Un nuevo colegio, nuevas experiencias

Tema en 'Relatos' iniciado por alegriavick, 16 Octubre 2009.

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  1.  
    alegriavick

    alegriavick Guest

    Título:
    Un nuevo colegio, nuevas experiencias
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1471
    Un nuevo colegio, nuevas experiencias

    Hola... esta historia la cree hace un buen tiempo.
    Espero que les guste.
    Porfa comenten...




    CAPÍTULO I
    “LA CHICA NUEVA”


    Era una tarde de esas como hay pocas, ésta estaba adornada con un bello atardecer, que era disfrutado por cuatro chicas que se encontraban en una de las ventanas de la habitación que ocupaban en el Instituto en el cual estudiaban. Esa ventana, la habían arreglado, y bautizado como “El balcón” ya que no era del tamaño de un balcón normal sino que era más pequeña, tampoco era una ventana, era más grande, por lo cual era solo “El balcón”.


    En el balcón había un silencio hermoso, hasta que Marián comenzó a romperlo poco a poco mientras tarareaba una hermosa melodía; Marián era una chica de cabellera rubia, la cual usaba hasta sus hombros, y ojos de un color verde oscuro que siempre expresaban una inmensa alegría, era una chica de esas que no necesita protección, sino que al contrario, es la que protege, solo que a su manera, es muy buena amiga y buena estudiante, en si, es una chica muy interesante.


    - Marián, hace tiempo que no cantabas esa canción, ¿qué te pasa? ¿estás triste, verdad?


    - No Sasha, gracias, no es eso, solo me acordé de mi madre - esto último lo dijo con un tono de tristeza en su voz.


    Sasha era una chica muy tímida, buena amiga, interesante, inteligente y muy bonita, siempre llevaba su cabello suelto, lo tenía hasta el final de la espalda, era de un negro intenso, brillaba y lo llevaba regularmente muy arreglado, sus ojos eran de un color gris humo; era corta de palabras, pero no las necesitaba, con una mirada decía una frase entera, en realidad su nombre era Natasha, solo que sus amigos por cariño le decían Sasha.


    - Mari, no se qué decirte, de verdad no se cómo consolarte, creo que lo único que te puedo decir es que seas fuerte, y que no te rindas, tú eres buena en lo que te propones, proponte seguir adelante y no desmayes.


    - Gracias, gracias por apoyarme siempre en todo, gracias.
    -Un momento, no sólo Natasha te ha apoyado, Miche y yo también - dijo Leiría con expresión de perrito mojado - a nosotras no nos agradeces, mala.


    Al terminar su oración, Leiría a manera de reproche se dio media vuelta, dándole la espalda a Marián, ésta se levantó, la abrazó por detrás y le dijo: Mi amor, si tú sabes lo que has hecho ¿para que repetírtelo yo?


    Leiría es una chica muy agradable, un tanto mimada pero es una de las cualidades por la que sus amigos la quieren tanto, es una rubia con el cabello largo, lo usa más abajo del final de su espalda, sus ojos son de un azul cielo intenso.


    - Si se, pero que de vez en cuando te agradezcan no esta mal, no se, tú comprendes ¿o no?


    - Ja ja ja tu sabes que yo a ustedes tres - agregó Marián haciendo énfasis en tres - les debo mucho y les agradezco el doble.


    - Si... gracias ¿te digo algo? nos has de agradecer mucho porque nos debes... - Leiría no pudo terminar porque Marian se incorporó y le dijo - Ah... claro, lógico ¿no? - tampoco terminó porque Michelle se metió en la conversación:


    - ¡Ah no! paren ya, una vista tan bella y ustedes dos peleando; disfruten la vista porque no todos los días está así de hermoso el paisaje.


    Michelle era una chica fresca, tenía el cabello color café y largo hasta el final de la espalda, sus ojos eran grandes y del mismo color de su cabellera, era la que ponía el orden entre sus amigas, era muy comprensiva y buena amiga.


    Leiría y Marian apenadas, solo asintieron con la cabeza y volvieron la mirada hacia el horizonte.


    En ese momento tocaron la puerta y Leiría dijo: ¿A quién se le ocurre venir a esta hora a fastidiar? se abre la puerta y dice una señora alta de ojos azules, pequeños y controladores, con larga cabellera rubia sobre sus hombros: - Solamente a su directora, señorita Leiría.


    Leiría se levantó alterada, se colocó la mano en la nuca y balbuceó: - Directora Verónica yo... yo no pensé que era usted... usted nunca fastidia, yo pensé que era... bueno, que era otra persona.
    - Señorita Leiría le agradecería su silencio, por favor.


    - Si, si claro, disculpe usted.


    - Señoritas, sin perder más tiempo, vine a darles una noticia: como ya saben, las habitaciones están diseñadas para cinco jóvenes, y como entenderán, ustedes solo son cuatro. Una chica nueva ha llegado a esta institución y ustedes van a compartir su habitación con ella ¿he sido clara?, eso espero.


    - Si directora - contestó Natasha - nos dará mucho placer compartir con la chica nueva ¿cuando la vamos a conocer?


    - Ahora mismo, está afuera esperándonos ¿la hago pasar?


    - Por supuesto - dijo Marián.


    - Eugine, entre, por favor - llamó la directora.


    - Gracias directora - dijo Eugine entrando a la habitación y viendo a las chicas - buenas noches.


    Leiría se adelantó hasta la puerta, le ofreció una mano - la cual estrechó Eugine - y le dijo: ¡Hola! me llamo Leiría, bienvenida.


    - Gracias Leiría, muy amable de tu parte.


    - Por nada, disculpa el desastre, no esperábamos a nadie.


    Natasha, como notó que el comentario de Leiría había incomodado un poco a Eugine, se acercó a ella y le dijo: ¡Hola! mi nombre es Natasha, las chicas me dicen Sasha, llámame como prefieras.


    - Gracias Sasha, si no te importa prefiero Sasha - agradeció Eugine.


    - No te preocupes, dijo Natasha.
    - ¡Hola! yo soy Marian, me dicen Mari llámame como quieras ¡bienvenida!


    - Gracias Mari.


    - ¡Hola! yo soy Michelle, pero me llaman Miche llámame como te sientas más cómoda.


    - Gracias Miche.


    - Señoritas las dejo para que se conozcan, no lleguen tarde a clases mañana. Lo digo sobre todo por usted señorita Marian.


    - Si directora, no se preocupe, llegaré temprano.


    La directora asintió y salió del cuarto.


    - Mmm, como ella está acostumbrada a pararse a las cinco de la mañana los demás tenemos que hacer lo mismo... - protestó bajito Marián


    - Ya Mari, para... Eugine discúlpala, es que detesta levantarse temprano.


    Eugine sonrió y dijo: No te preocupes, a mi me pasa lo mismo; cuando era pequeña mi mamá me vestía en la noche para solo tener que peinarme, si no, no llegaba al colegio. Sasha, disculpa ¿dónde voy a dormir? ¿cuál es mi cama?


    - ¡Ashh! se me había olvidado, aquí, en la tercera, la mesita que está desocupada es tuya, arriba de tu cabecera están unas repisas, para libros, fotos, o lo que tu quieras poner.


    - El baño está arriba junto a los armarios – dijo amable Marian - el tercero es el tuyo, y en el baño, frente al lavamanos hay un armario con toallas grandes, medianas y pequeñas.


    - Mañana te mostramos el colegio, si necesitas algo nos avisas, ¿si? - agregó Michelle.


    - Gracias chicas – dijo Eugine - si no les importa voy a desempacar y me acuesto a dormir, estoy muy cansada, mi mamá estuvo todo el viaje triste, porque no iba a estar más con su niña.


    - Te comprendo - rió Natasha - con mi mamá fue lo mismo, tres largas horas de te voy a extrañar... cuidate mucho... disfruta... aprende... diviértete mucho y pare usted de contar.


    - Gracias de nuevo - Eugine se volteó - y comenzó a desempacar en silencio, Sasha se fue a bañar, Marián y Leiría a recoger sus camas y Michelle se acostó a leer un libro.


    Eugine era una chica estirada, con larga cabellera castaña oscura y reflejos claros, tenía los ojos color miel y achinados, llevaba una blusa fucsia con los bordes en negro y un jeans negro que hacía resaltar su estilizada figura.


    Las chicas se acostaron a dormir en silencio total, Eugine saco su ipod, sus audífonos y colocó su música preferida, se había acostumbrado a dormir con música.
     
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