One-shot de Pokémon - Un regalo para May. (AdvanceShipp)

“Un regalo para May”

(Universo Alterno)​

Yo, May Balance, me encontraba en mi casa… A pesar de que estaba viajando por Jhoto, ya tenía mis listones y faltaba sólo un mes para el gran festival. Volví a mi hogar a pasar la navidad con mi familia mientras esperaba el campeonato.

Las calles de Petalburgo estaban adornadas con cosas navideñas… estaba nevando. También se podía apreciar la musiquitas referentes a las fechas. Era una noche hermosa, por donde mires había estrellas, y una hermosa luna llena y gigante.

Me encontraba afuera de mi casa, observando el lindo paisaje… mis familiares estaban adentro, esperando la hora del brindis y la de abrir los regalos, sólo faltaban unos minutos. Por consiguiente escuché la voz de Max que me llamaba, debido a que la hora del brindis se acercaba. Entré, y padre preparó las copas.

Mi casa también, obviamente estaba adornada navideñamente. Pero bueno, como decía… y como esperábamos… en la tele apareció la cuenta regresiva.

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—Es tan lindo estos momentos… —hablé eufóricamente.

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—Sí, una navidad en familia, ¿qué mejor que eso? —me apoyó mi hermano menor.

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—Chicos, gracias por estar con nosotros en una fecha tan especial —hablaba mi padre con alegría.

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—Chicos, acuérdense de pedir un deseo cuando la cuenta regresiva termine —mencionó mi madre con su típica sonrisa.

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— ¡Felicidades! —exclamamos todos juntos, con felicidad.

—Deseo… volver a encontrarme con él… —deseé risueñamente... mientras vivíamos de nuestras copas… la mía y de mi hermano eran jugos de manzana, y desde luego las de mis padres alcohol…

— ¡Vamos abrir los regalos! —exclamó mi hermano alegremente mientras corría al árbol de navidad. Y los demás lo seguíamos.

Luego de una serie de regalos, obviamente todos muy lindos… se escucharon el timbre tocar… puesto que fuimos a ver. Después de todo íbamos a salir a ver los fuegos artificiales. Era muy raro, quien estaría tocando la puerta en a estas horas de la noche y en éstas fechas.

Cuando abrimos, pudimos aprecias muchos, y muchos fuegos artificiales en el firmamento oscuro… de diversos colores y todo… Max, estaba fascinado y fue a buscar sus fuegos pirotécnicos. Mientras que mamá, papá y yo prestamos atención al hombre que estaba parado, con una caja de un metro y medio de alto por un metro de ancho, envuelta en papel de rosa de regalo con un moño y otra arriba del mismo color pero más pequeña. Y a unos metros más adelante su camión, obviamente era el correo.

—Disculpe la pregunta, pero, ¿qué hace trabajando en ésta fecha y a ésta hora? —preguntó mi padre curioso… y de ésta manera estábamos mi madre y yo.

—Bueno, qué le digo… me pagaron bien… Firme aquí, señorita May Balance —me dijo mirándome a mí.

— ¿Yo? —pregunté incrédula, mientras me apuntaba con mi índice y torcía un poco la cabeza en señal de confusión.

—Sí, los paquetes son para usted —explicó, luego de eso, firmé y él se fue.

—Vaya hija, ¿un chico te habrá enviado esto? —me preguntó, sacando un inocente sonrojo de mi parte.

—Ay, mamá… —le dije mientas desviaba la mirada, e iba a abrir los regalos. Era curioso, arriba de la caja chica había una carta pegada que decía: “Para mi querida May”… que si querer lo leí en voz alta. No obstante, mi madre y mi hermano quien ya había regresado con sus cohetes, me miraron con una cara, ¿picara? Bueno, debido a eso me volví a sonrojar y saqué la carta y comencé a leer en voz baja y decía:

“May… lamento no estar ahí para poder darte los regalos en persona. No sé lo que tú sientas por mí, pero… —seguía leyendo la carta mientras me ruborizaba aún más—… como decirlo, puede que sea muy arrebatado lo que diré, pero tú me conoces y sabes que soy así. Me gustas, y mucho, siempre mes gustaste. La razón por la que no te lo dije era por que al principio era un tonto. Y después pensé que te gustaba la cabeza de lechuga (Drew) —solté un pequeña risa por lo escrito—. Quiero que seas feliz, y espero volver a verte… a dentro del sobre hay algo muy especial para mí, que lo dejé para que sepas quien soy, si no me has olvidado, mi querida May… esto me lo devuelves que es lo único que tengo de ti —terminé de leer la carta, con una agradable sonrisa.

Posteriormente, saqué algo que había dentro del sobre, y cuando lo vi… los ojos se me pusieron cristalinos… mi corazón se aceleró… era el medio listón que compartíamos yo y Ash. Eso quería decir que, la carta era de él… el chico que me gustaba.

—Es de Ash… —hablé, sumisa en mis pensamientos, no me di cuenta de que siga hablando en voz baja pero audible para los presentes. Mi corazón había dado un vuelco.

Abrí la caja pequeña, y encontré varios paquetes, unos tres para ser exactos. Agarré uno al azar, lo abrí y era un, ¿espejo? Pero tenía una nota pegada y decía: “Te regalo un espejo, porque después de ti, lo más bonito es tu reflejo”. Mi corazón volvió a dar otro vuelco… latía muy rápido… Qué le había pasado a Ash me preguntaba… no lo sé… Pero me gusta éste Ash también. Dejé el espejo y abrí el otro, que era como un rectángulo alargado…

—Oh… esto es un colgante muy hermoso —dije mirando el colgante de cadenita de plata y una joya de zafiro con el nombre May.

—Hacer eso, habrá salido muy caro… —escuché a mi papa… pero la caja también tenía una nota, que la leí y decía: “No pienses en cuanto costó esto, que verte a ti feliz no tiene precio, pero sin duda tú te mereces mucho más que esto”

—Encima lo hizo rimar… —habló Max pensativo. No podía creerlo… ¿qué le había pasado a Ash? Me puse el colgante y abrí el último regalo de la caja chica: Era una pañoleta color celeste con media pokébola dibujada.

—Es hermosa… —hablé mientras me sacaba la que habitualmente llevaba y me ponía la que Ash me regaló, luego miré que en su papel de envoltura había una carta, que decía—. “May, no sé si te guste, pero creo que te quedaría hermoso, como todo. Y te digo la verdad, eres una mujer hermosa, y no te compara nadie sólo tú eres tan hermosa” —hablé por lo bajo. Enserio el creía que era hermosa…

—No puedo creer esto de Ash… enserio algo le habrá pasado —habló mi padre pensativo.

—May, mi chiquita, tiene un pretendiente tan así… yo le daría una oportunidad… —me habló mi madre.

—Mamá… no digas esas cosas que me sonrojas… aunque no me esperaba esta confesión, yo en algún momento iba a decirle lo que sentía por él—hablé mientras me sonrojaba y para luego pensar.

Luego abrí la caja grande, rompí la envoltura y un Teddiursa de un metro y medio de alto por uno de ancho estaba ahí, con una pañoleta más grande del mismo color que la mía. Y también había una nota pegada en la nariz del peluche.

—“Te regalo éste Teddiursa parlanchín, por qué creí que te gustaría… sólo abrásalo para que hable. Bueno, May, espero que te hayan gustado los regalos, y espero que volvamos a vernos. Mira al cielo en 3, 2, 1, —miré al cielo y unos fuegos artificiales de color rosa salieron de alguna parte estallando en el firmamento, dejando unas palabras que decían: “I love you” —mi corazón se volvió acelerar, mientras posaba mi mano en mi pecho, y daba una cálida sonrisa…

—Tontito… no te diste cuenta de que éste sentimiento es mutuo… —hablé, mientras miraba las frases que se fusionaban con los demás fuegos artificiales, con las estrellas y la luna llena— Pronto te volveré a ver…