Un lugar mejor...

Cuando recibí esa llamada fatal, mi corazón se detuvo, mi mente se cegó
y sin darme cuenta me derrumbé, sola sin consolación.
Los recuerdos empezaron a llegar como flechas rápidamente,
me vi con ella feliz, llena de vida y con su alegría envolvente.
El vacío se siente en todos los espacios, su olor a dulce fragancia sigue impregnado,
sus palabras consejeras, su perseverancia y su nobleza son el mejor legado.
Todos sabemos que el día del eterno adiós es inevitable,
pero nadie quiere experimentar la sensación tan tremeda de ese instante.
Pudiera expresar y sacar a flote todo lo que por ella siento,
todo lo que significa y representa, pero no alcanzarian las palabras y el tiempo.
Ahora su alma pura viajó a las nubes y se convirtió en la más grande de las estrellas,
y desde mi ventana la veo aparecer, la veo brillar y rocía su bendición y su estela.
No quiero seguir transitando sobre el valle del dolor,
quiero levantarme y recordar los buenos momentos que nos regaló.
Abuela, te amo y siempre te amaré, se que estás con nuestro Señor,
se que estás en un lugar mejor...