Temblaba, hecho un ovillo, escondido detrás del tronco de aquel frondoso árbol. Su mente trabajaba a mil por hora, pero su cuerpo no era capaz de responderle: Estaba verdaderamente aterrado de la bestia que le seguía el rastro en aquel momento. ¡Oh, cruel destino, porqué decidías jugarle tan malos actos a él, que era un alma pura y buena, cuando había otros cuyo interior era oscuro y malvado! Lloraba en silencio, pero las lágrimas salían de manera abundante por sus orbes cristalinos, mientras se lamentaba por la injusticia que estaba pasando. ¡¿Por qué a él, que siempre había sido tan bueno!? Aquel día sólo había querido pasear por el parque, feliz y tranquilo, cuando aquella bestia cuadrúpeda y de dimensiones colosales se le apareció de repente, con la lengua de fuera y enseñando sus afilados colmillos. Su mirada era oscura, completamente vacía y carente de vida. La espuma brotaba de su boca con fuerza, y sus ladridos sonaban como disparos de cañón. Había corrido por su vida sin dudarlo, y ahora se encontraba allí, sintiendo como aquel ente se acercaba cada vez más; sólo era cuestión de tiempo para que le encontrase. En su estado de pánico absoluto, no podía trepar ni construir refugio alguno, pero incluso en situaciones normales, lo más probable es que tampoco lo hubiese conseguido. Sólo le quedaba abrazar sus piernas y seguir llorando hasta que le llegase su final. Y eso fue lo que hizo. —¡¡U-Uah!! —chilló, cuando la bestia se apareció a su lado, sonriente. Sus fuerzas le abandonaron cuando el animal se le abalanzó, quedando desmayado. ... El energético pastor alemán lamía repetidas veces de forma amistosa la cara del chico de 17 años que, en aquellos momentos, yacía inconsciente sobre el suelo. Moviendo la cola y soltando de vez en cuando algún otro ladrido de ánimo, le instaba una y otra vez a levantarse del suelo y jugar con él. A veces, la bestia más peligrosa de todas, es nuestra propia imaginación.
Me ha agradado mucho tu escrito, aunque hubiera preferido que omitieras la reflexión del final para que cada quien tuviera libertad de llegar a ella por sí mismo, o le diera su propia interpretación si así lo prefería. Me ha hecho mucha gracia que el chico se desmayase cuando el perro sólo quería jugar, y siendo sincera, probablemente a mí me hubiese pasado igual que a él si un can de semejantes dimensiones me persigue de pronto por ello parque En fin, buen escrito <3