Una última oportunidad

Tema en 'Relatos' iniciado por Fushimi Natsu, 26 Abril 2012.

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    Fushimi Natsu

    Fushimi Natsu Fanático

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    Una última oportunidad
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    Género: drama/romance.
    Letra: Feelinf Fine, L'Arc~en~Ciel
    Actividad: ¡Música creativa en mis letras!
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    Una última oportunidad


    Respiré profundamente. Una, dos, tres veces antes de entrar a la cocina donde me esperabas.

    La rutina viene siendo la misma desde hace unos meses, exactamente el mismo tiempo en que comenzamos a cambiar. Los años de juventud, poco a poco, comenzaron a abandonarnos y el mundo adulto a abrirse ante nuestro pies con todas sus reglas, deberes y responsabilidades.

    Sinceramente, fuimos unos ingenuos al creer que podríamos sobrevivir solos, de sobrellevar este amor adolescente y de afrontar lo que el Destino nos tuviese preparado. Entre la arrogancia y la ceguera emprendimos nuestro camino, uno demasiado largo y complicado para un simple par de novatos.

    No obstante, marchamos con la frente bien en alto. A cualquier advertencia recibíamos con oídos sordos, frente a todas las señales cerrábamos los ojos y a cada oportunidad ignorábamos.

    Inocentemente creímos poder contra el mundo, asegurándonos que la simple presencia del otro nos bastaba. Pero el tiempo comenzó a pasar y las diferencias entre nosotros florecieron. Cada día se tornaba una lucha interna por la convivencia, por la privacidad, por la propia felicidad. Tratamos de cambiar, de aceptarnos, de luchar por nuestro amor; mas nada funcionaba. Parecía que, mientras más nos esforzábamos por salir adelante juntos, la realidad nos golpeaba más duro en la cara tratando de despertarnos.

    Ya no quedaba más por hacer. La verdad se extendía ante nosotros cruelmente y la única solución era aceptarlo. Pero tú continuaste engañándote y terminaste por envolverme en tu espiral de seducción y mentiras.

    Y acabamos por continuar en este juego por el simple hecho de que ya nos habíamos acostumbrado. Sin embargo, las mismas preguntas rondan mi mente día tras día, noche tras noche. ¿Cuánto daño nos habremos hecho mutuamente hasta ahora? ¿Cuánto más es lo que estás dispuesta a soportar?

    Tu sonrisa me alienta a avanzar en la habitación para ocupar mi lugar habitual. Automáticamente, casi sin proponértelo demasiado, comienzas a servir el desayuno que preparaste mientras yo me alistaba para el trabajo. Siempre es igual.

    Cada día era lo mismo. Pocas y raras veces nos separábamos de esta rigurosa monotonía. Siempre tuve presente las dificultades que tendríamos como pareja, pero nunca llegué a imaginar que la tensión sería tanta que, actuábamos como si de un par de autómatas fuéramos. Y, tal vez, la verdad no estaba tan alejada.

    Desayunamos en silencio, interrumpido únicamente por vagas acotaciones sin importancia para ninguno. La comunicación había sido uno de los primeros factores que habíamos perdido en el camino de la autosuficiencia y, aunque nos esforzamos por largo tiempo para recuperarla, acabamos dándonos por vencidos.

    ¡Pero esta vez no será igual!, me repetía para mis adentros. Hoy sería el día en que pondría fin a esta desvirtualizada relación. Ya lo había decidido, pero la firmeza de mi voluntad fue patéticamente pisoteada con tus inoportunas palabras.

    ―Te quiero, cariño.

    Tras esto, te levantaste como si nada hubiese sucedido y comenzaste a limpiar los trastes sin inmutarte en mi frustración. Por más que trataba, mis ojos no podían despegarse de tu espalda mientras buscaba desenfrenadamente el motivo de lo que acababas de pronunciar, la razón de por qué demolías de aquella forma mi determinación. Tres simples y sospechosas palabras que habían logrado hacerme flaquear.

    Tu dulce y delicada voz entonando una vieja canción, fue suficiente para tenerme bajo tu merced, cayendo hipnotizado por los pequeños aspectos que aún conservabas y que a mí siempre me habían gustado. Perdido en la suave y delicada burbuja que comenzabas a crear, continué con mi labor, elogiando un poco más tu excelente mano para cocinar.

    La telaraña había sido estratégicamente tendida, aguardando al momento en que la mosca cayera tal y como yo lo había hecho.

    Una voz interna fue la que logró despertarme de aquel falso ensueño, desenmascarando tu vil jugada. Un reproche en mi consciencia fue el que perduró. Y es que, a pesar de los años pasados, continuaba siendo el mismo ingenuo y confiado adolescente de antaño.

    Poco a poco mis sentidos comenzaron a despertarse y el control volvía a recaer en mí. Sentía el cuerpo extenuado como si una terrible y despiadada batalla se hubiera llevado a cabo en mi cuerpo mientras tú ejecutabas un hechizo. Pero, al menos, pude librarme…

    ―¿Frederick? ―me llamaste, dándote vuelta lentamente. Tus manos aún húmedas dejando sus huellas sobre el jean azul que vestías―. Te quiero mucho.

    Y, por primera vez en mucho tiempo, fui capaz de ver nuevamente tu sonrisa, esa que una vez me enamoró y que ahora me hacía sentir perdido.

    Apreté con fuerza los puños, escondidos bajo la mesa circular de madera donde continuaba sentado. Mis ojos azules se encontraron con los tuyos verdes. No existían razones de que estuvieras siendo sincera en estos momentos, me repetía, esto no era más que otro truco tuyo para continuar atándome a tu lado. Pero… ¿por qué entonces mi corazón comenzaba a latir como hacía tiempo no lo hacía? ¿De dónde llegaba este extraño bienestar emocional?

    ―¿Frederick?

    Y eso fue lo último que necesité oír, mi nombre dicho por tus propios labios con ese tono de dulzura mezclado con temor. Francamente desconocía lo que pasaría de ahora en más, si esta chance valdría la pena, si las heridas en mi corazón habían sanado lo suficiente para una nueva oportunidad.

    ―Carol, también te quiero ―recité formalmente, pero con amor. Un sentimiento que creía haber perdido por ti hace mucho.

    Tus lágrimas fueron lo siguiente que vi antes de que te abalanzaras sobre mí en busca de un ansiado abrazo que no te negué.

    Sabía que no sería fácil ya que una relación no puede basarse sólo en los sentimientos que alguna vez nos reunieron, a pesar de lo honestos e intensos que éstos pudieron haber sido. La convivencia es un arduo y constante trabajo que debe cosecharse junto a la confianza y la felicidad, construyéndose cada día, a cada momento y tras cada suceso.

    Quizás ni siquiera valía la pena correr nuevamente el mismo riesgo, un largo y tortuoso camino que muchas marcas dejó en nuestros corazones. Sin embargo, estoy dispuesto a recorrerlo una vez más mientras aún quede una chispa de este amor. Una ínfima muestra de que aún quedaban cosas por las que luchar.


     
    Última edición: 15 Enero 2016
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    houndoom

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    Wooo amiga que lindo te quedo! me dieron ganitas de llorar no se por que. Que padre que te aventaste a hacer un song-fic, hay que intentar en todos los ambitos xD. No note errores como siempre tienes ortografia y narracion optima. La cancion esta preciosa y es de L'Arc~en~Ciel eso lo hace mas genial xD.
    Espero ver mas fics tuyos comadre, nada mas me avisas eeh. Saludos y que la fuerza te acompañe.
     
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    Anh Peárys Bubbles

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    Hola, linda. : ) Bueno, como ya sabes, disfruto mucho tus escritos: son tan bellos, reflejan una realidad y a la vez una desigualdad fantasiosa que me envuelve y me pierdo de todo. Ahora, sabes que tu narrativa es buena, muy fluida y concisa, además de ser tan pura y realista. Tu forma de redactar es tan poco apresurada, todo va concuerdo a donde están, donde quieren ir y adonde nos quieres llevar.

    Como dijeron, la ortografía es buena, lo que le da a tu escrito una forma más viva y fácil de devorar con la imaginación. Llevas bien las tildes, los puntos, los espacios, todo. Pero, aún te hicieron falta algunos, como dos o tres, máximo: Más... Lo otro, en alguna parte escribiste ésto:
    Recuerda esos errores pequeños, más no importa mucho. Sobre la canción, nunca la había escuchado, pero me gusto un poco.
     
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