Saint Seiya Un regalo de graduación (Saint Seiya)

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Aloevera, 23 Junio 2024.

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    Aloevera

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    Título:
    Un regalo de graduación (Saint Seiya)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1220
    Fanfic dedicado al Fandom de Saint Seiya, sus personajes pertenecen a Masami Kurumada, pero la trama y personajes originales me pertenecen.


    Regalo de graduación

    Capítulo 1

    La lluvia caía sobre un automóvil que marchaba a una velocidad que desafiaba lo permitido para viajar en la carretera, y el parabrisas iba aclarando la visión de la joven conductora.

    Al igual que los vidrios, el rostro de la chica estaba empapado, pero eran lágrimas de tristeza, celos y a la vez, resignación.

    Aunque Shun no había sido concreto en cuanto a la relación que mantenía con una atractiva y amable enfermera, ella los había visto besándose y podía recordar las veces que la muchacha le había hablado con palabras que admitían algo más profundo que una amistad.

    Aquel recuerdo fue un golpe para la amazona, quién apretó con fuerza el volante ¿Cómo fue tan idiota?

    Cuando coincidió con Seiya de Pegaso en la cabaña de Marin, el muchacho le comentó que su amigo en común, Shun, estaba a días de graduarse del Instituto, y con una sonrisa traviesa le insinuó que el peliverde se pondría feliz si ella iba a visitarlo para celebrar la graduación.

    Aquella invitación fue suficiente para que June tomara un vuelo a Japón, para así reencontrarse con su compañero de armas y declararle su amor.

    La rubia no sabía si Shun le correspondía, pero era un momento tan especial que valía la pena intentarlo.

    Pero no llegó a decirle que lo amaba desde siempre porque lo encontró besando a una muchacha, en un rincón apenas iluminado fuera de la mansión Kido.

    Con el corazón roto, la amazona se dispuso a marcharse tan discretamente como llegó, después de todo el caballero de Andrómeda no la esperaba ni la había tenido en cuenta para invitarla a su graduación.

    Para su mala suerte, al intentar acelerar su marcha llamó la atención de Shun, y este, pensando que se trataba de un nuevo enemigo, fue tras el intruso y aprovechando que la figura parecía distraída, la derribó.

    Vio el cuerpo de espaldas, quejándose por la brusca caída.

    ¡Maldición!- bramó la rubia, sintiendo tanto el dolor del golpe como el peso del caballero tras ella, que para variar no tenía su armadura, por lo que había sentido más la caída.- Me estás aplastando, Shun ¡Quítate!-


    El hermoso joven se separó de la rubia, apenado por haber atacado a su amiga, y por la embarazosa posición en la que habían caído. Intentó ayudarla a levantarse pero ella ya estaba en pie, tan ruborizada como él mismo.

    -Lo siento, June. Creí que se trataba de un enemigo y tuve que seguirte.-

    La amazona lo miró furiosa, ya sin el deseo de reencontrarse con él. Sinceramente ya se había arrepentido de aquel ridículo viaje. ¡Ir a decirle a su antiguo compañero que estaba enamorada de él, luego de años de silencio, para encontrarlo con una mujer y,además, que la derribe! Jamás se sintió tan tonta, y para peor, no sabía cómo manejar la situación en la que se había metido.

    -¿Un enemigo sin armadura? ¿Es en serio, Shun de Andrómeda?- preguntó arqueando una ceja y sin querer, esbozó una sonrisa de burla.-

    El rió, apenado, y ese breve risa afectó el corazón de June, que jamás lo había escuchado reír, en el pasado sus sonrisas,si bien eran sinceras, tenían un aire de tristeza y melancolía, o tal vez sus ojos proyectaban la añoranza de su pasado. De pronto el enojo y la decepción se esfumaron de la rubia, quién se acercó al peliverde.-

    -Shun...yo- comenzó a decir, pero recordó que su amigo no estaba solo, por lo cuál debió buscar algo más que decir.-

    El muchacho observó a su amiga con detenimiento, para cerciorarse de que no tuviera heridas serias. No pudo evitar sentirse nervioso porque la encontraba más hermosa que nunca, pero debió quitarse esa idea de la cabeza.

    -¿Puedes caminar o necesitas ayuda?-

    June intentó caminar cuando bajó la vista y vio sus rodillas sangrando, y el caballero también observó lo mismo.

    Cómo sabía que la rubia no dejaría que la cargue, se limitó a tomarla en brazos sin pedirle permiso. Y se sintió muy bien con ese contacto, le recordó aquella vez que debió llevarla en brazos, el día que vio su rostro por primera vez.

    June se encontraba atontada, como si el contacto con Shun fuera algo narcótico para ella. Pero al percibir que se acercaban a la mansión, recordó que alguien esperaba por él, y aquello rompió el hechizo. No deseaba ser una carga para Shun, ni causarle problemas con la chica que un rato antes estaba entre sus brazos.

    -No hace falta, Shun, estoy bien, no me pasó nada de gravedad.- comenzó a decir, con nerviosismo.-

    -De eso nada, yo te derribé y no permitiré que estés en ese estado. Además…-

    -¿Qué pasa?- preguntó ella, temiendo lo peor.-

    ---Quiero saber que te trae por aquí ¿Vienes a ver a la señorita Saori?

    Un estremecimiento recorrió a la guerrera, y se odió por meterse en ese lío. Pero debía ser sincera en algún punto. De otra forma, no sabría que decirle a la señorita Kido, o más bien, a Athena, su diosa.-

    No Shun, no vine a ver a Athena… vine a verte a ti.-

    El joven abrió los ojos, sorprendido, pero antes de que pudiera pudiera preguntarle porque venía a él, luego de años de haberse distanciado, una bonita joven se les acercó, con preocupación.

    -¡Has vuelto, mi amor!-

    Aquellas simples palabras fueron navajas para el corazón de June, quién ahogó un lamento, y se liberó de los brazos del peliverde.

    La amazona se sentía fatal, y su dificultad para caminar le impedía excusarse con alguna tontería y marcharse. Sin embargo, ya había confesado una verdad a medias tenía que quedarse y afrontar las consecuencias de sus actos como la guerrera que era. Después de todo, nada podía ser peor.

    -Claramente tenía que volver en algún momento.- respondió el joven, molesto porlo de "mi amor". No se había dado cuenta que June los había encontrado compartiendo un beso.- Te presento a June, una gran amiga mía.-

    Ambas chicas se miraron, sintiendo cierta tensión, ya que el primer comentario de Shun tenía un tono de molestia que no pasó inadvertido para ellas. De hecho, dejaba mal parada a la muchacha que había ido a su encuentro.

    Encantada, June. Mi nombre es Akemi, soy enfermera.- le dijo con suavidad, sin mirar siquiera a Shun.-

    Igualmente, como Shun dijo, mi nombre es June y soy...preparadora fisica.- dijo la rubia con una sonrisa que intentó ser amigable.-

    El hermano menor de Ikki observó a su amiga con sorpresa, pero June le miró con reproche, por haber contestado mal a la muchacha que momentos antes había besado. No esperaba esa actitud de Shun y su maestro no los había educado para que fueran groseros.

    Cuando estuvieran solos, tendría que escucharla.

    Te has lastimado las rodillas ¿Qué tal si te limpio eso para evitar una infección? Tengo mi maletín cerca.- dijo con una sonrisa bondadosa.

    June de Camaleón asintió, agradecida, y desde ese momento supo que sería imposible odiar a esa carismática enfermera.


    Continuará
     
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