de Inuyasha - Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Oh, castíguenme, amigas mías, por fin me decidí a volver
¡¡Tomaré en cuenta tu consejo, Pami!! :) ;)


Aquí hay un nuevo Fanfic de mi pareja favorita (Si me preguntan sobre mi personaje favorito… no tengo, tengo mi PAREJA predilecta)
Espero y les guste
Esta vez es la historia en tiempo actual y está basada en hechos reales (Y yo que me decía que nunca haría uno de estos, je, por eso no hay que hablar de más)

Un cuento contigo, bajo la lluvia​

Capítulo 1

Apresuraba el paso bajo la lluvia. Eran cerca de las ocho y el cielo oscuro se iluminaba de vez en cuando con un relámpago. La vida parecía detenerse en la noche lluviosa, las calles estaban casi desiertas, la gente caminaba rápido con sus paraguas y alguno que otro automóvil cruzaba la calle levantando surcos de agua.
Rin suspiraba, cansada, mojada y muerta de frío; jamás pensó que el primer año de la Universidad sería tan difícil, las clases prácticas eran dictadas en la tarde y terminaban en la noche, no se había preparado para una tormenta como esa y tenía prisa en llegar a su pequeño departamento. En una esquina, pasó junto a un automóvil azul estacionado, el cual parecía vacío, cuando de repente el cielo volvió a iluminarse con un relámpago y ella pudo ver en su interior. El corazón le dio un vuelco. No, el vehículo no estaba vacío, había alguien allí y, sin darse cuenta, ella se le había quedado mirando. Él la miró con detenimiento, en silencio por un momento detrás del parabrisas mojado. Llevaba unos jeans ajustados y un jersey azul, llevaba en cabello suelto y mojado. Era hermosa ¿verdad?
Se apoyó en la ventanilla con sus delicadas manos blancas, esa chica lo miraba con los ojos muy abiertos, como si de un fantasma se tratara, y eso le molestaba. “¿Quieres que te lleve a algún lugar?”, le dijo amablemente y de forma sugestiva. Otro relámpago iluminó dejando ver los ojos claros del muchacho. El corazón de la chica dio otro vuelco ¿Realmente ese hombre le habló? Sin pensarlo dos veces, reanudó el paso de una forma tan acelerada que al muchacho le entró risa, era como si intentara huir de él ¿Tanto la había asustado? Maldijo a la inclemencia climática, podía haber sido agradable “hablar” con ella. Agradeció a la lluvia, esas nubes, además de traer agua le trajeron a la chica más hermosa que jamás hubiera visto antes. “Te alcanzaré de todas formas”, pensó. Levantó la vista y miró hacia el letrero del edificio de enfrente era una casa de modas, lugar donde trabajaba su novia. Ella le había pedido que fuera a recogerla paro aún no salía, siempre muy ocupada, metida en su mundo. “No te molestarás”, pensó él para sí, puso en marcha el vehículo y dio vuelta en la siguiente calle.
Rin seguía caminando y pensando en lo que le había pasado “sólo a mí pueden ocurrirme estas cosas ¿Qué quería ese hombre?”. Cuando pasó dos calles y llegó a la siguiente esquina vio otro auto azul, ¿o sería el mismo? No, eso no podía ser. El cielo volvió a iluminarse y él la miró. Sí, si era él, maldición, ¿estaba siguiéndola acaso? ¿Qué quería con ella? “¿Por qué tuve que pararme a mirarlo?”, maldecía.
“Sube, te llevo”, escuchó decir a sus espaldas mientras seguía alejándose lo más rápido que le permitían sus pies. Era la misma voz grave de antes, era él. Realmente su tono de voz demostraba segundas intenciones.
“Ni loca le respondo”, pensó. Él volvió a poner en marcha el vehículo y la siguió a un lado en la calle. “Rayos, por qué me sigue”, pensó Rin con los nervios de puntas y el corazón en un puño, juntando energías para correr si la situación ameritaba.
“Vamos, no te cobraré nada”, le dijo desde el auto y Rin apresuró más el paso “No tienes por qué huir de mí”
“Adiós”, le dijo ella, él la miró divertido, sin comprender nada “Sí, adiós dije. Adiós, vete, no quiero verte. Adiós, déjame en paz”
“Oye”
“Adiós”, le gritó ella al borde de un ataque (no estaba segura si era de miedo, nervios, histeria, pero se sentía muy mal).
El dio la vuelta en la esquina siguiente y volvió a la casa de modas, donde su novia ya debía estar esperando afuera, seguramente muy enojada. Suspiró y estacionó. La hermosa mujer cruzó la calle bajo la lluvia y subió al automóvil sin mucho ánimo y con una expresión de enojo bastante notoria.
“¿Por qué tardaste tanto, Sesshoumaru?”, le preguntó en el tono más calmado que le salía
“No fue mi culpa, Kagura, tuve problemas con el automóvil”, se excusó él (en cierto modo, era la verdad). Kagura no se cansó de hablar de su trabajo, de las personas, clientes y socios, con los que había hablado… y de cuánto “lo extrañó”. Él no decía nada, seguía pensando en el hada de agua que había conocido hacía no más de media hora (fue ruda ¿verdad?). Finalmente, luego de un largo camino, llegaron a la casa de Kagura.
“¿Por qué no bajas un momento y descansas?”, le dijo ella amablemente.
“Creo que no, tuve mucho trabajo hoy”
“Por eso mismo.” Kagura le dedicó una bella sonrisa “Vienes conmigo, tomamos algo y me cuentas qué hiciste, puedes quedarte hoy si estás muy cansado.”
Sesshoumaru apagó el motor del coche y bajó detrás de la señorita. Se acercó a ella y le pasó el brazo por sobre los hombros, cobijándola de la lluvia. “Estás muy bella hoy”, ella lo miró. Kagura siempre acostumbraba a vestir muy entallado, de faldas cortas y muy escotado, despertaba deseo en quien la mirara, en especial, llamaba la atención de su novio, pero ella sólo conseguía su deseo, nunca su afecto, a pesar de que ya hacían tres años desde que estaban juntos.
La casa tenía dos plantas, era grande y espaciosa, de paredes blancas y adornadas con cuadros y pinturas en la sala y pasillos. Sesshoumaru siempre se admiraba. Al ser diseñadora, su novia tenía buen gusto. Se quitó su abrigo, se secó el cabello y fue a sentarse en la cocina mientras ella preparaba café para ambos.
“Cuéntame de tu último trabajo ¿Has estado muy ocupado no?”
“He estado pensando ideas”, dijo él con una pequeña sonrisa luego de tomar un sorbo del café. Kagura se puso feliz, él no era lo que diríamos muy demostrativo.
“Dime”. Ella apoyó los codos en la mesa y se inclinó hacia delante para oír con más atención, eso hizo que su ropa se desacomodara un poco y dejara ver su busto. A su novio se le desvió la mirada en “esa” dirección.
“Hablará sobre un joven de profesión escritor… que un día, esperando en una esquina, bajo la lluvia se encontrará por casualidad a una bella musa que ocupará todos sus pensamientos”.
Ella lo miró de forma seductora “¿Y ella cómo se llamará?”
Él sonrió de forma sugerente “Pienso averiguarlo”…
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Rin no había llevado dinero y llegó tarde a la parada de autobuses, por eso tuvo que irse a pie todo el camino hasta su departamento, “Además ese sujeto…”, pensó en el hombre que le había insistido en alcanzarla en coche, todavía estaba molesta por eso ¿Acaso creía que ella era una mujer cualquiera? Llegó completamente húmeda y muerta de frío. Se bañó con agua tibia y se colocó un buen abrigo, casi eran las diez de la noche cuando se iba a dormir, entonces sonó su teléfono móvil.
“Hola, Rin, cómo estás, llamé antes y no me contestabas”
“¿Kagome, eres tú? Lo siento, es que olvidé mi teléfono en casa”, sólo a ella le podía ocurrir eso.
“¿No escuchaste las últimas noticias?”
“No, lo siento, ¿qué pasó?”, Rin sabía que las noticias que a ellos les interesaban sólo podían ser de dos tipos:
1) Un acontecimiento importante relacionado con la Facultad de Medicina, en la que ellas estudiaban. Si se trataba de un congreso o una charla, asistían sin falta.
2) Una noticia sobre algún tema literario o un escritor. A ambas les encantaban las novelas de cualquier género, pero en especial las románticas.
“Hoy en la mañana Ai anunció el término de su décimo trabajo, otra novela. La presentación será mañana a las ocho ¡En el auditorio de la Universidad!”, dijo Kagome llena de emoción. “¿Qué dices? ¿Iremos juntas?”
“¿E-en verdad?”, dijo Rin, muy entusiasmada “¿Sabes si Ai estará allí?”.
“Pero si sabes que Ai nunca aparece, estarán sus representantes, como es costumbre”.
“Bien, iremos. De todas formas estoy ansiosa por ver su trabajo ¿A qué hora quedamos?”
“Iré temprano a buscarte en tu departamento ¿Te parece, Rin?”
“Sí, hasta mañana, Kagome”

Rin y Kagome eran realmente fanáticas de la literatura, cuando recibían la noticia de la presentación de un nuevo libro, eran las primeras en conseguir entradas para verlo. Akai-Tsukino Ai era su escritor favorito, tenía veintisiete años, su nombre era muy conocido pero nunca se mostraba en público, salvo en convenciones cerradas para pocas personas. En la presentación de los demás trabajos, sólo se veían promotores y representantes del dichoso y escurridizo escritor. No poseía teléfono móvil (o al menos nadie pudo obtener su número) ni correo electrónico, no tenía una dirección en Internet y jamás daba su dirección de vivienda.
Escribía canciones para artistas reconocidos y novelas románticas. Sus hermosas historias hacían soñar a cualquiera y dejaban ver a una persona muy idealista y elocuente, bastante paradójico, pero era cierto. Eso era lo que más les atraía, cualquier mujer hubiera pagado lo que fuera para ver en persona a Ai.
Su más reciente trabajo se llamaba “La historia de una canción”, hablaba de un romance entre el cantante de un grupo musical y una admiradora de dicho grupo. La mujer era diseñadora de modas y debía afrontar una relación muy difícil ocasionada por las constantes giras del cantante.
Kagome y Rin estaban muy emocionadas, no importaba que el auditorio estuviera abarrotado de admiradoras, no importaba que tuvieran que acomodarse en largas filas esperando horas, no importaba que Ai no hubiera asistido, el sólo pensar que podían tener una pequeña parte de la hermosa mente de su “amado” era suficiente para que hicieran el sacrificio.
Finalmente, luego de esperar mucho, ambas compraron el dichoso libro y salieron hablando muy contentas sobre las personas que habían asistido al evento, hablaban sobre el libro e intercambiaban opiniones (tan ansiosas estaban que mucho tiempo antes ya habían conseguido la historia vía Internet).
Cuando todo el movimiento terminó, uno de los representantes les dijo a todos que aún no se fueran. “Akaitsukino Ai acaba de anunciar el título para su siguiente libro…”, comenzó a decir y se oyó un grito general de mujeres “El hada en la lluvia…” otro grito “silencio a la audiencia”, el hombre tomó aire y habló, finalmente dieron cierre al evento y nuestras chicas fueron hasta un café que se encontraba a unas calles de la Universidad, mientras seguían hablando de Ai. Se sentaron en una esquina donde había una ventana que daba a la calle y entonces Rin divisó un hermoso coche azul estacionado… se sorprendió y luego negó con la cabeza, no podía ser posible… ¿O sí? Lentamente giró la cabeza hacia otra mesa del café y allí pudo ver sentado al muchacho que se había ofrecido a llevarla la noche anterior, cabello blanco, piel branca, ojos claros, era él, no podía equivocarse, pero estaba sentado con una mujer, hablando amenamente. De repente, el muchacho volteó y miró en esa dirección, entonces su mirada y la de Rin se cruzaron. Ella se hizo la desentendida y miró hacia otra dirección.
“¿Te pasa algo, Rin?”, preguntó Kagome al ver la extraña actitud en su amiga y al darse cuenta de que no le estaba prestando atención a su conversación.
“No es nada”, dijo Rin algo confundida y luego sonrió “¿Qué me decías?”. Kagome suspiró y siguió hablando.
Pero el muchacho se le había quedado mirando. Llevaba uniforme y se peinaba prolijamente, sin embargo no podía equivocarse, esa era la misma chica que había visto la noche anterior, la que había huido de él. Estaba seguro.
“¿Te pasa algo, Sesshoumaru?”, le preguntó Kagura mirándolo extrañada
“No, no es nada, sólo miraba el coche”, dijo algo confundido.
“Como si fueran a robarte”, dijo ella riendo.
“No es eso, sólo es por el “desperfecto”, de anoche”, dijo él.
“Oh, cierto, qué fue lo que te pasó anoche”. Hubo silencio
“el motor tardó en encenderse, creo que le afectó el agua”, mintió.

Kagura siguió hablando y él desvió disimuladamente la mirada hacia las jóvenes de la otra mesa. Ambas llevaban unos libros de tapas rojas. Seguramente se trataba de la novela de Ai Akaitsukino que se estaba vendiendo. Suspiró.
“¿Te sientes bien? ¿No prefieres ir a casa?”, le preguntó su novia.
“No, aquí estoy bien, hace un excelente día… además hay una buena vista desde aquí”.
“Bien. ¿No te molestas si voy un momento al tocador? Regresaré enseguida”
“Como quieras”, dijo Sesshoumaru con una sonrisa. De todas formas sabía que Kagura, vaya uno a saber por qué, se tardaba una eternidad en el tocador.
Kagome se levantó de su silla “Iré a pedir que nos traigan algo de comer”
“Está bien”, le dijo Rin. Cuando Kagome se fue aprovechó para echar un vistazo al libro que acababa de comprar.
“¿Te gustan los libros?”, le preguntó alguien a su lado
“Me agradan las novelas, en especial las de Ai…”, comenzó a decir Rin mientras levantaba la vista y se encontró con un par de ojos dorados “¿Tú? ¿Q… que quieres?” Sesshoumaru se sentó en el lugar vacío de Kagome viendo como a la simpática chica se hacía hacia atrás y abría exageradamente los ojos, antes de ponerle una mirada de desconfianza.
“Así que te gusta Ai Akaitsukino”, le dijo él apoyando el mentón en el dorso de la mano
“¿También te gusta la literatura? ¿Lo conoces?”, preguntó ella extrañada.
“¿A este autor? En realidad me gustaría saber qué puedes contarme de él”
“Es maravilloso, sus ideas, su forma de expresarse, es un gran escritor. Me encanta”, decía ella.
“entonces te daré un regalo” Él le sacó el libro de la mano y lo abrió en la primera página, llevó una mano a su bolsillo, extrajo un bolígrafo y lo firmó. Rin abrió más los ojos, él escribió “Akatsukino Ai”…

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Bueno, soy de actualizar bastante rápido, me alegra que les hayan gustado las sorpresas.
continuemos divirtiéndonos. Síííííííí!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Capítulo 2

¿T… tú eres Ai Akaitsuki? ¿Es una broma?”, balbuceó ella. Si la noche anterior la había seguido, era capaz de inventarle cualquier cosa con tal de llamar su atención.
“En realidad no, yo soy Sesshoumaru Taisho”, dijo él y Rin suspiró, era un alivio que fuera sincero. “Pero no me importa firmar con mi seudónimo si así lo prefieres”. El espejo dentro de Rin se rompió, no podía ser verdad que él…
“¿Estás jugando conmigo?”, preguntó ella con desconfianza.
El sonrió amablemente, se levantó, fue hasta su mesa, abrió una maleta y extrajo un libro de tapas rojas, el mismo que ella tenía ahora en sus manos. Luego fue y volvió a sentarse en la misma mesa con Rin. “Aquí tienes mi libro ‘la historia de una canción’, presentado hoy en la mañana en el auditorio de la Universidad de Tokio.” Sacó una billetera y extrajo un papel “Mi licencia”, luego metió la mano en un bolsillo y le extendió una tarjeta, sonriéndole “Y mi tarjeta de presentación ¿Quieres mi documento de identidad o de trabajo?”, le dijo con una sonrisa algo sarcástica.
“¿Qué es lo que quieres?”, dijo ella intentando reacomodar sus ideas
“Hablar de mi próximo trabajo ‘un hada en la lluvia’”. Le había dicho el nombre del libro, realmente era él, era Ai. Se olvidó de inmediato de lo que pasó la noche anterior y lo miró con detenimiento y fascinación, ¿era real o un sueño? Era Ai. “Hablaré sobre un escritor que conoce a una joven en una noche lluviosa…”, ella comprendió en seguida a qué se refería “…pero sucede que no sé el nombre de la protagonista”.
“Rin Houko, así me llamo” le dijo ella.
Él le extendió la mano “mucho gusto, soy Sesshoumaru Taisho”. En ese momento vio a Kagura regresar, tomó nuevamente el libro y escribió algo más, luego le dio dinero a Rin. “Este es el valor comercial exacto de mi libro, te lo regalo. Ahora tengo que irme”
“Sí”, le contestó ella todavía confundida, sólo después se dio cuenta de que le había dado una considerable cantidad de dinero, pero no pudo reclamarle, pues él salió del café acompañando a esa hermosa mujer hacia el coche.
“¿Quién era él?”, le preguntó Kagome con un sándwich en mano.
“Él era…” Kagome la miró “…dijo que se llamaba Sesshoumaru”
Rin volvió a su departamento y se quedó mirando el libro, luego lo abrió para ver la firma. Había escrito “para Houko Rin”, y debajo tenía un número telefónico ¡¿Le había dado su número?! ¿Por qué?
Esa tarde fue a clases y trató de restarle importancia al asunto, pero Ai realmente quería escribir un libro sobre ella… bueno, dijo que se llamaba Sesshoumaru. En fin, Rin sabía perfectamente que a los escritores les gustaba involucrarse en la vida de sus personajes para describirlos de la manera más fiel posible. Pero ella no iba a dejarse utilizar, mucho menos si ella no conocía a esa persona
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“¿Cuánto ganaste de tu último trabajo?”, le preguntó su novia, a este paso sólo parecía que le importaba su dinero. Estaban a mano, a él sólo le importaba su cuerpo.
“Ochocientos mil dólares”. Ni siquiera le agradecería que cotizara en billetes de otro país, ah...
“Es poco, ¿No?”, otra vez la pregunta molesta.
“No pienso lo mismo, en unos pocos días las ganancias hasta se triplicarán, este es un trabajo digno de paciencia”
“¿En verdad, cariño?”
“…”
“Esas jóvenes tenían tu libro, ¿No es así?”, le preguntó Kagura.
Obviamente se refería a las dos muchachas del café
“Eh, creo que sí”, contestó algo distraído
“¿Tienes muchas admiradoras, no?”, le dijo ella en tono divertido.
“De todas las que tenga, sólo una será la afortunada”, dijo él en forma sugerente, pero claramente se estaba refiriendo a otra persona que no era Kagura. Sin embargo, ella malinterpretó el mensaje y se le ofreció abiertamente. Kagura era muy “divertida”, principalmente en las noches, era lo único que buscaba de ella, jamás la había visto como “compañera”… y sabía que ella también se daba cuenta de eso. Sin embargo, ella seguía haciendo el intento de acercarse… aunque quizás de una forma demasiado… directa.

Se despertó pasada la media noche e hizo el intento de levantarse para irse. Kagura, quien parecía dormida, volteó y lo sujetó del brazo, sonriendo con los ojos cerrados, no era la primera vez que su novio se le escapaba de esa forma en plena madrugada. “Quédate un poco más”, le pidió.
“Mañana trabajo temprano”
“No te pido mucho, Sesshoumaru, sólo quédate hoy”. Él suspiró y volvió a tenderse en la cama dándole la espalda, Kagura se estiró junto a él y lo abrazó por la cintura, sintiendo su calor. “Has estado raro estos días”.
Él fingió no escuchar.
“Te imaginas cosas”
“Tienes la mirada algo perdida ¿Qué te preocupa?”. Él sonrió para sí, jamás pensó que ella se fijaría en esos detalles.
“Mi trabajo debe estar afectándome”, le contestó algo indiferente
“Deberías tomarte un descanso, cariño”
“El dejarme estar no pondrá pan en mi mesa, tú lo sabes perfectamente”. Kagura permaneció en silencio, Sesshoumaru volteó para verla.
Ella levantó la mirada y se encontró con los ojos dorados de él, le dedicó una pequeña sonrisa “No sólo se vive de pan”.
Él se tendió sobre ella con un movimiento muy rápido y suspiró cerca de su cara “Ojalá fuera cierto”, y ahogó un beso fogoso en la boca de Kagura…

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Hola, amiga Olga, creí que te habías desaparecido, pero ves como son de borrar así los post, bueno, no importa, sí,m te registro aquí. Me alegra de verte diciendo presente, como siempre.

Hola, noriko-san, me alegra que mi historia te haya gustado y parecido original, como dije, está basada en un hecho real, aunque en la "historia" verdadera, era un cantante, no un escritor el que se enamoraba de una joven (Como en el libro "La historia de una canción" de Ai Akaitsukino, que ya sabemos quien es). Se encontrarán con unas sorpresillas, lean

Isyu, disculpa la tardanza en contestarte, me alegra que encuentres interesante la trama, prometo hacerla más interesante en cada capítulo para atrapar lectoras.

Colochitarin. Me has remarcado varias veces que Sesshoumaru es bello, permíeme corregirte: esrecontra-super-archi-bellísimo, y no nos olvidemos de lo sexy que es si!!!!!!!!!

Aqui la conti

Capítulo 3


No podía evitar pensar en eso, ¿qué eran esas dudas raras? Recapitulemos: Había caminado en la noche lluviosa pensando en su propio futuro, un extraño le había ofrecido transporte. Había ido a la presentación de la más reciente obra de uno de los autores más reconocidos, y además su favorito. Había comprado su libro y escuchado la promoción del siguiente, en un café, se le había acercado el mismo extraño de la noche anterior. Después de unos segundos, había resultado ser que el “extraño” era su autor favorito y, por si fuera poco, le dio un autógrafo, dinero y número telefónico. No podía terminar de aceptar cuán real o ficticia era su situación, sólo sabía que era… raro.
Miraba y miraba la primera página del libro “Akaitsukino Ai. Para Houko Rin…” y debajo el número, sin darse cuenta, su reloj despertador sonó, estiró la mano y lo apagó con un movimiento torpe. Él era una persona hermosa, igual que en sus historias…“Pero qué estoy mirando, ni siquiera sé quién es ese sujeto, puede que realmente sea Ai, pero no sé nada más”. Cerró el libro y lo guardó descuidadamente en el bolso que llevaba a clases, seguía negando ¿Y para qué le había dado ese “bendito” número? Suspiró, no había estudiado ni una letra “Qué voy a hacer…”. Salió de su casa, y pidió un transporte hasta la universidad.
Saludó a sus compañeras y a los doctores, tomó su lugar acostumbrado en la primera fila (sus padres le había dicho que así se ganaría el respeto de los doctores) y tomó sus clases todavía distraída por lo del día anterior, se relajó un poco en el receso ¿Quién le creería semejante cosa? Lo máximo que lograría sería que uno de sus profesores llamara al manicomio más cercano a nombre de “Houko”. Suspiró.
“¿Te pasa algo? Has estado suspirando varias veces, y hasta estás distraía”, le dijo una amiga.
“¡Kagome!, n..no, no es nada, no me hagas caso”, dijo algo nerviosa
“Pareces algo nerviosa”, se le acercó “¿Seguro que no quieres hablar…?”, de repente, Kagome reaccionó como quien recuerda algo “…no será por el muchacho del café, verdad? ¿Acaso te gusta?”
Rin no sabía qué contestarle “No, no es así”, cada vez estaba más nerviosa, sin darse cuenta, su bolso se le resbaló de la mano y se abrió en el suelo, cayéndosele varios libros, entre ellos un libro de tapas rojas. Todas las miradas fueron hacia el libro.
“¿No es el libro de ese autor, Akaitsuki?”, le preguntó alguien
“Mira, mira, sí es ese”
“Y hasta lo trae a clases”
“Houko lo compró”
“¿Te gusta ese autor?”
“Vaya, no sabía que te gustaban las novelas románticas”
“Sí, ayer estuvo en la presentación”.
Las preguntas y comentarios llovían uno tras otro, tan rápido que la chica no podía contestar.
“¿Me lo prestarías?”, preguntó una joven inclinándose en el piso para recoger el libro y abriéndolo descuidadamente en la primera página, Rin quiso detenerla, pero la chica se congeló.
“Ah… no… puede… ser”, dijo casi sin aire y hubo silencio en el pasillo. “¿Este es… un autógrafo de Ai? ¿¿Y su número telefónico?? ¿Es real?”
Todos miraron a la chica con el libro y acto seguido miraron a Rin. Ella estaba en una pieza. Un muchacho fue hasta la chica y le quitó el libro de las manos, lo miró una y otra vez, muy sorprendido “Esta no es la caligrafía de Rin”, dijo finalmente “¿De dónde conseguiste este libro? ¿Cómo conseguiste ese autógrafo?”, todos miraron con asombro y curiosidad
“Eh… Kohaku, yo… este…”, Rin miraba el libro en las manos del chico y luego lo miraba a los ojos ¿Cómo explicar a medio mundo lo sucedido? Maldito Sesshoumaru, era su culpa. Quería salir de ahí. Juraba sentir un sudor frío recorrerle la espalda
“No se preocupen, no es nada importante”, dijo Kagome amablemente intentando distraer toda la atención de sus compañeros.
“Pero si ella conoce a Ai”, murmuraron.
“No, no, es un error. Ayer ella y yo asistimos a la presentación y compramos los libros, luego fuimos al café que está a unas calles de aquí…”. Todos callaron prestando atención a las palabras de Kagome, Rin pensó que iba a delatarla, que ese era su fin, quería saltar por la ventana (a pesar de que estaban en el tercer piso) “…Estábamos leyendo y luego comenzamos a bromear, entonces cada una escribió en el libro de la otra”, dijo con una simpática y nerviosa sonrisa.
Un joven se le quedó mirando extrañado, se acercó a Kohaku quitándole el libro de las manos y miró antes de decir
“pero esta no es tu caligrafía, Kag…”
Antes de que terminara de hablar, Kagome se le acercó, le quitó el libro y le dio un empujón
“Te equivocas, Inuyasha”, dijo algo nerviosa. Tomó el bolso de Rin y guardó los libros, luego se fue junto a ella tomándola del brazo. Rin la siguió sin protestar, estaba totalmente confundida, mareada.
Todos se les quedaron mirando, pero había un joven del grupo que sabía la verdad “Hubiera jurado que era la letra de mi hermano, tal vez sí fue ‘Ai’ ”, pensó Inuyasha.

“Bien, Rin, creo que sí necesito que me expliques todo esto”, dijo Kagome mientras cerraba la puerta del laboratorio. Ambas se sentaron sobre una de las mesas y comenzaron a hablar, Rin le contó con detalle lo que pasó, pero omitió la parte en que Sesshoumaru se ofreció a llevarla.
“¿Y qué te dijo Sesshoumaru?”
“Cuando iba a decir algo más, llegó esa mujer de ojos rojos y se fueron”
“Pero, ¿estás segura de que era Akaitsukino Ai? ¿No habrá sido un intento suyo de que te fijaras en él?”
“También pensé esa posibilidad, pero cuando quise ‘ponerlo en evidencia’ diciéndole eso, me mostró una serie de documentos reales. Por todos los cielos, Kagome, ¡realmente es Ai, y quiere escribir sobre mí!”, Rin volvió a pensar en su emocionada respuesta y se desanimó “…¿Y ahora qué hago?”
“Mejor déjalo así, luego pensaré en qué hacer.”, dijo Kagome, pues era muy inteligente y de seguro tendría una gran idea.
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Había ido temprano hasta el café del día anterior y se sentó en la misma mesa que habían ocupado esas dos jóvenes “Houko Rin. Hermoso nombre, una hermosa joven… hermoso cuerpo que tiene…”. Sus pensamientos siempre le traicionaban así, le había ocurrido con su actual novia, Kagura. Cerca de las ocho, comenzó a ver movimientos en el área, la hora de trabajo y de movimiento de todos los estudiantes había comenzado, estaba muy cerca de la Universidad. Le habían llevado un periódico pero no le interesó leer, en vez de eso, arrancó una página y comenzó a escribir en los márgenes. Nunca conseguía ideas interesantes encerrado entre cuatro bobas paredes, pero comenzaba a inspirarse al caminar por un parque, salir a un museo o comiendo en un restaurante, eso debido a que su vida era dinámica, nunca se detenía. Ello había impedido que consiguiera amigos, o un amor verdadero. Disfrutaba lo que venía rápido, en unos quince minutos y luego lo dejaba irse como el viento que pasaba, a eso no podía llamársele “amor”. Él lo sabía, escribía de aquél sentimiento perfecto que, a pesar de esbozarlo en su mente, nunca lo había sentido.
Sin embargo, no le importaba que su vida fuera una constante carrera, si se detenía, tendría que pensar en sí mismo, no le gustaba la introspección, le traía recuerdos que preferiría enterrar para siempre. Por eso jamás se detenía pero… una noche lluviosa hace dos días lo hizo detenerse… ¿por qué? Seguía escribiendo pero algo lo hizo parar y levantar la vista. Miró por el cristal de la ventana y el tiempo comenzó a correr más lento… hasta detenerse completamente… ¿Rin de nuevo delante de sus ojos? ¿Siempre aparecía frente a él? ¿Ella detenía el tiempo? No le importó contestar ningún tipo de pregunta proveniente de su conciencia, lo único que sabía era que no podía ver nada más en la calle, su mirada sólo seguía a esa jovencita, sus oídos no escuchaban ningún sonido y se quedó sin habla.
“Señor, el café que pidió”, dijo una mesera y lo sacó de sus extraños pensamientos, no recordaba haber sentido nunca algo así.
“Sí, déjalo ahí”, murmuró, llevó una mano a la cabeza y volvió a mirar por la ventana, pero su hada de agua ya no estaba…
Pensó un poco en ella “Dieciocho años, son las ocho de la mañana, llevaba uniforme… ciclo básico universitario… podría ser…”. Tenía la obsesión de encontrarla y no sabía por qué.
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A las 12.25 p.m. Sesshoumaru hizo una llamada telefónica desde la sala de su propia casa.
“Hola, Sesshoumaru, tanto tiempo sin hablarnos”
“No tengo mucho tiempo, papá, sólo quiero pedirte un favor”
“Eso es raro de ti, rehúsas pedirme cualquier cosa”
“Quisiera que me consigas información sobre una persona del establecimiento”
“¿Con qué motivo?”
“Me debe algo y debo saber dónde vive, o al menos cómo comunicarme con ella, es alumna de algún ciclo básico, se llama Houko Rin”
“¿No prefieres que yo le hable?”, dijo el hombre con algo de desconfianza
“Por favor, limítate a hacer lo que acabo de pedirte”.
“¿Estás seguro, Sesshoumaru?”.
“¿Quieres que les pague a la gente del decanato para que hablen?”…

Universidad de Tokio.
Kasuga Douri

Informe general.
Alumno: Houko Rin (18)
Sexo: Femenino Masculino
Carrera: Medicina
Año de inscripción: 2005
Matrícula: 523.217
Nivel cursado: primero, Ciclo Básico
Nivel aprobado/ regularizado: primero, Ciclo Básico
Rendimiento académico: 9
Fecha de nacimiento. 22 junio 1987
Lugar de nacimiento: Inzai
Grupo sanguíneo: O
Correo electrónico: - - - - - - @ - - - -
Teléfono fijo: no posee
Teléfono móvil: - - - - - - - - - - - - - -

Informe a nombre de: Taishou Sesshoumaru
Certificado de: Trabajo – 11.247.336

Este fue el informe cedido por el decanato de la Universidad a Sesshoumaru, que se dedicó a seguirle la pista a Rin. Para su fin, tuvo que dejar sentada una considerable cantidad de dinero (en los bolsillos del Rector), debido a que no pertenecía a ninguna clase de cuerpo estatal o una entidad relacionada con la Universidad, y debido a que la chica era menor de edad.
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A las 7.30 p.m., una joven salió corriendo muy apresurada de la Universidad hacia Ueno. “De seguro está a punto de perder el pasaje”, pensó Sesshoumaru. Iba Caminando hacia la dirección contraria para ir de nuevo al café, le había agradado el lugar (aunque, por supuesto, esa sólo era la excusa para ir).
“Perdón…”, dijo la chica cuando chocó con él, sólo cuando ella levantó la vista él pudo darse cuenta de que, de nuevo, era Rin
“Me persigues”, murmuró
“Y tú a mí”, dijo Rin
“Oíste lo que acabo de decir?”, dijo él con curiosidad “¿Perdiste tu transporte?”
“No es algo que a ti te incumba”, dijo ella algo molesta por esa actitud tan entrometida
“Es que te ibas tan apresurada”
“Es tu culpa”, se quejó ella frunciendo el ceño
“Perdón ¿MI culpa?”
“Sí, todos aquí vieron TU firma en MI libro, me persiguen por eso, quieren saber si de verdad conozco a Ai, si alguien tiene la culpa, ese, señor, eres TÚ”. Extraño, curioso, era como si siguiera intentando huir de él.
“Shh”, la acalló él “No hables fuerte aquí, no tengo deseos de que alguien se entere quién soy”
“Entonces no deberías escribir, te expones a la gente cuando lo haces”
“Oye, dije que me gustaba escribir, no que me gustaría ser conocido públicamente, además no puedes pedirme que no escriba, TÚ lees MI trabajo… por cierto, es MI libro que yo personalmente te regalé”
Ella sacó el libro y se lo arrojó en las manos.
“No quiero tu tonto regalo, además yo no te pedí que lo hicieras”.
Él sonrió y volvió a meter el libro en el bolso de Rin.
“Primero haz una buena crítica de ‘su contenido’, luego devuélvemelo si quieres, yo tengo varias copias, pero necesito de la opinión de los demás, sino no vería de frente a mi público”.
Ella sabía que el “contenido” era el número telefónico (al que no llamaría por mucho que lo deseara). “No me hagas reír, ellos jamás te han visto”, se burló Rin.
“Pero quisieran hacerlo ¿No?”, dijo él en tono sarcástico. Bien, tenía razón, ella había querido conocerlo, pero ahora no estaba tan segura “Iba al café, ¿quieres acompañarme?”, le propuso él amablemente.
A Rin le hubiera gustado disculparse, hablar más de los libros, hablar más de él… pero después recordó a esa mujer, este sujeto tenía novia ¿Qué pensaría esa mujer? ¿Y si de casualidad pasara por ahí? ¿Y por qué le preocupaba si él tenía o no una relación con alguien? Pero además estaban sus propios amigos ¿Qué dirían ellos si la veían con alguien diez años mayor? ¿Qué tan mal podrían pensar? ¿Y si descubrían que él era…?
“¿Vienes?”, la interrumpió en sus pensamientos
“Lo siento, pero debo conseguir transporte, mi casa queda demasiado lejos de a pie”
“Puedo llevarte luego”
“Lo siento, no podría hacer tal cosa, además tengo que preparar exámenes”
“Entonces puedo llevarte ahora”
Este hombre… parecía que no iba a rendirse. Rin jugó lo que creía era su mejor carta:
“Mira, o dejas de molestarme de una buena vez o todo el mundo, aquí y ahora, va a enterarse de tu ‘secreto’ ”
“No te atreverías”
“¿Ah no?”
“Creerán que enloqueciste”. Rin sudó frío, era cierto. ¿Quién creería en las palabras de una joven cualquiera como ella? Qué opción le quedaba más que callarse.
“¿Te acompaño?”
“Tienes pareja”
“Te pregunté si querías acompañarme, no si pensabas salir conmigo”, se burló Sesshoumaru
La cara de la chica se puso roja, él se rió más. Su actitud era una tortura ¿Realmente era la persona que escribía tan bonito o una copia barata? Ni siquiera sabía si era él quien escribía, podía ponerle su nombre a cualquier obra, después de todo, se notaba que tenía dinero. Con esa actitud no estaba muy segura ya de acompañarlo, mucho menos dejar que la convenciera de cualquier cosa, siquiera que escribiera sobre ella…
“He estado escribiendo sobre ti…”, dijo él interrumpiendo nuevamente sus pensamientos ¿Acaso leía su mente?
“¿So… sobre mí?”
“¿Acaso no te lo dije el otro día?”
“S… sí, creo que sí”, balbuceó Rin.
“¿Qué vas a hacer?”, ella bajó la vista “¿No me habías dicho que tenías que preparar exámenes?”
“Sí”
“Entonces te llevo a casa”
______________________
“¡Oye! No me mires como si fuera a devorarte viva”, le dijo él en burla, una “burla” amable, viendo cómo la chica lo miraba de una forma totalmente cerrada y desconfiada, había cedido a que la llevara hasta su casa, pero no parecía estar muy convencida, después de todo, ella lo consideraba un extraño, había conseguido todo tipo de información sobre ella, pero aún así no sabía nada de su vida personal, tal parecía que aún no era el momento de preguntarle nada… pero ansiaba hacerlo ¿Por qué?
“No es eso”, dijo ella a media voz
“Entonces qué te molesta”. Silencio… “Te pregunté qué es lo que te molesta”
“Eso no es asunto tuyo ¿Sabes? Supongo que tienes mejores cosas por las que preocuparte”
“En realidad no ¿Sabes? Tengo una vida ‘medianamente fácil’, mi novia no sólo es comprensiva, sino también autosuficiente. Mi trabajo es escribir, así que mientras tenga ideas y pueda venderlas, tendré de qué alimentarme y cómo relacionarme con los demás”
“Pero qué dices. Esa gente no te conoce, ni siquiera saben cuál es tu nombre real, ninguno vio tu cara, eso no puede ser muy prometedor”
“¿Te he desilusionado?”, preguntó él.
“No, pero…”
“¿Pero?”
“No sé, no me imaginaba alguien así… tú no…” ¿por qué de repente le estaba hablando con tanta sinceridad a esa persona?
“…Tú no esperabas que yo fuera una persona”, dijo él
“¿Eh?”, ella no había entendido la frase
“Sí, ya me pasó anteriormente, con mi novia. Esperabas que fuera igual a los personajes de mis libros, o algo así. Esperabas que fuera una persona de un carácter moldeable, idealista, pero a la vez que fuera coherente y centrado. Pero yo te diré la verdad, en el mundo real, la paradoja no existe”
Ella asintió en silencio, en cierta forma, aquel hombre no era nada comparado a lo que esperaba ver, era una persona como cualquier otra. En vez de eso, ella se imaginaba algo así como el príncipe de una historia fantástica, un ser sobrenatural. Alguien… fuera de lo común.
“¿Entonces por qué describes a tus personajes de esa manera? ¿Es mala costumbre de los escritores dar falsas ilusiones a su público?”. Él rió.
“No. Todas las personas, sin importar la edad, su origen o ideología siempre buscan el estado del “mundo perfecto”, en el que no es necesario luchar o sufrir para conseguir las cosas, donde las personas no cometen errores y son maravillosas. El trabajo de un escritor es precisamente ese, mostrarles a los demás ese mundo que desearían ver, las personas que desearían ser o conocer, meterse en su cabeza. Nuestro trabajo es tratar de ver lo que los demás quieren ver, convertirlo en algo “real” y vendérselo. Si sabes intuir, cuando puedes sentir como las demás personas, entonces eres un éxito.”
Ella se quedó muda. Quizás no era como los personajes de sus libros, pero su forma de hablar…
“Este es tu edificio ¿No?”, dijo él parando su vehículo a un lado de la calle.
“Sí, muchísimas gracias”, respondió ella, mientras bajaba del coche “Te debo…”
“No me debes nada, ya entra. Y suerte con tus exámenes”
“Muchas gracias”, dijo Rin haciendo una pequeña reverencia de despedida antes de entrar apresurada. Por alguna razón, se sentía feliz…
“De nada”, murmuró Sesshoumaru antes de irse nuevamente.
___________________
Volvió a su casa, preparó una cena liviana y se sentó a escribir en su pequeño libro de notas que lo acompañaba desde hacía mucho, mucho tiempo. Podía hacerlo en ordenador, pero no sería lo mismo, sentía que de su puño y letra, una parte de él quedaba grabado en su obra, la máquina era fría después de todo.
Quizás no era tan diferente a los personajes de sus libros.
Sus primeras líneas fueron:

“Heme aquí, perdido con un hada de agua, que venía volando desde su mundo mágico, cuando una terrible tormenta hizo que perdiera su rumbo y cayera violentamente justo aquí, en nuestro mundo y en plena ciudad. En el preciso momento en que estaba a punto de estrellarse en el adoquín, yo pasaba por allí, la vi en peligro y la atrapé en el aire, parecía muy confundida y asustada, quise hacer algo por ella, lo que fuera. Pero se enfadó conmigo y dijo que no necesitaba de mi ayuda.”
“Sin embargo, no puedo conformarme con palabras como esas, es que el hada de agua tenía un brillo especial que jamás vi en nadie. Quise averiguar cuál era su problema, pero ella no dijo nada. Sólo después entendí que el dilema… somos nosotros, y es que nosotros no nos parecemos en nada a los seres fantásticos que habitan en su mundo. No parece agradarle este nuevo mundo en donde cayó sola.”
“Me he propuesto un desafío a mí mismo, he encontrado un sentido a mi vida, una misión importante: devolver al hada al mundo al que pertenece”

Escribió varias líneas y diferentes ideas, no tan concretas como la primera que pudo plasmar, pero a veces su trabajo requería un poco de paciencia antes de que se le ocurriera algo realmente bueno.
Se recostó en su cama con la libreta y una lapicera a mano, una botella de agua mineral en la mesa de noche y buscó una estación de radio que transmitía música lenta.
Tuvo la sensación de oír, ver y hasta sentir una relajante lluvia, que en realidad no existía. Esa noche no durmió.

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Hey, Pami. Descubrí que si pongo [SessXRin] en el título, me llueven los posts.
No, mentira, chicas. Sólo era una broma (y de muy mal gusto, por cierto), yo las quiero mucho y sé que ustedes me quieren a mí también. Ustedes son muchísimo mejores que mis x@%#*@/+* familiares (es que necesitaba sacarme eso del alma)
Esto va para Nirvana-moz, Shario, Olga, Izayoimywill, Giselle y Zaika, que son las que me acompañan todo el tiempo, por supuesto, estoy ansiosa de sumar a las demás a la lista. (Pan-chan, Lily y las demás).

Por supuesto que también es bienvenida la gente nueva en mi fic, jeje, no me voy a olvidar de ellos.

Nirvana. Adoro tus comentarios, me motivan mucho, aunque esta vez sí no los entendí… quieres decir que la vida cambia de repente para:
Rin
O
Ai… digo, Sesshoumaru?
En fin, creo que cambia la vida de ambos, me encanta hacer “colisionar”, destinos (la prueba está en “el destino de Rin” y “Unión de Presente…”). La vida real también es de dar esas sorpresas, créelo.

Zaika. Como dije antes, no tengo personaje predilecto, sino pareja predilecta… así que espero que disfrutes mucho de mi género favorito, esta historia y siempre que quieras visitar mis trabajos.

Izayoi-chan: Soy feliz de oír lo mucho que halagas mi trabajo, eso significa que lo estoy haciendo bien, y también que voy mejorando, ¡ya que lo encuentras más interesante que mis trabajos anteriores! Me alegra que te agrade mi modo de desarrollar a los personajes. No, amor, no me aburres, eres muy buena conmigo.
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Capítulo 4​

“¿Amor? ¿Estás ahí?”
“Sí, Sesshoumaru ¿en dónde más voy a estar?, ¿qué te sucede?”, contestó Kagura adormilada y algo sorprendida. “…son las dos de la mañana”.
“¿Puedes pagar un taxi hasta mi casa?”
“¿Ahora? ¿Es algo de urgencia?”
“¿Puedes pagarlo?”
“No te preocupes por eso, mejor dime qué es lo que te ocurre a ti”
“Cuando llegues te contaré”
“Está bien, en seguida voy”
Sesshoumaru cortó la llamada y suspiró con notable cansancio.
Kagura colgó el teléfono y dio un suspiro profundo, este hombre no cambiaría nunca, tenía unos hábitos tan extraños… No conocía a ninguna otra persona que tuviera que llamar con urgencia a alguien en la madrugada por padecer de “síndrome de soledad crónica”, sin embargo era algo que le encantaba de él: no pedía mucho, pero sí daba mucho a cambio…

Estaban sentados en la pequeña mesa de la sala, cara a cara, con los brazos apoyados sobre la mesa, ninguno de los dos había dicho nada hasta el momento, el silencio era total, curiosamente pacífico.
“¿Y bien? ¿Vas a decirme qué te pasó?”, preguntó Kagura tan amablemente como pudo. Como era muy tarde y tuvo que salir de improviso, no pudo arreglarse demasiado, se recogió el cabello con una pinza, se colocó un abrigo oscuro y un vestido negro corto, sin ropa interior.
Sesshoumaru no dijo nada, permaneció impasible con la vista fija en un punto inexistente, sus ojos se encontraron con los de ella por sólo una décima de segundo. No se movió, sólo se quedó así por un largo tiempo. Kagura entendió que él no quería hablar, sólo buscaba compañía ¿lo habría dejado ella demasiado solo acaso? Era un buen momento para disculparse. Extendió su mano hasta alcanzar la de él.
Sesshoumaru se deshizo de la mano de Kagura, no tenía ánimos para oírla, ni siquiera estaba seguro de por qué la había llamado… o sobre qué iba a hablarle. Sólo quería estar con alguien, sentir una presencia real. Era como si unos fantasmas extraños vinieran a susurrarle al oído cuando estaba solo, y esto era desde hacía dos días, cuando había visto a Rin-chan. No quería estar solo demasiado tiempo, algo extraño considerando que casi durante toda su vida estuvo solo. Estaba saliendo a la luz una parte de su personalidad que incluso él mismo desconocía, eso lo asustaba… pero también asustaba a Kagura.
“¿Seguro de que te sientes bien? ¿No quieres tomar un poco de aire?”
“Vamos”, dijo con bastante cansancio en su voz.
“¿No puedes dormir? ¿Algo te preocupa?”, le preguntó ella mientras salían hacia el patio de la casa de Sesshoumaru. Grande, espacioso, lleno de plantas y rocas, y en medio había un estanque. Sesshoumaru levantó la vista al cielo, había luna llena. Estuvieron mucho tiempo en silencio, parados uno junto al otro, sin moverse, observando el maravilloso espectáculo en plateado que ofrecía la noche.
“Ultimamente…”
Ella lo miró.
“…No, no me prestes atención”
“Te sentías muy solo ¿No?”, le dijo ella, adivinando. Él dio un pequeño e imperceptible suspiro antes de voltear y mirarla.
“No, no es eso, es sólo que…”. Kagura estaba acostumbrada a esos cambios de actitud en él, sólo que nunca ocurrían con tal frecuencia como en los últimos días, esto fue desde… sí, desde el día de la presentación del trabajo de Ai ¿Qué era lo que había ocurrido ese día? No lo recordaba. “…entremos, hace frío”. Otra vez le había cambiado de tema.
“Claro”. Esto ya empezaba a cansarle, pero no iba a decirle nada, evidentemente él no estaba con ánimos para hablar de nada, mucho menos debía estar dispuesto a recibir una reprimenda o una queja, suspiró entrando tras él. Por un momento pensó en eso, nunca habían tenido demasiados problemas, puesto que no se veían de seguido y no hablaban demasiado, era como intentar huir de los problemas, a la larga, eso hacía muy incierta su relación, acaso… ¿Su novio estaría viendo a alguien más? No, eso simplemente era imposible.
“Acompáñame”, le dijo él en el mismo tono desanimado de antes
“Sí”
Sesshoumaru entró en su cuarto y se sentó en el borde de la cama, nuevamente con la mirada perdida, cual si se hubiera congelado. Ella se acercó y se sentó a su lado.
“No me has visto fijo más de dos veces hoy”, dijo más a modo de comentario que como queja.
“Lo siento”
¿Lo siento? Kagura no estaba segura de haber oído bien, ¿desde cuándo él se disculpaba por algo? Y además con ese tono tan… deprimente. Se acercó más a él, le puso las manos sobre los hombros y las deslizó dándole una ligera caricia
“¿Quieres que te haga compañía hoy?”. Su frase ocultaba segundas intenciones.
Él no dijo nada y siguió mirando lejos ¿por qué? ¿Desde cuándo se sentía tan vacío? ¡Esa mujer a su lado hablaba como si se le burlara! Quizás sólo era su imaginación, pero era como si nada más le interesara saber cómo respondía él. No le interesaba en lo más mínimo lo que estaba pensando. Se había dado cuenta de que se sentía solo ¡ella misma se lo había dicho! Y aún así parecía no importarle. ¡Esto no le pondría remedio a la situación, sólo la empeoraría… ¿Amor? ¿Estás ahí? Así la había llamado, pero ¿realmente le llamaba amor a eso? No. Siempre supo la respuesta. Sólo que ahora sí le importaba.
Ella se sentó sobre la cama y lo empujó hacia atrás hasta recostarlo de espaldas, luego se acercó a él hasta quedar a pocos centímetros de su rostro, debía ser la tercera vez en la noche que él la miraba a la cara (¿por qué? ¿por qué seguía tan inexpresivo?), con una mano le despejó la frente de sus cabellos plateados y le colocó la palma extendida intentando tomar su temperatura.
“¿Estás seguro de que no es estrés?”
“No sé”, dijo él a media voz.
“No importa, ya se te pasará”
“Ojalá sea cierto…” murmuró él, nuevamente.
Ella lo besó con mucho deseo, mas el fuego se congeló antes de llegar a él. Sesshoumaru no sintió nada, cerró los ojos por tres segundos y dejó su mente en blanco, cuando volvió a abrirlos, ya no era él, más bien era… como alguno de los personajes de los libros, así como le había dicho a Rin. Repentinamente, extendió las manos hacia ella, la sujetó por los hombros y la acercó más a él, besándola en profundidad, ella se separó por unos instantes y lo miró ¿Y ahora qué le pasaba? ¿Por qué no se decidía de una buena vez sobre lo que quería?
“Um… ¿Sesshoumaru?”
“Ai, por favor”, la interrumpió él
Ella suspiró y le sonrió “Está bien, si eso es lo que quieres, Ai”. Se inclinó más hacia él hasta tenderse a su lado, con la palma de la mano, le recorrió todo el cuerpo, desde el escote hacia abajo, luego le levantó la camisa y dejó allí su mano, siguiendo los movimientos de su respiración. Él estaba tranquilo, parecía como sedado, no sólo había tenido la mirada perdida, tampoco estaba pensando en nada, por lo menos ahora la miraba y de una forma sensual. Volvió a sonreírle.
Sesshoumaru también le sonrió. Levantó una mano, la posó sobre su hombro, y con la otra hizo el mismo recorrido que había hecho la mano de ella, pero en vez de posarla en su abdomen, siguió su camino hacia abajo, hasta acariciar sus muslos y luego volvió a subir rápidamente, levantándole la falda. Su novia estaba caliente, su cuerpo y sus emociones. Él se dejó llevar por los mismos impulsos de ella, volvió a besarla y hurgó más entre su ropa hasta llegar a su intimidad. Se dejó llevar por las palabras de ella, por su aroma, su tacto, intentó perderse… y nunca volver a encontrarse…
Él permanecía tendido de espaldas, Kagura aprovechó eso para desvestirlo y arrojarse sobre él con hambre. Comenzó a retozar sobre él…

No era la primera vez que lo sentía, muchas veces había tenido la misma sensación: era como un globo de agua que se llenaba y se llenaba, hasta llegar a su límite y entonces explotaba, quedando vacío, pequeño, inútil. Era así como se sentía al terminar. Inútil. En estos momentos él era como un globo de agua roto, sí.
Suspiró y dejó a un lado a Kagura, luego se revolvió un poco, acomodándose de modo que le dio la espalda, aún inconscientemente. Ella lo abrazó. Él volvió a suspirar, finalmente el valor había llegado hasta su corazón, pero aquella verdad podía ser desoladora para ambos:
“Me siento solo”…
El interior de la hermosa mujer se hizo trizas cual un cristal que cae violentamente al suelo.
Acababan de estar juntos, pero él había dicho… Lo abrazó con más fuerza:
“¿T-te sientes solo, d-dijiste?”
Él asintió sin deseos de contestar y cerró los ojos intentando restarle importancia, dormirse en un sueño eterno.
“E-está bien… yo…”, comenzó a decir ella, pero calló, sentía algo en su garganta que no la dejaba hablar, se incorporó y le dio un beso en la frente “Que descanses”, fue todo lo que le dijo.
“Gracias”, murmuró él abriendo los ojos sólo por unos momentos.
“Y-yo, trabajo temprano, tan pronto como salga buscaré boletos para el tren”, dijo ella sin saber qué más decir. Se colocó su ropa, le apagó la luz y cerró silenciosamente la puerta del cuarto antes de irse. De todos modos, tanto si ella estuviera como si no, él estaría completamente solo, se lo había dicho… y ella no podía hacer nada para remediarlo. “Ojalá pronto dejes de sentirte solo”, murmuró antes de parar un taxi justo frente a la casa e irse para no volver…

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Oh, cielos, nuestro Sessh sí que sabe dar golpes duros, ¿no es así?
Lo siento, pero esto era muy necesario (pronto verán a qué me refiero), en verdad amo la pareja SesshoumaruXKagura y esto fue un poco impropio (no por eso dejo de ser fiel a mi género SessXRin, amo a las dos).

Valen unas aclaraciones:
El fic que iba a escribir al principio era “La historia de una canción”, con la misma trama que figura en el libro de “Ai”, (véase capi 1) pero después pensé que eso quedaba mejor para un cuento y ahí dije “ESO” (idea) “Será escritor” y como Rin suele ser menor que él, decidí que iba a ser estudiante universitaria, como nosotros (Realmente crecimos con esta serie y la amamos, ustedes estarán de acuerdo conmigo).

El título “Un cuento contigo, bajo la lluvia”. Esto recién comienza, pero los paisajes lluviosos aparecerán de seguido. Además de la obsesión por el hada de agua (Rin). (Basado en “El Deseo Oscuro”)
El café de la Universidad se hará famoso, también.

Iremos viendo, de a poco, los avances en la obra de “Ai”, un cuento dentro de otro cuento. Así iremos conociendo, a modo de diario íntimo, las decisiones de Sess. (Basado en “Once minutos”).Y lo obligaré a hacer lo que más odia ¡¡Introspección!! Jugaré mucho con la psicología.

Supongo que se habrán dado cuenta del nombre del escritor.
Se lee: Akai Tsuki no Ai, es decir “amor de la luna roja”, (por eso sus libros tienen tapas rojas) ya verán por qué.
Haré “colisionar” más destinos para la diversión de ustedes, lo prometo. (Basado en “tomo 1 y 2” de Inuyasha)

Pronto haré aparecer otros personajes, esto se pondrá candente, no se preocupen, no es nada raro, para las mentes conservadoras. (Basado en “Instinto”, un Fanfic de Tsukino Youkai)

NO, NO ES UN PLAGIO, DIGO PIDIENDO PIEDAD A LOS LÍDERES DEL FORO ANTES DE QUE SE LES OCURRA CERRAR MI FIC, POR FAVOR. T_T

Para quienes estén interesados, pondré en mi blog publicaciones múltiples y de temáticas variadas, que irán a la par de mis trabajos publicados en el foro.
Nos vemos en el próximo capi, las amoooooo

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Cuidado, Zaika que aquí la única que va a hacerle compañía al lindo de Sessho soy yo (ERA celosa). No, sólo era una bromita, piénsalo: es un perro de diez kilómetros de largo, bien podremos compartirlo entre todas las chicas del foro ¿No es así? La verdad, cualquiera (de nosotras) le haría mejor compañía en vez de la zopenca de Kagura ¡mira que tratarlo así justo cuando él está mal! (pobre, la quiero mucho, aunque no parezca).

Izayoimywill: ¡Hola, lady Sesshoumaru! Jaja. Así que así te diré de ahora en más, te pareces a Sesshoumaru (Yo también me parezco, pero en el lado orgulloso, inmaduro y torpe, jijiji, pobre de mí).
Cómo se nota que eres poco demostrativa y hablas muy poco… ¡porque escribes muchísimo! Jejeje (justo igual que yo, pero es sólo hasta que me acostumbro a hacer sociales con mis amigos y comienzo a hablar “normal”) Si no nos sacamos las ganas en el foro ¿Dónde más lo vamos a hacer?
Lamento haberte hecho recordar algo penoso, pero, como dice Sesshoumaru en el capítulo anterior “El escritor intenta conocer los pensamientos de los demás y vendérselos”, eso significa que supe llegar hasta ti.
Me agrada que quieras que yo alargue mucho, mucho la historia, que te esté gustando…
Y que digas que quieras más y más… (Cuidado con eso, jeje)

Hola, Nirvana. Después de todo sí entendí lo que quisiste decirme antes, jeje. Veo que también supe llegar a ti con esas simples palabras “Me siento solo”. Aclarar que jamás estuve con nadie, pero muchas veces me sentí así muy sola. Sessh realmente se torturaba ¿no? No es que pensara si era amor o no, él SABÍA que no era amor, pero no estaba listo para aceptarlo, tenía miedo: “Él volvió a suspirar, finalmente el valor había llegado hasta su corazón, pero aquella verdad podía ser desoladora para ambos”
Él sabía que podía lastimar a Kagura, incluso a él mismo, por eso tardó una eternidad en responderle, pero tenía que sacarse eso de encima y terminar con todo, solucionar la situación, o de lo contrario hubiera podido empeorar.
Y sí, aún no se ha dado cuenta de que el amor está rondando por ahí, esperando a que él despierte, pero creo que su “subconsciente” ya captó la idea, por eso eligió hacerse un espacio.
Gracias por decir que mi forma de escribir es agradable y que quieres seguir leyemdo, gracias por tomarte el trabajo de extraer los análisis psicológicos de mis mensajes, me das la pauta de que se me entiende cuando redacto.

¿Qué pasa, Olga, linda?No te preocupes, que mi comentario de la vez pasada no tiene nada que ver con los posts que aparecen (o no) en este Fanfic. En realidad es como una respuesta en broma a un consejo que me dio Pami cuando le pedí(en una forma brusca, lo reconozco)que cierre una discusión anterior en la que sólo me postearon una vez(tú, Olga)

Sobre las historias que usé para basarme, son muy hermosas, las recomiendo, son novelas románticas (muy románticas)

Sobre lo comprensiva y cariñosa que es Kagura… sí es muy comprensiva, aunque en esta historia sólo entiende lo que le parece... Y sobre lo cariñosa… quizás es DEMASIADO cariñosa.
Y no es que Sesshoumaru la odie, lo que pasa es que ahí no hay química, revisa esta parte:
“Ella lo besó con mucho deseo, mas el fuego se congeló antes de llegar a él. Sesshoumaru no sintió nada…”

Y esta otra:
“…Muchas veces había tenido la misma sensación: era como un globo de agua que se llenaba y se llenaba, hasta llegar a su límite y entonces explotaba, quedando vacío, pequeño, inútil. Era así como se sentía al terminar. Inútil…”

Esa relación es muy placentera para ella, pero no para él
“Me siento solo”…
“¿T-te sientes solo, d-dijiste?”

¡No es justo!
No se preocupen, que ya arreglaré esto.
Y Rin-chan es un hueso duro de roer… lean esto:

Capítulo 5

Habían pasado ya dos semanas después el incidente del libro y nadie había vuelto a preguntarle nada, ni siquiera la joven que había querido llevárselo. Algunos de sus compañeros de clase se le acercaron para disculparse por el acoso que le provocaron y pronto olvidaron todo.
Sólo que había un joven que la miraba insistentemente, era como si su mirada estuviera hostigándola constantemente, eso le hacía sentirse presionada, además, esa mirada… ¿Dónde la había visto antes?
Un día, Rin se cansó del acoso y se le paró delante.
“Oye, muchacho ¿Tienes algún problema conmigo?”. Él negó con la cabeza “Entonces por qué me miras con esa insistencia, ¿Quieres algo conmigo?”
“Nada en especial”
“Entonces te pediré que dejes de hostigarme de esa manera”
“Lo siento si te di esa impresión”, dijo él en tono de sarcasmo.
“Ay, por favor”, dijo molesta “tu forma tan horrible de contestar es igual a la de Sessh…”, se cubrió la boca de inmediato “No, no dije nada”. Dicho esto, se dio la vuelta para hacer una graciosa huída, pero el muchacho la sujetó del brazo.
“Espera, ¿Tú conoces a Sesshoumaru?”, le preguntó él con una extraña sonrisa
“N-no tengo idea de quién es esa persona”, dijo Rin un poco nerviosa
“Entonces sí, lo conoces”, dijo él con entusiasmo en la voz
“¡Te dije que no!”
“¿En dónde lo viste? ¿Cuándo?”
“¡Ya déjame en paz, y suélteme, tengo que irme!”, dijo ella al borde de la desesperación ¿Por qué tenía que encontrarse con alguien que lo conocía también?
“Espera, antes de irte, Rin, quería saber si realmente firmó para ti ese libro”
“¿De qué rayos estás hablando? ¿Y cómo sabes mi nombre?”, preguntó ella tratando de hacerse la desentendida.
“Sí. Es que no se cansa de hablar de una joven de dieciocho años, de nombre ‘Rin’, a quien dice que le obsequió un libro firmado. Dice que quiere terminar un décimo primer libro para dárselo”
¿¿Qué?? El rostro de Rin-chan se puso de todos los colores ¿Él hablaba de ella? ¿Y le había hablado a alguien del libro? ¿Y también de lo que pasó en el café? Es más ¿Entonces realmente existía gente que lo conocía? Supuso que sí, quizás gente muy cercana.
Miró una y otra vez al joven que ahora la miraba de manera divertida. Ya recordaba donde había visto esa mirada

“Quieres que te lleve a algún lugar”​

Tenía la misma expresión en el rostro, incluso el mismo color ¿Sería un familiar de él?
“¿Tú conoces a Sesshoumaru?”, le preguntó Rin con duda y curiosidad.
“Sabía que lo conocías”, dijo él por toda respuesta “entonces tú eras la famosa ‘Rin’ de la que tanto hablaba. Fui algo idiota, nos vemos en clases desde hace la mitad de un año y nunca te pregunté tu nombre aunque siempre te veo con Kagome”.
“No me respondis…”
“…Pues claro que lo conozco, tonta”, dijo él “para mi pesar…” murmuró.
“Entonces tú sabías que él es…”
“¿…Akaitsukino Ai? Claro que lo sabía, ya lleva bastante tiempo torturándonos con eso”
“¿Torturándonos?”
“A mí, a mi padre, a mi madre, a su novia… en fin, a todo mundo quien lo conoce”
“¿Entonces sí lo conocen?”
“No públicamente”
“Entonces, eso significa… que él… es tu…”
“Sí, mi hermano”
Rin se quedó en una pieza. En ese momento, Kagome bajaba de las escaleras y se encontró justo frente a ellos: “Hola, Inuyasha, Rin ¿Qué hacen?”, preguntó con una sonrisa.
“Oh, nada en especial”, dijo Inuyasha restándole importancia “Sólo hablábamos cosas de familia”.
Rin no entendió lo que el chico quiso decir. Kagome tampoco, miró extrañada a Rin y luego a Inuyasha antes de preguntar:
“¿De familia?”
“Sí”, dijo Inuyasha con una sonrisa “es que esta chica está a punto de convertirse en mi…”
“¡Tengo que irme!”, dijo Rin, se despidió brevemente y se fue muy apresurada mientras Kagome e Inuyasha se le quedaron viendo.
“¿Qué me decías de Rin?”, volvió a preguntar Kagome.
“Eh… no, nada. Eh… Kagome, ya que se acaba la cátedra… ¿No quieres ir a tomar algo en el café que hay a dos calles de aquí?”
“¿En serio?”, dijo ella muy contenta, caminando lentamente hacia la puerta mientras Inuyasha iba a su lado
“Sí, me lo recomendó mi hermano”
“No sabía que tenías un hermano mayor”
“Pues sí, dijo que ese era un buen lugar para conocer gente…”
_______________________________________________________________
Rin llegó pronto a una parada de autobús para ir hasta su departamento, se quedó pensando en las palabras de Inuyasha “es que esta chica está a punto de convertirse en mi…”, huyó con pánico al vislumbrar que quizás la palabra que él había querido decir era… “mi cuñada”.
“Tal vez sólo quería tomarme el pelo”, pensó y siguió recordando

“Sí. Es que no se cansa de hablar de una joven de dieciocho años, de nombre ‘Rin’, a quien dice que le obsequió un libro firmado…”​

“… pero que tal si no fue una broma. No, estoy pensando puras estupideces”
Llegó a su casa, tomó un baño y se sentó sobre los libros, tenía muchísimo que estudiar. De repente, sonó su teléfono.
“¿Hola?”
“Hola, Rin ¿Te encuentras ocupada?”
“No, Kagome-chan ¿Qué sucede?”
“Me preguntaba si podía ir hasta tu departamento ahora, claro, si es que no tienes nada que hacer”.
Rin levantó la vista y miró hacia la pila de libros.
“No, no tengo nada que hacer, puedes venir si quieres”.
“Está bien, nos vemos” Kagome cortó.

“¿Qué pasó, Kagome-chan?”
“Estuve pensando en lo que pasó hace dos semanas”, dijo ella en un tono… realmente pensativo
“¿Te refieres al libro de Ai?”
“Sí, sí ¿Por qué crees que te regaló ese libro?”
“Por favor, era sólo la excusa para llamar la atención”, dijo Rin, intentando centrarse en otra cosa
“Pero, ¿no se suponía que era realmente Akaitsukino Ai?... o algo así”, dijo Kagome, confundida
“Mira, puede que realmente sea Ai ¿Y qué con eso?, de todos modos es una persona como cualquier otra. Quería llamar la atención, además con eso me dejó su número como si fuera a llamarlo…”. Kagome la estaba mirando atentamente “No. Tú no estarás pensando que yo voy a...”, Kagome le sonrió “No, no. Ni aunque estuviera loca, ¡no!”
“Vamos, ¿Qué puedes perder?”, le dijo Kagome muy entusiasmada.
Rin suspiró.
“Mira, si quieres” tomó la novela y la abrió en la primera página, dándosela a Kagome “llama tú a ese número. Por mi parte, yo jamás llamaría a alguien que no conozco, ni aunque se tratara del más grande millonario de toda la tierra”.
“Pero sí lo viste en persona y hablaste con él ¿O me equivoco?”, le preguntó Kagome levantando una ceja.
Rin dudó por unos instantes y bajó la vista
“Te… te equivocas, yo no hablé con él. Y fue él quien intentó hablar desde un primer momento, jamás dije que me interesara conocerlo”
“Pero si fue nuestro sueño desde que comenzamos a leer su obra”, suspiró Kagome, desanimada.
“Sí…”, dudó Rin-chan ¿Desde cuándo dudaba tanto? “Puede que haya sido nuestro sueño, pero…”
“Pero no quieres hacerlo y ya”, la interrumpió Kagome, la chica levantó la vista “Así es, amiga mía, fíjate: la suerte viene a tocar hoy a tu puerta y te encuentras con una persona especial, tienes la suerte de verle la cara a alguien que nadie más conoce y que muchos quisieran conocer… Te habla, te da un regalo y escribe su número para ti. En fin, viene en bandeja de plata y no eres capaz de aceptarlo”
“¿Pero no entiendes que ese zopenco precisamente está esperando a que lo llame?”
“Por eso mismo te lo estoy diciendo, Rin-chan. Además eres algo cruel al llamarlo zopenco”
“No, no lo soy. Y además si una persona sale de la nada y te da su información así como así, no es para algo bueno ¿Qué crees que puede esperar de mí una persona que no me conoce?”
Y con todo y eso dejó que la alcanzara hasta su casa en coche, la verdad estaba siendo algo incoherente, era cierto, no quería hacerlo y ya, y ni siquiera su mejor amigas iba a obligarla. Y pensó en las palabras de Sesshoumaru, que ella esperaba un mundo perfecto con personas que fueran libres de hacer lo que querían, pero que a la vez fueran coherentes… y que la paradoja no existía.
“Sigo creyendo que fuiste algo cruel en decir eso, y no puedes saber lo que piensa de ti hasta que no le hables, si te ve como fuente de inspiración es porque ve algo especial en ti”.
“Oh, sí, Kagome-chan. Sería maravilloso Si fuera cierto”
“Bueno, sólo hay una manera de averiguarlo”, le dijo mostrándole el teléfono. Rin tomó aire y dio un profundo suspiro.

“No puedo atenderte ahora. Deja tu mensaje y más tarde te llamaré” Rezó el contestador del teléfono del muchacho. Kagome dio un profundo suspiro antes de cortar la llamada.
“¿Ves, Kagome? Te lo dije. No creo que espere nada bueno, no creo que sea una buena idea llamarlo, no creo qua conteste a la llamada de un número que desconoce, y no creo que le interese contestarnos a nosotras”.
“Oh, Rin, no seas aguafiestas, ¿desde cuándo ‘no crees’? además, si no le interesara contestarte ¿por qué crees que te dio su número?”
“Para molestar y ya”
Kagome le puso una mano en el brazo “Sinceramente, amiga mía, yo no pienso igual que tú”
“Ya te dije, Kagome-chan. Si tanto te interesa hablar con Sesshoumaru, hazlo por tu cuenta, llévate este libro con su número y firma y déjame olvidarme de eso”
Kagome suspiró, se rendía.
“Está bien, Rin-chan, si es lo que quieres. Pero déjame decirte que él espera hablar contigo, no conmigo… y que estás tirando por la borda la oportunidad más increíble de tu vida”
Rin se deprimió
“No es cierto, esas son tonterías”, dijo intentando convencerse a sí misma.
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Kagome llegó a su casa, saludó a su familia y dejó su abrigo descuidadamente en algún lugar. Sacó el libro que le había dado Rin, buscó el número en la primera página y llamó. Tan pronto como sonó, atendieron.
“¿Sí?”, preguntó descuidadamente la voz del otro lado
“H-hola ¿Ai?”
“Sí. Eres Houko-san, ¿No es así? He estado esperando tu llamada por días”
Kagome se congeló, el corazón le dio un vuelco, no podía creer que estuviera hablando con él… bueno, con una persona que no conocía, pero en definitiva, era “Akaitsukino Ai”. Además él dijo que estuvo esperando la llamada de Rin, ¡ella tenía razón!
“No, no soy Houko, soy su amiga, yo…”
“Oh, lo siento”, fue todo lo que dijo él antes de cortarle la llamada, dejándola con la mitad de la frase. Realmente a quien esperaba era a Rin.
“Hola, Ai, mi nombre es Higurashi Kagome, sólo era un momento, quería decirte que…”
“Lo siento, pero esto es un número privado para personas que conozco, no para gente desconocida como tú, Higurashi-san”, y dicho esto, volvió a cortarle la llamada. Sí, definitivamente no hablaría con ella. Pues sí, Rin, tenía razón: Ai era bastante antipático en persona… o en línea, como fuera.
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Cerca de las once de la noche, el teléfono de Rin sonó. Algo adormilada, se incorporó de la cama, se restregó los ojos y buscó a tientas el pequeño aparato. Tardó un momento en darse cuenta de que no se trataba de la alarma del despertador, sino de una llamada.
“¿Hola?”, preguntó antes de dar un largo bostezo
“Veo que te desperté, Houko-san”, se sobresaltó al oír la voz, era Sesshoumaru, no podía equivocarse, terminó de despertarse en cuestión de segundos…
“¿Sesshoumaru?”
“Sí. Vi el registro de tu llamada, anteriormente ¿Necesitas algo?”
¿Entonces le había dado el número por si ella necesitaba “algo”? Extraño.
“¿Co-cómo supiste que era yo?”
“Eso es lo de menos”, contestó secamente “Pero déjame decirte que hace algunas horas una ‘amiga tuya’, Higurashi-san, me llamó y quiso hablar conmigo. Sinceramente no pensé que le darías este número a nadie”. Se oía algo molesto.
Así que Kagome lo había llamado después de todo, no esperaba que lo hiciera, su amiga tenía muchas más agallas de lo que ella creía. Había hecho enfadar al muchacho.
“¿Necesitabas algo, Houko-san?”, no parecía molesto después de decir su nombre.
“No, no es nada, sólo que…”
“¿Solo que…?”
“Nada, no me hagas caso, no debiste haberte molestado en llamarme…”, se excusó algo nerviosa
“Tú tampoco tenías que haberte molestado en llamarme: desde que te vi luego de la presentación del libro, suelo ir a menudo a ese café”. Rin se quedó en una pieza. No era cierto. Él se iba a esperarla todos los días en ese café. Sentía su rostro muy caliente, estaba segura de que se había sonrojado mucho, era una suerte que él no pudiera verla.
“¿Houko-san? ¿Estás ahí?”, preguntó al notar que la chica no le respondía

“¿Amor? ¿Estás ahí?”​

¿Por qué tenía que recordar eso? Le daba dolor de cabeza.
“Sí, aquí estoy”, Rin rió nerviosamente “no fui a ningún lado”

“Sí, Sesshoumaru ¿en dónde más voy a estar?...”​

Quería golpearse la cabeza con lo primero que encontrara, tenía que dejar de recordar eso.
“¿Qué necesitabas?”
“Kagome-chan me convenció de llamarte. Era por una duda sobre… el ‘contenido’ del libro”
“Ah, ya veo ¿No prefieres charlarlo un rato?”, dijo él sonriendo un poco, sí, había entendido.
“Es muy tarde”, dijo ella
“Mañana es sábado, no tendrás clases, supongo”
“No, creo que no, pero… ¿si alguien me buscara justo ahora?”
“¿Quién te espera?”, preguntó él, sorprendido.
“Eh… este… no, nadie”
“Oh, bien ¿No te molesta si voy por ti ahora?”. Ella se quedó en silencio, se le ponían los nervios de puntas, ¿qué contestarle? ¿Y para qué quería salir a esas horas? Estaba a punto de arrepentirse de no haberle dado una buena excusa para cortar. “¿Houko-san?”
“Ah ¿s-sí?”
“¿Puedo ir por ti? ¿Estará bien?”.
No, no estaba bien.
“Tengo exámenes la próxima semana, no puedo desvelarme”.
Sesshoumaru maldijo en silencio, después de los demostrados nervios, era evidente que le estaba mintiendo.
“Puedo ayudarte, si lo deseas”
“No creo que puedas”
“¿Por qué no? Si puedo escribir también podré leer. Al menos para darte un consejo básico, sé que no es fácil leer un hipertexto. También pasé por la tortura de la Universidad, aunque te cueste creerlo…” ¿Era su imaginación o la voz de Sesshoumaru la estaba hipnotizando?
Era su imaginación. No podía hipnotizarla.
“Te espero en la entrada, supongo que no tardarás demasiado”
“No te molestes, Houko-san, buscaré tu departamento, en seguida voy”
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Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]



¿Qué te pasó, Rin-chan? ¿¿No era acaso que la voz de Sesshoumaru no podía hipnotizarte?? … Hehehe…
Oh, Kagome-chan, ¡Qué atrevida eres! ¡Hiciste enojar a Ai! Ahora él querrá vengarse de ti…hehehe…
Oh, Se-chan. ¿¿Te ocurre algo malo??... ¿Es que no puedes olvidarte de Kagura del todo? ¿Intentarás utilizar a Rin para quitarte ese molesto recuerdo?... Hehehe…
Pronto vendrá otro interesante capítulo…
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Lo que piensan ellos​

La verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad: ¡Ya contesté tus estúpidas preguntas hace un mes!
¿Y su prometid… digo, su protegida?: Rin no te contestará nada… (dijo un improperio, no puedo ponerlo aquí)
Rayos, nos cerraron la puerta en la cara… mi fotógrafo y yo huimos del Palacio, nos persiguen como cien guardias

La verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad – Rápido, tengo prisa
Nombre completo: Inuyasha del clan Inuyoukai
Raza: Hanyou
Edad: 19 años
Lugar de nacimiento: Región Musashino, Oeste
Fecha de nacimiento: 1133- Período Heián
Familiares o allegados: Inu no Taishou- Izayoi- Kagome- Souta- Myouga- Miroku- Sango- Shippou- Kaede
¿Y tu hermano?: No me hables de eso
Título u ocupación: Príncipe del Oeste, Inu no Taishou
Arma o poder: Tetsusaiga (Colmillo de Acero)
Pasatiempo: Estar con mi familia

Gustos (dijo un improperio, no puedo ponerlo aquí)
Color: Rojo
Aroma: el de Kagome
Día: Lunes
Mes: Diciembre
Una mujer: dos, Kagome y Kikyou
Eso es un problema: no es asunto tuyo
Un objeto: Tetsusaiga
Una ropa: La hinezumi no Koromo de mi padre

Algo que quieras que todo el mundo sepa: Tengo buenos amigos y una esposa maravillosa
Algo que no quieras que nadie sepa: (no lo divulgaremos) aprecio a mi padre y a Sesshoumaru, a quien siempre ayudaré
Un deseo para el futuro: Pasar toda mi vida con mis seres queridos
Tu mayor secreto: Cuando Kikyou murió deseé ir con ella
La peor experiencia de tu vida: La batalla con Naraku
La mejor experiencia de tu vida: Conocer a mis amigos

La verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad – Sí. Esto será divertido
Nombre completo: Higurashi Kagome
Raza: Humana
Edad: 18 años
Lugar de nacimiento: Tokio
Fecha de nacimiento: 1982
Familiares o allegados: Inuyasha, Souta, mamá, jii-chan, Myouga-jii-chan, Kaede-baa-chan, Miroku-sama, Sango-chan, Shippou-chan. … Todos nosotros estamos esperando con ansias saber si Rin-chan se convertirá en la o-nee-sama de Inuyasha
Oohhh…:¡¡¡pero no lo divulguen!!!
No te preocupes
¿Y Sesshoumaru?: Me cae bien
Umh…:No en un mal cuñado, tampoco es una persona muy buena que digamos (risa nerviosa)
Título u ocupación: Miko-sama
Arma o poder: Poderes espirituales, flechas sagradas, poderes curativos. Cuando la Shikon no Tama existía, detectar su presencia.
Pasatiempo: Estar con mi familia y amigos

Gustos
Color: Rojo y púrpura
Aroma: Hierbas medicinales
Día: Viernes
Mes: Abril
Un objeto: el arco que me obsequió Kikyou
Una ropa: mi ropa de trabajo, pero nada mejor que una bonita playera y una falda

Algo que quieras que todo el mundo sepa: Inuyasha es un buen esposo y tengo los mejores amigos que podría desear
Algo que no quieras que nadie sepa:(no lo divulgaremos) aún no lo diré a nadie para no comprometer a Inuyasha, pero… (estoy embarazada de seis meses)
Umh, en realidad es bastante notorio: Al menos lo intenté (Risa nerviosa)
Un deseo para el futuro: Pasar toda mi vida junto a Inuyasha
Tu mayor secreto: Antes, tenía tantos celos de Kikyou que era capaz de enviarla yo misma al otro mundo, pero después me dio pena… y cuando por fin se murió sentí un gran alivio. Por favor, no vayan a pensar mal de mí, también sentí un terrible desgarro (¿Le creemos?)
La peor experiencia de tu vida: La batalla con Naraku
La mejor experiencia de tu vida: Conocer a mis amigos y enamorarme de Inuyasha