One-shot de Naruto - Un lugar a donde volver [Nejiten]

Los tacones de Tenten hacían eco en el piso del tren subterráneo mientras observaba el mapa de rutas, aunque por los últimos cinco años hubiera llevado el mismo destino desde el aeropuerto a su domicilio y viceversa. Tal vez lo hacía con una absurda esperanza que este en algún momento le obligará a cambiar su rutina y con esto su vida para siempre.


Observó la parada de su domicilio y suspiró con tristeza observando el icono más próximo a su casa, pensando en este en algo cercano a un calabozo. Su estómago se encogió y se obligó a andar hacia el andén correspondiente introduciéndose en uno de los pasillos que lo llevaban a él.


Ella era aeromoza, empleo que soñó le llevaría a conocer todos los lugares del mundo. La orilló a no pertenecer a ninguno, arribaba de la misma forma que se iba, mientras observaba reencuentros en las terminales de las familias que volvían. Para ella el contacto con la suya era un par de mensajes de texto, había olvidado la última vez que había salido con sus amigos y sin pensar en alguna pareja.


Entre su rutina había buscado aferrarse a pequeños detalles que le soltasen sonrisas, había encontrado solo uno, doblando al pasillo, cerca del andén. Lo único que lo entusiasmaba antes de volver a donde vivía, aquellos ojos aperlados la observaban como si pudieran escudriñar por debajo de sus ropas y hasta su corazón. Su respiración se detuvo unos momentos mientras que sus latidos se aceleraban, su voz grave la envolvía, mirando como sus dedos se deslizaban con maestría entre las cuerdas de la guitarra mientras que con una pasión insospechada emitía cada nota musical de su melodía.


Su rostro se había enrojecido mientras con su mano, a tientas buscaba en su bolso un par de monedas que luego la lanzaba al estuche de la guitarra que se encontraba en el piso. Éste sin dejar de cantar y con un movimiento de su cabeza le agradeció.


Tenten caminaba sin sentir que sus pies tocaban el piso por un momento, sin preocupaciones, problemas o miedos. Sonreía de una manera que no recordaba, tarareando la tonada que había escuchado.


Subió al vagón, repasando la letra de dicha melodía una y otra vez en un mente, pensando en que era su favorita; la tonada, la historia que contaba; le agradecía tanto que entre todas las que cantaba siempre fuera esta la que entonaba cuando ella aparecía frente a él. Un pensamiento asaltó su mente de pronto, le golpeó en la cabeza de la misma manera el cristal en su frente levemente a causa de que el tren subterráneo comenzaba a avanzar. La chica abría la boca con sorpresa mirando al chico de ojos malva que en ese justo momento le buscaban desde su lugar, sosteniendo su guitarra en mano.


— ¡¿La canción?!...—exclamó con la emoción impregnada en sus palabras señalandose.


Neji, que es como se llamaba aquel cantante callejero, afirmó con la cabeza confirmando su sospecha.


La castaña se deslizó en el asiento suspirando, mordió su labio inferior sin ser capaz de quitar el gesto de felicidad de sus rostro.La había encontrado en aquel muchacho tan apuesto que con su voz le transmitía tanto, aquella canción que le fascinaba, siempre era la misma y es que era la misma, recién se había dado cuenta él la cantaba pensando en ella.


Tenten no sabía que sería de su vida, pero en definitiva ahora, tenía un lugar donde volver.