuenta.

Recogió sus cosas y las arrojó al interior de la mochila sin tener el más mínimo cuidado. Se sentía decepcionado, frustrado. Esa era otra de sus investigaciones que se iba por la borda. A veces comenzaba a pensar que lo suyo no era la investigación pokemon.

Permaneció en silencio mientras caminaba con Umbreon a su lado, de regreso al laboratorio.

A la mañana siguiente el mal humor de Gary había continuado, especialmente cuando su asistente le había cuestionado sobre el resultado de la investigación.

-Lo siento tanto Gary, pero no debes darte por vencido. Eres un excelente investigador pokemon- le recordó sonriendo.

-A veces pienso que no debería de estar en esto, quizás soy demasiado joven- suspiró- quizás debí quedarme como entrenador…

La joven asistente de Gary, de nombre Emily lo miró tiernamente. Le gustaba el investigador de forma peculiar, por supuesto, el sentimiento no estaba demasiado orientado al plano romántico. El carácter fuerte del chico, que una vez había sido entrenador pokemon brindaba un amplio contraste con el tranquilo y dulce de ella. Y no podía negar que lo encontraba adorable aún enfadado…

-¿Qué tenemos para hoy?-la pregunta inesperada la apartó bruscamente de sus pensamientos.

-Eh…llegó una invitación para la conferencia de misterios pokemon- dijo rápidamente, y por un momento dudo de la coherencia de sus palabras.

-Muy bien Emily, confirma mi asistencia, no me lo perdería por nada del mundo- le sonrió amistosamente.

Los siguientes días transcurrieron deprisa entre preparativos para el viaje del investigador. Tesis que formular, maletas que empacar, Gary era un verdadero desastre cuando se encontraba presionado, pero por suerte Emily lo ayudaba en todo.

Una semana después Gary se hallaba en el barco hacía Isla Rossum, donde tendría lugar la conferencia. En su vida, solo había visitado aquel lugar en una sola ocasión, acompañando a su abuelo. Por supuesto, no había sido una experiencia particularmente agradable. El investigador luchaba constantemente por borrar de su memoria el incidente que había sufrido de niño, a merced de unos Tentacruel salvajes.

Pero a pesar de sus malos recuerdos quizás no existiera una palabra que hiciera justicia al bello espectáculo que brindaba el atardecer en las cercanías de aquella isla. Era absolutamente hermoso ver aquellos destellos rojizos bañando el cielo, que distaban tanto de ser comunes.

-Disculpa… ¿Podrías darme la hora?- una suave y melódica voz hizo apartar la vista del investigador de aquel espectáculo sin igual.

Gary se volvió hacia su interlocutor, o mejor dicho, interlocutora. Se trataba de una chica de cabello castaño y dulces ojos color miel. Era joven, un poco más grande que él, pero menor que su asistente Emily. Le calculaba unos 17 o 18 años.

-Disculpa…-volvió a llamar la misma, pero Gary estaba un poco cohibido. A pesar de “su amplia experiencia” (que en realidad solo existía en su imaginación y que utilizaba para presumir a Ash) por primera vez en su vida no sabia que hacer, ni que decir, era un caso perdido.

-Me imagino que serás investigador…-dijo la chica, olvidándose de la hora, al parecer, la joven había utilizado una pequeña excusa para entablar comunicación con Gary.

-Si…- contestó el investigador en voz baja, recobrándose de aquella primera impresión.

-Y tu nombre es…-indagó un poco mas la castaña.

Gary estaba apunto de responderle.

-¡Faith! es hora de irnos- le gritó un hombre mas o menos de la edad de su abuelo.

-Lo siento, hablaremos en otra ocasión- le sonrió tiernamente y luego le dio un beso en la mejilla como despedida.

Por alguna extraña razón Gary continuó tocándose la cara (específicamente el pómulo que había besado Faith) durante el resto de la tarde-noche en que habían llegado a Isla Rossum. Se sentía extraño, y lo peor es que no sabía por què.

A la mañana siguiente el investigador se sacudió la pereza y decidió mostrar a su pokemon la belleza de aquella isla con un breve paseo por la misma. Umbreon caminaba al lado de su entrenador, maravillado. Isla Rossum era un lugar pacifico y tranquilo, con abundante y extraña vegetación. Sus habitantes eran ordenados y la mayoría de ellos, se distinguía por su amplio sentido de la responsabilidad.

Pero realmente a Gary eso le importaba poco, era la sensación de estar ahí, en ese lugar, lo que realmente lo reconfortaba. Durante las últimas semanas el trabajo había llegado a abrumarlo y se veía obligado a pedirle a Emily un par de masajes en los hombros. Realmente le daba pena abusar asi del cariño que le tenía su asistente.

Después de recorrer algunos lugares de aquella Isla, el investigador se dirigió a un mirador, cerca del hotel donde se hospedaban los invitados a la conferencia. El mar demostraba calma, sus salinas aguas se agitaban muy suavemente y ocasionalmente empapaban a algún Corpish que paseaba por la playa. Era un espectáculo hermoso.

-Definitivamente lindo…-Gary se estremeció, era la voz de Faith.

La castaña le sonrió y luego se acercó a Umbreon, para acariciar su suave pelaje.

-Me refería al mar, pero tu pokemon es también hermoso- siguió acariciando suavemente al pokemon y por un momento, Gary deseó ocupar el lugar de Umbreon.

-¿Estas invitada a la conferencia?- el investigador había decidido cambiar de tema.

-¡Claro!- contestó enérgicamente- todos los investigadores lo están.

-Me alegro…

-¿Sabes? aun no me haz dicho tu nombre...-preguntó ella.

-Gary, Gary Oak.

-¿Nieto del famoso Profesor Oak?

Gary asintió. Para él era un verdadero honor ser el nieto de Samuel Oak.

-Bueno, nos veremos en la primera sesión de la conferencia- le sonrió tiernamente, se despidió del chico y de su pokemon y comenzó a caminar rumbo al hotel.

Un buen rato más tarde dio inicio la conferencia de misterios pokemon. Gary se sorprendió al encontrar ahí tantos investigadores. Muchos de sus colegas estaban presentes, y Faith se encontraba en la mesa de honor, al frente del salón.

De pronto todos se pusieron de pie y se abrió una puerta a la izquierda del salón. Gary vio entrar al mismo anciano que le había gritado a Faith en el barco. El hombre de edad algo avanzada se sentó en el centro de la mesa y habló a sus demás colegas.

-Bienvenidos sean ustedes a la Décimo Quinta Conferencia De Misterios Pokemon, cuya sede es en esta ocasión, Isla Rossum- el tono de aquel hombre era autoritario y también increíblemente diplomático.

El resto de la primera sesión en la conferencia le pareció aburrida a Gary y se distrajo observando a Faith. La castaña tenía unos ojos profundos que demostraban sabiduría…y belleza.

Los siguientes días de la conferencia pasaron (en opinión de Gary) demasiado rápido. Se descubrió más de una vez pensando en Faith y llegó a la conclusión de que le gustaba, o más bien, de que era la primera chica que le gustaba. También logró averiguar la identidad del presidente del consejo de investigadores ¡Era el padre de Faith! ¡Por eso le gritaba en el barco!

Una vez superada la timidez de Gary, este comenzó a invitar a Faith a salir. Visitaron muchos lugares interesantes en la Isla, fueron de día de campo con sus pokemon y Gary juró que ella sentía lo mismo por él. Por lo mismo, pensó una y otra vez la posibilidad de declarársele. Tardó mucho en decidirse, pero al fin había llegado ese día.

Era mas bien una tarde, durante la cual habían estado observando el bello atardecer, con aquellos destellos rojizos, una semana después de la llegada de ambos a Isla Rossum. El día anterior había terminado la conferencia y al siguiente volverían a casa.

Gary suspiró y se infundió algo de valor a si mismo, era el momento.

-Faith yo…- comenzó, no muy seguro de que lo que iba a hacer.

-¿Si?- la chica lo miraba interrogativamente.

-Me gustas- soltó de repente.

Faith no dijo ni una palabra. Sus ojos miel se abrieron mucho y en su rostro se dibujó la estupefacción. ¿Le gustaba a Gary? ¿Realmente había escuchado bien?

-¿No…vas…a…decirme nada?- el investigador se mostraba nervioso, esperando una respuesta.

El rostro de la castaña se inundó de tristeza y salió corriendo de aquel lugar, ante la mirada atónita de Gary.

Ni ese día ni el siguiente tuvo noticias de Faith. Llamó a su cuarto, la buscó, pero nada daba resultado, asi que se vio obligado a regresar a casa.

En ese momento se hallaba sentado en su camarote, con Umbreon a su lado, preguntándose una y mil veces que había hecho mal. La respuesta, sin embargo, le llegó relativamente rápido.

Umbreon sacó de la mochila de Gary un pequeño sobre, que contenía la firma de Faith. El investigador se precipitó a abrirlo.

Querido Gary:

Se que probablemente pienses que soy la peor persona del mundo, una que no valora tus sentimientos. Debo decirte sin embargo, que te quiero mucho, pero solo como un amigo…

Lo siento tanto Gary, si pudiera regresar en el tiempo y borrar el pequeño e insignificante detalle que te hizo enamorarte de mí lo haría, no quiero verte sufrir.

Yo tengo una vida en mi natal Ciudad Rosenberg, como supongo tú la tendrás en pueblo paleta o en cualquier otro lugar donde vivas. Tengo ya un novio, y soy 3 años mayor que tú, lo nuestro nunca hubiese podido funcionar. Lo sabes bien.

Espero que esto no dañe nuestra amistad, te dejo mi email mas abajo, por si quieres contactarme. Atte: Faith.

Sobra decir que a Gary le costó un poco de tiempo el recuperarse de aquel desastre amoroso, pero fuera de eso recordó a Faith con mucho cariño. Siguió en contacto con ella por email y la visitó en un par de ocasiones, para compartir conocimientos científicos.

-Jamás hubiera podido olvidarla Umbreon- le comentó a su pokemon unos 6 meses después- fue mi primer amor…

FIN. ​