One-shot Una Alicia... Ninguna Alicia

Nota de la Autora: Hola a todos!!!! ¿Qué tal la vida? La mía pesada desde que entre a la universidad, pero en fin, he abandonado el foro, aún debo continuar mis fanfic's de Inuyasha y el de Miku de este mismo foro vocaloid "Un Grotesco Romance", la verdad todo me consume, pero en cuanto empiecen las vacaciones volveré a la talache, bueno... siguiendo con el tema de fanfic's, hace poco salió convocatoria para un concurso en el foro vocaloid y este es el fanfic que resulta de ello, un fanfic sobre la popular canción de "Los sacrificios humanos de Alicia"

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una canción realmente muy buena, en realidad ya tenía un fanfic de esta canción, y también fue para un concurso ¿Chistoso no? Parece que realmente esta canción nunca parará de ser popular, pero este fanfic por obvias razones de antigüedad e historia, ya no puede ser inscrito aquí, pero por si desean pasar a leerlo, aquí se los dejo

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https://fanficslandia.com/index.php?threads/fanfic-¿tú-eres-alicia.29737/

pero si lo leen notarán que este fanfic es diferente, protagonista distinto, e historia distinta, manteniendo las particularidades de la canción, bien... ¡Espero lo disfruten! XD y sin más espera... he aquí el fanfic esperado para mucho y para nadie...

Una Alicia… Ninguna Alicia

“¿No te preguntas dónde estamos?”​

Sonaba el reloj de una manera estrepitosa, marcando que era la hora de dormir, aún lo recuerdo como si fuera ayer, aún dentro de este frío cuarto recuerdo como mis padres nunca se encontraban conmigo en casa, pero la verdad, a estas alturas, ya no me preguntó la razón, en realidad tampoco me importaba mucho cuando era pequeña, yo solo dormitaba en el regazo de mi abuela, aún recuerdo su voz como si fuera ayer.


— En algún sitio… —esa voz tan calmada y dulce— habitaba un pequeño sueño —que siempre me contaba cuentos para antes de ir a dormir— nadie nunca supo quien lo había soñado —y yo cerraba mis ojos imaginando aquella historia— era realmente muy pequeño, y un día llego a pensar a causa de ello:

“No quiero desaparecer de esta forma”​

Las palabras combinadas con su voz resuenan como eco en esta pequeña habitación, mientras trato de mantener el poco calor que me queda con mis manos, me preguntó donde estoy, aunque realmente ya no me interesa tanto como al inicio, porque apenas recuerdo quién soy.

“¿Qué haré para que se fijen en mi?”​

— El pequeño sueño pensó y pensó… —a estas alturas, lo único que me mantiene con algo de cordura, es recordar la voz de mi abuela contando aquellos aterradores cuentos— hasta que encontró una solución.

“Si logro que las personas permanezcan dentro de mi…”​

— ¿¡Por qué!? —grito en mi desesperación mientras golpeo el frío piso con mis manos— ¡Déjame salir!

“Ellos construirán mi mundo”​

— ¿Por qué gritas tanto? —se escuchaba una pequeña voz, como la de un niño pequeño, de algún modo, eso me perturbaba más que lo frío y obscuro de la habitación.


— ¿Q-qu-qué…? —musitó un momento para mi, posteriormente aprieto mi puño y vuelvo a gritar— ¿¡Quién eres!? ¿¡Qué hago aquí!?


— No grites… —se escucho la voz a lo lejos, mientras distinguía una sonrisa— no pienso hacerte daño.


— Dime… —vuelvo a hablar, tratando de contener las lágrimas— ¿Qué quieres de mí?


— Yo quiero… —volvió a escucharse la voz— que tú… —mientras un escalofrío recorría mi cuerpo al sentir como el piso bajo mis pies se despedazaba para dejarme caer— ¡Que construyas mi mundo! —fue lo último que alcancé a escuchar mientras caía a un mundo vacío.


No recuerdo cuando tiempo estuve en ese vórtice, no supe cuanto tiempo grité, y así mismo no noté cuando deje de gritar, el viento era demasiado abrazador, parecía que quemaba en cada segundo de aquella caída, al final me agote de ver el cielo despedazado y no poder distinguir aquella silueta por más que lo intentaba, y termine quedándome dormida, mientras recordaba la voz de mi abuela.

“La primera Alicia era de un fuerte espíritu”​

— Con una espada en mano —abuela, tengo miedo— llego al extraño país— abuela, quiero ir a casa — así empezó a destazar a gran número de personas que habitaban el país —abuela… no quiero morir— dejando así un camino carmesí —no quiero que esa Alicia me atrape.

“Pero a esta Alicia como a un criminal”​

— En lo profundo del bosque fue encerrada por sus crímenes — abuela, ¿Por qué sonríes? —los árboles como escuchando los ruegos cubrieron cualquier forma de escapar — ¡Auxilio!

“Nadie sabe si murió o sobrevivió”​

No sé qué me pasa, todo sigue negro, aunque ya no se siente tan frío, más bien se siente húmedo ¿Qué tocan mis manos? ¿Pasto? ¡Ah! Me cuesta abrir los ojos, no quiero ver la luz aún, tengo miedo de lo que pasé, tengo miedo del sueño que me persigue cada noche.


¿Por qué abuela? ¿Por qué me contabas aquellos cuentos? ¿Por qué me asustabas antes de dormir? ¿Por qué todo lo que puedo ver es obscuridad? Tengo miedo abuela ¡Mucho miedo! ¡Necesito ayuda!


Pienso eso, mientras lágrimas recorren mi rostro, no puedo verlas, no quiero verlas, pero puedo sentirlas, aunque no quiera, con mis manos aprieto el pasto con fuerza, tal vez eso las calme, siento el agua empapando mis palmas y me siento inútil e impotente, y sigo escuchando el mismo cuento una y otra vez.


¡Para! ¡Para! Ya no quiero saber que fue de la primera Alicia, no me importa si hubo una segunda o una tercera, cuarta o quinta ¡No me interesa abuela! ¡No me interesa saberlo!


— ¿Por qué no Megumi? —por un momento escucho su voz en este mundo.


— ¡Abuela! —y de golpe abro mis ojos para incorporarme y buscarla rápidamente con la mirada, pero como esperaba, no había nadie alrededor.


La luz lastimaba mis ojos, ahora que veía donde estaba, un jardín lleno de rosas rojas, realmente era bastante bonito, el sol me deslumbraba ¿Cuánto tiempo había pasado desde que no veía la luz del sol? ¿Cuánto?


Me puse de pie para empezar a caminar entre los arbustos, rosas rojas, rosas rosas, rosas amarillas, rosas moradas, rosas blancas, rosas naranjas, rosas azules y sin darme cuenta ya estaba tarareando una canción, por un momento sentí una sonrisa en mi rostro, pero nuevamente me di cuenta de lo que mi boca cantaba.

“La segunda Alicia era un noble hombre”​

— ♪Con una hermosa voz…♫ — ¿Por qué estoy cantando esto? — ♪Llego a aquel país♫ — ¿Por qué? — ♪Combinando algunos bajos…♫ — ¿¡Por qué!? — ♪… y bajos♫ — ¡Para! ¡Para! — ♪Consiguió crear un mundo demente♫ — ¡Debo dejar de cantar! — ♪Esta Alicia era una hermosa flor♫ — ¡Me volveré loca!


Me tiro al suelo mientras mi boca no puede parar de cantar esa enferma canción… “♪Y murió por el disparó de su loco corazón♫”… empiezo a llorar de la desesperación mientras agarro mi cabeza, casi jalando mi cabello, revolcándome en los arbusto y arrancando con las manos las rosas llenas de espinas, no me importa el dolor, no me importa la sangre… ¡Que alguien me ayude a dejar de cantar esta maldita canción!


— ♪Le ha florecido una rosa carmesí♫ — ¡Abuela! ¡Abuela! — ♪Amado y apreciado muere a lo lejos♫ — ¡No quiero cantar!


— ¿Por qué Megumi? —vuelvo a escuchar su voz, mientras paro en secó de cantar, mis manos están pegadas a mi garganta, cubriéndolas de sangre a causa de las espinas de las rosas, en ese momento suspiro con lágrimas en los ojos.


Me pongo en cuclillas, abrazando mis piernas fuertemente mientras empiezo a llorar de la desesperación, amaba tanto a mi abuela y a la vez le temía, me llenaba la cabeza de horribles cuentos y muchas veces soñaba lo mismo, y nunca podía volver al punto de inicio.


— ¿Por qué Megumi? —ahí está otra vez, pareciera que este mundo jugará conmigo, su voz resonando, si antes me mantenía en calma y con algo de cordura, ahora mismo me estaba realmente destrozando y volviendo loca.


— ¡Calla! ¡Calla! —gritaba con desesperación mientras mi cabeza daba vueltas y un dolor intenso la culminaba.


— ¿Por qué Megumi? —la misma pregunta, una y otra vez, yo solo sollozo, yo no quiero estar aquí, no quiero soñar esto— ¿Por qué Megumi?


— ¡Maldita sea, cállate! —pareciera que lee mi mente y lo que queda mi, ya no tiene caso seguir con esto, solo trato de no mirar y no escuchar, y sin darme cuenta vuelvo a caer dormida.


Es difícil mantenerse estable, más cuando el propio mundo que pisas esta derrumbándose a tus pies, es difícil mantenerse cuerdo, cuando lo único que te calma es la causa de tu locura, es difícil caer y flotar, pisar y avanzar, ver la luz de la locura y mantenerse en la obscura soledad, llega un punto en que ya no sabes ni que piensas, ni quién eres… ¿Dónde estoy? ¿Quién es Megumi?

“La tercera Alicia era una muy joven chica”​

Caminaba por el campo en la noche, buscando un refugió, dolían mis manos por las heridas anteriores y apenas me costaba mantenerme de pie ¿Dónde estoy? ¿Por qué llegue aquí? Esas cosas ya no las recordaba, pareciera que ya no importaban.


— Con una grácil figura… —se escucha a lo lejos, en dirección a un castillo—…llegó a aquel país —yo solo sigo la voz.

“Seduciendo a muchas personas”​

— Consiguió construir un extraño país —completo la oración, en este punto ya no me importa decirlo, ni si quiera recuerdo porque tenía tanto miedo a completar la historia.


Vago por el castillo, sin luces y deteriorado, mientras una canción suena en el fondo, en un único cuarto con luz, está algo lejos, pero ya nada importa, así que empiezo a subir las escaleras para llegar a él, mientras la música sigue y vuelvo a cantar.


— ♪Esta Alicia se volvió la reina♫ —como hipnotizada por la luz, camino por los pasillos— ♪Su mente fue poseída por una pesadilla♫ —y la música se hace cada vez más intensa— ♪Su corrompido cuerpo parece observar♫ —y empiezo a abrir completamente la puerta— ♪Qué hay un nuevo reino en su país♫


Lo que vi al abrir aquella puerta vino acompañado de un horrible hedor, las moscas revoloteaban una tras otra y salían casi como una colmena del cuarto, me sostuve del marco de la puerta para poder mantenerme en pie y ser capaz de mirar lo que sentado ahí estaba.


Una mujer, su cuerpo estaba casi putrefacto, sus ojos cerrados y sentada en una silla enjoyada, usando un viejo vestido, aún así se notaba la fineza del mismo, ella llevaba una corona y su rostro estaba sereno, erra realmente horrible de ver por los gusanos que salían de su cuerpo y la piel cayendo del mismo, por un momento me quede inmóvil para luego empezar a retroceder lentamente del lugar, casi pegando con el barandal de las escaleras, aquella mujer de cabellos verdes, cada vez que la veía me parecía más aterradora.


— Hola… —sus ojos se abrieron de golpe mientras me saludaba con una pequeña voz, ante aquella escena di uno paso más tratando de escapar, y para mi desgracia, caí del barandal.


La caída fue tan fuerte que me quede un momento viendo hacía el techo, yo estaba en el suelo de la primera planta, del cuarto principal, mi cuerpo se encontraba bien a pesar de la altura, pero me encontraba totalmente adolorida mientras seguía viendo la luz del cuarto, aquella mujer no salía de aquella habitación, a pesar de que hace unos momentos se movía.


Por un momento pensé que había sido una alucinación, tal vez fue eso, pero no tuve el suficiente valor como para levantarme del piso, volver a subir e ir a comprobarlo, realmente me falto el valor para hacerlo, por lo que solo mire los ventanales desde mi posición y una carta que levemente caía con una marca en su hoja… ¿Un corazón?


Al final me quede dormida, me dolía tanto la cabeza de tanto haber soñado, pero era difícil mantenerse despierta en aquel lugar… ¿Quién soy? ¿Puedes decírmelo? Ya olvide que hago aquí y donde estaba al inicio.


Creo que me he vuelto loca, ya no se que pueda hacer, tengo miedo, tengo sed, me duele cuerpo, no sé que deba hacer para salir de aquí, en mi sueños hay una amable anciana que me lee un cuento, cada palabra es más aterradora que la anterior y cada vez tengo más miedo… ¿Por qué anciana? ¿Por qué me cuenta estos cuentos?


— ¿Tienes miedo? —me pregunta como si no fuera tan obvio… ¡Claro que tengo miedo!


— Yo no quisiera saber que pasó después… —le respondo, pero parece inútil, la historia continua.

“Mientras dos niños recorrían el bosque”​

— Tomaron el té… —seguía hablando la voz— bajo un árbol de rosas —y yo me preguntaba si eso, si quiera, existía.


— ¿Por qué esto no puede acabar? —empiezo a llorar, mientras la anciana mujer acaricia mi cabeza, sin acabar de relatar aquel cuento.


— Una invitación a un castillo llega —una y otra vez, había escuchado la misma historia antes— Era un As de corazón —pero el final nunca será bueno.

“La cuarta Alicia eran dos gemelos”​

— Por pura curiosidad llegaron a aquel país —no quiero escuchar, no quiero llegar al final.


— Yo… —mis ojos se abren, parece que despierto, pero la historia no para de ser contada— ¡No quiero seguir escuchando! —salgo corriendo del castillo sin rumbo fijo, ni si quiera me importa ya la luz de aquel cuarto.


— Atravesaron algunas puertas —pero la historia sigue escuchándose— encontraron cada vez más pena y dolor sin fin —tapo mis oídos mientras corro más fuerte, con la esperanza de que aquel cuento ya no llegue a mí.


— Esto parece un laberinto… —me digo a mi misma, cuando parece que regreso al punto de inicio.


— La obstinada hermana mayor —pero parece que no importa donde vaya— y el sabio hermano menor —no hay una escapatoria— quisieron acercarse a la primera Alicia.


— ¡No vayan! —gritó de la nada, como si hubiera visto todos los sucesos con mis propios ojos.


— Ellos nunca despertaron de sus sueños —pero pareciera que es demasiado tarde— y aún continúan vagando por aquel país —me tiro al suelo, resignándome a mi desdicha.


— Esto… —me digo a mi misma— no tiene fin —y tomando mi herida mano cubro mis ojos para quedar en obscuridad, mientras canto el final de mi propio sueño— ♪La quinta Alicia, era una niña cobarde♫

“Que siendo forzada llego a aquel país”​

— ♪Buscando una salida del lugar♫ —no puedo parar de cantar— ♪Recorrió todo el mundo ya desolado♫ —es mi fin verdad— ♪Perdiendo la cordura y cayendo en locura♫ —es todo lo que puedo hacer— ♪Hasta que olvido quien era en realidad♫


— ¿Por qué Megumi? —vuelvo a escuchar, pero mi voz no para, sigo cantando.


— ♪Esta Alicia nunca escapó♫ —el cuento pronto acabará para mí— ♪Prefirió la obscuridad ante su vida♫ —y así mi cuerpo cae al suelo pastoso.


Puedo verlo, unos brazos agitándome, abrazándome y dándome calor, puedo sentirlos, me hacen sentir segura, su voz me arrulla y empiezo a soñar que estoy en ese país, el sueño de aquella anciana mujer, el sueño de mi abuela, el mundo que debe ser creado y debo crear, lo siento… no lo quiero, no quiero esto, no lo necesito, abro mis ojos y me veo en la cama, soy una niña pequeña y mi abuela me sonríe mientras su calmada voz me dice lo último que escucharé el resto de mi vida.

“¿Por qué Megumi?”
​

FIN