un gremio embarazado

De por sí es un problema cuando una mujer esta embaraza, las hormonas, antojos, nauseas, etc. Ahora súmenle que su pareja sufra de “embarazo empático”, esto significa que sentirá las nauseas y los antojos de su mujer.

Realmente el problema es cuando más de una mujer está embarazada y sus parejas sufren de embarazo empático, más aun, si estas mujeres son las magas de el revoltoso gremio que conocemos como Fairy Tail.

Las embarazadas eran:

Lucy de Natsu.

Juvia de Gray.

Levy de Gajeel.

Mirajane de Laxus.

Evergreen de Elfman.

Lissana de Sting.

Erza de Jellal.

¿Porque mágicamente todos los hombres tenían el embarazo empático?, la respuesta es simple, las chicas sabían que sus parejas se iban a quejar de sus antojos, cambios de humor y las nauseas, así que buscaron una pócima que hiciera que sus parejas tuvieran el famoso embarazo empático.

Lucy.

—Natsu, se supone que yo soy la embarazada, ¿Por qué tú tienes más nauseas que yo?—dijo Lucy divertida al ver como Natsu salía casi convaleciente del baño.

—Es este maldito embarazo empático—dijo Natsu enojado— ¿Lucy cuánto va a durar el embarazo?

—te he dicho un montón de veces que un embarazo normal dura 40 semanas o 9 meses, es lo mismo—dijo Lucy irritada (parte de los cambios de humor)—lo vas a tener que soportar porque aun me quedan 6 meses de embarazo.

Natsu se dio cuenta de que los cambios de humor atacaban de nuevo, y no quería volver a sufrir lo que Lucy le había hecho cuando tenía 1 mes de embarazo.

Flashback*

—Natsu, porque hueles a perfume de mujer, me estas engañando—dijo Lucy iracunda—no te lo perdonare.

—Lucy déjame explica…—Natsu no pudo terminar de explicar ya que Lucy lo empezó a arrastras hacia la estación de trenes para subirlo a uno y torturarlo allí.

Natsu estuvo varias horas dando bote de aquí para allá en el tren. Mientras, Gray le explicaba a Lucy que durante una de sus típicas peleas había lanzado a Natsu a una perfumería y que desde ahí había quedado con olor a perfume.

Lucy estaba sumamente arrepentida, así que le dijo a Happy que sacara a Natsu de tren. Una vez que Natsu estuvo en tierra firme Lucy corrió a abrazarlo, mientras lloraba diciendo:

—Natsu…perdóname… es solo que los malditos cambios de humor me tienen así…y también pensé que como me estoy poniendo gorda me ibas a cambiar—dijo Lucy llorando en los brazos de Natsu.

—Lucy, tranquila, yo no te cambiaría por nada del mundo, aparte por lo que el maestro me ha dicho los cambios de humor son normales—dijo Natsu sonriendo.

—Nat…su…te amo—dijo Lucy abrazando con un poco mas de fuerza a Natsu.

Fin flashback*

Natsu sonrió al recordar el momento en el cual Lucy le dijo que lo amaba, pero luego recordó lo que había sufrido en el tren y un escalofrió recorrió su cuerpo.

—Está bien, te prometo que no se me va a olvidar nunca más—dijo Natsu sonriente como siempre—Lucy, sabes algo-

—Que cosa Natsu—dijo Lucy.

—Te amo, a ti y a nuestro bebe—dijo Natsu mientras tocaba el vientre de una sonrojada Lucy.

Juvia.

—Gray, Juvia quiere comer helado— dijo Juvia muy tiernamente a su amado Gray-sama.

—Juvia, no crees que ya ha sido suficiente lo que has comido por hoy—dijo Gray ya un poco molesto por los antojos que le venían a su pareja y a él.

Para Juvia eso fue como si le estuvieran dando un golpe. Como todos saben Juvia tiene una imaginación muy, pero muy activa y a los oídos de Juvia Gray dijo “Juvia, ya has comido lo suficiente, te pondrás gorda y tendré que cambiarte por alguna otra chica”.

—G…Gray—dijo Juvia con los ojos llorosos—no, no es mi culpa tener estos antojos. Me pondré gorda y ya no querrás mas a Juvia y me cambiaras por alguna otra chica—dijo Juvia ya llorando y con un escándalo de los que solo ella sabía hacer.

Gray, al darse cuento de cómo tomo este comentario Juvia se desespero y no sabía qué hacer. Aparte muchos del gremio lo estaban mirando.

Meredy y Ultear, quienes andaban de visita en el gremio se acercaron a Gray, para saber que le había hecho a Juvia.

— ¿Gray que le hiciste a la pobre de Juvia? —pregunto Meredy enojada con Gray por haber hecho llorar a Juvia así.

—Solo le dije que tenía que parar de comer un poco—dijo Gray ya bastante asustado por la mirada de Meredy.

—Gray, definitivamente eres un idiota—dijo Ultear.

—Porque, no soy un idiota—dijo Gray un poco sorprendido.

—Mentira, Gray me dijo que me pondría gorda y que me iba a cambiar por otra chica—dijo Juvia entre lagrimas.

—por eso, por eso eres un idiota, si a tu novia se le antoja algo tu solo se lo das, si le dices algo como eso, lo tomara de esta manera—dijo Ultear.

—Recuerda que a las embarazadas las hormonas se les disparan y están más sensibles—dijo Meredy mientras trataba de calmar a Juvia.

Gray se termino por dar cuenta de la estupidez de que había dicho, recordó que el maestro le había dicho algo de las hormonas, pero no recordaba bien ya que se estaba peleando con Natsu sobre que bebe nacería primero.

—Juvia, lo siento—dijo Gray mientras abrazada a una sollozante Juvia—yo solo estaba un poco estresado por tu antojos y nauseas, sumándose a los míos.

—Tú, también tienes nauseas y antojos—dijeron Meredy y Ultear al unisonó.

—Al parecer padezco de embarazo empático—dijo Gray un poco pálido—si me disculpan iré al baño—al parecer Gray estaba teniendo nauseas y fue al baño a vomitar.

—Juvia no olvides que te amo—grito el Fullbuster mientras corría al baño.

Juvia se sonrojo mucho, pero ella sabía que él la amaba y ella lo amaba a él. Gray se comportaba como un idiota a veces, pero después de todo el era su idiota, y eso no lo cambiaria nadie en el mundo.


—Cierto, Juvia, cuantos meses tienes de embarazo—pregunto Meredy

—Tengo 3 meses de embarazo, al igual que Lucy—dijo sonriente Juvia.

—Que ella también—dijeron a unisonó Ultear y Meredy

 

antes que lean, quiero decir que yo soy una amiga de la autora de esta historia. esto se podría considerar una venganza, ya que ella me ha dicho que aun no revista la gramática y la ortografía de la historia de Levy...asi que no la masacren tanto :p
Levy.

— ¡Gajeel! ¡Lily! —grito Levy, pero no hubo respuesta de este— ¡Gajeel!... ¡Lily! —volvió a gritar Levy, pero aun no obtenía respuesta del dragón slayer.

Levy estuvo gritando un buen rato el nombre de estos dos. Ella se hubiera levantado, pero por órdenes de Porlyusica no debía hacerlo, la razón, es que como el cuerpo de Levy es pequeño y algo frágil, hacer mucho esfuerzo podría provocar complicaciones en el resto del embarazo y poner en riesgo tanto la vida de la madre como la del hijo.

— ¡Gajeel! ¡Lily! —grito por última vez Levy, decida a que si Gajeel y el gato no venia ella iría a donde estaba el.

— ¡Levy!..Que te pasa—dijeron al unísono Lily y Gajeel. Al parecer estos como de costumbre estaban entrenando, aunque ahora no había podido entrenar bien porque al parecer Gajeel aun estaba demasiado emocionado con lo de ser padre, tanto que con el solo hecho de ver una nube le decía a Lily “oye, no te parece que esa nube tiene forma de bebe”.

— ¿Por qué se demoraron tanto? —pregunto Levy con un tono de molestia en la voz.

—Estábamos entrenando—dijo Gajeel.

—Mentira, estábamos tratando de entrenar, pero Gajeel se distraía con las nubes diciéndome que tenían forma de bebe y esas cosas—dijo Lily un poco molesto por el hecho de no haber podido entrenar.

—jajajajaja, Gajeel, no pensé que aun estabas tan emocionado con lo de ser padre—dijo Levy muy divertida.

—Oye Lily, eres un traidor—dijo Gajeel encarando al gato.

—Ya, paren chicos—dijo Levy aun riéndose. Para Gajeel escuchar la risa de su enana era como música proveniente del cielo.

—De todos modos, ¿para qué nos estabas llamando? —pregunto Lily.

—Sí, cierto, se me había olvidado—dijo Levy—necesito que vayan al mercado a comprar unas cosas.

La lista que Levy les había pasado era, digamos, que un poco larga, ya que la extensión de esta era de dos páginas completas. Tanto el gato como el dragón slayer quedaron boquiabiertos al ver la extensión de la lista que Levy les había pasado, pero no podían negarse, Lily por que podría comprar kiwis y Gajeel, bueno, Gajeel por que no tenía otra opción más que satisfacer a su linda enana.

—Gajeel, ¿cómo sabremos si las cosas que compramos están buenas?—dijo Lily.

—Pues, ¿qué tan complicado debería ser?—dijo Gajeel no muy seguro.

La primera cosa que había en la lista era manzanas. Gajeel y Lily llegaron a un puesto de frutas en el cual vendían la que Levy les exigía. Ambos quedaron impactados, había muchos tipos distintos de manzanas. Verdes, rojas, fujis (no sé cómo se les dice en otros países, pero son las que tienen amarillo con rojo), etc.

—Gajeel, ¿Qué haremos?—dijo Lily aun conmocionado.

—no…no lo sé—dijo Gajeel aun conmocionado, al igual que su compañero. En eso Lucy y Natsu también estaban haciendo las compras.

—O…oye, coneja—dijo Gajeel dirigiéndose a Lucy.

—Gajeel—dijo sorprendida Lucy al ver a Gajeel y Lily por esos lugares.

—Qué bueno que te encontramos Lucy—dijo Lily, con un tono de adivinación en la voz.

—Por favor, ayúdanos con las compras—dijo casi suplicando Gajeel.

—Lucy, vamos, el fierrito se las puede arreglar solo—dijo Natsu burlándose de Gajeel.

—Natsu, vamos no seas tan inmaduro—dijo Lucy divertida al ver como Natsu peleaba con Gajeel.

—Vamos coneja, por favor, las compras son para Levy—dijo Gajeel aun peleando con Natsu.

—Para Levy-chan, entonces sí, les paso una lista, ¿verdad? —dijo Lucy, extendiéndole la mano a Gajeel para que le pasara las hojas.

Gajeel le pasó las hojas a Lucy, esta quedo un poco impactada al ver la cantidad de cosas que Levy necesitaba. Pero de todos modos no se demoro más de una hora en completar la lista de Levy.

—Gracias Lucy—dijo Lily, totalmente agradecido mientras abrazaba la bolsa de los kiwis. Lucy lo había llevado a donde vendían los mejores kiwis de toda magnolia.

—Gracias coneja—dijo Gajeel mientras se acomodaba todas las bolsas.

—De nada, después de todo son para Levy-chan—dijo Lucy con una sonrisa en la cara.

Levy estaba acosta leyendo uno de los tantos libros que tenía cuando escucho que Gajeel y Lily llegaban. Lily se quedo ordenando las cosas mientras Gajeel subía a ver a su querida enana.

—Levy, ya regresamos, compramos todo lo que querías—dijo Gajeel con cara de agotamiento.

— ¡Gajeel!..Ven, apúrate—dijo Levy, con un brillo especial en los ojos.

—Que pasa—dijo Gajeel, un poco sobresaltado.

Levy tomo la mano de Gajeel y la puso sobre su vientre, el bebe estaba pateando. Gajeel sintió como si su corazón y su respiración se pararan, como si el mundo ya no existiera y solo existieran ellos tres. Levy vio como los ojos de Gajeel se iluminaban y una sonrisa única se dibujaba en su rostro.

—Levy, eres mi enana, y siempre lo serás, si, sabes, te amo, te amo con todo mi ser—dijo Gajeel mientras besaba a Levy en la frente.

—Gajeel, yo también te amo—dijo Levy mientras le devolvía el beso a su amado, pero esta vez en los labios.

 

Mirajane.

— ¡Mellizos! —gritaron al unísono Mirajane y Laxus, totalmente sorprendidos por la noticia que Porlyusica les había dado.

—Sí, ustedes dos van a tener mellizos. Esa es la razón de que tu vientre este tan grande, con solo tener 3 meses de embarazo Mirajane—dijo Porlyusica, terminante en su diagnostico.

—Así que tendré dos bisnietos—dijo el maestro, ya prácticamente organizando una fiesta.

— ¿Por qué estas aquí? —pregunto Laxus, aun un poco desconcertado con la noticia.

—Bueno, solo quería saber que le pasaba a Mirajane— dijo el viejo, prácticamente bailando por la noticia.

—Ahora, todos fuera de mi casa—grito Porlyusica— vamos váyanse, odio el olor de los humanos.

Mirajane aun estaba en las nubes con la idea de ser madre de mellizos, ella tan solo se imaginaba a dos bebes en los brazos de Laxus, los primeros pasos de los niños, las primeras palabras, etc. En cambio Laxus se imagino la peor parte de tener mellizos, dos bebes llorando, se imagino a dos niños sucios y él era el responsable de bañarlos, etc. De pronto por la cabeza de Mirajane surgió la idea de ir a comprar las cosas de los bebes inmediatamente, ya que lo más probable, era que luego su vientre ya no lo iba a dejar moverse con tranquilidad.

—Laxus, debemos ir a comprar las cosas de los bebes—dijo de improviso Mirajane, sobresaltando al dragón slayer del trueno.

—Q…que, a…hora—dijo Laxus, con la voz algo rara.

—Sí, ahora, ten en cuenta que después mi vientre no me dejara moverme bien—dijo Mirajane, pidiéndole, más bien, exigiéndole a su querido Laxus.

—E…esta…bien, vayamos—dijo Laxus, sacando fuerzas quien sabe de dónde.

Laxus y Mirajane estuvieron, literalmente por todos los sitios en donde vendían artículos para bebes. Compraron un montón de cosas, como pañales, ropa de para bebe, los cochecitos, las cunas, etc. No escogieron nada de colores designados para un solo sexo (ejem: rosa=niñas/azul=niños).

Laxus había entrado en pánico, aunque no lo demostraba exteriormente, por dentro estaba hecho un desastre, aún se imaginaba los peores escenarios al tener dos niños a su cuidado. El maestro Makarov percibo que algo andaba mal con su nieto, así que decidió acercarse a él para ver que le pasaba.

—Laxus, que te pasa, algo en ti no anda bien, no estas como de costumbre—dijo el viejo maestro, con un tono de preocupación en la voz.

—No…no me pasa nada—dijo Laxus, con nada de convicción en la respuesta.

—Laxus, se te nota que algo te pasa, vamos cuéntasela a tu abuelo—dijo Makarov, entre la seriedad y la broma.

—eh…está bien, te contare lo que me pasa, pero no aquí—dijo Laxus con resignación, tenía que sacar de una forma u otra los que estaba sintiendo y pensando, acerca de lo de ser padre de gemelos.

Mirajane, quien estaba con las demás embarazadas, incluyendo a Levy, quien había sido cargada por su lindo idiota comedor de hierro . Mirajane observó que Laxus y el maestro salían fuera del gremio. Ella había notado raro, pero no le dio mucha importancia, ya que lo había tomado como los síntomas de embarazo empático.

—Mirajane, ¿ya han pensado el nombre de los bebes? —pregunto Cana, mientras bebía un barril de cerveza.

—La verdad, es que no, como nos enteramos recién de que iban a ser 2 bebes y no uno no hemos podido pensar en los nombre—respondió Mirajane, con una de sus típicas sonrisas.

—Ah…pero eso se puede comprender, ya que aun no podemos saber el sexo de ninguno de los bebes—dijo Lucy, quien estaba comiendo un pastel.

Mientras tanto Laxus y el maestro Makarov, ya estaban fuera del gremio, Laxus estaba tomando valor para tener una conversación de ese tipo con su abuelo. Se estaba poniendo cada vez más nervioso, así que busco las palabras que harían que lo que estaba a punto de decir no sonara feo, así que solo las dijo.

—viejo, estoy asustado de ser de padre de dos niños—dijo Laxus, en algo parecido a un grito, pero no lo era.

— ¿Cómo que asustado?—dijo Makarov, un poco divertido con la cara de su nieto—mira, te enfrentas a monstros, tuviste el valor de enfrentarte con un dragón, con Acnologia, con Jura, quien era uno de los 10 magos santos y te asustas por ser padre de dos bebes, jajaja, eres un idiota por asustarte de eso, acaso crees que los bebes destruirán el mundo, los bebes son un milagro, ve a dar una vuelta, despeja tu mente—termino de decir el maestro, esperando que sus palabras calmaran a su nieto Laxus.

Laxus no dijo nada al respecto, solo se empezó a alejar del maestro, rumbo al parque que se encontraba en el centro de magnolia, sabía que ese sería un lugar bastante tranquilo como para pensar sobre lo que Makarov le había dicho. Mientras Laxus iba camino al parque se encontró con varias parejas cuidando a sus hijos, vio como un niño recibía a su padre después del trabajo.

Cuando llego por fin al parque, se sentó en uno de los bancos que había ahí y reflexiono sobre lo que había visto camino hacia allí. Se empezó a imaginar a él, un par de niños y a Mirajane, yendo de compras, a dos niños recibiéndolo al llegar de una misión, pero algo lo saco de su ensueño, e llanto de un bebe, se puso a mirar hacia todos lados para encontrar el origen de ese llanto, hasta que lo encontró, vio a un padre meciendo a un pequeño bebe para hacerlo callar. En la cara de Laxus se dibujo una sonrisa, una sonrisa que muy pocas veces se ha dibujado del mago clase S.

—Al parecer ser padre no debe ser tan malo—pensó en voz alta Laxus, el cual no se había dado cuenta de que una albina de ojos azules estaba detrás de él.

— ¿Que dijiste Laxus?—pregunto Mirajane, algo confundida por lo que dijo el dragón slayer.

—Mira… ¿Cu…cu…cuando llegaste?—dijo Laxus sobresaltado por la inesperada llega de la dulce demonio.

—Recién—dijo Mirajane, igual de confundida que Laxus— ¿que estabas murmurando?

—Eh…no nada, solo pensaba en voz alta, a propósito, ¿Cómo supiste que me encontraba aquí?—pregunto Laxus, ya más calmado del susto que le había dado Mirajane.

—El maestro me dijo que habías salido a dar una vuelta, que tenias que pensar unas cosas, así que me pregunte donde podrías haber ido, y se me ocurrió este lugar—termino de decir con una sonrisa la linda albina.

—Sabes Mira, estaba un poco asustado por el hecho de ser padre de mellizos, pero ya no, si pude enfrentarme a un dragón, a Acnologia, a uno de los 10 magos santos, 2 bebes no serán nada—dijo Laxus con una sonrisa.

—Laxus, te aseguro, que todo irá bien, podremos criar a nuestros hijos tranquilamente, si—dijo la albina mientras abrazaba a su amado Laxus.

Laxus se asombro un poco con el abrazo de Mirajane, pero lo correspondió de todos modos. El calor que ella emanaba era reconfortante, casi al punto de ser adictivo. Laxus desarmo el abrazo para decirle algo a su querido demonio.

—Sabes algo Mira, te amo—dijo Laxus, con un poco de sonrojo en la cara—estoy seguro que seremos felices.

—Te amo—le respondió a Laxus, mientras le daba un tierno beso en los labios.

 

Evergreen

—Elfman, ven aquí—dijo Evergreen, ordenándole a su odiadamente amado albino.

—Que quieres—respondió Elfman un poco agitado, pues los antojos lo habían atacado y estaba en la cocina preparándose un emparedado.

—Necesito que muevas estas estatuas, y las pongas donde yo te diga—dijo Evergreen terminante en su orden.

Evergreen estaba ordenando el jardín, de modo en el cual todas sus estatuas quedaran de una forma que a ella le gustara. La totalidad de sus estatuas estaban amontonadas en su nueva casa, de modo que ella quería ponerlas en un lugar donde no estorbaran. La casa que se había comprado junto con Elfman era lo bastante grande como para albergar al gremio completo. Elfman se quejo por el tamaño de la casa, pero no pudo ganarle la discusión a su queridamente odiada Evergreen.

—P…pero, son demasiadas estatuas—se quejo Elfman, haciendo que Evergreen se enojara.

—Vamos, dices ser un hombre, ¿no? —dijo Evergreen provocativamente—entonces no te quejes.

—Claro que soy un hombre…pero me estaba haciendo un emparedado y…—no pudo terminar la frase ya que Freed y Bicslow habían llegado.

—Hola, de nuevo están peleando—dijo Freed, un poco divertido con la situación—ustedes no cambiaran nunca.

—Déjalos, al parecer así es como ellos demuestran que se quieren—dijo Bicslow, haciendo rodar la lengua igual que Happy.

—Cállense—gritaron al unísono Elfman y Evergreen.

—Me sorprende que tu vientre no sea tan grande como esperaba Evergreen—dijo Bicslow tratando de molestar a la auto proclamada reina de las hadas.

—De que hablas, si solo tengo 3 meses de embarazo—dijo Evergreen, sacándole la lengua a su compañero de equipo, ella pareció no darse cuenta del efecto que esto provoco en Elfman.

La razón de la visita de Freed y Bicslow era simple, visitar a su compañera de equipo, y Bicslow extrañaba un poco el hecho de molestarlos en conjunto de ver sus peleas por pequeñeces. También tenían que entregar un paquete de parte de Laxus y Mirajane.

—Bueno, nosotros no vamos—dijo Freed— Bicslow, entrégale el paquete.

—Cierto, se me había olvidado por completo—dijo Bicslow—ya, entonces nos vemos.

El regalo que Laxus y Mirajane les habían mandado a Evergreen y Elfman, los emociono tanto, que por bastante tiempo pararon sus peleas de tsunderes. El regalo era una cosa tan simple para algunas personas, pero para ellos fue especial, había pasado tanto tiempo tratando de arreglar su nueva casa, que ni siquiera se había preocupado de comprar alguna que otra cosa para el bebe, Mirajane estaba al tanto esta situación asi que decidió regalarle un par de ropas para bebe, esto a Evergreen la emociono mucho y se dio cuenta del tiempo que había desperdiciado en cosas tontas, como arreglar su jardín.

—Oye, Elfman, te parece si mañana vamos a comprarle el resto de las cosas al bebe—dijo Evergreen, sorprendiendo a Elfman por el tono dulce de su voz.

—Sí, está bien, ya es tiempo no crees—dijo Elfman abrazando a Evergreen, la cual sorprendentemente para el albino, no se resistió.

—Sí, ya es tiempo que nos preocupemos de sus cosas y dejemos por un tiempo de lado cosas triviales, como el jardín—dijo Evergreen, correspondiendo el abrazo de Elfman, totalmente sonrojada.
al parecer entre idiotas tsunderes se entienden.

 

Lissana.

Primero, aclarar que esta es una pareja random, ósea aleatoria, la saque por sorteo, aparte prefiero que Yukino este con Rouge, en vez de Sting.

Sting Eucliffe, por fuera puede parecer un hombre serio, y quizás rudo, pero por dentro era uno de los más tiernos del gremio Saberthoot. Lissana quien estaba de visita en Saberthoot, estaba hablando tranquilamente con Yukino, sobre su reciente relación con Rogue, cuando en eso, un rubio junto con un pelinegro, interrumpieron la conversación.

—Lissana, que te parece si mas tarde vamos a un pueblo cercano, dicen que ahí hay un show de unos magos de agua, que realmente es hermoso, que te parece si vamos—dijo Sting, con una linda sonrisa en la cara.

—Yukino, ¿quieres ir a donde dijo Sting?—dijo Rouge, levemente sonrojado.

Las chicas habían oído acerca de ese show, y ambas estaban deseando ir, claramente querían ir con sus parejas, pero no sabían si ellos aceptarían.

—Claro que si—respondieron al unísono ambas magas de pelo blanco.

En el trascurso de la tarde se les sumaron, Orga, Rufus, Lector y Frosh. Orga y Rufus fueron por la simple razón de ir pasear y también para disfrutar de tan renombradlo show, en cambio Lector y Frosh, fueron para darle “ánimos” a Sting y Rouge.

Ya era hora de que se encaminaran al pueblo vecino para ver el show, pero Sting y Rouge tenían un pequeño problema, el trasporte. Los demás sabían que se iban a marear, así que decidieron que Frosh y Lector los llevaran al pueblo volando, y el resto se iría en el tren.

— ¿Cuando llegaran? —pregunto Orga quien estaba ya impaciente, quería ir a recorrer el pueblo. Después de que el tren llegara a la estación tenían que esperar a Sting y Rouge para poder ir a turistear al pueblo.

—Tranquilo Orga, ya estarán por llegar—dijo Rufus—tengo recuerdos de que tanto Lector como Frosh, no son nada lentos al volar, recuerda que en el gremio de Lissana también hay gatos como Lector y Frosh.

—Rufus-san tiene razón Orga-san, los Exceed no son para nada lentos cuando se lo proponen realmente—dijo Lissana, con una linda sonrisa en la cara.

—Miren, ahí vienen—dijo Yukino apuntando el cielo.

Los Dragón Slayer ya podían divisar a sus compañeros, quienes los esperaban en la entrada de la estación de tren. El viaje para ellos fue muy tranquilo, con la pequeña excepción de que se encontraron con una gran bandada de pájaros, por lo cual, los Exceed tuvieron que hacer unas maniobras para no chocar con algún pájaro.

—Sting, Rouge, están cubiertos por plumas, ¿se encontraron con pájaros verdad? —dijo Lissana, un poco divertida con la apariencia de los Dragón Slayer.

—Eh…si, realmente eran muchos pájaros—dijo Sting, mientras se terminaba de sacar las plumas de su vestimenta, cara y cabeza.

—Rouge, quédate quieto si—dijo una levemente sonrojada Yukino.

Rouge se quedo inmóvil mientras veía que Yukino acercaba lentamente su mano a su cabeza. Lo que Yukino intentaba hacer era simple, Rouge aún tenía un par de plumas en su cabello. Yukino advirtió que él no se había percatado aun de que tenía esas plumas en su cabello, por lo cual ella decidió quitárselo. Rouge se sonrojo notablemente al ver ese gesto de su querida maga de espíritus estelares.

—Al parecer llegamos mucho antes de lo planeado, que les parece si mientras tanto vamos a pasear por el pueblo—dijo Lissana tomando de la mano a Sting, el cual se sonrojo un poco, pero ya no al extremo, como lo hacía antes.

—Sí, vamos a pasear al pueblo, quiero tener recuerdos de aquí—dijo Rufus, un poco ansioso.

—Claro, vamos—dijo Orga, totalmente emocionado por irse de esa aburrida estación.

Mientras esperaban a que pasara el tiempo, se dedicaron a recorrer muchas tiendas de la cuidad. En un momento, pasaron por una tienda de vestidos de novia, Orga aprovecho esa oportunidad para poder molestar a las parejas que estaban con ellos. Sting y Lissana, a pesar de que iban a ser padres, aun no se habían casados, ni siquiera habían pensado en el matrimonio, (al igual que el resto de los hombres que iban a ser padres).

—Chicas, miren, ¿díganme que no los encuentran lindos? —dijo Orga, apuntando a los vestidos que estaban en el mostrador.

—Tienes razón, Orga tienes muy buen gusto para los vestidos—dijo Lissana con los ojos iluminados.

—Oye, Orga, ¿no serás de ese lado?, ¿verdad?—dijo Rufus tratando de molestar al God Slayer del trueno.

—Claro que no—dijo Orga, claramente molesto por el comentario de su amigo.

Sting y Rouge habían quedado paralizados con lo que Orga les había mostrado a las chicas, unos vestidos de novia, ellos ni siquiera habían pensado en el matrimonio, y allí estaban ellas mirando unos vestidos. Ellos no podían negar que los vestidos se les verían hermosos a ellas, pero a ellos, digamos, les asustaba un poco el hecho de tener que casarse.

—Oye, Orga, ¿Por qué tienes que andar diciendo cosas sobre el matrimonio?—dijo Sting, reprochándole a su compañero de gremio el hecho de haberle señalado los vestidos de novia a Lissana

—Que pasa, Sting, no me digas que le tienes miedo al matrimonio—dijo en respuesta Orga.

—Como crees Orga-kun, Sting-kun no le podría tener miedo a algo tan simple como el matrimonio—dijo Lector, en defensa de Sting, quien ya no era capaz de defenderse apropiadamente.

—Lector tiene razón, como crees que yo, el gran Sting Eucliffe le podría tener miedo al matrimonio—dijo Sting, tratando de darse aires.

Las chicas, quienes estaban escuchando atentamente la conversación de los chicos, a pesar de que estaban apreciando los vestidos. Ellas sabían perfectamente que tanto Rouge como Sting, no se les había cruzado por la mente el matrimonio. Y ver a los chicos discutiendo les causo un poco de gracia, pero al final se terminaron aburriendo de la situación, pero no sabían qué hacer para salir de ella, hasta que a Lissana se le antojo una manzana acaramelada, y por cosas del embarazo empático, a Sting, también.

—Lissana, ¿quieres una manzana acaramelada?—pregunto Sting, con una tierna sonrisa en la cara, acompañada de un estruendoso rugido de su estomago.

—Claro, vamos a comprarlas juntos—dijo Lissana con sus ojos iluminados, ya que su pareja le había ofrecido lo que justamente ella quería en ese momento.

— ¿No quieres algo de comer, Yukino?—dijo finalmente Rouge. Se puede decir que la experiencia de Rouge en cuanto al amor se trata, se podría decir que es casi nula, ya que nunca se había interesado mucho en alguna mujer, hasta que conoció a Yukino.

—Esos dos realmente han cambiado, ¿no lo crees Orga?—dijo Rufus, mientras veía a Sting abrazando muy alegremente a Lissana y a Rouge, quien tomaba tierna y lentamente la mano de Yukino.

—Claro que han cambiado, ahora Rouge sonríe más a menudo y Sting muestra más su lado tierno e infantil—termino de decir Orga, mientras comía un algodón de azúcar.

El tiempo pasó, ya era hora de que fueran al lugar en donde se presentarían los magos de agua, así que nuestros 6 personajes y los 2 gatos se encaminaron al lugar de la presentación, pero un pequeño problema se presento. Lissana se había empezado a sentirun poco mareada, al parecer, una de las tantas cosas que había comido con Sting le había provocado dicho malestar. Sting, se mostro muy preocupado por eso, lo único malo era que no sabía qué hacer. Pero en un momento recordó que en el gremio de Lissana había una Dragón Slayer que podía curar enfermedades o heridas, así que se decidió por llevar a Lissana a Fairy Tail. Al final, nadie vio el Show por el que habían ido, todos acompañaron a Sting y Lissana a Fairy Tail.

—Sting, ¿qué le paso a Lissana? —dijo Mirajane, quien ya estaba con su Satan Soul: Alphas, para poder asesinar a Sting, ya que pensaba que él era el culpable de que Lissana se sintiera mal.

—Ehh...bu…bu…bueno…yo…ah….Natsu-san ayúdeme—dijo Sting. El siempre le había tenido algo de temor a Mirajane, y ahora su temor había aumentado.

—Oye, no te escondas detrás de mi—dijo Natsu, mientras veía como Mirajane se acercaba hacia donde estaba el, mas bien, hacia donde estaba Sting (quien estaba detrás de Natsu)

—Vamos Mira, es solo un mareo de embarazada, tu también has tenido varios durante esta semana—dijo Laxus, tratando de calmar a la tierna demonio. Laxus, ya había aprendido a lidiar con todos los humores de Mirajane.

—Tienes razón Laxus, solo debe ser eso—dijo Mirajane, mientras se quitaba su Satan Soul: Alphas—Lo siento Sting—termino de decir mientras esbozaba una de sus típicas sonrisas.

—No se preocupe, Mirajane-sama—dijo Sting en pose militar.

—No tiene de que preocuparse Mirajane-san, es solo que algo que comió le vino mal para el estomago—dijo Wendy, calmando por completo a Mirajane.

—Que bueno—dijeron Sting y Mirajane al mismo tiempo.

Al final, se podría decir que todo término bien, los magos de Saberthoot y Lissana no vieron el show por el que habían estado esperando, pero a cambio de eso, los de Fairy Tail armaron una fiesta, de aquellas que solo ellos saben cómo hacerlas.

—Lissana, sabes, Sting se preocupo mucho por ti—dijo Yukino, mientras se paraba del suelo, en donde había terminado después de la fiesta.

—En serio—dijo Lissana extrañada—no pensé que le fuera a dar tanta importancia a un simple mareo de embarazada.

—Eso se debe a que el te quiere mucho –dijo Rouge mientras se quitaba una mesa de encima.

Lissana se sonrojo al escuchar a rouge decir eso, solo miro a Sting, quien estaba en el piso con un pie en la cara de Natsu y un puño en la cara de Gajeel. Lissana también lo quería, y mucho.

Erza.

Jellal, en algún momento fue el enemigo de Fairy Tail, en otro momento, fue el aliado, tanto como lo que paso en con el nirvana y los grandes juegos mágicos. Antes fue unos de los 10 magos santos, miembro del consejo, pero ahora no era nada más que un simple “esclavo” de su querida Erza, si, así es, su “esclavo”.

—Jellal, ¿ya terminaste el pastel de fresas que te pedí?—dijo la dulce Titania. Quien ahora tenía 3 meses de embarazo, ella siempre estaba antojada de pasteles de fresa (cuando no). Pero en cambio el pobre Jellal ya estaba asqueado de tener que cocinar tantos pasteles de fresa, si, leyeron bien, el los cocinaba.

—Aun no Erza, ¿podrías esperar un poco más?—dijo Jellal, un poco asustado de la reacción que iba a tener la Titania.

—Pero si hace media hora empezaste—dijo Erza con una espada en la mano.

—Lo siento, me demore más de lo planeado ya que no quedaba harina y tuve que ir a comprar—dijo Jellal, temblando al ver a Erza con una espada en la mano—así que por favor no me mates.

—Jellal… ¿Por qué dices eso?—dijo Erza. Al escuchar a Jellal decir eso, pero luego recordó que tenía una espada en la mano—Tranquilo, no te matare, si no quien me haría esos pasteles de fresa que tanto me gustan—termino de decir Erza con una cálida sonrisa.

Mirajane le enseño a Jellal a preparar las tartas que tanto le gustaban a Erza. Pero eso fue un problema para Jellal y Laxus. Los cambios de humor afectaban mucho a Mirajane por lo que si Jellal hacia algo mal, casi lo mataba, y ahí es donde Laxus tenía que intervenir, cosa que pasaba cada 10 minutos.

Un día en el que Jellal y Erza estaban en el gremio se formo una de las tantas peleas masivas. Mesas volando, sillas estrellándose contra las paredes, Elfman volando de aquí para allá. Y en la barra, estaban todas la embarazadas, incluyendo a Levy, también estaban Ultear, Meredy, el maestro, Romeo y Jellal…hasta que, una mesa voladora golpeo a Jellal en la cara. Y que paso, Jellal exploto.

—Ahora sí, malditos, ya agotaron mi paciencia—grito Jellal tomando la silla en la que estaba sentado y lanzándosela a cualquiera que estuviera en la trayectoria de esta.

Y de ese modo, la pelea empezó con un miembro más, los que demás que estaban en la barra se sorprendieron de que Jellal se uniera a la batalla, ya que ahora parecía eso.

—Oye, Erza, ¿Qué le haces a Jellal? Se nota que esta estresado—dijo Meredy, mientras miraba a Jellal.

—Estresado, ¿pero de qué?, si en casa no hace más que cocinar—dijo Erza inocentemente.

—Erza-nee, ¿cuántas veces cocina Jellal al día?—pregunto Romeo, por pura curiosidad.

—Bueno, como 10 o 15 veces al día—dijo Erza, aun sin percatarse de que esa era la causa del estrés de su querido Jellal.

—Erza, ¿no crees que eso está provocando el estrés de Jellal?—dijo Lucy, sorprendida por la cantidad de veces que Jellal cocinaba.

Erza quedo en estado de shock, se termino por dar cuenta de que eso provocaba el estrés de Jellal. Se sintió pésimo, ella estaba obligando a Jellal a cocinar sin descanso alguno, quería disculparse con él, pero no sabía cómo, así que le pidió algún consejo a Lucy.

—Lucy, tienes razón, eso está provocando el estrés de Jellal—dijo Erza un poco triste— ¿me darías algún consejo para disculparme?

—Claro, lo que debes hacer es…—dijo Lucy en el oído de Erza.

Erza se encamino a su casa para que cuando Jellal llegara recibirlo con la disculpa lista. La disculpa consistía en prepararle una cena romántica, preparada por la misma Erza.

— ¿Alguien ha visto a Erza?—pregunto Jellal mientras se arreglaba las ropas, que estaban hechas un desastre, pues Natsu había empezado a usar fuego.

—Creo que se fue a casa, dijo que estaba cansada o algo así— mintió Lucy, mientras despertaba a Natsu, quien estaba inconsciente en el piso.

—Oh…gracias—dijo Jellal. Mientras se iba corriendo hacia la casa que compartía con Erza.

Cuando Jellal llego a casa, se sorprendió mucho, al ver una mesa con unas velas y comida. El pensaba que Erza no sabía cocinar, así que se sorprendió de sobre manera, fue corriendo directamente hacia la cocina. Y lo que vio lo sorprendió aun mas, Erza estaba con un delantal, aun cocinando, al parecer el postre.

—Erza, ¿Qué estas haciendo?—pregunto Jellal, aun impactado por la escena que estaba presenciando.

—Ah, Jellal, no me di cuenta de que habías llegado—dijo Erza inocentemente—te estoy haciendo una cena, en recompensa.

— ¿En, recompensa de qué?—pregunto Jellal, algo confundido.

—Por hacerme todos los pasteles que quiero y además por soportar los cambios de humor—dijo Erza, mientras se acercaba para besar en la mejilla a su querido Jellal.

—Pero, Erza…—dijo Jellal, quien no pudo terminar, ya que Erza le dio un beso en la mejilla, y además puso una cereza en su boca.

—No quiero que digas nada, ya que no acepto quejas—dijo Erza. Sutilmente sensual.

Al final, la cena resulto como Lucy le había dicho a Erza, conversaron un poco, rieron, jugaron, (no, no, no, mi no escribir algo pervertido sobre esta pareja. Al final, se terminaron por quedar dormidos en la sala de su casa, ambos abrazados, Jellal tenía una mano el vientre de Erza, solo quería sentir a la segunda persona que mantiene su mente alejada de todos los pecados que cometió en los tiempos que era manipulado por Ultear.

Erza se despertó a la media noche, y sintió la mano de Jellal en su vientre, ella retiro la mano de Jellal de su vientre y la apretó muy sutilmente. Vio como a Jellal se le dibujaba una sonrisa, esa sonrisa que a Erza tanto le gustaba, y que cada vez que veía, tenía la sensación de que todo lo que malo que había pasado, nunca había sucedido, una sensación, que no se puede describir en una frase, mas bien, habría que sentirla.