One-shot Un regalo de navidad (Hitsuruki, leve mención de Ichiruki)

Un regalo de navidad​

Ese día había sido tan agitado. Todo el Seireitei se había transformado en un verdadero campo de batalla, literalmente. Y él, nunca había sido un adversario duro en ese tipo de luchas.

“Compra el árbol y los adornos” “¡No, eso no me gusta, cámbialo!”

Porque siempre le sucedía lo mismo en ese preciso día del año. Un día en el que terminaba extremadamente agotado.

“El pavo… ¡Compra el jodido pavo!” “¡Ese yo lo vi primero! ¡Devuélvemelo, perra!”

Que se joda todo el mundo, siempre era lo mismo. Una lucha eterna por lograr el propósito de ese día. Precisamente en la noche. Ya que cada 24 de diciembre de cada año, Hitsugaya solo quiere aislarse del mundo, para no terminar tan cansado.

En la noche de navidad.

Y a Hitsugaya se le hacia un nudo en el estómago cuando se acuerda de todas las festividades de 24 de diciembre a las que ha asistido.

Como olvidar que todas las Nochebuenas tu teniente termina ebria y te insinúa cosas subidas de tono al oído.

Como olvidar al capitán que siempre te cuida como a un chaval (aunque tengas 90 años o más) y no te permita beber una mísera copa de sidra en el brindis (ok, eso ya es año nuevo, pero es casi lo mismo)

Y ni se diga de la reciente tendencia del líder de los Trece Escuadrones de disfrazarse de Santa Claus… Hitsugaya admite, que el Sou-taichou-dono si se parece a Santa. Solo que este Sr. Claus te rostiza con su zampakutoh si no eres un chico bueno y que te da sermones en lugar de regalos.

Con todo esto y mil cosas más, son los asuntos con los que el capitán del décimo escuadrón tiene que lidiar en ese día. Y al día siguiente.

Suspirando abatido, toma la decisión de ir a su casa, descansar un rato y esperar que venga Matsumoto a 'invitarlo' (obligarlo, para que suene más bonito) a la fiesta navideña.

Decidido, utiliza el shumpo para llegar rápido. Abre la puerta y enciende la luz. Entra y se tropieza con una hoja de papel en la mesita de su sala. La toma y la lee rápidamente.

“Ve a tu habitación a recibir tu regalo. Atte., K. R.”

Como si hubiese sido una orden, Hitsugaya camina hacia su cuarto, abre la puerta y se topa con su regalo.

—Feliz Navidad, Hitsugaya-taichou —. Dijo Rukia vestida con un sexy disfraz de reno y un moño en la cabeza—. Aquí está tu regalo de Navidad.

Toushiro traga saliva. Y es bueno mencionar que Hitsugaya no solo recibe estrés y molestias en Navidad.

Porque como olvidar que todas las navidades, Kuchiki Rukia siempre lo recibe en su cuarto con ropa navideña provocativa y su cuerpo de “dios te bendiga, criatura”.

No, porque si Toushiro olvidara eso no sería todo un hombre, sino todo un pendejo.

Y así, Hitsugaya toma su regalo con la misma ansiedad que muestra cada navidad.

Y Rukia lo besa y acaricia, de tal forma, que Toushiro se siente perdido y olvida completamente que la morena permanece casi todo el año en casa del shinigami sustituto.

Toushiro puede soportar todo un día en compañía de todos los locos Shinigamis que lo rodeaban. Puede soportar los celos hacia Kurosaki durante todo un año, pues el sustituto puede tenerla a su lado casi siempre. Puede aguantar todo eso. Solo para que Rukia le diera su regalo de Navidad.

E Hitsugaya espera impaciente el regalo de Año Nuevo.