One-shot de Pokémon - Un día en la vida de un líder.

Estaba yo en mi gimnasio... Apunto de tener un encuentro con Ash, en el terreno de batalla... Veía a su Pikachu y a mi Vigoroth.

—Oye Ash, ¿Porqué estamos batallando?— Fue mi duda del momento, ya que algo andaba mal en mí, no recordaba absolutamente nada de como fui a parar en esa situación.

—Lo hacemos por May— Me decía el muchacho, algo que realmente me sorprendió.

—¿De que estas hablando?— Volví a preguntar.

—Usted mismo lo dijo hace poco, el vencedor se quedará con May— Sus palabras aún mantenían mi confusión, pero dicho eso me enojé.

—No recuerdo haber mencionado tal cosa, además... ¿Que te hace pensar que se irá contigo si me ganas?—

—Ella me ama, y yo la amo, eso es motivo suficiente para que estemos juntos, usted queriendo oh no... Tiene que aceptarlo— Decía Ash seriamente.

—¡Eres un mocoso atrevido!— Le dije aun muy enojado.

—Como diga, empecemos, Pikachu... Usa cola de hierro—

—Vigoroth... Esquivalo—

No podía creer lo que mis ojos presenciaron, a pesar de que el Pikachu de Ash logró darle a mi pokemon, Vigoroth había sido derrotado de un solo golpe.

—¿Qué? eso no es posible— Estaba yo muy sorprendido ante mi instantánea derrota.

—Bueno, todo terminó— Habló Ash.

En ese instante... La puerta que estaba detrás de mi adversario fue abierta, era May, la cual entrando, tomó a Ash de la mano y ambos salieron en silencio por la misma que entró mi hija.

Corrí hasta ellos para detenerlos, pero... En ese momento... Todo a mi alrededor se volvió negro, cuando de repente... Percibí que estaba yo acostado en mi cama, todos los hechos recientes no pasaron de un mal sueño.

Ya era de día, me vestí, y me fui a la cocina, mi esposa se había despertado antes que yo, y estaba preparando el desayuno.

—Buenos días cariño— Saludé a Caroline con palabras, enseguida tomé asiendo.

—Buenos días amor, ¿Dormiste bien?— Me preguntó con una sonrisa en su rostro.

—Si, gracias por preguntar— Fue mi simple respuesta, ya que decidí no decirle nada acerca de lo soñado.

Tras algunos minutos de espera, fui servido por mi esposa, terminé mas rápido que de costumbre mi desayuno, y le avisé a Caroline que iría a dar un pequeño paseo.

Tras caminar un buen rato, me senté en el banco de una plaza, por suerte el ambiente era perfecto, no hacia frío, ni mucho calor, tampoco había gente en ese lugar, pero... algo que si fue incomodo para mí, era ver... Que por el mismo lugar cruzó una pareja de adolescentes tomados de la mano.

Luego de eso... Los recuerdos de mi sueño venían a mi mente, entonces me hice una pregunta... ¿Que haría... Si ese sueño se hiciera realidad?

May solo es una niña, dudo mucho que Ash se fije en ella, además... No creo que a su edad mi hija piense en el amor.

Aparte de esos pensamientos, no podía engañarme, realmente temí que esto tarde oh temprano sucediera.

Al dejar que May viajara con Ash... ¿Habré cometido un error?

Me puse a recapacitar y mis conclusiones eran muy simples, Ash no tenía nada que ver con aquél joven soñado, y eso... Era obvio.

Me sentí como un tonto al pensar en este tema, e incluso sonreí ante mis ridículos pensamientos, pero... Dejando a un lado ese drama, decidí no tener un mal día por un absurdo sueño.

No abriré el gimnasio, y pasaré el día con mi esposa, ese era mi plan del momento, así que, sin mas ni menos... Regresé a casa.

Durante el retorno... Sentí que ya estaba superando aquel incomodo recuerdo, pues ya tranquilamente caminaba por las calles de Petalburgo, algunos conocidos me saludaban y yo les respondía el saludo.

Luego de unos momentos mas de haber caminado, llegué al frente de mi casa, me introduje a ella, pero para mi sorpresa e incomodidad... Justo ese mismo día el destino los trajo de regreso.

—¡Papá!— Al mismo tiempo dijeron ambos hijos míos, los cuales corrieron hacia mi, y me dieron un corto abrazo.

—Buenos días señor— Educadamente me saludó Brock con palabras y yo le contesté de la misma forma.

Enseguida Ash se acercó a mi.

—Hola Señor— Con una sonrisa, Ash pretendía que yo le estrechara la mano, ya que la suya... Estaba extendida hacia mi, por un momento dudé en saludarlo, pero enseguida me di cuenta... De que lo estaba juzgando por algo que nunca hizo.

—Hola Ash, es un gusto que estés de regreso— Por mi parte lo saludé, no solo con palabras... Sino que tambien le correspondí estrechándole la mano.

Luego de eso, tomamos asiento en el sofá para conversar.

—Y, ¿que les trae por aquí?— Esa era mi duda, pero enseguida el mayor del grupo me contesta.

—Max y May querían pasar por aquí, a ver como estaban— Dijo Brock, pero... Enseguida Caroline interviene.

—Nosotros estamos bien, gracias, ¿y a ustedes, como les ha ido en su viaje? espero que mis hijos no les hayan causado muchos problemas— Habló mi esposa con una sonrisa para así Ash contestar.

—No, no se preocupe por eso señora, créame que es mas agradable viajar con amigos— Decía Ash, mientras tanto... Yo seguí con las preguntas.

—Por cierto, May... ¿Como vas con tu entrenamiento?—

—Muy bien papá, Ash me enseñó todo lo que sé sobre los pokemon y las batallas— Con alegría me contaba eso. —Todo se lo debo a el— Continuó hablando, pero mirando a Ash, y el le contesta.

—¿No crees que exageras un poco May?— Suavemente Ash se rascaba la nuca sin dejar de verla.

—Para nada— Simplemente concluyó mi hija.

En esos momentos, tan solo verlos sonreír el uno para el otro fue un poco incomodo para mi, ya que me hacía tener presente los recuerdos de mi sueño.

Aparte de eso, seguimos conversando por un buen rato, pero si había algo que cambiaba mi perspectiva sobre Ash... Era oír a Max hablar sobre las aventuras que tuvieron junto a Ash y los demás, pues en cada cuento de Max, siempre había un Ash salvando a May de esto y lo otro.

Cuando Max terminó de hablar, el grupo de jóvenes se silenció de golpe, y entre ellos se miraron, algo muy extraño me parecía que iba a suceder, al fin de cuentas sí tenían algo que decirme, entonces... Ash se levantó de su asiento y me dirigió la palabra.

—Señor, tengo algo que decirle— Sus palabras provocaban una cierta inquietud en mi, sera que... no, no debo sacar conclusiones precipitadamente.

—Quisiera decirle... Que me gustaría tener una batalla con usted— Al escuchar eso me calmé bastante.

—Lo siento Ash, pero el día de hoy pensé en cerrar el gimnasio, ya que no me siento motivado a tener batallas, espero que puedas perdonarme— Me limité a contestar en parte la verdad.

—Es una pena, pero... Está bien, no se preocupe— Me sonreía a pesar de haber rechazado su petición, su optimismo era bastante agradable para mi.

Luego retomaron la charla sobre sus aventuras, después de unos momentos mas de conversación, el mayor del grupo le habló a sus amigos.

—Oigan chicos, creo que ya va siendo el momento de partir— Dijo Brock.

—Es verdad— Añadió Max.

Entonces los acompañamos hasta el frente de nuestra casa.

Ya ahí, a mis hijos les deseamos suerte en lo que aun les quedaba por viajar, con un corto abrazo... Esa era la forma de despedirse de nosotros, osea sus padres, en cuanto a Brock... Le estreché la mano, y hablando de Ash... Nuevamente este pretendía que yo le estrechara la mano, ya que la suya... Estaba extendida hacia mi, justo como al principio de nuestro reencuentro, pero esta vez... Sin una pizca de desconfianza, lo salude correctamente.

—Cuídate mucho, te deseo suerte en la liga— Dije esto durante el saludo.

—Gracias, le prometo que me esforzaré por ganar— Aquí finalizamos todos los saludos.

Terminado ya las despedidas, nos dieron la espalda y comenzaron a caminar en dirección a su destino, Caroline y yo veíamos como se alejaba de nosotros aquel grupo de jóvenes.

Pero, nuevamente fui invadido por la duda, ¿que haría si Ash.. En aquel momento en que tenía algo que decirme, me dijera que estaba con mi hija?

Pero en esos instantes... Ya no me importaba pensar en ese tema, sea como sea... Eso no sucedió, y si así pasára mas adelante... Espero estar listo para aceptarlo o no, sin remordimientos.

—Norman, dime una cosa... Le dijiste a Ash que cerraste el gimnasio porque el día de hoy no tenias motivación, ¿verdad?—

—Sí, así es, ¿por que lo preguntas?—

—Eso no es típico de ti, por lo general te pareces mucho a Ash, siempre estas con ganas de tener una batalla—

—No te preocupes por mi, mejor quisiera invitarte a que saliéramos juntos el día de hoy, ¿que me dices?—

—Sí, me encantaría, ya hace mucho tiempo que no hacemos una actividad juntos—

En esos momentos Caroline y yo dejamos la casa sola y trancada con llave, para así salir tomados de la mano muy felices por haber recibido una visita... Que al final de cuentas resultó un tanto extraña para mi, pero satisfactoria, y claro está... Que tambien salir con mi esposa completó mi día.

Y así concluyo, a pesar de que este día empezó de una manera desconcertante, puedo decirlo con toda certeza... Que terminó de la mejor forma posible, tambien comentaré... Que muchos dicen que ser padre conlleva una gran responsabilidad, y el que así lo ha dicho... Tiene mucha razón, principalmente si tienes una hija... A la que amas con todo tu corazón.

Fin.