Después de un largo tiempo ausente en la escritura, me tomé la libertad de hacer un pequeño capitulo sobre la nueva serie de Nickelodeon "Julie y los fantasmas" Lo cual reconozco que es buena serie, mucho mejor que Grachi, así que decidí hacer éste pequeño Fanfic. Sé que hay muchos que de seguro no ven ésta serie, pero quién sí, esta serie transcurre entre los capítulos 14 - 15. Era un día lluvioso en la ciudad, un día lunes para ser exacto. Las escuelas no abrieron por probabilidades de nieve para gran parte del día, eran las 7:30 de la mañana y Juliana o simplemente ‘Julie’, permanecía aún durmiendo tranquilamente, o eso creía. En su cuarto, merodeaban sus tres amigos fantasmas, los cuales dos de ellos discutían sobre cosas incoherentes y poca llamativas para su otro amigo o líder de la banda. —¿Podrían parar ya su discusión? No puedo creer que después de muertos aún sigan con lo mismo. —Divulgó Daniel mientras se sentaba en un cojín puf que había en la habitación. Martín se levantó de una de las sillas que se encontraban allí, para poder explicarle a Daniel la situación. —No estamos discutiendo, solo le decía a Félix que no existen tales cosas como los duendes. —explicó al mismo tiempo que se cruzaba de brazos y hacía pucheros. —¡Si existen! Nosotros somos fantasmas y existimos. ¿Cómo puedes explicar eso? —dijo Félix mientras lo señalaba con su dedo. Martín le iba a contestar nuevamente a su amigo, pero fue interrumpido por Daniel el cual ya estaba un poco más que harto de la situación. —¿Por qué no mejor se van a espantar alguna niñita por allí? —les dijo con un tono algo arrogante, debido que ya andaba más que mareado por la discusión sin sentido que llevaban en la habitación desde la 5 de la mañana. Martín y Félix obedecieron y se fueron de la habitación mientras seguían discutiendo… Por otro lado Daniel quedó solo. O no tan solo, en la habitación, donde se podía observar una Julie bien dormida y tierna. Daniel se levantó del puf y se acercó a ella, para visualizarla mejor. Ella estaba tapada con su sabana hasta la cintura y dejaba ver una camisa a rayas color azul y negro, de mangas largas. Daniel la toco un poco para ‘recordar’ como se sentían las mujeres. —Es increíble, a pesar de todo ese ruido que hicieron Martín y Félix, tú no has dejado de roncar. Se nota que no eres de sueño ligero. —dijo éste con una leve risa al final. El fantasma y líder de la banda Apollo 81 se alejó un poco de la cama y se acercó a la ventana, donde dejaba ver un paisaje lluvioso y un poco helado, lo cual hizo recordar viejos tiempos. ¡Cuando de pronto! Fue asustado por Julie, la cual hacia unos sonidos raros, esto hizo que se acercara un poco a ella nuevamente, para así saber que ‘demonios’ hacía. Daniel se acercó otra vez a la cama y observó que ella estaba teniendo un sueño el cual (Según él) creía que era él el ‘protagonista’. Pero rápidamente su expresión de confianza fue despachada cuando ella nombró a Nicolás. —¿Por qué siempre nombras a ese? ¿Por qué te interesa ese? —le preguntó el chico sabiendo que no iba a tener respuesta, pero creyó mal. —¿Celoso? ¿Acaso te gusto… Daniel? —dijo con una voz calmada y serena pero al mismo tiempo daba horror y nervios para Daniel, al escuchar una respuesta de ella. —Julie, yo… —dijo un Daniel muy nervioso, pero afortunadamente ella solo estaba soñando. —Así que después de todo si estás soñando conmigo… Eres una boba, ¿lo sabías? Daniel dio un leve respiro y desapareció. Ya a las 10:20, Julie despierta y para su sorpresa ve a Daniel al lado de ella sentado y mirando un diario del día. —¿Qué haces allí Daniel? —le preguntó algo confundida. —Bueno, éste es mi cuarto, y por lo tanto puedo estar donde yo quiera. —respondió con un tono de arrogancia. Julie se cruzó de brazos y colocó una cara de enojo y furia. —¿Así me tratas cuando me acabo de levantar? ¿Es qué nunca te enseñaron buenos modales? ¡Jum! —dijo levantándose de la cama y buscando sus pantuflas. —¿Ahora donde estarán esas pantuflas? —preguntó mientras las buscaba. Daniel se quedó mirándola y con una sonrisa de malicia le respondió. —¿No te acuerdas que cuando te duchaste ayer la dejaste en el baño? —le dijo con tono de pervertido. —Espera… ¿¡Tú me viste ducharme!? —le preguntó muy exaltada y enojada al escuchar tal cosa de parte de él. —No, no necesito ver niñas limpiándose. —contestó nuevamente con arrogancia y dirigió su mirada nuevamente al diario en que leía. Julie muy enojada se levantó, apretó los puños y le exclamó; —¡Suficiente! ¡Te prohíbo que me vuelvas a contestar así! Daniel la observó y vio que se estaba pasando un poco, pero como siempre no quería quedar como el perdedor, así que le contestó. —¿Y si no? ¿Qué me harás? Julie dio un grito de rabia y se dirigió al baño muy estrazada por la ‘pequeña’ discusión matutina que tenía casi siempre con Daniel. Daniel otra vez siguió leyendo las noticias del día y al leer descubrió un pequeño artículo el cual decía; “¿Estás enamorado de esa persona especial y no puedes decirle? ¿O es que hay un obstáculo entre el medio? ¡Pues no sufras más! ¡Aquí tienes la cura para ese dolor!” decía el artículo mientras mostraba una flor muy bonita y según el artículo “especial”. —Así que esta es la cura… —dijo Daniel un poco pensativo ante lo que acababa de leer. Después de pasar un par de horas, ya había comenzado a nevar y en no se veía absolutamente nada en las calles, solo ese color blanco en todos lados. Por su parte, Daniel andaba buscando esa tal flor ‘mágica’ en un parque algo apartado de la ciudad, pero no gran complicación para un fantasma. Al llegar encontró solo una pequeña flor casi muerta al igual que las demás, lo que él no sabía que es morían en invierno y eran “especiales” en primavera. Pero como él no prestó mucha atención creyó que solo era por la nieve, así que la tomó y la metió en un pequeño envase con agua y se la llevo a Julie. Ya a las 2:10 de la tarde, la temperatura se encontraba en -2 grados y todo estaba congelado, literalmente. Daniel llegó a la casa y subió a la habitación de Julie o la de él o la de todos por así decirlo, muy contento por ver la expresión que haría Julie, pero para su desgracia. Al llegar se dio cuenta que estaba nada más y nada menos que el nuevo estudiante ‘J.P’. El cual le había traído un gran ramo de flores a Julie, y está muy contenta por creer que él sería su futuro gran amor (En vez de Nicolás, debido a su falta de atención) decidió abrazarle por el regalo que le había dado. Daniel un poco triste no hizo interrumpir el momento y solo optó por colocar el pequeño envase con la flor ya muerta en el estante de Julie y sin más que decir solo se volteó y desapareció, dejando atrás la fría escena que presenció.